Reaparecen autodefensas en Sahuayo

SAHUAYO, Mich., 10 de marzo de 2015.- “Ya agarraron a La Tuta, pero Los Caballos, que eran sus operadores en la región siguen libres, y por eso estamos aquí”, dijo un viejo autodefensa instalado en el cruce que lleva de Sahuayo al municipio de Briseñas.

En breve entrevista, el hombre explicó que los operadores de Servando Gómez Martínez eran un grupo conocido en la región como Los Caballos, que no ha sido desarticulado por las autoridades, por lo que “estamos aquí para evitar que lleguen hasta nuestros pueblos y nos sigan atacando”, dice el hombre sin cubrirse el rostro más que con el grueso bigote blanco que revela más de seis décadas de experiencia.

El viejo autodefensa no se oculta, pero rechaza identificarse; tampoco la presume, pero porta una escuadra de calibre prohibido, de la que también se resiste a hablar. El viejo agradece el donativo y, sin mayores trámites, despide con bendiciones a los reporteros, que observan la falta de protecciones y respaldo en el improvisado retén ciudadano al cuidado de dos viejos milicianos.

Funcionarios de la región confirmaron la existencia de Los Caballos, pero aseguran que sus liderazgos abandonaron la plaza desde hace meses, lo que ha permitido recobrar el clima de tranquilidad en los municipios que constituyen la Ciénega de Chapala.

“Hubo un tiempo en que, como en todos lados, actuaban abiertamente. Aquí abajito nos venían a tirar los cadáveres todos los días. La cosa estaba fea, no como en la Tierra Caliente, pero aquí mataron a cientos”, señala el dueño de uno de los comercios del corredor Jiquilpan-Sahuayo-Briseñas.

Aun cuando la seguridad en los municipios de La Ciénega parece recuperarse rápidamente en los municipios de la región, las principales vías de comunicación muestran los estragos económicos que ocasionó la delincuencia en esta próspera zona de la entidad.

No se trata de zonas de batallas entre organizaciones ni enfrentamientos, sino de una notable cantidad de locales aún vacíos y en ruinas prematuras de casi todos los giros, que esperan con ansiedad el inicio de una nueva etapa en la región.