Por Pablo Vargas | pvargas@revistalevelup.com.

Antes de entrar en detalles voy a ir directo al grano: Cada trailer visualizado. Cada retraso. Cada segundo de espera, finalmente ha valido la pena. No hay espacio para las dudas. The Witcher 3: Wild Hunt es el mejor juego que ha visto la luz en la presenta generación y parte como fuerte candidato a convertirse en GOTY en un año cuya competencia tendrá a Metal Gear Solid V: The Phantom y Batman: Arkham Knight en su camino.

¿Sus credenciales para ostentar el título? Un juego que marca un antes y un después en su género, una historia profunda y madura que atrapa desde el primer minuto hasta el último segundo disfrutado, un conjunto artístico, estético y sonoro en su máximo esplendor que se complementan de forma perfecta con un sistema de combate diseñado a la medida y una soberbia ambientación que nos sumerge en entorno salvaje y despiadado que ha sido cuidado hasta en el último detalle y que repasamos a continuación en nuestro análisis a la nueva creación de CD Projekt Red.

El regreso del legendario lobo blanco


Seis meses después de los eventos de Assassin's of Kings, las legiones de Nilfgaard han conseguido llegar al corazón de los Reinos del Norte, dejando a su paso campos bañados de sangre y páramos barridos por la guerra. En medio de la catástrofe resurge la leyenda de Geralt of Rivia, el mítico Lobo Blanco que debe seguir el rastro de una mujer de su pasado que daba por muerta, antes de que la Cacería Salvaje de con ellos.


Ese es el argumento principal que presenta The Witcher 3: Wild Hunt, título que exactamente cuatro años después del lanzamiento de su última entrega regresa para poner fin a la mítica travesía iniciada por Andrzej Sapkowski en la novela "La Espada del Destino", título que ha sido inspiración para la nueva obra a manos del estudio polaco, que fue anunciado en el 2012 de forma oficial y que ha acaparado portadas desde entonces, siendo su momento cumbre el pasado E3 en el que pudimos constatar en carne propia lo que CD Projekt se traía entre manos, a través de una propuesta que dejaba atrás su tradicional mundo cerrado para dar paso a un entorno completamente abierto, poniendo en manifiesto que el estudio polaco iba con todo para dar el cierre que la saga se merece.


Tras más de 60 horas invertidas podemos decir que el estudio polaco ha cumplido todas las expectativas, creando un entorno salvaje y despiadado que da cátedra de como se debe hacer un buen sandbox, llenando cada esquina de su mundo de vida a través de personajes realmente memorables y convirtiendo hasta el más ínfimo de los detalles en una oda a mitología eslava, ofreciendo un mundo tan amplio que sería una falacia afirmar que hemos recorrido hasta el último de sus rincones en nuestro primer contacto, ya que de la misma forma en que nos sucede en títulos del género, es imposible no dejarse atrapar por la belleza de los escenarios y la amplia gama de posibilidades a explorar.


Y es que si algo se ve reflejado en cada centímetro del vasto mundo creado por CD Projekt es el cariño que ha invertido el estudio polaco en darle al legendario Lobo Blanco la despedida que se merece. Desde el arrasado y sombrío Velen, pasando por las majestuosas islas de Skellige, hasta la poderosa Novingrado, el salto a un entorno sandbox que denota cuanto ha invertido el estudio polaco en dotar de realismo a nuestra aventura en detalles tan pequeño como los ciclos de día y noche o el aspecto climático que en una misma zona puede presentar diferentes tipos de factores meteorológicos para algo tan "simple" como la lluvia, siendo posible presenciar en un solo día la presencia de nieblas, neblinas, tormentas y distintas variedades de precipitación según su intensidad y hora.

Un mundo despiadado en el que cada decisión cuenta...


Este es solo uno de los múltiples ejemplos que encontraremos en nuestra aventura entorno a cuanto cariño han invertido sus creadores en ofrecer una ambientación que nos sumerja de cabeza en su mundo que se encuentra poblado de historias, libros, leyendas y detalles sobre su mundo que no limitan nuestra aventura al enfoque tradicional de ir de un punto a otro en el juego para ampliar la experiencia, sino que tiene en su desarrollo una amplia variedad de situaciones que nos van presentando de a poco el brutal mundo que recorremos a través de personajes que serán transcendentales en la construcción de nuestra historia y que afectarán notablemente en la travesía de Geralt of Rivia, haciendo que cada decisión que tomemos tenga su reflejo a corto, mediano o largo plazo en nuestro camino por los reinos del norte.


Si en The Witcher 2 nuestras acciones fuertes tenían repercusiones en el avance de la historia, en esta nueva entrega el esquema de decisiones tiene un peso que supera todo lo desarrollado hasta el momento en la saga. Ya no se trata de si logramos llegar a disfrutar un determinado final o de poder explorar una línea argumental en nuestra historia; en The Witcher 3 cada acción que realicemos tendrá una gran trascendencia en el mundo que nos envuelve -sin giros a lo Night Shyamalan como ocurre en algunas producciones-, sino de una forma tan natural que permite ser testigos de lo brutal que pueden ser las decisiones que consideramos buenas o viceversa, mostrando en los hechos como un "simple" diálogo que consideraríamos como "correcto" puede terminar conllevando una brutal carnicería sobre uno de los poblados que nos encontremos en nuestro camino, o como lo que considerábamos podía ser la clave a un problema, termina siendo mejor la enfermedad que la cura.


Y es que si algo ha caracterizado al mundo de The Witcher es la crudeza y brutalidad en que viven sus personajes, regidos por la ley de la sobrevivencia y cuyo trasfondo moral hace lucir algunas de las historias de Game of Thrones como anécdotas de kinder garden, dando libertad al jugador de completa decisión, sin esto significar que el mismo nos castigue por lo que moralmente se considere bueno o malo pero si nos hace responsables de las acciones que tomemos, ya sea en la forma de resolver o aplazar una situación que a futuro puede ser beneficiosa o perjudicial para nuestra historia, arrastrando el juicio sobre nuestras acciones en las últimos dos juegos, pero al mismo tiempo permitiendo establecer un nuevo comienzo para los que dan sus primeros pasos en la saga.


Para ello, CD Projekt ha puesto a nuestro disposición un sistema de carga directo de las decisiones tomadas en The Witcher 2 a través de una modalidad interrogatorio que nos permitirá -al iniciar nuestra partida-, importar el destino de los hechos acontecidos en Assassin's of Kings. Por ejemplo si tomamos la ruta de Iorveth o la de Roche, le perdonamos la vida a Letho o si salvamos a Triss, Saskia o Anais, podremos mantener el estado del mundo que jugamos en su segunda entrega sin necesidad de importar partidas o datos externos al juego, y al mismo tiempo facilitando el proceso de aquellos que debutan en Wild Hunt

Float like a butterfly, sting like a bee



La frase mítica acuñada del mítico Muhammed Ali calza a la perfección para describir uno de los apartados más destacados de la tercera entrega de The Witcher, gracias a un remozado sistema de inteligencia artificial que mantiene intacta su astucia en los niveles más altos de dificultad -la IA se comporta de manera lógica, lobos y bandidos cortarán nuestras vías de escape si lo creen oportuno, y si matamos a sus respectivos líderes, estos quedarán muy desorganizados-, presentando modificaciones precisas en el sistema de combate que hacen que todo sea más fluido y natural a la hora de encarar a nuestros enemigos -Geralt se mueve con la elegancia de una bailarina y la letalidad de un brutal guerrero-, haciendo honor a leyenda detrás de su nombre y permaneciendo fiel al misticismo que transmiten las novelas de Sapkowski entorno a la figura de una perfecta máquina asesina capaz de despachar los peores bestias de la mitología nórdica.


Para lograr tal semblanza, el equipo de desarrollo deja atrás los movimientos toscos que caracterizaban las primeras entregas y dotando el nuevo sistema de combate en uno de los puntos más altos del juego, convirtiendo cada batalla en un verdadero frenesí de alta intensidad y satisfacción para quienes tomen la decisión abrazar su dificultad más difícil, suponiendo un estado de éxtasis que hará sentirnos parte de la leyenda entorno a cada pequeña victoria. Asimismo, la saga no ha perdido su marca de la casa al mantener la evolución progresiva como uno de sus puntos más altos, afianzado en sus esquemas de progresión de habilidades, mejoras de alquimia para nuestras armas, sin dejar de lado el sistema de brebajes y mutágenos que vuelven a convertirse en la clave entre aferrarnos a la vida en un brutal combate o convertirse en carne de cañón a los pocos segundos de haber sacado nuestra espada.


Nuevamente, todo esto se logra de forma dinámica y fluida, eliminando el tiempo de meditación que caracterizaba la segunda entrega y dotando al jugador de un sentido de estrategia en tiempo real que puede sacar de quicio a los menos curtidos en el género, pero que con práctica y paciencia se asimila de forma natural conforme avanzamos en el juego; teniendo siempre a disposición nuestras preciadas espadas de acero y plata que deberemos usar de forma precisa acorde con la naturaleza de nuestros enemigos, agregando la ballesta como nueva arma a disposición para derribar enemigos aéreos y poder rematarlos con la espada antes de que puedan recuperarse, pero siendo de poca ayuda antes rivales terrestres o de mayor peso, por lo que nuevamente, tendremos que prever cada factor que pueda jugarnos en contra, por lo que será necesario echar mano a nuestra biblioteca personal para trazar la mejor estrategia antes de lanzarnos al combate.

La mancha de sangre en nuestro traje...


Es necesario aclarar que no todo es perfección en The Witcher 3. La famosa eliminación de tiempos de carga que tanto anunciaron los chicos de CD Projekt nunca llegó. A la hora de morir -que dicho sea de paso es algo que ocurrirá en infinidad de ocasiones-, los tiempos de carga se hacen eternos -un poco menos que en Bloodborne, es necesario aclararlo-, puede llevar a los jugadores ajenos a títulos como Dark Souls a niveles de quit-rage que les haga perder completamente la cabeza. Esto se ve empañado con una serie de bugs y glitch's que si bien no afectan la experiencia global del juego como ocurrió en AC: Unity, si llega a ser bastante notorio que la ambición del estudio polaco les jugó una mala pasada, siendo evidentes los bajonazos de frame-rate en algunos tramos del juego.


No obstante, es importante mencionar, que aún sin este parche de lanzamiento, el juego mantiene en su aspecto gráfico una nota por encima de cualquier juego de la presente generación de consolas, siendo dichos fallos una afectación más estética que jugable, que palidecen ante el conjunto de escenarios repletos de detalles y la ambientación del mundo en que nos desenvolvemos, pero que si pueden llegar ser molestos a los que se acercan de primera entrada a la saga, pero es algo que esperamos sea solucionado en el parche de lanzamiento que estará disponible al público en general a partir de mañana, por lo que sigue siendo una asignatura pendiente hasta su estreno.


Acá es vital mencionar la variedad de contenido adicional que trae la edición normal de The Witcher 3. Francamente, nos ha impresionado el ver en una edición "sencilla" tanto amor y pasión de parte de los chicos de CD Projekt. Desde la carta a los jugadores agradeciendo cada minuto de juego, pasando por el precioso mapa que han incorporado, hasta el disco con la banda original del juego y el código para acceder a los más de 15 DLC's gratuitos que tendremos a disposición a partir de mañana y que nos hacen recuperar la fe en una industria que cada vez se enfoca en ofrecer un producto incompleto o desgranado para aterrar nuestros bolsillos, algo que afortunadamente el estudio polaco elude olímpicamente y establece un precedente de buena fe entorno a como tratar a a los fans de una gran saga.

Al final del camino...


Tras más de siete años de aventuras, es difícil decir adiós a un grande como Geralt of Rivia. Para quienes dieron sus primeros pasos en el 2007, The Witcher 3 es el momento cumbre de una historia épica como pocas se han podido disfrutar en esta industria. Las palabras para describir la mezcla de sentimientos que se emite en cada tramo del juego son un fiel reflejo del cariño y pasión que trasmite el estudio polaco por el octavo arte, sin dejar atrás el respeto hacia sus fans al ofrecer una obra sublime que se convertirá en título imprescindible para los amantes de los RPG's y casi que para cualquier jugador que actualmente tenga una consola next-gen.

Y es que no hay duda de que han dado todo lo que tenían para brindar una experiencia inolvidable a los jugadores que les han acompañado por más de siete años, sin dejar de lado a aquellos que se acercan por primera vez a despedir a una de las saga que convierten sus más de 100 horas de juego en referente de su género para las futuras generaciones que vienen detrás de sus pasos, despidiendo como se merece a uno de los más carismáticos e interesantes personajes que hemos tenido el privilegio de conocer, porque al final del camino, obras como The Witcher 3 son la principal razón que hacen que miles de personas se enamoren cada día de esta gran pasión que es el amor por el octavo arte.


Calificación final: Level 10 - Sublime obra maestra, no le merecemos

***
Pablo Vargas - Escritor. Ingeniero industrial. Director y fundador de la revista digital Level Up. Autor de la novela “El Hombre de la Rosa Negra” (ULACIT, 2009), el microrrelato “Un café para celebrar” (Editorial Costa Rica 2012) y el blog "Rincón de un escritor". Actualmente se encuentra trabajando en su nueva producción "Nueve minutos para la media noche" y escribe regularmente en los blogs de la casa de 89decibeles.

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