16 de noviembre de 2013

¿SABÍAS QUE UN BUEN DESAYUNO PUEDE AYUDARTE A ENFRENTAR MEJOR TU DEPRESIÓN?

Sea continental, americano o uno de esos típicos de cada uno de nuestros países, el desayuno es parte importante de nuestra vida. Es el combustible que llena el tanque que nos mantendrá alertas durante el día. Como no hay verdad más cierta que la contenida en el viejo refrán popular de que “somos lo que comemos”, nuestra primera comida del día será la clave para determinar cómo responderemos ante lo que nos traiga la jornada.
 
Investigaciones han demostrado que una nutrición deficiente puede ocasionar trastornos en el estado de ánimo de las personas, pudiendo desencadenar una depresión o haciendo que el organismo sea resistente a los tratamientos habituales para tratar la enfermedad. También se da el caso de pacientes que sufren una recaída, aun cuando ya se daban por recuperados de su depresión, debido a sus hábitos de alimentación.
 
Nuestro cerebro es un laboratorio químico perfecto, donde constantemente se están produciendo una cantidad de sustancias, llamadas neurotransmisores, necesarias para el correcto funcionamiento de todo nuestro cuerpo. Estas sustancias se producen mediante la transformación en nuestro organismo de los alimentos que ingerimos. Por lo tanto, si el cerebro no está recibiendo los nutrientes adecuados: aminoácidos, vitaminas y minerales, no podrá trabajar correctamente.
Así que una buena forma y quizás la más sencilla de todas para comenzar a cuidar nuestra salud en general, es cuidando lo que comemos. Cuando se trata de prevenir e incluso de curar una enfermedad, una dieta balanceada puede hacer la diferencia. Esta debe estar conformada por alimentos buenos, vitaminas, minerales y otros nutrientes naturales, que nos hagan menos vulnerables a los trastornos del estado de ánimo.
Por otro lado, el cerebro humano consume más energía que cualquier otro órgano de nuestro cuerpo. Utiliza 20% del total de oxígeno que entra en el organismo, por lo tanto no puede funcionar sin él.  El oxígeno es necesario para crear glucosa, la principal fuente de energía para el cerebro y esta también proviene de los alimentos que ingerimos.
¿Vas viendo entonces cuán importante es cuidar lo que comemos?
Adicionalmente en nuestro cuerpo todo está perfectamente sincronizado, todo respeta un orden, es a esto a lo que solemos llamar “reloj biológico”, el cual se ajusta a través de dos estímulos: la luz y la comida. Al amanecer, la luz activa determinadas funciones de nuestro reloj biológico para despertar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro apetito. Por eso es tan importante comenzar el día con un buen desayuno que aporte aproximadamente un 20-25% de las necesidades energéticas diarias y con un balance adecuado entre los diferentes grupos de alimentos.
¿Qué alimentos debe contener un desayuno ideal?
Lácteos, si eres alérgico o tienes una dieta libre de lácteos,  puedes consumir productos a base de soya o almendras.  Una alternativa ideal es el yogur por ser rico en calcio y proteínas. Además puede servir como sustituto de la leche para aquellas personas que tienen problemas para digerir la lactosa, ya que en el proceso de elaboración del yogur esta desaparece casi por completo.
Huevos, están llenos de vitamina B12 y son una gran fuente de proteínas y vitamina D. Este alimento también tiene un alto contenido de ácidos grasos esenciales. La yema de huevo, aunque muy alta en colesterol, es también alta en colina, precursor de la acetilcolina,  por lo tanto ayudar a mejorar la memoria.
Avena, contiene beta-glucano, un tipo de fibra que ayuda a reducir el colesterol si se consume a diario. La avena además es rica en ácidos grasos omega-3, ácido fólico y potasio.
Plátano, cambur o banana, es una fuente rica en aminoácidos esenciales, especialmente triptófano y vitaminas del grupo B, importantísimas para el buen desempeño de nuestro sistema nervioso.
Frutos secos y semillas, como nueces, avellanas, almendras, semillas de calabaza, semillas de girasol, semillas de lino o linaza. Todas ellas poseen un alto contenido de omega-3 y omega-6, así como vitamina E y vitamina B6. La mayoría contiene también tiamina y magnesio, nutrientes indispensables para el cerebro.
Frutillas, frambuesas y arándanos, ricas en antioxidantes, por lo tanto resultan excelentes para estimular el cerebro. Estas frutas además son ricas en vitamina C, ácido fólico y fibra, y pueden servir de acompañamiento perfecto para nuestros cereales o yogures
Té,  se trata de una buena alternativa al café y es una poderosa fuente de antioxidantes. El té está lleno de flavonoides, denominados catequinas, especialmente el té verde. Las catequinas son excelentes para mantener nuestra mente ágil y fresca. No solo contribuyen a mantener el cerebro funcionando perfectamente, sino que también permiten que se relaje y así nos ayudan a lidiar con la fatiga mental.
…y recuerda ¡SANAR ES UNA ELECCIÓN! tú tienes el poder.
Esta información y más sobre como nuestros hábitos alimenticios pueden ayudarnos a superar la depresión, la encontrarás en mi obra.

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