Sea continental, americano o
uno de esos típicos de cada uno de nuestros países, el desayuno es parte
importante de nuestra vida. Es el combustible que llena el tanque que nos
mantendrá alertas durante el día. Como no hay verdad más cierta que la contenida
en el viejo refrán popular de que “somos lo que comemos”, nuestra primera
comida del día será la clave para determinar cómo responderemos
ante lo que nos traiga la jornada.
Investigaciones han
demostrado que una nutrición deficiente puede ocasionar trastornos en el estado
de ánimo de las personas, pudiendo desencadenar una depresión o haciendo que el
organismo sea resistente a los tratamientos habituales para tratar la enfermedad.
También se da el caso de pacientes que sufren una recaída, aun cuando ya se
daban por recuperados de su depresión, debido a sus hábitos de alimentación.
Nuestro cerebro es un
laboratorio químico perfecto, donde constantemente se están produciendo una
cantidad de sustancias, llamadas neurotransmisores, necesarias para el correcto
funcionamiento de todo nuestro cuerpo. Estas sustancias se producen mediante la
transformación en nuestro organismo de los alimentos que ingerimos. Por lo
tanto, si el cerebro no está recibiendo los nutrientes adecuados: aminoácidos,
vitaminas y minerales, no podrá trabajar correctamente.
Así que una buena forma y
quizás la más sencilla de todas para comenzar a cuidar nuestra salud en general,
es cuidando lo que comemos. Cuando se trata de prevenir e incluso de curar una enfermedad,
una dieta balanceada puede hacer la diferencia. Esta debe estar conformada por
alimentos buenos, vitaminas, minerales y otros nutrientes naturales, que nos
hagan menos vulnerables a los trastornos del estado de ánimo.
Por otro lado, el cerebro humano
consume más energía que cualquier otro órgano de nuestro cuerpo. Utiliza 20%
del total de oxígeno que entra en el organismo, por lo tanto no puede funcionar
sin él. El oxígeno es necesario para
crear glucosa, la principal fuente de energía para el cerebro y esta también proviene
de los alimentos que ingerimos.
¿Vas viendo entonces cuán
importante es cuidar lo que comemos?
Adicionalmente en nuestro
cuerpo todo está perfectamente sincronizado, todo respeta un orden, es a esto a
lo que solemos llamar “reloj biológico”, el cual se ajusta a través de dos
estímulos: la luz y la comida. Al amanecer, la luz activa determinadas
funciones de nuestro reloj biológico para despertar nuestro cuerpo, nuestra
mente y nuestro apetito. Por eso es tan importante comenzar el día con un buen
desayuno que aporte aproximadamente un 20-25% de las necesidades energéticas
diarias y con un balance adecuado entre los diferentes grupos de alimentos.
¿Qué alimentos debe contener
un desayuno ideal?
Lácteos, si eres alérgico o tienes una dieta libre de
lácteos, puedes consumir productos a
base de soya o almendras. Una
alternativa ideal es el yogur por ser rico en calcio y proteínas. Además puede
servir como sustituto de la leche para aquellas personas que tienen problemas
para digerir la lactosa, ya que en el proceso de elaboración del yogur esta
desaparece casi por completo.
Huevos, están llenos de vitamina B12 y son una gran fuente
de proteínas y vitamina D. Este alimento también tiene un alto contenido de
ácidos grasos esenciales. La yema de huevo, aunque muy alta en colesterol, es
también alta en colina, precursor de la acetilcolina, por lo tanto ayudar a mejorar la memoria.
Avena, contiene beta-glucano, un tipo de fibra que ayuda a
reducir el colesterol si se consume a diario. La avena además es rica en ácidos
grasos omega-3, ácido fólico y potasio.
Plátano, cambur o banana, es una fuente rica en aminoácidos esenciales,
especialmente triptófano y vitaminas del grupo B, importantísimas para el buen
desempeño de nuestro sistema nervioso.
Frutos secos y semillas, como nueces, avellanas, almendras, semillas de
calabaza, semillas de girasol, semillas de lino o linaza. Todas ellas poseen un
alto contenido de omega-3 y omega-6, así como vitamina E y vitamina B6. La
mayoría contiene también tiamina y magnesio, nutrientes indispensables para el
cerebro.
Frutillas, frambuesas y
arándanos, ricas en
antioxidantes, por lo tanto resultan excelentes para estimular el cerebro. Estas
frutas además son ricas en vitamina C, ácido fólico y fibra, y pueden servir de
acompañamiento perfecto para nuestros cereales o yogures
Té, se trata de una buena alternativa al café y es una
poderosa fuente de antioxidantes. El té está lleno de flavonoides, denominados
catequinas, especialmente el té verde. Las catequinas son excelentes para
mantener nuestra mente ágil y fresca. No solo contribuyen a mantener el cerebro
funcionando perfectamente, sino que también permiten que se relaje y así nos
ayudan a lidiar con la fatiga mental.
Esta información y más sobre
como nuestros hábitos alimenticios pueden ayudarnos a superar la depresión, la
encontrarás en mi obra.
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