“Lamentablemente no fuimos escuchados”, dijo la titular del Cepup, Flor Pino.
Aseguró que el país necesita de esa ley para que la ciudadanía pueda ser defendida de la mala praxis de muchos profesionales mal formados en las llamadas “universidades de garaje”.
También recordó que si no se sanciona la ley, el 1 de enero del 2015 los profesionales paraguayos quedarán relegados en el Mercosur, porque, al no tener colegios que los habilite legalmente a ejercer la profesión, no podrán trabajar fuera del país.
También cuestionó que el veto hablaba de que no se pueden violar los tratados o convenios internacionales.
En defensa del proyecto de ley mencionó dictámenes elaborados tanto en Europa como en Latinoamérica, que señalan que una ley de colegiación no violenta los derechos humanos.
Subrayó que los países totalitarios persiguen a los colegios de profesionales. Puso como ejemplo a los desaparecidos por Augusto Pinochet, de Chile, y Hugo Chávez, de Venezuela.
También dijo que en Ecuador no hay libertades de prensa ni de opinión y que en Bolivia se persigue a los colegios de profesionales.
Pidió que se les deje trabajar, y que luego, si se les comprueba fallas o arbitrariedades, se derogue la ley.
Obligatoriedad. Por su parte, Óscar Paciello, titular del Colegio de Abogados, insistió en la necesidad de la obligatoriedad de la colegiación.
Argumentó que, de no ser así, cuando un profesional incurre en mala praxis, sencillamente puede renunciar a la colegiación y quedar sin sanción alguna.
Sobre la posibilidad de que el tema sea utilizado como cotos políticos, Paciello indicó que eso es impensable y que la propia ciudadanía no lo permitirá.
Habló de la necesidad de que el Ejecutivo revea su postura sobre el tema o de que el Congreso se ratifique, a fin de que el proyecto de la colegiación sea finalmente promulgado, a pesar de la oposición del presidente de la República.
Reconoció que, de promulgarse la ley, se tendrán que conformar nuevos colegios.