martes, 22 de julio de 2014

Si nuestros instintos se limitaran al hambre, la sed y el deseo, seríamos casi libres.

" ¿Por qué presume el hombre de una sensibilidad mayor a la de las bestias cuando esto sólo consigue convertirlos en seres más necesitados? Si nuestros instintos se limitaran al hambre, la sed y el deseo, seríamos casi libres. Pero nos conmueve cada viento que sopla, cada palabra al azar, cada imagen que esa misma palabra nos evoca.

Descansamos; una pesadilla puede envenenar /nuestro sueño. Despertamos; un pensamiento errante nos /empaña el día.
Sentimos, concebimos o razonamos, reímos o /
lloramos. Abrazamos una tristeza querida o desechamos /
nuestra pena; Todo es igual; pues ya sea alegría o dolor,
El sendero por el que se alejará está abierto.
El ayer del hombre no será jamás igual a su /
mañana. ¡Nada es duradero salvo la mutabilidad!"

Fragmento de "Frankenstein o el moderno Prometeo" de Mary Shelley

1 comentario: