Usted está aquí: viernes 3 de marzo de 2006 Opinión ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

Tomando nota

La tragedia como oportunidad

Fox: pasta conchuda

Amecameca: atole sublevado

A NAPOLEON II se le está castigando no porque sea un líder sindical pillo ni porque maldefienda a sus representados (ambas cosas absolutamente ciertas), sino por haberse opuesto a las reformas laborales foxistas denominadas ley Abascal. El supermillonario Napito (así llamaban los mineros al júnior de quien fue cacique durante décadas, Napoleón Gómez Sada) ha sido utilizado por el foxismo-abascalismo como chivo respiratorio del derrumbe coahuilense, para así echar tierra periodística al asunto de Pasta de Conchos -donde los abogados empresariales están ofreciendo bono especial a los deudos para que acepten que los cuerpos de los 65 mineros no podrán ser rescatados- y para "recomponer" el panorama del sindicalismo charro mediante alianzas con el segmento igualmente corrupto y traidor al interés proletario que encabeza Víctor Flores (enriquecido escandalosamente a raíz de la privatización ferroviaria, orgullosamente gansteril). Por ello, la Secretaría del Trabajo cerró el paso a Napito cuando pretendió oponerse a que Flores siguiera en la presidencia del Congreso del Trabajo, y por ello se ha expedido con inusitada rapidez la toma de nota de que presuntos opositores a Gómez Urrutia le habrían depuesto. Los beneficiados de este peligroso episodio de aprovechamiento político de una desgracia social son el Grupo México (uno de los favoritos del sexenio), el cártel cetemista-ferrocarrilero y el grupo abascalino -con el secretario Salazar como ejecutor-, que sueña con dar un golpe de fin de sexenio consiguiendo apoyo a las reformas laborales hasta ahora atoradas (¡con todo lo cual, el nefasto y funesto Napito ha sido habilitado por el foxismo como defensor de la democracia sindical!).

MIGUEL DE LA MADRID nunca pudo zafarse del fantasma del terremoto capitalino de 1985, en el que fue distante e insensible. A Vicente Fox le sucede lo mismo con San Juan de Sabinas (Bush frente al Katrina), a tal grado que lo desquicia que le pregunten por qué no ha puesto pie en tierra coahuilense asolada. Descompuesto (tocadas las fibras de la mala conciencia), el Presidente de los mexicanos reviró con coraje al periodista que mencionó la ausencia delatora: "¿tú ya fuiste para allá?", devolvió, altanero, para no reconocerse desarmado, sin argumento a la mano, esperando que el reportero local hubiese fallado a esa eventualidad viajera, para entonces descalificarlo; disminuido lamentablemente el jefe del Estado mexicano cuando el periodista le dijo que sí, que él sí había ido a San Juan de Sabinas, ante lo cual el héroe del preciosismo aquel del "¿y yo por qué?" sólo pudo soltar un "te felicito" amargoso, resentido (alguien hizo ver a Fox el error cometido con esa respuesta torpe, lo cual llevó al Presidente a tratar de justificarse ante los enviados de la prensa nacional que le habían acompañado a Durango: si no estuve presente en la mina fue porque he estado presente mediante el gobierno federal, dijo, más o menos, el verbalmente trágico ex gobernador de Guanajuato. Deseoso de corregir el exabrupto de la lamentable felicitación dada a un reportero, el ausente Fox dijo que podría visitar San Juan de Sabinas para encabezar una ceremonia fúnebre, ¡o que podría llevar a los deudos a la ciudad de México para que allí se recordara a los muertos! ¡Oh, cuánta generosidad, con tal de eludir un escenario de previsible repudio! Ya para entonces se conocía otro preciosismo foxista declarado a un medio extranjero: los gringos nos estarán rogando dentro de 10 años por mano de obra mexicana, que ya no podremos proporcionarles. ¡Ténganla!).

AGRURAS VERBALES SABOR naranja sufrió el cada vez más desesperado Felipe Calderón (el 15 del presente, según eso, habrá un replanteamiento de campaña, dejando fuera el lema chafa de "Valor y pasión por México", según eso rediseñando el equipo de trabajo). De visita en Amecameca (aires de Zapata y de Sor Juana), el atribulado panista fue provocado por un llanero solitario que atribuía deshonestidad en las michoacanas manos que, según la propaganda del caso, rechinan de limpias. Calderón mostró condición sanguínea por primera vez en lo que lleva de andanzas electoreras (¿no habrá sido una maniobra de sus asesores, fabricada con la esperanza de que así cambie la composición química del atole hasta ahora fluyente?), y mostrándose gallito sin desplume concebido, recitó al reventador la lista de deshonestidades que, a su juicio, ha cometido el puntero López Obrador, y acabó la tanda advirtiendo que los saboteadores le hacen los mandados. ¡Ole!

EL GALLO DE un solo gallinero (en cuestión de debates) llama chachalacas a sus adversarios deseosos de promiscuidad polémica. La chachalaca es un ave galliforme voladora y vocinglera o, en sentido figurado, una persona que habla en demasía. López Obrador sólo acompañará a sus competidores en una sesión de controversias, pero dejará que los cuatro rezagados discutan solitos entre sí, regalo desdeñoso que ha encendido a sus opositores, sobre todo a miss Sedesol (que ya tiene homóloga en el equipo lopezobradorista, Marta Pérez Bejarano), a quien, pasado el tiroteo electoral, y si ganara la Presidencia, bien podría invitar a su gabinete para que mantenga el programa de asistencia electoral denominado Oportunidades, al que, para demostrar continuidad neoliberal en el tratamiento de la pobreza, dice AMLO que mantendría vigente.

Y ROBERTO MADRAZO (tal es el nombre de un presunto candidato de un difuso partido que, según versiones no confirmadas, todavía aspira a triunfar en las elecciones presidenciales inmediatas) trataba de matizar el epitafio que el miércoles había redactado en Zacatecas: "si no ganamos la casa grande, olvidémonos del futuro de esta gran organización". El eventual sustituidor, Enrique Jackson, declararía ayer, tomando medidas para confeccionar una camisa de fuerza: "a mí me parece una locura pensar que el PRI se acaba con una elección".

¡Feliz fin de semana!

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