Me siento muy afortunada, este año he tenido la suerte de haber viajado a sitios increíbles, va a ser difícil superar 2015.
El primer día del año lo pasé recorriendo las enredadas calles de roma, era mi primera vez, y a pesar de los cientos de turistas, me encantó. Lo que más me impresionó fue caminar por el Coliseo cual gladiador.
La capilla Sixtina
Al estar en Roma fui a otro país, el Vaticano, me libré de las horas de pues compré la entra on-line.
Para mí andar por el museo del Vaticano fue muy agobiante, ya que estaba repleto de grupos y los guardias eran muy desagradable...me daba más la impresión de estar en las rebajas que en un museo.
Por lo que cuando llegué a la capilla Sixtina me lo tomé con calma, conseguí un sitio en uno de los blanquitos que rodean la sala y me quedé más de media hora contemplando los frescos.
La costa de Portugal
En semana santa me fui a Portugal, fue toda una aventura, pues no tenía nada organizado, solo un blablabla de ida a Peniche.
Una vez en Lisboa, mi pareja y yo alquilamos un coche y recorrimos la toda la costa Sur. Cada noche parábamos en uno de los acantilados, veíamos la puesta del sol y dormíamos allí mismo.
Me escapé unos días a Grecia, y lo que más me gusto fueron las islas cyclades. Las recorrí en motocicleta y confundí las blancas casas de las colinas con nieve, me bañe en su agua azul cristalina y contemple la mágica puesta de sol de Santorini.
Las ovejas de Gales
Cuando Madrid empezó a hervir debido al calor, me fui un mes a Brecon, un pueblecito pequeño en Gales en el que han más ovejas que habitantes.