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¿Se puede amar a España desde Miami? El show de Marta Sánchez y Julio Iglesias
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Carlos Prieto

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¿Se puede amar a España desde Miami? El show de Marta Sánchez y Julio Iglesias

Polémica: la turbamulta carga contra la cantante por componer un himno patriótico pese a vivir en aguas calidas de Florida. Vida y milagros de los baladistas españoles de éxito

Foto: Julio Iglesias y Marta Sánchez. (Image: EC)
Julio Iglesias y Marta Sánchez. (Image: EC)

El desgarrador himno de España de Marta Sánchez va camino de convertirse en la noticia más aparatosa de 2018. He aquí el último giro (fiscal) del culebrón: la cantante dijo a este periódico que compuso la canción tras tener una “visión en Miami”. Luego contó a ‘El País’: “La gente que se avergüence de un himno y una bandera, a lo mejor debería plantearse vivir en otro lugar si tan incómodo e infeliz está en esta maravilla que tenemos que es España". Y entonces la plebe sumó dos más dos: ¿qué hace esta mujer dando lecciones de patriotismo desde la laxitud tributaria de Miami? Y se armó el quilombo...

¿Se puede amar a España y pagar impuestos en Florida? Por supuesto que sí, otra cosa son las implicaciones paródicas cuando uno es un titán de la canción romántica con ataques compulsivos de españolismo. Entonces empieza la comedia y hay que quitarse el sombrero...

Aunque el himno de España de Marta Sánchez ha pillado a todo el mundo por sorpresa, en realidad no es más que una variación de una fructífera tradición folclórica: la del baladista español que se atrinchera en Miami y empieza a tener fuertes ataques de morriña, todo ello cantado con las dosis melodramáticas características de nuestros grandes monstruos de la canción ligera. Analicemos ahora la letra teniendo esto en cuenta:

Vuelvo a casa, a mi amada tierra,

la que vio nacer un corazón aquí.

Hoy te canto, para decirte cuanto orgullo hay en mi,

por eso resistí.

Crece mi amor cada vez que me voy,

pero no olvides que sin ti no sé vivir.

Rojo, amarillo, colores que brillan en mi corazón

y no pido perdón.

Grande España, a Dios le doy las gracias por nacer aquí,

honrarte hasta el fin.

Como tu hija llevaré ese honor,

llenar cada rincón con tus rayos de sol.

Y si algún día no puedo volver,

guárdame un sitio para descansar al fin.


No obstante, oída la canción, algunos malintencionados no han podido evitar decir: “Oye, si tanto te gusta tu país, ¿por qué no vives y pagas impuestos aquí?”. Lo que no entienden estos resentidos y envidiosos que critican a Marta Sánchez es que las divas celtibéricas no se rigen por las mismas normas que el resto de los mortales. Que en España el rol de estrellas del rock -esos seres de los que no solo se espera que canten, sino también que se metan chutes de heroína y que arrojen televisiones por las ventanas de los hoteles- lo ocupan las folclóricas, y que lo mínimo que se puede exigir a nuestros baladistas de éxito es que acaben perdiendo los papeles en aguas cálidas y lanzando mensajes estrafalarios desde Miami. Como decían en ‘The Wire’: The game its the fucking game.

En efecto, cuando Marta Sánchez dice algo tan surrealista como que tuvo una “visión en Miami” antes de componer el himno de España, está apelando a toda una tradición, a un culto cuyo líder indiscutible es Julio Iglesias, el pionero, que en 1977 puso rumbo a Miami, cambió el rumbo de la música latina y marcó la pauta de lo debe hacer un baladista español de éxito para alimentar su mito (básicamente un sinfín de extravagancias).

Pisuerga Beach

Hay que aclarar que Julio Iglesias no se afincó en Florida para pagar menos impuestos, sino para meter el turbo a su carrera a nivel mundial, eso sí, aprovechando que el Pisuerga pasaba por Miami Beach, abrazó con gran algarabía el relax fiscal, como contó a este periódico con gran desparpajo su mánager de la época, Alfredo Fraile, en una entrevista impagable: "Yo monté el entramado 'offshore' de Julio Iglesias". ¡Weah!

Lo mínimo que se puede exigir a nuestros baladistas de éxito es que acaben perdiendo los papeles y lanzando mensajes estrafalarios desde Miami

Marta Sánchez, por tanto, no es más que la última diva en incorporarse (lleva tres años viviendo en Miami) a un culto que, como toda buena religión, tiene sus sumos sacerdotes (Yulio) y sus epifanías reveladoras. Si la religión Baladistas Españoles en Miami Rotos en Mil Pedazos tiene una epifanía rupturista, es la siguiente: 2 de junio de 1990, los hijos mayores de Julio Iglesias y Raphael juran bandera en Miami a bordo del Juan Sebastián Elcano... Sí, han leído bien.


El ‘Hola’, esa publicación que sabe bien lo que es importante y lo que no, dedicó 15 páginas a tan magno acontecimiento. Con este titular de portada (en mayúsculas): "JULIO IGLESIAS Y RAPHAEL BESARON LA BANDERA JUNTO A SUS HIJOS A BORDO DEL JUAN SEBASTIÁN ELCANO”. Antetítulo: “En un emocionante acto al que asistieron ambas familias en Miami”. Resumen en páginas interiores: “Entrañable y patriótico acto que estuvo presidido por el cónsul de España en la capital de Florida, el alcalde de la ciudad y el comandante del barco… Los hijos mayores de los cantantes -Julio y Jacobo- juraron bandera… Julio Iglesias y Raphael renovaron también su compromiso besando la enseña nacional. A continuación tuvo lugar un cóctel en cubierta, mientras la banda de música interpretaba ‘Yo soy aquel’ y ‘Soy un truhán’”.

Dato: también estuvo en el sarao Bertín Osborne (que pasaba por ahí).

Dato: Julio Iglesias está tan moreno en el reportaje del ‘Hola’ que más que nuestro cantante más internacional parece el embajador de Gabón en misión diplomática. ¿Que qué hacía un alto diplomático africano hecho papilla a bordo del Juan Sebastián Elcano? Eso es algo que deberá aclarar el ministerio de Defensa… lo que está claro es que, en 1990, Yulio ya había dejado de ser de raza blanca...

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Julio Iglesias abrió luego las puertas de su casa al ‘Hola’ para valorar la jura acuática: “Soy español hasta el alma, hasta la médula. Donde yo estoy, está mi país y la bandera hay que jurarla todos los días… trabajando”.

Si a usted le parecen un tanto exageradas expresiones como “soy español hasta la médula” o “donde yo estoy, está mi país”, quizá es porque no ha oído otros ripios dadaístas de Yulio para expresar su patriotismo: "España me llena la boca, y la vesícula biliar".

Vamos a ver: todo vale con tal de asegurarnos que Julio Iglesias siga diciendo disparates sobre vesículas biliares rojigualdas, y que Marta Sánchez siga teniendo visiones en Miami. Seamos pragmáticos. Ya lo dijo La Faraona Lola Flores: si todos los españoles ponen una peseta, me libro de pagar Hacienda y sigo llevando la alegría a todos los hogares de España. Quid pro quo, copón.

El desgarrador himno de España de Marta Sánchez va camino de convertirse en la noticia más aparatosa de 2018. He aquí el último giro (fiscal) del culebrón: la cantante dijo a este periódico que compuso la canción tras tener una “visión en Miami”. Luego contó a ‘El País’: “La gente que se avergüence de un himno y una bandera, a lo mejor debería plantearse vivir en otro lugar si tan incómodo e infeliz está en esta maravilla que tenemos que es España". Y entonces la plebe sumó dos más dos: ¿qué hace esta mujer dando lecciones de patriotismo desde la laxitud tributaria de Miami? Y se armó el quilombo...

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