Friedrich Loeffler Institute (FLI)
Namibia utilises One Health for rabies control including oral rabies vaccines for dogs
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Rabia

20 de septiembre de 2023

Datos y cifras

  • La rabia es una enfermedad vírica prevenible mediante vacunación que afecta a más de 150 países y territorios y ocasiona todos los años decenas de miles de defunciones, principalmente en Asia y África, el 40% de las cuales son de niños menores de 15 años.
  • En la gran mayoría de las muertes por rabia, el perro es la fuente de infección, y el origen del contagio en el 99% de los casos de transmisión a los humanos. Por ese motivo, la rabia puede prevenirse vacunando a los perros y evitando sus mordeduras.
  • Si se cree que se ha recibido una mordedura de un animal rabioso, se deben aplicar medidas profilácticas posexposición (PPE), que pueden salvar la vida de la víctima, como lavar de inmediato y a fondo la herida con agua y jabón durante 15 minutos, poner una serie de vacunas antirrábicas y administrar anticuerpos monoclonales o inmunoglobulinas antirrábicas.
  • Se calcula que a escala mundial la rabia acarrea unos costos de US$ 8600 millones al año.
  • El enfoque de «Una sola salud» garantiza la participación de varios sectores y comunidades locales para concienciar sobre esta enfermedad y llevar a cabo campañas masivas de vacunación canina.

Panorama general

La rabia es una virosis zoonótica que afecta al sistema nervioso y que se puede prevenir administrando una vacuna. Una vez que aparecen los síntomas clínicos, es mortal en prácticamente todos los casos. En hasta el 99% de los casos humanos, el virus es transmitido por perros domésticos. Sin embargo, la enfermedad puede afectar tanto a los animales domésticos como a los salvajes. La vía de propagación a personas y animales es la saliva, con la que se entra en contacto a través de mordeduras, arañazos o el contacto directo con las mucosas (de los ojos, la boca o heridas abiertas). Los niños de 5 a 14 años son víctimas frecuentes.

Aunque se trata de una enfermedad presente en todos los continentes excepto la Antártida, más del 95% de las muertes humanas se registran en Asia y África. No obstante, los casos no suelen notificarse y hay una divergencia enorme entre los datos oficiales y las cifras de mortalidad estimadas.

La rabia es una de las enfermedades tropicales desatendidas que afecta principalmente a poblaciones marginadas, pobres y vulnerables. Aunque existen inmunoglobulinas y vacunas eficaces para el ser humano, no suelen estar disponibles ni ser accesibles para las personas que las necesitan. Se estima que la profilaxis posexposición (PPE)  cuesta de promedio US$ 108 (a lo que hay que sumar los costos de desplazamiento y las pérdidas de ingresos conexas), una cantidad que puede llevar a la ruina a las familias afectadas, cuyo promedio de ingresos diarios puede ser de tan solo US$ 1 o 2 por persona.

Cada año, más de 29 millones de personas en todo el mundo reciben PPE. Se estima que esto previene anualmente cientos de miles de muertes por rabia. La rabia transmitida por perros acarrea unos costos mundiales estimados de US$ 8600 millones al año, una cifra que no abarca el trauma psicológico para las personas y las comunidades, cuyas repercusiones económicas no se han calculado.

Prevención

Eliminación de la rabia canina

La rabia se puede prevenir administrando una vacuna. La vacunación de los perros, incluidos sus cachorros, es la estrategia más costoeficaz para prevenir la enfermedad en el ser humano, porque se interviene en la fuente de infección. Además, se evita la necesidad de administrar PPE.

La educación sobre la conducta de los perros y la prevención de las mordeduras, tanto para los adultos como para los niños, es fundamental en todo programa de vacunación contra la rabia si se pretende reducir su incidencia en el ser humano y el gasto en el tratamiento de las mordeduras.

Inmunización del ser humano

Hay vacunas antirrábicas muy eficaces que se administran para inmunizar a las personas expuestas y como prevención de la exposición. Se recomienda aplicar medidas profilácticas preexposición (PPrE) a las personas que desempeñan determinadas ocupaciones de alto riesgo (como el personal de laboratorio que maneja virus vivos de la rabia y similares), así como a las personas que realizan actividades profesionales o personales en las que puedan tener contacto directo con murciélagos y otros mamíferos de zonas afectadas por la rabia, como es el caso del personal que trabaja en programas de lucha contra las enfermedades animales y de los guardabosques que colaboran en estas tareas.

La PPrE también puede estar indicada para las personas que viajen al aire libre y las que vivan en zonas remotas donde la rabia sea endémica y haya poco acceso a los productos biológicos para tratarla.

Síntomas

El periodo de incubación de la rabia suele ser de 2 a 3 meses, pero puede oscilar entre una semana y un año, dependiendo de factores como el lugar por donde entra el virus y de su concentración. Los primeros signos son comunes a otras afecciones: fiebre, dolor y sensaciones de hormigueo, picor o quemazón en la herida inusuales o no explicables por otra causa. A medida que el virus se desplaza al sistema nervioso central, aparece una inflamación progresiva del cerebro y la médula espinal que acaba produciendo la muerte. El tratamiento puede aliviar los síntomas pero en muy pocos casos conduce a la curación y, aun así, los supervivientes sufren graves déficits neurológicos.

La enfermedad puede adoptar dos formas:

  • En la primera, la rabia furiosa, los enfermos presentan signos de hiperactividad, excitación, alucinaciones, falta de coordinación, hidrofobia (miedo al agua) y aerofobia (miedo a las corrientes de aire o al aire libre). La muerte se produce a los pocos días por paro cardiorrespiratorio.
  • La segunda forma es la rabia paralítica, que representa aproximadamente el 20% del número total de casos humanos. Esta forma tiene una evolución menos grave y, por lo general, más prolongada. Los músculos se van paralizando gradualmente, empezando por los más cercanos a la herida. El paciente va entrando en coma lentamente y acaba falleciendo. A menudo, la forma paralítica no se diagnostica correctamente, lo cual contribuye a la subnotificación de la enfermedad.

Diagnóstico

Las herramientas diagnósticas actuales no permiten detectar la rabia antes del inicio de la fase clínica. A menos que haya signos específicos de hidrofobia o aerofobia o indicios plausibles de contacto posible o confirmado con un animal rabioso, el diagnóstico clínico es difícil de establecer. La rabia en el ser humano se puede confirmar en vida y post mortem mediante diferentes técnicas que permiten detectar virus enteros, antígenos víricos o ácidos nucleicos presentes en los tejidos infectados (cerebro, piel o saliva).

  • Técnicas analíticas utilizadas para detectar la rabia: volúmenes 1 y 2 (en inglés).

Transmisión

La infección en el ser humano suele producirse por la mordedura o el arañazo profundos de un animal infectado, que, en el 99% de los casos, es un perro. También puede haber transmisión si un animal infectado o su saliva entran en contacto directo con las mucosas (de los ojos o la boca) o con heridas superficiales recientes.

En las Américas, los murciélagos que comen sangre son la principal fuente de infección en los casos mortales de rabia, puesto que la transmisión al ser humano por mordedura de perros rabiosos se ha interrumpido en gran medida. La rabia transmitida por murciélagos se está convirtiendo en una amenaza para la salud pública también en Australia y Europa occidental.

Las defunciones de seres humanos en humanos por rabia contraída por contacto con zorros, mapaches, mofetas, chacales, mangostas y otros huéspedes carnívoros salvajes infectados son muy raros, y no hay casos conocidos de transmisión a través de mordeduras de roedores.

También se puede contraer la enfermedad por trasplante de órganos infectados o inhalación de aerosoles que contengan el virus, aunque se dan poquísimos casos. Teóricamente, se podría transmitir también de persona a persona por mordeduras o a través de la saliva, pero nunca se ha confirmado. Lo mismo ocurre con la ingestión de carne o leche crudas de animales infectados.

Profilaxis posexposición (PPE)

El tratamiento profiláctico posexposición (PPE) se administra urgentemente tras una mordedura. Ello impide que el virus entre en el sistema nervioso central, lo cual provocaría la muerte con total seguridad. La PPE consiste en:

  • la limpieza a fondo con agua y jabón durante al menos 15 minutos y el tratamiento local de la herida tan pronto como sea posible después de la sospecha de exposición;
  • la aplicación de una vacuna antirrábica potente y eficaz conforme a las normas de la OMS; y
  • la administración de inmunoglobulina antirrábica o de anticuerpos monoclonales en la herida, si está indicada.

Riesgo de exposición e indicaciones de la PPE

En función de la gravedad del contacto con el animal presuntamente rabioso, se recomiendan las siguientes medidas profilácticas tras la exposición:

Cuadro: Tipo de contacto y medidas profilácticas posexposición (PPE) recomendadas

Tipo de contacto con un animal presuntamente rabioso Medidas profilácticas posexposición
Tipo I: tocar o alimentar animales, lamedura sobre piel intacta (sin exposición) Lavar la superficie expuesta de la piel, sin PPE.
Tipo II: mordisco, arañazo o erosión leves en piel expuesta, sin sangrado (con exposición). Lavar la herida y vacunar de inmediato.
Tipo III: una o varias mordeduras o arañazos transdérmicos, contaminación de mucosas o zonas de piel dañadas con saliva por lamedura; exposición por contacto directo con murciélagos (con exposición suficiente) Lavar la herida, vacunar de inmediato y administrar inmunoglobulina antirrábica o anticuerpos monoclonales.

La PPE es necesaria tras la exposición de los tipos II o III.

La OMS recomienda administrar las vacunas antirrábicas por vía intradérmica, ya que así se reduce la cantidad de vacuna necesaria y, por tanto, el costo, en un 60-80%, sin comprometer su seguridad y su eficacia.

Respuesta de la OMS

La rabia está incluida en la Hoja de Ruta de la OMS para el Control Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas 2021-2030, que establece objetivos regionales progresivos para eliminar determinadas enfermedades, una de ellas la rabia. Puesto que se trata de una zoonosis, el control de la rabia requiere una estrecha coordinación intersectorial a nivel nacional, regional y mundial.

  • La OMS, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA, fundada como OIE) han puesto en marcha el Foro «Unidos contra la Rabia», una plataforma de varias partes interesadas que aboga por la acción y la inversión en el control de la rabia.
  • La rabia puede favorecer considerablemente la capacitación del personal que trabaja en el enfoque de «Una sola salud».
  • La OMS colabora con sus asociados para orientar y ayudar a los países a elaborar y aplicar sus planes nacionales de eliminación de la rabia, pero se dispone de pocos datos. Reforzar la vigilancia de la enfermedad, notificar datos y supervisar los programas contra la rabia siguen siendo objetivos prioritarios.
  • La OMS elabora orientaciones técnicas sobre la rabia y ayuda a los países a desarrollar sus capacidades.
  • En 2019, Gavi, la Alianza para las Vacunas, incluyó las vacunas contra la rabia humana en su estrategia de inversión en vacunas para 2021-2025 con objeto de financiar la ampliación de la profilaxis posexposición de la rabia en los países que cumplieran los requisitos. Debido a la pandemia varios nuevos programas de vacunación de Gavi, incluido el de la rabia, tuvieron que interrumpirse; en junio de 2023 la Junta Directiva de Gavi decidió reactivar los programas. La planificación para retomar la vacunación contra la rabia humana se ha reiniciado.

Las claves para poner en marcha programas eficaces de eliminación de la rabia son implicar a la población local, empezar a pequeña escala, catalizar la inversión a largo plazo mediante planes de estímulo, lograr la implicación de los gobiernos, demostrar los resultados y la rentabilidad de los programas y ampliar su ámbito de actuación rápidamente.

La rabia se puede eliminar si se da prioridad a este objetivo y se le presta el apoyo económico y político adecuado.