Prácticamente para nadie es desconocido que Meghan Markle es una activa defensora de los animales y que no tolera actividades como la cacería, algo bastante complejo tomando en cuenta las tradiciones de la familia real.

Es por lo anterior que en estos momentos la duquesa de Sussex no lo debe estar pasando para nada bien, luego que se conociera que su esposo, el príncipe Harry participó de la clásica caza de faisanes que celebra la realeza al día siguiente de Navidad, en los terrenos de Sandringham.

Tanto él como su hermano y otros miembros de su familia participan año a año, sin embargo, en 2017, cuando el duque estaba en pleno proceso de conquista a la exactriz estadounidense, no quiso ser parte de este evento, probablemente por el rechazo de Meghan hacia esta actividad y porque lo habría presionado durante su noviazgo a que no continuara con esta práctica.

Por lo mismo, todos esperaban que este año nuevamente se ausentara. De hecho, un artículo del Mirror aseguraba que Markle había convencido a su esposo de no cazar este 26 de diciembre, algo que incluso entidades como The Vegan Society celebraron: “Veganos o no, muchos británicos se oponen a la caza de animales. Nos gustaría que la familia real diera ejemplo y dejara de participar en esta práctica cruel”, dijo su portavoz Dominika Piasecka.

No obstante, el portal británico Telegraph, indicó que una fuente cercana al palacio de Kensington negó que la duquesa no le permitiera a Harry cazar.

La misma fuente aseguró que la duquesa está enterada de todo los pasos de Harry y que incluso él ha seguido cazando luego que se casaran y que si la familia real compró hace un tiempo un labrador retriever fue porque precisamente esa raza es una de las mejores para esta práctica.

Cabe señalar que la caza es algo que ha unido por siempre a los hermanos William y Harry, y tomando en cuenta los rumores sobre la compleja relación de Meghan con el resto de la familia, el no participar de esta actividad enfriaría aún más las relaciones.

Es por eso que diversas fuentes aseguran que la duquesa ha cedido ante este hobbie de su esposo, para demostrar que no tiene un carácter tan duro como se le pinta.