RESPON(S)HABILIDADES

La RSC es una revolución social que lideran empresas y consumidores

  • El compromiso social y ambiental es necesario, vende y está de moda, y todo eso da el poder a empresas y consumidores para liderar el necesario cambio global y la nueva economía

La RSC es una revolución social que lideran empresas y consumidores.

La RSC es una revolución social que lideran empresas y consumidores. / H. I.

HA pasado por fin y casi no nos hemos dado cuenta. Así, mientras aún hay demasiada gente que no sabe lo que es la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), la Agenda 2030 o los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, todos estos conceptos y muchos más han inundado nuestro día a día. Aparecen como mensajes evidentes o subliminales en los informativos de televisión, en la publicidad, en las comunicaciones de empresa, en el mobiliario callejero, en los programas de radio… La RSC se fortalece y lo hace en el área en el que de verdad participamos todos y todos podemos influir: la economía. Empresas y consumidores tienen el poder.

Han sido muchos años hasta este momento. Décadas en las que la RSC ha evolucionado como todo en la vida. Y lo seguirá haciendo mientras haya vida. Porque en realidad la Responsabilidad Social Corporativa trata de eso, de la vida, y quiere encontrar para los seres humanos la mejor forma de relacionarnos con nuestros ecosistemas. Con todos los ecosistemas: el social, el ambiental y el económico.

Cambiar lo que no funciona

El jueves pasado una amiga –que seguro que va a leer este periódico– me dijo un axioma de esos que no se pueden poner en duda: lo que funciona se mantiene, y lo que no funciona se cambia. ¿Qué les parece? Es para estar de acuerdo, desde luego, y seguro que ella se va a sonreír cuando pase su mirada por estas líneas.

Pues quizás les sorprenda (lean aquí cierta ironía por favor), pero en cuanto a la relación del ser humano con nuestros ecosistemas a nivel global parece que la cosa no ha funcionado demasiado bien. Las desigualdades sociales y los desequilibrios económicos son muy evidentes y de la crisis ambiental mejor ni seguimos hablando.No es que me quiera poner tremenda o pesimista, que quienes me conocen saben que no lo soy, pero no puedo dejar de acordarme de que empezamos hace ya demasiados años a hablar de sustentabilidad, de calidad ambiental, de desarrollo sostenible…

Eran en su momento palabros que también se pusieron de moda inundando discursos políticos y algunos gestos empresariales. Y a pesar de todo, las brechas sociales y económicas han seguido aumentando y la crisis ambiental ha tomado rango de emergencia. ¿Qué estamos esperando para cambiar?

El secreto del éxito creo que está donde siempre: en dejar de hablar y actuar más. En implicar a todos los agentes sociales en la transformación del estado de las cosas que no funcionan y eso va más allá de gobiernos, instituciones, ONG y grandes empresas. Hace falta que se involucren las pymes y las personas. Justo ahí es donde tenemos una oportunidad importante.

La revolución socieconómcia de la responsabilidad

Les invito a hacer algunas reflexiones. La primera: no hay Responsabilidad Social Corporativa si no hay acción, y no hay RSC si esas acciones no mejoran la relación del ser humano con sus ecosistemas. Por tanto el cambio pasa por hacer cosas, a todos los niveles, y por poner a las personas en el centro de todas esas cosas que hacemos.

Segunda reflexión: para que la RSC de verdad transforme el mundo, la implicación de las empresas, especialmente de las pymes por ser la gran mayoría, es fundamental. Hasta ahora el esfuerzo de todos los gobiernos, instituciones y grandes empresas del mundo ha demostrado no ser suficiente.

Tercera reflexión: las empresas existen mientras son rentables, así que su compromiso como agentes de cambio social debe valerles para ser rentables y seguir existiendo, algo que consumidores y gobiernos deberíamos agradecer y reconocer con nuestros actos.

La conclusión es que todo esto es un juego de corresponsabilidad en el que todos ganamos. Y no es que haya perdido la fe en la política o en los gobiernos, al menos no del todo todavía, pero desde luego confío mucho más en las empresas y en las personas.

Señales de esperanza, gestos a copiar

Cada vez hay más gestos, más acciones, más señales de esperanza que nos invitan a pensar que algo está empezando a cambiar. Algunos de los que a mí me gustan especialmente, por el efecto contagio que producen, son los siguientes.

Legislaciones que vigilan la ética y la transparencia de las empresas y les sirve a éstas para demostrar públicamente su compromiso. Alguna ley de estas está empezando a caminar y no parece que haya empezado con buen pie. A ver.

Administraciones públicas que modifican sus normativas y adjudican obras y servicios también por criterios socio-ambientales valorando el contrastado compromiso con la RSC de la empresa adjudicataria. Pasa, aún poco, pero cada vez más.

Empresas responsables y socialmente activas que compran sólo a otras empresas que son responsables y demuestran ser socialmente activas. Esto también pasa ya, cada vez más, pero no aún lo suficiente.

Organizaciones empresariales que impulsan la creación de observatorios de la RSC entre sus asociados, facilitando herramientas, abriendo caminos. Igualmente pasa, pero no parece que con suficiente contundencia todavía.

Programas de sensibilización social a todo tipo de públicos, especialmente a los más jóvenes, sobre movimientos internacionales de RSC como el que impulsa los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). También esto está pasando cada vez más.

Campañas de mejora socioambiental lideradas por empresas de gran consumo, asumiendo la corresponsabilidad de sus impactos. Esto está ya siendo tendencia.Encuentros sectoriales de revisión, innovación e impulso de nuevos modelos económicos y procesos productivos más sostenibles. Esto es ya una realidad.Colectivos sociales que impulsan campañas de consumo responsable. Esto es ya algo cada vez más habitual.

Personas concienciadas responsables que consumen y viven contagiando al entorno con sus conductas coherentes. Esto es lo que de verdad está transformando el mundo. Si se dan cuenta, las empresas y las personas vamos bastante más rápido en esto de la revolución social que se avecina. Para reflexionar.

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