El cumulo de sensaciones lo invaden y convierten a Manasa en un manojo de emociones después de la épica victoria donde sus dirigidos mostraron las garras y escribieron otra página notable en la historia de nuestro rugby.



“Fue una noche para el recuerdo. Es para que disfrute todo el rugby argentino y marca el esfuerzo de todos, desde los clubes hasta nosotros. Esto sigue y hay que tener claro que quedan cuatro partidos para cerrar esta etapa”, contó el entrenador asistente.

Y luego añadió: “Ojalá podamos seguir dándonos este tipo de alegrías. Hace unos años vine a ver a estos flacos con Hindú que metieron 80 puntos como local. Sabíamos que iba a ser un partido muy duro, que había que laburarlo y creo que a partir de esta victoria van a adquirir una confianza que va a ser difícil de parar”.

Para cerrar, mostró su identificación por el proyecto que llevan adelante: “La verdad es que tengo una alegría bárbara. No puedo pensar mucho más y quiero ir al vestuario a compartir un rato con los muchachos. Este equipo es una cosa de locos y transmiten lo que verdaderamente quieren matándose por mejorar”.