A fines del 2015, “La Nación” comenzó con una nueva ofensiva editorial: las notas con argumentos pro militares y defendiendo la “teoría de los dos demonios” son moneda corriente.

dictadura

La política es movimiento y también correlación de fuerzas: varios sectores conservadores resurgieron desde las páginas del diario con el triunfo de Mauricio Macri para poner nuevamente en disputa ciertos términos, discursos y narrativas que se venían consolidando en los últimos años.

Ahora, a través de un nuevo editorial, piden que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dé curso a una denuncia presentada por María Cristina Picón de Viola, esposa del capitán Humberto Viola: este último fue asesinado por un comando del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) a fines de 1974.

Viola

“La Nación” vuelve a poner en boga la “Teoría de lo dos demonios” y pide que los miembros de Montoneros y ERP sean juzgados por crímenes de lesa humanidad: “Eran tiempos difíciles. La Argentina estaba inmersa en un duro conflicto armado interno y sufría -cabe recordar- un ataque sistemático contra la población civil, que amenazaba con destruir la República. María Estela Martínez de Perón había decretado el estado de sitio, denunciando expresamente la barbarie desatada”, señalan en la nota.

“Sin perjuicio de que en el conocido fallo ‘Tadic’ el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia estableció que los actores no estatales también pueden ser autores de crímenes de lesa humanidad, la señora de Viola aporta en su denuncia abundantes pruebas para demostrar que el terrorismo en la Argentina fue también terrorismo de Estado. No sólo por haber contado con el financiamiento y el apoyo del Estado cubano, sino también por haber sido facilitado por la acción u omisión del Estado argentino”, fundamentan en “El caso Viola y la lesa humanidad”.

Tal cual como suele suceder, hacia el final del editorial vuelven a vincular al kirchnerismo con las organizaciones político-militares de los años setenta: “La señora de Viola expresa que le es particularmente doloroso formular su denuncia en momentos en que la enorme corrupción de los gobiernos kirchneristas está saliendo a la luz. Esos gobiernos estuvieron integrados por algunos miembros prominentes del ERP y de Montoneros, organizaciones armadas que se arrogaron el derecho de asesinar a civiles inocentes para construir presuntamente un mundo “más justo, solidario y honesto”.

Esto último no responde al azar ni es algo menor sino que tiene un fin claro: intentar echar por tierra todo el trabajo llevado adelante e incansablemente por los organismos de derechos humanos argentinos durante casi las últimas cuatro décadas al igualarlo y homologarlo con el Frente Para la Victoria (FPV), sus casos de corrupción y errores garrafales.

La memoria, en tanto construcción social, siempre susceptible de reconfigurarse y teñirse de nuevos significados, nuevas lecturas del pasado y reactualizaciones, está más en disputa que nunca. Las tensiones, conflictos y complementariedades en el plano de “lo político no están ajenos a este proceso.

Para entender el particular empeño del diario en publicar este tipo de columas y editoriales:

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