Varillas hacia el cielo

Es triste ver a un hombre desempleado; su cara muestra desesperación. Su carencia deja de ser una estadística para convertirse en una realidad que se estrella en nuestras caras.

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En un grupo de enfoque por doscientos pesos estamos varios participantes. Eso vale nuestro tiempo. Nos preguntan sobre un político. Están preparando su primer informe de labor legislativa. Preguntas triviales: ¿Qué camisa le queda mejor? ¿Se ve mejor solo o acompañado? y muchas más en ese tono. 

Me llama la atención uno de los participantes, su semblante se nota preocupado; contesta preguntas pero su mente da la impresión de estar en otro lado. Se ve triste. En un receso nos acercamos a la mesa donde está el café, se me ocurre preguntarle a qué se dedica: “Llevo más de un año desempleado”, me informa. No sigo interrogando, pero no puedo dejar de pensar que para él esos doscientos pesos son la producción del día, quizás lo que le permita poner comida sobre su mesa. 

Es triste ver a un hombre desempleado; su cara muestra desesperación, desesperanza, amargura. No pude dejar de pensar en él y su familia. Su carencia deja de ser una estadística para convertirse en una realidad que se estrella en nuestras caras. 
México es un país de contrastes. 

Kilómetros de pobreza se extienden ante nosotros. Entrando a la ciudad vemos miles de casas; todas iguales; en obra negra, con toneladas de varillas apuntando hacia el cielo. ¿Cuántos años llevan inconclusas? Sólo sus dueños sabrán. Seguramente las dejaron así, pensando concluirlas algún día, algo que nunca sucederá. En un principio; esas varillas son la promesa de un sueño por cumplir, pero con el paso del tiempo se convierten en la representación gráfica de una dura realidad: un México que va relegando a la pobreza a cada vez más ciudadanos. 

Entrando a la ciudad, por sus principales arterias, por encima de estas casas vemos espectaculares de legisladores anunciando informes. Sonrientes, presumen logros y quizás sean ciertos; pero aún así la gran asignatura pendiente de México es el combate a la pobreza. La cifra oficial habla de más de 50 millones de pobres (casi la mitad de la población).

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