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¿Por qué las calles de tiendas están perdiendo relevancia?

Los millennials y los cambios en el consumo explican que, cada vez, cierren más tiendas de las calles principales.

Por Redacción - 26 Octubre 2016

Uno de los puntos tradicionales en la distribución de todas las ciudades es el de la gran calle comercial. Suele haber unas cuantas calles llenas de tiendas que son las zonas de comercio de la urbe, pero entre ellas suele destacar una, la gran calle comercial donde están todas las grandes tiendas y que es por donde se empieza cuando se va de compras. Todas las ciudades tienen una, sin que importe realmente el tamaño del lugar, y todos sus habitantes, y hasta sus visitantes, la reconocen rápidamente. Solo hay que pensar en el lugar en el que se creció y en el lugar en el que se vive, intentar visualizar cuál es la calle de las tiendas y se verá esta realidad.

Pero el hecho de que sea uno de los puntos tradicionales y uno de los que se ha repetido década tras década y siglo tras siglo en la organización de las ciudades y en las rutinas urbanas no está salvando a las calles comerciales de los cambios. Las ciudades están cambiando porque la sociedad está cambiando y los hábitos de consumo están también viéndose modificados en los últimos años, lo que está teniendo un impacto directo sobre lo que hacen los consumidores y sobre dónde lo hacen.

Y en este panorama de cambios las grandes calles comerciales están viéndose afectadas. Los estudios de los últimos años han señalado que el tráfico de peatones por estas grandes calles está cayendo y que, por tanto, los consumidores que las recorren son de forma regular cada vez menos. Si se pasea por las zonas comerciales de las grandes ciudades, no es ya nada extraño ver bajos cerrados y carteles de "se alquila". Los carteles y los cierres aparecieron durante la crisis económica (de hecho, se convirtió en uno de los temas recurrentes en la prensa local, el de hacer un reportaje en profundidad sobre cuántos bajos quedaban abiertos y cerrados en aquellas calles de compras populares), lo que hizo que rápidamente una cuestión se ligase a otra. Pero, aunque el impacto de la crisis parece indiscutible, ¿es todo lo que explica que las tiendas de las calles comerciales hayan cerrado y hayan visto una caída de consumo en los últimos tiempos? ¿O hay un elemento más a sumar a esta realidad?

Las calles comerciales están cambiando y la crisis económica no es la única explicación que se puede encontrar para ello. Ver lo que está pasando en Reino Unido puede ayudar a verlo claro. En Reino Unido, las tiendas de las calles comerciales siguen cayendo como moscas. Según un estudio de PwC y Local Data Company, en los primeros meses del año cerraron 2.600 tiendas de grandes calles comerciales, al tiempo que la apertura de nuevas tiendas se ha ralentizado, lo que ha impactado en cómo se ven esas calles y su actividad. Según las estadísticas, esto supone que cada día se cierran 15 tiendas.

Por áreas, los bancos son los que más han perdido, con un mayor cierre de oficinas, seguido por las tiendas de ropa de hombres y de mujeres y las tiendas de moda (accesorios y similares).

Millennials y pocas tendencias de moda

¿Por qué están cerrando estas tiendas? Las razones por las que están cerrando las tiendas son, en realidad, menos locales de lo que podría parecer y sirven para comprender mucho mejor lo que está ocurriendo en muchos más mercados que simplemente este. Reino Unido funciona así como un laboratorio para comprender lo que ocurre de forma más genérica. Por un lado, los costes de los negocios son más elevados pero los ingresos de las familias más ajustados, lo que impacta en las operaciones. Por otro lado, las firmas de retail se están enfrentando a los cambios de hábitos y al creciente peso de internet, lo que hace que tengan que modificar cómo consideran las cosas y lo que hacen. Los consumidores están comprando cada vez más online y las tiendas tienen que ser capaces de adaptarse a ello.

Pero, a este panorama general, deben sumarse dos razones cruciales que están haciendo que la afluencia de consumidores sea menor y que están cambiando los hábitos. Una podría ser más o menos efímera. El que no esté habiendo grandes tendencias de moda, de esas que cogen el mercado por asalto y nos hacen cambiar a todos nuestro vestuario, está haciendo también que consumamos menos. Se compra menos porque hay menos novedad.

La otra es mucho menos potencialmente cambiable y mucho más sólida. Los millennials son, en parte, culpables de esta crisis y de este cambio. Los millennials prefieren gastar su dinero en experiencias, no en productos, lo que hace que no quieran comprar cosas sino invertir en elementos como vacaciones o como comida. Esto explica, por otra parte, el que los sectores que están creciendo más en las calles comerciales sean tiendas de comida, restaurantes temáticos y cafeterías. Estos consumidores quieren el tipo de establecimiento en el que se pueden encontrar esas experiencias que buscan.

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