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Comunidad y Salud

versión impresa ISSN 1690-3293

Comunidad y Salud vol.11 no.1 Maracay jun. 2013

 

Componentes de formación para la atención en salud de personas sexo-género diversas.

Godoy Diana 1, González Soraya 1, Rivero Javier 1

1 Médica/o Unidad de Investigación y Estudios en Salud Pública. Facultad de Ciencias de la Salud. Sede-Aragua.Universidad de Carabobo. Correspondencia: artemisadygf@hotmail.com

RESUMEN

Las personas sexo-género diversas son discriminadas en el sector salud. La formación de los profesionales de la salud en universidades nacionales tiene su base en los programas educativos, los cuales surgen como respuesta a las necesidades sociales de una población. El perfil de las y los egresados determina la calidad de la atención en salud que brinda a la población. En este estudio, se propone determinar los componentes de formación para la atención en salud de personas sexo-género diversas en los programas de las carreras de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo Núcleo Aragua. Es realizado un estudio documental, descriptivo de tipo transversal. Se revisaron 113 programas educativos, mediante una lista de cotejo que consta de 12 items los cuales representan los componentes de formación. Se aplicó una escala de intervalos que califica los hallazgos de acuerdo a la cantidad de ítems presentes o ausentes.Se evidencia que en las escuelas de Enfermería, Medicina y Bioanálisis, el porcentaje de programas que contienen componentes de formación para la atención de personas sexo-genero diversas es de 26,9%, 18.6 % y 4,5% respectivamente. De los 12 ítems propuestos 3 de ellos (Educación sexual, Biología sexual y Trastornos de la identidad sexual) se encontraron presentes, lo que se califica como "Escaso" según la escala de intervalos. Los componentes de formación se encuentran presentes en una magnitud insustancial que no permite constituir un egresado que responda a las necesidades de atención. Se recomienda la incorporación de los componentes a los programas que contribuyan a la formación del personal de salud en materia de sexo-genero diversidad.

PALABRAS CLAVE: Sexo-género diversidad, componentes de formación, atención en salud.

Components of training for the health care sexgender diverse people.

ABSTRACT

People sex-gender diverse is discriminate in the health sector. The formation of the health professionals in national universities has its base in educative programs, which came up as answer to the social needs of the population. The graduate determines the quality of the attention in health that gives to the population. Determinate the components of formation for the health attention of sex-divers in the programs of the health science careers of the Carabobo University Aragua. This is a documentary studies, descriptive of transversal type. 113 educative programs were reviewed, by means of comparison list to consist in 12 items which represents the components of formation. It was apply a scale of interval to rate the findings agreed to the amount of items presents or absent. In nursing, medicine and bioanalysis school the percentage of programs that contains components of formation for the attention of sex-gender diverse persons is of 26, 9%, 18.6% y 4,5% respective. Of the 12 items proposed 3 of them (sexual education, sexual biology and disorders of sexual identity) were present, what qualifies as "scarce" according to the intervals scale. Components of formation are present in an insubstantial amount that doesn´t allows constitute a graduate responds to the evident needs. Recommend to incorporate components to the programs that contributed to the formation of the health staff in sex-gender diverse matters.

KEY WORDS: Sex-gender diversity, formation components, attention in health.

Recibido: Febrero, 2013  Aprobado: Abril, 2013

INTRODUCCIÓN

La sexualidad es un proceso de aprendizaje que se manifiesta y evoluciona a lo largo de todo el ciclo de vida: la infancia, la adolescencia y la adultez.1 Basada en el sexo (biológico), incluye el género, identidades de sexo y género, orientación sexual, erotismo, vínculo emocional, amor, y reproducción. Se experimenta o se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales.2

Por su parte, la orientación sexual, aspecto constituyente de la sexualidad, es la preferencia o inclinación sexual que caracteriza el objeto de los deseos amorosos, fantasiosos o eróticos de una persona. La orientación sexual es casi siempre clasificada en función del sexo de la o de las personas deseadas: heterosexual (hacia el sexo opuesto), homosexual (hacia el mismo sexo), bisexual (indiferentemente para ambos sexos), asexual (sin ningún interés hacia ningún sexo).1 A diferencia de ésta, el género es el conjunto de significados (masculinos y/o femeninos) contingentes que los sexos asumen en una sociedad dada, en un tiempo histórico determinado y, la identidad de género es el sentimiento íntimo (la certeza) de ser hombre o mujer que se construye a través de un sistema simbólico (masculino/femenino), estrictamente binario.3 De la interacción entre las esferas de lo biológico y lo sociocultural e histórico surge la sexo-género diversidad, categoría conceptual e inclusiva que engrana estas dos categorías y engloba a las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales, transgénero, transexuales, intersex y asexuales, y también heterosexuales.4

Para desarrollar de manera plena pensamientos, deseos y actitudes que forman parte de la sexualidad es necesario contar con salud sexual. Esta se refiere a la experiencia del proceso continuo de bienestar físico, psicológico y sociocultural relacionado con la sexualidad. La salud sexual se observa en las expresiones libres y responsables de las capacidades sexuales que propician un bienestar personal y social, enriqueciendo de esta manera la vida individual y social. No se trata simplemente de la ausencia de disfunción, enfermedad o discapacidad. Para que la salud sexual se logre es necesario que los derechos sexuales de las personas se reconozcan y se garanticen.2

Sin embargo, existen diversos países del mundo como Irán, Mauritania, Arabia Saudí, Sudán y Yemen; donde las personas sexo-género diversas son discriminadas, sancionadas y perseguidas, ya que consideran la homosexualidad ilegal; y en Nigeria y Somalia, donde los actos homosexuales pueden ser castigados hasta con la muerte.5 Más allá del respeto a la Diversidad Cultural entre naciones y pueblos, estamos hablando de Derechos Humanos Fundamentales reconocidos por todas las naciones del mundo.

A nivel mundial la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han fijado posición con respecto a la sexo-género diversidad extrayendo de la lista de enfermedades mentales a la homosexualidad,6 no siendo así para los travestis, transexuales y transgénero los cuales son considerados trastornos de la identidad sexual según el DSM-IV.7 Esta contradicción parece explicar el maltrato y discriminación contra este sector de la población sexogenero diversa.8 El esfuerzo hecho desde el Modelo Biomédico y Tecnocrático, por patologizar (y así tratar de explicar y clasificar) el comportamiento humano se hace evidente en esta y otras contradicciones.

Al odio, rechazo y desvalorización que se expresa en la discriminación hacia las personas sexogenero diversas se le conoce como Homolesbotransfobia9 donde la sociedad, por diferentes mecanismos rechaza aquellas formas de sexualidad no admitidas por las pautas tradicionalmente consensuadas en la misma.3

En Latinoamérica, el sector salud es la instancia pública donde más se discrimina a las personas por su orientación sexual e identidad de género.10 Dentro de las prácticas discriminatorias y de violencia que reciben en los centros de salud se encuentran la falta de confidencialidad, los prejuicios, el maltrato, la negación así como la demora en la atención,11 siendo esta de manera poco directa, se le desvía de servicio y de consulta para no tener contacto, se hacen rumores y burlas en algunos casos, y falta de consideración a la intimidad de la persona. Esto hace deficiente el servicio, retrasa el trabajo y tensiona el ambiente violentándose de esta forma el derecho a la salud.12 Tales conductas generan un distanciamiento por parte de las personas sexo-genero diversas del sistema de salud, lo que hace que acudan a los centros asistenciales cuando la salud se encuentra gravemente deteriorada.11 A nivel internacional, la Oficina Panamericana de la Salud (OPS) y la OMS han identificado en algunas de sus publicaciones que la homofobia, la discriminación y el estigma hacia las personas por su orientación sexual e identidad sexual y de género constituye una barrera para el acceso de las personas a los servicios de salud, a la consulta y la continuación de tratamientos.13

Todas estas prácticas discriminatorias, cuestionan la formación de los profesionales de la salud responsables de la prestación directa de este servicio. Según un estudio realizado en México en el año 2008, falta preparación, formación y entrenamiento desde la visión sexo-género diversa.12

La formación de los profesionales de la salud en universidades nacionales en Venezuela, tiene su base en los programas educativos. Estos programas, surgen (en teoría) como respuesta a las necesidades sociales de una población en un momento histórico determinado. Por ende, el tipo de sociedad que se busca hacer realidad a través del programa educativo viene determinado por el diagnóstico que se haga de la situación existente.14 En estudios realizados en Venezuela en el año 1985 se encontraron contenidos de asignaturas de la carrera de Medicina que eran necesarios y otros que no, lo que exigía el mejoramiento y adecuación del pensum al contexto social.15 Esto hace evidente que, para que existan profesionales capacitados para solucionar las problemáticas planteadas deben en primer lugar ser identificadas estas como tal. De esta forma, se incorporarán componentes que permitan formarlos constituyendo un perfil del egresado que se corresponda con la realidad social. Así, es este, el que con sus características y atributos determina la calidad de la atención en salud que se brinda a la población.

Tener una planificación integral del contenido que se impartirá en una carrera de educación superior es de suma importancia, de ello dependerá la formación adecuada de los futuros profesionales y por ende su desempeño, ya que hay una influencia recíproca entre la calidad de los programas educativos y los servicios de salud.14 Es por ello que en esta investigación se propuso determinar los componentes específicos de formación para la atención en salud de personas sexogénero diversas en los programas educativos de Enfermería, Medicina y Bioanálisis de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo Núcleo Aragua, en materia de contenidos que vayan dirigidos a la formación del personal de salud con pleno conocimiento de las características, necesidades, principales factores de riesgo y demás aspectos necesarios para realizar una aproximación adecuada a dicha población. Los objetivos específicos que se plantearon en este estudio fueron: revisar el contenido programático los pensum de estudios de las carreras de Medicina, Bioanálisis y Enfermería, así como evidenciar la magnitud de los componentes educativos en cada una de dichas carreras.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se trata de un estudio documental, de carácter descriptivo y transversal. Se revisaron 113 programas educativos de las asignaturas pertenecientes a las carreras de Medicina, Bioanálisis y Enfermería de la Universidad de Carabobo Núcleo Aragua. Todo esto, con la finalidad de determinar los componentes específicos de formación para la atención de las personas sexo-genero diversas. Los componentes estudiados fueron: biología sexual, educación sexual, marco legal sobre sexualidad, significación social de la sexo-género diversidad, trastornos de la identidad sexual, homolesbotransfobia y su impacto en el sector social y de salud, manejo de la homolesbotransfobia en el sector salud, perfil psicológico de la población sexo-género diversa, evaluación y atención integral en salud (protocolos para el manejo del paciente sexodiverso en todos los niveles de atención en salud en Venezuela), programa de sexualidad, abordaje de los pacientes sexogénero diversos, morbimortalidad de la población sexogénero diversa. Dichos ítems surgen de una exhaustiva revisión bibliográfica proveniente de numerosos estudios especializados en la temática. 1-3;5-7; 9- 11

La información se recolectó a través un formulario con los componentes antes mencionados (ítems), el cual consiste en una lista de cotejo, previamente validada por expertos en el área, que se aplicó a cada programa educativo donde se marcó como "Si" en el caso de estar presente el ítem y "No" en el caso de estar ausente.

Así mismo, se aplicó una escala de intervalos modificada15 que calificó los hallazgos de acuerdo a la cantidad de ítems presentes o ausentes. La escala va del 0 al 12 que es el número de ítems y se divide en intervalos que van desde 0-3, 4-6, 7-9 y 10-12 que significan escaso, intermedio, moderado y suficiente respectivamente.

RESULTADOS

En la Escuela de Medicina de 43 programas revisados, 8 (18,6%) de ellos tuvieron la presencia de alguno de 3 componentes. De estos, el que más se repitió fue el de Educación sexual en 4 programas (9,30%) (Psicología evolutiva I y II, Promoción para la salud y Deontología médica) seguido por Biología sexual en 3 programas (6,98%) (Morfología macro y microscópica y Fisiología) y por último trastornos de la identidad sexual en 01 programa 2,33% (Psicopatología y clínica psiquiátrica).

En la Escuela de Bioanálisis de 44 programas revisados se obtuvo que en 2 (4,54%) de ellos (Morfología macro y microscópica y Fisiología) estuvo presente el componente de Biología sexual. En la Escuela de Enfermería de 26 programas revisados, 7 (26,9%) de ellos tuvieron la presencia de alguno de 3 componentes. De ellos, se encontró Educación sexual en 5 (19,2%) de los programas (Cuidados de enfermería en salud reproductiva, microbiología y parasitología, psicología, cuidados de enfermería al adulto mayor y pasantías del cuidados de enfermería) y Biología sexual en 2 (7,6%) programas (Fisiología y fisiopatología y anatomía humana). Tabla 1

Tabla 1. Componentes de formación para la atención de las personas sexo-género diversas según programas de Medicina, Enfermería y Bioanálisis.

Igualmente se evidencia la magnitud de componentes de formación en las Escuelas de Medicina, Bioanálisis y Enfermería dando como resultado, en Medicina, de un total de 12 ítems, la presencia de 3 (Biología sexual, Educación sexual y Trastornos de la Identidad sexual). En enfermería se evidencio la presencia de 2 ítems (Biología sexual y Educación sexual). Por último, en Bioanálisis se encontró la presencia de 1 ítem (Biología sexual). Aplicando la escala de intervalos para las 3 carreras tales resultados corresponden a la categoría de "Escaso" ya que la misma comprende la presencia de 0 a 3 ítems.

DISCUSIÓN

En los 113 programas de las carreras de Enfermería, Medicina y Bioanálisis el porcentaje de programas que contienen componentes de formación para la atención de personas sexo-genero diversas es de 26,9%, 18,6% y 4,5% respectivamente. Tales resultados concuerdan con estudios realizados en Argentina, los cuales demuestran la existencia de muy poca circulación de información sobre la temática de orientación sexual e identidad de género tanto en ámbitos estatales de salud como en los de educación primaria, secundaria y universitaria.11

En lo que respecta al ámbito universitario, diversos autores sostienen que todo programa de educación superior surge con la finalidad de atender las necesidades sociales.15 Tomando en cuenta las referencias que hacen evidente la necesidad social, esto contrasta con el hecho de que los ítems considerados aparezcan en la categoría escaso, (según la escala de intervalos aplicada) lo que denota la falta de formación del personal de la salud, no correspondiéndose con la necesidad social, ya que los egresados no poseen las herramientas para responder a ella. Esto pudiera estar relacionado con la tendencia a invisibilizar a este sector aparentemente tan importante de la población, que según estudios realizados representa aproximadamente el 35% de la población mundial,16 obstaculizando así la posibilidad de realizar problematizaciones e intervenciones pertinentes.11

Las necesidades sociales son una construcción humana y por ello son relativas. Esto es, las necesidades identificadas en un lugar, momento y circunstancia concretos, cambian dependiendo de la corriente de pensamiento filosófico, sociológico y pedagógico desde la que se haga el diagnóstico de las mismas.17 Si bien la sociedad actual se ha consolidado institucional, política y culturalmente sobre la base del modelo patriarcal, centrado en la dominación masculina, todo lo que se diferencie y discrimine de la hegemonía resulta desvalorizado y por ende excluido del ejercicio de determinados derechos13 surgen así las siguientes interrogantes:

¿La escasa formación de los profesionales de la salud en materia de sexo-genero diversidad estará relacionada con que las necesidades de dicha población no han sido identificadas como tal? ¿Hará falta realizar un nuevo diagnóstico para reformular los programas de las carreras de ciencias de la salud y de esta forma dar respuestas a las necesidades evidentemente existentes de la población sexo-genero-diversa?

Estas preguntas emergen repetidamente cuando nos aproximamos con afán investigativo a múltiples aspectos de nuestra vida en sociedad. Iatrogenia, daños colaterales provocados por "medicamentos" o procedimientos legal y socialmente aceptados, y en términos más generales el sentido mismo de la práctica en salud, que en muchos casos nos obliga a preguntarnos si los Sistemas de Atención a la Salud están diseñados para producir salud o enfermedad. Tanto los Programas de Atención, como los Programas de Formación Profesional, no parecen estar fundamentados en una visión integral de las necesidades de todos los seres humanos que la componen, sin discriminaciones de ningún tipo. Y esto nos lleva a responder con un si categórico a la pregunta que antes nos hicimos. Además, debemos reconocer que hay una realidad de dimensiones desconocidas (cotidianamente conocida como el closet), y que coloca al sistema de salud en una delicada posición al enfrentarse a un fenómeno mal estudiado, mal enfocado, y abordado desde una plataforma de ignorancia profesional y de prejuicios sociales, francamente vergonzosa.

¿Influirá la corriente de pensamiento, postura ideológica o moral de los/as autores/as de los programas en el reconocimiento de las necesidades sociales que deberían fundamentar los mismos?

El enfoque biomédico histórico y tecnocrático, desde el cual son formulados la mayoría de los programas de formación, ignora en gran magnitud a un sector de la sociedad que es reconocido empíricamente como mucho más numeroso que lo que sabemos "a ciencia cierta". Así mismo, las posturas y creencias morales y sobre todo religiosas influyen poderosamente (aunque de manera no declarada), en la organización de la vida en sociedad. El pecado se convierte en fundamento de análisis, y la fe en orientación clave para hacer ver, o impedir ver una determinada situación o fenómeno. Entender la compleja conformación de diversos paradigmas, y la forma como estos determinan a la sociedad es indispensable para comprender fenómenos como el que nos ocupa, y sobre todo para responder adecuadamente y con justicia a ellos.

En lo que respecta a los únicos 3 items presentes, el de Educación sexual no está presente de manera integral, sino mas bien sesgado hacia algunos de sus componentes donde se enfatiza la visión binaria, que de cierto modo representa la sociedad patriarcal, heterosexual, monógama, conformando el modelo de familia nuclear.11 Esto revela la necesidad de realizar un estudio más detallado de los contenidos programáticos, y lo reconocemos como una limitación del presente estudio.

El hecho de que el ítem de Biología sexual se encontrara presente en 3 las carreras y en los siguientes programas: Morfología macro y microscópica, Fisiología, Fisiopatología y Anatomía humana, pone de manifiesto una tendencia hacia la formación anatomofisiológica, lo que según investigaciones no es suficiente para brindar atención de calidad que haga integrales las prácticas institucionales de atención en salud.12 Lo técnico se constituye en una especie de velo que pretende esconder una discusión incómoda desde el punto de vista moral, pero imprescindible desde lo ético.

Por otra parte, la presencia del ítem Trastornos de la identidad sexual en un programa de Medicina (Psicopatología y Clínica psiquiátrica) parece legitimar la discriminación, ya que al considerar que comportamientos distintos al modelo binario de hombre mujer heterosexuales sean trastornos, se está afirmando que ser sexo-género diverso es una enfermedad y los alejaría de la normalidad. Esta consideración violaría el Principio N° 18 de Yogyakarta donde se expone que ninguna persona será obligada a someterse a ninguna forma de tratamiento, procedimiento o exámenes médicos o psicológicos, ni a permanecer confinada en un establecimiento médico, por motivo de su orientación sexual o su identidad de género. Con independencia de cualquier clasificación que afirme lo contrario, la orientación sexual y la identidad de género de una persona no constituyen, en sí mismas, trastornos de la salud y no deben ser sometidas a tratamiento o atención médicas, ni suprimidas.8

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Los componentes de formación para la atención de las personas sexo-genero diversas en los programas de las carreras de Ciencias de la Salud se encuentran presente en una magnitud insustancial, que no permite construir un perfil del egresado capaz de responder a las necesidades sociales evidentes; debido a que los componentes existentes se basan en un modelo anatomofisiológico, desde una mirada únicamente heterosexual donde se patologizan los comportamientos genero diversos. Todo esto se traduce en una visión del mundo donde lo normal solamente es el comportamiento heterosexual, en el que los varones y hembras deben comportarse como hombres y mujeres sin admitir algo contrario o combinaciones de ambos. Es con este desconocimiento que se rechaza a los individuos que se salen de la "normalidad". Cuando se patologizan los comportamientos y orientaciones sexuales y de género diferentes a la heterosexualidad, pudiera estar revelando intereses no explícitos que van desde lo moral, pasando por lo ético-político, hasta lo meramente comercial. El abordaje de la sexo-genero diversidad, incómodo, desconocido, clandestino, y hasta pecaminoso es sobre todo indispensable e impostergable, si queremos construir un Sistema de Atención a la Salud justo y democrático.

El actual modelo de formación, pone de manifiesto la dificultad existente para el cumplimiento, protección y el logro de los Derechos Humanos Fundamentales, como lo es el Derecho a la salud consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Específicamente, aquellos inherentes a la identidad de género y la orientación sexual como lo exponen los Principios de Yogyakarta. En particular, el principio N°17 respecto al disfrute del más alto gozo nivel de salud propone: "se deberán adoptar políticas y los programas de educación y capacitación que sean necesarios para posibilitar que quienes trabajan en el sector de salud brinden a todas las personas el más alto nivel posible de atención a su salud, con pleno respeto por la orientación sexual e identidad de género de cada una así como el desarrollo e implementación de programas encaminados a hacer frente a la discriminación, los prejuicios y otros factores sociales que menoscaban la salud de las personas debido a su orientación sexual o identidad de género".

La Facultad de Ciencias de la Salud debe, como institución dinámica, actualizar el contenido educativo de los programas del los pensum de estudios adaptando el modelo curricular y los métodos de aprendizaje para garantizar que éstos sean adecuados, relevantes y contemporáneos, ajustado siempre a las necesidades sociales de la población, dando así respuestas y soluciones con el personal mas altamente calificado.

Debería realizarse una revisión mucho más exhaustiva y reestructurar el contenido programático de los programas de las carreras de ciencias de la salud, con el fin de fortalecer en todos los ámbitos los conocimientos tanto teóricos como prácticos en materia de la sexo-genero diversidad, desde un punto de vista tolerante, profesional, responsable, equitativo, ético y sin prejuicios. Es la universidad quien debe redefinir ahora los modelos de currículo y los métodos de enseñanza empleados, sobre las bases de principios sólidos de aprendizaje, y del respeto.

Para disminuir la discriminación por orientación sexual y/o identidad sexual y de género en los servicios de salud es fundamental el desarrollo de políticas institucionales claras, coherentes y acordes con las disposiciones relativas a los derechos humanos y derechos sexuales. Desarrollar una relación equitativa y horizontal entre el sector salud y los representantes de los movimientos sociales involucrados; fomentar acciones que incluyan la promoción de la tolerancia y el respeto de los derechos humanos de las personas con diferente orientación/índole sexual. Es evidente la necesidad de la implementación de pautas para el diagnóstico y manejo de la población sexo-género diversa través de la aplicación de protocolos o programas de atención en salud que impliquen el acompañamiento e instrucción a nivel de pregrado y así como los ya profesionales en el campo de la salud.

El personal de salud y administrativo deberá mantener una actitud de respeto, una escucha flexible, abierta, libre de discriminación y de manifestaciones hostiles cuando se habla de orientación sexual y parejas sexuales.

Contar con un marco comunicacional que permita una actitud abierta, profesional, empática, comprensiva, confidencial y privada en relación a las diversas identidades sexuales, comportamientos y prácticas sexuales para la eficacia en la resolución de la consulta. Empatía y comprensión junto a un lenguaje y ambiente inclusivo posibilitan el acceso a la salud y una atención integral, eficaz, humana y oportuna.

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