El libro Diana: her true story escrito por Andrew Morton, repasa varios aspectos íntimos y desconocidos de la vida de la difícil vida de la princesa de Diana de Gales desde que formó parte de la realeza británica.

En medio de estas páginas se trata un complejo momento en la vida de la ‘princesa del pueblo’, y que se remonta al tiempo en que estaba embarazada del príncipe William.

Resulta que la presión de los medios de comunicación era tanta y ella se sintió tan estresada, que al poco tiempo de dar a luz tomó la decisión de inducir el nacimiento del futuro rey y así calmar las aguas.

Pero eso no fue todo, pues esta determinación también estuvo sujeta a intereses del príncipe Carlos, pues Diana tuvo que ‘agendar’ una fecha que no coincidiera con el calendario de polo de su esposo.

Cuando tuvimos a William, debimos encontrar una fecha en el calendario que se ajustara a Carlos y su polo. William tuvo que ser inducido porque ya no podía manejar la presión de la prensa, se estaba volviendo insoportable. Era como si todos estuvieran vigilando mis pasos todos los días“.

La princesa también dijo que estaba muy aliviada de haber encontrado una fecha en la que el príncipe William pudiera nacer sin interferir en los pasatiempos de su padre, quien lo recibió con gran emoción.

Algo totalmente diferente fue lo que ocurrió con el nacimiento de Harry, pues según la misma Diana, Carlos deseaba con ansias tener una hija.

Sabía que Harry iba a ser un niño porque lo vi en el escáner. Carlos siempre quiso una niña. Él quería tener dos hijos, y quería una niña. Yo sabía que Harry era un niño, y no le dije nada “, relato la difunda princesa.

Tras dar a luz, Carlos no disimuló su desilusión al no tener una hija, cuestión que se habría repetido en el bautizo del niño, donde le comentó a su suegra que él pensaba que tendría una hija, en ese momento, la madre de Diana lo habría ‘frenado’ para decirle que debía estar agradecido de tener dos hijos sanos, incluso si ambos son niños.