Qué hacer cuando los usuarios de tu producto no son accesibles y no tienes presupuesto.
Me enfrenté a ese problema en mi último proyecto. Mis principales usuarios eran adolescentes en edad de decidir sobre sus estudios, por lo tanto, en su mayoría menores de edad. Actualmente acceder a menores es bastante complejo debido a la protección que hay sobre ellos así que me puse manos a la obra.
En primer lugar pregunté en mi círculo más cercano y empecé a pedir favores. Pero en el caso de la encuesta, no conseguí más de 30 encuestados.
Al ver que no lograba acceder a más adolescentes pedí ayuda a dos de los antiguos profesores de los colegios a los que fui. También lo pedí en la escuela de música en la que estudio y a profesores por LinkedIn. Pero dada la premura de mi proyecto, aquí se interpuso la oficialidad y la burocracia ralentizando el proceso.
Pensaba que ya tenía perdida la batalla cuando salió en las noticias la feria de los colegios. En ese momento se me abrió un cielo de posibilidades.
Tenía miedo de no ser capaz de hacer que las personas se parasen para responder mi encuesta. Así que ese mismo día, de camino a clase de música, paré a un chico de una ONG al que veía muchos viernes en Plaza Castilla haciendo captación de fondos.
Le pedí que me enseñara a parar gente y él muy amablemente me dijo que siendo una encuesta no habría problema y se pararía todo el mundo.
Con esa positividad al día siguiente me fui con un qr del link de la encuesta y una tablet. Todo fue sobre ruedas y se paró todo el mundo a responderla. A veces cuando algo no te sale como esperas solo tienes que intentarlo una vez más para conseguirlo.