A partir del 16 de marzo, cuando se cierran las escuelas por la emergencia del COVID-19, autoridades y profesores enfrentan un gran reto, “garantizar la educación en medio de una pandemia”. Como respuesta, el Ministerio de Educación, a través del Decreto Supremo 4260, establece las modalidades de atención educativa; el Artículo 2 reconoce la modalidad presencial, semipresencial, a distancia y virtual. Actualmente se implementa, la educación virtual con el uso de plataformas educativas conectadas a internet.
Al respecto, el Instituto para el Desarrollo Humano – Bolivia, durante la cuarentena realizó una encuesta para conocer las percepciones de los profesores acerca de la educación virtual, a la que respondieron 160 profesores. El 61% son mujeres. El 91% trabaja en la ciudad de Cochabamba. El 81% trabaja en una unidad educativa fiscal, el 11% en convenio y el 8% en privados.
El internet como herramienta para el desarrollo de la educación virtual, no ha estado al alcance de todos los actores educativos. El 59% de los profesores/as tiene conexión wifi, el 38% compra datos móviles, el 15% tiene ambos servicios y el 3% ninguno. El presupuesto mensual promedio es de 350 bolivianos para realizar llamadas telefónicas y transferir datos móviles a estudiantes.
En algunas zonas rurales, no se cuenta con el servicio de internet, que imposibilita el desarrollo de clases. “Donde estoy no llega ningún servicio de internet, he comprado megas para dar algunas clases, con mis propios recursos”, refiere un profesor.
Por otro lado, una encuesta realizada por nuestra institución dirigida a estudiantes, revela que el 68% compra datos móviles para conectarse a internet, el 3% cuenta con wifi, el 9% cuenta con ambos servicios, 6% se presta internet y el 3% no cuenta con ninguno. “No todos tienen internet, no podrán comprar megas a diario, por falta de dinero…sus padres trabajan para el diario vivir,” manifiesta un profesor. Además de no contar con suficientes recursos económicos para acceder a internet, algunos no tienen ningún dispositivo para acceder a las clases virtuales, “Hay casos que para tres estudiantes de la misma familia hay un solo celular. Eso provoca un estrés en la familia”, refiere la profesora.
A pesar de esta situación, profesores y estudiantes exploran las nuevas oportunidades de comunicación al descubrir otras formas de enseñanza y aprendizaje. Continúan innovando desde plataformas como ClassRoom, Zoom, Youtube y otros desde WhatsApp, medio muy usado por estudiantes. Algunos profesores se disfrazan, otros se desplazan a la casa de estudiantes en bicicleta, con una pizarra en la espalda, que revela el compromiso y convicción por trabajar en favor de la educación, “Usaré todo lo necesario para continuar dando clases, si en algún caso tengo que prestar crédito lo voy a hacer”, manifiesta una profesora, demostrando su solidaridad.
Actualmente, profesores, estudiantes, madres, padres de familia y sociedad civil aguardan que las autoridades establezcan un diálogo para ofrecer políticas educativas eficaces, que permitan el acceso gratuito a Internet en el área urbana y rural y dotar computadoras o celulares a estudiantes de escasos recursos.
El Instituto para el Desarrollo Humano – Bolivia continúa apoyando a la comunidad educativa para enfrentar retos y desafíos respecto a la educación virtual en tiempos de COVID-19. Pueden contactarnos a la línea de WhatsApp https://wa.me/59144410296

---

EVELIN DELGADO FERNÁNDEZ
Educadora del Instituto para el Desarrollo Humano
[email protected]