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La Opinión

La corrupción en Latinoamérica es la otra pandemia durante el Covid-19

En varios países de Latinoamérica se reporta que funcionarios públicos hacen su agosto en la adquisición de insumos médicos contra el Covid-19

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La compra de ventiladores a un sobreprecio de se dio en Bolivia, Panamá y Colombia

El arribo de la pandemia de coronavirus (Covid-19) a Latinoamérica desnuda otras enfermedades enquistadas en casi todos los países como la corrupción, el aferramiento de algunos gobernantes y, sobre todo, como los servicios sanitarios estaban en el absoluto abandono de las autoridades.

Un día sí y otro también se reporta que funcionarios públicos en Latinoamérica hacen su agosto en la compra de insumos médicos contra el Covid-19, mientras los trabajadores de la salud tienen que rifarse el físico todos los días para atender a los enfermos por la pandemia y a los de la no pandemia.

Hace dos semanas le estalló una bomba mediática al gobierno provisional de Bolivia, que dicho sea de paso aprovechó la crisis sanitaria para extender su control del poder de la mano de Jeanine Áñez, el hoy ex ministro de Salud Marcelo Navajas, se le hizo fácil inflar el precio de 179 ventiladores mecánicos que le compró a la empresa española GPAInnova.

Con lo que no contaba, este ministro (ya preso) es con que los médicos y enfermeras que están en la primera línea del combate contra la pandemia en Bolivia reclamaron que el equipo de ventiladores adquirido era de muy baja calidad para cuidados intensivos, de ahí se desprendió la investigación de los sobreprecios.

Bolivia adquirió los equipos a un precio unitario de 27 mil 683 dólares, pero luego se conoció que GPAInnova los ofrece por entre 10 mil 312 dólares a 11 mil 941 dólares. Entonces la presidenta Áñez canceló el jugoso contrato de 4 millones 773 mil 600 dólares.

El gobierno de Áñez trató de desligar a su gobierno, relacionando la compra con un funcionario que trabajó estrechamente con la ex ministra de Salud, Gabriela Montaño, en la gestión del ex presidente Evo Morales, quien por cierto ve los toros desde la barrera argentina.

Este escándalo en medio del Covid-19 en ese país de Latinoamérica, a querer o no, le limpia el camino a Evo Morales para sus aspiraciones de regreso al poder en un corto plazo. El escandalazo le cayó también del cielo al eterno candidato presidencial y alguna vez presidente provisional Carlos Mesa, quien bombardeo de críticas al gobierno de Áñez, incluso hay quien le sugiere a la presidenta que mejor baje su candidatura.

Otro caso bastante sonado en Latinoamérica por Covid-19 fue el que abrió la fiscalía de Panamá. A través del viceministerio de la Presidencia se realizó la negociación de 100 ventiladores a un costo de 48 mil 950 dólares por unidad, un precio muy superior a los 10 mil dólares que se cotizaban antes de la pandemia.

La transacción era por 5.2 millones de dólares, pero al final el mandatario panameño Laurentino Cortizo canceló la operación y la fiscalía abrió una investigación que sigue en curso, donde el mismo presidente puede resultar raspado.

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Chile, que atraviesa por el retorno de las protestas por falta de empleo y de comida no fue la excepción, el gobierno de Sebastián Piñera adquirió 23 ventiladores mecánicos a 34 mil 797 dólares por unidad, con un sobrecosto de 12 mil 40 dólares cada uno, la compra se realizó a través de revendedores en la primera quincena de marzo y no en enero como anunció el presidente.

Ese falso anuncio provocó compras a marchas forzadas y con quien se dejara, habrá que tener la lupa puesta en el gobierno chileno, pues desde hace varias semanas retoñaron las protestas en la calle, se habían apagado por la llegada del Covid-19, pero ahora se pueden volver más fuerte si Piñera no encuentra cómo frenar los contagios y el desempleo.

Brasil no podía faltar, el país con mayor número de contagios y muertos por Covid-19 en toda Latinoamérica, la policía de Río de Janeiro allanó hace una semana la residencia del gobernador Wilson Witzel, dentro de una pesquisa sobre la supuesta malversación de parte de los 150 millones de dólares en fondos públicos destinados a construir hospitales contra el Covid-19.

Nadie defiende al gobernador de Río, pues los hechos lo condenan prometió nueve hospitales y sólo se han inaugurado tres, pero hay que  hacer hincapié en que el otrora aliado del presidente Jair Bolsonaro, hoy es uno de sus peores enemigos y al mandatario evangelista no perdona, sólo recuerde que corrió al jefe de la Policía Federal porque el muy osado investigaba a sus hijos por corrupción. “No iba a dejar que los jodiera”.

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En Colombia, 14 de 32 gobernadores están bajo investigación por delitos desde la malversación a la concesión ilegal de contratos sin concurso público para insumos contra la pandemia, sobre todo, en las zonas con alta presencia del narcotráfico, en días pasados se dio a conocer que Estados Unidos le ofreció a este país ventiladores mecánicos a 50 mil dólares cuando su precio real era de 20 mil dólares.

En Buenos Aires, la capital de Argentina, la fiscalía investiga a un hombre con conexiones políticas por comprar 15 mil mascarillas N95 que, pese a haber caducado, le costaron a la ciudad 10 veces su precio de mercado.

Recuerda las imágenes de gente muerta tirada en las calles de Guayaquil víctimas del Covid-19. Ahí nació otro desvió de fondos públicos, la ministra de Gobierno de Ecuador, María Paula Romo denunció ante la Fiscalía, el pasado 6 de mayo, el sobreprecio de las bolsas de cadáveres para trasladar de manera segura los cuerpos.

El Hospital Docente de la Policía de Guayaquil adquirió 400 “bolsas impermeables para cadáveres Covid-19” por valor de 130 dólares cada unidad, cuando su precio de mercado es de 20 dólares. En el Hospital General Guasmo Sur fueron comprados a 145 dólares cada uno.

Lo peor es que hasta el día de hoy decenas de familias ecuatorianas siguen buscando a sus muertos, al fin y al cabo el negocio de las bolsas ya dejó sus dividendos, ¿en dónde están los difuntos? Pues eso si quien sabe.

En El Salvador y Guatemala los presidentes están enfrentados con sus congresos por el desconfinamiento, pero en realidad se ha convertido en una lucha por el control del poder aquí ¡el que tiene más saliva traga más pinole!

Desafortunadamente los gobernantes de Latinoamérica no aprovecharon la crisis sanitaria de Covid-19 para  demostrar a sus gobernados que pueden con una pandemia y con mucho más, mejor prefirieron refugiarse en sus viejos vicios que hace que nuestro continente nunca se pase de ¡perico perro!

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