Señor Presidente Gustavo Petro
Señora Vice-Presidente Francia Márquez
Los movimientos sociales, étnicos,
académicos y políticos que votamos el programa del actual gobierno de
Gustavo Petro y Francia Márquez expresamos nuestra preocupación por la posible
desconfiguración de la reforma estructural del sistema de salud, en el
marco de la negociación política con los partidos de la coalición, esto es,
Partido Liberal, Partido Conservador y Partido de la U, sin tener en cuenta a
los movimientos sociales en salud.
Se entiende que debe haber una negociación
política durante el proceso legislativo y que es posible encontrar
convergencias. En asuntos como la gobernanza del sistema, la Estrategia de Atención
Primaria en Salud, la conformación de Redes Integradas e Integrales de Servicios
de Salud-RISS-, la territorialización, la afectación de los determinantes
sociales de la salud. el sistema de información integrado y transparente
y la superación de la precariedad laboral en salud en vía
de superar la informalidad y lograr la estabilidad, salario vital, el trabajo
digno y justo, parece haber confluencias. Pero no en el núcleo
que ordena todos estos procesos en un sentido de garantía de derechos
interdependientes o de profundización de grandes negocios en la administración
de los recursos públicos fiscales y parafiscales.
Colombia decidió, desde la
Constitución Política, asumir la seguridad social como un derecho
irrenunciable. Por ello existe un sistema de seguridad social al cual pertenece
toda población, y con la ley estatuaría en salud la define como derecho
fundamental autónomo, por tanto, la ciudadanía no requiere afiliación
alguna. Por lo anterior, debe ser la Administradora de los Recursos del Sistema
de Seguridad Social en Salud (ADRES) la que administre estos recursos, sin
intermediación financiera de ningún tipo.
Los tres partidos de la coalición de
gobierno (Liberal, Conservador y de la U) han propuesto mantener la
intermediación por medio de la figura de Empresas Gestoras de Salud y Vida.
Para ello aceptan el giro directo por parte de la ADRES a la red de
prestadores, pero con su autorización y con la declaración explícita de cuentas
a su nombre (titularidad) equivalente al valor de las Unidades de Pago por
Capitación (UPC) de sus afiliados. Esto no solo privatiza de manera
inconstitucional los recursos públicos, sino mantiene la intermediación financiera
con ganancia y lucro con los recursos para la salud.
La figura de gestoras podría servir para
un periodo de transición, mientras la ADRES desarrolla las instancias y
procesos para definir presupuestos para la red pública y nuevas formas de pago
a la red de prestadores privados, con trabajo digno y decente. Y sobre este
asunto, es necesario construir un régimen laboral especial en salud que
garantice estabilidad y derechos ligados al trabajo, no simplemente
formalización laboral.
Tampoco es conveniente que el Estado se
quede con la red de APS, mientras los privados dominan las redes de mediana y
alta complejidad. Hablar de aseguramiento público y privado, es decir uno
para población pobre y otro para capacidad de pago como si fueran dos
sistemas, es inconstitucional y genera otra inequidad estructural inaceptable.
Es el territorio el que ordena la respuesta integrada, individual y colectiva,
para garantizar el derecho fundamental a la salud.
No se puede seguir proponiendo figuras
que niegan los derechos fundamentales del millón doscientos mil trabajadores de
la salud, como la necesidad de establecer un régimen único y universal que
garantice sus derechos, incluso, negándose a darles participación en la
concertación de lo que será su futuro
Esperamos que el presidente GUSTAVO
PETRO, escuche estas preocupaciones compartidas frente a la negociación
política que adelanta. Y pedimos a los partidos de la coalición que acompañen
el verdadero cambio estructural del sistema para avanzar cuanto antes hacia la
garantía plena del derecho fundamental a la salud y la verdadera dignificación
del trabajo en salud. Así mismo, alentamos a el respaldo a la reforma
estructural con la movilización social, en tanto el proyecto recoja los anhelos
de real cambio, soñados y propuestos por décadas por los sectores sociales que
consideramos que la salud es un derecho y no un negocio, núcleo esencial del
programa de gobierno “SALUD PARA LA VIDA Y NO PARA EL NEGOCIO”.