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Radiografía de la entrampada "Obamacare", la reforma sanitaria de EE.UU.

Tortuoso es el camino que enfrenta el "Plan Auge" del Mandatario norteamericano. En manos de la Corte Suprema, que analiza su constitucionalidad, está su destino. Detractores se niegan a pagar un seguro de salud obligatorio.

por:  Loreto Pozo, La Segunda
jueves, 05 de abril de 2012
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Cuando Ricardo Lagos llegó a la Presidencia de Chile en el año 2000, traía en su carpeta su proyecto estrella: el Plan Auge, aquel con el que pretendía "sanear" la salud de los chilenos.

Durante años dio la batalla para, primero, explicar de qué se trataba -usando como comunicador al mediático doctor Osvaldo Artaza como ministro de Salud-, y luego para conseguir su aprobación en el Congreso.

Una pelea parecida es la que está librando en Estados Unidos el Presidente Barack Obama.

Dar salud a toda la población norteamericana fue su potente promesa electoral. Sin embargo, su propio "Auge" aún no puede ver la luz.

El proyecto de ley fue aprobado hace dos años por el Congreso. Sin embargo, ahora está en manos de la Corte Suprema.

La piedra de tope, la supuesta inconstitucionalidad de una de sus cláusulas, el llamado "Mandato individual".

Según este punto, a partir de 2014, todo ciudadano estadounidense estará obligado a comprar un seguro médico. Quien no lo haga deberá pagar una multa de US$ 95, unos 46 mil pesos.

Sólo quedarán libres de esta obligación quienes profesen determinadas religiones, reos, personas de la tercera edad, discapacitados -que ya están cubiertos por el Medicare-, y los más pobres -que son atendidos por Medicaid, una especie de Fonasa A-.

32 millones de personas sin salud

La mayor enfermedad de la salud estadounidense es el gran volumen de personas que no tienen cobertura médica: 32 millones.

El costo de sus atenciones -pues no pueden ser rechazados en los hospitales- lo terminan pagando el Estado y todos los contribuyentes, en una cifra que se estima en US$ 43 mil millones.

Otra mal endémico es el incontenible encarecimiento de las prestaciones y los millonarios gastos en salud.

De ese diagnóstico surgió la fórmula de Obama de obligar a todos a contratar un plan de salud.

Pero ese ítem fue rebatido por 26 estados -todos republicanos-, una asociación de pequeños empresarios y cuatro particulares, quienes presentaron una demanda ante la Corte Supresa norteamericana alegando su inconstitucionalidad.

Su argumento es que hay una enmienda en la Constitución de EE.UU. que prohíbe que las personas se vean forzadas a comprar algo.

Por otro lado, quienes sí apoyan la ley aducen que la cobertura médica no está afectada por dicha enmienda, porque la salud no se puede considerar como un producto cualquiera.

¿Qué pasa si es rechazada?

En Estados Unidos, la mayoría de las leyes tienen una cláusula de separación explícita. Esto quiere decir que, si uno de sus artículos es declarado inconstitucional, el resto del cuerpo legal no se ve afectado y puede ser promulgado.

Sin embargo, la reforma sanitaria de Obama no cuenta con dicha cláusula.

Sus detractores especulan que no fue incluida a propósito, como una estrategia para que la Corte Suprema lo pensara dos veces antes de declarar inconstitucional el "Mandato individual", pues significaría invalidar la reforma sanitaria en su totalidad.

El veredicto será público en junio próximo, en plena batalla electoral -donde Obama se juega su reelección-, a sólo cinco meses de los comicios presidenciales.

Analistas norteamericanos coinciden en que un rechazo a la reforma sanitaria sería un duro golpe para Obama, pues no podrá concretar una de sus principales promesas cuando llegó a la Casa Blanca. Pero otros, en cambio, creen que si el máximo tribunal rechaza la ley de salud, Obama tendrá un buen argumento para captar votos, pues la salud es un tema altamente sensible para la población y, más allá del remedio, lo que se necesita es curar la enfermedad.

 Cómo se mueve la balanza en el neurálgico Tribunal Supremo estadounidense

Todos los argumentos a favor y en contra de la nueva ley de salud ya fueron escuchados por los integrantes de la Corte Suprema de EE.UU.

Frente a los nueve jueces del alto tribunal desfilaron los abogados que representan a ambas partes y ahora están en etapa de deliberación. Su veredicto será entregado en junio.

Donald Verrilli , representante del gobierno de EE.UU., defendió la ley ante los magistrados y respondió a todas las preguntas realizadas por ellos.

"Les solicito confirmar la reforma sobre el seguro de salud", dijo al concluir su intervención en la Corte.

Por su parte, Paul Clement , abogado de los 26 estados que se oponen al plan del Presidente Barack Obama, criticó duramente la nueva ley.

"Es un curioso concepto de libertad, el de forzar a alguien a comprar un seguro de salud", expresó Clement refiriéndose a la obligatoriedad de contratar el plan.

¿Cómo se espera que voten los magistrados?

Cuatro de los nueve jueces fueron elegidos por mandatarios demócratas (dos fueron designados por Bill Clinton y otros dos por el propio Obama, y luego ratificados por el Senado) y se espera que apoyen la iniciativa de gobierno.

Ellos mismos han declarado su conformidad con la ley.

Los otros cinco integrantes del máximo tribunal, nombrados por presidentes conservadores ( Ronald Reagan, George Bush y George W. Bush) , se han mostrado en desacuerdo.

Pero la votación es incierta.

Se especula que Anthony M. Kennedy , juez de tendencia conservadora, será quien incline la balanza a favor de la propuesta de Obama. En ocasiones anteriores ha sido él quien se ha desmarcado de su bloque y votado junto a los demócratas.

Si Kennedy vota a favor de la reforma sanitaria, se espera que el presidente del Tribunal, el también conservador John G. Roberts Jr. , apoye la ley. Ha sido Roberts el que ha manifestado su deseo de que el veredicto sea por una mayoría categórica.


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