Cada cuánto debes lavarte el pelo, según el estilista de los famosos

Cada día son más los dermatólogos y expertos en el aseo personal que ponen el grito en el cielo con la asiduidad que pasamos por el baño. Aseguran que si hace unas décadas se hacía poco, ahora se hace demasiado. El doctor C. Brandon Mitchell, profesor de dermatología en la universidad George Washington, es uno de estos, y asegura que lo mejor sería "ducharse solo una o dos veces por semana". Mitchell reconoce que a veces la política anti ducha puede ser incómoda para los que trabajan en sitios cerrados, pero "no es en absoluto absurda en términos médicos".

El periodista James Hamblin opina lo mismo y decidió hace tiempo que iba a limitar sus hábitos de higiene. Él defiende que al principio hueles mal y tal, pero que con el tiempo la piel va equilibrándose y no produce ni grasa ni se seca. De hecho, ahora no usa champú y se lava el pelo solo con agua aunque haya sudado mucho.

Si se te rompe demasiado, lo notas seco y/o sin brillo, tenlo claro: te estás limpiando el cabello con demasiada frecuencia

Este es justo el tema que trataremos en este artículo: el lavado del cabello. ¿Cada cuánto es bueno hacerlo? ¿Lo limpiamos demasiado? Al respecto ha hablado Neil Moodie, el estilista de celebrities como Demi Moore y Scarlett Johansson.

Cada cuánto hay que lavarlo

Este estilista ha advertido en 'Femail' que las mujeres corren el riesgo de arruinar su cabello por un "lavado de cabello excesivo" del mismo, lo que lleva a que los pelos se rompan.

¿Por qué? "Para empezar, nuestro cabello es una fibra viva y seca. Si lo privamos de la humedad del champú excesivo, este se seca nuevamente y el ciclo continúa dando como resultado un pelo débil y dañado". Por lo tanto, es necesario el champú para mantener sus aceites naturales donde deben estar.

Entonces, ¿cada cuánto hay que lavarlo? "No hay una cantidad exacta de veces, pues depende de la textura del cabello y de la producción natural de aceite, pero hay formas de saber si lo estás haciendo con demasiada frecuencia", señala.

Si lo notas seco, apelmazado o débil, tenlo claro: lo aseas más de lo que deberías. "La falta de humedad de los aceites puede provocar un cuero cabelludo seco y escamoso, y a medida que este se seca también lo hace tu cabello. El cabello se vuelve más plano y también comienza a carecer de brillo", apunta.

No es posible determinar cada cuánto hay que lavar el pelo, pero hay formas de saber si lo estás haciendo con demasiada frecuencia

Puedes intentar lavártelo menos, claro, pero ¿qué hacer con las raíces grasas? ¿Ir por la vida con el pelo sucio? No. La estilista recomienda el uso de un champú en seco, que "atrapará el exceso de sebo". Así lo limpiarás sin secar el cabello.

Otros errores que cometes

Si eres de las personas que solo se lava con champú y que, por tanto, no aplica ni acondicionador ni mascarilla, hemos de decirte que estás en un error. Es importante usar acondicionador que no sólo deje suave el cabello, sino que también agregue humedad para mantenerlo flexible.

"Si te lavas menos el cabello, es vital que utilices acondicionador para que retenga la humedad". Y ya que lo haces, hazlo bien: no sirve aplicarlo y aclararlo al segundo. Lo suyo es que esté en el cabello al menos 20 minutos, para que penetre bien en el interior.

El champú, en cambio, no es necesario que lo dejes actuar tanto tiempo como si fuera una mascarilla, ya que lo puedes deshidratar. También has de saber cuánto champú utilizar. No hace falta que apliques mucha cantidad, pues con el equivalente a una moneda de un euro es más que suficiente.

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M. Palmero

Tampoco debes frotar demasiado. Si lo haces, estarás sobreestimulando las glándulas sebáceas para que produzcan mas grasa. También es probable que estemos irritando el cuero cabelludo y desequilibrando el pH de la zona.

Por último, y si decides seguir los consejos de Neil Moodie, has de elegir el champú correcto, algo que, según un estudio de Procter & Gamble, sólo hace bien el 30%. Debemos motivar nuestra decisión por tipo de cabello al que esté destinado, y no por el olor, la marca o el packaging.