Dos restaurantes de Las Cruces reabrieron con fe en el repunte
Puesta de Sol y Bahía Escorial atienden con estrictas medidas de seguridad, después de mantenerse cerrados durante casi siete meses.
Desde marzo, cuando comenzó la crisis sanitaria, los restaurantes de la provincia de San Antonio se vieron obligados a cerrar sus puertas y entrar en aislamiento al igual que gran parte del comercio y el resto de la comunidad.
El sector gastronómico ha sido uno de los más golpeados por la pandemia del coronavirus. Un golpe del que probablemente muchos no se podrán recuperar.
Pero la buena noticia es que, este fin de semana en Las Cruces quedó de manifiesto que son muchos los que extrañaban sentarse en un restaurante a disfrutar de una buena comida. Todos tienen muy claro que deben respetar las normas de seguridad para evitar posibles contagios.
Luego de siete meses, los restaurantes Puesta de Sol y Bahía Escorial, dos reconocidos locales de expendio de alimentos del balneario en el que cumplen con todas las normas exigidas por la autoridad sanitaria, reabrieron sin imaginar la gran cantidad de público que esperaba deseoso de volver a probar la gastronomía criolla y del mar que ellos ofrecen.
Hace 34 años que Efraín Jeria se instaló con el restaurante Puesta de Sol en Las Cruces y nunca había vivido una crisis tan extensa como la actual.
"Lo bueno es que por fin hemos podido abrir nuestro local y, sin pensar en que vendría tanta gente, lo hicimos solo con tres garzones el sábado y aumentamos a cinco el domingo. Al parecer estaban todos desesperados por salir, por comer mariscos y pescados", manifiesta el comerciante.
Efraín Jeria agrega que "abrimos para probar y no pensé que nos fuera a ir tan bien. Hubo mucha gente que no pudimos atender porque no estaban dadas las condiciones, realmente no creímos que fuera a estar tan bueno".
Puesta de Sol tiene gastronomía típica del litoral como pescados, empanadas fritas de camarón queso, pastel de jaiba, congrio frito y caldillo de congrio. "Nuestros platos eran muy apetecidos por Nicanor Parra, a quien le gustaba conversar conmigo porque decía que yo era humilde, campechano y bueno para la conversa", asegura.
Protocolos
El restaurante Puesta de Sol tiene estrictos protocolos de seguridad para la atención de sus clientes. En el acceso instalaron un pediluvio para sanitizar el calzado y con flechas adhesivas indican la entrada y la salida; alcohol gel y una persona toma la temperatura. Nadie puede entrar sin mascarilla y el personal también la ocupa, además de guantes y cofia de protección para el pelo.
Durante los siete meses que se mantuvo cerrado, el restaurante de Efraín Jeria se acogió a la Ley de Protección del Empleo hasta agosto recién pasado. "Después tuvimos que llegar a un acuerdo con mis trabajadores para recontratarlos cuando se abriera. Ahora estamos en etapa de marcha blanca y abriremos solo los fines de semana para ir viendo cómo avanza esta cosa", señala Jeria.
Público más joven
Asimismo, el restaurante Bahía Escorial, dirigido a un grupo etario más joven, según señala su dueña Evelyn Jeria, también reabrió con gran cantidad de público el fin de semana recién pasado en Las Cruces.
Sobre este periodo de pandemia, Evelyn Jeria afirma que "lamentablemente tuvimos que parar porque acá en Las Cruces dependemos de los turistas, de la gente que viene de Santiago. El delivery aquí no funciona, no hay público para eso", explica.
Agrega que durante el tiempo que estuvo cerrado, mantuvo estrecho contacto con sus trabajadores. "Siempre con la idea de recontratarlos en la medida que vayamos necesitándolos. En el verano es cuando tenemos más público y estamos recién abriendo, así que vamos avanzando de a poco", dice.
En su restaurante, las mesas están a dos metros de distancia cada una y asegura que, durante el fin de semana, las personas respetaron los protocolos de seguridad y autocuidado.
"La entrada es por un lado y la salida por otro. Todos usan mascarillas y si se la sacan, deben guardarla en el bolsillo o cartera, pero en ningún caso la dejan sobre la mesa. No se puede fumar, aunque estén en la terraza", explica Evelyn.
"La gente está consciente de las medidas de seguridad, lo internalizó. Tal vez es más demorosa la atención porque tenemos que limpiar todo y a cada rato, pero la gente respeta, sabe la situación en la que estamos y se nota que tenían ganas de salir", concluye.
"La gente está consciente de las medidas de seguridad, lo internalizó. Tal vez es más demorosa la atención porque tenemos que limpiar todo y a cada rato",
Evelyn Jeria.
"Lo bueno es que por fin hemos podido abrir nuestro local y sin pensar en que vendría tanta gente",
Efraín Jeria.