En la última centuria, unas elecciones presidenciales mexicanas realmente competidas se decidieron en el campo de batalla; la disputa por la Presidencia fue la causa de las rebeliones de Agua Prieta, delahuertista o escobarista. En otras, el fraude fue un factor decisivo. En 1910 desembocó en una revolución y, más adelante, se hizo acompañar de violencia y falta de credibilidad, como ocurrió en 1929 (Vasconcelos vs. Ortiz Rubio), 1940 (Almazán vs. Ávila Camacho) o en 1952 (Henríquez Guzmán vs. Ruiz Cortines).
Doctor en relaciones internacionales por El Colegio de México y post doctorado en ciencia política por la Universidad de Chicago. Hasta 2012 fue profesor en el CEI de El Colegio de México y actualmente lo es de la UNAM. Ha publicado 17 libros sobre temas mexicanos y media docena como coautor. Tiene docenas de capítulos en libros y más de un centenar de artículos en revistas. Es comentarista en radio y televisión y Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011.