OPINIÓN

Ser y querer ser

AGENDA CIUDADANA / Lorenzo Meyer EN REFORMA

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En la última centuria, unas elecciones presidenciales mexicanas realmente competidas se decidieron en el campo de batalla; la disputa por la Presidencia fue la causa de las rebeliones de Agua Prieta, delahuertista o escobarista. En otras, el fraude fue un factor decisivo. En 1910 desembocó en una revolución y, más adelante, se hizo acompañar de violencia y falta de credibilidad, como ocurrió en 1929 (Vasconcelos vs. Ortiz Rubio), 1940 (Almazán vs. Ávila Camacho) o en 1952 (Henríquez Guzmán vs. Ruiz Cortines).