Biblioteca Nacional, Bochorno Nacional – Informe (agosto 2016 – noviembre 2017)

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Segunda parte de un informe sobre la situación laboral de lxs trabajadorxs de la Biblioteca Nacional.

A inicios del año 2017 los rumores que corrían desde mediados de 2016 en Biblioteca Nacional (aumento de la carga horaria a 7 horas y revisión de categorías de lxs trabajadorxs que no están en planta permanente) no sólo continuaron sino que también se agregó otro: la instalación de molinetes en las distintas entradas de la institución (no sólo las de trabajadorxs sino también las de usuarixs). En el transcurso del mes de mayo los molinetes se instalaron pero sin funcionar. Al mismo tiempo se supieron otras cosas, como el bajísimo “aumento” salarial “logrado” en las paritarias y el control del presentismo. Sobre esto último, ATE convocó a “asambleas” donde lxs trabajadorxs eran informados y se decidían “medidas de lucha” como hacer carteles, mientras una porción del tiempo de “asamblea” se esfumaba debatiendo sobre las “movilizaciones” y su utilidad (en la interna sindical entre ATE-Nacional y ATE-Capital, la Junta Interna de la Biblioteca Nacional hizo público su desacuerdo con respecto a los habituales “paros” y “movilizaciones” convocados por ATE-Nacional porque los consideraban “inútiles”).

A finales de junio y principios de julio de 2017 se informó -mediante dos comunicados de la Dirección de la Biblioteca Nacional (en adelante BN)- que se comenzarían a utilizar los molinetes y se aplicaría el control de presentismo a partir del mes de julio; además, se aumentaría la carga a ocho horas a partir del mes de agosto. Una vez conocidas las noticias, ATE llamó a asamblea y se votó la moción de realizar una “movilización interna” el 4/7/2017 con la participación de compañerxs de otras instituciones. La idea era generar “ruido” en la BN para llamar la atención de los directivos. Paralelamente, se llevaron a cabo las primeras reuniones entre lxs hiperprecarizadxs trabajadorxs con “contrato de locación de obra” (en adelante “trabajadorxs CLO”) afiliadxs a ATE y lxs representantes del mencionado sindicato (más tarde el sindicato UPCN imitó esta acción con sus afiliadxs). En la reunión con ATE se habló sobre todo del temor a la no renovación de los contratos y si los trabajadorxs CLO deberían pasar por el control de los molinetes. Fue unánime la decisión de no fichar salvo que antes sean consideradxs trabajadorxs asalariadxs de la BN (como mínimo en la relación laboral denominada “resolución 48”), pues aceptar el fichaje junto con el aumento de la carga horaria diaria significaría legitimar aún más la precarización laboral: lxs trabajadorex “resolución 48” si bien son precarizadxs, su “nivel de precarización” es más “benigno” que el de los CLO porque al menos son trabajadorxs asalariadxs. El delegado encargado de negociar en “representación” de los CLO informaba sobre las reuniones con los directivos. De los encuentros entre lxs representantes sindicales y los de la Patronal de Estado se llegó al siguiente acuerdo: los “honorarios” de los CLO alcanzarían “aumentos” de 20% para algunos y de 10 % para otros, se mantendría el sistema de control de asistencia por medio de la firma de planilla y no se aumentaría la carga horaria diaria de trabajo. Una vez más, los “pases a 48” no formaron parte del debate entre los sindicalistas y las autoridades de la BN…

Tic-tac-tic-tac-tic-tac

El aumento de horas implicaba un serio problema para todxs lxs trabajadorxs. No sólo hay sectores que son insalubres para trabajar tantas horas diarias sino que no hay espacio suficiente ni útiles/computadoras/instrumentos de trabajo. El trastorno que implicaba esta repentina modificación en las condiciones laborales trajo aparejada una altísima tensión entre trabajadorxs: desde quienes se verían obligadxs a renunciar al trabajo en la BN u a otro complementario imprescindible para llegar a fin de mes hasta personas con responsabilidades familiares que tendrían que hacer malabares para acomodar sus horarios extralaborales (evidente en aquellas que tienen hijxs a cargo, por ejemplo).

Hacia mediados de julio de 2017 los molinetes no funcionaban correctamente y no estaban instalados en todos los lugares de trabajo. No estaban instalados en el Museo del Libro y de la Lengua ni en la sede de la BN de la calle México, y al mismo tiempo donde estaban instalados ocurría que en ocasiones no quedaba registrada la salida al concluir la jornada laboral, en otros casos la máquina no reconocía la huella dactilar del trabajadxr, etc. Como los inconvenientes se acumulaban día tras día, antes de que finalizase el mes de julio el Director de la BN, Alberto Manguel, en una de las reuniones mensuales con los “Jefes de Sector” informó personalmente que, visto y considerando que los molinetes no funcionaban, hasta nuevo aviso se suspendía su implementación; además, y también hasta nuevo aviso, no regiría la jornada laboral de ocho horas diarias.

Sucedido esto, durante el mes de agosto se tranquilizaron las aguas, en general. Pero lo cierto es que de las 12 personas de planta permanente, a cerca de la mitad de ellas se las está jubilando. Para otrxs trabajadorxs también hubo novedades, como les ocurrió a lxs CLO. Estxs trabajadorxs hiperprecarizadxs recibieron la notificación de que debían presentarse en “recursos humanos” para registrar sus firmas y recibir sus respectivas tarjetas: los CLO empezarían a fichar. Sucedido esto, algunxs trabajadorxs CLO se acercaron a los representantes del sindicato ATE para obtener explicaciones. Pero ante el reclamo de por qué no fueron informados por los sindicalistas, éstos le dijeron a los trabajadorxs: “¿Cómo, recién se enteran? Fue el acuerdo que se hizo por las paritarias”. Y ante la pregunta de si el acuerdo consistía en que se comenzaría a fichar porque al mismo tiempo aumentaban el “sueldo” (es decir, los “honorarios” de lxs CLO) y se mantenían las 6 horas diarias de trabajo, los sindicalistas respondieron “sí”.

Sin embargo, al momento de publicar este informe, la realidad es que la carga horaria de lxs trabajadorxs “resolución 48” y de planta permanente aumentó de 6 a 8 horas, sin aumento de sueldo y sin considerar la insalubridad en ciertos espacios físicos donde se desarrollan las labores diarias. Antes del aumento de horas, y a pesar de las zonas insalubres, lxs empleadxs que cobraban por horas extra ya trabajaban más de ocho horas diarias, y algunas personas extendían la jornada laboral hasta cumplir 10 horas. Por otro lado, el aumento definitivo de las horas fue avisado hace algunos meses y en ese sentido se podría decir que la patronal “dio tiempo” para que lxs trabajadorxs se reorganizaran, pero igualmente a muchxs lxs tomó desprevenidxs. Si bien se lograron excepciones para que personas con hijxs o con trabajo de docencia laboren 7 horas diarias, la Patronal logró imponer sus condiciones a lxs trabajadorxs. Otro conflcito añadido fue que, como se preveía, se cruzaron los turnos y en algunos sectores el lugar físico o los elementos de trabajo no alcanzan, quedando personas sin actividad hasta por dos horas diarias.

Mientras tanto no sólo se dieron jubilaciones (algunas por decisión de lxs trabajadorxs, otras por presión de la Dirección) sino que también desde hace unos pocos meses volvieron a circular rumores de despidos admitidos por los sindicatos: alrededor de 80 personas serían echadas hacia fin de año. Según una delegada de ATE, no hay contratados en la lista (¡llamativo que lxs sindicalistas sepan no sólo que se echarán trabajadorxs sino quiénes!); sin embargo, dado el comportamiento y la trayectoria sindical dentro de la BN, las afirmaciones de ATE hay que asumirlas con desconfianza… En paralelo, y como era de esperar, no se habla de renovaciones de contratos ni de aumentos de salarios/“honorarios” ni de pases a “resolución 48”.

En un contexto de avance del Capital y de su Estado sobre la clase trabajadora en su conjunto, es menester la solidaridad y unidad entre trabajadorxs para enfrentar la ofensiva capitalista en curso.

ATACA

30-11-2017

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