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Toxoplasmosis durante el embarazo

Crédito de la foto: Thinkstock

¿Qué es la toxoplasmosis?

La toxoplasmosis es una infección ocasionada por un parásito microscópico denominado toxoplasma gondii. Si bien la infección es generalmente una enfermedad leve en personas con sistemas inmunológicos saludables, es peligrosa durante el embarazo ya que, en ocasiones, el parásito puede infectar la placenta y al bebé.

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Los investigadores estiman que, de más de 4 millones de nacimientos que hay en Estados Unidos cada año, entre 400 y 4,000 bebés nacen con toxoplasmosis (conocida como "toxoplasmosis congénita").

La infección puede ser leve o grave y provocar el nacimiento de un bebé sin vida, problemas estructurales y neurológicos así como otros efectos devastadores. Por suerte, puedes hacer muchas cosas para evitar la infección.

¿Cuáles son las probabilidades de que contraiga esta infección y de transmitírsela a mi bebé?

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) calculan que solo alrededor del 15 por ciento de las mujeres en edad fértil son inmunes a la toxoplasmosis (es decir, no pueden contagiarse).

Por suerte, son relativamente pocas las mujeres que contraen la enfermedad durante el embarazo y no todas transmiten la infección a sus bebés.

La posibilidad de que tu bebé contraiga la infección aumenta a medida que tu embarazo avanza. Si te infectas con toxoplasmosis durante el primer trimestre, el riesgo de que tu bebé también se infecte es de aproximadamente el 15 por ciento.

El riesgo aumenta a alrededor del 30 por ciento si contraes la infección durante el segundo trimestre, y al 60 por ciento durante el tercero.

Sin embargo, aunque el índice de transmisión de la infección es mayor en las últimas etapas del embarazo, la toxoplasmosis tiene más posibilidades de ser más grave para tu bebé, si este se infecta durante el primer trimestre del embarazo.

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También existe un pequeño riesgo de infectar al bebé si contraes la infección unos pocos meses antes de quedar embarazada. Si sabes que has contraído la infección recientemente, es buena idea, según algunos expertos, que esperes 6 meses antes de intentar quedar embarazada.

¿Cómo se transmite la toxoplasmosis?

Los expertos creen que alrededor del 50 por ciento de las infecciones de toxoplasmosis se producen por comer carne infectada cruda o poco cocinada. No obstante, también puedes contraer el parásito de otras formas, como por ejemplo:

  • Al comer frutas o vegetales frescos contaminados.
  • Al beber agua contaminada.
  • Al tocar tierra contaminada, arena de la caja de un gato o carne que esté infectada y después te tocas la boca, la nariz o los ojos.


La toxoplasmosis no se puede transmitir de persona a persona, salvo en el caso de la transmisión de madre a hijo durante el embarazo o a través de una transfusión de sangre infectada o de un trasplante de un órgano de una persona infectada.

¿Tengo que deshacerme de mi gato?

No. Seguramente habrás oído decir que las heces de un gato son una fuente importante de toxoplasmosis, pero eso no quiere decir que tienes que deshacerte de tu querido gato. Pero sí que tendrás que observar algunas precauciones extra.

Los felinos son un refugio natural para este parásito, que se reproduce en sus intestinos. Un gato puede infectarse con toxoplasmosis al comer presas infectadas o carne que no se ha cocinado lo suficiente, o al beber leche no pasteurizada o agua contaminada.

Los parásitos forman ooquistes en la tripa del gato y el gato excreta millones diariamente durante un periodo de hasta 3 semanas después de haberse infectado. Los ooquistes no se pueden apreciar a simple vista, por lo que probablemente no tendrás ni idea de que tu gato está enfermo.

Los ooquistes se vuelven infecciosos alrededor de 24 horas después de haber sido excretados. Bajo las condiciones idóneas, pueden vivir en la tierra, la arena o la caja de arena del gato y seguir siendo infecciosos hasta 18 meses. Durante este tiempo se esparcen, contaminando el agua, la fruta y los vegetales e infectando a las especies de sangre caliente que los comen, incluidos los seres humanos.

Así que, aunque es posible infectarse con ooquistes que tienen toxoplasma a partir del contacto directo con las heces de un gato (por ejemplo, al limpiar la caja de arena de un gato que se ha infectado recientemente), también puedes estar expuesta a ooquistes en otro lugar (por ejemplo, al trabajar en el jardín, al comer vegetales sin lavar o al beber agua contaminada).

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¿Cómo puedo evitar infectarme si tengo un gato en casa?

Aquí tienes algunas pautas que te serán de utilidad si tienes un gato:

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  • Haz que otra persona limpie su caja de arena, y que lo haga a diario. Esto reduce el riesgo de infección porque los ooquistes no son infecciosos las primeras 24 horas después de haber sido excretados. Si no tienes otra alternativa que hacerlo tú misma, utiliza guantes desechables y después lávate bien las manos. Algunos expertos incluso sugieren utilizar una máscara, en caso de que alguna partícula sea transportada por el aire al mover la arena.
  • Para evitar que tu gato se infecte mientras estás embarazada, aliméntalo con comida especial para gatos o con restos de comida bien cocidos, nunca con carne cruda o poco cocida.
  • Mantén a tu gato dentro de tu casa, de manera que no cace presas que puedan estar infectadas, como por ejemplo, ratones o pájaros. De todos modos, recuerda que es posible que el gato atrape un ratón dentro de la casa.
  • Mantén al gato lejos del mostrador de la cocina y de la mesa en donde comes.
  • Si bien es poco probable que el gato tenga parásitos en el pelo, es aconsejable que te laves las manos después de jugar con él, especialmente antes de comer o ponerte las manos en la boca.
  • No traigas un gato nuevo a tu casa durante tu embarazo ni juegues con gatos de la calle.

¿Qué riesgos corro al comer carne?

Aunque los gatos son los únicos animales que transmiten este parásito a partir de sus heces, otras especies infectadas albergan el parásito en sus tejidos de forma permanente, en los llamados "quistes de tejidos".

La carne de cerdo, de cordero y de presas de caza son las que albergan este parásito con más frecuencia, pero cualquier tipo de carne puede estar infectada, por lo que siempre debe cocinarse adecuadamente.

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El calor mata a los parásitos, pero si comes carne cruda o poco cocida (o la tocas y después te tocas la boca, la nariz o los ojos), puedes infectarte con estos quistes de tejidos.

Aquí tienes las pautas para preparar la carne de forma segura:

  • Congela la carne unos días antes de cocinarla. Esto reducirá las posibilidades de una infección, aunque no las eliminará por completo.
  • Cocina bien la carne. Esta es la única forma de asegurarse de eliminar la toxoplasmosis. Utiliza un termómetro de alimentos para verificar la temperatura interna de la carne. La mayoría de las carnes se debe cocinar a una temperatura de 71 Celsius (160 grados Fahrenheit), o 82 grados C (180 grados F) en el interior del muslo en el caso de la carne de ave.

    Si no tomas la temperatura de la carne, cocínala hasta que desaparezca el color rosado del medio. No pruebes la carne que estás cocinando antes de que esté bien cocida.
  • Evita la carne curada en sal o ahumada, como el salami y el prosciutto, a menos que primero los calientes hasta que humeen. Por ejemplo, no hay riesgo si se cocinan en una pizza. Tampoco comas carnes secas como el charqui (o Jerky), ya que pueden no haber recibido suficiente calor durante el proceso de secado.

¿Qué otras cosas puedo hacer para evitar una infección?

Aquí tienes otras medidas de seguridad:

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  • No bebas leche que no esté pasteurizada o comas alimentos hechos con leche no pasteurizada y evita comer huevos crudos.
  • Lava o pela las frutas y los vegetales antes de consumirlos.
  • Lava con agua caliente y jabón los mostradores de la cocina, las tablas de cortar, los platos, los utensilios de cocina y tus propias manos después de que hayan estado en contacto con carnes, aves o mariscos crudos.
  • No te toques la boca, la nariz ni los ojos mientras estés preparando la comida y lávate siempre las manos antes de comer. Utiliza guantes desechables si tienes heridas en las manos, para que no estén en contacto con posibles fuentes de exposición al parásito.
  • Mantén la comida alejada de las moscas y de las posibles cucarachas.
  • Evita el agua contaminada. Utiliza agua envasada cuando vayas de campamento o viajes a países en vías de desarrollo.
  • Utiliza guantes cuando trabajes en el jardín y no te toques la boca, la nariz ni los ojos con las manos hasta que te las hayas lavado bien.
  • Evita los areneros públicos y cubre el arenero de tus hijos cuando no lo estén usando. Probablemente tu hijo no contraiga la toxoplasmosis y, en caso de que sí se enferme, tú no puedes contagiarte de él. No obstante, tú debes evitar el contacto con la arena, ya que puede contener heces de un gato infectado

¿Cómo sabré si tengo toxoplasmosis?

Si no te haces ningún análisis, probablemente no sabrás que tienes la infección, ya que la gran mayoría de la gente no presenta ningún síntoma. En caso de que sí tengas síntomas, los más frecuentes son:

  • Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello sin dolor.
  • Otros síntomas por lo general leves como dolores musculares, fatiga, dolor de cabeza, fiebre y posiblemente dolor de garganta o sarpullido.
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Solo en muy raras ocasiones se presentan otros síntomas graves en personas que gozan de buena salud. A veces es posible sospechar la presencia de toxoplasmosis cuando, en una ecografía prenatal, se observan ciertas anomalías fetales. No obstante, la mayoría de los bebés infectados no muestran ninguna anormalidad.

¿Me harán pruebas para saber si soy inmune a la toxoplasmosis o si tengo la infección?

El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG por sus siglas en inglés) no recomienda hacer estudios a las mujeres embarazadas, salvo en el caso de aquellas mujeres que tienen VIH o si se sospecha la presencia de una infección.

Pídele a tu médico o partera que te informe acerca de las ventajas y desventajas para que después tomen juntos la decisión más apropiada en tu caso. Asegúrate también de llamar a tu médico si tienes los ganglios inflamados u otros síntomas que te hagan sospechar que has contraído la infección.

Si hubiese indicios de que estás infectada, te harán un análisis de sangre para medir los niveles de dos anticuerpos. En base a los resultados, puede que sea necesario hacerte un nuevo análisis en dos o tres semanas y enviarlo a un "laboratorio de referencia" de toxoplasmosis. Esto se hace para confirmar los resultados iniciales y para que sea más fácil precisar la fecha en la que te podrías haber infectado.

¿Qué sucederá si contraigo toxoplasmosis?

Si los resultados indican que contrajiste toxoplasmosis durante el embarazo, tu médico o partera podría comenzar a tratarte con un antibiótico, el cual podría reducir el riesgo de que transmitas la enfermedad a tu bebé.

Y como no todas las infecciones maternas se transmiten al bebé, quizás te harán una amniocentesis para determinar si el bebé también tiene la infección. El laboratorio realizará un análisis de ADN especial del líquido amniótico para verificar la presencia del parásito de la toxoplasmosis.

También te realizarán una serie de ultrasonidos (ecografías) durante el embarazo para constatar que no haya anomalías en la gestación.

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¿Qué puede suceder si mi bebé contrae toxoplasmosis y qué tratamiento recibirá?

Las consecuencias que puede sufrir el bebé pueden ser de leves a graves y la infección puede causar un aborto espontáneo, la muerte del bebé al nacer o fallecimiento al poco tiempo del nacimiento.

Si tu líquido amniótico muestra que tu bebé ha sido infectado o si se descubre algún problema a través del ultrasonido, es muy probable que te refieran a un especialista. Quizás quieras hablar con un experto en genética acerca de los riesgos que corre tu bebé. Dependiendo de la etapa gestacional de tu bebé, te hablarán sobre la opción de terminar el embarazo.

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Si continúas con tu embarazo, te darán otros antibióticos para que los tomes en algún momento a inicios del segundo trimestre para tratar de reducir los riesgos de tu bebé.

La toxoplasmosis congénita puede afectar el cerebro del bebé, causando problemas como por ejemplo retrasos mentales o trastornos motrices, parálisis cerebral y epilepsia. También es posible que afecte otros órganos, generalmente los ojos, provocando alteraciones visuales y, en algunos casos, ceguera.

Si mi bebé padece la infección, ¿presentará síntomas al nacer?

Algunos bebés tienen síntomas de toxoplasmosis al nacer, incluyendo hepatomegalia (aumento del tamaño del hígado) e ictericia, esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo o víscera de vertebrados), bajo recuento de plaquetas, sarpullido, infección cardiaca o pulmonar y adenopatía (aumento del tamaño de los ganglios linfáticos).

Sin embargo, la gran mayoría de los bebés que sufre de toxoplasmosis congénita, especialmente aquellos infectados en la última etapa del embarazo, parecen normales al nacer pero, después de meses o incluso después de muchos años, pueden desarrollar problemas graves.

Si el análisis que le hacen a tu bebé al nacer da positivo, lo tratarán con antibióticos durante aproximadamente un año, incluso si no presenta síntomas. Se le realizarán exámenes especiales de audición y de vista, una ecografía o una tomografía axial computarizada (TAC) de la cabeza y otras pruebas que se consideren necesarias.

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Las investigaciones muestran que, si bien el tratamiento después del nacimiento no puede revertir todo el daño producido con anterioridad al mismo, se logrará disminuir mucho el riesgo que corre el bebé de desarrollar nuevos problemas durante la infancia y al crecer.

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Karen Miles
Karen Miles es escritora y experta en el embarazo y la crianza de los hijos, y ha colaborado con BabyCenter durante más de 20 años. Ha publicado cientos de artículos en medios diversos.
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