Es bien sabido que fumar marihuana causa antojos de bocadillos altos en calorías. Esta condición es un elemento básico de la cultura popular. Sin embargo, la evidencia empírica del fenómeno y sus efectos es escasa. ¿El drogarse hace que los fumadores consuman más comida chatarra? Y si es así, ¿por cuánto?

Para responder a esta pregunta, Michele Baggio de la Universidad de Connecticut y Alberto Chong de la Universidad Estatal de Georgia examinaron las leyes estatales en Estados Unidos. Desde mediados de la década de 1990, más de 30 estados han autorizado la marihuana con fines médicos y 11 la han legalizado para uso recreativo. Debido a que estas leyes se promulgaron en diferentes momentos y en diferentes lugares, crearon un experimento natural para que los investigadores estudien los efectos de la marihuana, incluido su efecto sobre el consumo de alimentos.

Con esto en mente, los señores Baggio y Chong recolectaron datos de ventas mensuales de supermercados, farmacias y otros minoristas en más de 2,000 condados en 48 estados que abarcan el período de 2006 a 2016. Al comparar las cifras de ventas de condados vecinos ubicados a lo largo de las fronteras estatales, algunos donde la marihuana era legal y otros donde no lo era, los autores pudieron estimar el efecto de la legalización de la marihuana en las ventas de comida chatarra.

Descubrieron que después de que se legalizó la marihuana recreativa en Colorado, Oregón y Washington, los únicos estados para los que había disponibles datos de ventas durante 18 meses, las ventas de helados aumentaron un 3.1%, las ventas de galletas aumentaron un 4.1% y las ventas de papas fritas aumentaron 5.3% en los años posteriores a la aprobación de las leyes.

La marihuana también puede afectar nuestros hábitos de compra de otras maneras. En otro artículo, Baggio y Chong, junto con Sungoh Kwon de la Universidad de Connecticut, descubrieron que la legalización de la marihuana medicinal redujo las ventas de alcohol en más de 12%. Este “efecto de sustitución” fue mayor de lo que se pensaba anteriormente y duró hasta dos años después de la legalización.

Una explicación de este efecto puede ser que algunas personas usan alcohol para tratar el dolor. Cuando la marihuana medicinal está disponible, intercambian un analgésico por otro. Un enfoque sensato, tal vez, dado el daño relativo que representa el consumo excesivo de alcohol.

 

 

Con información de The Economist

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



Escribe un comentario