En la Asamblea Legislativa avanza un proyecto de ley, que trasladaría ₡162 millones que se encuentran en la Junta de Protección Social (JPS) a la Asociación Obras del Espíritu Santo.
Esta organización, que atiende a menores en condición de pobreza, recibe un aporte estatal anual de alrededor de ₡215 millones provenientes del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y de la JPS; y aproximadamente ₡2.500 millones anuales, por parte de donaciones privadas, indicó a UNIVERSIDAD el diputado Pablo Heriberto Abarca, uno de sus proponentes.
Asimismo, la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas exonera del pago del Impuesto de Valor Agregado (IVA) en la compra de bienes y servicios a varias organizaciones, entre ellas a Obras del Espíritu Santo.
El proyecto de “Ley para el Fortalecimiento de la Acción Social de la Asociación Obras del Espíritu Santo” (Expediente No. 21.423) fue dictaminado afirmativamente el pasado 5 de noviembre en la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea.
En agosto de este año el Gobierno envió este proyecto de ley a los diputados, para que fuera analizado en el período de sesiones extraordinarias. Después de este dictamen afirmativo en Comisión, el proyecto pasaría a plenario, para ser discutido.
¿De dónde salieron estos ₡162 millones?
Estos recursos fueron generados mientras estuvo vigente el artículo 1 de la Ley de Distribución de la Lotería Nacional, que luego fue derogada. Son un total de ₵162.350.075, que se encuentran en las arcas de la JPS y estaban destinados a la Casa Hogar Tía Tere.
Sin embargo, en febrero de este año se derogó la Ley de Creación de la Casa Hogar de la Tía Tere (No. 7817), y su patrimonio, infraestructura y funciones pasaron al PANI. Entonces, estos recursos acumulados en la JPS quedaron sin asignación y calificación.
Fue cuando el sacerdote Sergio Valverde y un grupo de diputados liderados por el legislador del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Pablo Heriberto Abarca, presentaron este proyecto de ley para que los recursos fueran asignados a Obras del Espíritu Santo.
La iniciativa establece que estos recursos “serán asignados al cuido y atención directa de menores en condición de pobreza y pobreza extrema, a fin de sufragar gastos en rubros tales como alimentación, servicios públicos, planta física, vestido y textiles, salud, recreación, menaje, capacitaciones, gastos administrativos y salarios”.
También señala que una vez ejecutados los recursos, la Asociación tendrá seis meses para rendir un informe de liquidación al PANI, para su respectiva auditoría.
Se le consultó al diputado Abarca por qué deberían destinarse estos recursos a Obras del Espíritu Santo y no a otra asociación de bien social. Según Abarca, “el proyecto de ley asigna los recursos directamente a la Asociación Obras del Espíritu Santo, por su gran labor social en el desarrollo de programas en pro de la niñez y que busca combatir los problemas generados por la pobreza y pobreza extrema”.
No obstante, la diputada Paola Vega, del Partido Acción Ciudadana (PAC) difiere. “Nosotros aprobamos una ley que derogaba varias instituciones que ya estaban obsoletas y, mediante esta ley, todo el presupuesto y el patrimonio activo de estas instituciones se pasaba al PANI. Un mes después, un grupo de diputados, liderados por el padre Sergio Valverde presentan una ley para cambiar el destino de los recursos del Hogar de Tía Tere y pasarlos a Obras del Espíritu Santo, sin ninguna justificación y sin ningún estudio técnico y sin ningún control”, dijo Vega.
“No es cierto que esos recursos sólo se le podían dar a Obras del Espíritu Santo. Ese dinero bien pudo haberse quedado en el PANI o dárselos a otra causa que tuviera una prioridad, como violencia doméstica u otros, en los que se podría hacer mucho con esos 162 millones. Máxime que hoy por hoy Obras del Espíritu Santo ya recibe 209 millones del PANI, más lo que le da la Junta de Protección Social, más donaciones privadas que no registra ante Contraloría. Realmente es una suma muy alta para entregar sin justificación alguna”, señaló la legisladora.
Una asociación con ingresos significativos
La Asociación se describe como “una institución de bien social, de inspiración católica, en pro de la dignificación y la promoción humana, para la población en vulnerabilidad social, dentro y fuera del territorio nacional; sin distingo de credo religioso, nacionalidad, raza o lengua”.
Atiende a alrededor de 70.000 personas, de las cuales 52.000 son menores de edad.
Según el proyecto de ley y la información de su página de Internet, trabaja en numerosas áreas. Tiene comedores para menores, madres jefas de hogar, adolescentes, adultos y adultos mayores; y comedores ambulantes para llevar alimentos a personas en condición de calle y precarios. Distribuye “diarios” a familias en alto riesgo social y apoya con alimentos a diversas organizaciones de bien social.
Opera el Centro Educativo de la Alegría, guarderías, un kínder, un centro de cómputo y una biblioteca. Tiene consultorios médicos, jurídicos y espirituales y seis albergues, entre otras cosas.
Según el diputado Abarca, la información del Sistema de Información sobre Planes y Presupuestos (SIPP), para el periodo 2018, muestra que la Asociación Obras del Espíritu Santo tenía un monto presupuestado de ₡256,1 millones para el año pasado. De esta suma, ₡158.6 millones habrían sido transferidos por el PANI y ₡56,5 millones por la JPS.
El legislador indicó que esto se refiere al aporte estatal; pero que la Asociación obtiene alrededor de ₡2.500 millones por año “de parte de donaciones privadas y recursos”.
Se llamó varias veces al celular del sacerdote Sergio Valverde, quien dirige la Asociación e impulsa el proyecto de ley, para consultarle sobre sus operaciones y su presupuesto. También se llamó a su oficina y aunque su encargada de comunicación nos indicó que respondería hoy, sin embargo, no hemos recibido respuesta.
