Lima, el vals y la canción criolla (1900-1936)
Gérard Borras
Editor: Institut français d’études andines,
Instituto de Etnomusicología – Pontificia
Universidad Católica del Perú
Año de edición: 2012
Publicación en OpenEdition Books: 3 juin
2015
Colección: Travaux de l'IFEA
ISBN electrónico: 9782821845374
Edición impresa
ISBN: 9789972623721
Número de páginas: 503
http://books.openedition.org
Referencia electrónica
BORRAS, Gérard. Lima, el vals y la canción criolla (1900-1936). Nueva edición [en línea]. Lima: Institut
français d’études andines, 2012 (generado el 01 septiembre 2016). Disponible en Internet: <http://
books.openedition.org/ifea/6490>. ISBN: 9782821845374.
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© Institut français d’études andines, 2012
Condiciones de uso:
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Gérard Borras
Lima, el vals y
la canción criolla
(1900-1936)
Lima, el vals y la canción criolla (1900-1936)
Lima, junio de 2012
Lima, el vals y la canción criolla
(1900-1936)
Gérard Borras
Primera edición en francés, 2009
Chansonniers de Lima
Le vals et la chanson criolla (1900-1936)
Presses Universitaires de Rennes. Collection Mondes Hispaniques
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú n.º 2012-05599
Ley 26905-Biblioteca Nacional del Perú
ISBN: 978-9972-623-72-1
Derechos de la primera edición, junio de 2012
©
Instituto Francés de Estudios Andinos, UMIFRE 17, CNRS-MAE
Av. Arequipa 4500, Lima 18
Teléf.: (51 1) 447 60 70 Fax: (51 1) 445 76 50
E-mail: postmaster@ifea.org.pe
Pág. Web: http://www.ifeanet.org
Este volumen corresponde al tomo 293 de la Colección «Travaux de l'Institut Français
d'Études Andines» (ISSN 0768-424X)
©
Instituto de Etnomusicología – IDE
Pontiicia Universidad Católica del Perú
Av. Universitaria 1801, San Miguel
Lima 32, Perú
Telf. (51-1) 626-2310
E-mail: ide@pucp.edu.pe
www.pucp.edu.pe/ide
Este volumen corresponde al Tomo 6 de la serie «Estudios Etnográicos»
Este volumen ha sido publicado gracias al auspicio del Centre de Recherches Historiques de
l’Ouest: UMR 6258 Université Rennes2.
Impresión: Tarea Asociación Gráica Educativa
Pasaje María Auxiliadora 156, Lima 5, Perú
Primera edición
Lima junio de 2012
Diseño de la Carátula: Iván Larco
Cuidado de la edición: Anne-Marie Brougère
Índice
IntroduccIón. El vals y la cancIón crIolla: objEtos
sonoros, ¿tIEnEn mEmorIa?
19
capítulo 1. la cancIón y su contExto
27
1. La ciudad, la canción criolla, la producción y el consumo
musical
1. 1. El vals y la canción criolla
1. 2. La «Ciudad de los Reyes a la vuelta del siglo»
1. 3. El teatro de una historia agitada
1. 4. Los espacios sonoros
2. Los creadores y los vectores de difusión
2. 1. Los autores y los intérpretes
2. 2. Los cancioneros
2. 3. El disco de 78 rpm
2. 4. Las partituras
3. Las estructuras de un género
3. 1. Las matrices importantes
3. 1. 1. La zarzuela, el género chico
3. 1. 2. La tradición oral hispánica
3. 1. 3. La poesía académica
3. 2. Un objeto sonoro mal identiicado
4. Un difícil inicio de existencia
4. 1. Un estatus frágil
4. 2. La irrupción del Fox y del Tango
4. 3. Felipe Pinglo: «el salvador»
capítulo 2. El vals: un EspEjo dE múltIplEs facEtas
1. Entre farsa y burla
1. 1. La huella del género cómico
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1. 2. La visión de los «otros»
2. Seamos serios: «el amor, siempre el amor»
2. 1. Lima y las limeñas
2. 2. La mujer dominadora
2. 3. Eros-Thanatos
3. Una crónica de la vida urbana
3. 1. Las transformaciones de la ciudad
3. 2. Los ecos de la vida del mundo
3. 3. Entre carné rosa y rúbrica necrológica
3. 4. ¡Olé Gaona! ¡Olé Belmonte! La Plaza de Acho, centro
del mundo
3. 5. Dramas y fascinación: los locos voladores y «las alas
rotas»
4. Un género privilegiado: la crónica roja
4. 1. Ataques y asesinatos
4. 2. Bandoleros y faites
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capítulo 3. cancIonEs, cancIonEros, podEr y polítIca
205
1. Un testigo de las situaciones sociales
1. 1. Crisis sociales, crisis económicas
1. 2. El impacto de las reformas
1. 3. Felipe Pinglo El cantor de los humildes
2. Perú con «P» de Patria
2. 1. La llaga abierta de la Guerra del Pacíico
2. 2. El increíble ejemplo de Leticia
3. Los cancioneros: testigos y actores de lo político
3. 1. El cancionero «escondido»
3. 2. El Cancionero de Lima: un periódico comprometido
3. 3. La Lira Limeña: pro Sánchez Cerro y anti-APRA
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252
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conclusIón
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lEtras capítulos 1 y 2
285
1. Guardia Vieja
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Adela
Así es mi amor
Aurora
Celaje
Cenizas
Claro de luna
Comarca
Como la rosa en botón
El capulí
El guardián
El manantial
El ocaso
El odio
El pajarillo
El parisién
El pirata
El ruiseñor
El título
El trasnochador
El zorzal
Embeleso
Envenenada
Frou Frou
Idolo
La alondra
La bóveda azulada
La contrabandista
La fe verdadera
La lor marchita
La Losa
La oruga
La palizada
La pasionaria
Mujer adorada
Mujer ingrata
Ocarinas
Pasión de hinojos
Pepita
Perdón
Pescadorita
¡Qué bonito es ser soldado!
La Reina de España
Talavera
Tus ojitos
2. Eros
Crepúsculo de amor
Crisálida
El castigo del perdón
El huerto de mi amada
Gemidos del alma
La adúltera
La extranjera
La que fue
Las limeñas
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Las vienesas
Leonor
Lides de amor
Marquesita
Medianoche
Mi tormento
Mis quejas
Pecadora
Polka de moda
Sarah
Separación
Si dos con el alma
Traición
Una mujer
Venus
Whas you Baby
3. Tánatos
El cementerio
El huérfano y el sepulturero
El pobre
En la paz del sepulcro
Fatalidad
La losa
Mi madre lloraba
Sepulturero
4. «Yo persigo una forma»
Abuelito
Anna Pawlova
¿De qué sirve la jeta?
Lastenia
Palabras esdrújulas/Latín
Rizos de oro
Sueños de opio
5. Lima
Amor a Lima
Barrio Bajopontino
De vuelta al barrio
El eléctrico nacional
El volante
Extranjeritis
La conlagración
Las calles de Lima
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338
Los motoristas
6. Lo cómico
Amores de un japonés
¡Ay! Tiunimani Caytonga
¡Calor! ¡Calor!
¿Cuál de las dos?
El ciclista
El divorcio
Más sobre el divorcio entre marido y mujer
El divorcio 2
El grano en la nariz
Está p’al gato
Trío de los Borrachitos
El tronkino
El zepelín
La carne de perro en la fonda china
La japonesa
Las negras huelen a ruda
Los negros huelen a grajo
Las suegras
Necesito una mujer
El zapatero celoso
7. La plaza de Acho
A Juan Belmonte
La llegada de Joselito
La muerte de Joselito
La trágica muerte del as del toreo
Vals Joselito
Marinera Belmonte
¡Olé Joselito!
Polca torera
8. Serenatas y despedidas
A la memoria de Artemio Prada
A la memoria de Carlos Saco
En tu día
Gran serenata
José Santos Chocano
La bóveda azulada
La noche placentera
Leonidas Yeroví
Nueva serenata
Radiante el corazón de gozo
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Serenata
Serenata a una amiga
Serenata acróstico
9. La Muerte de Felipe Pinglo
A la memoria de Felipe Pinglo
Adiós Felipe Pinglo
Descansa en Paz Felipe Pinglo
Dos reliquias criollas
El in de semana
Felipe Pinglo «el maestro»
La muerte de Felipe Pinglo
Murió el maestro
10. Los aviadores
A Espinoza
Al aviador Espinoza
Alas peruanas
El accidente de Oquendo
Espinoza y Pack
Jorge Chávez
La muerte de Espinoza
La muerte de los aviadores
La tragedia
La trágica muerte de los aviadores
Los aviadores
Octavio Espinoza
11. Tango
La muerte de Gardel
¡Oh, Carlitos!
Mi noche triste
La parodia del Tango
La tangomanía
La hora del thé
12. Crónica roja
Alejandrino Montes
Declaración de Montes a Onofroff
Entrevista de Alejandrino y su padre
Montes y su padre
La muerte de Alejandrino Montes
El crimen del Callao
El nuevo Caín
La captura de «Cata»
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El Crimen de la calle Espaderos
El Crimen de la calle de Espíritu Santo
El asalto del tren de la Oroya
El Canto de Luis Pardo
La captura del bandolero
La canción del bandolero
La muerte de Tiriilo
La muerte de Tiriilo 2
Sangre criolla
Carita el criminal
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393
393
394
396
396
396
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399
lEtras capítulo 3
1. APRA
¡Ay, Trujillo!
Acción de juventud
Acróstico dedicado al jefe del PAP
El sacriicio aprista
Gran asamblea aprista en Acho
Himno de los búfalos
Himno fajista
La amnistía
La Santa Alianza
Lágrimas de sangre
Los constituyentes
Marcha a los caídos
Marsellesa aprista
Silencio
2. Un cancionero escondido
400
400
400
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403
403
404
404
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407
408
Anarco
Canto del trabajo
El Paria
El soldado
Himno Germinal
La marsellesa
Nuevo Canto
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409
409
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411
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3. Las crisis sociales
414
Canción de año nuevo
Crisis de la carne
El Pan
Himno de don Lunes
La carestía
La carestía de subsistencias
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La huelga de empleados
La Huelga de inquilinos
Contestación de don Andrés
Los dueños de casa
La Luz eléctrica
La situación
Las huelgas a la orden del día
Los propietarios y la escasez de casas
No hay sencillo
4. Canción y política
Canción Gay Suarista
El asesinato del general Sánchez Cerro
Excelentísimo Señor Luis Sánchez Cerro
Himno aprista
Canción nacional
Himno Sanchezcerrista
En la losa
La reacción
Queremos elecciones
Bienvenida Sánchez Cerro
Vals Varela 1
Enrique Varela
Vals Varela 2
5. Canciones sociales
Al proletariado
Canción de fábrica
El canillita
El inclusero
El Plebeyo
Jacobo el leñador
La ley de la igualdad
Mendicidad
Pobre obrerita
6. Tacna y Arica
A Tacna
Apóstrofes a Chile
Arica
Recuerdos de Arica
Canción patriótica
Canto a mi Patria
El Gólgota de Arica
El llanto de las Cautivas
Himno a la Patria
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El Repatriado
La Garrapata
La paz de Versalles
Las pretensiones de Bolivia
Las cautivas
Las dos cartas
A mi madre
Los atropellos de Bolivia contra el Perú
Los espías chilenos
Los mártires de la guerra
Marinera Montes
¡Mi Patria! ¡Mi bandera!
¡Tarata!
Asalto en Arica
7. Leticia
A Bogotá y Leticia
A defender Leticia
¡Ay! Leticia
¡Ay! Leticia 2
Defensores de Leticia
El adiós de un voluntario
El conlicto Peruano Colombiano
El destino
El rescate de Leticia
El triunfo
Galanteadores de la Muerte
Guerra
Hermanos a luchar
Huayno del norte
La Colombiana
La despedida de un movilizable
La Guapeza colombiana
La Partida
¡¡Leticia!!
Los Colombianos
Los mercenarios
Los movilizables
Marcha, marcha
Marcha soldado
Mujer peruana
Patria
¡Peruanos de Pie!
Viva Leticia peruana 1
Viva Leticia peruana 2
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8. Leguía
A Leguía
4 de Julio 1
4 de Julio 2
Cantares
La caída de Pardo y el triunfo de Leguía
La constituyente
La transmisión del mando
Las elecciones
Patria Nueva
Patria Nueva 2
Triunfo de Leguía
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481
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sErIE lEtIcIa
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bIblIografía
495
índIcE dE las IlustracIonEs
1: «El mostrador del Can Cán», con las viandas criollas y los
«babiches colorados»
2: «¡Horror! Un piano mecánico vocinglero y chillón en la
Bajada del puente»
3: El teatro, un lugar público (El Comercio, 14 de octubre de
1911)
4: El Comercio, 5 de octubre de 1913
5: El Comercio, 29 de noviembre de 1913
6: El Cancionero de Lima en 1897
7: El Cancionero de Lima en 1900
8: La Lira Limeña
9: Partición editada durante los años 1930
10: Partitura de la mazurca Flor de Pasión
11: Partitura de Lejos del bien amado
12: Partitura de la jota Los ladrones (La Trapera)
13: Partitura de Frou-Frou
14: 78 rpm de música incaica
15: La trájica muerte
16: «La concurrencia saliendo del templo»
17: El templo de San Pedro durante las honras fúnebres
18: «Reconstrucción gráica de la escena del duelo en el
Tajamar»
19: La muerte de Luis Pardo
20: «La captura del bandolero»
21: La Lira Limeña. Felipe Pinglo Alva cuyo recuerdo en el
tiempo se agiganta más
22: El Cancionero de Lima n.o 334
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184
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204
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23: El Cancionero de Lima n.o 351
24: La muerte de Sánchez Cerro
25: Haya de la Torre en primera página de El Cancionero
de Lima
índIcE dE los cuadros
1: Lista de los Presidentes de la República 1899-1939
2: Músicas de bandas grabadas por la Victor TM
3: Teatros en Lima a comienzos del siglo XX
4: Programas de cines y de teatros
5: Artistas que grabaron para la Victor TM
6: Lugar de nacimiento y actividades de algunos compositores
7: Géneros grabados por Montes y Manrique
8: Géneros grabados por dos dúos criollos
9: Principales géneros del catálogo de la VTM de 1925
10: Canciones con el aire de…
11: Versiicación de la Guardia Vieja
12: Versiicación en las canciones de Felipe Pinglo
13: Géneros de la colección Estremadoyro
14: Ejemplos de música incaica
15: El tango y La Lira Limeña
16: La canción y la muerte
17: Música y corrida
18: Títulos de algunas composiciones grabadas entre 1910
y 1925
19: Canciones que evocan la Guerra del Pacíico
20: Repertorio del Centro Musical Obrero de Lima
239
265
267
34
38
43
49
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53
62
63
63
78
80
95
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112
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175
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230
231
253
Introducción. El vals y la canción criolla: objetos sonoros ¿tienen memoria?
Introducción
El vals y la canción criolla: objetos
sonoros, ¿tienen memoria?
El 18 de octubre de 1944, el presidente de la república peruana Manuel Prado
estableció que el 31 de octubre de todos los años sería en adelante festejado
como el «Día de la Canción Criolla», día en el que se rendiría un homenaje
especíico a la música «popular»1 esencialmente tocada y consumida hasta
entonces por los sectores modestos de la capital. Este acto oicial, y inalmente
No hay término de más compleja deinición que el de «popular» sobre todo cuando se aplica a
la cultura. En un encomiable trabajo de clariicación Denis-Constant Martin hace la siguiente
observación: «La categoría popular no es, en general, ni precisa ni discriminante y, cuando caliica
a la cultura, sugiere un conjunto vago cuyas capacidades analíticas y heurísticas son, a lo menos,
poco evidentes» (Martin, 2000: 169-183). En el campo musical, la masiicación de la difusión
ha hecho aún más evidente el lado inoperante de las fronteras que algunos han querido trazar. La
música erudita de Chostakovich difundida repetidamente en spots publicitarios y tarareada en la
calle ¿no es tan «popular» como el último «hit» de moda, escuchado también por las elites políticas
o culturales? En nuestro estudio «música popular» remite a una música tocada y consumida
esencialmente en los sectores modestos de la capital peruana sin prejuzgar de los elementos estéticos
que la componen.
1
19
Gérard Borras
muy político en el contexto de la época, consagraba una expresión cultural que
hasta ese momento no había tenido sino relaciones bastante lejanas y bastante
distendidas con los salones dorados de la república. Este reconocimiento le
permitía pasar según la expresión de Llorens Amico «del callejón al palacio»
(1983: 62) y probaba si era necesario que las canciones eran un poco menos
frívolas y sin importancia como lo pretendían algunos.
Esta producción musical y cultural difundida, tocada y consumida en Lima
entre 1900 y 1936 es el objeto de nuestro estudio. En el seno de este grupo
música criolla de bastante vagos contornos, se consolidó progresivamente un
género desde ines del siglo XIX, como lo hicieron en otros lugares el tango,
el son, la samba y la maxixa. En un inicio es conocido como vals limeño2
antes de convertirse paulatinamente en vals criollo, término que lo identiica
con el criollismo, verdadero arte de vivir —según algunos— típicamente
limeño. Este es el que privilegiaremos en nuestro estudio teniendo al mismo
tiempo cuidado de no aislarlo totalmente de los otros géneros con los cuales
compone un modo sonoro y estético particular.
La unción oicial del presidente Prado estuvo acompañada en los años que
siguieron, de una producción a la vez abundante y de calidad. «La generación
del 50 [es] la época cimera de nuestra canción popular costeña» escribe uno
de los observadores mejor informados del momento (Manuel Zanutelli,
1999: 99). Pero se asiste entonces a un desplazamiento por lo menos
interesante. La canción criolla asume en ese momento una función social
indudablemente nueva. Las mutaciones provocadas por las migraciones
van a dar un estímulo al antiguo mito de la «Arcadia colonial» y una
recuperación de vigor al criollismo como valor que puede servir de defensa
ante la inquietante vitalidad de los andinos que llegan a la capital. El vals,
más que sus congéneres de la canción criolla, será una de las herramientas de
este intento de reescritura de la realidad. Antaño expresión predilecta de los
sectores más marginalizados, «gente de medio pelo» de la sociedad urbana,
este pasa a ser en las composiciones de Chabuca Granda y otros la expresión
idealizada de un pasado histórico maravilloso en el que todo era «lujo, calma
y voluptuosidad»3, antes que lleguen los andinos, habría que añadir. Esta
En nuestro estudio conservaremos el término de vals tal como es utilizado en Lima. Lo hemos
preferido a valse, otro término limeño pero que mantenía la confusión con el valse europeo, y a
valsecito, diminutivo ambiguo.
3 «El desarrollo de la difusión radial y televisiva a partir de los años 1950 va modiicando el
carácter de la producción y difusión del vals, ampliando su espectro social. Las clases medias y altas
2
20
Introducción. El vals y la canción criolla: objetos sonoros ¿tienen memoria?
producción sólidamente apoyada por la producción discográica, la radio
y después la televisión, producirá una verdadera cortina de humo que no
permite distinguir de la época de los orígenes sino escasas melodías antiguas
que no vienen a chocar con las representaciones aceptables.
Este retorno insistente hacia un pasado idealizado dio en gran parte origen
a la escritura de Lima la horrible, asombroso panleto incendiario en el cual
Sebastián Salazar Bondy (2002 [1964]) desenmascara las icciones y las
representaciones engañosas del criollismo4. Salazar Bondy tras González Prada
y su prosa virulenta, después del «voto en contra» de Mariátegui5, denuncia
esta fábula que trata de construir esta imagen idílica de la «Ciudad de los
Reyes». Para Salazar Bondy, el problema mayor nace de la relación que los
habitantes de Lima tienen con la memoria o más exactamente con la historia.
Parecen satisfacerse más gustosamente con los contornos bastante vagos del
mito, «la extraviada nostalgia»6, que con la «realidad-realidad» para retomar
la expresión tan apreciada por José María Arguedas7. Esta relación desfasada
entre una memoria amnésica o ideológicamente reconstruida y una historia
simplemente más cerca de los hechos es la que ha guiado en buena parte la
redacción de la obra aquí presentada. El epígrafe que cita a Jacques Le Gof e
indirectamente a Pierre Nora toma aquí todo su sentido.
En esta empresa ambiciosa, la canción podía desempeñar un rol esencial no
perdiendo nunca de vista esta relación particular que mantienen las músicas y
las canciones con la o las memorias. Pocas expresiones humanas —excepto tal
vez su vecina, la poesía— tienen esta capacidad de asumir las representaciones
de las emociones y transmitirlas a través de los años. Por cierto, sabemos
muy bien que ya no se trata totalmente de la «misma» canción. Es obvio
reconsideran entonces su tradicional desprecio; es más: lo asumen como propio, identiicándolo
con una imagen fetichista de lo limeño que sobrevive hasta nuestros días. De ahí su oicialización,
su vinculación con una Lima señorial inexistente y su airmación en lo negro como contrapeso a la
creciente presencia cultural andina en la ciudad» (Pilar Núñez Carvallo, 1991: 101. Cf. Christian
Giudiccelli, 2000: 93-104).
4 «Salazar Bondy deviene en Lima la horrible un crítico insobornable de la Arcadia, un Perseo que
mira cara a cara a la Medusa, una ave de rapiña que no acepta la leyenda colonialista como heredad
ni los fantasmas que la pueblan como antepasados venerables.…. » (Treviños et al., 2002: 17).
5 Última frase de Lima la horrible (Salazar Bondy, 2002 [1964]: 132).
6 Título del primer capítulo de la obra de Salazar Bondy. La expresión es de Raúl Porras Barrenechea.
7 Cf. Primer encuentro de narradores peruanos (Arequipa, 1965). Lima: Casa de la Cultura, 1969.
21
Gérard Borras
que Jan petit que dansa aún familiar en los oídos de muchos habitantes del
sur de Francia no tiene completamente el mismo sentido que aquel que
podía tener siglos antes8. Según las épocas los receptores se las apropian y
les dan a menudo nuevos signiicados, pero el objeto está ahí y perdura. El
vals criollo no es una excepción. A más de un siglo de distancia, canciones
como La Palizada, El Guardián, Tus Ojitos, etc., forman parte de la memoria
colectiva de Lima y del patrimonio nacional. Pero ese es el problema. Si la
música es soporte de memoria, elemento de memoria, su vínculo permanente
e íntimo con el mundo que la hace nacer y le coniere sentido, la transforma
en un objeto cultural extremadamente fugaz. Ahora bien, en Lima, existe
un sorprendente desfase entre lo que «estos grupos han hecho del pasado»
retomando la expresión de Pierre Nora y el pasado mismo. Por diversas
razones, lo que la memoria colectiva peruana ha conservado de esta época
«matriz» del vals y de la canción criolla es una memoria trunca por no decir
amputada, y le ha sustituido representaciones que poco o nada tienen que ver
con lo que fue la realidad. Esta parte olvidada es la que hemos querido volver
a encontrar y analizar, como primera etapa hacia una comprensión global de
las evoluciones socioculturales del vals criollo.
Las dos fechas que enmarcan el periodo estudiado en esta obra delimitan un
espacio que no es homogéneo desde el punto de vista de las producciones y
consumos musicales. 1900 es por cierto una fecha «práctica», pero es también
el momento en el que varios indicios muestran que el vals limeño emerge y
comienza a construir sus propias características coreográicas y melódicas. Por
eso la hemos escogido. 36 años más tarde muere Felipe Pinglo. Su desaparición
es la otra fecha símbolo que hemos escogido a pesar de los problemas que
planteaba. En efecto, muchas cosas cambiaron desde la época en la que la
única manera de escuchar y de hacer música implicaba la presencia simultánea
de los músicos y de los oyentes. Los años veinte marcaron una ruptura con
la primera ola de difusión masiva de discos. 1927 asiste a la llegada del cine
hablado y musical. Entre 1930 y 1936, las radios extienden sus redes y su
inluencia, el disco y los aparatos de lectura como las «vitrolas» se convierten
en objetos comunes. El vedetariado se ha consolidado en el mundo de la
música popular y se puede hablar de una verdadera industria del espectáculo
en este campo. A esto se añade la evolución de los gustos musicales que tienen
22
Se trata de una antigua canción que narra de manera indirecta los suplicios que se inligía a los
condenados.
8
Introducción. El vals y la canción criolla: objetos sonoros ¿tienen memoria?
incidencias inmediatas sobre la manera de componer la música. Habríamos
podido reducir el periodo para darle más coherencia pero perdíamos mucho.
Primero porque la diferencia tiene algo bueno: los dos periodos producen
expresiones distintas y se capta mejor sus características especíicas gracias a su
comparación. Luego, porque teniendo un enfoque más reducido perdíamos
la oportunidad de ver los sorprendentes nexos entre la canción y un contexto
social y político extremadamente rico: el oncenio que toca a su in, la crisis con
Chile por Tacna y Arica, con Colombia por Leticia, el surgimiento del APRA,
la llegada al poder de Sánchez Cerro… la aparición también de otros actores,
de otros testigos como La Lira Limeña que comienza a publicar en 1929.
Al comienzo solo teníamos una idea aproximada de la memoria perdida, y
estábamos lejos de sospechar lo que íbamos a encontrar. Para lograrlo hemos
privilegiado un procedimiento que en muchos aspectos fue una verdadera
prueba a medio camino entre la pesquisa de detective y el recorrido del
combatiente. No podíamos obviamente satisfacernos con las representaciones
vehiculadas por esta memoria colectiva, voluntariamente o no castradora,
sino ir in situ, como el antropólogo sobre el terreno, a buscar los rastros
y los indicios que reconstruirían una imagen sonora, visual, sensible, de lo
que pudo ser el vals criollo, la canción criolla de esta época, Se trataba de
encontrar la mayor cantidad posible de «rastros» que permitiesen conocer
mejor el objeto en sí, de privilegiar su «materialidad objetiva» protegiéndonos
de un análisis que haría de la lectura del texto de canción la única vía posible
de estudio. Aún cuando los métodos de análisis literario han sido en extremo
útiles, la reconstitución de la memoria del vals criollo o de una parte de esta
implicaba un procedimiento que pusiese en la mira una multiplicidad de
soportes. Siguiendo en esto el procedimiento sugerido por Roger Chartier,
hemos otorgado un lugar esencial a los objetos: discos, partituras, catálogos
de editores, cancioneros, revistas, diarios, etc. Tantos elementos que como el
hilo de Ariadna permitían encontrar el rastro de cantidades de canciones y de
músicas hoy totalmente olvidadas y que, sin embargo, esclarecían de manera
extraordinaria la vida, las prácticas, las representaciones de los músicos y de
los oyentes, en el contexto de su sociedad. Nuestra primera intención ha
sido la de otorgar un amplio espacio a los «objetos encontrados». Aunque
recarguen el texto no hemos dudado en mostrarlos, en insertar imágenes,
representaciones, porque en su materialidad hay toda una red de signiicados
a la que deseábamos que el lector sea sensible. Al inal del volumen hemos
agrupado una selección de textos sobre los que hemos trabajado. Para el lector
allí hay una suma importante de informaciones extraídas de soportes muy
23
Gérard Borras
difíciles de encontrar, los discos y los cancioneros. A partir de este corpus
puede acompañar la lectura y si lo desea proseguir el trabajo empezado en
este breve estudio.
Este se organiza en torno a tres grandes movimientos, estando cada uno de
ellos en deuda con algunos procedimientos. El primer capítulo debe mucho
a la etnomusicología, disciplina que, en muchos aspectos, fue pionera
al proponer prestar una mirada (y una oreja) aguzada sobre las complejas
relaciones entre lo musical y lo social. Al darle forma me vino a la mente a
menudo la célebre frase de Mantle Hood (1963): «el estudio de la música
por sí misma y en el contexto de su cultura». Esta frase marca sin duda todo
nuestro estudio pero hemos querido en el primer movimiento esbozar un
contexto social en donde aparecerían los actores, los creadores, las redes de
difusión y al mismo tiempo otorgar un lugar signiicativo al primer término
de la ecuación: el vals en sí mismo. Consagrarnos tanto como es posible a los
elementos formales que lo fabricaban para en retorno comprender mejor sin
duda sus funciones en el seno de la sociedad peruana de comienzos de siglo.
En el segundo capítulo se privilegian las representaciones. ¿Cuántas veces no
hemos escuchado que la música era el «relejo», la imagen de la sociedad en la
cual es creada? Alain Darré lo dice con mucho acierto:
«en un efecto de espejo permanente lo musical releja el espacio social el
mismo que lo reviste a su vez insulándole nuevos sentidos» (1966: 13).
Hemos intentado seleccionar en esta parte cierto número de temáticas
representativas de los grandes temas que inspiraban a los letristas y a los
compositores de la canción criolla. Después de haber puesto en evidencia
en la primera parte del estudio la sorprendente capacidad de la canción para
decir los acontecimientos, transmitirlos y divulgarlos, la vemos en la práctica
bajo múltiples facetas. Estamos lejos de agotar el objetivo y cierto número de
temas como los deportes, el fútbol en particular, hubieran podido enriquecer
el corpus presentado aquí.
24
El tercer capítulo en sí no es muy diferente, en el fondo, del que lo precede.
Muestra cómo la canción «dice», comenta, habla, de las crisis sociales, de
la política, de los conlictos con los vecinos del norte y del sur. También es
el relejo, la imagen de estas situaciones. Pero al consagrar aquí una parte
especíica a las relaciones entre «música y política» nuestra intención era sin
embargo la de superar la idea según la cual la música, la canción y la danza
serían simplemente el espejo de lo que ocurre en una sociedad. Esta lectura,
Introducción. El vals y la canción criolla: objetos sonoros ¿tienen memoria?
esta percepción de los objetos sonoros les denigraría el derecho de existir por
sí mismos, sólo serían el «relejo de», «la imagen de». Finalmente su función
no sería sino la de ser servidores dóciles de los mensajes que deben transmitir.
En este sentido, la canción que dice, que es el relejo de una situación sería
mucha más «informativa» que «performativa». Ahora bien, este capítulo nos
permite mostrar lo contrario. La canción, en el meollo de las crisis y de los
conlictos, se vuelve «un actor de la historia» para retomar la hermosa expresión
de Jean Quéniart (1999). Estamos lejos entonces de los chispazos románticos
o de los amores macabros —por no decir necróilos— que algunos valses se
complacen en esceniicar.
25
La canción y su contexto
Capítulo 1
La canción y su contexto
La mayoría de los autores que han estudiado el vals criollo formulan análisis
bastante cercanos no sobre sus orígenes, que para todos siguen siendo bastante
vagos, sino sobre su estatus social y cultural a la vuelta del siglo XX, momento
en el que aparece y se consolida. Todos concuerdan en verlo como el género
más preciado del repertorio criollo y exclusivamente reservado a las clases
populares más desfavorecidas:
Manuel Zanutelli: «Niko Cisneros escribió en torno de la evolución
del vals: “Al comenzar el siglo XX el vals jaranero tenía supremacía
en las reuniones. La movilidad en el baile aumentaba y los cantores
lo interpretaban en los solares y callejones en forma aguda. Gustaban
de imitar a los artistas vocales de las compañías de ópera que nos
visitaban, único espectáculo público musical de la época (La Crónica,
31 de octubre de 1960).” Nótese bien: supremacía, predominio,
preeminencia pero sólo en los sectores de escasísimos o nulos recursos
económicos. La clase denominada alta y una supuesta, o muy difusa
clase media o con pretensiones de serlo, se estremecía de la cabeza a
los pies si alguien de su grupo “gente decente” cometía el desliz de
interpretarlo. (…) Se oponía a la circulación masiva de lo costeño no
27
Gérard Borras
sólo la presunción social, el temor a rebajarse, el espanto al ridículo
(1999b)».
José LLorens Amico: «Entendemos por música criolla la que era
producida y consumida por las clases populares de la ciudad de
Lima, constituida básicamente por dos géneros: el valse y la polca
(1983: 28)».
Raúl Romero: «A ines del siglo XIX, el llamado repertorio criollo se
fue conformando por aquellos géneros originalmente foráneos que
fueron adquiriendo paulatinamente caracteres locales y propios. En
sentido estricto, fueron el vals, la polca y la marinera los géneros que
experimentaron mayor arraigo entre los músicos limeños, aunque con
primacía del primero de los nombrados.
El vals es una de las expresiones que mejor simbolizan y exhiben el
carácter de lo criollo, y fue aceptado y desarrollado primordialmente
por las clases bajas (…) El carácter netamente popular del vals se
conirma por el abierto rechazo de las clases altas que lo consideraban
como una expresión inferior y contraria a los postulados estéticos de
estos sectores… (1988: 257)»1.
Steve Stein: «… la estrecha identiicación de la música criolla con las
masas populares llevó al total rechazo de tal música por parte de las
clases alta y media de Lima. La antipatía exhibida por estos últimos
grupos hacia la expresión popular alcanzó tal virulencia que los músicos
de clase baja a menudo sufrieron agresiones verbales y, en ocasiones
físicas, cuando llevaban abiertamente sus guitarras en vecindarios
aristocráticos.» Añade: «Se tocaba y cantaba valses exclusivamente en
los callejones populares de la ciudad (1982)».
Estos análisis trazan límites extremadamente rígidos y estrictos entre los
diferentes sectores sociales de la capital, indudablemente demasiado estrictos.
Aún cuando se conoce lo que pueden ser las reacciones de rechazo en el
campo musical (incluyendo relaciones de violencia como se relata aquí), la
historia nos muestra que es frecuente observar situaciones un poco menos
contrastadas que las que entregan lecturas de prácticas sociales y culturales
vistas por encima. El estudio «al ras del suelo», en el meollo de la práctica y
28
1
El destacado es mío.
La canción y su contexto
del consumo musical puede permitirnos primero proponer una comprensión
quizás más ina del estatus del género y de su lugar en los diferentes espacios
sociales y culturales de la capital.
1. La ciudad, la canción criolla, la producción y el consumo
musical
1. 1. El vals y la canción criolla
El título de nuestro estudio es en sí el signo de las diicultades que hemos
encontrado durante nuestras investigaciones sobre el vals criollo. Es
extremadamente difícil considerarlo como un objeto autónomo y sin vínculo
con los otros géneros de la música popular de la costa que lo rodean. Para buen
número de peruanos, como hemos podido leer en las citaciones precedentes,
el vals sería la esencia misma de la música popular de la costa a la que se
da generalmente el nombre de música criolla2. En realidad, la expresión, de
la que siempre es diicultoso dar una deinición exacta, es de un contenido
mucho más rico del que Llorens Amico da a entender. Sin querer ignorar la
inluencia determinante de la esfera limeña, y por ende la del vals limeño,
es fácil constatar que la música de la costa es en realidad mucho más rica y
heterogénea y habríamos errado excluyendo las numerosas manifestaciones
musicales que la constituyen y participan directa o indirectamente en la
formación del vals y en su historia.
En efecto, el término «costa» plantea problema. Con demasiada frecuencia
designa implícitamente a la capital y a su esfera de inluencia inmediata
que ocupan una posición central, verdadero centro de gravedad del espacio
costeño. Ahora bien, este es más complejo que lo que una mirada rápida
permite pensar. El norte en particular con sus valles, sus plantaciones que
dieron prosperidad a algunas familias oligárquicas peruanas, es un territorio
que no se debe descuidar. A la vuelta del siglo, son espacios densamente
poblados en donde trabajan miles de obreros agrícolas, descendientes de
esclavos y migrantes chinos cuyas prácticas sociales y culturales contribuirán
a la formación progresiva de una «identidad popular de la costa» que, sin ser
homogénea, se distingue claramente de aquella de la sierra.
«Entendemos por música criolla la que era producida y consumida por las clases populares de
la ciudad de Lima, constituida básicamente por dos géneros: el valse y la polca» (Llorens Amico,
1983: 28).
2
29
Gérard Borras
En el campo de la música, los norteños practican una gran variedad de
géneros. Bailan y cantan festejos, marineras, resbalosas y tonderos. En las
zonas donde se concentran poblaciones negras, los panalivio, agua’e nieve,
zaña conservan todo su vigor. En el conjunto de la costa existe entonces
una paleta de formas musicales que hacen y fabrican este patrimonio de los
sectores populares. Pero evidentemente se debe añadir a estos repertorios
las mazurcas, polcas, jotas, cuadriles, gavotes, schottisch, etc. Todas estas
formas musicales tenían una difusión cierta gracias a las orquestas, a los
músicos locales y después al disco a partir de los años 1910. En el campo de
la música a principios del siglo, el vals no es el único género de la costa. Su
posición dominante —muy real— no será sino el resultado de un proceso
que estudiaremos en las páginas siguientes.
1. 2. La «Ciudad de los Reyes a la vuelta del siglo»
En su obra Sociología de Lima, Joaquín Capelo (1895) evidencia claramente
un problema mayor: los censos de población realizados hacia ines del
siglo XIX no son en ningún caso creíbles. El de 1850 contabiliza 212 000
habitantes y el de 1876 solo censa a 101 488 cuando la ciudad no conoció
cambios que justiiquen esta caída. En 1895, él propone una estimación
«razonable» de 100 000 individuos (Capelo, 1895, tomo 1: 116)3. Sea cual
fuere la cifra exacta, se trata de una ciudad de tamaño muy modesto4 «donde
todo el mundo se conocía de vista» según la muy conocida expresión del
poeta José Gálvez.
Pero si Lima es una ciudad mediana, se trata a pesar de todo de un centro
político, administrativo, económico y cultural cuya importancia no tiene
relación con su dimensión. Es la Ciudad de los Reyes, la heredera de un
prestigioso pasado colonial, lo que le coniere una imagen y un estatus
simbólico de gran valor. En este sentido, es la ciudad de la aristocracia y
de la gran burguesía peruana. Estas son sus legítimas propietarias, las que
la manejan. Los sectores populares solo están allí para aportar las energías
necesarias al funcionamiento de la ciudad y no pueden pretender a ningún
«derecho de imagen».
El estudio comprende cuatro tomos publicados entre 1895 y 1902.
En la misma época Londres tiene siete millones de habitantes, Viena dos, y París cerca de tres
millones en 1910 (Dugast, 2001: 20, 22).
3
30
4
La canción y su contexto
En esta vuelta de siglo, se tiene la impresión de observar una ciudad
convaleciente, apenas restablecida de los sobresaltos del siglo XIX y de las
guerras intestinas, no curada todavía del terrible traumatismo de la Guerra
del Pacíico, pero una ciudad que pretende desempeñar plenamente su rol de
capital moderna, centro del Estado, abierta al mundo y ávida de prácticas y
de modelos extranjeros, en su mayoría europeos. Estos deseos de modernidad
tal como los expresan los diarios o las revistas de actualidad como la célebre
Variedades no deben engañarnos. La ciudad ofrece una realidad social y
cultural mucho más diversiicada de lo que parece a primera vista. El mismo
Capelo suministra datos que, por cierto, no son sino estimaciones pero que
no dejan dudas sobre el mosaico humano y social de la ciudad.
«Volviendo a Lima únicamente puede estimarse que el 10 % de la
población es europea, el 15 % indígena, el 10 % blancos, y el 45 %
mestizos o criollos, completándose el 20 % restante a razón de 2 % de
chinos y un 18 % de raza negra pura y mezclada en todos los grados
con las otras razas. En el 10 % de europeos, el elemento italiano es el
que más domina representando tal vez por sí solo más de la mitad de
nuestra población extranjera…» (Capelo, 1895, tomo 1: 117).
Lejos de ser un espacio integrado y homogéneo, al contario, la ciudad está
constituida por un mosaico de barrios de características muy marcadas.
Estas imágenes permanecen aún extremadamente vivas en la memoria de
los limeños, tanto más por cuanto en ciertos casos el aspecto no parece
haber cambiado desde hace casi un siglo. Para constatarlo basta con
deambular actualmente en Malambo, Barrios Altos y Montserrate: siguen
siendo espacios de hábitat popular. En su obra consagrada a Felipe Pinglo,
M. Zanutelli aporta informaciones muy interesantes sobre estos barrios a
comienzos de siglo.
«… Malambo: «Convertido en una zona destinada a cordilleranos y
costeños de modestísima condición social y económica, el Cercado
modeló su propio peril. Se caracterizó por sus huertas… (…)
Malambo: fue otro barrio característico de la ciudad. Era una calle
exclusivamente de negros, o, como suele decirse de “gente morena”. La
poblaban herreros, zapateros, gasiteros, había cocinerías y lecherías y
sobre todo, callejones.
Montserrate: el sector de Monserrate, que forma parte del cuartel n.° 1
hasta los primeros años del siglo tenía un crecido número de población
negra» (Zanutelli, 1999a: 14).
31
Gérard Borras
A esta lista podría agregársele El Rímac, Abajo El Puente y Barrios Altos donde
vivieron numerosos creadores e intérpretes del vals y de la canción criolla. Estos
barrios de intensa actividad comercial eran conocidos por la importancia de
su hábitat popular: los callejones. Estos espacios no eran diferentes de lo que
se ha conocido en otros lugares en toda la América española bajo el nombre
de casa de vecindad, conventillo, casa de inquilinos, etc. Abelardo Gamarra,
siempre dispuesto a prestar una mirada «costumbrista» a la realidad peruana
publicó en 1907 esta descripción de un callejón limeño:
«… Para un callejón, sólo hacía falta tener un terreno de una extensión
de media cuadra de largo o de una, y en esa extensión, en el centro,
una calle de dos varas de ancho; a derecha e izquierda de esa calle,
cuartuchos de tres a cuatro varas, tras esos cuartuchos, un corralito de
igual tamaño y en comunicación con el cuartucho; ese corralito (era
techado) hasta la mitad y bajo ese techo, un fogoncito en un extremo
y en otro un batán; [...] corral y cuarto (eran blanqueados), ambos
en suelo vivo, un candado a la puerta y así 1, 5, 20, 30, 40 o más
cuartos [...]. En el primer cuarto (era alojada) la mujer de un zapatero
remendón, y a la portera: el primer breque para ajustar al vecindario.
En el fondo del callejón, al inalizar la calle de dos varas de ancho, un
caño de agua con su botadero bajo del caño, con un chorrito ridículo
para que de allí saquen agua los quinientos o más habitantes del
callejón para beber, para cocinar, para lavarse y para lavar; pues en el
callejón, tenían que vivir lo menos dos o tres lavanderas de profesión.
En aquel botadero (debían) también hacer sus descargas, día y noche,
las quinientas y más personas [...]: allí (lavaban) sus platos, sus ollas,
sus baldes de agua puerca y demás pestilencias innombrables. En cada
cuarto habitaba una familia: abuelita, suegra; marido y mujer, hijos
de mayor a menor, unos de pechos, otro gateando, otro comenzando
a pararse y cinco o seis mataperritos voraces, jugadores de bolas y
trompiadores como diablos, el perrito, el gallo, dos o tres gallinas, seis
cuyes y un morronga, todo en la más completa armonía.(…)
Cuando no es la desgracia de puertas adentro, es el escándalo de puertas
afuera: la portera que se dice vela verde con la inquilina; la comadre
que se agarra con la comadre; o los muchachos que se aporreaban hasta
que se cansan» (Gamarra, 1907: 21).
32
Es obvio que el trazo es forzado y sería arriesgado otorgar a este testimonio
un verdadero valor sociológico. Pero otros estudios muestran que
La canción y su contexto
lamentablemente, por lo menos desde el punto de vista sanitario, la caricatura
no estaba muy alejada de la realidad:
«… El médico Rómulo Eyzaguirre, en su estudio Enfermedades evitables
(1906), que trata de la inluencia de las habitaciones de Lima sobre las
causas de mortalidad infantil, señaló que los callejones eran focos de
infección. El alto índice de fallecimientos que se presentaba allí era
conmovedor. Tuberculosis, viruela, iebre amarilla, eran los males que
se manifestaban en esos cuartos compuestos de una o dos habitaciones
húmedas, malolientas que a la vez son sala, dormitorio y cocina y
donde los ocupantes viven aglomerados» (Zanutelli, 1999a: 81).
A pesar de las terribles condiciones de vida, los callejones, lugares de
insalubridad y de promiscuidad eran al tiempo lugares de gran sociabilidad.
Los eventos como matrimonios, bautizos y cumpleaños eran ocasión de
iestas, las jaranas, que siguen siendo emblemáticas de la vida de los callejones
y que han sido verdaderos crisoles de las expresiones musicales limeñas. El
vals extraerá de allí buena parte de su coreografía y de sus melodías.
1. 3. El teatro de una historia agitada
La pequeña ciudad de aires provinciales es en realidad mucho más movida
de lo que parece a primera vista. No se trata aquí de detallar los sobresaltos
de la vida limeña en el transcurso del periodo que nos interesa sino más bien
de esbozar sintéticamente las grandes líneas que serán puntos de referencia
indispensables para captar de manera más justa el sentido y el alcance de
muchos de los textos de canciones que presentaremos después.
El in del siglo XIX está marcado por dos acontecimientos que dejarán huellas
duraderas en la vida política y social del país: el surgimiento del civilismo por
un lado y la Guerra del Pacíico por otro. El civilismo y la creación del Partido
Civil por Manuel Pardo y Lavalle en 1872 corresponden a la consolidación de
una clase social enriquecida que desea superar las rigideces y el inmovilismo
del largo periodo militarista que se había implantado sólidamente en el país
tras las guerras de Independencia. Repuesto en escena por la Guerra del
Pacíico, el segundo militarismo (Basadre, 1968: cap. CLXXXII) no resistirá
a la derrota y el civilismo marcará fuertemente las dos primeras décadas del
siglo XX. El sobrenombre de República Aristocrática traduce sin ambages
las orientaciones políticas y sociales de los gobiernos en ejercicio. Esto es
lo que explica en parte por lo menos la extrema agitación social de la época
33
Gérard Borras
(huelgas lideradas por los anarcosindicalistas y los nuevos sindicatos obreros)
y el sentimiento de ruptura que provoca la llegada al poder de «Pan Grande»
Billinghurst5. Las reformas sociales comenzadas por su gobierno tendrán un
eco importante en una población exasperada por la miseria y la insolente
prosperidad de las elites. La canción popular comentará abundantemente esta
breve presidencia y su interrupción por el levantamiento de Benavides.
Cuadro 1 – Lista de los Presidentes de la República 1899-1939
1899-1903
Eduardo López de Romaña (civilista)
1903
Manuel Candamo (Civilista)
1904-1908
José Pardo y Barreda (civilista)
1908-1912
Augusto B. Leguía (civilista)
1912-1914
Guillermo Billinghurst (anti civilista)
1914-1915
Óscar R. Benavides
1915-1919
José Pardo y Barreda (Civilista)
1919- 1930
Augusto B. Leguía
1930-1931
Luis Miguel Sánchez Cerro
1931
David Samanez Ocampo
La Guerra del Pacíico inaliza en 1883 después de una lucha sin merced
entre los beligerantes. Todas las condiciones estaban reunidas para que este
conlicto permaneciese sólidamente en las mentes. La extrema violencia de
los combates, el heroísmo de algunos combatientes (Grau, Bolognesi, etc.),
pero sobre todo las condiciones del Tratado de Ancón (1883) que amputaban
al país de miles de kilómetros cuadrados y preveían la organización de un
plebiscito al cabo de diez años para sellar la suerte de las ciudades «peruanas»
de Tacna y Arica6. Durante cerca de cincuenta años, hasta el tratado de 1929,
Alusión al símbolo enarbolado por los partidarios del candidato Billinghurst durante las elecciones
de 1912. Este pan grande supuestamente encarnaba la orientación social de la política del futuro
presidente.
6 Tratado de Ancón 1883: Artículo 1º: Restablécense las relaciones de paz y amistad entre las
Repúblicas de Chile y Perú.
Artículo 2º: La República del Perú cede a la República de Chile, perpetua e incondicionalmente,
el territorio de la provincia litoral de Tarapacá, cuyos límites son: por el norte, la quebrada y río
de Camarones; por el sur la quebrada y río de Loa; por el oriente, la República de Bolivia; y por
el poniente el mar Pacíico.
5
34
La canción y su contexto
la cuestión de los territorios perdidos y de las «cautivas» estarán en el corazón
de la vida política peruana y la canción fue en este contexto un valioso
instrumento de memoria y de estimulación del patriotismo. La herida era
profunda y dolorosa y no simplemente en los medios del poder y los círculos
militares. Los sectores populares fueron sensibles en extremo a esta cuestión
y muchos gobernantes supieron utilizarla hábilmente a su favor. Augusto B.
Leguía puso este tema en el centro de su candidatura para el primer mandato
y este fue un elemento decisivo de su éxito electoral. El último elemento del
contexto histórico que nos parece deber ser indicado como punto de referencia
es evidentemente el «oncenio» (1919-1930), los once años de poder ejercido
exclusivamente por Leguía, el padre de la «Patria Nueva». En el transcurso de
este periodo surge el APRA de Haya de la Torre y se consolida una oposición
en la que parte de ella verá en Luis Sánchez Cerro a un verdadero libertador.
1. 4. Los espacios sonoros
Existe una propensión que tiende a dibujar el universo musical de la capital
peruana de manera bastante dicotómica, como si a comienzos de siglo hubiesen
existido dos espacios sonoros antagónicos y herméticos. Por un lado estarían
las iestas, las reuniones populares, las famosas jaranas de las que Alberto
Tauro [quien aporta su piedra al ediicio de la dicotomía] da la siguiente
deinición: «diversión nocturna de carácter popular. Reunión donde campean
el alcohol, una excesiva algazara, cierto desorden y modales desentonados, los
bohemios criollos» (Tauro, 1967), provenientes forzosamente de los barrios
populares, individuos de dudosas costumbres, propensos al alcohol y a la gran
vida. Ociosos no integrados a las reglas morales de la «gente decente» y que
resumen su ideal de vida en esta copla «no oicial» de la célebre La Palizada:
Artículo 3º: El territorio de las provincias de Tacna y Arica, que limitan por el norte con el río
Sama, desde su nacimiento en las cordilleras limítrofes con Bolivia hasta su desembocadura en el
mar; por el sur, con la quebrada y río de Camarones; por el oriente, con la República de Bolivia;
y por el poniente con el mar Pacíico, continuará poseido por Chile y sujeto a la legislación y
autoridades chilenas durante el término de diez años, contado desde que se ratiique el presente
tratado de paz. Expirando este plazo, un plebiscito decidirá, con votación popular, si el territorio
de las provincias referidas queda deinitivamente del dominio y soberanía de Chile, o si continúa
siendo parte del territorio peruano. Aquel de los dos países a cuyo favor queden anexadas las dos
provincias de Tacna y Arica, pagará al otro diez millones de pesos moneda chilena de plata o soles
peruanos de igual ley y peso de aquella.
35
Gérard Borras
Vivan los hombres de gran valía
Viva el dinero, viva el amor
Vivan las hembras, la pulpería
Y el aguardiente que da valor
El segundo espacio sería el de los aristócratas, de los burgueses, toda una elite
intelectual, política y diplomática que saborea los placeres y las sutilezas de las
óperas italianas, los encantos del verdadero valse, de la gavota y de la cuadrilla
francesa, tocadas en los salones dorados7. No hay que olvidar a los ausentes, más
bien a los mudos, a los «otros», los asiáticos, los migrantes europeos y desde luego
los «serranos». Ya nadie cree en este tipo de distribución de los espacios culturales
y sonoros y la realidad es forzosamente mucho más compleja. Sin querer negar los
poderosos movimientos de rechazo y de identiicación que suscitan las melodías
y las canciones (y en el caso del vals, una manera de bailar), deseamos mostrar
aquí que los lugares de música eran numerosos y que su simple identiicación y
observación dibujan un espacio urbano donde no existían fronteras —que los
sonidos atraviesan fácilmente— sino espacios de contacto8.
Muy a menudo descuidada, la calle es en la ciudad uno de los espacios
privilegiados de la construcción de referencias sonoras comunes. Estos
«mensajes» de la calle han desaparecido paulatinamente de nuestros centros
urbanos europeos pero hoy en día subsisten en gran número en las ciudades
de la América Latina. Desde el tintineo de monedas sobre los vidrios de los
vendedores de frutas, de la lautita del ailador pasando por el altoparlante
gangoso o el «chisniku»9 de los vendedores de gas, hasta la corneta de los
vendedores de helados, etc., la calle está marcada por sonidos que forman
parte de una cultura común que ninguno ignora. Y es en este espacio colectivo
36
7 Se lee con delicia esta descripción: «El maestro Isidoro Navarro tenía en su repertorio de “bailes
serios de sala”: la galopa rusa, el nuevo gavotin, la mazurka, la polka doble y sencilla, las cuadrillas
a la polka, a la krakoviana, a las talismán, a la segunda tanda; el rigodón peruano compuesto por el
propio Navarro con el pintoresco título de “Alemanas de las ninfas del Rímac”; valses de moda de
cuatro y más clases, las contradanzas sencillas y dobles y en materia de bailes sueltos enseñaba: el
ondú de la marrúa, el pas-de-deux, el minué escosés, la krakoviana, el solo inglés, el jaleo de jerez, la
cachucha nueva de trípili, la jota aragonesa, el cosaco, las boleras de la jota, del clito, del chocolate,
de la cachucha, de la condición, de las sevillanas; las boleras afandangadas y hasta el quemamonte»
(Raygada, Abril de 1936: 184).
8 El concepto de «paisaje sonoro» esbozado por R. Murray Schafer ha inspirado varios aspectos del
análisis propuesto aquí (Schafer, 1979).
9 Barra de acero que escande las melodías de kantus del altiplano del Perú y de Bolivia. Por
extensión, pieza de metal sonoro sobre la que golpean los vendedores de gas para anunciar su paso.
La canción y su contexto
que otras numerosas sonoridades musicales se propagan. En esta época por
ejemplo, el organillo toca según los lugares y las capitales todos los géneros
populares (García Méndez, 2000). Lima no es una excepción, los pequeños
instrumentos surcan las calles y difunden sus melodías al público en general.
También en la calle, al tiempo que ejerce su actividad la gente canta y disfruta
cantando. Finalmente, es un espacio donde individuos, por el hecho de su
estatus social, tienen el derecho (se podría decir el deber) de producir música.
Este breve comentario publicado por la famosa revista Variedades da una
representación extremadamente interesante de lo que podía resonar a veces
en las calles de la Ciudad de los Reyes a comienzos de siglo:
«… Hay una mendicidad cascabeleante y coloreada que tiene algo de
gigantesco. Es la de los que hacen gracias, de los que ingen orquestas
ambulantes, de los que tocan el acordeón, el violín o la quena; el tipo
del pobre ciego que toca el arpa. Estos mendigos van desapareciendo
también lentamente. Cada día son menos. Ya no son frecuentes los
tiempos que todos recordamos, en que de pronto, en los zaguanes
silenciosos, vibraba dolorida la voz de la quena que decía con intención
interesada, pero simpática, yaravíes hechos para partir las almas y abrir
las arcas. En veces eran dos; uno cantaba y las canciones tenían un
dejo extraño, porque en veces tras el yaraví doliente que la lauta o la
quena acompañaba, se entonaba un vals de moda o un aire gitano de
zarzuela, y la alegría de la canción se anegaba en el tono dolorido con
que el mendigo tocaba la quena» (Variedades, 13 de marzo de 1915,
n.o 367: 1879).
Este testimonio proviene de una revista cuya línea editorial está claramente
dirigida hacia las clases superiores. El código de comunicación implícito de
este párrafo indica que los lectores supuestamente han integrado las referencias
a las cuales hace alusión aquí. La música de la sierra, por lo menos el yaraví,
forma parte de hecho del universo sonoro de la ciudad. Más adelante veremos
que es incluso uno de sus pilares.
La calle es inalmente el lugar predilecto en el cual los grupos sociales expresan
sus opiniones por medio de desiles y manifestaciones. Nadie duda que en
esas épocas de conlictos frecuentes e intensos, estas manifestaciones hayan
sido también tan sonoras y musicales como lo son hoy en día. Testimonio de
ello este pasaje extraído de la revista obrera «El Obrero Textil»:
«[… La manifestación se encaminó por el girón más céntrico de la
ciudad, llegando hasta la plaza principal.
37
Gérard Borras
Después de hacer uso del verbo libertario ocho compañeros, en cuyo
transcurso se cantó todos los himnos libertarios, se dio por terminada
la manifestación]» (El Obrero Textil, n.o 22, 1921).
El espacio urbano ofrece otro espacio de contacto de gran interés. En las
plazas y en las glorietas es donde las orquestas y las fanfarrias desempeñaron
un rol sin duda determinante en la construcción de las referencias musicales
comunes. Disponemos de bastante poca información sobre los programas
de conciertos, pero sabemos que existían en Lima varias bandas militares
dirigidas por el maestro José Savas Libornio10. Muy abierto a las músicas
en boga pero también muy atento a las músicas populares de Lima, él fue
un puente entre dos universos que no se frecuentaban. Compuso melodías
bastante bellas que forman parte integrante hoy en día del repertorio «criollo».
Podemos citar la mazurca Flor de Pasión11 o el vals Hortensia. Nadie duda que
sus bandas deslizaban en sus conciertos algunas piezas del repertorio local. Es
lo que conirma además el inventario de discos de 78 revoluciones de inicios
del siglo. Se descubre que existían varias bandas fuera de aquellas del ejército
y que estas podían tener un repertorio bastante amplio, integrando músicas
populares de la costa como se constata en el cuadro siguiente.
Cuadro 2 – Músicas de bandas grabadas por la Victor TM
Grabaciones realizadas por la Victor Talking Machine entre 1910 y 1925
Marcha
Banda de la escuela correccional de
Lima
Marinera n.° 1
Marinera
Banda de la escuela correccional de
Lima
San Pedro
Marinera
Banda del Regimiento de Gendarmes
de Lima
Recuerdos de Arequipa
Yaraví
Banda del Regimiento de Gendarmes
de Lima
Viracocha
Triste
Banda de la escuela correccional de
Lima
Libornio fue contratado por Piérola en 1895. Mal visto por algunos (su origen mestizo españolilipino disgustaba, lo que le valió el sobrenombre de «el feo»), terminó imponiendo la calidad de
sus composiciones.
11 Esta mazurka, sigue siendo muy famosa. Ha sido grabada por varios intérpretes como el
recordado dúo Los Favoritos (Noemí Polo y Alejandro Cortez). En la pista 6 del CD proponemos
la versión que grabaron Montes y Manrique bajo el título Entre las lores.
10
38
Los cachacos de Lima
La canción y su contexto
Santeña
Tondero
Banda del Regimiento de Gendarmes
de Lima
Ferreñafe
Tondero
Banda del Regimiento de Gendarmes
de Lima
Funerales de Atahualpa
Triste
Banda del Regimiento de Gendarmes
de Lima
Tondero n.° 1
Tondero
Banda de la escuela correccional de
Lima
Crueldad
Yaraví
Velarde Medina
Escuela correccional
Marcha
Banda de la escuela correccional de
Lima
Huayna Capac
Cacharpare
Banda de la escuela correccional de
Lima
Huayno peruano
Huayno
Orquesta Víctor
El condor pasa
Danza Incaica
Orquesta del Zoológico
Al pie del Misti
Vals
Orquesta del Zoológico
Funerales de Candamo
Marcha
Fúnebre
Banda del Batallón de Gendarmes n.°
1
Quenas
Vals
Banda del Batallón de Gendarmes n.°
1
Los aires
Polca
Banda del Batallón de Gendarmes n.°
1
El aristócrata
Fox-trot
Banda del Batallón de Gendarmes n.°
1
El cóndor pasa
Incaica
Banda del Batallón de Gendarmes n.°
1
Quenas
Vals
Orquesta del zoológico
La nieve
Yaraví
Banda del Batallón de Gendarmes n.°
1
San Lorenzo
Marcha argentina
Banda del Batallón de Gendarmes n.°
1
A ti
Habanera
Banda del Batallón de Gendarmes n.°
1
Altalena
Canzoneta
Orquesta del zoológico
Cuerdas de plata
Vals fácil
Orquesta del zoológico
Lejos de ti
Pasillo
Banda del Batallón de Gendarmes n.°
1
Funerales de Billinghurst
Marcha
Fúnebre
Banda del Batallón de Gendarmes n.°
1
Himno Nacional del Perú
Himno de
1821
Banda escuela Correccional de Lima
39
Gérard Borras
Las retretas se desarrollan en el espacio de la ciudad y en espacios «neutros»
donde la presencia de la banda (siempre cercana a un poder militar o policial
en el caso presente) aporta un sentimiento de seguridad. Su repertorio se
sitúa a priori y de manera implícita en la norma social (son los representantes
del Estado). Por este hecho la presentación de las bandas —los días feriados
de preferencia— permite el encuentro de amplios sectores sociales que
comparten en aquel momento referencias sonoras comunes.
De la calle a los cafés no hay más que un paso y nadie duda que en Lima
como en otros sitios (Dugast, 2001)12 estos han desempeñado un rol
importante en la sociabilidad y en la construcción de las referencias culturales
compartidas. Disponemos de poca información sobre la vida y la naturaleza
de los establecimientos expendedores de bebidas en Lima en aquella época.
Lo que es seguro es que estos eran numerosos y de diversa naturaleza, del
más elegante como Jardín Estrasburgo13 a «la chingana de mala muerte» de
los barrios populares. La obra de Joaquín Capelo nos aporta de nuevo datos
muy útiles para tener una idea de la cantidad de cafés y establecimientos
expendedores de bebidas en general existentes en Lima a la vuelta del siglo:
« .. Padrón general de los establecimientos de comercio e industría en
esta capital formado a practicarse la veriicación de “Pesos y medidas”
en el año 1890.
Abarrotes: 48 Bazares: 16 – Librerías: 10
Bodegas: 17
Cafés, licores, lunch y billares: 151
Chinganas: 207
Licores y vinos: 54
Pulperías: 237 – Restaurants o fondas: 126»
(Capelo, 1895: 180).
Las cifras son bastante impresionantes y ¡solo se trata de los establecimientos
oicialmente empadronados! Razonablemente se puede pensar que el número no
varió signiicativamente en el transcurso de las primeras décadas del siglo XX.
No se trata aquí de ignorar el peso de los códigos y de los símbolos que marcan
las fronteras sociales y que determinan el derecho o las ganas de entrar en tal o
40
12
13
Capítulo 3: «Des pratiques culturelles nouvelles».
Café concert a la europea.
La canción y su contexto
cual establecimiento. Pero incluso con las rigideces propias de muchos países
de América Latina, se puede suponer que, como en Europa, estos espacios se
convertían en lugares privilegiados de «encuentro» entre sectores sociales en
extremo diversos:
«… los cafés de las grandes ciudades no eran frecuentados solamente
por escritores o por artistas. Lo nuevo desde los años 1880, fue la
coexistencia en estos lugares de encuentro, muy efímeros a menudo,
de públicos extremadamente diversos, los “asiduos” se encontraban
aquí inevitablemente mezclados a los clientes de paso. Las divisiones
profesionales y sociales podían olvidarse aquí por algunas horas»
(Capelo, 1895: 90).
Pero ahí también, todo nos empuja a pensar que muy pronto estos lugares
fueron espacios donde se mezclaron universos sonoros muy diversos. Las dos
imágenes que reproducimos a continuación (igs. 1 y 2) tienen a nuestros ojos
un gran valor porque tanto la «victrola con bocina» como la «pianola» podían
reproducir, en función de los deseos de los
clientes, de los empleados o del encargado,
una amplia gama musical. En cuanto al
disco, desde 1915, existe un buen surtido
que será considerable a partir de los años
1920 con la entrada con fuerza del foxtrot y del tango y el dominio técnico de la
grabación eléctrica. En la misma época el
piano mecánico se moderniza y pasa a ser
una herramienta muy eicaz, muy sonora y
ampliamente difundida, cuya importancia
se ha subestimado lamentablemente
Figura 1 – «El mostrador del Can Cán», con las viandas
demasiado a menudo. Las tiendas
criollas y los «babiches colorados»15
especializadas14 proponen miles de «rollos»,
En Lima, se trata de la Casa Holtig.
«El café Can Cán: Estuvo ubicado a mitad de cuadra en Paz-Soldán junto a la Plaza Grande. No
hay trasnochador que no lo conozca y no lo haya oído. Un fonógrafo que resiste al tiempo, de los
modelos más veteranos de la Victor con bocina, se toca todas las noches hace ya largos años. Los
discos son allí del más legítimo sabor peruano; una sucesión de yaravíes, marineras, cachasparis,
tonderos, en los que hacen el gasto Montes y Manrique. Allí protegiendo en el mostrador las papas
rellenas, el rojo escabeche, el seviche (sic) adornado de coronitas de ají, la carne mechada, las costillas
acorazonadas, los panes franceses dobles, el fonógrafo toma un aire protector marcado. El Can cán
14
15
41
Gérard Borras
cintas perforadas que permiten escuchar a gusto música clásica, marchas
militares, música de ópera, de zarzuela, fox-trot, tango. La música «nacional»
conocerá un éxito inesperado con la epopeya de Montes y Manrique
quienes regresarán de Nueva York en 1912 con 172 grabaciones disponibles.
Tendremos la ocasión de volver sobre
este acontecimiento excepcional para
la época.
Todo esto va a resonar en los cafés:
marineras, tristes, yaravíes, tonderos,
valses, zarzuelas, aires de óperas, foxtrot, tangos, etc. creando muchas
referencias comunes entre individuos
de sectores sociales diferentes. Los
cafés limeños, como el famoso
Cordano son lugares ampliamente
abiertos a todos los sectores sociales,
a veces tan solo por su ubicación. A
dos pasos de la Estación Central y a
Figura 2 – «¡Horror! Un piano mecánico vocinglero y
20 metros del palacio presidencial,
chillón en la Bajada del puente»
el Cordano fue un lugar destacado
de encuentro donde algunos presidentes, sus ministros y los funcionarios
del palacio venían a degustar ceviches y otros platos locales. Un lugar donde
se encontraban gustosos, como en la ilustración, músicos que cantaban
improvisadamente en público y cuyo repertorio no debía estar muy alejado
de lo que podían reproducir los discos y las pianolas. Sin embargo, tenían
una ventaja considerable sobre estos soportes cuya elaboración demandaba
tiempo, y es su capacidad de integrar inmediatamente la novedad, de adaptar
según el humor tal o cual pieza del repertorio y satisfacer así en una relación
inmediata las expectativas de su público.
Los teatros y los cines también contribuyeron de manera determinante a la
difusión musical y a la creación de numerosas referencias culturales comunes
en los habitantes de la capital peruana. Lejos de ser instituciones reservadas
a las elites, los teatros fueron espacios abiertos y grandemente frecuentados
por amplios sectores de la población. Estamos en una situación idéntica (o
42
es un café favorecido de la noche desde los mocitos de la creme, los periodistas, los noctámbulos y
cocheros de punto aligerando parroquianos hasta el alba…» [sic] (Collantes, 1972).
La canción y su contexto
en todo caso muy cercana) a la que describen Carlos Serrano y Serge Salaün
a propósito del Madrid de comienzos del siglo XX16.
Impresiona primero el número de instituciones establecidas. Cruzando
diferentes informaciones, de autores, periódicos, revistas y cancioneros, hemos
contabilizado veintiún establecimientos, algo que es totalmente notable para
una ciudad de una centena de miles de habitantes.
Cuadro 3 – Teatros en Lima a comienzos del siglo XX
«Grandes» teatros en foncionamiento Lima a inicios del siglo XX
Mazzi
Lima (Barrios Altos)
Zepita
Badell
Royal
Cinema Teatro
Victoria
Novedades
Colón
Apolo
Cinelandia
Segura
Metropolitán
Alfonso XIII (La Mútua)
Forero
Manco Capac
Olimpo
El Municipal
Variedades
Delicias
Iris
Pero un artículo publicado en Variedades en enero de 1915, muestra que el
número de establecimientos era indudablemente más importante:
« … Un cronista minucioso y rebuscador de datos podría hacer una
interesante historia de los teatros en Lima, en cuanto a locales de estos
se reiere. (…) en una ciudad donde los obreros no celebran sus iestas
sin una producción de arte dramático, y los muchachos celebran con
lo mismo el santo del papá, fue siempre raro que los pequeños teatros
populares no se multiplicaran hasta ser uno en cada barrio. Así ha sido
sin embargo. Y no sólo no se multiplicaron aquellos teatritos como
en tantos otros centros de menor aición y cultura que el nuestro,
sino que quienes a construir los grandes y centrales se dedicaron —y
les llamamos grandes porque con algo hay que adjetivarlos— no se
preocupan de otra cosa que de su propio negocio alucinados o avaros,
y les importa un pepino convertir en teatro, de la noche a la mañana, lo
que antes fue una casa insalubre de vecindad o una inquita inalquilable
y fea (…)» (Variedades, n.o 357, enero de 1915).
16 Los autores hablan del interclasismo de inicios de siglo para designar las prácticas culturales de
las grandes ciudades de España (Salaün & Robin: «Arts et spectacles: tradition et re nouveau» in
Serrano & Salaün, 1988).
43
Gérard Borras
Algunas ilustraciones acompañan el artículo en el que se descubren pequeñas
estructuras que llevan por nombre Teatrito de la Penitencia, Teatrito de la
Caridad, El Cine Teatro17. Sin duda existían muchos otros cuyo funcionamiento
estaba muy localizado, a semejanza de los «teatros de corrales» en España. Sería
bueno no olvidar otras estructuras que a veces pasan desapercibidas y que
solo algunos soportes permiten identiicar. Como muestra, este minúsculo
subtítulo en una de las páginas del número 340 de El Cancionero de Lima: «Vals
Yeroví. Cantado en la Carpa de Moda del Callao». Apostamos que este género
de institución a medio camino entre la barraca y la carpa de circo se veía con
frecuencia. Desde luego es bastante difícil conocer el tipo de programación
en los pequeños teatros porque hasta ahora no hemos encontrado soporte
suiciente que permita reconstituir esta clase de información. En cambio, es
un poco más fácil cuando se trata de establecimientos de mayor tamaño. Las
publicidades de los diarios o semanarios son indicadores coniables.
La programación de estos teatros estaba marcada por el eclecticismo y las
obras dramáticas eran tan solo un elemento entre otros. Reconociendo que
los volúmenes de espectáculos son obviamente menos importantes, se podría
retomar aquí el análisis de Serge Salaün y Claire-Nicole Robin a propósito del
Madrid de los años 1900:
«la situación se caracteriza por una gran confusión, por una proliferación
de géneros y de subgéneros de espectáculos; la impresión general es la
de una inlación desordenada» (Salaün & Robin: «Arts et spectacles:
tradition et renouveau»: 107 in Serrano & Salaün, 1988).
Indudablemente existían políticas especíicas en función de los establecimientos
pero los señalamientos efectuados en la prensa cotidiana conirman que la mayoría
proponía una amplia paleta de espectáculos cercanos a la variedad. Se puede citar
como ejemplo este programa del Teatro Olimpo publicado en Variedades:
«Teatro Olimpo: En la noche de sábado debe de abrir sus puertas el
teatro de la calle de Concha para una función a cargo del conocido
y popular prestidigitador y ventrílocuo nacional R. Richiardi y del
transformista Colón Gómez. En esa función Richiardi que ha progresado
notablemente en su carrera presentará al público sus muñecos mecánicos
rivales de los famosos Cleto y Cía del ventrílocuo Balder que nos visitara
hace mucho» (Variedades, 19 de febrero de 1910).
44
17
Estructura muy diferente del Cinema teatro a pesar del parecido del nombre.
La canción y su contexto
Habría que añadir a otros artistas como los «malabaristas», los ventrílocuos
y los hipnotizadores. Otros espectáculos como las bailarinas de ballet tenían
un gran éxito. La llegada de Ana Pawlowa, gran bailarina rusa, pondrá a la
ciudad en un estado de gran excitación. Sin embargo la gran mayoría de
los espectáculos eran producidos por el arte lírico y sus variantes que tenían
mucho éxito en Lima:
«[que] con el correr de los años se convirtió en una especie de paraíso
para estas obras llamadas del “género chico”» (Zanutelli, 1999b: 55).
Aquí también el paralelo con la capital española es útil, la zarzuela fue objeto
de un entusiasmo frenético en Lima y la «bulimia» del público peruano tiene
similitudes con la de los madrileños. Por otra parte, la industria de la zarzuela
española se exportaba bastante bien en todas las Américas de lengua española
y Lima era un lugar ineludible en las giras de las compañías que algunas veces
se instalaban duraderamente en la Ciudad de los Reyes. Se puede incluso pensar
que la crisis que conoce este género en España a ines de la primera década
del siglo XX (Salaün & Robin: «Arts et spectacles: tradition et renouveau»
in Serrano & Salaün, 1988 ) debió incitar a numerosas compañías a buscar
salidas en América. Este vínculo estrecho entre las compañías europeas y
Lima trasluce en este comentario humorístico de Variedades:
«Nuestro público tratándose del género chico sigue las tendencias del
público español y aún del francés: exige caras bonitas, bustos ídem, piernas
ídem, brazos ídem y con todos estos ídem se conforman. Las señoritas
bailarinas que ha traído la compañía Ros Rodrigo, a juzgar por los retratos
tienen todos los ítems apetecibles» (Variedades, 7 de marzo de 1908).
Muchas de las grandes compañías españolas de zarzuela se presentaron en
Lima e incluso los artistas más famosos, a tal punto que la cartelera de algunos
teatros limeños debía estar cerca de las de Madrid o de Barcelona. Carmen
Flores, Paquita Escribano, Enrique Borrás, Carmen Tórtola Valencia, Ricardo
Calvo, etc. marcaron muchas mentes y dejaron la huella de su paso en la
mayoría de los medios. En los años 1910 un señalamiento rápido permite
identiicar algunas compañías que intervinieron en Lima:
Sigi Barba, Florit, Ros Rodrigo, Miguel Múñoz, Saullo, Zucchi
Otonello, Emilio Colombo, Cáceres, Montero Fernández, Oryalis,
Manuel Alcón, Juan Zapater, Arsenio Perdiguero18.
18 Una vez más la prensa y los cancioneros son valiosos indicadores. Los números 303 y 304
de El Cancionero de Lima publican en primera página «tonadillas y couplets cantados por “la”
45
Gérard Borras
La oferta era tan abundante que los teatros recurrían a la programación «por
tandas». Se puede imaginar la cantidad de espectáculos propuestos en los 21
establecimientos de la ciudad cuando se lee la cartelera del 5 de octubre de 1911:
Teatro Olimpo:
1era tanda: ¡Gran éxito!
2da Tanda a petición: Vida Alegre
3ra Tanda: Granito de sal
Teatro Vitoria:
1era tanda: El príncipe casto
2da Tanda: Estreno de la opereta La niña de los besos
3ra Tanda: La corrida de toros
En las revistas y en los cancioneros se encuentran rastros de los grandes éxitos
de la época, La Corte de Faraón, La verbena de la Paloma, la Gran Vía, El
pobre Valbuena, La trapera, Los celos, La leyenda del monje, El puñao de rosas,
La restauración, El cornetilla, La conquista de Madrid, La casta Susana, La
Pulga, «y cientos de otras obras del mismo estilo» (Miranda, 1989: 64) lo que
demuestra una vez más el estrecho vínculo entre los creadores españoles y la
difusión en América.
La zarzuela marcará pues profundamente la cultura de muy amplios sectores
sociales y se convertirá incluso en un género adoptado por los creadores
locales. Entre las más famosas, se puede citar La esquina de Mercaderes de
Carlos y Emilio Germán, La Gran calle (¡no es un plagio pero casi!) de Víctor
G. Mantilla, Lima en Kodak de Ricardo Chirre y Luis Gazzolo, Mentiras
y candideces y De medio pelo de Fernando Soria, La Bicicleta y De Lima a
Chorrillos de Manuel Moncloa y Covarrubias, Federico Blume presentó en
los escenarios de la capital Los soplones, Sin cuartel y El comisario del Sexto
(Miranda, 1989: 64). Estas adaptaciones locales no eran percibidas como un
género menor y varias de ellas tuvieron un éxito signiicativo. Fue el caso de
Los niños faites, que el editor presentaba así:
«Sainete lírico en un acto de Julio Baudouin [Julio de La Paz]. Música
del maestro Reynaldo la Rosa. Estrenado en el Teatro Municipal de
46
Paquita Escribano». El n.o 305 rinde homenaje a la cantante aragonesa publicando Adiós a Lima,
composición anónima que tiene por subtítulo La despedida de Paquita Escribano.
La canción y su contexto
Lima el 28 de Mayo de 1918. Por la compañía de zarzuelas Montero
Fernández».
La revista Variedades relataba el hecho siguiente:
«“Los niños faites” celebró sus primeras cincuenta representaciones en
el teatro Mazzi por la compañía Manuel Alcón, quien la representó
durante ese tiempo y organizó con este motivo un festival en honor
a sus autores. Días después de su estreno en el Municipal “Los niños
faites” se representaban en el Mazzi siendo la primera vez que una
obra nacional ocupaba el cartel de dos teatros, perdurando en ellos por
muchas noches consecutivas» (Variedades, n.o 515).
Las versiones «limeñas» tenían indudablemente otras ventajas. Esceniicaban
un universo supuestamente familiar para los espectadores pero a veces tenían
como lo tuvieron sus primas españolas, una función crítica que no podía sino
seducir a un público poco acostumbrado a este género de expresión pública.
El diálogo entre Froilán y Giuseppe en Los niños faites es un ejemplo de ello:
« … Froilán: … hay varias plagas… la política es otra ¡Todo es cuestión
de matonerías aquí! Unos se dan de guapos en la calle otros en el
Congreso… Desengáñese, aquí no ha habido más hombre que don
Nicolas [de Piérola]. Ése era el gran Patricio… Don Giuseppe nunca
se meta en política. ¿Qué he sacado yo de la política?… Desengaños y
hambre.
Guiseppe: e dedicarse a la chupa…
Fr: Es una vergüenza ver que aquí todo se vende, se venden los hombres,
se vende el honor, se vende el voto…. ».
Los teatros eran también salas que podían ser alquiladas y servir para todo
tipo de eventos públicos. Las reuniones políticas no son raras en ellas, los
homenajes rendidos a personas célebres tampoco, como esta velada organizada
en honor de dos famosos aviadores una noche de 1911: «función en el teatro
Olimpo en honor de Bielovucic y Tenaud» (Variedades, n.o 149). Los teatros
forman parte de hecho de la vida de la ciudad y es evidente que observando
las prácticas, uno se percate que las fronteras que supuestamente dividen a los
grupos sociales son tal vez menos rígidas de lo que se podría pensar como lo
muestra este anuncio publicado en El Comercio.
Este amplio asentamiento de los teatros es tanto más fuerte por cuanto a partir
del surgimiento del cine se asiste a una verdadera confusión. Muy pronto se
47
Gérard Borras
constata que los teatros se transforman en cines y que la «especialización» no
está aún claramente deinida, como se nota ya en el anuncio anterior. Frente
al entusiasmo del público por esta nueva diversión, las salas diversiican
su programación. Una vez más uno queda sorprendido por la asombrosa
diversidad de la oferta, prueba de ello este anuncio del Teatro Mazzi:
Figura 3 – El teatro, un lugar público
(El Comercio, 14 de octubre de 1911)
«En tanda Vermouth y primera de la noche, la sublime y grandiosa
cinta en seis partes de encantador y emocionante argumento titulada
“El estigma del pasado” o “Los malos antecedentes”. En la segunda
tanda de la noche el terrible drama sobre escenas de la vida tal como es
editada por la casa Gaumont: “Las tragedias del dinero”. Igualmente
se estrenarán en la misma sección el bonito drama en tres partes “La
leyenda del lago de la desolación (Pieles Rojas)”. Mañana monumental
matiné con DIEZ Y SEIS películas de lo mejor. Tanda vermouth a las
seis y dos tandas en la noche» (El Comercio, 5 de octubre de 1911).
Ahora bien, no hay que olvidar que hasta 1928 el cine es mudo y que
hay artistas que acompañan la proyección con una ejecución musical. La
música «en directo» según la buena voluntad de los artistas es pues un dato
importante, sin contar los entreactos, en los que estaban invitados numerosos
artistas locales. El Cancionero de Lima es una vez más un relevante espejo
de esta vida musical limeña. Se puede reconstituir en parte esta música
de cines «mudos» y se constata entonces que una parte importante de los
artistas pertenecía al mundo de la música criolla. Los teatros y los cines se
convirtieron pues en estructuras de difusión de esta música identiicada con
los sectores más populares y sin duda contribuyeron a su paulatina aceptación
en la sociedad limeña.
2. Los creadores y los vectores de difusión
2. 1. Los autores y los intérpretes
48
¿Quiénes fueron los «creadores» y los intérpretes del vals criollo de comienzos
de siglo? No es fácil responder a semejante pregunta sin duda porque es difícil
La canción y su contexto
Cuadro 4 – Programas de cines y de teatros
Actúan en cines y teatros con mayor éxito
Los cuatro ases del solfeo: Hermanos Carreños, F. Pizarro y L. Huambachano
que vienen haciendo una gran temporada en teatros y cines donde llevan un
hermoso público que acude a escuchar las magnas creaciones de estos renombrados cantores.
Nostalgia
El éxito más rotundo de los gauchos peruanos en teatros y cinemas Letra y
música del duo Huambachano
Figura 4 – El Comercio, 5 de octubre de 1913
49
Gérard Borras
Figura 5 – El Comercio, 29 de noviembre de 1913
abarcar casi cuarenta años de vida cultural y musical sin tomar en cuenta
las mutaciones que se operaron y que cambiaron la manera de practicar
y concebir la creación y la interpretación musical. Hasta mediados de los
años 1920, los artistas en actividad construyeron su práctica, su manera
de pensar la interpretación en un contexto sociocultural donde las técnicas
de difusión masiva no habían modiicado el esquema de producción y de
consumo musical. Este grupo es generalmente identiicado como el de la
Guardia Vieja19. A partir de los años 1920/1925, aparece otra generación
de músicos que, al contrario, va a concebir y elaborar su práctica musical
y artística integrando las inluencias melódicas de la difusión discográica
que no cesará de intensiicarse a la vuelta de los años 1930. También es el
periodo en el que, bajo la inluencia creciente del vedetariado, los autores y
los intérpretes comienzan a ganar un estatus de pleno derecho. En Lima, este
grupo de músicos intérpretes es frecuentemente identiicado como el de la
«generación de Felipe Pinglo».
50
19 «Es importante destacar que la generación criolla de la Guardia Vieja se desenvuelve sin presencia
generalizada de los medios de difusión. Las inluencias musicales cosmopolitas que recibe provienen
de fuentes que utilizaban canales más tradicionales de propagación» (Llorens Amico, 1983: 32).
La canción y su contexto
¿Quiénes eran los compositores intérpretes de la Guardia Vieja? El
investigador confronta un problema grande cuando trata de responder
a esta pregunta. En efecto, la noción de autor no parece muy establecida
en el mundo de la canción popular limeña de comienzos de siglo, no más
que aquella, aparentemente frágil, de propiedad intelectual. El ejemplo más
evidente es el de las 172 canciones grabadas por Montes y Manrique en 1911:
todas aparecen como anónimas. Numerosas canciones circulan entonces a
inicios del siglo sin que se sepa quién es su autor y esto parece no plantear
mayor problema. Los autores y los intérpretes son con frecuencia aicionados
provenientes de medios populares que cantan sus composiciones, o la de otro,
para un público generalmente limitado. Fiestas de barrio, veladas, iestas de
callejones, la audiencia de estos artistas no debió sino escasamente superar
la centena de oyentes. Por cierto, las presentaciones en los teatros o los cines
asentaron a veces la reputación de tal o cual compositor intérprete, de tal o
cual grupo, pero estos casos son escasos.
Los autores que han intentado identiicar a estos creadores tienden a
fabricar una suerte de cofradía de la Guardia Vieja donde aparecen los
representantes históricos generalmente bien conocidos por haber dado origen
a composiciones muy famosas (y siempre cantadas) y que de esta manera
salieron del anonimato. En su obra El libro de oro del vals peruano, Eleazar
Valverde y Raúl Serrano delimitan al grupo de Los creadores donde aparecen
24 nombres entre los cuales iguran un poeta colombiano, autor del poema
El guardián, y ¡oh! sorpresa, Carlos Gardel porque fue intérprete con su
colega Razzano de un vals del poeta peruano Federico Barreto. Fuera de estas
presencias inesperadas, los otros sí son autores e intérpretes que en grados
diversos han sido los creadores del vals:
Abelardo Gamarra, Justo Arredondo, José Savas Libornio, Juan
Peña Lobatón, Federico Barreto, Oscar Molina Peña, Nicanor
Casas, Alejandro Ayarza, Pedro Bocanegra, Carlos A. Saco, Alberto
Condemarín, Víctor Correa Márquez, Guillermo Suárez, Alejandro
Sáez, Manuel Covarrubias, Nicolás Wetzell, Filomeno Ormeño,
Braulio Sancho Dávila, Benigno Ballón Farfán, Máximo Bravo y
David Suárez (Valverde & Serrano, 2000: 19)20.
20 Existe una distancia cierta entre un autor como Ballón Farfán, quien compondrá obras retomadas
con orquestaciones clásicas como Silvia, y Pedro Bocanegra que fue uno de los grandes autores
compositores intérpretes de la canción popular limeña.
51
Gérard Borras
Manuel Zanutelli, otro historiador del vals y de la música criolla propone
dos grupos, Músicos del tiempo viejo y Letristas del 900, los que en realidad no
permiten clasiicar eicazmente a los artistas, quienes en su mayoría pueden
pertenecer indistintamente a uno u otro de los conjuntos. Él añade a la lista
precedente los nombres de:
Romualdo Alva Reyes, Emilio Germán Amézaga Llanos, José Ayarza,
Juan Francisco Ezeta, Pedro Fernández, Luis Molina, Eduardo
Recavarren, Fernando Soria, Guillermo Suárez y José Benigno Ugarte
(Zanutelli, 1999b: 18-25).
Tendríamos allí pues a la Guardia Vieja, a los padres fundadores del vals criollo.
Ahora bien, nuestra investigación nos ha permitido ampliar singularmente
este grupo de padres fundadores del género. La revisión de los cancioneros
y de los discos permite en efecto ver aparecer numerosos nombres de artistas
hoy en día completamente olvidados. ¿Quién, aparte del círculo muy reducido
de algunos coleccionistas aicionados, conoce a Las Hermanas Gastelú, a Las
Hermanas Anselmi, a Las Hermanas Arata, quienes grabaron para la Victor TM
en los años 1920? ¿Quién recuerda a los dúos Valverde Medina, Cobián Díaz?
Se puede formular la misma observación para los autores-intérpretes que
aparecen en El Cancionero de Lima: Carlos Corzo, Alfredo Aguilar, Eliseo Igreta,
etc. Allí hay decenas de desconocidos que sin embargo escribieron, compusieron
Cuadro 5 – Artistas que grabaron para la Victor TM
Algunos de los artistas que grabaron la Victor TM en los años
1920/1930
Velarde-Medina
Almenerio y Vélez
Cobián y Díaz
Escobedo y Núñez
Suarez-Espinell
Hermanas Arata
Hermanas Anselmi
Gamarra-Catter
Salas y Rodríguez
Llaque y Marini
Vinatea y Buendía
52
Hermanas Anselmi
Ramírez y Monteblanco
Ayarza y Romero
Hermanas Gastelú
Soto y Cobián
Farfán y Miranda
Hermanos Soto
Ardile y Mendoza
Ampuesto y Acosta
Rodríguez y Vargas
La canción y su contexto
e interpretaron páginas completas de la historia de la canción criolla y del vals
limeño lo que tendería a probar que esta es sin duda más rica y compleja de
lo que habitualmente se quiere admitir. Estamos persuadidos que hay muchas
investigaciones más que llevar a cabo para dibujar con más exactitud los contornos
de la vida cultural musical en la época de la Guardia Vieja.
Se ha destacado a menudo el origen modesto de los creadores de la canción criolla.
Esto no es un mito. Desde luego, algunos criollos de pura cepa pertenecían al
medio de la buena burguesía limeña como Alejandro Ayarza, alias Karamanduka,
pero eran escasos. La mayoría de aquellos que marcaron con su composición la
historia del vals provenían de las capas populares de Lima como lo muestra el
siguiente cuadro:
Cuadro 6 – Lugar de nacimiento y actividades de algunos compositores
Nombre
Lugar de nacimiento
Año
Actividad
Elías Ascuez
Lima Rímac
1895
Albañil
Augusto Ascuez
Lima Rímac
1892
Albañil
Samuel Joya Nery
Cañete
1905
Albañil
Braulio Sancho Dávila
Lima
1888
Albañil
Manuel Covarrubias
Lima
1896
Marmolero
Alberto Condemarín
Lima Barrios Altos
1898
Periodista deportivo
Oscar Molina Peña
Lima Barrios Altos
1876
Comerciante
Víctor Correa Márquez
Lima
1895
Artesano
Pedro A. Bocanegra
Chiclayo
1890
Músico
Nicanor Casas
Lima Barrios Altos
1885
?
Felipe Pinglo
Lima
1899
Empleado
Los músicos que se designan como pertenecientes a «la generación de Pinglo»
están íntimamente ligados a la precedente y la diferencia radica menos sobre
una clásica distinción de edad que sobre la posición de los creadores respecto a
su actividad musical. Paulatinamente se ve aparecer una profesionalización de
los músicos a la par de la intensiicación de la economía de los espectáculos, y
el desarrollo de la radio. Autores intérpretes como Lucho de la Cuba, Filomeno
Ormeño, Lorenzo Humberto Sotomayor, Pedro Espinel y Eduardo Márquez
Talledo son los representantes más claros de esta tendencia. Todos fueron músicos
profesionales y trabajaron en orquestas o para la radio.
53
Gérard Borras
2. 2. Los cancioneros
Los términos de chansonnier21 o de cancionero22 traducen bastante mal la
originalidad y el interés de los soportes que deseamos presentar aquí. Por
cierto, se debieron confeccionar aquí y allá recopilaciones de canciones
puntuales como este «cancionero escondido» que Edmundo Lévano ha llevado
al conocimiento del público y de los investigadores (Lévano La Rosa, 1998).
Hemos podido consultar también algunos «cuadernitos», estas maravillosas
recopilaciones de canciones, cuadernos personales de los intérpretes y de los
compositores23. Pero sin restar el menor mérito a los soportes precedentes, los
dos cancioneros que han servido de base para nuestro estudio, El Cancionero
de Lima y La Lira Limeña superan ampliamente la noción de recopilación
porque son a la vez recopilación y periódico de publicación semanal. Por
este hecho, adquieren otra dimensión. Son un vínculo permanente con lo
cotidiano, la actualidad.
Los subtítulos más frecuentes del tipo: vals de moda, vals de ruidoso éxito
cantado en teatros y cines, tango en toda moda cantado con sensacional éxito,
etc., son valiosas indicaciones que permiten tener un conocimiento muy
regular de las creaciones musicales, de las tendencias, de las modas y de los
gustos del público. Pero muchas de las canciones publicadas, muy marcadas
por la tradición oral española, son también crónicas de lo cotidiano en fase
permanente con la actualidad, con los acontecimientos vividos por la ciudad
y sus habitantes. Si es bien cierto como lo precisa Alain Darré que la música
«en un juego de espejo permanente (…) expresa el espacio social» (Darré,
1996: 13), los cancioneros-periódicos, un poco como lo haría un sismógrafo,
traducen de manera inmediata y desde un cierto punto de vista, los sobresaltos
y los entusiasmos de la sociedad limeña. Pretenden también ser más que
«relejos» de una realidad y no dudan en manifestar sus posiciones a veces de
manera extremadamente comprometida como lo harían los diarios de opinión.
El origen de El Cancionero de Lima es en extremo confuso por lo menos si
uno se basa en lo que relatan diferentes autores. Steve Stein, a pesar de ser un
lector sagaz de la vida limeña de inicios del siglo XX, habla de «el Cancionero
«Recopilación de canciones» en francés.
«Colección de canciones por lo común de diversos autores» DRAE.
23 Toda mi gratitud a Luis Alberto Chirinos quien me permitió consultar el cuadernito de Augusto
Ascuez, uno de los más famosos intérpretes de la canción criolla.
21
22
54
La canción y su contexto
de Lima y La Lira Limeña, las dos revistas que publicaron canciones criollas a
partir de los años 30» (Stein, 1982). Evidentemente, Stein está muy lejos de la
verdad al menos en el caso del primero de los nombrados. Edmundo Lévano
aporta datos más precisos:
«El semanario apareció hacia 1916 y duró casi medio siglo. Su director
era Mario Ledesma Sotomayor, que solía recurrir al seudónimo de
Marqués de Lema. Durante una breve etapa inicial ostentó el epígrafe
de Semanario Popular. En ese tiempo casi todo el repertorio que
publicaba era de canciones limeñas o de zarzuelas» (Lévano La Rosa,
1998: 24).
Aurelio Collantes, referencia ineludible en el mundo de la canción criolla
—lo que le ha valido el sobrenombre de La voz de la tradición— aporta
informaciones interesantes pero cuya imprecisión y falta de referencias
concretas no esclarecen verdaderamente el tema:
«Aquí haremos una breve acotación sobre el origen de los cancioneros
limeños, el dato más remoto señala la primera aparición en la Imprenta
de Estrada en la calle Valladolid allá por el año 1870, treinta años
después lo traspasa a la calle de la Virreyna con el título de “Cancionero
de Lima” (8 páginas, tamaño 16, valor dos centavos de cobre). En
1922, Manuel Terrones imprime en su taller de la calle de La Torrecilla
“La Lira popular”, luego por el año 1933, Pedro Casanova edita “La
Lira Limeña”» (Collantes, 1972).
Manuel Zanutelli es quien ofrece informaciones más precisas sobre este
tópico:
«El Cancionero de Lima se fundó en 1910 (Zanutelli, 1999a: 60) (…).»
«Este modesto vocero de expresión criolla —impreso en tinta azul unas
veces y en otras, en verde o en roja— circuló en los barrios populares
desde 1910, gracias a la tenacidad de Manuel Ledesma, dueño de una
tiendecita situada en la calle de Valladolid n.° 273 y después en Virreyna
n.° 461, donde vendía artículos de escritorios» (Zanutelli, 1999b: 56).
Él distingue tres etapas en la vida del pequeño fascículo: la que va de su
supuesta creación en 1910 hasta 1925 con un contenido que privilegiaba
la música popular de Lima. Una segunda etapa: «que podría ijarse entre
1925 y 1938, se nota un apabullante contenido de canciones y ritmos
extranjeros (rumbas, rancheras y principalmente tangos)». Una tercera a
partir de 1938:
55
Gérard Borras
«ese vocero de la música popular fue asumido por Pedro Durán
Quevedo, quien adoptó el chacotero seudónimo de Marqués de Lema»
(Zanutelli, 1999b: 62-63).
Las orientaciones editoriales propuestas por M. Zanutelli están cerca
de aquellas que hemos observado pero la historia del modesto vocero es
indudablemente un poco más complicada. Para persuadirse de ello basta con
leer las breves publicadas por los diarios de la capital en julio de 1934:
«La Crónica - 15 de junio 1934:
Cumplió ayer 50 años de su fundación el semanario festivo “El
Cancionero de Lima”
Con motivo de haber celebrado el 50° aniversario de su fundación,
el semanario festivo titulado “El Cancionero de Lima”, la Imprenta
y Librería Ledesma, donde se edita esta publicación, ha lanzado una
edición extraordinaria que ha sido puesta en circulación desde el día de
ayer. El número extraordinario de “El Cancionero de Lima” contiene
un suplemento ilustrado con artistas de la pantalla.
Ahora - 15 de julio 1934
El 13 del presente cumplió 50 años de vida el popular semanario “El
cancionero de Lima”, con tal motivo sus editores han dado a la estampa
un número extraordinario, publicando las canciones más en boga.
La Tribuna - 24/07/34.
Llegó al número 1000 el cancionero limeño.
Nos complace consignar la noticia.»
Un simple cálculo coloca el nacimiento del cancionero en 1884, es decir
justo después del in de la Guerra del Pacíico. Pero el poema bastante
gracioso publicado en la edición de aniversario número 1000 da todavía otras
informaciones en la novena y décima cuarteta. El cancionero habría conocido
tres épocas y llevaba un nombre diferente en sus inicios.
56
La canción y su contexto
NUESTRO NÚMERO MIL
El Cancionero de Lima
N° 1000
«El Cancionero de Lima»
con entusiasmo febril,
llegó a la más alta cima,
se elevó al número mil.
Que lo sepa el mundo entero,
los nuestros y los extraños,
que cumple hoy el Cancionero
¡medio siglo, cincuenta años!
Su feliz encumbramiento
tiene que ser festejado
por todos con gran contento,
con sumo placer y agrado.
Peruano de nacimiento,
peruano de corazón
sabe, en cualquier momento,
defender a la Nación.
Que el tañer de la campana
de toda iglesia y convento,
anuncie de buena gana
tan fausto acontecimiento.
Pues si se ofrece también
puede tomar un fusil
y matar a más de cien,
¡cual pudo llegar a mil!..
Porque es este Cancionero
popular, tradicional,
el decano verdadero
de la prensa NACIONAL.
Lectores, mil ediciones
en esta época tercera,
y llegaría a millones
contando de la primera.
Pues ijé nuestro Cancionero
fundado por un peruano
y no por un extranjero,
chileno ni colombiano.
Pues cuando a luz asomara
el Cancionero hoy triunfante,
recordad que se llamara
«La Capa del Estudiante».
Por eso, hasta debería
con aplauso general,
declararse este su día
de gran iesta nacional.
Por eso, con alegría
todito el pueblo peruano
le llamará, desde hoy día,
al Cancionero «el Decano»
Hoy día que con decoro
del pueblo a quien tanto estima,
«El Cancionero de Lima»
celebra sus Bodas de Oro.
Como buen o mal agüero,
mas lo cierto del caso es
que el secular Cancionero
también tiene su Marqués.
MARQUES DE LEMA
57
Gérard Borras
No hemos logrado encontrar ejemplares de «La capa del estudiante»,
cuyo título huele al ambiente de las tunas hispánicas, pero hemos podido
encontrar números muy anteriores a 1910, fecha propuesta por M. Zanutelli,
lo que conirma que El Cancionero de Lima es mucho más antiguo de lo
que se admitía en general, incluso en los ambientes enterados. Los primeros
cancioneros eran periódicos pero hemos encontrado dos números publicados
en 1897, el 8 y el 10, lo que, siguiendo la lógica de tres números anuales
(pero tal vez hubo más) coloca al número 1 en 1894, bastante lejos del año
del nacimiento anunciado implícitamente por el número 1000. Pero hay que
tomar en cuenta las indicaciones dadas en el poema porque Ledesma publicó
un nuevo n.o 1 en 1903 con el subtítulo «segunda serie». Más tarde, pero sin
fecha indicada, pudimos observar el n.o 181 con el subtítulo 2ª edición. En
realidad, parece que durante años el editor buscó una fórmula que convenga
mejor a sus proyectos y «a la realidad del mercado».
Figura 6 – El Cancionero de Lima en 1897
58
Los primeros números de ines del siglo
XIX comportaban una treintena de
páginas (32 exactamente bajo el sistema
de plegado de dos hojas de 43,5 cm x
31) que hacía de ellos ediciones bastante
voluminosas, pudiéndose razonablemente
adelantar que se trataba de publicaciones
mensuales. La segunda serie de 1903 es
«liviana» pues ya no comprende sino 24
páginas y la nueva serie a la que pertenece
el n.o 181 2ª serie, 16 páginas (que es
en realidad el «plegado» del formato
«deinitivo» de 8 páginas (21 x 16 cm, es
decir una única hoja de imprenta 43,5 x
31), verdadera herencia del «pliego» que
ha marcado tanto la historia de las culturas
de lengua española. En efecto, Ledesma
encontró poco a poco la «fórmula» que
va a durar décadas: 8 páginas publicadas
todas las semanas a un precio «accesible»:
2 centavos en 1915 y 5 centavos en 1918.
Último punto, leyendo a M. Zanutelli (cf.
infra) se podría pensar que el seudónimo Marqués de Lema aparece solamente
La canción y su contexto
en 1938. Según la colección de El Cancionero de
Lima que hemos podido consultar, el pequeño
encuadre superior izquierdo que indica «director
Marqués de Lema» aparece entre los números
576 y 599, lo que corresponde aproximadamente
al año 1925.
Figura 7 – El Cancionero de Lima en 1900
El competidor de El Cancionero de Lima era
La Lira Limeña que comenzó a publicar en
1929. Su director Pedro A. Casanova debió
pensar muy pronto en las características que
le permitiesen diferenciarse de su competidor
directo. Tenía exactamente el mismo formato
(aproximadamente 17 x 21), el mismo precio
(5 centavos), pero entregaba 12 páginas o sea
50 % más que El Cancionero. Con seguridad el
impacto de la difusión del disco con la llegada
masiva del fox-trot y después del tango, y el auge
de la radio, modiican sensiblemente el universo
sonoro de una ciudad que se ha diversiicado
considerablemente. La creación de
un nuevo semanario cancionero
podía satisfacer expectativas siendo
el eco directo de estas novedades.
Otro punto sin duda nada baladí,
las orientaciones políticas de El
Cancionero de Lima, ferozmente
pro-APRA, podían beneiciar a La
Lira Limeña al captar una clientela
ferozmente anti-APRA. Veremos
cómo su director sabrá utilizar en
su provecho un posicionamiento
político simétricamente opuesto al
de su competidor.
Figura 8 – La Lira Limeña
59
Gérard Borras
2. 3. El disco de 78 rpm
El disco representa una ruptura considerable en la historia de la música.
Consolida los primeros intentos representados por la grabación en cilindro
y, rápidamente, el aspecto industrial de la fabricación, que se aianza desde
1917 con el inicio de la grabación eléctrica, va a transformar las prácticas
sociales de producción y de consumo musicales. Se ija sobre un soporte
aproximadamente 3 minutos de melodías que pueden ser escuchadas a
gusto y los artistas ganan un fantástico poder de ubicuidad gracias a estos
discos de carbón. Ahí donde la escucha musical dependía necesariamente
del vínculo directo con el o los artistas, el disco reproduce idénticamente
la melodía grabada. Esta nueva técnica que parece magia y es atracción de
feria en sus inicios24, va a tener, se sabe, efectos perversos: esta formatea la
melodía en función de la duración de grabación disponible. Las canciones
populares cuya duración podía exceder ampliamente los tres minutos serán
truncadas, amputadas y las nuevas creaciones se amoldarán a lo predeinido.
Pero a pesar de los reproches que se le puede hacer, el disco aparece como
una herramienta irremplazable. Su materialidad (en tanto que soporte sonoro
pero también todas las informaciones que entregan los timbres en el centro
del disco) es un valioso hilo de Ariadna cuando se trata de conocer mejor y
comprender la historia de la vida musical de un lugar y de una época. Es un
hito real, indiscutible y no una interpretación, un recuerdo más o menos iel de
la producción musical. Ahí donde la memoria olvida, el disco permanece… a
condición de descubrirlo. Añado que incluso si en un comienzo los volúmenes
de producción son bastante modestos en el Perú, son suicientes para establecer
tendencias cuantitativas referentes al peso respectivo de los géneros en presencia.
Cuando se trata de trabajar la producción discográica, el investigador se topa
con un problema muy simple pero a veces insuperable: encontrar discos. No
existe institución que tenga por misión colectar estos soportes y la fonoteca de
la Biblioteca Nacional del Perú no dispone sino de algunas decenas de 78 rpm,
en su mayoría bastante recientes. Solo un trabajo de coleccionista, ante los
coleccionistas, permite tener acceso a la valiosa información.
La recolección a la que nos hemos entregado es desde luego incompleta
pero los volúmenes de discos son ampliamente suicientes para mostrar
tendencias. La primera constatación, por no decir la primera sorpresa, es que
la música del Perú ha sido grabada por una gama asombrosa de compañías
60
24
Los hermanos Pathé comenzaron su fantástica carrera yendo a los mercados y a las ferias.
La canción y su contexto
de discos. Entre 1910 y 1927, la Victor Talking Machine y la Columbia son
las dos grandes empresas y no es sorprendente comprobar que sus catálogos
son, y de lejos, los más importantes. Pero otras compañías menos conocidas
en la época se lanzan también en la aventura. Artophone, Gennet, Odéon y
Brunswick van a grabar melodías peruanas, aunque es difícil imaginar cuáles
eran sus conexiones encargadas de difundir su producción. Pero el análisis
de los títulos editados por las dos «grandes» entrega las indicaciones más
reveladoras de las tendencias de estas primeras décadas del siglo. El corpus
estudiado es tanto más interesante por cuanto está constituido por dos
vertientes distintas, separadas por varios años: la extraordinaria epopeya del
dúo Montes y Manrique de 1911 y el catálogo de la Victor de los años 1925.
La aventura de este dúo es efectivamente única y realmente increíble para
la época. El acontecimiento tiene tal valor histórico que Basadre, el gran
historiador, no dudará en consagrarle una parte de un capítulo en su célebre
Historia de la República (Basadre, 1968, capítulo CXCIII: 4617)25:
«… Los cantores nacionales Eduardo Montes y César Augusto
Manrique viajaron a Estados Unidos en 1911 para que la empresa
Columbia Phonograph & Company imprimiera discos con canciones
populares peruanas de la costa por cuenta de la casa Holtig y Cia.
Muchas de esas expresiones de la música popular no estaban escritas.
Llegaron a fabricarse 91 discos dobles con 182 piezas.»
El número de títulos grabados es efectivamente impresionante y constituye
una verdadera «fotografía» de las prácticas musicales populares de la costa
peruana. Durante mucho tiempo, todos los investigadores han conservado
este número, 182 títulos, maravilloso y preocupante a la vez: fascinaba pero
nadie sabía lo que representaba exactamente. Comparando las informaciones
de la colección Estremadoyro, con la ayuda del coleccionista César Pereira y
de nuestro colega Luis Chirinos, hemos podido reconstituir en mayo de 2006
la lista exacta de los que llograron grabar y llegamos 172 piezas. ¿Qué formas
musicales grabaron en Nueva York los «Carusos criollos»?26 La respuesta es
tan asombrosa como su aventura.
Principales géneros grabados por Montes y Manrique clasiicados en orden
decreciente (cuadro 7).
25
26
Notas sobre la música entre 1895 y 1930.
La expresión es de la revista Variedades, febrero de 1912.
61
Gérard Borras
Estamos lejos de un panorama musical donde el vals
sería la referencia ineludible y mayoritaria, como lo
40
quisieran las evocaciones contemporáneas de la Lima
33
de antaño. Esta clasiicación muestra una imagen sonora
29
indudablemente más compleja y más rica que la que
22
uno se habría podido imaginar. Por cierto, no hay
10
que olvidar que existe un ordenante, un productor en
8
el sentido moderno del término. La Holtig no es sino
una importante casa que comercia fonógrafos, discos,
pianolas y cintas perforadas. Tiene pues un proyecto comercial pero este no
puede alejarse de lo existente, es decir de lo que se toca, se escucha y se compra
realmente en el universo de la música popular. Incluso si razonablemente
se puede pensar que su intención es cubrir un espacio más amplio que el
simple mercado limeño27, este era el de mayor potencial. La sorpresa viene
de la posición del yaraví y del triste que son géneros que no se asocian
espontáneamente con la costa y todavía menos con Lima. El triste es un
lamento muy implantado en el norte del Perú, y se podría decir sin exagerar
que el yaraví es su variante del sur, en particular de la zona de Arequipa28. El
término de «yaraví», palabra quechua, es evidentemente mucho más evocador
que el de «triste» que tiende a fundirse en la hispanidad lingüística de la capital.
Este remite inmediatamente al universo indígena. En realidad el yaraví es un
género cuya presencia en la costa es bastante antigua. Para convencerse de ello
basta con leer el análisis de Carlos Raygada en su Panorama musical del Perú
(1936). Obviamente, no es la creación del célebre Mariano Melgar como
ha tratado de hacerlo creer el «nacionalismo arequipeño». Pero nadie duda
que las creaciones poéticas y musicales de este héroe de la Independencia,
de trágico destino, han dado un estatus de respetabilidad al yaraví. Por otro
Cuadro 7 – Géneros grabados por
Montes y Manrique
Yaraví
Marinera
Vals
Triste
Tondero
Polka
Como lo deja saber su razón social y compañía se puede imaginar que la Holtig tenía iliales en
las ciudades del norte y en Arequipa, próspera y dinámica ciudad donde existían sin duda algunos
compradores potenciales.
28 Carlos Raygada (1936) propone esta interesante distinción: «… Triste viene a ser, en todo
caso, simplemente el adjetivo que por singularizar la característica melancólica del yaraví acabó
pronto convirtiéndose en substantivo. Luego, con el correr de los años, la musa popular ha venido
estableciendo un progresivo distanciamiento entre el triste y el yaraví propiamente dicho, o sea,
por lo que hemos escuchado, que éste ha mantenido equilibradamente la fusión hispano-india,
mientras que el triste ha sufrido más intensamente la intromisión de modalidades expresivas
occidentales.».
27
62
La canción y su contexto
lado, este género será integrado a varias creaciones académicas «incaizantes»29
de las cuales se conoce su rol nada baladí en la reconstrucción de una imagen
«nacional» después de la Guerra del Pacíico.
El vals no es pues sino un género entre otros. La marinera es un canto, un baile
y una música identiicados en esa época con los sectores negros de la costa.
Es mucho más antigua que el vals y ha recibido la unción patriótica desde
la creación de La Concheperla y el homenaje rendido a los combatientes del
Pacíico. En consecuencia no es sorprendente que esta aventaje a un género
aún estigmatizado por buena parte de las elites. El universo sonoro de la
música popular es pues mucho menos uniforme que lo que tendería a validar
la etiqueta «música criolla» versus vals/polca/marinera. Las grabaciones de
otros dos grupos limeños realizadas en los años 1920 tienden a conirmar la
existencia de una cultura musical popular en la cual el vals no sería sino un
representante entre otros.
Cuadro 8 – Géneros grabados por dos dúos criollos
total
Marinera
Tondero
Triste
Vals
Yaraví
Salerno y Gamarra
29
11
3
1
13
1
Saez y Ascuez
24
6
5
5
5
3
El catálogo de la Victor Talking Machine de los años 1925 es también una
excelente herramienta que permite tomar conocimiento de lo que es aceptado
como para recibir los honores de la grabación y tener una idea de los equilibrios
entre géneros. Observamos aquí dos tendencias.
Cuadro 9 – Principales géneros del catálogo de la VTM de 1925
Vals
Yaraví
Marinera
Huayno
Triste
Tondero
Polka
51
29
9
16
9
9
4
29 Pensamos en las obras de Valle Riestra (Ollanta, Atahualpa), en las de Rebagliati (Atahualpa,
Pobre Indio), y de Daniel Alomía Robles.
63
Gérard Borras
La primera corresponde a la inversión de las relaciones entre vals y marinera.
El primero ha ganado fuerza y aparece desde ya como el género dominante, lo
que indudablemente es el resultado de su deinitiva implantación y aceptación
en los medios «criollos» de la capital y de la costa. En cuanto a la marinera y al
triste, estos pierden fuerza, mientras que en el corpus de Montes y Manrique
estaban ampliamente representados. La segunda es la inesperada irrupción
del huayno cuando no existen verdaderamente condiciones «objetivas» que
permiten su difusión y su consumo a gran escala en los medios de la costa y sin
duda tampoco de la sierra. Esto corresponde al apoyo «político» del periodo
de Patria Nueva. Leguía vuelve a poner de moda el festival de Amancaes y
lo transforma en acontecimiento nacional, invitando a orquestas de la sierra
que serán honradas con premios, por cierto, creados para la circunstancia,
pero cuyo alcance simbólico es muy fuerte: Gran Premio del Presidente de la
República, Gran Premio del Presidente del Senado30, etc.
2. 4. Las partituras
Las partituras musicales forman parte desde hace siglos de los soportes
privilegiados que permiten la escritura, la conservación de las melodías y
su difusión. Ahora bien, se trata de un objeto que prácticamente nunca es
tomado en cuenta cuando se trata de comprender mejor los circuitos de
difusión de la canción popular limeña. ¿Quiere decir que no existieron o que
no desempeñaron un rol signiicativo en la creación y en la difusión de la
música criolla? Es bastante difícil dar una respuesta muy clara habida cuenta
de las informaciones de los cuales disponemos actualmente y se tendrán que
llevar a cabo investigaciones complementarias en este campo que podrían
aportar luces del mayor interés. Los datos muy fragmentarios que tenemos
merecen sin embargo integrar esta parte del estudio. No se puede empezar
esta parte dejando de lado el enorme trabajo «etnográico» realizado por
la renombrada Rosa Mercedes Ayarza de Morales descrita así por el severo
Manuel Raygada:
«… Excelente lectora repentista, ejecutante limpia y vibrante, espíritu
animoso y alma clara, la pianista limeña por antonomasia se adueñó
de la general simpatía, convirtiéndose luego en profesora de canto y
piano, labor a la que se dedicó por largos años y que ha interrumpido
64
30
Estos discos y su mención honoríica forman parte de la colección Estremadoyro.
La canción y su contexto
últimamente para dedicarse a su ideal de recoger y precisar en el
pentagrama las pintorescas expresiones del folklore musical criollo y
particularmente el limeño, con el que siempre estuvo en contacto, pues
tanto su hogar como el de sus padres fueron de los más fervorosos
en el culto de la música en toda su amplitud. Y así, las fatigas de la
actuación pública constante y las que impone la enseñanza, se ven ahora
compensadas con el éxito felicísimo en esta labor de reiviviscencia de
nuestro sabroso folklore, que ha cobrado animación con indiscutible
y conmovedora legitimidad en manos de tan inteligente artista.
Marineras, resbalosas, tonderos, agua’e nieves, festejos, zañas, cumbias y
otras variantes del género “zambo” del mestizaje, destinadas ya a un
simple recuerdo literario de poetas y tradicionistas, han sido salvadas
así del olvido y transportadas hacia un repertorio pianístico en el que
sólo iguraban algunos intentos que, según nuestro conocimiento, no
respondían de manera tan cabal al espíritu genuinamente “jaranero”
del que la guitarra y el cajón han sido instrumentos precisos. Estas
transcripciones pianísticas, acompañadas en todos los casos de las
letras típicas tradicionales, representan, sin duda alguna, lo más exacto
y expresivo de esa rama del folklore peruano. Y su publicación no debe
retardarse» (Raygada, 1936).
Se siente que la distancia cultural y la formación académica de esta música
imponen un esquema de lectura que no permite captar exactamente las
formas especíicas de la música que ella escucha. Pero la etnomusicología no
tomará forma sino cincuenta años más tarde. La compilación realizada es a
pesar de todo un verdadero tesoro comparable al realizado por Daniel Alomía
Robles en las zonas rurales de la sierra. Estas transcripciones han permitido
conservar un eco bastante iel de las prácticas musicales populares de la costa
a ines del siglo XIX, y en este sentido, han participado en la historia cultural
del Perú. Estas partituras han sido trabajadas con cierto éxito por algunos
artistas contemporáneos. Remitimos a la grabación de La Picaronera realizada
por Cecilia Barraza31.
¿Existían semejantes habilidades en los sectores sociales menos favorecidos
como en aquel del cual provenía Rosa Mercedes Ayarza de Morales?
Estaríamos tentados de responder espontáneamente con una negativa.
Partitura rima con educación. La educación musical, de la misma manera
31
Véase la grabación n.o 8 en los documentos sonoros.
65
Gérard Borras
que otras prácticas (esgrima, equitación, danza, etc.) forma parte de la
necesaria formación de los aristócratas y los sectores burgueses se apresurarán
de integrarla a su panoplia de la discriminación social. Saber leer y escribir
música acompaña cierto estatus social. Por este hecho, se admite como
adquirido que los creadores y los intérpretes del vals y de la canción criolla no
disponían de estas competencias musicales académicas que eran el privilegio
exclusivo de las clases acomodadas32. Una vez más, abstengámonos de efectuar
segmentaciones tan tajantes que satisfacen quizás algunas representaciones de
sectores sociales pero que rara vez corresponden a la realidad del terreno.
Toda una serie de prejuicios pesan aún sobre los artistas de esta época como
el que citamos enseguida, y sería posible multiplicar los ejemplos:
«Las improvisaciones de los compositores repentistas eran celebradas
durante iestas de toda laya. Muchos de estos trovadores espontáneos
tomaban trozos de zarzuelas y de poemas publicados en el Almanaque
Bristol, y los musicalizaban sin rigor técnico. Estas obras eran aprendidas
desordenadamente de oído, por terceros quienes las repetían en cuantas
jaranas frecuentaban… » (Miranda Tarillo, 1989: 52).
Es inútil detenerse en estos juicios lamentablemente demasiado frecuentes y
que no explican nunca cómo estos compositores populares tan mal dotados
técnicamente llegan a crear obras de la envergadura de El Guardián o de
Ocarinas. Lo que sí es seguro, es que la formación musical académica de
numerosos compositores antes de los años treinta era indudablemente un
bagaje poco frecuente. Solo algunos indicios nos permiten suponer que a
pesar de todo existían sectores populares que habían recibido una formación
suiciente, la misma que permitía en particular la lectura o la escritura de
partituras. Basadre señala la existencia de un Orfeón Popular:
«ejecutó el 1º de mayo de 1918 su poema descriptivo para coros y
orquesta El Trabajo en el que se escucharon pronto los acordes de la
canción La Internacional» (Basadre, 1968, tomo X: 4616).
Estas estructuras no parecen haber sido numerosas en Lima, al menos no
hemos tenido prueba de su existencia. Pero estas existieron ampliamente en
otros lugares y permitían a sectores populares practicar la música de orfeón,
«Los miembros de la Guardia Vieja, por ser compositores que generalmente no tenían preparación
técnica ni formal no podían leer las partituras que aparecían en diferentes revistas limeñas o que
vendían las casas de música» (Llorens Amico, 1983: 33).
32
66
La canción y su contexto
lo que implicaba un mínimo de formación técnica de la cual formaba parte
la lectura de las partituras (Santiago, 1998). El hermoso trabajo de Edmundo
Lévano La Rosa sobre El Cancionero escondido del Centro Musical Obrero de
Lima, muestra que en los medios inluenciados por el anarcosindicalismo, la
formación intelectual y artística era uno de los objetivos del combate político.
El Centro Musical se esforzaba en dar una educación musical de calidad a sus
miembros y a sus hijos:
«El manuscrito indica una de las direcciones en que el Centro trabajó
activamente: la educación musical de los hijos de trabajadores» (Lévano
La Rosa, 1998: 26).
El conocimiento de los grandes principios de la teoría musical estaba
indudablemente un poco más difundido en los sectores populares que
lo que se quiere admitir habitualmente. Lo que sí es seguro, es que los
esfuerzos de educación de los años 1920 producirán su efecto. Se comprende
mejor entonces por qué la difusión de partituras dirigida al gran público
no será algo corriente sino en los años 1930/1940. Más amplios sectores
sociales dominan la práctica de la lectura musical y pueden convertirse en
compradores potenciales. La igura 9 reproduce la primera página de una
partitura de los años 1930. Nos percatamos que sirve también como soporte
publicitario al anunciar la existencia de otras partituras de
música criolla. Ahora bien, todos los títulos propuestos
(Hortensia, Celaje, El Guardián, La Palizada, El Capulí,
Ídolo, Idolatría, Madre Querida) son valses clásicos, por
no decir estándares de la Guardia Vieja.
Figura 9 – Partición editada durante los
años 1930
Se constata entonces la doble función del soporte.
Permite la ejecución de una pieza musical pero también
permite conservar la memoria de piezas más antiguas
que generalmente han sido reconocidas como melodías o
canciones populares de valía. Paradójicamente, construyen
una memoria que pasa a ser cada vez más dependiente
de un soporte escrito y contribuye en ello a crear un
corpus de referencia que esconde progresivamente las
melodías que no han tenido la suerte de entrar en este
circuito. A partir de los años 1940 se pasa a otra etapa. Se
ve aparecer copias de partituras de música popular en el
cancionero La Lira Limeña, que ha cambiado de formato
67
Gérard Borras
para facilitar su reproducción y lectura. Se comprende entonces que se ha
ampliado considerablemente el público capaz de descifrarlas.
3. Las estructuras de un género
Cuando un género musical popular surge, se consolida y se convierte en
una expresión fuerte dentro de una colectividad, la tentación es grande, por
parte de aquellos que lo estudian años más tarde, de comprender su génesis.
Estos ejercicios se revelan siempre muy complejos y son a menudo sujetos
de controversia porque no estamos seguros sino de una sola cosa: las músicas
populares no nacen nunca de nada. Son el resultado de un proceso durante
el cual se asiste a la reformulación, a la síntesis de todo o parte de géneros
existentes para formar progresivamente una expresión nueva, o por lo menos
reconocida como tal, por los creadores y sus oyentes. Las polémicas vienen
con frecuencia de la importancia que algunos otorgan a uno u otro de los
elementos que contribuyen al «nacimiento» de un género nuevo. A este
respecto se podría citar el caso del tango y del vallenato; los ejemplos son
numerosos. Para seguir en el contexto peruano de la costa, basta con evocar
el caso de la marinera:
«… Sus orígenes son difíciles de determinar, y han constituido un
punto de controversia y debate a lo largo de muchos años. Mientras
que algunos estudiosos se han pronunciado a favor de los orígenes
africanos de esta forma, otros han airmado su carácter hispano, y hay
inclusive quienes han defendido la tesis de que se trata de una danza de
antigüedad precolombina» (Romero, 1988: 257).
68
Es igualmente muy delicado captar claramente los procesos que concurren
en la aparición del vals limeño a ines del siglo XIX y a comienzos del siglo
XX (Llorens Amico, 1983: 28). El hecho de llevar el mismo nombre que su
pariente europeo nacido en Viena y compartir con él un ritmo ternario no es
un elemento suiciente que permita esclarecer el tema. Existe una distancia
clara entre el baile vienés, que pasó a ser aristocrático, y el género peruano.
No podemos construir aquí una hipótesis sobre este tema. Sin duda es aún
demasiado pronto para que podamos tener una lectura muy ina de los diversos
mecanismos que mezclan realidades diversas: el baile, la música y los textos. Se
trata de un trabajo que indudablemente solo podrá llevar a cabo un equipo de
investigadores provenientes de diferentes disciplinas. Nosotros deseamos más
bien analizar un corpus signiicativo de canciones para comprender mejor
La canción y su contexto
lo que es «el» vals cantado, bailado e interpretado en los medios populares a
comienzos del siglo XX en Lima. Muchos procedimientos, astucias, técnicas
de fabricación y fuentes de inspiración no son aparentes. Un análisis paciente
permite desmontar tanto como se puede las piezas del rompecabezas y ofrecer
al lector una suerte de lectura arqueológica del género. Es obvio que no se
trata aquí sino de una primera etapa, de un primer esbozo hacia una mejor
aprehensión del génesis del vals, que merece profundización tanto a nivel
textual como a nivel musical.
3. 1. Las matrices importantes
3. 1. 1. La zarzuela, el género chico
Un elemento esencial debe ser tomado en cuenta cuando se desea captar
algunos aspectos formales del vals de la primera época; se trata de la zarzuela.
Muchos autores han destacado la importancia de lo que se denomina a
menudo el género chico como fuente de inspiración (Llorens Amico, 1983:
32). En las páginas precedentes hemos visto el rol de las instituciones teatrales
en este campo. Si las compañías de arte lírico se presentaron en todas las
capitales de Hispanoamérica, estas parecen haber encontrado un público
aún más entusiasta en Lima donde se presentaron muy famosas compañías
de zarzuela y sus artistas fetiches: Enrique Borrás, Ricardo Calvo, Tórtola
Valencia, Carmen Flores y Paquita Escribano33. Estos espectáculos marcaron
duraderamente la vida cultural local y no asombra constatar que creadores
peruanos hayan integrado a su vez la zarzuela como medio de expresión34.
Disponemos de relativamente pocas informaciones realmente cuantiicadas
sobre el éxito de estas representaciones, pero las que entrega Enrique Pinilla
33 «Lima conocía también la zarzuela desde 1856 y con el correr de los años se convirtió en una
especie de paraíso para estas obras llamadas del género chico» (Zanutelli, 1999b: 55).
34 Esta pasión no ha cesado. Existen todavía en Lima 4 compañías de zarzuelas. El tenor español
Enrique Ruiz del Portal escribía esto al término de una reciente gira americana: «Dos semanas
después debíamos repetir con La del Manojo de Rosas, y eso nos daba un poco de miedo, dado
el localismo de la función, y el lenguaje quizá enrevesado, que podía hacer que el público no
entendiese alguno de los personajes, o las situaciones, especialmente las cómicas, entre Espasa,
Clarita y Capó. Pero nada más lejos de la realidad. El éxito fue mayor que el de La del Soto del
Parral. El público aplaudió a rabiar y rió cada chiste, como si en vez de en el centro de Lima,
estuviésemos haciendo la función en Chamberí. Resultó que la mayoría del público se sabía la
función prácticamente de memoria, no sólo los cantables, sino el texto también. Fue increíble
para nosotros. El día de la última función, no hacía más que oírse en el público, otra !!» (http://
zarzuelas.net).
69
Gérard Borras
sobre la zarzuela El cóndor pasa de Daniel Alomía Robles, nos da una idea de
lo que podía ser una producción de gran éxito:
«… bajo la presidencia de Guillermo E. Billinghurst, fue de un impacto
fulminante. En el teatro Mazzi se dio tres mil veces a lo largo de cinco
años» (Pinilla, 1988: 141)35.
Los diarios y los cancioneros participaron desde luego en la difusión y la
popularización de las letras del género chico. En este campo desempeñaron un
rol esencial porque si bien es relativamente fácil captar una línea melódica, a
veces es mucho más difícil memorizar largas series de versos que constituyen
las letras de las zarzuelas. Los primerísimos números de El Cancionero de
Lima estaban constituidos casi exclusivamente de cantables de zarzuelas y esto
iguraba como anuncio en la primera página. Hasta el número 400 se puede
encontrar un número considerable de textos que tenían un éxito muy grande
en España. El número 304 presenta por ejemplo El dúo de la Africana y
las coplas de La Corte de Faraón. El número 326 propone La celosa con un
subtítulo «Couplet cantado por Teresita Arce»; y La cascabeleta. Se podría citar
decenas y decenas de títulos.
Otro vector de difusión de la zarzuela tuvo sin duda una inluencia considerable
sobre el público limeño: es el disco. Aunque se trata de un soporte muy
reciente, entre 1910 y 1920, las principales compañías, en particular Columbia
y Victor Talking Machine pero también Brunswick y Artophone, van a integrar
a su catálogo numerosas piezas de revistas, operetas y zarzuelas. Una vez más
la base de datos de la Colección Estremadoyro nos da valiosas indicaciones:
ya se trate de «La gatita blanca»36, de «La danza del oso» de la zarzuela El
Príncipe Carnaval, de «La espiga de oro», etc., la lista es impresionante y atañe
a ediciones muy antiguas, la mayoría anteriores a 192537. Ahora bien, nadie
duda que estos discos, que fueron vendidos en Lima como lo prueban las
pequeñas etiquetas publicitarias pegadas sobre los discos38, eran escuchados en
los cafés o en las reuniones públicas. La fascinante novedad de la victrola que
difunde piezas musicales en boga en los teatros de la capital debió marcar las
mentes y las memorias, porque se las podía volver a escuchar —¡algo nuevo!—
Lo que signiicaría dos presentaciones cotidianas todos los días de la semana.
Zarzuela de Vives estrenada en Madrid en 1905.
37 Esto no signiica que los discos de zarzuela cesan de ser difundidos en Lima a partir de esta fecha.
38 La que vimos sobre un disco Columbia (n.o C 430, es decir los primerísimos del catálogo!!!)
señala: «El fonógrafo – victrolas pianolas M. A. PONCE. Calle Callao -139».
35
36
70
La canción y su contexto
a saciedad. En este sentido, es probable que estos primeros discos hayan tenido
un impacto decisivo en la elaboración de una cultura y de una memoria sonora
común a toda una colectividad. Estas decenas de canciones muy populares
—que indudablemente se tarareaban en las calles, en los mercados, en las
reuniones familiares o en las jaranas— tuvieron un impacto determinante en
un género que estaba en plena fase de elaboración. Los creadores —en esta
época donde la noción de derecho de autor era inexistente— no dudaban en
«vampirizar» las zarzuelas ya sea a nivel del texto o a nivel de la melodía. Existía
ahí una materia prima abundante que permitía crear fácilmente canciones
«nuevas». Oscar Flores Calderón nos da indicaciones interesantes sobre la
inluencia de la zarzuela en la canción criolla:
«El olivar es una marinera cuya letra releja claramente la motivación
zarzuelera en la inspiración autoral. En La contrabadista se advierte
claramente la inluencia de las letrillas y la música de la zarzuela a
la que fueron tan aicionados nuestros antepasados. Letra del español
Manuel García»39.
Él propone luego una serie de canciones cuyas letras habrían sido tomadas de
zarzuelas pero no da otra precisión:
- Mi alegre ruiseñor
- La reina de España
- El zapatero celoso
- Claro de luna
- Guerrilla de amor
- Un suspiro
- Negra del alma
- Entre las lores
- La dolora
- La oruga
- Talavera de la Reyna
- Nocturno
La contrabandista40
Vals
Yo soy la contrabandista
que ando haciendo tanto ruido
yo soy la contrabandista
que ando haciendo tanto ruido.
39 Infortunadamente el autor no da ninguna otra precisión que permita situar la obra de M. García
de donde se ha extraído este fragmento. E. Velarde atribuye La contrabandista a Laureano Martínez
Smart. Razonablemente se puede dudar de esta airmación.
40 Este vals anónimo de la Guardia Vieja ha sido grabado por Alicia Lizárraga en RCA Victor,
901155-B.
71
Gérard Borras
(…)
En la casa de María la loca,
tralalalá, pin, pon,
todos los pollitos
los más chiquititos
tocan al pistón, pin, pon.
Pío, pío, pollo
salgan todos a picar,
pío, pío, pollo
salgan todos a picar.(…)
Efectivamente encontramos aquí muchos elementos de la zarzuela hispánica.
Primero el tema, el contrabandista es un tema muy arraigado en las
representaciones de la España del siglo XIX. Los compositores de músicas y
de zarzuelas41 se han inspirado grandemente de él. Se puede suponer que este
no tiene gran signiicado en el Perú de ines del siglo XIX y comienzos del
siglo XX y su versión femenina es indudablemente todavía más sorprendente
para un público peruano42, a no ser que se piense en Carmen quien gracias
a su éxito ha hecho de este un tema internacional. La forma de las letras
evoca inmediatamente el género chico, altamente marcado por la farsa, con
este recurrir sistemático a las onomatopeyas, las mismas que por su falta
de sentido dan esta sensación de ligereza, algunos dirán de supericialidad.
Hay que reconocer que rara vez estas letras tienen miras metafísicas. Es
bastante frecuente que el oyente y el lector puedan estar desconcertados por
la construcción textual. La inteligibilidad, el sentido, no es cosa que parezca
preocupar al compositor (en el caso que haya un solo compositor), prueba de
ello este famoso e incomprensible vals de la Guardia Vieja:
72
41 Se puede citar entre otros a Juanillo el contrabandista, zarzuela de Cristóbal Oudrid, o también
El pozo del contrabandista, etc.
42 Existen personajes femeninos pintorescos como las famosas cantineras, pero su representación es
bastante alejada de la contrabandista.
La canción y su contexto
La Reina de España
Vals
Si la reina de España muriera
Carlos V quisiera reinar,
correría la sangre española,
como corren las olas del mar.
Pero ven, pero ven,
te daré, te daré mi ilusión.
Te daré, te daré prenda mía,
los latidos de mi corazón.
Vente conmigo, amor, a gozar,
que en la playa yo tengo un bajel;
vogaremos juntitos en él
y la reina del mar tu serás.
Es interesante leer con atención el texto de algunas de estas composiciones
para comprender cómo podía fabricarse la «canción criolla». Claro de luna//
Negra del alma se presenta como una composición híbrida donde se mezclan
partes cercanas a una poesía, que tiende a respetar algunas reglas de la métrica
y de las rimas, con formas mucho más libres. El primer cuarteto es cercano a
un serventesio; respeta su rima (ABAB). La segunda estrofa es cercana a una
octavilla desde el punto de vista de la organización de las rimas pero la métrica
es bastante irregular. Es señal de una composición realizada apresuradamente
como lo eran muchos textos de zarzuelas. Pero indudablemente la temática
permite comprender que las dudas a nivel del título son reveladoras de
este género de elaboración poética. La última estrofa le da sabor «local» al
texto. Como si la canción Claro de luna (muy hispánica en su temática)
hubiese sido «peruanizada» mediante la adjunción de una estrofa donde
aparecen dos protagonistas nuevos: la negra del alma, emblema de la canción
criolla43 y la paloma cuyo diminutivo no siembra dudas sobre el origen y las
representaciones de quien o de quienes compusieron esta parte.
Claro de luna44
Negra del alma
Estaba la noche como el claro día. (ía)
la luna en el cielo se veía brillar (ár)
y muy a lo lejos, a lo lejos, se oía (ía)
leve murmullo del agua del mar. (ár)
43 También es el título de un espléndido huayno de Ayacucho. La versión cantada por Jaime
Guardia es sin duda la más bella de todas. Véase también la interpretación instrumental de Raúl
García Zárate.
44 Versión propuesta por César Santa Cruz quien precisa: «quiero presentar al lector una antigua
pieza que fuera grabada por el legendario dúo Montes y Manrique. Unos lo conocen como Claro
73
Gérard Borras
Las huellas de mi pobre corazón
ya no están en el lugar donde la vi
y sólo me quedó ¡Hay de mí!
recuerdos de pesar y de dolor.
y entonces, sin poderlo remediar
y viéndose burlada mi pasión,
me arranqué el corazón,
lancé un suspiro y me eché a llorar.
ón
í
í
x
ár
ón
ón
ár
Pero vagando quedó mi pensamiento
me parece mirarte, mi bien, y no es así.
sentí, cruzaste como sombra,
en misteriosa rapidez,
y, hubo un eco melodioso que hacia mí
tus palabras de ternura repitió.
Si tú me quieres negra del alma,
regálame tu cariño, dame la calma !
que tan sólo ya por verte
he llegado hasta ti;
para ver si tú me amas, palomita mía,
con delirio y frenesí
dime que sí.
La mayoría de los textos que acabamos de evocar no están marcados por
sus referencias peninsulares45. La lengua y a menudo las temáticas hacían
de ellos creaciones que podían ser aceptadas, apreciadas y retomadas por
públicos hispanohablantes de los diversos países de América. Sin embargo, la
revisión de los cancioneros permite descubrir verdaderas perlas que están muy
marcadas por el estilo del género chico pero cuyo origen limeño o por lo menos
peruano no deja dudas. La adaptación peruana de un modelo hispánico es a
veces muy directa y evidente como en esta polca de inicios del siglo que evoca
inmediatamente la obertura de la muy famosa zarzuela La Gran Vía46.
74
de luna, otros como negra del alma. (…) La letra de la tercera copla la he recompuesto; yo la olvidé
y pese a mi intensa búsqueda no encontré quién la recordara» (Santa Cruz, 1989: 46).
45 Hay que confesar a pesar de todo que «La reina de España» y «Talavera de la reyna» sorprenden
al observador.
46 For many, La Gran Vía is the essential género chico zarzuela. By turns simple and sophisticated,
satirical and celebratory, musically direct but subtly organised, its vitality and popularity are undimmed
La canción y su contexto
Las calles de Lima
Polca
Guardia Vieja
Señoritas, las calles conoced
porque en la vida es muy esencial,
donde se encuentren las hermosuras
de esta noble y bella ciudad;
y de ellas les voy a conceder
las principales de la capital,
desde Tipuani, que es el barrio
del buen cantor.
Hay Pericotes en Carrera de Gatos
y en Los Naranjos, Burros aligidos,
también hay Huevo junto a los Patos
Y El Suspiro de San Andrés.
La Victoria también tiene a Grau,
Santa Teresa también Ya Parió
Siete Jeringas y un Pejerrey
en la calle del Capón
y San Pedro le aconsejó
que los bañara en el Marañón
y le sacuda Polvos Azules
en El Acequión.
El Tigre, Bravo y mañoso
se comió a los Gallos pelados,
y hay un chivato Barbón
que está envuelto en Mantas
de vapor y en su cabeza de piedra
se metió a la Cueva de las Leonas
y Santa Clara se hizo la Cruz.
El Serrano, Chillón, Corcovado
toma la Coca en el Boquerón
y doña Elvira que ha Quemado
Trapitos en el Lechugal
de Juan Pablo, que come Pacae,
que se ha encontrado
en la Alameda Gaspar
y el la Amargura
su Noviciado pagará.
Como en la «versión original» que reproducimos inmediatamente después, la
letra integra los nombres de calles de la ciudad entretejiendo un texto cómico.
by time. Yet strictly speaking La Gran Vía isn’t a zarzuela at all, but a revista (revue). here’s virtually
no plot. he characters are either archetypal or named after Madrid streets (www.zarzuela.net). Se trata
de una composición de Federico Chueca (1846-1908) y de Joaquín Valverde Durán (1846-1910)
que fue estrenada en el teatro Felipe en 1886.
75
Gérard Borras
Introducción y calles
De La Gran Vía
«… Van a la calle de la Bola
embusteros a granel,
a la del Oso van los novios
y otros muchos que yo sé.
Van a la calle de Peligros
los que oprimen el país,
y a la del Sordo va el gobierno
que no quiere oír.
Los que la tienen por el mango
buscan la de la Sartén
y los que viven escamados,
que son muchos, la del Pez.
Si nos sublevamos
calles y plazuelas,
¡vaya una jarana
que se puede armar!
Las de la Cebada
y los Montenses
A la plazuela del Progreso
mucha gente ya se va,
y el pueblo honrado
va a la calle de la Libertad.
En Madrid, ya se ve,
los pequeños son los más Claro está que no sé
a esa vía quién irá.
La ra la la la etc.
por llamarse grande,
va a llevar un susto de seguro
la señá Municipalidad.
¡qué lechugazos van a soltar!
Porque si esa vía,
cuando nazca, a todas
tratar de humillar,
Tisé, tiñá,timú, tiní,
ticí, tipá, tilí, tida.»
La inluencia de esta Introducción y calles fue tan fuerte que El Cancionero
de Lima publicará en varios números una rúbrica intitulada «Las calles de
Lima» donde el autor anónimo escribía varios textos hilarantes utilizando los
nombres de calles:
«Estando mal de La Salud Santa Clara, llamó a San Carlos que aunque
algo Bejarano había hecho Estudios en la Universidad y Colegio Real
de Nápoles; examinándole el Boquerón, sintió olor a Concha y Pejerrey
cerca del Desaguadero» (El cancionero de Lima n.o 362) … etc.
La Gran Vía tuvo un eco considerable y nadie duda que todas sus melodías
eran conocidas e inspiraron a muchos compositores como este Trío de los
Borrachitos47 publicado en el mismo número 362 de El Cancionero de Lima
con el aire de «Los ratas de la Gran Vía»48.
Texto completo, p. 348.
Se podría añadir que actualmente una de las grandes tiendas de Lima (Jirón de la Unión) se
llama La Gran Vía.
47
76
48
La canción y su contexto
Como en muchos ejemplos anteriores, las letras de las canciones se acercan a
la farsa y a lo cómico barato, lo cual encantaba a la zarzuela —y al público—.
Sin que dispongamos de pruebas formales, es tan marcado su estilo por
las grandes reglas del género que se puede suponer que varias canciones
publicadas particularmente por El Cancionero de Lima habrían podido, sin
ningún problema, formar parte de una zarzuela. Las polcas con su ritmo
rápido convenían en particular para este género de producción. Amores de
un japonés que reproducimos a continuación fue publicada en el número
95 de El Cancionero de Lima con el comentario Polka de moda – música del
Pobre Valbuena. Ahora bien, El pobre Valbuena es efectivamente una zarzuela
cuya música está compuesta por Tomás López Torregrosa (1868-1913) con la
colaboración de Quinito Valverde, siendo los textos de Carlos Arniches. Fue
presentada en 1904 en el Teatro Apolo de Madrid.
Amores de un japonés49
Polka de moda – música del pobre Valbuena
Limeñita si, sí, si consigo
que me llegues a querer,
yo seré el nipón más feliz
que ha venido del imperio japonés.
Dame tu corazón que yo el mío te daré
y verás como es el amor
el amor al estilo japonés. (…)
Limeñita si, sí, dame tu amor
que yo te daré entero el corazón,
tin, tin,tin, tin...
Este género de composición es bastante abundante en los dos cancioneros
que hemos consultado. Existía pues una técnica de fabricación muy conocida
que consistía en conservar el patrón musical, su matriz, para crear una
canción con letra diferente. Esta técnica, abundantemente utilizada en
todas las prácticas musicales populares, ha sido un recurso sistemático en la
elaboración de la canción criolla, del vals limeño. Las músicas de zarzuelas han
aportado ampliamente su contribución en este campo. En el cuadro siguiente
reproducimos algunos títulos de composiciones «nuevas» que han tomado
una matriz musical a una canción ya conocida. Una revisión sistemática de
tan solo El Cancionero de Lima ocuparía numerosas páginas…
49
Texto completo p. 341.
77
Gérard Borras
Cuadro 10 – Canciones con el aire de…
Título
Sobre un aire de….
El eléctrico nacional
El vals tarapaqueño
Un niño de quinqué
La Palizada
Amores de un japonés
El pobre Valbuena
Las vienesas
Parisino
La extranjera
Mi despedida
La muerte de Tiriilo
Vals Varela
Las Limeñas
La princesa del dólar
La conlagración
Lides de Amor
¡Ole Belmonte!
Nubes de Humo
A Juan Belmonte
La gitanilla
El accidente de Oquendo
La despedida de abarca
Al aviador Espinoza
Blanca paloma
La tragedia
La fe guerrera
La muerte de los aviadores
El viejo cementerio
Los aviadores
Pobre mi madre querida
Queremos elecciones
La mujer divina
Patria nueva
El guardián de la marina
Canción Gay Suarista
Somos los marineritos
Himno sanchezcerrista
¿Dónde estás corazón?
Los cautivos
Celosa
La muerte de F. Pinglo
Paloma Blanca
Lágrimas de sangre
El último adiós
La muerte de Gardel
Cuesta abajo
3. 1. 2. La tradición oral hispánica
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No existe forma textual especíica propia del vals popular limeño. Este se
construye en torno a textos cuya forma literaria puede ser extremadamente
diversa. Versos libres con rimas o con rima aproximativa, coplas, décimas,
octavillas, estructuras muy cercanas al romance, poemas de estructura
académica como los sonetos, el vals acepta todas las formas. Desde este punto
de vista, es muy diferente de algunos géneros populares de la América española.
El paralelo con el corrido es a este respecto interesante. En el caso mexicano, la
elaboración se hace obligatoriamente según los cánones textuales del género:
el verso octosilábico, la rima y la cuarteta para la forma, el relato, la epopeya
La canción y su contexto
y a veces la moraleja para los temas. El creador puede abordar pues todos
los temas que le vienen a la mente pero estos deben obligatoriamente ser
tratados según las normas establecidas. Ahora bien, la tradición oral hispánica
rebosa de miles de romances que tienen las mismas características formales y
temáticas. Estas similitudes han facilitado o favorecido los desplazamientos
y préstamos directos. Es así como pueden explicarse los numerosos «ecos»
de romances de la península en un género que es uno de los elementos de la
identidad mexicana50.
Esta rigidez no existe absolutamente en el vals criollo. Todo puede ser o pasar
a ser vals, lo que explica que los compositores hayan podido crear libremente
inspirándose a veces de modelos, o «echar mano» en el inmenso repertorio
poético y lírico que estaba a su disposición sin el apremio de la forma. En
este campo sorprende sin embargo el lugar ocupado por todo lo que se
puede asociar a la tradición oral hispánica porque pocos valses de la guardia
vieja cantados aún en nuestros días llevan la huella evidente de este origen.
Se conoce la inluencia de esta forma en la elaboración del corrido, ya lo
hemos dicho, pero se la encuentra también en el son cubano y en las bagualas
argentinas. No se la asocia espontáneamente al vals limeño. Sin embargo es
una de sus matrices. Ahí también, a partir de un corpus bastante amplio se
puede poner en evidencia tendencias comprobadas. Las decenas de números
de nuestro corpus de referencia muestran que una parte considerable de lo que
era impreso y difundido lo era bajo la forma de cuartetas, de redondillas o de
coplas de octosílabos51. En efecto, el estudio de canciones de la época evidencia
no solo la omnipresencia de la métrica octosilábica, criterio esencial de esta
tradición oral, sino también la presencia de otras características importantes.
En los primeros años de su existencia, la canción (¿hay que llamarla ya vals?)
no tiene otros límites en su elaboración sino la inspiración, el virtuosismo
y el talento de su creador. No tiene pautas formales —en particular de
50 Pensamos desde luego en esos corridos que retoman de manera casi idéntica la forma y las
temáticas de los romances del siglo XVI español. Uno de los más bellos ejemplos es sin duda la
adaptación mexicana de La Blanca niña bajo el título de La Martina.
51 «En la redondilla los cuatro versos (en general octosílabos) tienen rimas consonantes de esquema
abba. En la cuarteta las rimas consonantes son cruzadas. En la cuarteta asonantada los versos pares
tienen una rima asonante y los versos impares quedan sueltos. Esta estrofa es igualmente llamada
copla o cantar. Generalmente compuesta de octosílabos, admite también versos más cortos en
particular hexasílabos. Es la estrofa más utilizada en la poesía popular y puede llevar nombres
diferentes según las tradiciones regionales o folklóricas: jota, jota aragonesa, ronda manchega,
granadina, saeta, petenera, malagueña, rondeña» (M. Pardo, A. Pardo, 1992: 77).
79
Gérard Borras
Cuadro 11 – Versificación de la Guardia Vieja
Heptasílabo
Octosílabo
Decasílabo
Endecasílabo
Alejandrino
- La fe verdadera…
- El canto de Luis
Pardo
- Vicenta
- La picaronera
- La Pasionaria
- La contrabandista
- Idolo
- Pasión de
hinojos
- Ocarinas
- Amor a Lima
- Tiunimani
cantonga
- Extrangeritis
- Mi tormento
- Separación
- Las vienesas
- Vals Varela 1
- Vals varela 2
- Enrique Varela
- Cual de las dos
- La situación
- El zepelín
- El amante
peregrino
- La muerte de
Tiriilo
- Las limeñas
- Necesito una
mujer
- La conlagración
- Venus
- Libertad de
cultos
- El grano en la
nariz
- El pobre
- La japonesa
- El asalto
- Las suegras
- Mi noche triste
- Polca torera
- Marinera Belmonte
- A Espinoza
- Los aviadores
- Arica
- La Palizada
- El guardián
- El zorzal
- Aurora
- La bóveda
azulada
- Mis quejas
- Envenenada
- El título
- Canto a mi
patria
- El pajarillo
- La lor marchita
- Uno y dos
- Quejas
- Tacna
- El manantial
- Trágica
muerte de los
aviadores
- El ocaso
- El pirata
- Celaje
- El ruiseñor
- Alejandrino
Montes
- Barrio bajopontino
- La muerte de
los aviadores
80
- La alondra
- OléBelmonte - Tus ojitos
- Arica
- Pescadorita
- La muerte de
Espinoza
- El accidente
de Oquendo
La canción y su contexto
- Polca torera
- Marinera
Belmonte
- A Espinoza
- Los aviadores
- Arica
7
39
11
10
3
duración— como las que le impondrán rápidamente las grabaciones sonoras
del cilindro primero y del 78 rpm después. Se constata entonces con bastante
rapidez que bajo el nombre de vals o de canción se desliza la matriz de la
copla y del romance hispánico. La mejor representada es esencialmente la
variante narrativa. La canción, el vals —en realidad el romance— relatan un
acontecimiento particular y lo narran a interlocutores como lo demuestran
estos primeros versos de diferentes canciones redactados con sus rimas sobre
los versos pares, «como Dios manda» cabría agregar.
Arica
El asalto al tren de La Oroya
Triste recuerdo de Arica
yo les voy a mencionar
de esa tierra hoy cautiva
que no podemos rescatar
Pues nunca se había visto
en el Perú cosa igual:
un asalto a la europea
por pandilla criminal
La muerte de Tiriilo
La trágica muerte…
Era Cipriano Moreno
de carácter singular
por sus múltiples hazañas
notables en el Tajamar.
Muy sensible y deplorable
es la desgracia ocurrida
en la que cuatro pilotos
sacriicaron su vida.
Se trata de relatar un acontecimiento excepcional que ha marcado la vida de
la colectividad, y la canción está allí para testimoniar, propagar la noticia,
narrar los detalles y conservar la memoria de él. En un afán de información se
dice dónde y cuándo han tenido lugar los eventos. Esta preocupación por el
contexto temporal y espacial recuerda un vez más las grandes reglas del género:
81
Gérard Borras
Arica
La Trágica muertes de los aviadores
Un día siete de junio
de un año tan desgraciado
un parlamento coniado
vino a intimarnos rendición.
Eran las seis de la mañana
cuando un capitán se presentó
En la tarde de aquel día
Que era una tarde de lores
Contemplaban entusiastas
Volar a los aviadores.
A las alturas de Oquendo
Que es un fundo inmediato a Lima…
Sangre Criolla
En el Montón se encontraron
y allí se batieron
cual cumple al honor
el uno al otro se hirieron
y mucho admiraron su saña y valor.
El relato no descuida el recurso a la imagen muy evocadora por no decir
cruda, al choque de las imágenes con el peso de las palabras podría decirse.
Ahí también, esto no deja de traer a recuerdo estas imágenes teñidas por la
hemoglobina a las que eran aicionados los romances52.
La Trágica muerte..
Sangre criolla
El aviador Espinoza
Ya muerto y desigurado (…)
Magullada horriblemente
Tenía toda la cara (…)
Y muy cerca de él
Estaba su mecánico tendido
Dentro de un charco de sangre
Todo el cráneo partido
La lucha se hace sangrienta
como sierpes retorcidas
que rujen enfurecidas
con coraje que amedrenta.
«Carita va pues perdiendo
en la lucha fratricida
y de una y otra herida
mucha sangre va virtiendo
El relato desea informar y dar detalles, y sorprende a veces la longitud de
estas canciones (137 versos en La Muerte de los aviadores; 110 en El Canto
de Luis Pardo; 72 en El asalto al tren de la Oroya), que se transforman en
82
52 La lista sería larga desde luego. Se puede citar Rosa española de Timoneda: Iba tinto de sangre/que
una brasa parecía////mira el campo tinto en sangre/la cual a arroyos corría (…) etc.
La canción y su contexto
verdaderas crónicas. El último parentesco comprobado con el romance desde
un punto de vista textual, es la presencia regular de la «moraleja» que cierra la
canción. La muerte de Tiriilo termina con la famosa «Quien a cuchillo mata
a cuchillo muere» a la que Rubén Blades ha dado una nueva juventud en su
extraordinario Pedro Navaja53. El corpus que presentamos en anexo da a este
respecto numerosos ejemplos.
3. 1. 3. La poesía académica
Si puede parecer extravagante comparar el vals con la tradición oral española,
no lo sería menos asociarlo espontáneamente a la poesía académica o erudita.
Dicho de manera diferente, no vemos a priori el vals limeño como un modelo
de poesía clásica donde dominarían las composiciones en endecasílabos
heroicos. Indudablemente hay varias razones para ello. La primera tiene que
ver con las representaciones actuales de muchos contemporáneos respecto a
lo que fue el vals y la canción criolla en su conjunto: la expresión de sectores
populares marginalizados, la música y el baile de los habitantes de callejones
de los barrios de mala fama. Albañiles, canteros, obreros en su mayoría, han
llevado y continúan llevando los estigmas de su origen social. Provenían de
medios populares, producían música «popular» e incluso, si décadas después
algunas composiciones deleitan a los limeños, no es una producción que
se asocie espontáneamente a la poesía erudita porque los creadores son
supuestamente poco cultos, hasta analfabetos. Otro elemento puede explicar
esta visión de la composición del vals criollo. Se podría llamarlo «el efecto
Pinglo». En efecto, se le considera —con razón— como el gran compositor
del vals de las primeras décadas del siglo XX, quien le ha dado según la
expresión consagrada, sus cartas de nobleza. Sin querer quitarle ni una pizca
de virtud al bardo de los humildes, hay que confesar que su estatus actual es a
veces irritante. No hay discusión sobre el vals de los orígenes, sin que aparezca
«el monumento Pinglo» que esconde a numerosos compositores que tuvieron
—antes que él, o al mismo tiempo que él— grandes inspiraciones poéticas.
Los años 1950, cuya importancia ya hemos destacado, también tuvieron una
inluencia en la percepción del vals antiguo. Las magníicas composiciones de
Chabuca Granda54 pero también de Seraina Quinteras o de Amparo Baluarte
«Pedro Navaja, matón de esquinas quien a hierro mata a hierro termina».
Varias veces se ha destacado la dimensión «ideológica» de las composiciones de Chabuca Granda
que se insertan perfectamente en el mito de la «Arcadia colonial» denunciado por S. Salazar Bondy.
53
54
83
Gérard Borras
contribuyeron tal vez a poner un poco más de distancia entre el público limeño
y el vals de las primeras décadas del siglo. Como si con Chabuca apareciese
inalmente un vals «culto y académico». Hay que reconocer por último
que fuera de los trabajos de Willy Pinto Gamboa sobre los valses de Pinglo
(1994), pocos estudios han sido llevados a cabo sobre las composiciones de
comienzos del siglo. Antes de proponer una lectura de algunos de estos textos,
es sin duda útil recordar aquí la pertinente observación de Roger Chartier:
«las divisiones culturales no se ordenan obligatoriamente según una
única clasiicación de las diferencias sociales que supuestamente dirige
tanto la desigual presencia de los objetos como las diferencias en las
conductas» (Chartier, 1989).
El estudio de las letras de vals de la guardia vieja es una ilustración elocuente
de este análisis. En ningún caso, el origen social de los compositores
(conocidos o anónimos) es un criterio que permite deinir el canon estético
de su producción poética.
Esto se comprende mejor si se sitúa el lugar de la poesía en la sociedad
limeña de la época, la misma que sin duda tiene numerosas similitudes con
otros espacios de América Latina o de Europa. Lejos de ser el privilegio de
algunas elites cultas, la poesía ocupa un lugar importante y atañe a amplios
sectores sociales. Varios signos muy concretos permiten evaluar o por lo
menos tener una idea bastante precisa de esta presencia de lo poético en la
vida limeña de ines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Los diarios y
las revistas son buenos indicadores. La omnipresente revista Variedades no
ofrece prácticamente nunca un número sin poesía y es frecuente leer en sus
páginas cuatro o cinco poemas cada semana. Por cierto, buena parte de la
poesía publicada en estas revistas no tiene mayor inspiración, es totalmente
trivial. Basta con leer algunas creaciones de José Gálvez para comprender cuál
podía ser la orientación poética y estética de algunos redactores55. La revista,
como se practica en El Cancionero de Lima y La Lira Limeña, alentaba a los
lectores a someter composiciones poéticas que eran publicadas si su calidad
era reconocida. Esta actividad daba lugar a una rúbrica humorística donde
84
No debe olvidarse que ella también fue autora de varias canciones en homenaje al poeta Javier
Heraud y a Violeta Parra.
55 Él publica en el número 264 de Variedades del mes de marzo de 1913 cuatro sonetos con títulos
evocadores: La iglesia, el cura, la misa, el viático…
La canción y su contexto
los redactores comentaban —en realidad se mofaban— buen número de
composiciones propuestas.
«Señor Lubuar. Lima
Efectivamente ya habíamos recibido los dos sonetos cuyo envío repite,
los habíamos arrojado al canasto, sin mayor trámite, llevados por
un sentimiento humanitario se nos metió en la cabeza que era usted
un masoquista o sea de aquellos que gozan y se estimulan con los
cachiporrazos en el mismo cuello. Y no queríamos que siguiera usted
poetizando. Pero que usted insiste… su soneto Ojos negros contiene
más burradas que versos:
Ojos negros que atraéis los corazones
Tu hermosura ilumina todo ambiente
Tú haces sentir amor al que no siente
Llenándonos de goce e ilusiones» (Variedades, n.o 215, 13/04/1912).
«Señor Creso Lima
Esos tres tercetos rematados con un terceto que usted llama Oda
bondadosamente, es un dolorido mamarrachos que atestiguan la
existencia de una tutuma muy mal acondicionada. Procure no escribir
más odas, no es el género para el que tiene disposición. Creemos más
bien que el género que usted debe manipular con actividad es la venta
de madapolan, cretona y batista de algodón. Si le mete cuartas de yapa
al despachar, como le mete sílabas de exceso a sus versos, lo van a
adorar sus clientes» (Variedades, n.o 216, 20/04/1912).
Esta rúbrica pone en evidencia el entusiasmo de un lectorado por la poesía
pero también las normas o los criterios que parecían deinir la «buena» poesía
en algunos medios. Sin embargo, en las columnas de la revista eran publicados
poetas de otra envergadura y regularmente se podía leer las composiciones
más originales de Leonidas Yerovi (que era colaborador de Variedades),
de José María Eguren, de José Santos Chocano o Abraham Valdelomar.
Tendríamos una visión extremadamente trunca si nos limitásemos a este
género de publicaciones. G. Espinoso Relucé en su obra sobre La Lira Rebelde
Proletaria, muestra que en los medios obreros, en particular los inluenciados
por las ideas anarquistas, existía un verdadero proyecto de cultura popular.
La lucha social debía mejorar las condiciones económicas y las condiciones
laborales pero también debía procurar un bienestar que pasaba por el acceso a
la cultura. En este campo, la literatura y la poesía desempeñaban un gran rol.
Estos grandes principios tuvieron aplicaciones muy concretas. A comienzos
85
Gérard Borras
del siglo XX se abrieron varias bibliotecas y centros de formación popular en
Lima:
«La lucha contra el “mal mayor” [la ignorancia] se hace con la creación
de diversas modalidades culturales efectivas. Esta diversidad plantea
la autoformación como vía objetiva para alcanzar la elevación de la
conciencia y organización obrera. Y para llevarla adelante se fundaron
instancias de discusión, polémica y divulgación del conocimiento social,
cientíico y artístico de la época. Los centros de estudios sociales, la prensa
obrera, las bibliotecas obreras, las veladas literario musicales son los
síntomas más orgánicos que coniguran el proyecto cultural, alternativo
de joven proletariado peruano» (Espinoso Relucé, 1984: 24)56.
La prensa obrera, a pesar de los ataques de los que fue regularmente víctima,
contribuyó en la difusión no solo de informaciones generales sino también
de textos literarios y de poemas en particular. Así, numerosos poetas obreros
publicaron en los periódicos obreros de la época57. Encontramos en estos
poemas la marca muy clara del octosílabo y de las estrofas de cuatro versos.
Pero los poetas no descuidaban otras formas generalmente identiicadas con
la producción de las elites. A título de ejemplo se puede citar el soneto A los
proletarios de J. Enrique Castañeda publicado en La Protesta:
«Si sois el porvenir de todas las sociedades
cuyo progreso nada debe a sus escogidos,
¿por qué perduráis siendo de las necesidades
el blanco y consentís siempre ser de los vencidos?»58
Por cierto, los alejandrinos de rimas consonantes no son todos de una métrica
muy regular pero se nota que el poeta domina las grandes reglas de una forma
académica. Otros ejemplos provenientes directamente de las páginas de los
periódicos obreros o de las canciones que tuvieron éxito en esos comienzos de
siglo conirman esta lectura. La gran mayoría de los creadores de la primera
86
56 Este autor aporta otras informaciones de sumo interés que completan el panorama cultural del
mundo obrero de la época. «En esta línea surgen el Centro Socialista Primero de Mayo (19061908), el Grupo Literario Humanidad (1908), (…) el Centro de Estudios Sociales Primero de
Mayo (1908-1911), el Grupo Literario Luchadores por la verdad (grupo La Protesta 1911-1926),
el Centro de Estudios Sociales Luz y Amor (1911-1919), el Comité Propaganda Socialista, el
Centro Femenino, La Mujer Libertaria»… (Espino Relucé, 1984: 25).
57 Doy algunos nombres mencionados por Espino Relucé: Joaquín Dicenta, Delfín Lévano, C.
Bellido García, Francisco A. Loayza, etc.
58 La Protesta, segunda quincena de mayo de 1920.
La canción y su contexto
época provenía por cierto de medios populares pero entre ellos, numerosos
dominaban una verdadera tecnicidad poética. Un último elemento conirma
la ausencia de fronteras entre una poesía popular y una poesía más erudita
encarnada por grandes autores, cual es la extrema popularidad de los poetas,
los mismos que parecen gozar en Lima de un verdadero estatus social. El
Cancionero de Lima, semanario popular, dedica el número 1023 a José Santos
Chocano, reconocido poeta, con el título siguiente: «El asesinato del más
grande cantor de América». En la misma página están impresas dos fotografías,
la del poeta y la del asesino y un poema (¡en alejandrinos!) que supuestamente
traduce la emoción popular:
«De duelo está la Patria, todo el pueblo peruano
Que la desgracia inmensa deplora con dolor
Porque ha muerto el poeta José Santos Chocano
De América el más grande, formidable cantor.».
En la última página está publicado «El amor en la selva», poema de José Santos
Chocano, cuyas metáforas tienen extrañas similitudes con aquellas que
privilegian algunas canciones populares limeñas. Los dos últimos versos de
la última estrofa no deslucirían en la composición de algunos valses criollos:
«Yo quiero ser jaguar de tus montañas
Y llevarte a mi oscura madriguera
Para poder abrirte las entrañas
Y ver si tienes corazón siquiera.»
Yo apenas quiero ser humilde araña
Y en torno tuyo su hilazón tejiera
Y como enroscado a una montaña
Se enroscase en tu oscura cabellera. »
Por cierto, José Santos Chocano había tenido una vida trepidante susceptible
de darle un reconocimiento público59. Pero otros personajes menos
«mediáticos» y buenos poetas eran muy conocidos en amplios sectores de la
población. Leonidas Yerovi fue uno de ellos. Su desaparición (él también murió
asesinado) provocó una muy viva emoción en la población y las fotografías de
59 Chocano es un personaje complejo. Mariátegui le dedica algunas páginas asesinas (en gran parte
merecidas) en Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana (1992 [1928]: 270-275).
87
Gérard Borras
su entierro muestran a una inmensa muchedumbre acompañando el cortejo
(Variedades, n.o 471, 10/03/1917). Señal más clara de su inluencia artística,
Felipe Pinglo le dedicará un vals en 1919. Esta frontera frágil entre la poesía
académica y la canción popular se explica también observando las prácticas
de los compositores quienes no dudan en musicalizar a su gusto todo o parte
de un poema. Esta poesía era accesible gracias a los soportes habituales, libros,
periódicos y revistas, pero parece sin embargo que el famoso Almanaque
Bristol60 tuvo en este campo una inluencia no desdeñable.
«Muchos de los valses criollos que hoy conocemos fueron poemas
escritos en diferentes partes del mundo, que llegaban a Lima a través del
Almanaque Bristol, una de las publicaciones más populares de inales
del siglo XIX y principios del siglo XX. No habiendo ningún derecho
de autor los criollos no tenían ningún reparo en musicalizar aquellos
versos que les llegaban al alma.» (Serrano & Valverde, 2000: 26).
Se puede suponer sin demasiados riesgos que el almanaque recogía poemas
cuya forma correspondía a los códigos de la época, es decir poemas
formalmente «aceptables». Tal vez por este camino llegó a Lima el poema
que iba a pasar a ser uno de los más célebres valses de todos los tiempos, «El
guardián». Durante largo tiempo esta letra fue considerada como anónima y
presentada sin otro caliicativo que el de Guardia Vieja61. Sin embargo esta
había sido escrita por el poeta colombiano Julio Flores62, lo que muestra una
vez más que no había matriz formal propia del vals limeño. La forma del
poema no deja ninguna duda sobre las habilidades «técnicas» del autor. Se
trata de cuatro cuartetos de endecasílabos con rimas consonantes cruzadas63:
Se trata de una verdadera institución en muchos de los países de lengua española. El venerable
almanaque (que tiene cerca de dos siglos de existencia) propone toda una serie de informaciones
sobre las estaciones, los ciclos astronómicos, iestas de santos, etc.
61 Es así como se lo designa en la obra de Antonio Basso (1972: 26). Texto completo, p. 292 y
grabación en el CD.
62 Raúl Serrano y Eleazar Valverde dan informaciones sobre J. Flores: «poeta, escritor y periodista,
nació en 1867 en el pueblo de Chiquinquirán Colombia, y colaboró a ines del siglo XIX con los
periódicos bogotanos El Heraldo y Revista Gris. Entre su obra poética se destacan «Horas», “Cardos
y lirios”, “Manejo de zarzas”, “Cesta de Lotos”, “Gotas de ajenjo” y “Fronda lírica”» (Serrano &
Valverde, 2000: 27).
63 Se puede observar sin embargo que dos versos tal como son retranscritos en las versiones que
hemos consultado no respetan la métrica del endecasílabo:
Verso 8: que/so/bre/mi/tum/ba/no/per/mi/tas/na/da (11+1).
Verso 15: por/que un/mon/tón/de/ce/ni/zas/y/de/lo/do (11+1).
60
88
La canción y su contexto
«Yo te pido guardián, que cuando muera
borres los rastros de mi humilde fosa,
no permitas que nazca enredadera
ni que coloquen funeraria losa.»
Encontramos las marcas de este academismo en otras letras de canciones
anónimas de la Guardia Vieja. Varios valses que han llegado hasta nosotros
han sido compuestos en cuartetos y endecasílabos. Es el caso en particular de:
Tus ojos, El ocaso o también de El manantial que sin duda es el más logrado
desde el punto de vista del dominio técnico. Contrariamente a muchos
poemas no se constata ninguna irregularidad métrica (lo que no es el caso
en los dos otros poemas que acabo de citar) y la única ruptura de la norma
localizable es la que interviene en el último verso. El autor establece una
perfecta simetría de las rimas a todo lo largo del poema (consonantes agudas
rematadas en é/í primero, luego provoca una apertura sonora en á que debería
ser continua en los cuatro versos) y rompe la lógica formal al no respetar la
consonancia á/á que él reemplaza por á/ó para crear un efecto de sorpresa.
El manantial
Vals
Desde que supe amar, adiviné
que Dios te había creado para mí
desde que yo pisé por donde fui
seguro de encontrarte, te busqué.
Delante de tus plantas contemplé
que mi alma se encontraba junto a ti
te amé desde el momento en que te vi
¡Ay! te amo y mientras viva te amaré!
El agua del manantial no faltará (á)
los peces de la mar nunca saldrán (á)
así, pues nuestras almas podrán (á)
faltar al destino que Dios les dio. (ó)
Solamente un poeta que domina perfectamente la técnica poética puede
permitirse este tipo de juego que trae a recordación las sutilezas de algunos
modernistas. Otras letras de valses anónimos de la Guardia Vieja ofrecen
una forma poética muy elaborada como El zorzal, compuesto en decasílabos
89
Gérard Borras
claramente constituidos de hemistiquios pentasílabos64 delimitados por la
cesura según el esquema siguiente:
1/2/3/4+1//1/2/3/4+1
El zorzal65
Vals
Cuan/do e/ra /jo/ven, //nun/ca/ lo o/lvi/do
Vi/ví en/ un/ ran/cho //ba/jo un/ sau/zal
y entre sus ramas colgaba un nido,
allí cantaba siempre un zorzal.
La linda criolla, que allí vivía
enamorada de aquel zorzal
llorando mucho, siempre decía:
¿cuándo tendremos un nido igual?
3. 1. 4. Las formas híbridas y los «juegos lorales»
El análisis de las letras y de su forma poética permite también poner
en evidencia muy frecuentes «incoherencias» formales. Es el caso de El
título, sorprendente conjunto de dos quintetos de alejandrinos de rimas
consonantes66, de una serie de versos libres y de un cuarteto de alejandrinos
pero sin verdadero trabajo a nivel de las rimas pues solo los versos pares
presentan rimas asonantes en á. Como si «el autor», para crear su canción,
hubiese unido elementos dispares, algunos muy clásicos y académicos, otros
más en ruptura con las normas formales.
El título
Vals
Me/ lla/man/ por/ el /tí/tulo// ¡Oh/ Dios/ ! í/do/lo/ mí/o
Que/ res/pon/der/ no/ quie/res //al/ e/co/ de/ mi/ voz
Muy pronto aparece como verso compuesto de dos hemistiquios pentasílabos (Don Juan Manuel:
El Conde Lucanor, siglo XIV). «Este tipo de decasílabo compuesto tiene pues dos acentos tónicos
sobre la cuarta sílaba métrica de cada hemistiquio (Pardo & Pardo, 1992: 59).
65 Texto completo, p. 296.
66 La consonancia no es respetada en los versos 2 y 5 de la primera estrofa: voz//dolor.
64
90
La canción y su contexto
está desierta mi alma, mi corazón vacío
conviértese mi frente, conviértese en estío
y esquiva tu presencia burlando mi dolor.
Mas yo quisiera amarte pero todo es en vano,
no sé si es para siempre, abandonado estoy,
por eso me retiro con el dolor ufano,
y puesta sobre puesta con inquietud la mano
mi eterna despedida con lágrimas te doy.
En una hermosa playa de arena,
de arena reluciente de peña,
de peña nacarada, de diamantes de luz,
estaban dos amantes, se abrazan,
se abrazan y se besan
se besan y se abrazan a a la orilla del mar.
Por in nació la luna, la luna
iluminando al mundo, al mundo
con su faja risueña de diamante corral
entonces mi adorada me dijo, me dijo dulcemente:
¡qué barca tan hermosa para navegar los dos!
Las/ bar/cas/ en/ las/ o/las// a/ la/ mer/ced/ del /vien/to
Na/ve/gan/ en/ sus/ a/guas// con/ lím/pi/do/ cris/tal
Par/ti/das/ de/ ga/vio/tas, //se /lan/zan /al /es/pa/cio
y/ la/ ma/ri/na /gar/za//con/ sus/ plu/mas/ de a/za/har.
Esta técnica de «fabricación» es perceptible en otros valses de la Guardia Vieja
como La pasionaria donde dos coplas de octosílabos con rimas asonantes e/a,
luego a/a enmarcan una serie de versos libres:
La pasionaria
Vals
A/quí es/tá/ la /Pa/sio/na/ria (7+1)
lor que cantan los poetas; (e/a)
los poetas cuando cantan
cantan penas y tristezas. (e/a)
91
Gérard Borras
Vengo a que todos me desengañen
aunque me cueste luego morir;
vengo a arrancarte
ay! de otros brazos,
vengo por lo que es mío,
vengo por ti.
Me dicen que no me quieres
a mí que tanto te amaba; (a/a)
me dicen que me abandonas
y yo no les creo nada. (a/a)
Aquí también, se puede suponer que en función de la línea melódica el autor
ha fabricado la letra utilizando esta técnica de préstamo/añadido. En La fe
verdadera, identiicamos perfectamente tres estrofas complejas de octavillas
italianas67, luego una adjunción cuya forma es muy diferente del patrón
poético del comienzo.
La fe verdadera
Vals
92
Con la fe verdadera
del alma noble y pura,
con íntima ternura
mi amor te consagré;
te dije que era tuyo,
te dije que te amaba
que sólo en ti pensaba
y así lo cumpliré.
x
a
a
b’
x
c
c
b’
Porque en verdad te quiero
y te amo con pasión,
a Dios en mi oración
imploro tu bondad;
porque eres mi esperanza
x
a
a
b’
x
67 Octavilla: estrofa de arte menor formada por dos redondillas en versos octosílabos o de un
número inferior de sílabas [en La fe verdadera se trata de heptasílabos] en la cual dos o tres rimas
consonantes están distribuidas según diferentes combinaciones. En la octavilla italiana los versos 4
y 8 son oxítonos y los versos 1 y 5 quedan sueltos.
La canción y su contexto
el ídolo de mi alma
la virgen a quien clama
mi corazón piedad.
c
c
b’
Vengamos, ángel mío,
oh, tierno ángel querido,
como aves en su nido,
los dos con mi ilusión;
tú siendo mi alegría
tú siendo mi consuelo
para que Dios del Cielo
bendiga nuestra unión.
x
a
a
b’
x
c
c
b’
Quiéreme como te quiero
ámame como te amo;
a ti tan sólo,
prenda del alma,
siempre te amaré;
yo te he visto
en el cielo rodeada
de querubines;
con la fe verdadera
te amaré.
Esta impresión según la cual ha habido añadido es conirmada por la lectura
de la versión publicada por Eleazar Valverde (2001 [1995], tomo 2: 62).
La última estrofa no está integrada a ella. Esta técnica es pues ampliamente
utilizada. Permite al autor crear un texto «nuevo» a partir de una forma
existente y apropiársela así con menos esfuerzos.
El gusto de los compositores por la formulación y por los juegos poéticos es
perceptible en otras canciones o composiciones en versos que fueron puestos
en música. A este respecto se cita a menudo Ana Pawlowa subtitulada La
danza de los esdrújulos. Este poema de Juan Andrés Vargas celebra a la gran
bailarina rusa cuyos bailes y locuras durante su estancia en 1917 alborotaron
a la ciudad. En realidad se trata más de una performance estilística que de una
creación poética de alto vuelo. Pero es, una vez más, la ocasión de evidenciar el
gusto de los compositores y de los músicos criollos por estos «juegos lorales».
Aunque casi incomprensible para el común de los mortales, el poema fue
93
Gérard Borras
puesto en música en un tempo de vals por Manuel Covarrubias cuyo origen
modesto ya hemos señalado.
Anna Pawlowa68
La danza de los esdrújulos
Siguiendo de la música el movimiento armónico
Las ideales sílides de condición elástica
Anímanse al unísono bajo el poder sinfónico
En loración cromática como visión fantástica.
No existe en lo pictórico un cuadro más poético,
Ni habrá un ensueño célico
Que encierre mejor mímica;
La persuasión es gráica,
el lineamiento estético
la evocación histórica, la volición anímica…
Esta manera de jugar con las palabras no es obviamente nueva y tiene
antecedentes en la poesía y la tradición oral peruana. Basta con mencionar la
composición de Felipe Pardo y Aliaga que caricaturiza al célebre «mariscal»
Santa Cruz derrotado en una batalla en 1839:
¿De qué sirve la jeta?69
No deja de ser poética
por rara e hiperbólica
y también por patética
pues es jeta simbólica
de una ambición frenética.
pero más es despótica
pues que de dos Repúblicas
sofoca a usanza gótica
las libertades públicas.
El célebre bardo de los humildes, Felipe Pinglo, se entregará también al
ejercicio pues compuso una polca —Palabras esdrújulas— usando el mismo
94
68
69
Ana Pawlova, texto completo, p. 328.
Señalado por M. Zanutelli (1999b: 54). Texto completo, p. 328.
La canción y su contexto
principio70. No podríamos concluir esta parte sobre las formas poéticas sin
mencionar las creaciones de Felipe Pinglo, considerado como un virtuoso en
la materia. No podemos consagrarnos aquí al estudio detallado de su obra,
particularmente rica y variada. Sin embargo, el estudio de algunas canciones es
suiciente para poner en evidencia el gusto del compositor por una forma que
no deja de lado el academismo y tiene a veces incluso un cierto manierismo
en las formulaciones. Si bien no ignoró totalmente el octosílabo, privilegió
formas mucho más sabias como se puede constatar en el cuadro siguiente.
Cuadro 12 – Versificación en las canciones de Felipe Pinglo
Tipo de versiicación en las canciones de Felipe Pinglo71
Heptasílabo
Octosílabo
Decasílabo
Endecasílabo
Alejandrino
- Con el alma
en los labios
- El ruiseñor
- Amor que
mata
- La canción
del porvenir
- Las limeñas
- Abuelito
- Juan Rostaing
- Sueña tranquila
- Pecadora
- De vuelta al
barrio
- Recuerdos de
amor
- Tu nombre y el
mío
- Oración del
labriego
- Para el dulce
nombre de mi
madre
- En la paz del
sepulcro
- Juan Valdivieso
- Serenata a una
amiga
Es obvio que Felipe Pingo no es un simple compositor aicionado de
chispazos sin consistencia. Por cierto, del conjunto de sus 168 composiciones
conocidas no todas son monumentos poéticos y él no desdeñó las creaciones
más supericiales72, pero la mayoría de sus canciones muestra que se trataba de
un creador lleno de cultura clásica. Se encuentra en él acentos que recuerdan
a Bécquer por ejemplo. Pero las iliaciones más claras hay que buscarlas en
Palabras esdrújulas, texto completo, p. 329.
Este cuadro ha sido realizado a partir de un corpus de un centenar de canciones. Solo hemos
conservado aquellas que mantienen una regularidad métrica a lo largo de todo el poema.
72 Es el caso de Amor a 120 o de Callao for ever.
70
71
95
Gérard Borras
el modernismo que en esa época tenía una inluencia determinante. Esta
es evidente en la producción de Pinglo73. Es inmediatamente perceptible a
través de la selección del léxico que aparece en numerosas canciones. «Beldad,
beldades, crespón, embeleso, hurí, harem, jazmín, mirtos, nereidas, odaliscas,
opio, querube o querubín, rajá, sultán…», tantos términos que forman parte
de las referencias «obligadas» de los modernistas. También lo es en la búsqueda
formal, en las imágenes, las metáforas. Muchas de las canciones de Felipe
Pinglo tienen una tonalidad y un sabor que evocan inmediatamente algunos
poemas del maestro nicaragüense y de sus discípulos. Basta con mencionar
el primer verso de Venus, «En la perfumada quietud de la noche…» para
percibir el eco de «En la tranquila noche, mis nostalgias amargas sufría/en
busca de quietud»74. A Pinglo le gustan las fórmulas poéticas a veces al límite
del manierismo como lo muestran estos cuantos versos:
Rizos de oro75
Cual cúpula de aquel dosel/
que enmarca tu prístina beldad/
Tus cabellos hilos de oro son/
en conjunto un dorado sedal. (…)
Si un rizo me das de tu hilado de sol
mi amuleto será, mi recuerdo de amor.
Ni el sol con tanta majestad
ha podido opacar
ese oro de ley, que en tus rizos está
y que ayer con ternura besé
y el recuerdo feliz me mata de placer.
Las referencias al universo clásico recuerdan también el mundo poético de
muchos parnasianos y de los poetas modernistas.
96
73 «A través de somera lectura de los textos del pentagrama musical de Pinglo, resulta transparente
una vocación por los términos prestigiosos, exóticos si se quiere; bien mirado, consecuencia
justiicada del compositor criollo con la época literaria postmodernista, periodo referido al lenguaje
esteticista como claro tributo por el gusto poético de Rubén Darío, aún vigente en revistas,
poemarios, periódicos (…)» (Pinto Gamboa, 1994: 88).
74 Venus, Rubén Darío.
75 Texto completo, p. 330.
La canción y su contexto
Lastenia76
Hija de Venus tú eres Lastenia
con tu hermosura y tu candor
lor fraganciosa diosa Minerva
Encantadora de su amador
Pero las cualidades técnicas y poéticas de Pinglo son perceptibles en el
trabajo efectuado a nivel de la forma poética y algunos de sus poemas evocan
extrañamente el célebre «Yo persigo una forma…» de Rubén Darío. ¿No es
este gusto por la búsqueda formal el que se observa en numerosas canciones
de Pinglo que son en realidad —¿es incompatible?— temibles composiciones
poéticas? En la paz del sepulcro77, de penosa misoginia, es un notable ejercicio
de estilo en alejandrinos. Abuelito está escrito en decasílabos con un muy
interesante ritmo interno que apoya la musicalidad de los versos.
Abuelito78
1-2-3/1-2-3/1-2-3
Abuelito dijeron los nietos
El jardín baña luna estival
Ya que estamos doblando la infancia
Dinos algo de la pubertad.
Pero el más bello logro formal, verdadera oda al modernismo, es
indiscutiblemente Sueños de opio79 cuya primera estrofa reproducimos aquí:
Sobre regios almohadones recostada
incitante me sonríe bella hurí
cual la reina de que hablan
los cuentos de hadas
deslumbrante se presenta para mí.
Sus miradas son de fuego me enloquecen
ella me ama y me ofrece frenesí
Texto completo, p. 329.
Texto completo, p. 324.
78 Texto completo, p. 327.
79 Texto completo, p. 330.
76
77
97
Gérard Borras
en su rostro de querube o de nereida
se adivinan deseos de goces mil.
Además de las referencias al universo apreciadas por los parnasianos y los
modernistas que hemos mencionado precedentemente, se observa un muy
sutil tratamiento de la forma y del verso. Pinglo escogió un dodecasílabo pero
una variante rara, el dodecasílabo ternario80.
So/bre/re/gios/al/moha/do/nes/re/cos/ta/da
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
In/ci/tan/te/me/son/rí/e/be/lla hu/rí
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
La segunda estrofa que representa la segunda etapa del «sueño» está compuesta
en decasílabos compuestos preferidos por Rubén Darío:
Dro/ ga/ di/ vi/ na, //bál/sa/ mo e/ ter/ no (4+1//4+1)
O/ pio y/ en/ sue/ ño, // dan/ vi/ da al/ ser (4+1//4+1)
En la última estrofa retoma los dodecasílabos ternarios con una ruptura formal
en el último verso, verdadero retorno a la realidad que una vez más evoca el
in del sueño que revela el último verso de Venus. El ejemplo es elocuente y
basta para evidenciar el dominio técnico de Felipe Pinglo quien no traza una
verdadera frontera entre composición poética y letras de canciones.
Deseamos concluir esta parte destacando que Pinglo no era el único
compositor capaz de escribir versos con elegancia y logro. Pedro Bocanegra,
Manuel Covarrubias y Federico Barreto han dejado valses extremadamente
célebres cuya composición es notable. La Bóveda azulada conocida en los
medios criollos bajo el título de En tu día es generalmente atribuida a Pedro
Bocanegra81. El léxico «ambrosía, galanura, beldades, deidades, lira, idealidades»
y el ambiente creado por el compositor presenta una iliación directa con el
modernismo.
98
80 Existe también un dodecasílabo ternario formado por tres grupos de cuatro sílabas. Es un verso
simple con ictus sobre la 3ª, 7ª y 11ª sílabas..
81 Numerosas dudas pesan sobre esta atribución. Esta composición fue publicada varias veces en
El Cancionero de Lima sin nombre de autor y aparece en el número 276 con la siguiente precisión:
«Letra de Román Quiñones y música de Checas». Por el momento nada permite saber más.
La canción y su contexto
La bóveda azulada82
En tu día
Serenata
La bóveda azulada
que baña de ambrosía
un iris mensajero
de gran ostentación
anuncia placentero
la fecha de tu día
que todo es galanura
que todo es loración.
De lores primorosas,
de místicas beldades,
bañando los ensueños
de la felicidad. (…)
Y qué decir de Ocarinas83, vals atribuido a Manuel Covarrubias cuyo juego
sobre las sonoridades evoca la célebre Sonatina.
Ocarinas
Son tus risas cristalinas
cual un coro de ocarinas,
cual un trémulo de violas;
tus acordes son muy suaves
como el canto de las aves,
como el arrulo de las olas;
nacen tenues, pronto ascienden
en escalas paulatinas;
ya se apagan, ya se encienden,
raudas crecen y declinan.
82
83
Texto completo, p. 361.
Texto completo, p. 303.
99
Gérard Borras
A partir de estos cuantos ejemplos se observa que las fronteras entre «canción
popular criolla» y poesía erudita son quizás menos claras de lo que generalmente
se admite. El origen social de los compositores no induce obligatoriamente —ni
de lejos— una producción que ignora los academismos y las corrientes poéticas
más en boga. Incluso es este dominio el que permite, mucho más que las crónicas
en octosílabos y generalmente anónimas, adquirir un verdadero reconocimiento
en tanto que creador. A este respecto el caso de Felipe Pinglo es ejemplar.
3. 2. Un objeto sonoro mal identiicado
¿Cómo ha adquirido sus características musicales el vals criollo? En general
las respuestas llegan rápido. A manera de ilustración se podría retomar las
palabras de J. A. Llorens Amico:
«… No se conoce con exactitud los orígenes o el proceso de aparición
del valse criollo.
El valse estaba adquiriendo características locales después de
transformarse bebiendo en diversas fuentes, tanto las europeas (waltz
vienés, jota española y mazurca polaca) como las mestizas de la costa
central (pregones y tristes) y las afroperuanas de la misma región»
(Llorens Amico, 1983: 28).
100
Todo lo que dice aquí es exacto pero falta sin duda de precisión. El análisis
que otros autores formulan de manera similar tendería a dar la imagen de un
género que habría integrado de modo armonioso y equilibrado las inluencias
mencionadas. La realidad sonora del vals criollo es indudablemente un
poco más compleja. Por cierto, aquí tocamos un tema difícil que requiere
habilidades especíicas pero sin entrar en análisis complejos, se puede aportar
algunos elementos que permitan comprender mejor las características sonoras
del vals criollo. Actualmente, César Santa Cruz (1989) es sin duda el autor
que nos permite captar mejor los diferentes matices y los aportes musicales
que han contribuido a la elaboración progresiva del género. La matriz es
desde luego la del vals vienés con su ritmo de tres tiempos. Pero basta con
escuchar los primeros valses de Montes y Manrique, de Sáez y Ascuez, de
Bocanegra y Karamanduka para darse cuenta que la forma rítmica varía muy
sensiblemente de una melodía a otra y que a veces suena más como una java
contoneada que como una adaptación peruana del Bello Danubio Azul. Para
comprender mejor estas variantes hay que situarse en la época del surgimiento
del vals y constatar que en esa época estaban en boga numerosos ritmos de
La canción y su contexto
tres tiempos que permitían inluencias o reformulaciones. La mazurca y la
jota forman parte de ello efectivamente, pero la java y las versiones populares
del vals tal como se las observa en París en particular participaron también en
esta suerte de alquimia musical.
En realidad, erraríamos pensando que todos estos ritmos entraron en grados
diversos en una suerte de síntesis musical para dar un producto «acabado» de
características rítmicas y sonoras homogéneas. La escucha de las melodías y
el análisis formal muestran más bien una suerte de coexistencia de géneros de
diferencias sensibles y que encuentran refugio bajo una enseña acogedora y
genérica, «vals criollo». Entre ellos, la mazurca ocupa un lugar signiicativo.
Anteriormente hemos señalado que la mazurca es una forma musical ternaria,
como el vals. Pero la mazurca, más lenta que el vals, presenta una característica
precisa, el primer tiempo de cada medida está normalmente compuesto
de una corchea con puntillo y de dos corcheas. A partir de estos datos, es
interesante constatar que algunos valses criollos, a menudo conocidos como
tales, son en parte o totalmente verdaderas mazurcas.
Damos como primer ejemplo Flor de pasión del célebre compositor José Savas
Libornio. Esta melodía muy conocida forma parte del mundo del vals criollo,
los autores como Eleazar Valverde y Raúl Serrano la integran en su Libro
de Oro del vals peruano (Serrano & Valverde, 2000: 25). De hecho se trata
de una mazurca84. A veces el parentesco con el género de la mazurca es más
difícil de percibir porque los compositores han «instilado» partes de mazurca
en una composición donde los otros elementos formales son más cercanos al
vals clásico. El ejemplo dado por César Santa Cruz muestra claramente estos
procedimientos de fabricación que conducen progresivamente al nacimiento
de un género nuevo, pero conservando a pesar de todo cierto número de
características estéticas de la mazurca.
Si observamos la partitura nos daremos cuenta que la «irma» de la mazurca
(corchea con puntillo - dos corcheas al inicio de cada medida) no está
presente en todas las medidas, como esto debería ser el caso, sino al comienzo
de cada bloque de cuatro medidas, dando así este sabor tan particular a la
composición85. La danza polaca es de hecho uno de los patrones rítmico y
Remitimos a la pista 6 del disco.
«La segunda parte «Oh, loca pasión tan devoradora», ya está concebida dentro de la inluencia
del vals vienés; el fraseo luce ahora amplio, luido, en oposición a la aparente rigidez y articulación
entrecortada de la primera parte» (Santa Cruz, 1989: 40).
84
85
101
Gérard Borras
Figura 10 – Partitura de la mazurca Flor de Pasión
Figura 11 – Partitura de Lejos del bien amado
(Santa Cruz, 1989: 39)
102
melódico del repertorio limeño de comienzos de siglo. Montes y Manrique,
verdaderos «bibliotecarios» del género criollo, graban tres mazurcas durante
su periplo neoyorquino (Entre lores, El cantar del pajarillo, Niña hechicera).
La canción y su contexto
Grandes «estandartes» del vals criollo le deben mucho: Ocarinas de Manuel
Covarrubias, aparece en el número 261 de El Cancionero de Lima bajo el
título de Bella eres y con el siguiente comentario: mazurca arreglada por
Manuel Covarrubias (Zanutelli, 1999b: 54).
Hemos mostrado en las páginas precedentes la inluencia determinante de
las zarzuelas en la elaboración de las letras de canciones del repertorio criollo.
Pero sus melodías también desempeñaron un rol esencial en la construcción
del vals de la primera época. Géneros que formaban parte de la panoplia
musical de la zarzuela inluenciaron fuertemente a los compositores limeños86:
la mazurca de la que acabamos de hablar pero también la jota y la java cuyo
ritmo es más rápido. Las tres son bailes de ritmo ternario como el vals. Los
acercamientos eran tanto más fáciles. Siguiendo la tradicional técnica «con el
aire de», músicos crearon canciones a las que dieron el título de «vals» cuya
línea melódica, extraída de una zarzuela, pertenecía a otro género.
El ejemplo propuesto por Santa Cruz es elocuente. La música de la jota Los
ladrones de la zarzuela La Trapera87 sirvió de matriz para un vals de Belisario
Suárez, Los motoristas88.
86 Basta con pasar revista a las grandes zarzuelas de ines del siglo XIX y de comienzos del siglo
XX para constatar que los valses, las mazurcas, las jotas, las polcas y las habaneras eran largamente
utilizadas por los compositores españoles. En la célebre La Gran Vía: Mazurca de “Los marineritos”,
jota de “Las ratas”, valse de “El caballero de Gracia”. “Mazurca de Los Paraguas” en El año pasado
por agua. Otra zarzuela de Chueca y Valverde.
87 Zarzuela La Trapera, música de Manuel Fernández Caballero y libreto de Larra, estrenada en
Madrid el 28/01/1902.
Cuatro honrados caballeros
Que han montao aquí una industria
P’a vivir decentement
Y atenter a la mangustria (…)
88 Texto completo, p. 339.
103
Gérard Borras
Figura 12 – Partitura de la jota Los ladrones (La Trapera)
(Santa Cruz, 1989: 51)
Para oídos franceses, la escucha de algunos valses peruanos evoca
inmediatamente este universo de lo intérlope, de la navaja y de la java.
Pasada la sorpresa, un análisis rápido muestra que no se trata del fruto de la
imaginación. El vals criollo tiene parentescos comprobados con este género
del bal musette y Santa Cruz sin sospecharlo, nos da la prueba lagrante de ello.
En su obra, para ilustrar la inluencia de la java en el repertorio criollo, toma
como ejemplo una melodía intitulada Frou Frou y dice:
«No existe información referente a la paternidad de la letra y música»
(Santa Cruz, 1989: 59).
La lectura de la partitura que reproducimos aquí permite reconocer
inmediatamente la música del vals francés del mismo nombre, compuesto
por Henri Chatau. Ahora bien, este vals tiene un estatus particular en la
canción francesa. Fue extraído de una revista que tuvo un éxito extraordinario.
Se podría hablar casi de fenómeno de sociedad cuando se constata que las
ediciones Alfred Julien imprimirán ¡un millón quinientos mil ejemplares de
la partitura de la canción! (Spyropoulou-Leclanche, 2000).
104
Estas cifras dan vértigo pero explican el éxito internacional de la canción
que sin ninguna duda pasó de París a Madrid y de Madrid a Lima//Callao
en plazos extremadamente breves, sin que los receptores peruanos estén
La canción y su contexto
Figura 13 – Partitura de Frou-Frou
necesariamente informados de su origen. Lo que sí es seguro, es que el vals
criollo aceptó la inluencia del «vals afrancesado» y otros estandartes como El
Parisién lo conirman. Otra característica muestra la extrema «hospitalidad»
del vals criollo en el campo de la forma musical en esos comienzos de siglo,
cual es la presencia bastante frecuente de las castañuelas. Sería arriesgado y
en parte inexacto pensar que su presencia en la música de la costa se debe
únicamente a la inluencia del género chico. Es razonable suponer que este
instrumento musical no era completamente desconocido en Lima antes de la
boga de la zarzuela. Pero es indudable que en estos espectáculos populares las
castañuelas impactaron con más fuerza en los creadores y en los músicos de
la canción criolla. O. Flores Calderón da una lista de famosos «tocadores de
castañuelas»89. Al término de este rápido análisis, se constata que múltiples
89 «Los más identiicados castañuelistas son: Arturo Vivanco, Pedrito Torres, Humberto Mansilla
“Mansillita”, Pablo Villalobos, “Cocoita” Samamé, “Suda Pisco” Samamé, Benito Carmona “Fina
105
Gérard Borras
inluencias contribuyeron para dar este sabor tan particular a las melodías y
a los ritmos de los valses criollos de inicios de siglo, los mismos que pueden
presentar diferencias sensibles. La explosión de la práctica en barrios de
identidades sonoras marcadas contribuyó sin duda a la existencia de este
mosaico sonoro. Los años treinta verán la aparición de un nuevo proceso que
permite el enriquecimiento melódico del vals pero sin que estas innovaciones
borren totalmente las inluencias que acabamos de mencionar.
4. Un difícil inicio de existencia
El periodo que delimita el título de esta obra (1900-1936) está lejos de ser
homogéneo. Tan solo en el campo de la canción, de su creación, de su difusión
y recepción, se asiste a mutaciones de una magnitud muy grande. No hay
comparación posible entre los primeros años del siglo en los que toda difusión
y todo consumo musicales implican necesariamente la presencia física del o
de los artistas y los años treinta en los que el disco, el cine hablado y la radio
transformaron la manera de percibir el acto musical despersonalizándolo en
gran parte y, al mismo tiempo, consolidando la imagen del artista gracias al
fantástico poder de ubicuidad que le ofrecen estas nuevas tecnologías. Si la
fabricación y la difusión de los discos no son sino modestas actividades en sus
inicios, estas van a convertirse muy rápidamente en un comercio de increíble
dinamismo y ofrecer así a los individuos una posibilidad de apropiarse lo
musical cuyo aspecto revolucionario es difícil captar hoy en día90. A partir del
momento en que el disco se impone como «medio» privilegiado del nuevo
consumo musical (mucho antes que el cine hablado y la radio) las relaciones
entre los oyentes, consumidores potenciales de música y las músicas mismas
van a estar altamente inluenciados por esta nueva tecnología. El espacio de
106
Estampa”, Jorge Baglleta “Chumbeque”, Roger Rosas Sánchez, Guillermo Díaz, Abraham Concha
Espinoza, etc. » (Flores Calderón, 1991: 108).
90 En este campo de la escucha de la estética y de las emociones, los trabajos de Sophie Maisonneuve
son muy estimulantes: «la experiencia de los gramóilos de los años 20-30 nos incita a reconsiderar
este vínculo entre música y emociones así como los numerosos engranajes y convergencias de
esta: la invención de un nuevo medio musical, es decir la apropiación por los actores incluidos
los aicionados, de una «máquina hablante», para hacer de ella un «instrumento musical» da
lugar a todo un trabajo que atañe también a las emociones ligadas a la música. «Inventar» un
nuevo instrumento que permite tocar y escuchar música en casa y cuyos recursos representan una
revolución en relación a todo lo que había podido existir anteriormente en términos de prácticas y
de audiciones musicales implica en efecto la deinición de una nueva escucha y con ella de nuevos
placeres y emociones.» (Maisonneuve, 2001).
La canción y su contexto
la capital peruana es a este respecto muy interesante porque es un terreno de
dimensiones relativamente reducidas lo que hace más fácil la observación de
los fenómenos. Además, se trata de un lugar en el cual preexisten numerosas
expresiones musicales y es posible medir de manera bastante clara su evolución
en un contexto marcado por la llegada masiva de géneros diferentes.
4. 1. Un estatus frágil
El vals de los orígenes está estrechamente ligado a las otras expresiones de
música popular compartiendo con ellas, la mayor parte del tiempo, los espacios
y los contextos festivos. Disponemos de numerosos testimonios que muestran
que en las jaranas de callejones se mezclaban valses, marineras, festejos y otras
expresiones musicales. Nadie duda que estos lugares, estos contextos, pero
también el origen social y «racial» —según los términos de la época— de los
actores contribuyeron considerablemente a su marginalización y al oprobio
del que era víctima esta nueva manera de concebir la música. En efecto, se
olvida demasiado que el vals no puede limitarse a su dimensión acústica.
Es objeto sonoro por cierto, pero también —y de manera indisociable en
sus inicios— coreografía. Es pues corporal y visual, objeto en movimiento.
Allí hay una dimensión del orden de lo sensible que procura su ejecución en
directo, ejecución que le coniere su sabor y su sentido para los individuos
que la practican. Ahora bien, es bastante probable que la vecindad mantenida
con otros géneros populares, el hecho de saberlo bailado por individuos de
todos los orígenes, hayan contribuido a deinir su estatus. Dicho de manera
un poco abrupta, el vals era también «una música de negros». Como lo dice
un historiador del género:
«el vals y la polca nunca fueron música de blancos y, más aún, de
blancos con plata» (Zanutelli, 1999a: 66).
Las poblaciones negras estaban presentes en la ciudad desde siglos atrás,
sus bailes habían sido aceptados, como pudiendo integrar el panteón de
los símbolos nacionales, pero bajo su forma edulcorada91. Porque los bailes
tal como eran practicados en los callejones y en otros lugares provocaban
generalmente un rechazo en «la gente de buenas costumbres». Basta con leer
91 Ricardo Miranda relata una anécdota reveladora: «este mismo vals que la servidumbre de las casas
señoriales aprende a hurtadillas, es transportado a la guitarra y bailado en el irregular piso de tierra
de los cuartos de los callejones. Entonces se hace chiquito, de paso breve, picado, ajustado a las
107
Gérard Borras
estas cuantas líneas de Max Radiguet publicadas en 1856 para medir el tipo
de percepción del cual eran objeto los bailes de negros en Lima.
«Cholos, zambos y negros, se detienen en la llanura. Ahí dan pábulo a
sus robustos apetitos y se entregan a las coreografías más extravagantes.
Sobre todo los negros, desnaturalizan las danzas graciosas y
sentimentales del Perú, introduciendo en ellas las posturas grotescas
y los impulsos desordenados de sus bamboulas africanas» (Radiguet,
1971 [1854]: 71).
Esta idea según la cual la gente de las capas bajas sociales, y en particular
los negros, se mueven según códigos que tienen que ver con el desorden, el
caos, la lujuria, es uno de los grandes clichés cuya huella llevan centenas de
textos92. Ahora bien, algunos versos de canciones de comienzos del siglo XX
que transcribimos, aunque escritos bajo una forma humorística, no traducen
menos las representaciones y los considerables prejuicios todavía vigentes en
esa época:
«Es de reírse que los negros de Malambo
En lugar de marinera bailan tango,
Que, en vez de gracia, con gran lisura
Lo han convertido en movimientos de cintura»93.
El vals está pues asociado al espacio físico de los callejones, a tal punto incluso,
que diferentes características coreográicas provinieron directamente, por lo
menos en la mente de algunos, del lugar donde fue creado y difundido94.
Varios signos muestran sin embargo que las cosas evolucionan rápidamente.
El vals desborda ampliamente de su supuesto gueto y gana cada vez más
108
características del terreno.» Santa Cruz agrega este comentario lapidario: «Toda especulación sobre
el vals criollo que tome como punto de partida el piso de tierra carece de fundamento» (Miranda,
1989: 30). Esto da una idea de las fronteras que existían todavía en esa época entre ciertos sectores
sociales.
92 En las representaciones de la zamacueca en la iesta de Amancaes, el famoso acuarelista Pancho
Fierro toma el cuidado de hacer dos cuadros: el primero donde baila una pareja de negros, cuyo
título es: En Amancaes 1840. En el otro donde baila una pareja de tipo europeo ricamente vestida
está subtitulado: ¡En Amancaes (Zamacueca decente)!
93 Publicado en El Cancionero de Lima, n.o 329, lo que corresponde a los años 1919.
94 Se trata de la famosa «teoría» del piso de tierra sostenida por Ricardo Miranda: «… este mismo
vals que la servidumbre de las casas señoriales aprende a hurtadillas, es transportado a la guitarra y
bailado en el irregular piso de tierra de los cuartos de los callejones. Entonces se hace chiquito, de
paso breve, picado, ajustado a las características del terreno.» carece de fundamento.….. ».
La canción y su contexto
espacios en la sociedad. No es anodino que la revista Variedades, cuya línea
editorial ya hemos señalado, publique imágenes presentando primero bailes
de la «gente decente» como la cuadrilla francesa. Y, en el mismo artículo
otra imagen que presenta a parejas bailando un vals que hubiese podido ser
totalmente «vienés y de buena manera» si no se evocase en el artículo el placer
que sentían los participantes en el «contoneo» de este «nuevo» baile:
«Después de cada cuadrilla bailada con esa sal guaraguera que no se sabe
poner en aristocráticos salones, o después de cada vals contoneado»
(Variedades n.o 103, 1910).
Por cierto, el ejemplo escogido podría ser solo limitado y tal vez anecdótico.
Sin embargo otros elementos muestran que el vals está en fase de aceptación
en la sociedad limeña y que algunos sectores tienen sin duda interés en que este
gane espacios más amplios. ¿No es así como se puede leer «la aventura» de los
dos criollos Eduardo Montes y César Manrique? La sociedad Holtig inancia
su viaje a Nueva York, invierte sumas consecuentes para producir cerca de
100 discos de 78 rpm. Queremos creer en el entusiasmo de la compañía
Holtig por las músicas populares de la costa, pero también se trata de un
proyecto comercial. El comerciante que debió negociar las condiciones con la
Columbia y los artistas, propuso una sutil mezcla de géneros que permitiesen
vender en diferentes zonas del país. Como hemos visto en las páginas
precedentes, el vals no es mayoritario en el corpus pero ocupa sin embargo un
lugar suiciente. Allí se puede ver en parte la señal de su aceptación en sectores
que disponían de los medios suicientes para comprar los discos. Holtig, que
no era un mecenas, no habría aceptado nunca inanciar un producto sin tener
la seguridad más o menos razonable de venderlo. Este inicio de evolución es
el que destaca Basadre en su Historia de la República:
«Para una historia de los gustos y de las aiciones colectivas los discos de
Montes y Manrique representan un símbolo de la creciente popularidad
del fonógrafo, a la vez que un intento para dar cabida a la música popular
dentro del arte respetado por el público culto» (Basadre, 1968: 4617).
La llegada del vals al universo del disco va a consolidarse como ya lo vimos
con el estudio de los catálogos de las compañías Victor y Columbia. Esto va
a contribuir a disociar en parte la música, las eventuales letras de la ejecución
coreográica, es decir del «contoneo, del caos, de lo grosero» según los
criterios de algunos grupos sociales y así favorecer y facilitar su aceptación
en la sociedad limeña. Esta «autonomización» del medio de la jarana, de
los callejones y de las iestas populares en general se lee también a través de
109
Gérard Borras
los «anuncios» o los comentarios propuestos por El Cancionero de Lima. En
1910, 1920, el vals forma parte de los géneros difundidos en los teatros y los
cines y se convierte paulatinamente en un género popular cantado, soporte
de textos con frecuencia ya conocidos y muy populares, textos de zarzuelas,
de poemas, lo que no podía, ahí también, sino favorecer su aceptación por
un público cada vez más amplio. Dentro de este frágil contexto se produce la
llegada masiva de los discos de músicas provenientes del norte y del sur.
4. 2. La irrupción del Fox y del Tango
En su monumental Historia de la República, Basadre hace el siguiente
comentario:
«El periodo crítico de la canción criolla: después de los años 20 llegó la
boga de los ritmos norteamericanos y, sobre todo, la tremenda difusión
del tango, el vals platense, la ranchera y otras melodías argentinas
favorecidas por discos, películas y visitas personales de cantores de gran
éxito» (Basadre, 1968: 4618).
El análisis es exacto95 pero merece una presentación más completa en la
medida en que son dos fenómenos distintos los que conmocionan el mundo
cultural y musical de la capital peruana. El «fox» por un lado, el «tango» por
el otro. Con seguridad, se superponen en el tiempo pero no aparecen del
todo en el mismo momento y sus características formales y su inluencia son
suicientemente diferentes para merecer nuestra atención. La primera ola es la
del fox-trot, término utilizado generalmente de manera genérica. El «fox» está
acompañado de una muchedumbre de bailes de moda: Charleston, jazz, one
step, two step, camel trot, charaván, shimmy, y de sus innumerables cruces.
Los shimmy fox-trot, los jazz one step, los fox-trot blues, etc., son producidos
en cantidades considerables. Efectivamente estamos en una época donde la
manufactura de discos merece ya el término de industria. La invención de
la grabación eléctrica en 1917 transformó claramente las condiciones de
grabación y de prensado. El rendimiento acústico es muy superior de lo que
fue algunos años antes, la oferta de aparatos de lectura de discos es mucho más
importante y permite satisfacer a capas sociales más diversiicadas96. Todas las
La formulación es bastante torpe y hace creer que la ranchera es «una melodía argentina».
La venta a crédito en sectores de la población de modestos ingresos es ya muy practicada para la
compra de libros y enciclopedias. Los comerciantes recurrirán a ello frecuentemente para proponer
estos aparatos a amplios sectores de la población.
95
96
110
La canción y su contexto
condiciones estaban reunidas para que el disco sea el intermediario ideal de
estos grupos de músicos que surcaban el mundo y fascinaban al público de los
«Años locos» con estos nuevos bailes y estas nuevas melodías.
Es difícil tener cifras exactas sobre los volúmenes de ventas y la naturaleza de los
géneros difundidos, pero sin embargo podemos tener acceso a estimaciones.
Las que nos da la base de datos «Estremadoyro» son totalmente interesantes.
Esta agrupa 16 000 títulos de 78 rpm que cubren cerca de cuarenta años
de producción discográica, de 1910 aproximadamente hasta 1957, fecha
de la desaparición del soporte97. Se constata con cierta sorpresa que el «fox»
representa un porcentaje considerable de títulos:
Aunque cercano a otros géneros de gran difusión se puede considerar sin
embargo que el volumen de títulos es mucho más impresionante en la medida
en que el periodo de difusión del fox está más circunscrito. Prácticamente ya
no hay producción de este género de música después de los años treinta,
treinta y cinco. Entonces, en diez años es más una marejada que una simple
ola la que inunda el mundo musical peruano. En un primer momento, los
títulos de canciones aparecen con los timbres únicamente en inglés y después
con títulos en inglés traducidos al español, señal de su «adaptación» al medio.
Otra marca clara del éxito, de la boga, es la asimilación del género por amplios
sectores de músicos latinoamericanos y peruanos. Es así como aparecen las
fox marcha, Rumba fox-trot, fox canción, polca fox, etc. En el Perú, esta moda
de la música de los EE.UU. tendrá prolongamientos sorprendentes. Las casas
de discos como Columbia y Victor tratan de satisfacer los gustos exóticos de
la época. La famosa Orquesta Internacional (dirigida un tiempo por el célebre
compositor peruano Daniel Alomía Robles, padre de El Cóndor Pasa) graba
Cuadro 13 – Géneros de la colección Estremadoyro
Géneros
Cantidad
Porcentaje
1/ Tango
2 821
17 %
2/ Bolero
2 329
15 %
3/ Fox-trot y asimilados
2 100
13 %
4/ Vals
1 391
9%
97 Esta colección es representativa de los gustos de una época: contiene por ejemplo una parte
importante de la discoteca de Radio Nacional del Perú. La realización de la base de datos ha sido
inanciada por el GIS América Latina.
111
Gérard Borras
una amplia paleta de ritmos de América Latina pero favorece a los ritmos
peruanos muy inluenciados en esta época por la moda del «incaísmo». En
la estirpe de la «óperas tahuantinsuyanas»98 de Valle Riestra, Daniel Alomía
Robles y Teodoro Valcárcel, muchos compositores habían cedido a la moda de
lo incaico. La Orquesta Internacional y otras, ofrecerán sabrosas composiciones
que fusionan los géneros más apreciados. Aparecerán shimmy incaicos, jazz
incaico, camel incaico, fox-trot incaico… con títulos suicientemente exóticos.
Si nos iamos de la cantidad de discos grabados, estas melodías debían ser
muy apreciadas no solo en los países de lengua española sino también en los
EE.UU. pues esta vez las traducciones se hacen en el sentido inverso.
La boga del tango es contemporánea del fox pero parece sin embargo que
el poderoso movimiento del tango arranca en 1925 y se consolida a inicios
de los años treinta con la difusión masiva del disco, la generalización de la
radio y la enorme máquina arrolladora que representó el cine hablado. El
vedetariado tiene también una parte preponderante tanto más porque el cine
le daba también más audiencia e inluencia. El impacto del tango es más
fuerte que el del fox. La irrupción del género es quizás menos poderosa que
la del fox, pero su presencia y su inluencia alcanzan a más amplios estratos
de la sociedad sobre un periodo más largo. Se puede pensar en la novedad
del baile para explicar este éxito, pero parece que este no tuvo nunca en
Cuadro 14 – Ejemplos de música incaica
Algunos ejemplos de títulos de música incaica99
Título original
Traducción
Mama Ocllo
Camel incaico
Tupac Amaru
112
98
99
Género
Fantasía incaica
Hijas del sol
Daughters of the Sun
Vals incaico
Agonía de Atahualpa
Atahualpa’s Agony
Fox-trot
Jatum Rumi
Piedra grande
Jazz Incaico
Ccori Suncco
Corazón de oro
Camel incaico
Gemidos del corazón
Heart-throbs
Jazz Incaico
Allá en la montaña
Up in the mountain
Fox incaico
Acllacunan Tusynin
La danza de las princesas// Danza incaica.
Dance of the princess
De Tahuantinsuyu, nombre del imperio inca. La expresión es de J. A. Llorens Amico (1983: 97).
Estos títulos pertenecen a la base de datos de la colección Estremadoyro.
La canción y su contexto
Figura 14 – 78 rpm de música incaica
Lima el perfume de azufre que tuvo en Europa. No se
esperó al tango para ver contoneos y bailes de parejas
susceptibles de conmocionar a la «gente decente». Desde
luego, el baile seduce, la melodía fascina pero también las
letras evocan universos que tienen inmediatamente un
eco en una población de lengua española que comparte,
en aquel momento, muchas representaciones con los
habitantes del Río de la Plata. Este elemento cumplió
sin duda un rol determinante. Las canciones podían ser
inmediatamente interpretadas como lo habían sido en
otra época las letras que venían de España.
Disponemos de cierto número de elementos que
permiten medir la magnitud de la inluencia del tango en Lima. Una vez más,
los cancioneros son valiosos auxiliares porque permiten conocer una realidad
y lo que percibimos es muy revelador del espacio ocupado por la nueva moda
musical. El primer indicador es evidentemente el lugar sin cesar creciente que
toman las letras de tangos en las publicaciones semanales. El Cancionero de
Lima es interesante porque es contemporáneo al surgimiento del tango. Ahora
bien, si se observan los contenidos a partir del n.o 300 (aproximadamente
setiembre de 1919), hay que esperar el n.o 322 para ver aparecer el primer
texto de tango (¡y qué tango!), Mi noche triste, pero con el subtítulo siguiente,
Hermoso couplet cantado por la Lusitana100. Hasta entonces los textos de vals,
de couplets y de tonadillas constituyen lo esencial del contenido. A partir del
número 327 aparece una canción claramente identiicada como tango con el
siguiente subtítulo: Cantado y bailado en los teatros por Teresita Arce. Las letras
son interesantes porque echan luces sobre el estatus de novedad que tiene el
tango:
A la hora del hé101
Desde hace poco
en los salones elegantes,
nuestras damitas
y los pollos más pimpantes,
Es interesante constatar que esta versión ha sido adaptada. Todos los términos de lunfardo han
desaparecido.
101 El Cancionero de Lima, n.o 327. Texto completo, p. 386.
100
113
Gérard Borras
hacen locuras
las criaturas
bailando un tango
que más bien es un fandango;
en un rincón
las cuarentonas cuchichean
y mientras tanto
las parejas se tanguean,
es una cosa muy dulce
y muy sabrosa
entrar en los salones
y bailar un tango hé
Además en el número precedente, bajo el título Llévame al té, mamá es
publicada la letra de un couplet cuya tercera estrofa muestra que el tango no
ha ganado todavía ciertos espacios:
Allí me inundan de dicha
El rag-time y el one-step
El fox-trot y la machicha
Y el delicioso two-step.
Y si la orquesta ainada
Boston empieza a tocar
En sus brazos apoyada
Qué dulce es bostonear.
Sin embargo parece ya haber ganado otros como tiende a probarlo esta
parodia de tango publicada en el mismo número 327:
La Parodia del Tango102
Por Teresita Arce
Desde hace poco
en las cocinas de la corte
nuestras criadas
que no hay Dios que las soporte
dan a los platos
muy malos tratos
114
102
El Cancionero de Lima, nº 327. Texto completo, p. 384.
La canción y su contexto
y no los fregan
porque a los tangos se entretengan;
Muy rápidamente el tango va a ganar espacios considerables en las páginas
del cancionero, señal de la popularidad de la que goza en la sociedad. Por
otro lado esta nueva adaptación del Cancionero a los gustos de moda estaba
muy claramente identiicada al comienzo de los años 1930 como lo prueba
este breve comentario de un cotidiano limeño con ocasión de su aniversario:
«Llegó al número 1000 el cancionero limeño.
Nos complace consignar la noticia.
A pesar de que “El cancionero de Lima” ha perdido en casi su totalidad
la calidad de color criollo que tenía, no pudiendo soportar el empuje
del tango y de la canción extranjera en general» (La Tribuna: 24/07/34).
En los números que corresponden a este periodo no es raro encontrar una
decena de letras de tangos sobre la veintena de canciones que llenaban las
tradicionales 8 páginas.
El caso de La Lira Limeña es aún más revelador del empuje del tango en
la capital peruana. Su aparición en 1929 es contemporánea del boom del
tango y su contenido lleva muy claramente su marca. M. Zanutelli hace un
comentario que es el relejo exacto de la orientación editorial del semanario.
«No pudo soslayar el impacto de la música argentina y, si bien es cierto
que publicaba valses y polcas, su mayor contenido estuvo formado por
tangos. Debió haberse llamado “La lira bonarense” o si se quiere “La
lira Argentina”» (Zanutelli, 1999a: 63).
Esta característica de La Lira Limeña es muy conocida pero no ha sido nunca
apuntalada por una lectura cuantitativa del periódico. Es lo que hemos
deseado hacer al analizar el contenido de unos sesenta números publicados a
inicios de los años treinta103.
El conteo es muy interesante; pone en evidencia el lugar muy ampliamente
dominante de las letras de tangos con más de 40 % de las canciones publicadas,
pero también da una idea de la posición de los otros géneros. El vals ya no representa
103 Se trata de la serie 66/129 publicada a comienzos de los años treinta. Cada número propone un
promedio de 10 a 12 canciones.
115
Gérard Borras
sino 15 % de los títulos, los otros estilos nacionales no aparecen sino rara vez. Más
allá de las letras editadas, varios indicios traducen el increíble apasionamiento por
el tango. Es el caso de este anuncio publicado en el número 126:
Cuadro 15 – El tango y La Lira Limeña
Tango
242 Tondero
1
Fox-trot
88 Huayno
2
One step
17 Mus. Cubaine
9
vals
86 Zamba
5
polca
1 Paso doble
Triste
5
10
Total: 568
«Por creer de alguna utilidad para algunos compositores que emplean
mal los términos del argot argentino, publicamos el signiicado de
algunas palabras más usuales» (La Lira Limeña, n.o 128).
Siguen una serie de palabras en lunfardo «correctamente» traducidas. La Lira
Limeña propondrá también concursos mensuales y anuales de letras de tangos.
Los ganadores mensuales eran publicados y ganaban el derecho a participar en
el concurso anual.
«Selección mensual del concurso anual de estímulo de letras de
tango.
Las letras deberán venir acompañado del cupón adjunto. Las
composiciones serán seleccionadas previamente por la dirección y
publicadas semanalmente en La Lira Limeña
El fallo será por voto público para lo cual publicaremos un cupón que
los lectores enviarán a esta dirección indicando el nombre de la letra
que les agrade. Los cupones votos se recibirán hasta el último sábado de
cada mes a las doce del día. Mensualmente se publicará el cómputo de
votos. En el primer número de cada mes se publicará la letra premiada.
116
Los lectores en un sobre podrán remitir la cantidad de votos que deseen.
Las composiciones que no sean publicadas en esta selección han sido
excluidas por no hallarse en las reglas de acentuación y medida.
La canción y su contexto
Premios: los que salgan vencedores en los concursos mensuales tomaran
parte en el gran concurso anual y la letra que salga premiada tendrá
derecho a la musicalización de la letra por uno de los nuestros más
renombrados autores musicales, edición, publicidad y propaganda de
la obra, ejecución en radio, cines, teatros y una medalla de oro con
leyenda alusiva.
Habrá un segundo y tercer premio con menciones especiales a los
autores de las letras que salgan premiados mensualmente. Se sorteará
un diploma de honor con el que acreditarán su derecho para tomar
gran parte en el concurso anual.» (La Lira Limeña, n.o 88).
Uno imagina bastante bien el impacto de estos poderosos movimientos que hacen
aluir miles de canciones nuevas en el tiempo de una década. La música, y la
música popular en particular, es conocida por sus movimientos, sus entusiasmos
que pueden ser extremadamente rápidos. En Lima, la llegada del fox y del tango
transforma profundamente el panorama musical, porque no solo irrumpen
géneros nuevos, sino también otra manera de tener acceso a la música y a su
difusión. Las entrevistas hechas por Steve Stein a músicos de la época dan una
buena idea de lo que era el consumo musical de entonces, en particular en los
callejones, cuna de la música criolla:
«[en las jaranas] Se cantaba de todo: valses, el tango; se bailaba en
las iestas el tango, se bailaba el jazz, se bailaba el swing, se bailaba el
charlestón… El valse, como siempre, para los mayores; siempre un
valsecito, una marinerita para el inal de iesta, así…
Pregunta: «Pero esas jaranas de callejón de los años 1920, ¿no eran sólo
de música criolla?
Respuesta: No, no, no… Todo entró allí… así como ahora ha entrado
el “rocanrol” así fue» (Carreño in Llorens Amico, 1983: 42).
«Nosotros amenizábamos una reunión [en una casa de vecindad o en
un callejón]. Con los que yo paraba tocaban la guitarra y cantaban.
Hacíamos lo nuestro y hacíamos también el extranjero, en la misma
jarana. El tango también. Todo esto se sabía bailar» (Casas in Llorens
Amico, 1983: 45).
El testimonio de Manuel Covarrubias, gran compositor de valses, resalta esta
mutación de los gustos:
117
Gérard Borras
«Parecerá mentira, pero en los callejones no querían bailar valses…
Tango, la juventud quería tango…».
Se asiste a una verdadera tangomanía y además es el título de una rúbrica
efímera que aparecerá en los números 300 de El Cancionero de Lima.
La Tangomanía104
Tango de moda
Cantado en los cines del Callao y arreglado por J. Chávez Sánchez
Es de reírse que los negros de Malambo
En lugar de marinera bailan tango,
Que, en vez de gracia, con gran lisura
Lo han convertido en movimientos de cintura.
La muerte de Gardel en 1935 fue un choque de una envergadura inaudita y
las revistas y los cancioneros darán al acontecimiento un lugar considerable.
No son menos de diez números en los que El Cancionero de Lima dedicará la
primera página a la trágica muerte de Gardel, a veces con un humor negro de
bastante mal gusto; por prueba este título del número 1085: «Carlos Gardel
que fue tan admirado, murió cantando el tango Cuesta Abajo»105.
4. 3. Felipe Pinglo: «el salvador»
Dentro de este contexto de recomposición total del paisaje sonoro urbano es
que se perciben los primeros signos de una reacción cuyo objetivo es volver a
dar un lugar legítimo a los géneros musicales locales tan duramente maltratados
por los fenómenos que acabamos de describir. Aquello que cuesta llamar
«movimiento» está deinitivamente asociado a un personaje emblemático del
118
104 El Cancionero de Lima n.° 329. Es interesante comparar las variantes. En su obra, J. A.
Llorens Amico cita una versión recogida por Stein. El tercer verso es bastante signiicativo de las
representaciones que algunos sectores tenían respecto a la población negra de esa época. «Desde
hace un tiempo que los negros de Malambo
En lugar de marinera bailan tango
Con esa gracia y displisura
Lo han convertido en movimiento de cintura. »
Llorens Amico, 1983(?): 42.
105 También se puede leer en la página 190 del tomo 2 Los suicidios por Gardel, tango paródico que
se burla de la emoción suscitada por la desaparición del célebre cantor.
La canción y su contexto
vals criollo: Felipe Pinglo, aún cuando otros, como él, contribuyeron a la
renovación de la canción popular limeña. Podríamos comenzar recordando
las palabras de Jorge Basadre respecto al «bardo inmortal»:
«Felipe Pinglo no solo abrió una nueva etapa de la canción criolla sino,
además, dejó una leyenda. (…) Fue en aquella etapa crítica entre 1924
y 1926 que apareció Felipe Pinglo Alva, el hombre del pueblo que
cantó a su clase» (Basadre, 1968: 4619).
Creo que estas resumen bien lo que fue este artista. Un innovador dotado
además de una excepcional calidad artística. Es innovador por varias razones
y la lectura y la escucha de su obra son una ilustración de ello106. Felipe Pinglo
trata sus textos de manera nueva. Les da un estatus de verdadera composición
poética. Ya hemos visto que otros habían compuesto bellas páginas del
cancionero criollo (Bocanegra, Covarrubias) pero ninguno producirá
una obra semejante a la de Pinglo, llena de decenas de composiciones de
complejos juegos poéticos. La otra originalidad de Pinglo tiene que ver con la
temática de sus textos. Desde luego, se encuentran canciones de amor como
las que componían numerosos de sus contemporáneos, refranes totalmente
fútiles, pero su obra está marcada por la abundancia de temas serios, graves y
ilosóicos a imagen de la apariencia física del personaje que no era símbolo
de alegría de vivir y de frivolidad. Él ha marcado en particular la memoria
colectiva dejando canciones cuyo carácter «social» contrasta con las temáticas
generales asumidas por los artistas reconocidos del género criollo. Esta
orientación le valdrá otro sobrenombre: el cantor de los humildes. Volveremos
sobre el tema más adelante.
El último rasgo —y no de los menores— del aporte de Felipe Pinglo radica
en la calidad de sus composiciones musicales. La difusión de los géneros
extranjeros había enriquecido la paleta de las referencias melódicas y
rítmicas y los géneros locales como la polca y el vals absorbieron algunas
de estas inluencias (Llorens Amico, 1983: 48)107. Basta con escuchar las
composiciones de la primera época cantadas por Montes y Manrique y las
de Felipe Pinglo para constatar las rupturas de las armonías y de las líneas
melódicas. Uno se percata inmediatamente que los valses de los inicios se
106 La totalidad de los textos conocidos ha sido publicada por Carlos Alberto Leyva Arroyo (1999).
Desafortunadamente la edición está llena de gazapos [errores de tipeo].
107 La polca estuvo marcada por la inluencia del one-step pero también del pasodoble español.
119
Gérard Borras
desarrollan en un ámbito mucho más reducido y que las rejillas de acordes
son extremadamente repetitivas. Como si existiese una suerte de matriz
predeinida cuyas variaciones mínimas deiniesen las características propias
de la pieza tocada. Con lo que hoy se denomina la «generación de Pinglo» las
mutaciones son importantes:
«Las innovaciones consistieron en ampliar y diversiicar su universo
armónico aumentando las variaciones en los grados de la tonalidad por
un lado, o en alterar el orden, duración y estructura que caracterizaban
a la Guardia Vieja. En general, se nota una mayor libertad en el uso de
la armonía y la incorporación de giros melódicos desconocidos durante
el periodo anterior. Algunas de esas novedades se pueden encontrar en
los valses más elaborados de Felipe Pinglo como El canillita, La oración
del labriego, Jacobo el leñador, Tu nombre y el mío, Horas de amor y sueños
de opio» (Llorens Amico, 1983: 49).
Para ilustrar este aspecto hemos integrado a los ejemplos sonoros el vals Luis
Enrique El Plebeyo que está organizado en diferentes etapas narrativas las
mismas que destaca también la melodía por sus rupturas y sus juegos sobre la
doble modalidad mayor/menor. El propio autor era consciente de los cambios
que estaban produciéndose en el mundo de la canción popular limeña y del
rol que él mismo podía representar en ello. Él escribió a uno de sus amigos:
«Tú sabes cómo lucho por sacar adelante la canción criolla, pero
tengo la esperanza de que el esfuerzo mío y de otros, que no somos
muchos, sirva para que nuestro folklore se coloque en el lugar que le
corresponde; y que sea conocido tanto aquí como en el extranjero,
pero con carta de ciudadanía bien deinida»108.
La calidad de los textos de Pinglo y el universo que dibujaban no era de
naturaleza a intimidar a las clases superiores, muy al contrario. Este mundo de
querubines, de beldades en el fondo del huerto de mi amada, puesto en música
con bellas melodías favorecieron sin duda la aceptación del vals por más
amplios sectores sociales. Después de su muerte, Pinglo será progresivamente
reconocido y se convertirá en la referencia ineludible del vals criollo para
amplios sectores de la población limeña. Es importante completar esta parte
120
108 Carta de Felipe Pinglo a su amigo, el pintor y caricaturista, Víctor Echegaray. Lima, junio de
1931.
La canción y su contexto
señalando que Pinglo no es el único artista que participó en esta renovación
de la canción criolla, Eduardo Márquez Talledo, Laureano Martínez Smart,
Pedro Espinel y Samuel Joya aportaron su contribución con creaciones que
han seguido siendo célebres. Indiscutiblemente estamos en una nueva etapa
de la canción criolla.
121
El vals: un espejo de múltiples facetas
Capítulo 2
El vals: un espejo de múltiples facetas
A partir de las obras escritas sobre el vals y la canción criolla y consultando
los cancioneros editados entre los años 1980 y nuestros días (mucho más
numerosos que los estudios), es posible identiicar de manera bastante precisa
lo que los limeños han conservado de la canción de inicios de siglo: un corpus
de una veintena de canciones en su mayoría estampilladas con el indispensable
Guardia Vieja. El estudio de los cancioneros más antiguos y de los discos
muestra que la canción popular de la costa era de una extrema diversidad, de
una gran riqueza y que los temas desbordaban muy ampliamente el marco
de la habitual decepción sentimental, incluso si, ya lo veremos, la relación
amorosa es sin duda uno de los temas esenciales del vals criollo.
1. Entre farsa y burla
1. 1. La huella del género cómico
A menudo se asocia —con algunas razones— al vals con la «tentación de lo
fúnebre» (Giudicelli in Borras, 2000: 93-104). Al escuchar algunos valses
célebres, comenzando sin duda por el primero de ellos, El Guardián, uno
piensa en la frase lapidaria de Salazar Bondy quien caliicaba al vals de «poesía
123
Gérard Borras
popular con ínfulas de réquiem» (2002 [1964]: 115). Pero indudablemente
hay una distancia entre lo que dicen los textos de canciones y lo que hacen
de ellos los individuos en la práctica musical. Carlos Raygada se sorprendía
incluso de ello:
«La letra de la mayoría de nuestros valses criollos es de un carácter
tan triste —amores no correspondidos, abandonos, nostalgias, muertes
y cementerios— que apenas puede uno imaginarse cómo con dicha
música puede bailarse “alegremente” noches enteras…» (Raygada,
1936, vol. 2: 191).
Si se acepta la idea según la cual el vals y la canción criolla fueron moldeados
por individuos en una época dada y que en este sentido estos son no «relejo»
sino la expresión misma de esta época y de las experiencias vividas, no asombra
constatar entonces que llevan la huella de la nostalgia y a la vez del dolor y de
las diicultades, pero también de otros sentimientos como la risa y la alegría
que no podían ser excluidos. La presencia de lo cómico es incluso fuerte en
el periodo que estudiamos y hay para ello por lo menos una explicación muy
contextual que marca en realidad toda una época y no simplemente el Perú.
El teatro cómico y los derivados de la zarzuela habían inundado desde hacía
mucho tiempo los escenarios de todas las grandes ciudades de España y de
la América española. Ya hemos visto anteriormente la importancia que estos
había tenido en Lima. Ahora bien, sin querer generalizar excesivamente, se
observa que lo serio no era propiamente hablando la columna vertebral de
estos espectáculos que no dudaban en hacer a menudo de lo cómico fácil y
seductor uno de los motores de su actividad. Otros indicios concretos como
el disco nos señalan la importancia del vínculo existente entre cómico y
canción en esta época. Tan solo el catálogo de la Columbia de los años 1925
(que integra grabaciones a partir de los años 1910) presenta cerca de cuarenta
cantantes de lengua española (y casi todos españoles además) caliicados de
«cómicos» y que tienen numerosos fragmentos de zarzuela en su repertorio.
Existía pues un amplio mercado de lo lírico/cómico, señal del fervor del
público.
Los autores de zarzuela peruanos no van a dudar en explotar esta vena y algunos
diálogos, algunos couplets son de marcado mal gusto, como este intercambio
de palabras entre el policía serrano y la mujer que corteja, extraído de uno de
los grandes éxitos de Julio Baudoin en 1918:
124
«Cachaco: to eres moi ingrata, cuando yo podea hacerte to felecedad
formando los dos un nedo de amores.
El vals: un espejo de múltiples facetas
Inés: To? Con qué puedes hacerme me felecedad?
C: Con la vara e con me peto.
I: El peto no vale nada.
C: No vale nada? Tócalo pues, tócalo pues.
I: No se toco tu peto vienen tos compañeros e tengo que tocarselos a
todos.
C: Todos los petos, todos los petos, no? Embostera. Tú no me quieres
a me»1.
El universo de la canción popular integrará pues lo cómico, y la revisión de
discos y de los cancioneros muestra que existía una vena que los autores y los
cantantes no descuidaron en absoluto. Sin embargo es interesante observar en
este registro del humor y de la burla una clara «distribución de los roles» entre
los géneros. El triste y el yaraví son las categorías privilegiadas del lamento y,
lo hemos visto en las grabaciones de Montes y Manrique, estos ocupan un
lugar preferente en el repertorio. Los otros géneros importantes (marinera,
vals, polca) pueden a priori asumir cualquier tipo de tema, pero se hallan sin
embargo un cierto número de tendencias interesantes. La marinera, música y
coreografía privilegiada de la jarana, de la iesta popular de los callejones está
muy presente en el disco pero está ausente en los cancioneros o prácticamente
ausente, como si no hubiese ningún interés en publicarla. Ahí hay una
paradoja que merecería un análisis especíico. Los otros dos géneros, la polca
y el vals representan las dos mitades de lo que poco a poco se dibuja como
las dos caras de una misma realidad. La polca o polquita por un lado, cuyo
diminutivo evidencia por sí solo la ligereza del género2. Esta es la que asume
con más frecuencia los temas humorísticos, su ritmo rápido y binario está
perfectamente adaptado. Por otro lado, el vals, sin ignorar el humor, asume
temas más graves y serios, terreno sobre el cual la polca no se aventura. Desde
luego esta división de las tareas debe ser matizada y es fácil constatar que al
vals no le molesta poner en música, de vez en cuando, temas cómicos como
lo prueba la letra de este vals de la Guardia Vieja:
Los niños faites Sainete lírico en un acto: Julio Baudoin [Julio de la Paz]. Música de
Reynaldo La Rosa. Estrenado en el Teatro Municipal de Lima el 28 de mayo de 1918 por
la compañía de zarzuelas Montero Fernández.
2 A veces se habla también del valsecito. Pero este término irrita generalmente a los
músicos criollos. Cf. César Santa Cruz (1989: 22): «No puede llamársele así».
1
125
Gérard Borras
El zapatero celoso3
Un zapatero celoso
le dijo a su mujer
cuando te vea con otro
yo te tiro con el tirapié.
Te tiro la horma te tiro el martillo
la pata de cabra también el cepillo.
Esto te lo digo y te lo vuelvo a repetir
y hasta te tiro con el aprendiz.
Mala ya tu suerte mala ya la mía
que se vaya al diablo la zapatería
que los mil demonios te lleven a ti
y ojalá te vea en la punta de un fusil.
Pero basta con observar las letras de canciones, y las cantidades hablan por sí
solas. En la rúbrica «Lo Cómico» de nuestro corpus de canciones, sobre los
veinte textos, casi todas las canciones son polcas o couplets. Una sola es vals
criollo.
1. 2. La visión de los «otros»
Es difícil decir que las elites peruanas hayan tenido representaciones muy
positivas de su propia sociedad y de los individuos que la componían.
«Indios, cholos, negros, asiáticos», son presencias necesarias con las cuales
había que entenderse, pero que bastante rara vez encuentran gracia ante los
ojos de las clases superiores. No volveremos sobre esta abundante literatura
que, desafortunadamente, no es la exclusividad de un siglo XIX marcado por
las teorías muy conocidas sobre las nociones de progreso y de desigualdad
de las razas.
Recordemos que Lima es una ciudad de tamaño modesto pero cuya
composición social está marcada por la existencia de grupos de diversos
orígenes. Los negros dan una identidad marcada a ciertos callejones o barrios
de la ciudad, los serranos, menos numerosos, están a pesar de todo presentes
126
Transcripción de la versión grabada por Los Troveros criollos. Sonoradio n.o 1076-B.
Texto completo, p. 354.
3
El vals: un espejo de múltiples facetas
en algunas zonas; los asiáticos han llegado en masa desde décadas atrás4. La
canción se hace eco de estas presencias según códigos y modalidades diferentes
pero que marcan siempre las fuertes distancias entre aquellos que enuncian y
aquellos que son asumidos por el discurso.
Los chinos y los asiáticos en general5, no tenían buena reputación en el
Perú. Aquí como en otros lugares, sobre ellos recaían fuertes prejuicios. Eran
percibidos como gente de costumbres inquietantes. Es probable que las
violentas revueltas de coolíes en las plantaciones de la costa, donde vivían en
condiciones atroces, no habían contribuido a su reputación6. Muy pronto, se
observa su presencia en el medio urbano de la costa. Aquellos que pudieron
liberarse de sus contratos leoninos abrieron tiendas, ocuparon una serie de
empleos subalternos: «se les encuentra como domésticos, cocineros, mozos
de cordel, etc., desempeñando en una palabra, todos los oicios» (Beyaut &
Beyaut, 1973). Ahora bien, aunque integrados desde décadas atrás a la vida
de la ciudad donde aportan sus habilidades, a comienzos del siglo ellos son
todavía víctimas de agresiones y de rechazo por parte de la población local. El
fragmento de artículo de la revista Variedades que reproducimos es revelador
no solamente de los malos tratos de los que son víctimas, sino también del
sentimiento de algunos sectores de la población respecto a ellos.
«Regresos de chinos a su país
En el vapor Lothan, que trajo al Perú, hace poco, al último contingente
de inmigrantes chinos, han sido devueltos a su país cerca de 400
individuos de esa nacionalidad que por condiciones de invalidez
La llegada de los asiáticos es un fenómeno que afecta a muchos países de América
Latina. En el Perú, comienza la migración bajo la presidencia del «Papacha» Castilla.
En 1854 los ingresos por el guano permiten inalmente la supresión efectiva del tributo
indígena y la abolición de la esclavitud. Los chinos serán afectados a los trabajos agrícolas
en las haciendas de la costa. Se estima que entre 1854 y 1874 unos cien mil coolíes van
a desembarcar en los puertos limeños. Esta inmigración proseguirá con altibajos hasta
inicios del siglo XX.
5 La distinción exacta entre chinos y japoneses no es muy común y es frecuente que
haya confusiones. Esta tendencia es aún perceptible en nuestros días. El expresidente
Fujimori, de origen japonés, es apodado «el chino».
6 «En 1870, la correspondencia francesa de Lima informa, por ejemplo, que una nueva
insurrección de chinos acaba de estallar en el interior, unos cuatro mil coolíes habían
asesinado a los administradores de varias haciendas y hasta a algunos viajeros (…)»
(Beyhaut & Beyhaut, 1973: 90).
4
127
Gérard Borras
o ancianidad no podían consagrarse ya a las labores del campo ni a
las pequeñas industrias ciudadanas a que se dedicaron en mejores
tiempos. Gran parte de estos desgraciados vagaban por nuestras calles
implorando la caridad pública y recogiendo colillas de cigarros. Venidos
al Perú hace muchos años quizá sí habían llegado a amar esta tierra en
que gastaron sus energías, al volver hoy a sus provincias, olvidadas sus
costumbres, desconocidos entre los suyos, sentirán acaso la nostalgia de
esta ciudad que a pesar de la hostilidad de sus habitantes para con ellos
fue siempre más hospitalaria y caritativa que lo será su país pletórico de
hombres y duro e impío con los miserables y desvalidos.(…) También
se han ido en el Lothian algunos súbditos celestes que habían liquidado
sus negocios o que temían nuevas violentas manifestaciones populares
contra ellos. Hacen bien en ponerse a salvo.
No tenemos noticia de que haya quedado ganas a ninguna joven
peruana de ir a conocer las excelencias de la vida en las ciudades y
campos chinos. Deseamos a los que fueron nuestros huéspedes un viaje
muy feliz, sin tifones ni tempestades, y que Confusio les sea propicio»
(Variedades, 1915: 457. El subrayado es mío).
La canción popular evoca a los asiáticos presentes en la ciudad bajo la forma de
burla. Fiel a los principios del Costumbrismo, los «chinos» son representados
generalmente como peluqueros/barberos o encargados de un «chifa» en el
cual sirven a cualquier hora una cocina barata y de sospechoso origen. En la
zarzuela Los Faites de Julio Baudoin, el «peluquero K. Kudo» abre la primera
escena cantando los siguientes versos:
Yo he sido sirviente
del marqués de Monsefú
escapé de mi tierra
y vine hasta Perú.
de barbero hago
con gran dedicación
y afeito con navaja
buen polvo y buen jabón.
Chin Kon ! Chin Kon !
128
Pobre este nipón
afeitar
sin dolor
sólo por
un real.
Chin China Kon !
triste está nipón!
piensa en gheisa del Japón.
El vals: un espejo de múltiples facetas
Notamos que las fronteras entre China y Japón nunca son muy claras y que
el juego de las sonoridades está ahí para crear una comicidad fácil. Otras
canciones ponen en escena a asiáticos, verdaderas réplicas del Fígaro de las
operetas europeas:
Amores de un japonés7
Polka de moda
música de El Pobre Valbuena
Yo soy un peluquero
de lo más especial
afeito y corto el pelo
a la moda imperial.
Los asiáticos y los chinos en particular son los actores obligados de una escena
en la cual desempeñan sin falta el rol de cocineros con costumbres más o
menos aceptables. Se trata de un lugar común indisociable de la emigración
asiática y Lima no podía ser la excepción a la regla. Los «chinos» llevan
fondas de mala muerte, chifas y boliches que forman parte de la vida limeña
a cualquier hora del día y de la noche:
El trasnochador
-Abre la puerta, chinito
-¿Quí cosa laa?
-Dame un pan con pesca’o frito.
-No hay ¡Tiú niá má!
-Abre la puerta, chinito.
¡Por compasión!
Mira que soy tu casero
del té con ron.
A veces son explícitos los ataques a los servicios de estos restauradores como
en esta canción publicada en el número 820 de El Cancionero de Lima:
7
El Cancionero de Lima, n.o 95. Texto completo, p. 341.
129
Gérard Borras
La carne de perro
en la fonda china
En vez de carne de vaca
de cabrito y de becerro
las fondas chinas cocinan
con carne de gato y perro.
Todos se alarman, protestan
se forma una algarabia,
hasta que por in penetra
al fondín policía.
Sí señores, hace poco
los diarios se han ocupado
de un caso muy alarmante
que en el Callao ha pasado.
¿Y vio? Cabezas y rabos
de perros quizá sarnosos,
con cuya carne los chinos
hacen sus guisos sabrosos.
Estaban los parroquianos
almorzando ricamente
en una fonda de chinos,
cuando sale de repente
Y ese salchichón que venden
a precio un poco barato
en las encomenderías
¿será de perro o de gato?
Como alma que diablo lleva
un perro de la cocina,
robándose un rabo de
can…¡Qué gente tan cochina!
Esta no es la vez primera,
si francamente no yerro,
de que los chinos cocinan
con carne de gato y perro.
Bajo la parodia hay pues una acumulación de clichés de lo más gastados
y que desafortunadamente tienen singular vigor. Los asiáticos y los
chinos en particular son siempre asociados a lo secreto; no se sabe lo
que ocurre en su universo y cuando por casualidad surge la «verdad», se
descubren inevitablemente prácticas que no están lejos del sortilegio o del
envenenamiento. Muchas otras canciones muy marcadas una vez más por el
género chico ponen en escena a asiáticos que aparecen siempre en situaciones
cómicas. Pero estamos siempre cerca de la farsa, de la bufonería como lo
testimonian las dos estrofas siguientes:
El zepelín8
(…)
Los chinos en el Japón
son hombres más sinvergüeza
espulgándose sus trenzas
comiéndose el salchichón.
130
8
El Cancionero de Lima, n.o 96.
El vals: un espejo de múltiples facetas
También los japoneses
son hombres de gran talento
se alimentan con el viento
treinta y dos días al mes.
Esta permanente asociación de los asiáticos al registro de lo cómico es mucho
menos anodina de lo que parece a primera vista. A pesar de todo, es bajo
esta forma que se expresa el desprecio del cual son objeto en muchos sectores
de la sociedad limeña, incluso en las clases populares con quienes comparten
generalmente una condición miserable. No es sorprendente entonces verlos
ridiculizados por un autor que comprendió bien el fondo de rechazo del cual
son objeto estos individuos.
Ay Tiunimani Caytonga
Polka japonesa
Ha llegado del Japón
don Cirilo Muruchuca
primo hermano de Machuca
también de Pepe Machuca.
El referido señor
es un músico especial,
toca la mar de instrumentos
y los toca sin igual.
Toca con la mano izquierda
la bandurria y el acordeón,
y con la mano derecha
clarinete y saxofón.
Toca con la pata izquierda
la guitarra y el cajón,
y con la pata derecha
dos violines y un violón.
Ay, Tiunimani caytonga
ay Tiunimani jaitausi,
congoloya con majoinete
tiunimani manoli.
Si quieres negrita
Que te compre manta a vapor
vámonos al Japón
que las hay de lo mejor.
Esta mirada hacia los «otros» afecta a otros sectores de la población. Como ya
lo hemos mencionado, los negros representan a comienzos del siglo un sector
importante de la población y marcan con su fuerte presencia algunos barrios
de la capital. Grandes músicos, cantantes y bailarines son ellos, podríamos
decir, la columna vertebral de esta música popular de la costa y la primera
sorpresa puede venir de ahí. Encontramos bastante pocas composiciones
donde los negros aparecen en las letras de las canciones. Las que hemos
podido registrar en El Cancionero de Lima o en La Lira Limeña tienen, a pesar
de todo tendencias comunes y reproducen los fuertes prejuicios vigentes en
la época. Como en el caso de los asiáticos, usan siempre una forma indirecta,
utilizan siempre el sesgo de lo cómico, del humor.
131
Gérard Borras
Así, bajo un aspecto aparentemente fútil y anodino aparece la cuestión de las
relaciones entre individuos, marcada por el peso del racismo, del color de la piel.
El Tango del Zepelín9
Mi amita soy Zepelín
usté no me ha de querer
porque soy del color de ollín
pero, qué vamo a hacer.
Evidentemente la parodia del acento forma parte de la panoplia clásica de este
costumbrismo que se ha observado en las composiciones precedentes. El otro
tema privilegiado de la caricatura de los negros es el baile. De este se burlaba
el tango Taco-taco publicado varias veces en El Cancionero de Lima10:
Es de reírse que los negros de Malambo
en lugar de marinera bailan tango,
que, en vez de gracia, con gran lisura
lo han convertido en movimientos de cintura.
Este tango caricatural será retomado en el número 345 con una reformulación
que esta vez se retira la máscara y dice las cosas con una violencia inaudita a
pesar del tono humorístico buscado por el autor del texto:
Los negros de Malambo11
I
Voy a contarles que los negros de Malambo
han aprendido bailes de alta aristocracia
que con lisura en vez de gracia
ejecutan movimientos de cintura.
esto demuestra que los negros sus costumbres
aunque quieran no la pueden olvidar,
y aunque les cause mil pesadumbres,
a los blancos nunca pueden igualar.
El Tango del Zepelín. Cantado en el Cine Royal por Abel Almeida. El Cancionero de
Lima, n.o 343.
10 El Cancionero de Lima, n.o 329.
11 Publicado en El Cancionero de Lima, n.o 345 con el comentario: «Tango de actualidad
Letra de Juan Chávez Sánchez y música de Tacotaco.
9
132
El vals: un espejo de múltiples facetas
II
Unos cafringos me causaron irisión
cuando el tango comenzaban a bailar
que con guitarra y con golpes de cajón
versos sin son ni ton empiezan a cantar:
-oiga ña Pepa, quiérame como yo a uté
-Señó don Tito, de esa agua no ha de bebé
poque a mi me gutan lo branquito
yo no quiero negro como uté.
III
La sartén le dijo a la olla
retírate y no me manches
un caso igual fue el que llegó a suceder
cuando ña Pepa al señó Tito despreció
pues la negras pretenciosas
blancas se quieren volver;
ignoran sin duda que le cangrejo
aunque llegue a viejo
camarón no ha de ser.
Disponemos aquí de un increíble concentrado del racismo del que los negros
eran objeto en esta sociedad peruana de comienzos del siglo y ahí percibimos
nítidamente el tufo de las teorías de la desigualdad de las razas tan apreciadas
por un Gustave Le Bon o un Arthur de Gobineau. Los negros son incapaces,
forzosamente inferiores a los blancos, pretenciosos desde luego y para colmo
de males su música no es sino «golpes de cajón» y los versos de sus canciones
son «sin ton ni son». Para completar esta visión de los negros que reproduce la
canción criolla, se podría mencionar este festejo que se pretende un monumento
humorístico pero que no puede esconder las representaciones de los «otros» las
mismas que emplea como lo anuncian sin ambages los dos títulos:
Las negras huelen a ruda12
(…) que toditas las mujeres
tienen abajo el sobaco
un olor a cara pulca revuelto con el ajiaco.
(…) que las negras huelen a ruda
las zambas a cocolón,
Ruda: hierba de olor desagradable. Este texto fue publicado primero por El Cancionero
de Lima n.o 831 con texto principal y «su contestación». Será retomado en el número 75
de La Lira Limeña pero con un solo texto.
12
133
Gérard Borras
las cholas a queso fresco,
las blancas a requezón
las chinas y las injertas
a chalona y a chicharrón
y toditos los hombres a pura malva de olor.
Los negros huelen a grajo
(…) Que toditos los hombres
tienen abajo el sobaco
un olor a vinagrillo
revuelto con amoniaco.
(…)
Los negros huelen a diablos
los zambos a salchichón,
los cholos a chicha fuerte
y los blancos a jamón.
Los gringos a… valeriana
los macacos a ratón…
y todos los borrachitos
a puro tabaco y ron.
Solo faltaba la alusión a los olores para completar este retrato de las poblaciones
negras. Así se completa el rompecabezas de las representaciones vigentes en
esta sociedad limeña de comienzos de siglo. Aunque enunciados de manera
humorística, se percibe nítidamente la trama mucho más seria que origina su
formulación.
El último grupo representado en la canción popular de la costa es el de los
indios, de los «serranos». En este campo las tendencias observadas son diferentes
de los dos casos anteriores, porque era difícil asociar espontáneamente al
«indio» con el humor, con lo cómico. Muy al contrario, desde la Conquista el
indio está indisociablemente ligado a la tristeza, como si fuese genéticamente
melancólico en el sentido etimológico del término. Numerosos textos llevan la
marca de esta representación sobre todo en este periodo donde lorecen textos
literarios marcados por el costumbrismo o el indigenismo (Borras, 2001).
Esta visión del indio contra la cual se sublevaba José María Arguedas13, es
134
Él recordaba que esta tristeza, este dolor cósmico, era consecuencia de la terrible
explotación de la cual era víctima y no de una predisposición natural.
13
El vals: un espejo de múltiples facetas
ampliamente retomada por las músicas y las canciones difundidas en la costa.
Primero de manera implícita: el yaraví es «la» música de la sierra presente en
la costa, antes que Leguía y su Patria Nueva favorezcan la llegada de otras
músicas con ocasión del festival de Amancaes. Igual que el triste, su variante
más occidental de la costa o del norte del país, el yaraví es el género privilegiado
de la tristeza y del dolor, sin que por eso fuese necesario añadirle letra. Aun
cuando el yaraví será objeto de un muy interesante proceso de adaptación
que permite la construcción de la identidad de las elites arequipeñas, sin caer
en la caricatura se puede proponer la ecuación siguiente: yaraví = tristeza =
sierra = indio.
Encontramos también su huella en los textos publicados en las revistas y
los cancioneros pero también en las canciones grabadas en discos y hay que
confesar que el título Indio alegre grabado por la Orquesta Internacional14, no
es absolutamente representativo de una corriente que daría una visión alegre
del indio. Uno de los grandes estandartes de esta vena musical que asocia al
indio con la tristeza es Cuando el indio llora, del célebre compositor Carlos
A. Saco, gran igura del mundo de la música en Lima a juzgar por el número
de sus composiciones que conocerán un destino internacional15. Este tema
tuvo un éxito inmenso y su grabación por Los Castilians16 le dio aún mayor
prestigio en la sociedad limeña.
Cuando el indio llora17
Camel trot incaico
Son los rayos del sol
luz y vida en el ser
herencia paternal de amor y fe
de la tribu imperial.
Cuando el sol oculta su ardiente esplandor
es cuando el indio llora trémulo de dolor
y convierte su llanto en notas de quenas
Disco Victor TM de Alfredo Matos, 79230-A.
Es uno de los pocos compositores peruanos de los medios «populares» que verá sus
melodías grabadas por grandes empresas internacionales.
16 Los Castilians, Brunswick n.o 40960. Carlos Leyva da esta valiosa indicación: «Cuando el
indio llora tuvo mucha popularidad, entre otras razones porque su música fue difundida
en rollos para pianola, los cuales eran (¿producidos?) vendidos por la casa Brandes (Diario
El Comercio, Lima, 15/03/1925) (Leyva Arroyo, 1999: 24).
17 El Cancionero de Lima, n.o 954.
14
15
135
Gérard Borras
muy grande es su dolor
el indio gime por su rey y señor.
la aldea duerme y ya todo es bonanza
el sol no alumbra y sus luces se han ido
en el silencio de las noches sin estrellas
el indio llora, el indio gime por su dios.
Estamos en plena oleada de lo incaico, movimiento que exaltaba las virtudes
del imperio y hacía poco caso a los indios «bien reales y vivientes» que seguían
siendo para muchos una entidad abstracta. El texto de la canción transmite
los clichés más gastados que tenían bastante vigor en la época: el indio es
triste y toca con su quena el sempiterno dolor de la pérdida del esplendor
pasado. El indio ha permanecido inmóvil congelado en el tiempo. Es un ser
de dolor, incapaz de superar este estado biológico.
Otro tema que transmite representaciones similares conoció gran éxito en los
años 1930, se trata de Lamento indio. Pero el tratamiento textual de la idea de
la tristeza es mucho más fuerte e insistente que el de la composición anterior.
Lamento indio18
canción de gran éxito
Hay en el indio la queja doliente
que su desdicha en el rostro dejó,
queja nacida en su mente alma ferviente
como un lamento que el viento llevó.
Siempre cruzando un sendero de espinas
llevando siempre su triste canción
es una raza que lleva en su ruina
el desconsuelo de su corazón.
En su destino vivir irredento
sin esperanzas, sin fe, sin amor,
sólo comprende sus penas el viento
a quien le canta su eterno dolor.
Hay en el indio la queja sentida
que él en su pecho quisiera ocultar,
queja ininita que lleva su vida
con la amargura de su gran penar.
136
18
El Cancionero de Lima, n.o 1044.
El vals: un espejo de múltiples facetas
Desde la sierra se escucha su canto
lleno de pena y profundo sentir
y en la espesura se esconde su llanto
como un secreto de inmenso sufrir.
El campo léxico utilizado es por sí solo elocuente: la palabra Queja es repetida
cuatro veces pero acompañada de adjetivos evocadores: queja doliente, queja
ininita, queja sentida. La vida del indio es en realidad un sufrimiento
permanente, un verdadero via crucis que los términos de la canción intentan
traducir: desdicha, lamento, triste canción, ruina, desconsuelo, penas, eterno
dolor, canto lleno de pena, profundo sentir, eterno sufrir. Pero más allá de
la tristeza hay ideas más inquietantes que la canción precedente deja ya
trasparentar. Los indios son una «raza» que ha llegado al inal de su ciclo
de evolución y está «en ruina». Por eso su vida «sin esperanzas, sin fe, sin
amor». Encontramos aquí la inluencia nítida de las teorías de la psicología
social que tendrá tantos émulos entre las elites de los países andinos19. En la
misma época un intelectual peruano no dudará en escribir: «el indio no es y
no puede ser sino una máquina»20. Lo que difunden estas canciones es pues
una imagen, una representación del indio. Pero que es la de ciertos sectores
sociales que parecen ignorar casi todo de la realidad cultural y social de los
indios tal como viven en carne y hueso en la sierra del país a pesar de lo que
parece evocar este canto «de reencuentro» entre la pampa y la puna.
Alcides Arguedas será por ejemplo un ferviente admirador de Carlos Bunge, el autor de
Nuestra América. “Ensayo de psicología social” (1903).
20 El texto completo es espantoso: «El Perú debe su desgracia a esa raza indígena que ha
llegado, en su disolución psíquica, a obtener la rigidez biológica de los seres que han
cerrado deinitivamente su ciclo de evolución y que no han podido transmitir al mestizaje
las virtudes propias de razas en el período de su progreso. Es doloroso reconocer este
hecho, pero es necesario reconocerlo para plantear el problema de la educación indígena
dentro de los términos que la experiencia ofrece. Está bien que se utilice las habilidades
mecánicas del indio; mucho mejor que se ampare y deienda contra sus explotadores de
todas especies y que se introduzca en sus costumbres los hábitos de higiene que carece.
Pero no debe irse más allá, sacriicando recursos que serán estériles en esa obra superior
y que serían más provechosos en la satisfacción urgente de otras necesidades sociales. El
indio no es y no puede ser sino una máquina (Deustua, 1937)».
19
137
Gérard Borras
La Pampa y la Puna21
Triste incaico
del maestro Valderrama
éxito en radios y teatros
Desde mi pampa querida
salté a la cordillera,
linda joven andina
porque en tu voz divina
gime la primavera...
Y al ver que así
me has vencido
con la atracción de la quena,
yo amoroso te he traído
mi canto querido
más amargo que tu pena
de virgen del sol.
Linda ñusta del Perú,
tienes la virtud
de encadenar a tus pies mi corazón;
y en el ritmo cadencioso
del canto querido,
prende de un llanto divino
la nueva emoción.
Otras canciones serán publicadas (algunas grabadas en discos) entre 1920 y
1935 y abandonan la cantinela de la tristeza para evocar nuevas temáticas.
Ya no son un discurso —pretendidamente— elaborado, construido por los
indios. La forma más común es la del diálogo como en el ejemplo que sigue:
Cachachay22
Cachaspare
Toda la noche me tienes
como il pata la lagona
estirando la piscuezo
sin esperanza ningona.
Cachachay cachachay, cachachay
138
To no me quieres Marea
Lo mesmo que como yo
llorando de noche y dea
por te sospirando estoy.
Cachachay cachachay, cachachay
21 El Cancionero de Lima, n.º 1044. Este tema fue un inmenso éxito y sigue siendo ahora
uno de los grandes clásicos de la música peruana.
22 El Cancionero de Lima, n.º 303.
El vals: un espejo de múltiples facetas
To eres on indio motoso
qui no me gosta a me
tengo un huayroro buin mozo
mas parecedo que te.
Cachachay cachachay, cachachay
Cuando los dos nos casimos
un chaqueteto tindrás
y los dos cargarimos
cuando si ponga a llorar.
Cachachay cachachay, cachachay
Yo no te quiero choleto
porque eres moy golpiador
yo ti guardaba el secrito
no quiero golpis y amor.
Cachachay cachachay, cachachay
Con tos belletes rotosos
mi vienes a enamorar
me gostan soles lostrozos
para podirlos guardar.
Cuando ti saques a enamorar?
me gostan soles lostrosos
para podirlos guardar.
cuando ti saques el suirte
seré entonces to mojer
te segueré hasta la muirte
se no me haces padicer.
Cachachay…
Los actores del diálogo son indios como parece indicarlo el género musical
utilizado23. Pero no se expresan en su lengua materna, el quechua. El compositor
de la canción los hace hablar en un español «motoso» supuestamente para
reproducir los defectos de pronunciación de los serranos que hablan la lengua
de Cervantes. Aquí, el ejercicio evidentemente está llevado al exceso, hasta a
la caricatura, para provocar, se supone, la hilaridad de aquellos que poseen la
«norma»: los oyentes hispanohablantes de la costa. Pero la canción va más allá
retomando imágenes que no dejan duda sobre las intenciones del letrista. Él
representa aquí la idea que muchos sectores tienen de la relación amorosa en
los indios. La violencia de las relaciones es uno de los clichés más frecuentes
(eres muy golpeador, no quiero golpes, quiero amor) así como el machismo
que la acompaña:
Cuando los dos nos casimos
un chaqueteto tindrás
y los dos cargarimos
cuando si ponga a llorar.
No es necesario decir que nadie cree en semejante promesa. Estas imágenes
van con la idea según la cual los sentimientos no son cosa importante y que
los indios, las indias sobre todo en este caso, serían mucho más apegadas a la
venalidad que a los sentimientos amorosos en sí.
23
El kacharpare es un canto de adiós tocado sobre todo por las poblaciones indias.
139
Gérard Borras
Con tos belletes rotosos
mi vienes a enamorar
me gostan soles lostrozos
para podirlos guardar.
Cuando ti saques el suirte
Seré entonces to mojer
Te segueré hasta la muirte
Se no me haces padicer.
Estas dos estrofas transmiten otros prejuicios: la tontería del indio, que preiere
piezas muy brillantes a los billetes «sin valor» y su supuesta avaricia. Ninguno
duda que la canción debió provocar la hilaridad de muchos habitantes de
la ciudad. El hecho que el letrista haga alusión a estos temas prueba que
él los conocía como formando parte de las representaciones vigentes en la
población de la capital, y de esta suerte, utilizándolas, asumía el código de
comunicación y hacía posible el éxito de su canción. La búsqueda minuciosa
permite sin embargo tener acceso a otras representaciones del mundo
indígena. Las violencias que sacudían la sierra, el compromiso político de
algunos partidos en su favor favorecían otra lectura de la realidad y el empleo
de imágenes muy diferentes (Piel, 1982). Es lo que se puede leer en los textos
compuestos por los poetas obreros de los círculos anarquistas de Lima:
El indio rebelde24
El sol es del indio el Dios
Porque al darle su luz
Dora el fecundo trigal
Que es pan y amor.
Sufrir la injusticia es hoy
Para el indio un deber:
Pero él espera con fe
Su redención.
Por eso lucha con afán
Contra el gamonal:
Quiere que tenga ya in
El dogal del feodal.
Su voz él levanta hasta el Sol
Que le infunde valor
Para poder conquistar
140
24
Citado por Leyva Arroyo (1999: 44).
El vals: un espejo de múltiples facetas
Su libertad
Rebelde el indio ya no quiere ser esclavo
Porque él hoy sueña con la Nueva Sociedad
De los libres productores de la tierra
Que ya no sufren los rigores del Capital
Ya no añora de los incas el [XXX]
Ya no quiere ser siervo de…[XXX]
Hoy él lucha contra todos
Hoy él reclama para [XXX]
El indio es un rebelde. Ya no añora a los incas. El indio inmóvil y pasivo ha
desaparecido (ni una sola expresión menciona la tristeza genética del indio)
y puede ser un actor de la lucha contra las fuerzas que lo dominan. Este
género de texto hace recordar algunos pasajes de Horas de lucha de González
Prada. Pero cabe reconocer que estas canciones no entraban en los circuitos
de difusión que se habían instalado en Lima. Este género de canción nunca
integrará las páginas de un cancionero ampliamente difundido o los surcos
de un disco.
La mayoría de las canciones que hablan «de los indios» validan esta idea de
la distancia y en cierta medida del desconocimiento entre este mundo de la
costa y el de la sierra donde vive una mayoría de indios. En la costa, estos
habitantes de la sierra parecen no existir sino a través de los clichés que la
canción contribuye a transmitir, lo que deja entrever la magnitud de las
transformaciones que producirá la masiicación de la migración sierra/costa a
partir de los años 1940.
2. Seamos serios: «el amor, siempre el amor»
La imagen del vals criollo está aún en nuestros días estrechamente asociada a
la de los creadores y artistas que lo hicieron nacer y lo interpretaron. En este
panteón bien poblado, las intérpretes femeninas tienen un lugar preferencial.
Desde la mítica Limeñita de los años treinta25 cuyo recuerdo está aún vivo,
numerosas mujeres dieron al vals sus cartas de nobleza. Pensamos desde luego
en Jesús Vázquez, una cantante cuya voz y belleza embrujaron a más de un
Rosa Ascoy formó con su hermano Alejandro uno de los primeros dúos mixtos de
la historia del vals: La limeñita y Ascoy. Grabaron varios títulos para la RCA Victor de
Santiago de Chile: Dime que sí, Ojazos negros, Cristal Herido, Cruel dolor…
25
141
Gérard Borras
criollo, en Chabuca Granda, verdadero emblema nacional. Pero la lista de
las celebridades —compositoras o intérpretes—es bastante impresionante
y sería difícil citarlas a todas: Esther Granados, Amparo Baluarte, Seraina
Quinteros, Lucha Reyes, Delia Vallejos, Teresa Vásquez, Eloísa Angulo,
Rosita Passano, Alicia Lizárraga, Clara Aguilar, Luisa y Juana Estrella (Las
Estrellitas), Las Criollitas (Hermanas Polo), Alicia Maguiña…26
Sin embargo esta presencia femenina es un fenómeno relativamente tardío.
Se puede decir que hasta mediados de los años 1930, la canción criolla es
compuesta y cantada casi exclusivamente por hombres27. Esto no deja de
tener incidencia sobre las representaciones que expresan estos creadores.
Porque si bien son hombres los que cantan y componen, es la mujer, quien
está en el corazón de las preocupaciones. El vals, la polca y la canción criolla
en general, como los otros géneros populares que les son contemporáneos (el
tango, el son, el bolero, la ranchera, etc.) hacen de la relación amorosa un
tema mayor.
El análisis de un abundante corpus de canciones permite determinar muy
nítidamente dos polos. Por un lado, el amor-felicidad, «el eros-eros», la
exaltación de la mujer que transporta de arrobo, el enamorado estremecido,
por otro lado «el eros-hanatos», este amor desesperado en el cual el hombre
no es sino el juguete de los designios forzosamente péridos y mentirosos
de la persona amada. Ahí también, en apariencia, no hay originalidad y se
podría dibujar sin problema contornos similares para otros géneros populares
en Hispanoamérica. Sin embargo, recurriendo a imágenes comunes a otros
géneros, la canción popular de la costa y el vals criollo en particular construyeron
progresivamente un universo muy particular de la relación amorosa.
En su obra Historia y belleza del criollismo, Oscar Flores Calderón, propone en 1991
una lista de 103 artistas femeninas (1991: 106-107).
27 Gracias a la magia de los discos hemos podido encontrar la huella de dúos femeninos
como las Hermanas Gastelú, las Hermanas Anselmi y las Hermanas Arata. Actualmente el
gran público las ha olvidado. Sin embargo, grabaron varias placas con la Victor TM en
los años 1920 y contribuyeron a la historia de la canción criolla (cf. Catálogo de la Victor
TM, 1925, tomo 2: 364). Hay que darle un lugar a parte a Rosa Mercedes Ayarza quien
se interesó muy pronto en las expresiones musicales populares e hizo un notable trabajo
de salvaguarda recogiendo numerosas melodías y canciones de los sectores populares
de la costa. Algunas de estas melodías (pensamos en el pregón La Picaronera) han sido
retomadas por artistas como Cecilia Barraza (véase CD).
26
142
El vals: un espejo de múltiples facetas
2. 1. Lima y las limeñas
Numerosas canciones que proponen una visión feliz de la relación sentimental
hacen de la limeña un arquetipo de belleza y de espíritu, siempre presta
a seducir y hacer perder la cabeza al común de los mortales28. No se trata
de la «peruana», término que podría designar a personas cuyo origen sería
impreciso. Limeña, al contrario, deine claramente una identidad que no
puede ser confundida con la de la serrana ya que cuando (muy rara vez) esta es
cantada se la nombra como tal: Pinglo cantaba Mi linda serranita. La limeña
no es tampoco una proletaria de la costa. El término deine implícitamente
un estatus social, una manera de ser, de comportarse, lo que excluye de la
denominación a muchas habitantes de la capital. La pobre obrerita29 del
célebre vals de Pinglo vive, sin duda, en la misma ciudad que Princesita o
la aristócrata de El plebeyo, pero no es una limeña. Sus tareas que la ocupan
«noche e día por salvar de la tragedia» no le dejan tiempo de deambular por
las calles, y de seducir a un príncipe encantador. No lleva en ella esta gracia
innata, este encanto que embruja y que numerosas canciones han celebrado:
Las Limeñas30
I
Las limeñas son mujeres
de carácter muy sensual
son alegres y coquetas
y de encantos sin igual.
En sus labios están presas
las sonrisas del amor,
son sus ojos hechizeros
brilladores como el sol.
Son las mujeres de aquí
como una encantada lor
de madrigales de amor
y de ensueños de rubí.
II
Bienvenidas e insinuantes
que luciendo el talle van,
todo Lima las admira
«Desde luego, ronda en muchos valses el arquetipo de la limeña, tomado para
la circunstancia al costumbrismo de Ricardo Palma. Se trata de una mujer llena de
quintaesencia, a quien se ha atribuido solo espíritu y belleza y ella misma sale directamente
de este Perú travestido, esta Arcadia que será denunciada vigorosamente por Salazar
Bondy; ¿es necesario decir que ella constituye el más bello ornamento de lo que algunos,
a pesar de los repetidos testimonios de muchos viajeros de los siglos pasados, se obstinan
todavía en designar, según un cliché tan gastado como engañador, como la «perla del
Pacíico»? (Christian Giudicelli, 2000). Sobre este tema véase el capítulo VI de Lima la
horrible de S. Salazar Bondy (2002 [1964]. «De la tapada a Miss Perú».
29 Texto completo, p. 441.
30 Publicado en el n.o 100 del Cancionero de Lima con las siguientes indicaciones: «Vals de
moda letra de Serafín Olivares. Música de La Princesita del dólar». Texto completo, p. 312.
28
143
Gérard Borras
y las sigue con afán.
Son muy inas y arrogantes
de un semblante embriagador
con perfumes excitantes
como una encendida lor.
Son las mujeres de aquí....
En este género de composición encontramos todos los clichés de la literatura
barata: la mujer sensual de guiño asesino, de talle perfecto, con perfumes
excitantes… Pero sorprende constatar la unanimidad en torno a esta idea
que quiere que Lima, que en sí ya es el paraíso sobre la tierra, «genere» la
perfección hecha mujer: «No sé qué encanto posee la tierra mía/Será quién
sabe el embrujo de sus mujeres» canta Embrujo de Luis Abelardo Núñez. Y
Felipe Buendía quien irma un largo poema en honor de la Ciudad de los
Reyes se interroga:
Amor a Lima31
(…)
Y las Limeñas? Preguntar
si beldad mayor se encierra
en el cielo, o en la tierra,
o en otra parte o lugar.
Indudablemente se debe ver en ello la voluntad de retomar conianza en esta
época de despiadada competencia por la belleza, porque cierto número de
valses vienen a recordarnos que las limeñas tienen rudas competidoras en
otras capitales símbolos del erotismo y de la seducción. La parisina primero,
porque en esta época, los encantos de la «francesa» han dado la vuelta al
mundo, y además, todo lo que viene de la «Ciudad Luz», de la «Ciudad
Mundial», del «Centro del Mundo», de la «Ciudad de las Ciudades» (Dugast,
2001: 78), está revestido de un aura de maravilloso. Uno de los grandes
clásicos del vals criollo de comienzos del siglo fue El Parisién:
El Parisién32
En Francia hay un París y el él
Se rinde un culto al dios Amor,
Ésa es la tierra del placer
Donde reina la mujer
Con todo su esplendor.
Largo texto de Felipe Buendía publicado en el n.o 41 del Cancionero de Lima. La
versión integral es reproducida en la página 332.
32 Eleazar Valverde, 1997, vol. 1: 39.
31
144
El vals: un espejo de múltiples facetas
Pero la vuelta del siglo consagró otros lugares de esplendor y cultura. Viena,
donde se baila el vals, no lo olvidemos, es un centro de la cultura europea
que rivaliza con París, y la ciudad y sus habitantes marcaron muchas mentes.
Las vienesas33
Vals de moda música
de Parisino
Son las mujeres vienesas
arrogantes y hermosas,
amables y cariñosas
el rival de las francesas;
en sus ojos centellea
el amor más encarnado
y son lor de primavera
y sus labios sonrosados.
En el vals son un encanto
danzan cual mariposa,
y arrulan con dulces cantos
con sus notas harmoniosas.
Son amantes de la lira
la poesía y el amor
y son las damas vienesas
puras y fragante lor.
Las limeñas salvan el honor y están pues en buena compañía en este panteón
del amor, de la gracia, de la seducción. Si París y Viena son paraísos del amor
feliz y fácil, no podía ser de otra manera en La Perla del Pacíico que, ella
también, tiene mil atractivos que hacer valer.
Amor a Lima34
Todo el que quiera llegar
del placer hasta la cima,
no tiene más que pisar
esta capital de Lima.
Lima, ciudad de los reyes,
perla del mayor océano,
tu poder es soberano
inexorables tus leyes.
Lima, bella y seductora,
depósito de delicias,
do se sueña con caricias,
ignoradas hasta ahora.(…)
Basta con proseguir la lectura de este catálogo de los placeres de la ciudad
para rendirse a lo evidente, Lima en realidad no tiene parangón sobre la tierra
e incita al amor y al placer de los sentidos:
El Cancionero de Lima, n.o 95. Texto completo, p. 313.
34 Cf. texto completo, p. 332.
33
145
Gérard Borras
Deber de cada peruano
pero deber especial
de venir tarde o temprano
a esta hermosa capital
y contemplar sus portentos,
adivinar sus placeres,
adoradas sus mujeres (…)
los sentidos enajena
y extingue todo pudor.
Este excesivo calor
que a los placeres incita…
Se comprende mejor entonces la desesperanza de aquellos que no han tenido
todavía la suerte de conocer este edén:
«Y por Lima... como no!
lloran y se desesperan
y por ver a Lima, dieran
todo lo que Dios les dio.
El vínculo entre Lima, belleza, amor sin nubarrones, es pues unos de los
tópicos de la canción criolla. El gran maestro del vals, Felipe Pinglo, salpicará
sus textos con algunas evocaciones que no dejan dudas sobre el carácter
«obligado» de la formulación:
El volante35
puedo en Mercaderes muy bien admirar
los rostros angélicos de cada mujer
hija de esta Lima bella y colonial.
La ciudad, forzosamente colonial, genera la belleza y la perfección hecha
mujer. El mismo autor celebrará la gracia y el amor de las limeñas en dos
canciones, que sin brillar por la calidad de la composición, conirman, si
fuese necesario, las evidencias.
146
35
Texto completo, p. 335.
El vals: un espejo de múltiples facetas
Ven acá Limeña
Polca
Ven acá limeña que mi anhelo
es el gozar por ti
tu belleza es muy tradicional.
Ven acá limeña que mi anhelo
es el gozar por ti
linda limeñita no seas así
Tu pie de arlequín bello es
cuerpo de muñeca,
bello rostro encantadora faz.
Al verte yo así mi bien
con tanta beldad sin par
¡Vivan las limeñas!
su gracia y su andar.
Ven, limeña, linda lor
dejame tu amor gozar
que dueña de mi querer
feliz eres sin igual.
Las Limeñas
Polca
A bailar con buen humor
gozar del dulce amor
los claveles y las rosas dan
perfume embriagador
las limeñas cuando bailan
son bonitas por demás
todas ellas en conjunto
forman un ramo primaveral.
dame un beso morenita
en el jardín de la ilusión
en tu negra cabellera
yo pusiera mi corazón.
Los limeños, además, parecerían estar colmados, porque varias canciones
como la que transcribimos, muestran, que en amor, en esta Lima de comienzos
de siglo (aproximadamente 1910), todo es simple y fácil:
Polka de moda36
letra y música de Cisto Osorio
dedicada a su amigo Lazo
Al pasar por el puente
vi a una chiquilla,
la enamoré, la tomé de la mano
y a su casa la llevé.
La dije niña ven
vente conmigo a gozar,
las caricias de mi corazón
que seremos dichosos y felices.
Si quieres que te coja
la linda lor del jardín,
marchemos juntitos a buscarla
y no volveremos hasta morir.
36
El Cancionero de Lima, n.o 42.
147
Gérard Borras
Cómo cerrar esta parte sobre el amor, Lima y las limeñas, sin evocar uno de
los más bellos textos del vals criollo, atribuido a Manuel Covarrubias, tan
lleno de carcajadas de felicidad y de frescura que no deja de sorprendernos:
Ocarinas37
Y tus locas carcajadas,
carcajadas juveniles,
traen dulces alboradas,
traen aromas y pensiles;
traen alegres tintineos,
de campanas los gorjeos,
los gorjeos de campanas
de tu risa fresca y sana,
de campanas los gorjeos
de tu risa fresca y sana.
En efecto, el lector y el oyente de canción criolla deberá desengañarse,
bastante rápidamente, si se puede decir. Las composiciones que anteceden
dibujan una relación hombre/mujer exenta de tensiones o más exactamente
de conlictos. La relación es feliz y sin ningún nubarrón. Además, todo ahí
es supericialidad, todo parece ligero, fácil y frívolo y obviamente no es
casualidad si buen número de estas canciones son puestas en música en un
ritmo de polca, cuya estructura binaria y cuyo tempo generalmente rápido
sirve bien para lo que el texto desea expresar. Pero es solo un aspecto de la
relación hombre/mujer y hay que destacar que la presentación que acaba
de ser hecha no debe engañar al lector. La imagen de la relación amorosa
feliz, fuente de felicidad y de placer, es muy ampliamente minoritaria en la
canción de inicios del siglo XX. Si a veces el desacuerdo y las diicultades de la
relación conyugal o amorosa son tratados bajo la forma de burla, esto ocurre
solo muy rara vez38. Generalmente, los textos toman acentos increíblemente
dramáticos y tristes y la inmensa mayoría de las letras están marcadas con el
hierro candente de la decepción, del fracaso, del dolor y de la desdicha. Se
podría ver en ello la supervivencia de una imagen romántica de la función del
poeta como lo canta además un vals de comienzos de siglo:
Texto completo, p. 303.
Los textos como «El zapatero celoso» (anónimo de la Guardia Vieja) que tratan el
conlicto bajo la forma de burla son bastante escasos y están claramente inluenciados
por la farsa propia de ciertas zarzuelas.
37
38
148
El vals: un espejo de múltiples facetas
La pasionaria39
(…) Aquí está la pasionaria
lor que cantan los poetas.
Los poetas cuando cantan
Cantan penas y tristezas.
Parece sin embargo que la naturaleza misma de las imágenes empleadas
merece una lectura más minuciosa que permita calibrar mejor los roles y las
actitudes de los diferentes actores.
2. 2. La mujer dominadora
Con su mordaz ironía, Salazar Bondy escribe que «las limeñas atraen para
devorar (F. Dabadié) han decretado, en diversos tonos, los viajeros que fueron
capaces de eludir la trampa matrimonial y un refrán popular consagra que
Lima es paraíso de mujeres, purgatorio de hombres e inierno de maridos» (Salazar
Bondy, 2002 [1964]: 74). La relación con la limeña sería entonces un poco
menos idílica de lo que dejan entrever las cantinelas ligeras que acabamos
de mencionar. Steve Stein precisa algunas características de esta relación
amorosa:
«La mujer es siempre la igura más poderosa en la canción, debido a
la belleza o al embrujo que ejerce sobre el hombre. Aunque el macho
se siente profundamente herido por no ser su amor correspondido,
su dolor rara vez se convierte en ira o rebelión. Y en vez de culpar a
la hembra por su desdeñoso rechazo, parece adquirir mayor respeto
por su superioridad, echándose la culpa a sí mismo o al destino por el
fracaso de su relación» (Stein, 1982).
Algunos elementos del análisis propuesto por Stein nos parecen exactos. Pero
la revisión de un amplio corpus de textos permite sin duda matizar varias
airmaciones. El primer punto es indudablemente el que menos dudas causa:
el hombre peruano no tiene una posición cómoda en la relación amorosa.
Lejos de ser el «macho» dominador intransigente y enérgico que se encuentra
fácilmente en el tango y sobre todo en la ranchera, por ejemplo, el enamorado
del vals criollo aparece frecuentemente como el juguete de la voluntad y de
39
Texto completo, p. 302.
149
Gérard Borras
los deseos femeninos. El vals rebosa de ejemplos que muestran a un hombre
a los pies de su bien amada, a quien reclama a menudo con la energía de la
desesperanza, señal de la posición dominadora de la mujer que puede otorgar
o rechazar sus favores:
La fe verdadera40
Porque en verdad te quiero
y te amo con pasión,
a Dios en mi oración
imploro tu bondad.
porque eres mi esperanza
el ídolo de mi alma
la virgen a quien clama
mi corazón piedad.
Mujer adorada41
Ven, adorada mujer,
que mis ojos vierten
lágrimas de amor.
Un abrazo quiero darte
porque el adorarte
ha sido mi ilusión.
Si es que tienes corazón
compadécete de mí,
que mis sentimientos ay, ay, ay,
son muy buenos para ti.
Vuelve el amor a tu ser,
no desdeñes la pasión,
que mi alma enamorada
Tan sólo piensa en ti.
Pero esta posición que el hombre parece tolerar e incluso a veces apreciar (la
mujer es ídolo, imagen adorada, tierno ángel querido, etc.) no es sino un aspecto
de un mundo sentimental alegórico donde la inspiradora cae pesadamente de
su pedestal. Y esa es sin duda una de las características, una originalidad, del
vals criollo, el mismo que elabora a lo largo de los couplets y de los refranes
una sorprendente imagen de la relación sentimental y de la mujer en la que el
enamorado es un poco menos pasivo de lo que dejaba creer Steve Stein.
150
40
41
Texto completo, p. 299.
Texto completo, p. 302.
El vals: un espejo de múltiples facetas
Si la mujer tiene una posición dominadora, incluso altiva, no por ello tiene la
mejor situación en la jerarquía de los valores morales. El hombre es quizás el
que espera y reclama, el que es rechazado pero en él encontramos honestidad,
rectitud, constancia, probidad, pureza de sentimientos teñida a veces de
grandeza de alma:
La fe verdadera
Con la fe verdadera
del alma noble y pura,
con íntima ternura
mi amor te consagré;
te dije que era tuyo,
te dije que te amaba
que sólo en ti pensaba
y así lo cumpliré.
Quejas
En silencio me quejo y suspiro,
pero a nadie le cuento mi mal.
Yo reprimo este cruel sufrimiento
y me canso de tanto esperar.
¡Anda ingrata, mal agradecida,
que amor noble no has sabido pagar!
La mujer parece distanciada de estas virtudes. Incluso parece ser su simétrico
opuesto como lo canta un vals de Pinglo:
Amor Iluso
Te adoré con delirio, con fe,
creyendo que pudieras comprender
que mis nobles acciones
correspondieran a tu falso querer.
Y si por casualidad se destaca su nobleza, es para acentuar mejor un estatus
social y su incapacidad de amar al hombre sincero. A lo largo de las canciones
con bastante nitidez se dibujan constantes. Primero, la mujer es ingrata como
lo canta además un vals cuyo título —Ingrata— no es ambiguo:
151
Gérard Borras
Mujer ingrata42
Mujer ingrata, sin corazón,
me has engañado sin tenerme compasión;
yo te quería y fuiste iniel,
pero nunca olvides que me las pagarás,
ingrata mujer.
Perdón43
a los brazos de una ingrata me entregué
Así es mi amor44
Cuántas veces te he llamado
y no me has oído,
me has engañado como has querido;
ahora que me ves enfermo
me abandonas
así eres tú, así eres tú.
Traición45
De nuevo a tu ventana con mi guitarra llego
mas no para cantar como antes te canté
recordarte vengo tus juramentos vanos
y a reprocharte, falsa, tu ingrato proceder.
Una vez más, hay que insistir sobre el sentido de esta representación. La
ingratitud es pues el defecto de quien no sabe o no quiere reconocer los
gestos, las actitudes positivas, la generosidad del otro. En el vals, detrás de
la ingrata tantas veces denunciada, en positivo, hay que observar al hombre
generoso y pródigo. Otro tema recurrente es la incapacidad de la mujer para
ser sincera. El hombre es la víctima permanente de sus mentiras, una suerte
de títere con el que ella juega, aprovechando su candor, su ingenuidad.
Texto completo, p. 303.
Texto completo, p. 304.
44 Texto completo, p. 287.
45 Texto completo, p. 319.
42
43
152
El vals: un espejo de múltiples facetas
Como la rosa en botón46
Tus miradas de ternura
han sido falsas para mí
La Pasionaria
Me dicen que no me quieres
a mí que tanto te amaba;
me dicen que me abandonas
y yo no les creo nada.
Ilusiones muertas47
Si tú no me querías
Por qué así me engañaste
Por qué así te burlaste
Tú de mi corazón?
Son ilusiones muertas
Todas las que me dejas
Hoy sé, no fueron ciertas
Tus palabras de amor.
No es entonces casualidad si las palabras de crueldad y peridia (otras
cualidades femeninas) son recurrentes y marcan una gran cantidad de textos:
Separación48
(…)
Ya tus ojos un momento
no me miran con pasión
para mí es un cruel tormento
y me agita el corazón.
Si el amarte ha sido mi delirio
porque tu me has hecho padecer
o has deseado tenerme en martirio
périda y cruel mujer.
Ya pasaron horas de tormenta
que aumentaba en mi pecho el dolor
mi alma llora y siempre lamenta
tu injusto y horrendo rigor.
Texto completo, p. 291.
Eleazar Valverde, 1997, vol. 6: 50.
48 Texto completo, p. 318.
46
47
153
Gérard Borras
Pasión de hinojos
Una pasión de hinojos
borrará nuestros encantos;
al hombre que amas tanto,
perjura, no has de olvidar,
Ya ves, ya ves, ya ves que tu amor me mata
jamás, jamás, jamás será mujer buena
la que insensible me trata.
El odio
Mi corazón no tiene dueño,
mi corazón ya descansó
de esos crueles y amargos sufrimientos
y abatido por la pena
de tu infame y cruel traición.
Bajo la pluma de los compositores, esta «predisposición» a la mentira y a la
peridia se convierte bastante rápido en una característica de la gente femenina
y dibuja en algunas autores una acerba misoginia. Felipe Pinglo, del cual se
retiene en general otras composiciones, será uno de ellos. La mujer y el amor
ocupan un lugar preponderante en su obra. Sobre 168 textos conocidos, 13
llevan el nombre de una mujer y 79 atañen a una relación amorosa. Pero tan
solo con leer los títulos se ve asomar una tendencia que llama la atención:
Amor que mata, amor traidor, La adúltera, Decepción, Amor Iluso, Celos,
Crepúsculo de amor, Pecadora, La que fue, Falsas promesas, Pasión y odio.
Como si Pinglo estuviese listo para escribir retomando el título de Louis
Aragon, Que no hay amor feliz. Pero el bardo inmortal no se queda en la etapa
del fatalismo, sabe dónde encontrar el escollo mayor del amor imposible: en
la naturaleza misma de la mujer y varios valses son ilustración de ello:
Amor iluso
En mi mente de iluso
a tus traiciones un velo les eché
creyendo que así fueran
las veleidades propias de la mujer.
Hermelinda
154
Yo he relexionado en el silencio de una noche
acerca del amor de una mujer
al cabo ha gemido mi corazoncito
El vals: un espejo de múltiples facetas
al ver la felonía de una ingrata iniel.
En ti puse yo Hermelinda idolatrada
todo el fuego de mi cariño iel
y has pagado como pagan las mujeres
con un cruel desprecio en su ansia de placer.
Crepúsculo de amor
(…)Amar sin ser amado es osadía,
me dijo sentencioso el corazón
creer que la mujer ame algún día
es fruto de la insánica visión.
(…)
Sedientas de caricias y de halagos,
en el mundo las mujeres triunfan siempre en el amor.
Usando siempre del sufrimientos humano
la realidad nos muestra del querer
cruel y muy triste el sino es inhumano:
¡sufrir por el amor de una mujer!
Una mujer
Cartas de mujeres tan sólo son cartas
cual la de los naipes que hay para jugar
las frases que encierran son falsas promesas
y sus juramentos un juego de azar
donde dice, te amo, te entrego mi vida
debía leerse te voy a matar
porque en las mujeres no existe el cariño
todo es capricho mundano y banal.(…)
Es inútil que pretendas ser la amante
del que antes despreciaste altiva y cruel
el tiempo que estaña las más hondas heridas
ha borrado esa pena con un nuevo querer
ya no siento la nostalgia de esos días
Frente a esta actitud inconstante y perversa de la mujer, el hombre no
permanece sin respuesta, al contrario de lo que decía Stein. La primera
tentación es la venganza: «el mundo te pague con cruel dolor»49 canta un
vals de Pinglo. Es necesario que la mujer sufra a su vez, así el hombre puede
entonces cobrarse, de manera casi sádica, por los sufrimientos que ha vivido:
49
Falsas promesas de Felipe Pinglo.
155
Gérard Borras
La que fue
Felipe Pinglo
Vals
Mujer angelical
de rostro encantador
en tu mirar traidor
hay fuego de pasión
y luces de maldad.
Creí que reír
no albergaba crueldad
hoy puedo comprender
que en ti no hay corazón
no existe la piedad.
La voz de la alicción
que brota de mi ser
pronto ya cesará
porque he pensado bien
que es necio penar
por un falso querer.
Las dudas que sufrí
en las horas de insomnio
que por tí pasé
has pagado con creces
viéndote humillada
y en cruel padecer.
El falso pedestal
que el mundo te formó
de barro y de cristal
tuvo un fulgor fugaz
que el tiempo destruyó.
Hoy Venus de arrabal
tu ocaso es un dolor
y huérfana de amor
sólo eres el despojo
de un tiempo mejor.
Se evidencia la violencia de los últimos versos, la decadencia de la mujer que
ha deseado no le inspira ninguna compasión, muy al contrario. En otros
valses, la actitud del hombre va más allá, es mucho más fuerte. Reacciona
incluso ferozmente para vengarse de la traición y de la versatilidad femenina.
El vals vierte entonces en el dolor y en un increíble ambiente macabro.
2. 3. Eros-hanatos
La relación entre el vals y el universo de la muerte que ya hemos mencionado,
merecería un estudio especíico. Aquí solo observamos algunos aspectos de
este nexo recurrente y sorprendente entre el amor y la muerte, los mismos
que, muy a menudo, hacen del cementerio el teatro privilegiado de estos
amores lúgubres. Uno de los valses de muy gran éxito en los años 19101915 es un ejemplo perfecto de este gusto bastante mórbido. Será publicado
numerosas veces en El Cancionero de Lima y retomado a partir de los años
treinta por La Lira Limeña, prueba que, años más tarde, la temática no había
perdido su vigor.
156
El vals: un espejo de múltiples facetas
Sepulturero50
Vals en toda moda
Tenía la faz marchita y la mirada incierta
la angustia relejaba un desengaño ya
junto a la humilde puerta de un viejo cementerio
estaba desmayada como muriendo ya.
¿Qué tiene? Preguntéle con amoroso acento: Qué tiene
hermosa ¿y respóndiome así: yo espero
al que custioda a los muertos en sus sueños
y que abre el camposanto para dormir allí.
Cuando la aurora vino a despertar los muertos
aquella enamorada allí la halló también
tenía la faz marchita y la mirada incierta
sumida en la tristeza, allí murió también.
Pero si el lado macabro es común, la situación presentada por esta canción
no lo es. La mujer sobrecogida de amor, permanece iel hasta la muerte,
única manera de volver a encontrar a su ser amado. Los otros valses presentan
situaciones menos románticas que no son sino la continuación lógica de lo
que antecede. La mujer por su comportamiento exaspera al hombre quien ve
en el destino fatal la solución a todas sus desdichas. Y algunos autores evocan
el asesinato como la liberación inal:
La Losa51
Sobre la losa, blanca y fría,
que guarda, imborrable, tu nombre,
grabado está el juramento
que hicimos en buena armonía.
Loca de pasión dijiste:
«Feliz sería yo a tu lado»
Voluble, ingrata, has traicionado
el amor que un día te brindé.
Satisfecho en la venganza,
hoy me encuentro encarcelado,
porque tú lo merecías;
tu inmoralidad te ha castigado.
Es la negra mancha
que has puesto en nuestra historia...
Y nunca, nunca serás
la que guardo en mi memoria....
Otros, tal vez menos valientes, o más poetas, recurren al segador de almas y
su guadaña para ejecutar el trabajo sucio. La mujer debe pagar cruelmente su
desamor.
Con el nombre de «El viejo cementerio», es publicado muy numerosas veces en El
Cancionero de Lima sobre todo en la serie de los números 300.
51 Texto completo, p. 325.
50
157
Gérard Borras
El castigo del perdón52
Cual paria en la estancia de la vida
nada logra llamarme la atención
ni el alma llora ni mi corazón rie
ni mis facciones relejan el dolor.
Veo pasar las cosas indolente
parece que mi ser es abstracción
nada me arredra y buscando la muerte
la invoco y la suplico con sereno valor.
Ven, oh señora, acude a mi llamada
que estoy dispuesto a negociar con vos
mi vida entera sin titubear ofrezco
y sólo exijo lo que a deciros voy:
Has de ir en busca de la que fue mi amada
vuestra guadaña usaréis con rencor
y con su sangre le pondréis en la frente
a esta mujer perjura: la castigó el Señor.
Esta idea del sufrimiento, de la venganza y de la muerte abunda en el
vals criollo. En la composición siguiente esta se maniiesta de nuevo y
singularmente, constatándose que, como en la canción anterior, los hombresvíctimas no dudan en recurrir a Dios para condenar y castigar a sus víctimas
como si la moral, la virtud estuviesen de su lado, mientras la canción pone en
escena un sadismo bastante poco cristiano53:
Aurora
Me has entregado, Aurora, al abandono,
y yo que tanto y tanto te he querido.
Ni tu negra traición echo al olvido
ni disculpo tu error, ni te perdono.
(…)
Mas yo no podía aunque quisiera,
castigar como debo tu falsía.
Castígala, Señor, con toda tu energía;
que sufra mucho, pero que nunca muera.
¡Ay, Aurora, te adoro todavía...!
Letra de Felipe Pinglo.
Entre las canciones famosas que tienen temáticas similares se puede citar Quisiera de
Alcides Carreño: «Cuando pienso en la cruel mujer/Quisiera contagiarle mi querer/Y al
verla vivir mi padecer/Con su llanto reir/Y guardarle rencor hasta verla morir».
52
53
158
El vals: un espejo de múltiples facetas
En este universo de los sentimientos donde la única ley parece ser la frivolidad
de las mujeres que se desea, la única referencia verdadera es y sigue siendo el
amor ilial, el que no desaparece nunca, ocurra lo que ocurra. No es entonces
una casualidad si el vals pone regularmente sobre un pedestal a este padre y
madre venerados, en los cuales se encuentra inalmente el amor, el «verdadero»
y el consuelo que este procura:
Perdón54
De la casa de mis padres me ausenté
verdad un día fatal pobre de mí!
a los brazos de una ingrata me entregué
y el cariño de mis padres lo perdí.
Cual ave errante por el mundo voy,
buscando a la amante que me traicionó;
ese es mi destino, qué desgraciado soy,
ese es mi camino no sé a dónde voy.
Cansado de rodar en mi camino pobre de mí!
a la casa de mis padres regresé
y al verme desgraciado me dijeron:
¿por qué tanto nos haces padecer?
ven acá hijo mío, pídenos perdón
que sólo en los padres existe amor.
Steve Stein es sin duda severo al juzgar que el personaje se somete «abyectamente
a la autoridad de sus padres» (Stein, 1982). Si el caliicativo parece un poco
fuerte es seguro que en este refugio en la autoridad parental concebida como
el núcleo de los comportamientos que no hay que desobedecer (pídenos
perdón) el hombre no va hacia su realización y emancipación. Además, en
una observación que merecería un análisis freudiano, los padres inligen la
sentencia de la castración: fuera de los padres no hay amor posible.
Estos padres se convierten de alguna manera en los guardianes del templo y
velan por su progenitura para protegerlos de toda ofensa (sobre todo de la
de la mujer) incluso más allá de la muerte. Esta idea es la que transmite el
célebre y macabro vals de Felipe Pinglo que es indispensable citar aquí en su
totalidad:
54
Texto completo, p. 304.
159
Gérard Borras
En la paz del sepulcro
Por el sendero amable del viejo cementerio
sombreado por cipreses de la época ancestral
camina cabizbaja y tal vez presurosa
una dama enlutada de desnuda faz.
A orillas del arroyo que bordea el sendero
un viejo octogenario se ha puesto a descansar
renovando las fuerzas para entrar al recinto
donde el hijo querido duerme el sueño eternal.
Cruzó por su delante la dama presurosa
y al anciano al instante le llamó el corazón
y le dijo eres padre, ésa fue la perjura
que al matar un cariño a tu hijo muerte dió.
Al impulso de esas frases de idiomas sobre humanos
se levantó el anciano y al cementerio entró
y al llegar a la tumba de su hijo idolatrado
pudo ver a la infame rezando una oración.
Mujer falsa é innoble, soy padre de ese hombre
que pagó con la muerte tu desamor
tus labios siempre impuros de mujer libertina
cometen sacrilegios al ingir devoción
que en la paz del sepulcro profana tu oración
vete nunca más vengas que ese hijo fue mi vida
y mis labios tremolantes piden por él a Dios.
Uno se queda estupefacto ante esta representación de los valores que pone
en escena la canción y que tiene numerosos ecos en los extractos que hemos
citado anteriormente: el número de los ejemplos da sentido. Estamos
bastante lejos de la limeña llena de gracia y belleza, ¡bastante lejos también
de la mujer dominadora! Es la mujer a través la cual llega la muerte, suerte
de espectro, de arpía, la encarnación misma del eros-thanatos. ¿Debemos ver
una consecuencia de la crisis que afectaba ya a la Europa de la Belle Époque y
que marcaba muchas representaciones artísticas? Jacques Dugast señala que
en un capítulo de Juan Cristóbal Romain Rolland hablaba a propósito de la
atmósfera general de la época del «olor de la muerte en el corazón del arte»
(Dugast, 2001: 161). Como otros centros urbanos que viven las mutaciones
de la modernidad, Lima estaba confrontada a esta crisis de los valores y de
la representación que Pinglo expresará con claridad en su vals De vuelta
al barrio55. Pero esto no explica sino parcialmente este encarnizamiento
160
55
Texto completo, p. 334.
El vals: un espejo de múltiples facetas
psicótico respecto a la mujer del cual entregaremos aquí un último ejemplo
descabellado:
Traición56
La ponzoñoza araña de tu traición impía
clavó sus patas negras entre mi corazón
y de tu blando seno que fue nido de arpía
saltó una sierpe negra preñada de veneno
como de los iniernos terrible maldición.
tú nublaste mi vida cuando me sonreía
Me envenenaste el alma cansada de sufrir
yo moriré, no importa! Ya estoy en agonía
mas tú también , más tarde, por fuerza has de morir.
Y entonces en la piedra
que cubra tus despojos
verán quizá otros ojos
trepar entre la hiedra
de ese tu eterno lecho
alguna sierpe negra…
Y en medio de la calma
que el cementerio exale
no faltará quien diga:
¡allí tienes el alma
de esa mujer que sale…!!!
3. Una crónica de la vida urbana
La canción popular está, ya lo hemos visto, fuertemente marcada por la
tradición oral. Como en otros países de lengua española, en Lima, esta se
convertirá en crónica, en relato, como lo eran, siglos antes, los romances
de la antigua España. Ligeramente modiicada por el recurso frecuente a la
estrofa, que pasa a ser una verdadera unidad de sentido, este género no pierde
en nada su increíble capacidad de decir, de dar cuenta, de propalar noticias
y eventualmente de conservarlas en la memoria. En esta época de grandes
cambios, los compositores, los fabricantes de relatos, en su inmensa mayoría
anónimos, no tenían que hacer gran esfuerzo para encontrar una inspiración.
Lo que se desarrollaba ante sus ojos colmaba su apetito versiicador. Las
dos primeras décadas son el periodo dorado de esta producción poética.
Los primeros discos, las páginas de los cancioneros y de las revistas son los
56
Publicado en Variedades (abril de 1916) y irmado por Eduardo Spiers.
161
Gérard Borras
testigos de este intenso deseo de decir los acontecimientos de lo cotidiano
pero también de captar una realidad nueva para darle una existencia más
fácilmente aceptable o perceptible por medio de la composición en versos.
Todo o casi todo es susceptible de ser tema de asombro, de burla, de crítica,
de gloriicación a veces pomposa. Las cosas más insigniicantes, como estas
canciones jocosas que provoca la llegada masiva del yo-yo en los años 193057,
o más serias como las que gritan el sufrimiento, el dolor de la desaparición
de seres queridos. A lo largo de la escucha y de la lectura, un increíble
mosaico de imágenes, de sonidos recomponen, escriben paulatinamente una
representación de la ciudad y de sus habitantes.
3. 1. Las transformaciones de la ciudad
En el transcurso de los treinta y seis años del periodo que estudiamos, las
mutaciones de la ciudad son de una magnitud considerable. La población
crece, la ciudad ve surgir nuevos barrios; se trazan plazas y avenidas, se
erigen monumentos. La modernización alcanza todos los niveles de la
actividad humana y trastoca muchos hábitos. En los primeros años del
siglo, la irrupción de la electricidad, la aparición del cine, de los vehículos
con motor, van a anonadar a los limeños. Las canciones van a apropiarse
estos temas, asimilarlos, como si, por la magia de una melodía y de una
canción estas tomasen cuerpo en el medio social. Se observará que a menudo
a través de la burla o de la comicidad se formula la alusión a la novedad
que modiica el comportamiento de los individuos. Es el caso por ejemplo
del cine, que en algunos años va a invadir el espacio público de la capital.
El entousiasmo es increíble y los empresarios de espectáculos captan muy
rápidamente el interés de esta nueva diversión a tal punto que las fronteras
entre el espectáculo en vivo de los teatros y el del cine se difuminan muy
velozmente. Los teatros se convierten en «cine teatro», y sin cambiar de
estatuto, las grandes instituciones como el Mazzi ya no dudan en programar
impresionantes series de películas58.
Cf. El Cancionero de Lima, n.º 921. Con tu yoyo - Jugando al Yo-yo - El Yoyo.
Según R. Bedoya, había 35 cines en la capital peruana. a comienzos de los años 1930.
En esa época, la difusión cinematográica implica medios técnicos muy superiores en
relación a lo que se difundía quince años antes (Bedoya, 1992: 90).
57
58
162
El vals: un espejo de múltiples facetas
Singularmente, las canciones que hemos podido identiicar no hablan de lo que
es el cine en sí, de lo que aporta, las emociones que provoca. Sin embargo no
debían faltar. Basta con narrar una anécdota para comprender que el público se
identiicaba plenamente con lo que era proyectado. En 1915, el teatro Excelsior
anuncia la proyección de una película ilmada en los lugares de los combates
de la guerra que desgarraba a Europa. El público entusiasta acude pero la
proyección estaba tan alejada de la realidad anunciada por la publicidad que el
cine será totalmente saqueado por los descontentos espectadores. El suceso será
objeto de un reportaje fotográico de varias páginas en la revista Variedades59.
El cine era desde luego una diversión pero a través de esta anécdota sentimos
que la identiicación respecto al objeto proyectado podía ser muy fuerte. Es
importante volver a decir que nuestro corpus de canciones es incompleto y
que la revisión sistemática de todo lo que fue impreso y grabado permitirá
tener una visión más justa de algunos temas. El cine es el que más decepciona.
En todos los niveles de la información se nota una intensa actividad cultural
y social en torno a los cines-mudos hasta 1927. Nada trasparece en las raras
canciones que hemos encontrado que no son sino la ocasión de burlarse del
comportamiento de los espectadores. Por prueba este vals/mazurca de Nicanor
Casas, muy popular en los años 1914-1915:
El cinema es un invento
Falto de moralidad
Pues de cien, noventa y nueve
Explotan la oscuridad
Y si a tales personas
Les podemos preguntar
Qué película han pasado
Mas no sabrán contestar60.
Con este mismo tono una estrofa de couplet, proveniente verosímilmente de
una zarzuela, comenta las nuevas «sociabilidades» que provoca el cine:
Los cinemas se llenan de gente
que no temen a la oscuridad
unos van por las vistas del lienzo
y otros van por el piano no más.
La aición musical me la explico,
pasa igual en el norte y el sur
Variedades, n.o 357, enero de 1915.
60 Citado por Manuel Zanutelli (1999b: 49).
59
163
Gérard Borras
y es que a obscuras los buenos y maestros
tocan más y mejor que la luz61.
Otros cambios de la vida urbana despertaron el interés de los compositores, como
fue el caso de la irrupción de nuevos modos de desplazamiento y de transporte.
El auto con motor es un objeto de curiosidad. En 1910 no había sino unos
sesenta autos en Lima y la revista Actualidades publica los siguientes versos:
Ya tenemos un nuevo aparato
de locomoción
moderno y barato
que atraviesa las calles en fuga
que aplasta a los canes
que asusta a las viejas
y excita las quejas
de cojos y ciegos
en la población.
Varios compositores han «poetizado» con más o menos éxito al automóvil en
el transcurso de las primeras décadas del siglo. Felipe Pinglo, el más célebre
de ellos cedió a esto componiendo este increíble ejercicio, impresionante
catálogo de las marcas de vehículos:
El volante62
Polca
En Chandler, Ford, Overland,
Chevrolet o Fiat,
Willis, Night, Mercedes, Minerva o Durant,
Dodge, Lincoln, Pizarro o. Rolls Royce,
Stultz, Buick y Lancia, Packard o Renault
en Hispano Suiza, Paige, Studebaker
Apperson y Crisley, Moon Reo y Premier
Isota Franchini, Cole, Alfa Romeo
Marmon o Delage, Scribans o Spa Oakland,
Oldsmobile, Pathinder o Cleveland
en King o en un Mercedes siento yo el placer
que nos proporciona la grata emoción
de pasear en auto con bella mujer.
164
61
62
Extracto de la canción Calor, Calor. Texto completo.
Texto completo, p. 335.
El vals: un espejo de múltiples facetas
El mismo Felipe Pinglo compondrá una polca hilando una metáfora:
Amor a 120
Polca
Acelerando a fondo el corazón
la mano en el volante del amor
la otra está pronto al acto de frenar.
Si se desvía mi pasión
como repuesto llevo otro querer
estuche de emergencia y gran valor
se ve fugaz
las horas de este ensueño desilar.
Las curvas al pasar
te arrimas junto a mí
embraguero veloz
y vuelvo a acelerar
tal es la intensidad
que lleva mi pasión
y al ver el marcador
en 120 está.
La aparición en los años 1920 de los medios de transporte motorizados
inspiraron canciones en las cuales se encuentra inmediatamente la huella
del género chico, como lo muestra en particular el recurso sistemático a las
onomatopeyas en el siguiente ejemplo.
El urbano eléctrico63
Danza
Si quieres, tú, niña de bueno gozar
al Urbano de Lima te voy a llevar;
pues es delicioso en carro viajar,
y allí con reposo podremos hablar.
Tin, tin tin tan verás que te agradará.
Lindas muchachas con sus colorines
los carros transforman en bellos jardines.
Ya llega a Cocharcas ¡Qué velocidad!
¡Ay, qué suavidad la de electricidad!
Tin tin tin tan me siento mareado ya,
Tin tin tin tan, Jesús, la electricidad...
63 Citado por Aurelio Collantes, publicado en El Cancionero de Lima, 1903 (Collantes,
1953).
165
Gérard Borras
Otras canciones de la misma vena serán publicadas en los cancioneros como
este vals de Lucas Colvi que apareció en el número 41 de El Cancionero de Lima:
Eléctrico nacional
Música de El Vals tarapaqueño
Ya por in se estrenó el Nacional
con muchísimas innovaciones
y ya corren por la capital
sus lujosos y ricos vagones.
Hoy sólo hay que viajar,
hay que viajar en los carros
de esta gran empresa
que ha llegado por in a triunfar.
Con un troley que nunca se escapa
y con una velocidad colosal,
en primera cuesta una peseta
y en segunda vale más de un real.
Hay que bello es viajar,
hay que bello es montar
en los carros que hoy nos ofrecen
toda clase de comodidad.
En primera sillones forrados
de una felpa color cardenal
en segunda cada asiento lleva
un espejo de rico cristal.
Son toditos los carros cerrados
y pintados color de nogal
los viajeros van bien resguardados
de la tierra que es lo principal.
Son los carros por demás aseados
y de acero todo el material
motoristas bien informados
y bastante sonoro el tantan.
Una vez que ya todos conozcan
las ventajas de la Nacional
se han de ver que en los otros
tan sólo los macacos no más viajarán.
Este texto, a medio camino entre la crónica, la publicidad y la farsa, da
detalles muy concretos (precios, tipo de asientos, color de los materiales, etc.)
que muestra que la empresa apuntó a un público de cierto nivel social. Es
pues «informativo» y en este nivel su interés es seguro pero tiene desde luego
una intención, mostrar los límites entre aquellos que tienen los medios de
ofrecerse el lujo de la empresa y aquellos que no los tienen, relegados, por
cierto con una formulación humorística, a la categoría de macacos. Estas
mutaciones en la ciudad no son solo pretextos para descripciones y bonitas
palabras. Las canciones pueden traducir percepciones más complejas. Porque,
si bien se placen describiendo las transformaciones y la novedad, a veces
también son ocasión de expresar las preocupaciones, a veces las angustias que
generan los cambios producidos por la modernización. No se percibe entonces
la representación de La Lima que se fue, la desaparición del puente y de la
alameda, que tanto gustaban a Chabuca Granda, sino más bien las «pequeñas»
mutaciones de lo cotidiano que son la marca de las transformaciones que se
operan en la ciudad.
166
El vals: un espejo de múltiples facetas
Los motoristas64
Letra de Belisario Suárez
Música de La Trapera
Ya se ha formado una empresa
que reemplazará al Urbano.
Los caballos y cocheros,
tendrán que pasar la mano.
Pobrecitos conductores,
ya no tendrán que empujar.
Con este nuevo sistema,
ya todo se va acabar.
(…)
Esta misma inquietud, referente a un futuro que se anuncia lleno de incertidumbre,
expresa esta canción difundida en los primerísimos años del siglo.
La luz eléctrica
No sé qué quieren hacer
los extranjeros en Lima
que nos vienen a poner
unas luces tan dañinas!
La llaman la luz eléctrica,
competidora del gas!
Mas por bonita que sea,
siempre causa enfermedad!
¡Pobre gasitero!
¿Qué oicio aprenderá?
¡A sastre! o ¿a zapatero?
o de hambre, o de hambre se morirá!
Ja, ja…
La ciudad cambia, los oicios también, la velocidad cambia y con ellos una
manera de vivir y de concebir las relaciones entre los actores de la ciudad.
¿No es lo que traduce de manera elocuente esta primera estrofa de este vals
de Felipe Pinglo?
De vuelta al barrio65
Vals
De nuevo al retornar al barrio que dejé,
la Guardia vieja son los muchachos de ayer
no existe ya el café ni el criollo restaurant,
ni el italiano está donde era su vender.
Ha muerto doña Cruz que juntito al solar solía poner
64
65
Texto completo, p. 339.
Texto completo, p. 334.
167
Gérard Borras
a realizar su venta al atarceder, de picantes y té.
Ya no hay los picarones de la buena Isabel
Todo, todo se ha ido los años al correr.
Nostalgias de bohemio que en mí han surgido (…)
La vida en su misterio me ha dado una verdad
los tiempos que se fueron esos no volverán.
Para el poeta, ha desaparecido todo un fragmento de la vida de otra época.
La modernización ha modiicado, hecho desaparecer más bien, esta ciudad,
este barrio donde «todo el mundo se conocía» y donde los vínculos entre
individuos eran estrechos. Constatación similar es la que hacía Javier García
Méndez cuando analizaba de manera magistral las letras de los tangos de
comienzos de siglo en Argentina:
«Todo, o casi, en estas letras, se da obstinadamente a la fuga: la infancia,
la juventud, la vida, los parientes, los amigos, las calles y las esquinas,
la tienda de la esquina, una ventana, un balcón, la pálida luz de los
barrios, la ciudad entera…» (García Mendez, 2000).
Esta vez, no es la polca ligera y saltarina sino el vals más amplio y más «serio»
el que asume este discurso marcado por la tristeza y la nostalgia.
3. 2. Los ecos de la vida del mundo
168
Ya lo hemos recalcado, Lima es una ciudad de dimensión modesta a comienzos
del siglo XX. Pero es la única «gran» capital portuaria de la costa del Pacíico.
Su posición política, estratégica y diplomática no se compara con su tamaño.
Se trata de una ciudad que cuenta en el mundo y desde bastante tiempo atrás,
innumerables escuadras han hecho escala en las aguas de El Callao. Las misiones
extranjeras son numerosas y pobladas, prueba de la vocación internacional de
la ciudad. Si el universo de las casonas de la capital sigue siendo misterioso,
la ciudad en cambio recibe permanentemente la inluencia de esta apertura al
mundo que es la suya. Como en otras grandes ciudades de Hispanoamérica, es
fuerte la inluencia artística e intelectual, tecnológica y económica de Europa
y no es difícil identiicar su rastro. En Lima como en otros lugares, existe una
verdadera fascinación por los modelos europeos y todo lo que ocurre en estos
«templos de la industria y de la cultura» es observado con atención. La Primera
Guerra Mundial fue a este respecto un acontecimiento mayor seguido con
increíble minucia por la prensa local, en particular por las revistas que proveían
bastantes imágenes y mapas a sus lectores. En estas páginas, las composiciones
El vals: un espejo de múltiples facetas
poéticas no eran raras y todas aquellas que hemos podido leer testimonian una
clara toma de posición a favor de Francia y de sus aliados66.
La musa popular, de manera diferente, supo apropiarse estos temas que
provocaban sorpresa en un primer momento y que iban a convertirse muy
rápidamente en una preocupación mayor porque tenía incidencias directas
sobre la vida cotidiana de buena parte de la población y en particular de
la más desfavorecida. Impresiona primero el excelente conocimiento de la
situación que circulaba en los medios populares. Uno habría podido imaginar
que en 1914 los limeños lectores de los cancioneros populares solo tenían
acceso a una lectura bastante burda de la situación europea. La distancia, los
medios de comunicación, bastarían para justiicarlo. Se constata rápidamente
que no hay nada de ello. Por prueba este vals anónimo compuesto en la
orilla del conlicto. Es difícil hacer una mejor y más sintética lectura de la
geopolítica de la época:
La conlagración
Vals
Música de Lides de amor
Prepárense los franceses
los alemanes atacarán
ya se aprestan los ingleses
pues que unidos pelearán;
Sí, Alemania es poderosa
quiere a Europa dominar;
con su artillería colosa
a la Austria se unirá.
y en esta lucha colosal
también entra decidida;
y luchan estas naciones
del uno al otro confín,
y quieren llevar a Berlín
la paz a todos los hombres
En esta guerra mundial
los belgas como titanes,
palmo a palmo pelearán
contra los alemanes.
Vivan los belgas de honor.
La Rusia se ve ofendida
por la águila imperial,
El Kaiser se hace admirar
por su valor y irmeza,
y en la tierra y en el mar
lleva adelante su empresa,
y en esta conlagración
mueren hombres sin cesar
y no hay alguna nación
66 Es lo que se puede leer particularmente en las páginas de Variedades. Manuel R. Beltroy
publicó allí dos sonetos (A Francia; A Inglaterra) de dudoso interés poético pero de
seguro interés sociológico.
Abuela Francia, abuela magnánima y robusta;
Encina veinte veces sagrada y secular
Bajo cuyo frondoso follaje el mundo gusta
De sus labores agrias sentarse a descansar
169
Gérard Borras
que se empeñe en terminar.
En esta guerra...
Lo que no era sino una guerra alejada y en suma «abstracta» va a tener
rápidamente incidencias considerables sobre la situación económica del país.
El discurso de la canción popular nos permite tener una idea muy concreta
de lo que podía vivir la población peruana en general. Aunque formulada en
un tono humorístico la canción traduce elocuentemente los problemas de lo
cotidiano.
La situación67
¡Qué situación tan infernal,
estamos mal muy mal!
y sin comer
y sin fumar
y sin beber
y sin vestir,
y si esto sigue así
nos vamos a poner
hechos un aliler,
eso no puede ser.
Pues la tal guerra de Europa
hoy nos tiene divertidos,
sin trabajo, mal comidos
y muchos faltos de ropa.
Las cosas van cada día subiendo
que es un contento
el pobre gime y porfía
para buscar el sustento.
Es desgracia verdadera
ocuparse en cocinar
decía sin vacilar
una pobre cocinera.
Pues con uno o con dos soles
que nos dan para el mercado
hay que poner sancochado
huevo fritos y ravioles.
Con la plaza tan subida
la patrona nos arrenga
hay que pasar desasones
porque ya no hay quien dé yapa,
ajos, pimienta y chancaca
y un gordo de chicharrones.
Dónde vamos a parar
con tan mala situación?
el diablo nos va a llevar
al galope y sin cuestión.
A través de la magia de la canción estamos en el corazón de la pequeña crónica
de lo cotidiano, vivimos las diicultades de la cocinera que hace su mercado,
presa entre el fuego cruzado de la patrona que exige y de la vendedora que
expende caro y se rehúsa a dar la tradicional yapa68. Estamos lejos de la poesía
grandilocuente publicada en Variedades u otras revistas. Estamos «al ras del
El Cancionero de Lima, n.º 96. Texto completo, p. 423.
Yapa: término quechua. Pequeña cantidad de un producto que añade gratuitamente el
vendedor al comprador.
67
170
68
El vals: un espejo de múltiples facetas
suelo», es otra percepción de la realidad cotidiana que podemos compartir
como lo pone en evidencia una vez más esta estrofa de canción publicada en
los años que siguieron al conlicto mundial:
Himno de don Lunes69
(…) Hace siglos teníamos ropa
por tres libras o cuatro a lo más,
pero luego la guerra de Europa
nos la hizo valer un platal;
hoy los pobres no pueden vestirse
y si sigue la cosa cual va,
o se mete la gente en su cama
o camina vestido de Adán. (…)
Pero la canción popular nos permite identiicar otros efectos de la vida
cosmopolita que vivía la capital peruana. Hemos visto en las páginas anteriores
que Lima se transformaba, se modernizaba y con este proceso desaparecía un
tipo de sociabilidad y sin duda también una cierta manera de concebir el
mundo y la vida en sociedad. La conciencia de esta evolución que poetizaba
De vuelta al barrio aparece también en otros textos, pero estos maniiestan
menos la fatalidad que coronaba el poema de Pinglo (Los tiempos que se fueron
esos no volverán) que el deseo de una reacción para retener tanto como se
puede este proceso que parecía a pesar de todo inexorable. El punto de anclaje
de estos defensores de «la tradición» será este concepto siempre tan vago de
criollismo el mismo que supuestamente encarna los valores del homo limensis.
«El criollismo es algo que se va de nuestras costumbres y de nuestro
lenguaje. Así como nuestras casas y mobiliario se modernizan y se
revisten de civilización, así el modo de ser y nuestras costumbres sufren
una transformación lenta que va haciendo desaparecer ese colorido local
que tenía Lima y su gente. No faltan sin embargo, los sostenedores de
la tradición local que juzgan que la antigua alegría criolla, las antiguas
costumbres y el antiguo espíritu representaban mayor salud —y mayor
virilidad— por responder más francamente a las indiosincrasias de la
raza y a las tendencias del alma nacional que las artiiciosas y banales
formas del modernismo y del extrangerismo que informan nuestra
vida social de hoy»70.
69
70
Publicado en El Cancionero de Lima, n.º 373. Texto completo, p. 416.
Variedades, 14 de mayo de 1910
171
Gérard Borras
Varias canciones serán publicadas o grabadas con la intención de airmar los
valores «de lo criollo». Varias de las grabadas por Montes y Manrique van en
este sentido71. Otras tendrán resueltamente una postura militante, buscando
denunciar y condenar esta modernización soportada, impuesta por el mundo
exterior y proponer el retorno a los verdaderos valores:
Extranjeritis72
Vals
Si no se van a mil cuernos
no os dé ese estranjis tan tonto
con seguridad que pronto
ya no vamos a entendernos.
Al que persista en su de a clock clock tea
al que tontería hable, grande table;
a la que en los bailes planche
dinner blanche.
Hablar así de ese modo
tan feo y extrafalario,
cuando en nuestro diccionario
hay palabras para todo?
Por qué tanto extranjerismo
y por qué tanta simpleza
pudiendo con más llaneza
quizá expresar lo mismo.
Hay que salir de esos tacos,
llamando desde mañana
a jarana jarana
y a los bellacos bellacos!
Este tipo de literatura no es en sí muy original y se puede apostar que en
otros lugares del mundo debió existir este género de discurso. Sin embargo,
este es revelador de estas reacciones epidérmicas que provocan las mutaciones
rápidas, que traen a recuerdo aquellas que se formulan de manera mucho más
contemporánea en torno a una «globalización» que no deja de repetirse.
3. 3. Entre carné rosa y rúbrica necrológica
Las canciones grabadas o publicadas permiten al oyente y al lector percibir
el ambiente de esta sociabilidad de lo cotidiano propia de los grupos sociales
que han mantenido relaciones humanas de proximidad. Estas canciones
hablan de serenatas, de cumpleaños y de desapariciones. Construyen de
manera permanente y repetida el inventario de lo social. Se habla de lo que
ocurre a los conocidos: matrimonios, nacimientos, decesos. Son elementos
fundamentales de las recomposiciones, de las alianzas, que es importante
conocer y conservar en memoria.
172
71
72
Ver Piqueo en Cantagallos, Jarana en Cocharcas, etc.
El Cancionero de Lima, n.o 41. Texto completo, p. 336.
El vals: un espejo de múltiples facetas
Sorprendentemente, de las centenas de canciones que hemos leído o
escuchado, ninguna hace alusión a un nacimiento, pero decenas deploran la
desaparición de un ser querido o de un personaje importante de la ciudad.
Como si el nacimiento no fuese un «acto social» de magnitud suiciente, pues
el individuo no integraría realmente la comunidad sino a medida que se tejen
lazos a través de sus diferentes actividades.
Las uniones no parecen inspirar a los letristas, a los compositores. Ni un solo
disco, ni una sola canción celebra o se burla de la unión de tal o cual personaje.
No es porque la institución del matrimonio no fuese una preocupación para
muchos sectores de la sociedad. De lo que se trata ahí es de existir como
elemento del cuerpo social. Pero es más la burla teñida de un fuerte machismo
respecto a la cacería de marido o de la esposa perfecta la que inspira más que
el acontecimiento del matrimonio en sí.
73
Himno de una soltera73
Necesito una mujer
A ti te imploro, hado benigno
oye propicio mi humilde voz
dame marido, dame marido,
ay! Que me vuelvo chicharrón.
Ya se pasaron mis veinte abriles
y entre mis redes nadie cayó;
dame marido, dame marido
joven o viejo, dámelo en pos!
Marido pide mi cuerpecito
Marido pide mi situación
Y aunq’ lo busco yo lo lo hallo
Que todos dicen… casaca… no!
Rico quisiera mas si no hay rico
Dámelo pobre que humilde soy
Ya sea sorde, miope o demente
Ya sea tuerto de condición.
Si es bajo, venga: venga si es alto
Delgado es bueno gordo es mejor:
Si tiene pelo venga con pelo
Si no lo tiene venga pelón (…)
Son trabajos muy sencillos
para bellos seraines
repasar los calzoncillos
y surcir los calcetines.
Pues hoy al irme acostar
digo mis prendas al ver
yo no puedo prosperar
si no tengo una mujer.
Ya en la cama instalado
mis paños menores veo
y exclamo desconsolado:
solo una mujer deseo!
Y hasta dormir me repito
mi estado al reconocer
una mujer necesito
necesito una mujer. (…)
El Cancionero de Lima, n.o 329.
173
Gérard Borras
Hoy en día, las serenatas tienen para nosotros un sabor anticuado. Remiten a
prácticas y a situaciones de otra época. Sin embargo desempeñan una función
social aparentemente importante en la ciudad a inicios del siglo. Los textos
de serenatas son frecuentes y parecen compensar en ello el vacío existente
en torno al nacimiento. En efecto, todos corresponden a la celebración
de un cumpleaños, por eso el título o subtítulo frecuente «en tu día» que
comparten buen número de composiciones74. Generalmente son versos sin
gran pretensión y de rima fácil que parecen escritos apresuradamente para la
circunstancia.
La noche placentera75
La noche placentera me guía a saludarte,
el cielo luminoso ya anuncia tu natal;
por ser tu feliz día vengo a felicitarte
con esta serenata del álbum musical.
Algunas canciones han seguido siendo famosas por la calidad de su composición.
Es el caso de La Bóveda azulada atribuida a Pedro Bocanegra pero cuyo azul
parece reivindicar la iliación directa con el maestro del modernismo y su
maniiesto al estar tan marcada por la inluencia de Rubén Darío.
La bóveda azulada (en tu día)
La bóveda azulada que baña de ambrosía
un iris mensajero de gran ostentación
anuncia placentera la fecha de tu día
que todo es galanura que todo es loración.
De lores primorosas, de místicas beldades,
bañando los ensueños de la felicidad.
Sobre alfombrados pasos suspiran las deidades,
es día de ventura, de paz y de amistad.
Yo vengo con la lira de mis idealidades
en el vagar incierto, por esta inmensidad.
Felipe Pinglo compuso varias serenatas con ritmo de vals. Aquella dedicada a
su amigo Juan Bulnes, Serenata acróstico, es también un interesante ejercicio
de estilo76.
Cf. la grabación de Montes y Manrique: Por ser el día de tu santo.
El Cancionero de Lima, CDL n.o 831.
76 Texto completo, p. 365.
74
174
75
El vals: un espejo de múltiples facetas
La serenata se asocia a menudo con la relación amorosa: el enamorado canta
un chispazo romántico bajo la ventana de su prometida. Los textos muestran
que estas tienen destinatarios variados: la bien amada por cierto, pero también
un amigo o una amiga, un pariente. Desaparecen casi completamente de los
cancioneros a partir de los años treinta, o si se mantienen, es porque han
ganado un status artístico separado de su contexto de origen.
La otra vertiente de los textos que celebran un acontecimiento de la vida
de los individuos está representada por canciones compuestas con ocasión
de la desaparición de un ser querido o de un personaje que ocupó un lugar
importante en el seno de la colectividad. Estas son numerosas. Hemos
seleccionado algunas entre las más interesantes.
Cuadro 16 – La canción y la muerte
Título de la canción
Género
La muerte de los aviadores
Vals
Jorge Chávez
Vals
Al aviador Espinoza
Vals
La muerte de Espinoza
Triste
A Espinoza
Np*
Enrique Varela
Triste
Vals Varela 1
Vals
Vals Varela 2
Vals
A la memoria de Carlos Saco
Vals
A la memoria de Artemio Prada
Vals
Leonidas Yeroví
Vals
José Santos Chocano
Np*
A Billinghurst
Np*
La muerte de Joselito 1
Vals
La muerte de Joselito 2
Vals
La trágica muerte del as del toreo
Vals
La muerte de Gardel
Tango
A la memoria de Felipe Pinglo
Vals
Adiós Felipe Pinglo
Vals
Descansa en paz Felipe Pinglo
Vals
Felipe Pinglo
Vals
La muerte de Felipe Pinglo
Vals
Murió el maestro
Vals
*no precisado
175
Gérard Borras
Hemos observado en las páginas anteriores el vínculo privilegiado que
mantenían el vals y lo macabro. Este parece encontrar aquí un terreno de
expresión que le es familiar: cantar la muerte, hablar de los muertos.
La canción desempeña aquí un rol, una función social que perderá en
gran parte después de la generalización de los medios de información y
de comunicación. Su objetivo no es quizás tanto el de traer una noticia,
que generalmente ha precedido a la canción, sino el de darle una cierta
forma, una dimensión particular para ser su eco, incluso se podría decir su
caja de resonancia y tal vez participar así en el surgimiento de una futura
representación colectiva. De esta suerte esta hace de ella un acontecimiento
notorio y lo inscribe en el cuerpo social. Sin embargo, encontramos matices
que muestran que la canción es rara vez neutra, incluso en esta categoría.
Numerosas canciones (o textos poéticos) son homenajes póstumos y allí
también encontramos una amplia paleta de situaciones. El reverencioso
homenaje al ex presidente «Pan Grande» Billinghurst bajo la forma de una
bella y académica décima espinela es evidentemente más pomposo y está
menos impregnado de emoción
Homenaje a la memoria de
Guillermo E. Billinghurst77
ex-presidente de la República
A este valle lacrimoso
vino un ser, todo bondad,
hombre excelso de verdad
varón probo y generoso; (…)
A la memoria de Artemio Prada78
Quiero hermano que hasta aquella fosa
donde tu descansas en sueño de paz (…)
Porque sordo a las súplicas nuestras
te has ido por siempre dejando el hogar,
tu hermanita muere de tristeza
y tu pobre vieja llora sin cesar.
176
El Cancionero de Lima, n.o 101.
78 Texto completo, p. 359.
77
El vals: un espejo de múltiples facetas
El primero es un verdadero homenaje político a quien se identiicó un tiempo
con una política social: el cancionero «popular» marca así su reconocimiento
respecto a un personaje a quien consideraba cercano a su lectorado… y a
sus propias orientaciones políticas. Seremos sensibles a otra función, estos
textos pretenden dejar un rastro de tal manera que el testimonio de respeto
y de admiración conserve la memoria de su existencia y de sus cualidades
particulares. Esta función encuentra una ilustración directa en el número
temático de El Cancionero de Lima dedicado a Enrique Varela, hoy en día
personaje olvidado de la historia peruana y que recobra vida a través de estos
textos y de estas canciones79.
En estos textos hay a veces intenciones quizás menos nobles: recuperar a
través de una composición una brizna de la gloria o del talento de la persona
desaparecida. Esta tendencia es particularmente nítida en la profusión
de textos que siguieron al deceso de Felipe Pinglo, los mismos que hemos
reproducido en parte80. Manuel Zanutelli hace el siguiente comentario a
propósito de estos «compositores necrotarios: Pinglo merecía otra cosa no
esas letras mal compuestas y truculentas» (Zanutelli, 1999a: 59).
Otro aspecto parece desprenderse claramente de estos textos que evocan la
muerte. Esta vez atañe a aquellos que nos permiten captar la magnitud de un
acontecimiento que afecta a la comunidad limeña. Disponemos de buenos
ejemplos en los textos que relatan la muerte trágica de diferentes pioneros de
la aviación peruana. Si la desaparición de Jorge Chávez en los cielos alpinos
afecta a los peruanos, lo que es alabado es más el símbolo que él representa,
que el personaje que nunca puso los pies en el suelo patrio. Él es aquel por
quien el Perú entra en el círculo reducido de naciones que tienen aviadores.
Pero no se percibe una emoción que haya hecho vibrar a la colectividad.
La situación es muy diferente en las canciones que rinden homenaje a
Espinoza y Pack, los dos aviadores que murieron muy cerca de Lima. El
número de textos escritos es ya la señal de la conmoción provocada por el
accidente81. Estamos en la evaluación de la recepción de un evento vivido
intensamente por la población. En La trágica muerte de los aviadores lo que se
pone en escena no es simplemente la desaparición de los héroes sino al mismo
Cf. las cuatro canciones dedicadas al difunto.
Véase, La muerte de Felipe Pinglo.
81 Véase los textos «Los aviadores».
79
80
177
Gérard Borras
pueblo de Lima, el que es mostrado reaccionando a un suceso de excepcional
magnitud. La canción, como un cursor, indica los niveles de sensibilidad de
una colectividad acerca de un acontecimiento trágico.
En este concierto de canciones mortuorias varias conmemoran la desaparición
del célebre Joselito82, muerto por un «bravo toro en la Plaza de Talavera».
Estas entran dentro de la categoría de los homenajes circunstanciales. Por
cierto, traducen una emoción pero son sobre todo el signo de la importancia
que podía tener este género de espectáculo en la Ciudad de los Reyes.
3. 4. ¡Olé Gaona! ¡Olé Belmonte! La Plaza de Acho, centro del mundo
El visitante europeo que llega a Lima no asocia espontáneamente la ciudad
con una importante plaza de la tradición taurina: ¡está errado! Los aicionados
limeños se dicen exigentes y inos conocedores y proclaman gustosamente
con una brizna de fanfarronada: ¡no existe buen torero si a mi ciudad no
vino! Para justiicarse tienen títulos de nobleza. La Plaza de Acho, a orillas
del Rímac, fue la primera en ser creada en las Américas en 1766, mucho
antes que la de Ronda (1785) considerada como uno de los templos de la
tauromaquia ibérica. Los gallos y los toros fueron durante largo tiempo las dos
diversiones favoritas de la ciudad. Remitimos al lector a las increíbles y muy
impresionantes narraciones de Max Radiguet sobre las diferentes maneras de
lidiar con las ieras83. Se comprende mejor entonces la pasión que animaba
a las muchedumbres de la capital y que ha perdurado. De hecho, los más
grandes toreros han pisado la arena de la Plaza de Acho y han dejado ahí
recuerdos imperecederos. Las revistas y los periódicos de comienzos del siglo
tienen su rúbrica especializada. La ineludible Variedades cubre con numerosas
imágenes la actualidad tauromáquica. Última referencia y no de las menores,
Jorge Basadre consagra varias páginas de su Historia de la República a la vida
de la Plaza de Acho y de los grandes toreros.
La canción no podía ignorar tales eventos y de hecho, los compositores
dedicaron varias obras a los toreros célebres que agitaron la vida de la capital.
Sin ser innumerables estas están presentes en cantidad respetable en el
Véase los textos «Plaza de Acho».
Max Radiguet. Souvenirs de l’Amérique espagnole. Publicado en 1856, Michel Lévy
Frères. Una versión en castellano Lima y la sociedad peruana está disponible y se puede
descargar gratuitamente en el sitio de la Librería Virtual Cervantes.
82
83
178
El vals: un espejo de múltiples facetas
mundo de la música y de la canción populares. Encontramos su rastro en
los cancioneros, desde luego, pero también en los discos de 78 rpm de las
dos primeras décadas del siglo. Este es un indicio que debe llamar nuestra
atención porque entre 1910 y 1925, solamente los «temas» importantes
provenientes del Perú atravesaban esta etapa de la grabación.
Cuadro 17 – Música y corrida
Título
Género
Intérprete
¡Olé Ganoa!
Marcha
Batallón de gendarmes Victor T.M.
nº 1
72095-B
El Trianero
Pasodoble
Pilar Arcos/ Los Castil- Brunswick
ians
40373
orquesta
77965-A
La llegada
Belmonte
de Marcha one-step
Editor
Victor T. M.
N.o edición
Hemos encontrado una docena de canciones toreras en la serie de los números
300 de El Cancionero de Lima que cubren aproximadamente los años 1919,
1920 y 1921. Se constata primero que los géneros musicales utilizados para
loar las proezas de los toreros son más variados que en otras rúbricas como la
de las serenatas donde los valses eran ampliamente mayoritarios. Marineras,
marchas, pasacalles toreros, pasodobles, valses, polcas, la paleta de los ritmos
es muy multisonora y cubre los diferentes momentos del ritual taurino.
Esta variedad no tiene verdaderamente equivalente en la temática de las
canciones que presentan en su conjunto una singular similitud: arte, valentía
riman con valor y maestría; buen matador con fama y valor… entrecortados
de Olé y Viva que marcan la melodía. Sin duda hay que aceptar este tipo de
expresión como un ejercicio «obligado» de la canción torera y tratar de ir más
allá de estas letras convenidas para detectar su interés.
A pesar de la pobreza de las letras, las canciones traducen bien el
apasionamiento de todo un sector de la población por este género de diversión.
Las gloriicaciones repetidas de los más grandes nombres de la tauromaquia
de la época muestran que la llegada y las prestaciones de un Belmonte, de
Joselito o de Gaona eran vividas como circunstancias excepcionales. La música
y la canción aparecen como elementos que pueden dar otra dimensión al
momento vivido y compartido por una colectividad. Como si los sonidos y las
palabras consolidasen, avivasen la conciencia colectiva del acontecimiento y al
mismo tiempo conservasen su rastro. Es así como se puede leer la creación del
179
Gérard Borras
pasodoble Olé, Gaona, compuesto por Román Ayllón con ocasión de la llegada
a Lima el 16 de diciembre de 1916 del gran torero mexicano Rodolfo Gaona:
«La música, el popularísimo pasodoble que se tocó aquella tarde, Olé,
Gaona, relejó la expectativa del público» (Basadre, 1968: 4659).
Estas canciones son pues la ocasión de ijar un acontecimiento excepcional,
como si el prestigio del diestro repercutiese sobre la ciudad entera y sus
habitantes. Además, en la formulación se percibe la pasión frenética de los
limeños por este tipo de espectáculo.
Joselito84
Pasacalle torero
Letra y música del compositor César A. Castillo
Por in llegó el «Joselito»
este gran diestro que ha adquirido fama universal,
hoy todo el pueblo entusiasmado
lo ovaciona en general.
¡Viva Belmonte, viva Gallito!
Estos dos ases que dan que hacer;
viva la España, vivan los toros
Viva la madre que les dio el ser.
¡Olé la aición y este diestro popular !
Vamos amigos, vamos marchando
que en nuestra plaza ya va a torear
don José Gómez el Joselito
el gran «Gallito» va a debutar.(…)
Numerosas glorias de la tauromaquia marcaron la vida de los aicionados
limeños pero ninguno parece igualar la popularidad de Belmonte. El Trianero,
será célebre en numerosas composiciones que, todas, alaban su valentía y su arte:
A Juan Belmonte
Cuando Belmonte se presenta en ruedo
con sus hechuras, su arte y valentía,
aloca a todo Lima su maestría
porque nunca a los toros tiene miedo.
180
84
El Cancionero de Lima, n.o 332.
El vals: un espejo de múltiples facetas
Parece que este entusiasmo no es fruto de la imaginación o expresión de
una pasión sin vínculo con la realidad. Basadre a quien pocas cosas parecen
escapar hace el siguiente comentario:
«El 23 de diciembre de 1917 hizo su presentación en Acho Juan
Belmonte. No convenció en sus corridas iniciales; pero luego despertó
un entusiasmo inigualable como el diestro que toreaba más cerca, más
parado, más ceñido que ningún otro para crear no sólo impresiones de
peligro sino también de belleza» (Basadre, 1968: 4659).
Señal fuerte de esta popularidad, Brunswick y Victor T. M. grabaron dos canciones
a la gloria del Trianero. Esta admiración del público limeño por Belmonte venía
también del interés del torero por la ciudad. Regresó a ella varias veces: 1920,
1921, 1922, 1924-1925. Última señal, aceptó torear en Lima incluso después
de haber anunciado el in de su carrera y cortado la coleta:
¡Olé Belmonte!85
¡Olé Belmonte! que por nosotros
ha quebrantado su decisión,
pues vuelve al ruedo por nuestra Patria
del centenario en celebración.(…)
¡Olé Belmonte!, viva el trianero
nos da prueba de su alta estima
Sin coleta torea en Lima
la cual se había cortado ya.
¡Olé Belmonte!, tan sandunguero
que, bravamente, demostrará,
como otras veces lo que él bien sabe,
y alguna nueva que nos traerá.
Existen otros elementos que no hay que descuidar para comprender esta
reputación. El primero es anecdótico: Belmonte, quien hacía dar vuelcos a
los corazones de las bellas del mundo de la tauromaquia, encontró a la elegida
de su corazón en la capital peruana en 1918. El segundo lo es menos. En su
edición del 23 de febrero de 1918, la revista Variedades señalaba, con el título
«Reparto del donativo de Belmonte»86 que el diestro había donado el producto
de sus prestaciones a la caridad pública. Nadie duda que este gesto le daba
más aura al personaje.
Cancionero de Lima, n.o 371.
86 Variedades, n.o 521, 23 de febrero de 1918.
85
181
Gérard Borras
Al leer estas canciones, otro elemento
llama la atención y es la mención
repetida de España (8 ocurrencias),
de Triana, de Talavera, de las blancas
mantillas que cubren mil cabezas87, y
de todo este universo taurino que nos
da verdaderamente la sensación de
estar en realidad mucho más cerca del
Guadalquivir que del Rímac. Estamos
realmente en la Ciudad de los Reyes,
aquella que Pizarro trazó con la punta
de su espada según la leyenda, y Lima
está lejos, muy lejos de pensarse y
representarse como la capital de un
Estado andino donde viven millones de
indios.
Figura 15 – La trájica muerte
3. 5. Dramas y fascinación: los locos voladores y «las alas rotas»
Se entiende el apasionamiento de los limeños por las corridas. Forman parte
de una herencia de varios siglos y se puede decir que estas han participado
en la creación de cierto número de representaciones culturales en los medios
acomodados y populares de la capital. Pero a comienzos del siglo, aparece
otro «espectáculo» cuya novedad y magia van a fascinar a miles de limeños:
son las primeras evoluciones (es un poco difícil denominar aquello mitin
aéreo) de los pioneros de la aviación.
Las primeras hazañas de los aviadores europeos y en particular franceses88
llamaron muy pronto la atención de cierto número de latinoamericanos. El
brasileño Santos Dumont es sin duda quien ha quedado más presente en
las memorias. Pero los peruanos aportaron su contribución a las primeras
páginas de la aviación mundial y en su mayoría estos han caído en el olvido.
¡Olé Joselito! Texto completo, p. 358.
El centro de Louis Blériot en Étampes (Francia) es citado en la prensa como centro
mundial de la aviación.
87
182
88
El vals: un espejo de múltiples facetas
Comenzando por el primero de ellos: buen número de peruanos ignoran quién
era este «Jorge Chávez» que ha dado su nombre al aeropuerto internacional
de Lima.
Ellos «reviven» en las canciones que están entre las más estremecedoras que
hayamos tenido la oportunidad de retranscribir en el transcurso de este
estudio. Sorprendentemente, ninguno de los textos o de los discos alaba las
aventuras y las hazañas de los héroes vivientes, todos son homenajes póstumos,
compuestos después de trágicas desapariciones. Como si la musa popular no
hubiese sabido atrapar, ijar esta modernidad, sino tras un drama, categoría
con la cual tenía muchas más ainidades89.
Entonces, el impacto de lo que fue esta primera época de la aviación peruana
se mide a posteriori. Se puede decir que la primera gran página fue escrita por
un joven peruano nacido en Francia, llamado Jorge Chávez. Muy pronto,
fascinado por la novedad de la aviación batió el record mundial de vuelo
en altura en Blackpool, Inglaterra y renovó su hazaña en Francia antes de
acometer el 23 de setiembre de 1910 el cruce de los Alpes atravesando el paso
del Simplón. Lo logró a pesar de las difíciles condiciones pero a algunos metros
del suelo su avión se vio envuelto en una borrasca, el aviador fue gravemente
herido y murió días después. Tenía 23 años. Sus hazañas tuvieron eco en la
prensa internacional y desde luego peruana90. Aunque no vivió nunca en el
Perú, Jorge Chávez colocó al país en el concierto de las naciones «modernas»
e importantes. El anuncio de su muerte fue vivido con una increíble emoción
como lo prueban las dos fotografías publicadas en Variedades. Las autoridades
pero también numerosos habitantes de la ciudad rindieron homenaje al héroe
cuyos restos no fueron repatriados sino en 1957.
Estas canciones debieron existir pero hemos perdido su rastro. El autor de estas líneas
viene de una región de Francia donde las hazañas del piloto Jules Védrines —en un
tiempo candidato a la diputación en el departamento del Aude— fueron celebradas en
un vals aún muy presente en la memoria colectiva (con la música de La valse brune).
Qu’es acò que bronsina?
Es lo motur de Vedrinas, etc.
No se puede dudar que los limeños hicieron lo mismo.
90 Un sitio internet consagrado a la historia de la aviación en el Perú presenta varios
números de Il Corriere de la Sera donde las hazañas de Chávez ocupan toda la primera
página.
89
183
Gérard Borras
Figura 16 – «La concurrencia saliendo del templo»
Figura 17 – El templo de San Pedro durante las honras
fúnebres91
No sorprende entonces encontrar el rastro de este acontecimiento en las
columnas de El Cancionero de Lima que tiene especial cuidado en imprimir
las canciones directamente vinculadas con la actualidad. En el número 119
aparece el vals Jorge Chávez compuesto por R. Morín R. quien mezcla el
homenaje y el relato. La primera estrofa podría convenir a miles de individuos:
era sereno y honrado/como todo buen peruano. En cambio, las dos siguientes
narran sus hazañas como para integrarlas mejor, así como el personaje, a la
realidad del país.
184
91
Variedades, n.º 135, octubre de 1910.
El vals: un espejo de múltiples facetas
Jorge Chávez92
En su aeroplano sentado
él volaba a todo escape
y a su paso abandonaba
la montaña de los Alpes;
y cuando descencía
y su alma sonreía,
la muerte le sorprendió
para quitarle la vida;
deja a su patria sumida
en el más hondo dolor.
En Blakpool él obtenía
el premio más colosal,
por ascender más altura
obtuvo el récord mundial;
(…)
El hecho que Montes y Manrique integren a su célebre repertorio un vals
de idéntico título es otra señal de la conmoción ocasionada por el trágico
accidente. Incluso si el número de canciones grabadas por los dos cantantes
es considerable para la época, solo integraba las canciones «importantes» o de
moda. Jorge Chávez muere en setiembre de 1910. A ines de 1911, el dúo
grabó en los surcos de un 78 rpm el siguiente homenaje93:
Jorge Chávez valiente peruano
Tu nombre se inmortalizó
(…)
Llora patria mía
Llora con dolor
La muerte tan funeste
Del gran aviador.
Pero, de lejos, la historia de los primeros pasos de la aviación peruana no se
limita a Jorge Chávez. Otros pilotos se ilustraron pero esta vez en los cielos
peruanos. Inmediatamente después de los récords de Chávez se perilan
nombres como los de Carlos Tenaud, Juan Bielovucic o también Octavio
Espinoza. Una vez más, nos quedamos atónitos ante el impacto de estas
nuevas prácticas sobre la sociedad limeña y los medios de comunicación.
El Cancionero de Lima, n.o 119. Texto completo, p. 377.
93 Montes y Manrique, Jorge Chávez, vals. Disco Columbia p. 24 n.º 21509.
92
185
Gérard Borras
Variedades inunda sus números con fotografías consagradas a los pilotos y a
sus evoluciones. El 7 de enero de 1911, en el número 149, apenas algunos
meses después del accidente de Chávez, unas fotografías tomadas en el
Teatro Olimpo muestran a un denso público rindiendo homenaje a Tenaud
y a Bielovucic. En el número 151, 4 páginas y 14 fotografías muestran los
aviones y a un público inmenso asistiendo a sus evoluciones. Otro reportaje
aparece el 28 de enero (n.o 152) con cinco páginas y 18 fotografías. Se podría
citar decenas de números.
En aquellos años la aviación no era solamente evoluciones peligrosas realizadas
por algunos locos voladores. Formaba parte de la vida de la ciudad. Se
comprende mejor entonces la increíble emoción provocada por el accidente
que costó la vida a Octavio Espinoza y a Walter Pack, piloto de origen
norteamericano. Se comprende mejor también la abundancia de canciones
y de coplas relacionadas con la tragedia. El número 349 de El Cancionero
de Lima le está casi enteramente consagrado con siete canciones y una
primera página con fotografía. Algunas de estas composiciones pertenecen
a la categoría de los homenajes llenos de énfasis y no tienen otro interés
sino el de señalar la emoción —sincera o circunstancial— ocasionada por el
acontecimiento evocado. Remitimos a Octavio Espinoza – A Espinoza – Los
aviadores – La muerte de Espinoza94.
Pero otros textos merecen una lectura más atenta porque su forma es, al
contrario, un modelo que nos permite comprender algunas de las funciones
de la canción popular en este Perú de comienzos de siglo. Se percibe un
primer esbozo en el vals intitulado El accidente de Oquendo en el que el letrista
en vez de deshacerse en alabanzas convenidas, comienza por una primera
estrofa que describe el accidente:
El accidente de Oquendo95
Una tarde que volaron
Espinoza y Walker Pack
describiendo allá en los aires
un arriesgado zig-zag
Los aparatos chocaron
con estrépito infernal
y cayeron los pilotos
186
94
95
Véase la rúbrica «Aviadores», p. 373.
El Cancionero de Lima, n.o 349. Texto completo, p. 375.
El vals: un espejo de múltiples facetas
que en un instante murieron
víctimas que sucumbieron
de su destino fatal. (…)
A pesar del tamaño en suma muy reducido de la canción, esta logra, en el
espacio de cuatro estrofas, decir, transmitir una información. Ahora bien,
un ojo un poco entendido, habrá notado la forma (por cierto maltratada en
relación con la norma clásica96) de la décima, otra estructura importante de
la oralidad que en muchos lugares del mundo hispánico ha desempeñado
un rol de matriz para la formulación de la información, su transmisión y su
conservación.
En la última estrofa, siempre con afán detallista e informativo, da los nombres
de los dos mecánicos que perecieron con los pilotos:
Walker Pack con Espinoza
Con Andrés Alta y Rovaretto…
La segunda canción es también un vals que lleva por título Espinoza y Pack97.
Nuevamente se nota este deseo de construir un relato para dar informaciones,
detalles, sobre el acontecimiento como el corrido mexicano o el romance español.
El 14 de febrero fatal día
los dos vuelan en opuesta dirección;
Walht Pack en el Oriol de Juan Leguía
y Espinoza voló en su propio avión.
Fue el destino fatal que así lo quiso
que en Oquendo llegáranse a encontrar
y por una maniobra que Pack hizo
los aviones llegaron a chocar.
El choque ocasiona la caída
de los ya celebrados aviadores
hay! y su muerte ha sido muy sentida
por todos, todos sus admiradores.
Los cadáveres fueron trasladados
de Oquendo a la ciudad en un camión
y a Santa Catalina son llevados
en medio de una gran consternación.
Efectivamente el esquema clásico de la décima espinela (abbaaccddc) no es respetado
como tampoco el de la décima falsa (abaabcdccd).
97 Texto completo, p. 375.
96
187
Gérard Borras
Allí en el cuartel fueron velados
los restos de los grandes aviadores
a los que les han sido tributados
unos merecidísimos honores.
El último texto, La trágica muerte de los aviadores atraviesa una etapa
más y desarrolla completamente el evento incluyendo a través de sus 136
octosílabos y sus 34 cuartetas (¡!) la descripción del accidente, el traslado
de los cuerpos a Lima, el entierro y la conclusión/moraleja. El compositor
letrista proyecta al oyente (y para algunos al lector) al corazón de la acción
respetando escrupulosamente la cronología, las etapas: En la tarde de aquél
día/pocos instantes después/al divisar Espinoza/una vez llevado a tierra/A las dos
de la mañana/Finalmente.
Con notable maestría, (pero no siempre buen gusto) da bastantes detalles que
permiten reconstruir visualmente el conjunto de la escena. Citamos algunos
de ellos pero remitimos al lector a la integralidad del texto:
El intrépido aviador
señor Octavio Espinoza
regresaba ya de Ancón
en su navecilla hermosa.
Pocos instantes después (…)
y con dirección opuesta
(es decir de Lima a Ancón)
Llega Pack hecho una iesta (…)
Una vez llevado a tierra
se pudo allí contemplar
la aeronave destrozada
y el piloto sin hablar.
Se le hizo arrojar el agua
que en su caida tragó,
después de desatado
al poco rato murió.
(…)
Y muy cerca de él
estaba su mecánico tendido
dentro de un charco de sangre
todo el cráneo partido.
Otra etapa del texto describe la conmoción popular que provoca el accidente
primero y el entierro después:
De Puentepiedra hasta Guía
esperaban la llegada
millares de hombres y niños
con expresión consternada.(…)
El pueblo desenganchó
a los caballos que halaban
188
las carrozas en donde iban
los retos que veneraban.
Disputándose el honor
en tan solemne ovación
de conducirlos en hombros
hasta llegar al panteón.
Este texto publicado en un cancionero es una magníica prueba del vigor de
un género basado en la oralidad en esta víspera de grandes cambios sociales y
culturales que van a ver, particularmente, la generalización de la alfabetización
y de lo escrito… y la desaparición de este género de textos. Estamos todavía
El vals: un espejo de múltiples facetas
en una época donde la formulación poética de un acontecimiento capaz de ser
cantado (este texto no lleva ninguna indicación a este respecto) le coniere para
algunos sectores una existencia social. No estamos simplemente en el registro
de la descripción y de la memoria. Estos textos, al mismo tiempo que dan una
información y que la transmiten//conservan, muestran una teatralización del
cuerpo social, proponen una suerte de puesta en abismo donde los actores se
ven ellos mismos actuar y existir a través del relato. También buscan trazar
los contornos de una comunidad frente a un acontecimiento doloroso. Ahí,
pueden intervenir otras intenciones, otros intereses. Se perilan a veces los
acentos patrióticos de una nación siempre muy sensible sobre el tema como
lo evoca esta estrofa de Los aviadores98:
«A despecho del destino/y del pérido vecino/que nos acecha constante/
seguiremos el camino/¡adelante, adelante!»
4. Un género privilegiado: la crónica roja
Este recurso a la matriz de la tradición oral encuentra toda su dimensión en
la crónica casi cotidiana de los acontecimientos que marcaban más fácilmente
la mente y la vida de la gente modesta que las de los sectores acomodados
de la capital. Esta parte podría, ella sola, ser objeto de un estudio especíico
porque las canciones relacionadas con este tema son numerosas. Aquí solo
estudiamos una selección que intenta poner en evidencia las características
de estas canciones.
4. 1. Ataques y asesinatos
Los crímenes y las muertes iguran en buen lugar en la lista de los temas
privilegiados por la crónica roja. Basta con pasar en revista los primeros
números de la serie 30099 de El Cancionero de Lima para constatar que este
género tiene éxito.
301 El nuevo Caín
Texto completo, p. 382.
La serie que hemos estudiado es muy incompleta pues no disponemos sino de 21
ejemplares entre los números 300 y 350. Puede ser entonces que otros relatos de crímenes
hayan sido publicados en El Cancionero.
98
99
189
Gérard Borras
301 La muerte de Bedoya
304 Descubrimiento de un crimen
306 El suicidio de las Cómodas
320 El crimen de la calle Espaderos declaración de los asesinos
322 Drama pasional de Mercaderes
326 El crimen del Callao
327 El crimen de la Victoria
340 El crimen del Barranco
Obviamente, estos crímenes conmueven, asustan a veces, sorprenden, porque
en la ciudad, aun de tamaño modesto, son la ruptura visible y muy cercana
de un orden social. Son en sí el relato de una desviación. La canción y su
intermediario inmediato, los cancioneros, dan otra forma de existencia al
acontecimiento poniéndolo en forma melódica y poética. A menudo lo
relatan pero también destacan el lado insólito o sorprendente de la noticia
relatada. No son solo vectores de información, aportan una parte adicional
que es la que el letrista/compositor desea poner en evidencia.
El primer texto de la lista arriba mencionada es publicado sin indicación
adicional que señale eventualmente el género musical, con el aire de qué
melodía se canta, y quién es el autor. La originalidad del tema ya está
encontrada; se trata de un crimen excepcional pues pone en escena a dos
hermanos que se oponen por el amor de una misma mujer. Aquí la ruptura
del orden es doble: los vínculos de fraternidad no son una frontera, una
barrera suiciente para erigirse como valor supremo que impida el conlicto.
Por otro lado, el fratricida conducido nuevamente a los lugares de la pelea,
lejos de apiadarse, saca un arma que escondía y se ensaña con su hermano que
estaba tendido y lo apuñala.
Desde luego las 10 cuartetas de octosílabos narran la escena y sus diferentes
momentos siguiendo un esquema muy conocido pero la última no deja
de concluir mostrando que la moral está a salvo y que el orden social es
preservado.
190
El vals: un espejo de múltiples facetas
El nuevo Caín100
(…)
Después de algunos esfuerzos
fue reducido el matón,
llevado cual merecía
a purgar en la prisión.
Esta referencia a la «buena conducta» estaba ya presente en el texto cuando el
letrista rendía un homenaje insistente a las fuerzas del orden:
La policía que es lista
en casos como el presente
cumpliendo con sus deberes
le dio caza al delincuente.
Dicho de manera diferente, a través de los ejemplos de naturaleza variada,
uno percibe una de las constantes de estas canciones. Estas dicen el horror
para llevar mejor al conjunto del cuerpo social de la ciudad y en particular a
aquel en el que eran difundidos un discurso de normas y de comportamientos
ciudadanos. Podemos leer en las estrofas de este vals:
La captura de «Cata»
Cata que es un gran malvado
a una pobre anciana
en barranco estranguló,
y por no ser denunciado
a la infeliz muchacha
también él la hirrió.
Ya encerrado está
entre rejas el bandido,
que pronto recibirá
el castigo merecido.
Hoy toda la sociedad
da un voto de aplauso
a esta gran autoridad,
que con su sagacidad
descubrió al criminal.
El crimen de la calle Espaderos101 describe con bastantes detalles los diferentes
momentos del asesinato, el comportamiento perverso, hasta incluso
monstruoso de la instigadora y de su cómplice. Siempre por medio del
octosílabo y de la copla el letrista nos sumerge en el corazón del acontecimiento,
pone en evidencia los aspectos más sombríos de la asesina de quien sabremos
por los versos que terminan la canción que además de ser bella, perversa y de
dudosa moralidad, ¡era de origen chileno! LQQD nos atreveríamos a añadir:
100
101
El Cancionero de Lima, n.o 301. Texto completo, p. 390.
Texto completo, p. 391.
191
Gérard Borras
Yolanda es joven y hermosa,
Chilena y de alma muy mala
De vida – dicen – dudosa
Y vistió siempre con gala.
En otra canción el autor se sorprende del móvil del asesinato que preigura
ya el título, manera de enganchar al oyente/lector: El crimen de la calle de
Espíritu Santo por entonar una canción. En una ráfaga de tres décimas esta
vez de factura muy clásica, describe las circunstancias del crimen y pone en
evidencia el lado incomprensible del gesto y sugiere una explicación:
El criminal que es un taita
Peor que el del arrabal;
Padece de un grave mal
Y diz que se llama Isaac Maita
A las mujeres engaita,
Como también engaitó
A esa infeliz que mató
Llamada María Lara,
Porque ¡cosa rara!
Una canción le cantó.
Una vez más estamos fuera de lo aceptable, de la norma, pues esta vez además
de la situación de ilegalidad, se adelanta la de la locura.
Percibimos entonces la dimensión ideológica de este género de producción:
validar un cierto orden social y elaborar, bajo diferentes modalidades y formas,
mensajes cuyo objetivo radica en convencer pacientemente a amplios sectores
sociales que la buena conducta pasa por la aceptación de un «statu quo social».
Es una de las lecturas propuestas por Steve Stein en su artículo sobre los
valores de la clase obrera en Lima a inicios del siglo XX (Stein, 1982). Muchas
de las airmaciones de Stein habrían merecido más prudencia y análisis, sus
osadas generalizaciones basadas en un corpus demasiado limitado prestan
severamente el lanco a las críticas; pero es uno de los primeros en haber
hecho relucir la dimensión ideológica de la canción y del vals criollo en Lima
en esta época. Ahora bien, estas son aquí lagrantes.
192
Si los ejemplos precedentes no hacen sino esbozar la cuestión, el que hemos
deseado analizar ahora la hacen todavía más evidente. En 1916, un joven
empleado doméstico asesinó a sus patrones, los esposos Ibarra. La juventud
del asesino, autor de un doble crimen con arma blanca, y su ausencia de
remordimientos, tuvieron un eco considerable en la prensa y la sociedad
limeña. La canción, iel a sus costumbres, fue evidentemente la testigo de
El vals: un espejo de múltiples facetas
este crimen. La primera que presentamos es publicada en el número 269
de El Cancionero de Lima pero es sin duda una repetición de una canción
más antigua pues el número 249 de las semanas anteriores había «cubierto»
ampliamente el asunto presentando más canciones de actualidad. Este vals es
relativamente neutro y aporta un comienzo de explicación a este asesinato:
Alejandrino Montes102
Alejandrino Montes
el joven criminal
que mató a sus patrones
haciéndose fatal;
él lo hizo por venganza,
según lo declaró,
al repetir el crimen
cómo los victimó.
Vamos a ver que las interpretaciones en torno a las motivaciones del asesino
no van a faltar. No obstante, sin poder mostrar demasiadas certezas, parece
que el móvil de la venganza no carece de fundamentos. En efecto, en un
estudio sobre el trabajo infantil en Lima, el historiador Ricardo Portocarrero
recalca que los maltratos inligidos y las condiciones de trabajo habían podido
originar el asesinato103.
Encontramos versiones diferentes en el número de El Cancionero de Lima
cuya primera página reproducimos aquí abajo. El espacio otorgado al asunto
es evidentemente una señal de su importancia. Ahora bien, se le consagran no
menos de 31 cuartetas distribuidas en tres textos.
La primera «canción» es una increíble icción que pone en escena a un célebre
hipnotizador que se presentaba en todos los escenarios importantes de
América Latina104. De lo que se trata desde luego es de arrancar confesiones al
asesino quien hasta ese momento no se había mostrado locuaz. Y la respuesta
El Cancionero de Lima, n.o 269. Texto completo, p. 387.
103 «Las relaciones entre patrones y sirvientes no se habían modiicado desde su inicio
en el siglo XIX. La mayoría de estas labores eran realizadas por niños traídos del campo
particularmente de las haciendas cuyos propietarios residían en Lima. Éstos no sólo eran
traídos a trabajar en sus casas sino también en las de sus amigos y compadres. De que
las situaciones y abusos y maltratos no habían cambiado lo podemos ver en el caso de
Alejandrino Montes, quien, (…) asesinó a los dueños de la casa en donde trabajaba,
cansado de la situación. En este caso se vio involucrada su hermana Fabiana quien
también laboraba junto a él» (Portocarrero Grados, 1998: 62).
104 Remitimos a la igura 7 que reproduce una página de El Comercio del 29 de noviembre
de 1913. El artista se presentaba entonces en el Teatro Mazzi.
102
193
Gérard Borras
(supuestamente auténtica porque fuera de control de la voluntad) es muy
diferente de la versión anterior:
Declaración de Montes a Onofrof105
-Sí señor, yo los maté,
por envidia a su riqueza.
-Qué esperaba de esa vileza?
-Ser rico me iguré,
yo envidiaba a mi patrón,
yo me quería igualar
y cambiar de condición
para pasearme y mandar.
Porque rico se soñó
Asesinó a sus patrones
Le sed de oro lo llevó
Al crimen con sus horrores.
He aquí el verdadero crimen de Alejandrino Montes, la ambición, la codicia,
el deseo de acceder a las ventajas de otra clase social o, por lo menos, a las
representaciones que se hacía de ella: cambiar de condición/para pasearme y
mandar. De ahí la conclusión inapelable de Onofrof:
Es un chico degenerado,
Ambicioso y sin temor
Es un desequilibrado
Digno de justo temor.
Esta ambición produce un desorden incontrolable, pone en peligro los valores
de la sociedad; entra en la categoría de la demencia y merece una justa sanción.
Los otros textos del número 249 van sin duda todavía más lejos en su mensaje
subliminal. El primero lleva el título de Entrevista de Alejandrino y su padre106.
El padre visita a su hijo encerrado en el calabozo. El hijo es insensible en un
primer momento (ni el más liviano suspiro), luego la presencia de su padre y
de los valores que él encarna lo vuelven a la normalidad: estrecha en un fuerte
abrazo/a su padre el infeliz. Después de la confesión (del crimen soy el autor)
recupera su naturaleza:
194
El Cancionero de Lima, n.o 249. Texto completo, p. 387.
106 Texto completo, p. 388.
105
El vals: un espejo de múltiples facetas
Ni una lágrima vertió
ese hijo desventurado,
al recuerdo del pasado
ni menos se conmovió.
Y la continuación de la canción no está ahí sino para poner en evidencia la
distancia existente entre un padre que pacientemente ha aguantado los rigores
de la existencia sin por ello rebelarse y un hijo fuera de estos comportamientos
que, aunque duros, conieren respetabilidad, «honorabilidad»:
Aunque soy un hombre honrado
Que vivo de mi trabajo
También fui calumniado
Y tratado como estropajo.
El último texto es la tercera y última etapa de la historia de Alejandrino
Montes vivo. El autor de este vals Montes y su padre107 produce un texto en
primera persona y siendo Alejandrino quien se dirige a su padre, pero de
manera totalmente diferente. Lejos de la insensibilidad y la rebeldía, es un ser
que tiene conciencia de su falta y se vuelve hacia Dios: De Dios espero sólo el
perdón. Asume su error y admite la justicia de los hombres. Pide ayuda a su
madre (Dile a mi madre que ruegue a Dios/Por ese hijo…) y por un momento
recrea el núcleo familiar virtuoso del cual se ha separado. En el fondo de su
prisión vuelve a ser, por la gracia de la justicia de los hombres y de los valores
religiosos y familiares, el individuo que no habría debido dejar de ser.
Apenas dos años después, el número 356 publica el vals La muerte de
Alejandrino Montes108 en el cual se anuncia también el deceso de su hermana
Fabiana. La «justicia» de los hombres podía ser también una venganza.
Estas canciones pretenden tener una virtud pedagógica: prescriben un
comportamiento «normal» por no decir normado. Hay en ello una
reminiscencia del exemplum tan importante en las prácticas religiosas y
culturales del antiguo colonizador. Implícitamente, deinen el marco del
comportamiento ejemplar y hacen del conformismo una de las virtudes
cardinales del comportamiento social109.
El Cancionero de Lima, n.o 249. Texto completo, p. 389.
108 Texto completo, p. 389.
109 «El conformismo es una fuente inagotable de felicidad, los grandes retrocesos en la
vida no vulneran los corazones de aquellos que saben conformarse; la conformidad ofrece
107
195
Gérard Borras
4. 2. Bandoleros y faites
Muchas otras canciones hacen el relato y el comentario de hechos diversos
que perturban el orden social. Pero a diferencia de los casos precedentes, los
actores de estos procederes tienen una identidad, un estatus especíico en la
sociedad peruana. Su función, sus procederes, su historia personal, les han
conferido cierta estatura y a menudo una reputación que la tradición oral y
la canción han contribuido a construir. Utilizando criterios de ordenación,
se podría oponer los dos grupos de individuos que son objeto de esta parte.
Por un lado los bandoleros que tienen una vida al exterior de la ciudad, por
otro lado los faites que, al contrario, hacen de la ciudad y del barrio el lugar
predilecto de sus actividades. La realidad es sin duda más compleja y las
fronteras no son tan tajantes sobre todo en lo que atañe a los bandoleros
que hacían sus entradas a las ciudades. Pero el teatro de sus actos sí está
claramente identiicado.
Los faites, o faiteman son personajes que tienen un parentesco seguro con el
guapo porteño110. Personaje de carácter receloso, siempre listo a desenfundar
la chaveta, vive a veces de la protección que ofrece a algunas damas y a veces
también a algunos políticos. Pertenece a este mundo de lo intérlope donde
las reglas del honor, de la valentía, parecen sustituirse a las que se aplican al
común de los mortales.
El nombre y la existencia de estos personajes han dejado en Lima mucho
menos rastros que en Buenos Aires donde el tango se encargó de darles una
presencia y una memoria. Solo sobreviven a través de un episodio cuya huella
ha sabido conservar la canción111. El 2 de mayo de 1915, dos célebres faites
de la ciudad se encuentran para arreglar «en el acto», con la punta y el ilo de
su chaveta, el diferendo que los oponía. Tiriilo tiene una estatura, una fuerza
y un valor (y un prontuario) que hacen de él el más temido y respetado de los
faites de Malambo. Carita, mucho más joven y de estatura más bien modesta
no parece disponer sino de su valentía y de su habilidad. El juego estaba
196
los mayores beneicios, porque le permite a uno evitar inquietantes preocupaciones y
tenebrosas irritaciones». Frase extraída de un periódico de tendencia anarcosindicalista,
El obrero textil. 1o de mayo de 1925. El autor hacía esta constatación y criticaba tal
comportamiento (citado por Steve Stein, 1982).
110 Remítase al capítulo «La secte du surin et de la bravoure. Gouapes et compadritos»
(in Salas, 1994).
111 Ciro Alegría relata esta pelea en el cuento Duelo de caballeros (1963).
El vals: un espejo de múltiples facetas
hecho y muy pocos apostaban sobre el éxito del outsider. Sin embargo, eso es
lo que ocurrió. A pesar de sus terribles heridas, Carita hundió su arma en el
pecho de su rival y este entregó el alma.
El episodio es en sí bastante poco original, y no era la primera vez que
unos rivales ajustaban cuentas de esta manera. No obstante, este tuvo un
eco considerable tanto en los medios populares de los que provenían ambos
hombres como en los diarios más copetudos de la capital112. ¿Qué tenía de tan
excepcional este duelo? Presenta un concentrado de elementos que convienen
perfectamente para la construcción de la leyenda y de su relato. Los dos
«héroes» son excepcionales, uno por su fuerza y su reputación, el otro por la
valentía que le permite afrontar al terror local. Pertenecen a la sociedad, pero
a su margen, y no tienen los códigos ni los valores del ciudadano promedio.
En esto también son excepcionales y suscitan tanto miedo como curiosidad.
Luego, está la teatralización de la pelea, que se desarrolla simbólicamente
en los márgenes de la ciudad (en El Montón que era uno de los botaderos
de Lima) y cerca de una vía férrea cuyos rieles parecen escribir los límites
de la ciudad. La hora también no es trivial, la pelea tiene lugar de noche,
cuando ha salido la luna. A pesar del origen plebeyo de los actores, la pelea se
desarrolla siguiendo un ritual, en el que los códigos de honor son respetados.
Permanentemente existe pues este juego entre lo social y el margen de lo
social. Por último, está la pelea misma y su resultado, Carita recibe tantas
heridas que el cuento requiere etapas para desarrollarse, y llega, en el sentido
más puro del término, el «estupor»: el más débil, el menos experimentado,
aquel por quien nadie o casi nadie apostaba inlige un golpe mortal a su
adversario.
Este es el relato que encontramos en unas cuantas versiones de canciones
populares que hemos podido recuperar gracias a los cancioneros y a la revista
Variedades: La muerte de Tiriilo (a), la muerte de Tiriilo (b) y Sangre criolla113.
Cabe destacar la sobrecogedora similitud particularmente del primer texto
con los clásicos romances de la España de la Reconquista.
112 «La noticia fue recibida con incredulidad por los cronistas policiales. ¿Muerto a chaveta
Tiriilo, el as de Malambo? Luego que la conirmaron viendo el cadáver en la morgue y
entrevistando a Carita en el hospital, los diarios lucieron crónicas y reportajes a grandes
titulares, durante muchos días. (…) El alma del pueblo vibró. Valses criollos y marineras
cantaron la hazaña. Un nuevo héroe popular había surgido. A la larga fue envuelto en
una aureola de leyenda» (Ciro Alegría, 1963).
113 Textos completos en la rúbrica Crónica roja, p. 387.
197
Gérard Borras
Pero si estas canciones hacen relatos casi idénticos, no tienen puntos de vista
similares en cuanto a los actores en presencia y sus acciones. El primer texto
traza rápidamente la escala de valores que van a servir de guía de lectura del
suceso:
Era Cipriano Moreno
de carácter singular
por sus múltiples hazañas
notable en el Tajamar
sus instintos depravados.
bien pronto dio a conocer
con los pobres desgraciados
que en los barrios apartados
cayeron en su poder.
A lo largo del relato Cipriano Moreno, alias Tiriilo, es claramente descrito
como un individuo moralmente indefendible:
pues por sus malas hazañas
seguro la causa ha sido
de la muerte que ha tenido,
llegando a ser muy temido
por su terrible actuación.
La moral señala el justo retorno a los valores que, un poco como una ley
natural, se aplican al conjunto de la humanidad, trazando así los límites del
comportamiento social:
Quién a cuchillo mata
a cuchillo muere.
Así, la canción es verdaderamente normativa y no es en ningún caso una
gloriicación de los personajes, ni siquiera de aquel que pone in a las acciones
de Tiriilo. El segundo texto no ofrece una lectura diferente:
Ni siquiera un leve acento
de dolor se oye cercano
Todos dicen: fue un villano
que vivió para tormento.
Es un enemigo menos
de la pobre humanidad
que lleva a la eternidad
el estigma que sabemos.
198
El tercer texto en cambio propone un punto de vista sensiblemente
distinto, y cosa sorprendente, es publicado en la revista Variedades, la
misma que nunca escondió sus opiniones respecto a la música popular
criolla. En uno de sus números del mes de mayo de 1915, no pudiendo
El vals: un espejo de múltiples facetas
escapar de la magnitud del acontecimiento, da
la información y, en una línea editorial que es
la de la nota roja, publica una reconstitución,
un montaje fotográico de la pelea:
Y agrega este comentario:
Figura 18 – «Reconstrucción gráfica de la
escena del duelo en el Tajamar»
«Dentro de poco la musa anónima
impresionada con el hecho trágico rimará
alguna ingénua canción y en la música criolla
se elevará alguna marinera o algún tondero
o vals típico en que iguren los héroes de la
jornada de las chabetas. Y esa música será
seguramente triste»114.
En el número siguiente, publica este texto acompañado de la canción Sangre
Criolla:
«El último duelo criollo y la musa popular
Como lo presumiéramos en nuestro número anterior, al dar información
gráica del sensacional duelo criollo entre «Tiriilo» y «Carita», la musa
popular se ha inspirado en aquel duelo sangriento y ha creado unas
coplas cantadas con la música conocida con que aquí se canta las
coplas dedicadas a la memoria del bandido nacional Luis Pardo. Como
una verdadera curiosidad y por tratarse de una conirmación original
de lo que dijéramos en nuestro anterior número reproducimos aquí
los versos que se han estado vendiendo por las calles de Lima en los
últimos días.»
El discurso es muy interesante en la medida en que se percibe dinámicas del
mayor interés. Si damos crédito a la revista, los periodistas habían anticipado
el suceso y apostado sobre la creación de canciones populares que relaten los
hechos y creen sus «héroes». Publicando la canción una semana después, la
revista se auto gratiica alabando su perspicacia (una conirmación original de
lo que dijéramos en nuestro anterior número).
Una cosa es segura, estas canciones existieron y esto muestra bien esta
capacidad de los letristas para reaccionar instantáneamente ante una
circunstancia particular. Se constata después que la revista no llega a situarse
114
Variedades, 8 de mayo de 1915, n.o 375.
199
Gérard Borras
en el nivel de los hechos que relata la canción popular. Según el redactor, esta
no hace sino retranscribir una canción que se canta en las calles de Lima y
la presenta a sus lectores como una curiosidad. Nos damos cuenta entonces
de la distancia existente entre los dos mundos. Ahora bien, sin que podamos
estar seguros de nuestra airmación, varios elementos parecen indicar que
el texto de Sangre criolla no es verdaderamente el fruto de la musa popular
como pretende serlo. Varios indicios son la marca de una cierta exterioridad
en relación con los eventos relatados. El recurso frecuente a la cursiva es uno
de ellos. Aquello que se supone como perteneciente al universo de los otros,
en particular sus expresiones idiomáticas, está puesto en cursiva para señalar
bien que se trata de un discurso que no pertenece a las referencias habituales
de los lectores de la revista.
Los bandoleros no son, desde luego, una especiicidad peruana y el siglo XIX
español tiene sus héroes en este campo. Pero como en otros países de América
Latina, los asaltantes de gran camino han sido una realidad extremadamente
fuerte en la agitada historia de los países recientemente independientes, en
los que cantidades de individuos sin futuro encontraron en esta actividad no
solo una fuente de ingresos sino también una manera de vivir en ruptura con
los códigos de un comportamiento social «aceptable». El bandolerismo fue
extremadamente fuerte en el Perú y Jean Piel hace una descripción de ello
que no deja dudas sobre la crueldad y la violencia con la cual podían proceder
estos personajes115.
No obstante, a pesar de estas exacciones, la igura del bandolero adquiere
una dimensión particular. Por cierto, a menudo será representado como un
pillo que vive al margen de la sociedad a la que atraca, pero no por ello es
un individuo sin normas y sin valores. A semejanza de un Robin Hood o de
El Tempranillo, aparece generalmente como un ser generoso que protege a la
«Algunas veces, este bandolerismo se acompaña de actos de una rara crueldad que lo
relaciona con los fenómenos de bandidaje. En junio de 1834, una banda detiene a un
correo indio —un chasqui— en el camino de Lima a Huacho. Lo despoja de su bolsa,
y, gratuitamente, le revienta los ojos con un cuchillo y lo deja, abandonado y ciego en
medio del desierto. Si la víctima de un robo intenta oponer la menor resistencia, es
matada en el acto, a quemarropa. Estas violencias exasperadas pero frecuentes son la señal
evidente de una ruptura total con las instituciones dominantes: los que cometen tales
actos ya no tienen nada que perder. Desarraigados, sin estatus jurídico ni económico,
los bandoleros detenidos por las fuerzas represivas no esperan nada más que la tortura
durante la investigación, y después la muerte» (Piel, 1982: 8).
115
200
El vals: un espejo de múltiples facetas
viuda y al huérfano y que redistribuye parte de su botín. Numerosas canciones
han cantado los procederes de tal o cual bandolero, pero a comienzos del siglo
XX, aparece en Lima un vals que va a eclipsar a todas las otras composiciones
de tema similar. La canción de Luis Pardo, frecuentemente conocida con el
nombre de La andarita, es un enorme éxito.
Esta canción sale en 1909, después de la muerte, más exactamente de la
ejecución, del bandolero que había saltado a los titulares en la zona del
departamento de Ancash a inicios del siglo. Difundida en los cancioneros,
en la prensa de la «gente decente», grabada por la Victor TM en los años
1920116, esta será rápidamente una de las ineludibles de la canción popular
de la costa peruana y forma parte aún en nuestros días del repertorio clásico
de los cantantes criollos. Jorge Basadre señala que en 1927, fue rodada una
película que ponía en escena al célebre bandolero117. ¿Cómo comprender el
impacto y el éxito de esta canción en la sociedad de la época? Sin duda porque
esta era, vamos a intentar ponerlo en evidencia, mucho más que el relato de
las fechorías de un simple fuera de la ley.
Figura 19 – La muerte de Luis Pardo
El canto de Luis Pardo está
compuesto de una serie de once
décimas cuya historia es bastante
misteriosa. Fueron publicadas por
primera vez el 23 de setiembre de
1909 en el semanario Integridad
dirigido entonces por «El Tunante»,
Abelardo Gamarra, igura legendaria del criollismo, pero en
ningún momento él reclamará su
paternidad. El rumor decía que
estas habían sido encontradas sobre
Luis Pardo: Gamarra y Marini (autor L. Yerovi). VTM n.o 73633-A. Por razones
de duración, el vals grabado no podía retomar las once décimas. Solo son cantadas la
primera, la quinta, la novena y la undécima estrofa.
117 Enrique Cornejo Villanueva, propietario de la fábrica nacional de Calzado Record, tuvo
en 1927, la iniciativa de producir una película nacional sobre la leyenda del bandolero
Luis Pardo. Se estrenó el 27 de octubre de 1927 en el Teatro Excelsior y repuesto por dos
días en funciones dobles (Basadre, 1964, tomo X: 4656).
116
201
Gérard Borras
un banco público y que le habían sido traídas a Gamarra quien decidió
publicarlas. Otros airman que el autor del poema es Leonidas Yerovi padre,
y con razón o sin ella, la Victor grabará Luis Pardo haciéndolo igurar como
autor. Nada es seguro en este campo y la imagen del anonimato le sienta
totalmente a este género de composición que pretende fundirse en la masa de
la canción popular sin autor conocido.
El poema no es la narración de un acontecimiento particular sino un monólogo
que permite al lector y en parte al oyente comprender mejor al personaje de
Luis Pardo, sus valores y el sentido de su rebelión. La primera estrofa dibuja
los contornos de un personaje sensible, a la vez enamorado romántico e hijo
nostálgico del amor ilial del cual fue privado tempranamente:
Ven acá mi compañera;
ven tú, mi dulce andarita,
tú sola, sola, solita,
que me traes la quimera
de aquella mi edad primera,
que en el campo deslizada,
junto a mi madre amada
y de mi padre querido,
era semejante al nido
que hace el ave en la enramada.
En efecto, en la estrofa siguiente nos enteramos de uno de los motivos de su
rebelión:
A mi padre lo mataron,
mi madre murió de pena;
ella, tan buena, ¡tan buena!
¡Ellos que tanto me amaron!
Con ambos me arrebataron
lo más que en el mundo quise.
Estamos lejos de la imagen del bruto incapaz de sentimientos, muy al contrario.
Progresivamente, como utilizando la técnica del negativo fotográico, el
compositor moldea la imagen de un personaje por cierto bandolero, fuera de la
ley pero que concentra todas las virtudes de las que carecen las autoridades que
lo persiguen. Su rebelión adquiere entonces otra dimensión. El fuera de la ley
se convierte en la encarnación de la verdadera justicia y del verdadero derecho:
202
De entonces, ¿qué hube de hacer?
Odiar a los que me odiaron;
El vals: un espejo de múltiples facetas
matar a los que mataron
lo que era el ser de mi ser;
en torno mío no ver
sino la maldad humana;
esa maldad cruel, insana,
que con el débil se estrella,
que al desvalido atropella
y de su crimen se ufana.
Su experiencia personal adquiere una dimensión colectiva porque como todo
hombre generoso que ha vivido en carne propia el drama de la injusticia,
asume sus responsabilidades morales y se convierte en el defensor de los
oprimidos incapaces de defenderse.
Por eso yo quiero al niño;
por eso yo amo al anciano;
y al pobre indio, que es mi hermano,
le doy todo mi cariño.
No tengo el alma de armiño
cuando sé que se le explota;
toda mi cólera brota
para su opresor, me indigna
como la araña maligna
que sé aplastar con mi bota.
El pasaje referente a la defensa del indio está completamente a tono con
la época donde el indigenismo encontró diferentes canales que le permitían
actuar y expresarse. Poco a poco, se ve que la imagen toma cuerpo y supera
ampliamente la narración de las hazañas de un bandido para deslizarse sin
duda en otro registro de signiicado. La canción es, de manera totalmente
paradójica, un verdadero catálogo de comportamientos cívicos y morales
asumidos, tomados a su cargo y defendidos por un personaje que se ha
puesto al margen de una sociedad y de las instituciones que él condena, cuyas
actitudes desaprueba. En este periodo de la historia peruana conocido como
el de la «república aristocrática», el personaje de Luis Pardo será la encarnación
de los valores que pueden voltear la tendencia y aportar a aquellos que más
los necesitan, los valores que un Estado justo debería garantizar. En este
sentido, él personiica estos mismos valores y preigura la imagen del salvador
político, del hombre sensible que sabrá inalmente aportar las soluciones
que la sociedad necesita. ¿No es lo que propone Augusto B. Leguía cuando
203
Gérard Borras
somete su proyecto de «Patria Nueva»? En verdad estamos lejos del bandolero
y comprendemos mejor la reacción de ciertos sectores sociales respecto a la
mencionada canción. Variedades hacía el siguiente comentario al respecto:
«Luis Pardo, aquel bandido de musical recordación,
cuyo espíritu vaga hoy en los malos versos de una
musiquita popular, diciendo sus hazañas y sus
generosidades, entre el vaivén de una tonada mezcla
de valse cursi y de marinera descocada»118.
Es difícil ser bandolero después de Luis Pardo.
Ninguno de los que le sucedieron será capaz de
provocar un apasionamiento y un tratamiento musical
y poético similar. El bandolero cae de su pedestal y
vuelve a ser más bien el bandido común incluso si
sus procederes provocan siempre una conmoción
cierta en la población. Regularmente El Cancionero
de Lima hace eco de ello aprovechando innovaciones
técnicas que la imprenta «popular» puede dominar.
El recurso a la fotografía es utilizado regularmente
Figura 20 – «La captura del
desde los números 700 y permite dar aún más
bandolero»
fuerza al mensaje. El número 956, cuya primera
página reproducimos, muestra que estamos más en una lógica de información
periodística que en la categoría clásica del cancionero. Lo que cuenta es lo
sensacional, algo que construye la fotografía mostrando al «bandolero»
ensangrentado como una bestia salvaje capturada. La canción reproducida, La
canción del bandolero119, no es el objeto principal de la comunicación.
Sin embargo, observamos que se produce un claro deslizamiento. El bandolero
pierde aquí prácticamente todo su lado romántico. Fuera de su coraje y
valor, el fuera de la ley no es más que un Bandido/que a un detectivo mató/
cobardemente en un ómnibus/y que en seguida fugó. Los aspectos positivos del
bandolero ya no existen para nada, no es más que feroz delincuente. Parecer
ser que a medida de la modernización, la igura del bandolero se diluye para
ya no ser sino la de un simple malhechor. El relato casi ha desparecido, la
imagen romántica del héroe igualmente, estamos entonces bastante lejos de
Luis Pardo, de sus proezas y de sus buenos sentimientos.
204
Variedades, n.o 204, 27 de enero de 1912.
119 El Cancionero de Lima, n.o 956.
118
Canciones, cancioneros, poder y política
Capítulo 3
Canciones, cancioneros, poder y política
La gran mayoría de las canciones de la Guardia Vieja o de la generación de
Pinglo que han llegado hasta nosotros son canciones de amor. Amor feliz a
veces, a menudo amor decepcionado, traicionado, imposible. En este paisaje
más bien romántico lotan algunas composiciones cuyo recuerdo es muy
vivaz y que forman parte de los estándares de «la» canción criolla; son las
célebres canciones sociales de Felipe Pinglo: Pobre obrerita, Jacobo el leñador,
El plebeyo, etc.
Este reconocimiento (justiicado) y la gloriicación de los que son objeto estos
textos y estas melodías, producen como una cortina de humo dejando creer
apresuradamente que solamente las canciones que tienen un vínculo con lo
político y lo social serían las del bardo de los humildes. Nada más alejado de la
realidad. Mucho antes que Pinglo compusiese estas magníicas canciones, e
incluso en la época cuando las escribía, numerosos autores, anónimos o cuyos
nombres no signiican nada hoy en día, compusieron decenas de textos y de
melodías que están en el corazón de la vida política de la ciudad.
El contexto general de la sociedad nacional se prestaba fácilmente al
comentario. Los conlictos sociales eran innumerables y violentos, la situación
205
Gérard Borras
de los sectores populares miserable, la vida política interna extremadamente
agitada, las tensiones diplomáticas muy vivas con Chile, con Colombia, e
incluso a veces con el Ecuador y Bolivia. Hubiese sido sorprendente que la
canción, siempre pronta a comentar la actualidad, permaneciese al margen
de estos acontecimientos.
1. Un testigo de las situaciones sociales
1. 1. Crisis sociales, crisis económicas
La historia social del Perú de las primeras décadas del siglo XX estuvo
marcada por violentos conlictos sociales. Esto en sí no es una sorpresa.
Todos los testimonios concuerdan y dibujan condiciones de vida y de trabajo
absolutamente espantosas en los medios populares limeños (Sulmont, 1975;
Portocarrero, 1998; Espino Relucé, 1984). Salarios de miseria, jornada
laboral de 10 hasta 16 horas, trabajo vergonzoso de las mujeres y de los niños,
etc. Frente a estas situaciones insoportables, se levantaba un empresariado
privado aún muy marcado por un tipo de relación social heredado de la
época colonial (¡que se mantenía y con qué vigor en los Andes!) e incapaz
de comprender las expectativas, las aspiraciones de los sectores obreros.
La orientación política de la República Aristocrática de inicios de siglo no
alentaba la evolución de las mentalidades (Burga & Flores Galindo, 1981).
La mayoría de los representantes elegidos de la nación veía con mal ojo el
trabajo legislativo que buscaba mejorar las condiciones de vida de los obreros
peruanos. Tan solo la ley sobre accidentes de trabajo propuesta en 1905 no fue
adoptada y promulgada sino cinco años más tarde después de interminables
idas y venidas entre las cámaras (Portocarrero, 1998: 55)1. A pesar de algunas
señales de buenas intenciones en los primeros tiempos de sus mandatos, ni
Billinghurst ni Leguía modiicarán verdaderamente la tendencia y utilizarán
duramente la represión contra el movimiento obrero.
A esta miseria en el marco del universo laboral se añadía un contexto
económico extremadamente difícil. La Primera Guerra Mundial tuvo
duras consecuencias económicas así como la crisis de 1929. El costo de los
productos alimenticios alcanzaba a veces precios exorbitantes y los limeños
más desfavorecidos conocieron verdaderamente el hambre.
Se trata de la ley n.o 1378 propuesta en 1905 por el presidente Pardo. Fue ratiicada
por los presidentes de ambas cámaras en 1910 y promulgada en 1911 por el presidente
Leguía.
1
206
Canciones, cancioneros, poder y política
Todas las condiciones estaban reunidas para que estallen los conlictos y sean
muy duros. Los anarcosindicalistas y las organizaciones obreras cercanas
al socialismo serán la punta de lanza de este combate. El objetivo de las
reivindicaciones eran generalmente globales: se trataba de conquistar mejores
condiciones laborales, mejores salarios. Pero paulatinamente, la jornada de
8 horas fue una de las reivindicaciones que cristalizaba la lucha de miles de
estibadores del puerto de El Callao, de panaderos o de obreros textiles. Las
huelgas fueron una de las armas más eicaces para hacer ceder al empresariado.
En tal contexto de violentas y frecuentes luchas sociales, de condiciones de
vida difíciles, uno imagina que los actores querían expresar sus opiniones y
hacerlas conocer al mayor número posible. Desde inicios del siglo, aparece
una prensa obrera pero cuya duración de vida fue algunas veces muy breve y
la difusión a menudo limitada a ciertos sectores de actividad. Podemos citar
los siguientes periódicos: Los parias (1904-1911), El oprimido (1907-1909),
El obrero textil (1919-1923) y sobre todo La protesta (1911-1926) que fue el
más importante y el más conocido. Pero este género de producción, así como
todos los intentos de promoción cultural organizados por el movimiento
obrero estuvieron siempre sometidos a la censura y al control estrecho del
poder político que no dudaba en hacer uso de la violencia para callar a los
periódicos o cerrar sus locales:
«Una de sus formas usuales fue la represión abierta: arrestos
intempestivos (¿cuántas veces no hubo pesquisa a los redactores de
La Protesta?); allanamiento de locales (la Biblioteca del Rímac fue
intervenida en 1921, lo mismo ocurrió con la imprenta Proletaria); la
requisitoria, la censura impidió el circuito público para la distribución
de la prensa obrera, por eso aparecerá como prensa semi-clandestina,
etc. La mano de la represión estaba presente en cualquier acto cultural
de los obreros (Espino Relucé, 1984: 26)».
La poesía, a la que daban gran importancia los anarcosindicalistas porque
era uno de los elementos de esta cultura que podía limitar la alienación, no
conoció un destino diferente de aquel de la prensa. Rara vez llegó al espacio
público y la mayor parte del tiempo estuvo limitada a una semiclandestinidad2.
2 «Marginal y marginada, la poesía proletaria peruana ha sido como la historia del
proletariado peruano una crónica oculta y subversiva que estuvo siempre en reductos
clandestinos cuando no amordazada» (Espino Relucé, 1984).
207
Gérard Borras
Esta poesía de tono combativo, resueltamente revolucionaria como lo ilustra
el poema anónimo más abajo, debía, imaginamos, asustar a muchos sectores
acomodados de la capital.
Infamia burguesa3
La turba ambrienta, en la miseria se halla
Y pide pan, con gritos destemplados.
Y salen al encuentro los soldados
Y en vez de darles pan les dan metralla.
¡Hay que aplastar la rebelión que estalla!
Quien quiera pan, que apreste sus arados
Y vaya a cosachar los sembrados
El trabajo, es el pan de la canalla.
Subleva el alma, irrita y desespera
Que la plebe nos robe la alegría
Pregonando su hambre por doquiera.
¿Quiere comer? Trabaje noche y día
Y si no puede…que muera !
Nosotros seguiremos en la orgía.
D.G.
Santa Catalina, 1920.
Estamos aquí en un tipo de discurso que va directamente al objetivo y
denuncia con virulencia la miseria, la violencia asesina de la represión, el
egoísmo, la perversión y el cinismo de las clases acomodadas. Se entiende que
este tipo de mensaje no debió encontrar gracia ante los ojos de la censura de
los diferentes gobiernos.
¿Qué ocurre con la canción? Existía desde luego una canción «proletaria y
revolucionaria» como lo veremos con el Cancionero Escondido pero corría la
misma suerte que la poesía militante. Excepto los 1ro de mayo cuando los
desiles estaban autorizados, esta conoció una difusión limitada.
El espacio público no estaba sin embargo privado de canciones que prestasen
una mirada sobre las crisis sociales, políticas y económicas que vivía el país y la
capital en particular. Por el momento ignoramos cuáles eran exactamente los
canales de circulación y de difusión. Pero una vez más El Cancionero de Lima
208
Publicado en El Obrero textil, 31 de enero de 1920. Citado por G. Espino Relucé, 1984:
113.
3
Canciones, cancioneros, poder y política
desempeñó un rol importante y ofreció un amplio espacio a esta expresión de
la canción popular. Aunque la cantidad de números de El Cancionero a la que
hemos tenido acceso esté muy alejada de lo que en realidad fue publicado,
hemos encontrado un número signiicativo de ellos.
Todas las canciones que hemos identiicado como asociadas a esta temática
proponían un discurso muy diferente de las poesías o de las canciones
anarcosindicalistas. En lugar de asumir un tono vindicativo, la mayor parte
del tiempo funcionan sobre el modo paródico y cómico, dejando entender
que lo que es dicho lo es en el tono de broma y no merece ser tomado en
serio. Sin embargo, no dejan de ser denuncias generalmente acerbas de la
realidad social y política como podemos constatarlo en estos cuantos couplets:
Himno de don Lunes4
CORO
Somos pobres y estamos calatos,
no tenemos ni un mísero sol,
y a pesar de promesas solemnes
cada día nos vemos peor
I
Largo tiempo el peruano exprimido
sudó el quilo por tanto rigor
y algún día anhelando salvarse
esperó y esperó y esperó.
Hasta el solio subió uno tras otro
prometiendo salvar la nación,
gobernando tan bien que el peruano
exprimido por siempre quedó.
(…)
Los dos primeros versos describen una situación en sí muy preocupante,
la pobreza, la indigencia pero la palabra «calato», voz del argot peruano
equivalente a «desnudo» en castellano, viene a dar inmediatamente una
tonalidad humorística al discurso que introducía ya el título Himno de don
Lunes. Cantar un himno al «padre lunes» muy conocido en el mundo obrero
no parece de primera impresión algo muy serio5. En cambio, el tono cambia
El Cancionero de Lima, n.o 373, correspondiendo aproximadamente a inicios del año
1921.
5 Desafortunadamente no tenemos ninguna indicación sobre la música que acompaña el
texto y que también puede construir la tonalidad humorística de la composición .
4
209
Gérard Borras
en los dos versos siguientes a pesar de promesas solemnes es un ataque en regla
al poder político. Este juego entre humor y mirada crítica se ampliica en la
primera estrofa que funciona como un resumen de la historia reciente del Perú:
• Los cuatro primeros versos evocan las esperanzas de los peruanos
desfavorecidos que soportan desde bastante largo tiempo el rigor de la crisis.
• Los cuatro siguientes, las promesas de los diferentes dirigentes de la nación
y las esperanzas frustradas.
El letrista utiliza la misma técnica de discurso: describe las situaciones donde
trasparecen realmente las diicultades. El campo léxico es evocador: exprimido,
rigor, anhelar, salvar, esperar. La acumulación de los términos pretende
traducir la intensidad de las emociones, pero la muy familiar expresión sudó
el quilo es del mismo registro que calato. Incluso uno puede sonreír ante este
personaje «exprimido como un limón» y que como un bobo solo tiene la
esperanza paciente como perspectiva de cambio. Los cuatro versos siguientes
toman otro giro y fustigan esta vez sí duramente a los presidentes sucesivos
cuyos apetitos de poder y de gloria son elocuentemente traducidos por la
utilización de la palabra solio (trono) cuya eicacia discursiva se observará.
¡No estamos en un modelo de democracia representativa! Estamos aquí cerca
de la realidad pues en los 10 años que han precedido la composición de la
canción no menos de seis presidentes se sucedieron a la cabeza del Estado6.
Presidentes duramente escarnecidos por los dos últimos versos que traducen
a pesar de todo el desconcierto de la población. En las estrofas que siguen, el
letrista toma ejemplos muy concretos que tienen un sentido evidente para los
oyentes de los sectores que viven en la diicultad. La dramática carencia de
pan, de vestimenta y de dinero es una realidad cotidiana. Es denunciada y al
mismo tiempo tratada con una tonalidad humorística:
(…) Luego, un tiempo comimos pan negro
que llamábase pan integral,
y hoy tenemos por cinco centavos
una cosa que es negra y no es pan.
(…)hoy los pobres no pueden vestirse
y si sigue la cosa cual va,
o se mete la gente en su cama
o camina vestido de Adán.
210
6
Cf. cuadro de los presidentes de la República. capítulo 1, p. 34.
Canciones, cancioneros, poder y política
Esta manera de concebir el discurso es del mayor interés. Instila elementos
humorísticos pero conserva de manera absolutamente intacta el mensaje
dirigido tanto a los sectores desfavorecidos como a los sectores cuestionados
por la canción. Estamos muy cerca del concepto de hidden transcript, el «texto
escondido» propuesto por James Scott en su ya clásica obra (Scott, 1990).
Al tiempo que se utilizan formas de comunicaciones aceptables por el poder
los letristas construyen un discurso que sería el texto escondido que permite, a
pesar de todas las diicultades impuestas por un poder represivo, hacer pasar
los mensajes. Es lo que Scott llama disguising ideological insubordination. El
recurso a la parodia, al tono humorístico, pero también a veces a formas
muy serias y ceremoniales sería una suerte de salvoconducto que permite una
difusión no censurada. El ejemplo que sigue es una perfecta ilustración de
ello. Esta canción (Canción de año nuevo7) es publicada en El Cancionero de
Lima con ocasión del año nuevo de 1932, bajo la presidencia de Luis Sánchez
Cerro. La ocasión es pues festiva y la música escogida es la de la célebre
canción cubana Mamá Inés, que no es un modelo de canción seria.
Las dos primeras estrofas señalan el contexto y dibujan a pesar del tono rápido
de la música una realidad nada reluciente:
El año mil novecientos
Treinta y uno, tan fatal
Ya se ausenta para siempre
Dejándonos mucho mal.
Vete, año infame y canalla
Vete y no vuelva jamás
Porque has sido desgraciado
Y malo cual Satanás.
Pero están entrecortadas por el refrán cuya impertinencia solo podía provocar
hilaridad:
Ay papá Luis,
Ay papá Luis
Todos deseamos un año feliz.
Es una manera indirecta y en apariencia poco seria de implicar lo político
y a su representante más eminente. Pero vamos a verlo, las expectativas
formuladas están allí:
7
Texto completo, p. 414.
211
Gérard Borras
Si es que realmente a los pobres
Quieres, año, hacer un bien,
Que bajen las subsistencias
Y los arriendos también.
Si sigue la carestía
Y sigue nuestro mal
Seguiremos los peruanos
Cantando: Todo está igual.
Desde luego todo está en el matiz. La canción nunca dirige directamente
sus expectativas al poder político sino a esta entidad muy abstracta que es
el año nuevo. No se iguran que por la magia del tiempo las cosas vayan a
cambiar, esto depende desde luego de la acción de lo político. Además, la
eventual sanción está apenas velada en este Todo está igual que sería la señal
evidente de la incapacidad del poder y sobre todo de su presidente. La última
estrofa, bajo una apariencia anodina, puede leerse como un ataque de rara
violencia pues hemos visto que a todo lo largo de la canción sobre este año
muy desencarnado se perilaba de hecho la imagen del presidente:
Año: si tus intenciones
Son hacernos más fatal,
¡con la música a otra parte
Vete, espíritu del mal!
A in de cuentas nadie es ingenuo y gracias a una técnica sutil de escritura la
canción alcanza su objetivo. Denunciar una situación difícil e interpelar de
manera fuerte al poder político a través de una canción con la cual pueden
identiicarse amplios sectores sociales, creando con ello una nueva relación de
fuerzas entre los sectores subalternos y las instancias del poder.
La serie de canciones que hemos ordenado en esta categoría de las «crisis
sociales» permiten una sorprendente inmersión en lo vivido de algunos
habitantes de la ciudad. A través de estas composiciones es difícil trazar
exactamente su pertenencia social. ¿Son artesanos, pequeños comerciantes,
obreros? La mayor parte del tiempo nada permite identiicarlos, pero
evidentemente, no forman parte de la gente pudiente.
212
Estas canciones cantan las diicultades de lo cotidiano y de esta suerte, nos
colocan «al ras del suelo». Como un reportaje nos ofrecen toda una serie de
informaciones sobre la situación de la época, el precio del pan, del pescado,
las condiciones de vivienda, los abusos de toda índole. Pero también nos
permiten discernir lo que sienten los individuos que viven con la preocupación
permanente de la subsistencia. El título de las canciones es en sí revelador.
Canciones, cancioneros, poder y política
La Situación, La Carestía, La carestía de la subsistencia, La crisis de la carne, El
pan, No hay sencillo…
La cuestión de la alimentación, del pan de cada día podría decirse, es un
tema lancinante, prueba de la importancia de la agudeza que revestía en estas
primeras décadas del siglo. Las organizaciones obreras y particularmente la de
la Federación Textil habían fundado incluso un Comité Pro abaratamiento de
las subsistencias en el momento de las grandes huelgas de 1919.
«Este comité dominado por los anarcosindicalistas, representó la primera
expresión de una entidad común proletaria en Lima y Callao y organizó
además al artesanado y a los obreros fabriles que no estaban asociados y
que, en unión de las entidades existentes, comenzaron su campaña contra la
carestía. Auspició asambleas, protestas públicas y otras actividades y planteó
las siguientes demandas: Baja de los artículos alimenticios; menor precio
de los pasajes y letes en los ferrocarriles y tranvías; abolición de los
derechos parroquiales; ijación de precios máximos a la leche, la carne,
el carbón, los cereales, las legumbres y otros artículos; rebaja de los
alquileres (Basadre, 1968, tomo XIII: 12)».
Pero esta coyuntura no era nueva. La Situación, de veintidós estrofas,
publicada en plena guerra mundial es un sorprendente catálogo humorístico
de las diicultades que soportaban no solo los habitantes de la capital sino
también, cosa rara, los habitantes del interior del país. Los peruanos son
víctimas de la guerra europea (estrofa 1) pero también de las inclemencias del
tiempo que arruinan las cosechas (estrofa 3) y hacen imposible la llegada de
los trenes a la capital (estrofa 4). A pesar de la formulación humorística uno
se percata de la gravedad de la situación:
Las papas y la chalona,
y los huevos, padre santo,
han subido hoy tanto
que no habrá quien los coma.
El pan es cosa de verse,
que nos valga san Benito,
de mal gusto, chiquitito
e imposible de comerse.
(…)
Una papa vale un real,
una corvina diez soles,
y en la carne! caracoles
hay que gastar un caudal.
213
Gérard Borras
La totalidad de la sociedad parece afectada, pero el autor señala con el dedo
a los aprovechadores o a los que son insensibles a las diicultades de los más
desfavorecidos.
No hay trenes al interior
y comestibles no vienen
y los que en Lima los tienen
cosechan ya sin pudor.
(…)
En Lima los industriales
usan otra artillería,
haciendo la carestía
en las raíces y cereales.
Hasta los dueños de casa
no se quieren aguantar
pues de dos meses no pasa
que lo hacen a usted mudar.
(…)
Con la plaza tan subida
la patrona nos arrenga
hay que pasar desasones.
Esta denuncia toma a veces un giro más directo como en la canción La
Carestía8. Las tres primeras estrofas hacen una constatación de la situación
pero rápidamente el letrista designa responsables: Los chinos en su elemento/lo
mismo que las placeras. No solo los productos son escasos y caros, pero además
los compradores son víctimas de la deshonestidad de los vendedores:
Todo el que pisa el mercado
en busca de provisiones,
da vueltas como atontado
y sufre mil privaciones.
El abuso es por demás
en la carne y los cereales,
todo se vende por reales
y se sisa sin disfraz.
Nunca ponen las balanzas
en legal lo tales pillos,
y así roban esos lanzas
capándonos en los kilos.
¡Cuánta inmersión en el universo del mercado y de las representaciones de
los actores nos ofrece esta canción en las estrofas siguientes! Por cierto, lo
evocado no es especíico de los mercados limeños, pero lo que ahí se dice
restituye bien el ambiente que podía existir en ellos.
A veces esta situación dramática provocada por las crisis económicas sucesivas
conducen a los letristas a llamar la atención del poder político para que asuma
sus responsabilidades. En La carestía de subsistencias9, el discurso es indirecto:
214
8
9
Texto completo, p. 417.
Texto completo, p. 418.
Canciones, cancioneros, poder y política
al tiempo que evoca una situación difícil, el letrista no duda en recurrir a
lo cómico:
Tanto han subido las subsistencias
Bárbaramente, de un modo atroz,
Que ya los pobres comer no pueden
Ni alimentarse con pan y arroz.
(…)
La carne es halla también muy cara
Y hoy para colmo de nuestro mal,
En vez de vaca creo que se mata
perro y burros en el camal.
Pero el telón de fondo de la canción es muy serio y el letrista interpela a la
autoridad capaz de intervenir.
«Señor alcalde, señor alcalde
Necesitamos por caridad,
Que nos proteja, señor alcalde,
Que nos proteja su autoridad!»
Puede sorprender al comienzo el haber escogido al alcalde pero se trata de una
autoridad de proximidad que pueda prestar oídos atentos a los problemas de
los sectores sociales desfavorecidos e intervenir rápidamente en la gestión de
lo cotidiano. En su tiempo, G. Billinghurst, en tanto que alcalde de Lima,
tuvo una política social que dejo excelentes recuerdos en la población10.
Aunque se trate de una canción, discurso supuestamente sin importancia,
sobre todo si tiene como aquí un tono ligero, no por ello deja de estar presente
el mensaje político y no puede ser totalmente ignorado. En efecto, estamos
potencialmente en presencia de dinámicas a las cuales el poder no puede ser
insensible. Ya sea porque la canción presentada en las páginas del cancionero
ya es popular y por eso es publicada. Esto signiicaría que dio en el clavo y que
la denuncia y el llamado han tenido eco en la población. Ya sea que la canción
publicada puede tener éxito y ampliicar en este caso el mensaje del cual es
el soporte. En ambos casos la canción, por su forma, y su fuerza para decir y
ganar espacios sociales a gran velocidad, no es un objeto anodino.
Cuando hicimos una primera lectura de esta canción pensamos inmediatamente que era
contemporánea de la gestión municipal de Billinghurst, que fue el primer alcalde «social»
de Lima. Pero su publicación en el número 306 (aproximadamente ines de 1919) es
mucho más tardía. Puede ser también, tal como se acostumbraba frecuentemente, que se
trate de la repetición de una canción más antigua.
10
215
Gérard Borras
Los letristas no solo disponían del registro del humor para formular sus
mensajes y sus expectativas. Esto se pone de maniiesto en las décimas El
Pan11, publicadas en el número 306 de El Cancionero de Lima. Esta seguidilla
de seis estrofas presenta al contrario esta vez un tono muy serio, lúgubre
incluso, que acentúa más la caída del último verso de cada estrofa (la palabra
PAN impresa en mayúsculas) como un redoble de campanas:
y es duro pedir un PAN
con que compramos un PAN
tuvo que pedir un PAN
que es triste vivir sin PAN, etc.
El creador de este texto dramatiza al extremo la situación de los más pobres
para poner mejor en paralelo el egoísmo de los pudientes. Pero no recurre al
universo de referencia del mundo obrero como se puede percibir a menudo
en la poesía de los anarcosindicalistas, sino al de las capas acomodadas. Las
referencias repetidas a la religión (Sólo al cielo clamarán, San Juan, que a
veces nos niega el cielo, bendito, bendito sea, Honrar de Jesús la idea, a los cielos
entrarán los que a los Lázaros dieron) permiten colocarse en un registro que
implica un cierto número de comportamientos concordantes con los grandes
principios de la generosidad y de la caridad cristiana. Y justamente la canción
fustiga los descontroles de estas gentes afortunadas:
Hoy en el siglo presente
no hay talento sin riqueza
y es un baldón la pobreza
pues el pobre no es decente.
el oro, atrae a la gente
como portentoso imán
los hombres se inclinarán
al que tenga más dinero….
Se puede pensar que el autor de esta serie de décimas pertenece justamente
a las clases acomodadas a las cuales recuerda, porque las conoce, los
comportamientos morales que implica la riqueza. En esto hay un mensaje
muy poco contestatario en la canción. La caridad invocada aquí es uno de los
pilares de la permanencia de la diferencia social. Pero hace aparecer con toda
su fuerza la percepción que incluso los sectores acomodados podían tener de
la crisis que afectaba a las capas más desfavorecidas.
216
11
Texto completo, p. 415.
Canciones, cancioneros, poder y política
Otros dos temas regresan con insistencia en las canciones que evocan las
crisis sociales: las huelgas y las diicultades ligadas a la vivienda. El lector no
se sorprenderá. En el mundo obrero las huelgas fueron una de las acciones
que permitían acabar con las resistencias de un empresariado generalmente
poco proclive a la negociación social. Estas fueron numerosas y a veces muy
violentas en este comienzo de siglo. Basadre señala que durante la huelga
general de 1919, la represión fue muy dura y tan solo en el puerto de El
Callao el balance oicial daba cuenta de 40 muertos y 70 heridos (Basadre,
1968, tomo XIII: 13). No se encuentran comentarios militantes en los textos
que evocan las huelgas, por lo menos en los que fueron publicados en El
Cancionero de Lima y que eran susceptibles de tener amplia audiencia. En Las
huelgas a la orden del día, encontramos las preocupaciones del «pueblo», las
molestias ligadas a la crisis y a la huelga:
Todo está paralizado:
no hay negocios, no hay tranvía,
no hay voltage, no hay corriente
ni de noche ni de día.
Una semana sin pan
la pasan las criaturas,
entre angustias y gemidos
que causan mil amarguras12.
Una vez más encontramos que se menciona la ausencia de pan, símbolo de
la miseria del proletariado limeño. La falta de electricidad aparece también
como una desventaja mayor. Los obreros, pagados a destajo generalmente,
no pueden cumplir con su cuota de trabajo (estrofa 4 y 5) y la calle sin
electricidad está oscura y es peligrosa (estrofa 6). El comercio del puerto está
paralizado por la huelga de los estibadores (estrofas 8 y 9) lo que completa
un panorama de crisis extremadamente tensa. A pesar de todo se percibe de
manera rápida y casi insigniicante una alusión y una crítica al poder político:
Y en discusión y promesas
se pierde el tiempo importante
sin que el árbitro deina
esta situación tirante.
Como si se tratase de interpelar a este poder aparentemente insensible a
las diicultades soportadas por los más desfavorecidos. Esta misma manera
12
Texto completo, p. 424.
217
Gérard Borras
indirecta de llamar la atención de lo político se observa en otra canción que
evoca las huelgas y las situaciones difíciles que la acompañan. El autor toma
parte a favor de los huelguistas:
La huelga de empleados13
(…)
Tenemos días de iesta
Con el comercio cerrado,
porque todos los empleados
en huelga se han declarado.
Y razón que no les falta
por la inmensa carestía,
pues lo que hoy día se gana
no alcanza no para el día.
Pero también llama la atención del poder político junto al que parece colocarse
invocando ésta es mi patria nueva, alusión directa al proyecto del presidente
Leguía. Ahí también el adjetivo posesivo no es una simple estrategia de
potencial connivencia con el poder.vComo lo veremos más adelante, la
candidatura de Leguía a las elecciones de 1919 y su llegada al poder el 4 de
julio de 1919 fue respaldada por amplios sectores populares. El futuro de
certeza: hoy vendrá la reacción, no cierne ninguna duda sobre la acción por
venir del poder, lo que es una hábil manera de anticiparla.
Hemos encontrado varias canciones que evocan la crisis de la vivienda, la
misma que parece haber sido particularmente dura en Lima. Como en otras
ciudades de Hispanoamérica reina el sistema de la casa de inquilinos que
según los países toma nombres diferentes: un propietario alquila partes de
su inmueble generalmente dispuestas alrededor de espacios comunes (patios,
sanitarios, suministro de agua). A través de varias canciones se descubre
referencias a la increíble penuria de vivienda que vivían los grupos más
desfavorecidos en la capital, duramente afectados además por el precio de
los alimentos o de la electricidad. La huelga de inquilinos subtitulada carta
de actualidad fue publicada en el número 330, es decir en el momento de
las huelgas de 1919. A pesar del tono humorístico que trae a recordación
la estructura de las zarzuelas, esta releja bien la realidad. El Comité Pro
Abaratamiento de las Subsistencias que mencionamos anteriormente había
organizado efectivamente una huelga de inquilinos (Basadre, 1968, tomo
218
13
Texto completo, p. 419.
Canciones, cancioneros, poder y política
XIII: 12) en vista del costo de las viviendas y de la actitud de los arrendadores.
Podemos leer en ella a la vez las angustias del inquilino e incluso su
exasperación frente a la crisis, la mención de las desastrosas condiciones de
alojamiento, los detalles de un procedimiento de expulsión (primera papeleta,
segunda, etc.). La respuesta del supuesto propietario italiano puede ser leída
de manera humorística (E li embargo il calzoncillo, il capelo e la camisa). Pero
la idea de fondo está ahí:
Quien no tiene per pagare
Vallase presto a la via
E viva in el muladare
Alcuna coumesaria.
¡¿Y qué decir de esta serie de 26 estrofas intitulada Los dueños de casa14,
publicada en este mismo número 330?! A lo largo de la lectura se muestra
como una increíble inmersión en la vida del inquilino y de sus relaciones con
el arrendador. Efectivamente la tensión era de tal magnitud que el gobierno
de Leguía promulgó varias leyes referentes a los alquileres de inmuebles15.
Aparentemente había un progreso pero el no pago del alquiler era de todos
modos sinónimo de expulsión. La canción Los propietarios y la escasez de casas16
es publicada cuarenta semanas más tarde y muestra que las cosas no han
cambiado realmente en el campo de la vivienda. Es una perfecta ilustración
de la crisis que se vivía todavía a comienzos de 1921. En ella el autor condena
sin rodeos la actitud de los propietarios que abusan de su posición e incluso
de su poder político para conservar sus privilegios:
Hay propietarios que son
con sus pobres inquilinos,
peores que los asesinos
sin piedad ni corazón.
14
Texto completo, p. 420.
15 «El ministro de haciendas expidió, el 31 de marzo de 1920 una resolución sobre la
limitación de los precios que para ellos se podía ijar (…). La ley 4123 de 12 de mayo
de 1920 declaró que no se podía aumentar el alquiler de las habitaciones cuyo monto
no excediese de diez libras mensuales (…). La resolución de 10 de junio de 1920 señaló
reglas para el procedimiento de la Dirección de Subsistencia en materia de alquileres. La
ley 4226 de 2 de marzo de 1921 ordenó que no se interpusieran demandas de desahucio
de inmuebles habitables en Lima, Callao y Balnearios, y que se suspendiesen los juicios
sobre la materia, desde la fecha de su promulgación hasta el 30 de septiembre de 1921,
salvo por falta de pago, (…)(Basadre, 1968, tomo XIII: 300).
16 Texto completo, p. 425.
219
Gérard Borras
Y como hoy la habitación
está sumamente escasa,
han aumentado sin tasa
el arriendo de tal modo,
que habrá que comerse el codo
para poder pagar casa.
Aquí la violencia de los términos es signiicativa de las tensiones que existen
en torno a esta cuestión y, lejos de ser sensibles al desamparo social, los
propietarios utilizan a sus relaciones para paralizar cualquier medida que les
sería desfavorable. En telón de fondo se puede leer el vigor de los debates
parlamentarios que agitaron a las cámaras al inicio del mandato de Leguía:
La ley que se iba a expedir
Y que pende en el Senado
La ha impedido el potenciado
Con gran maña y estulticia;
¡para el pobre no hay justicia!
¡todo lo mismo ha quedado!
1. 2. El impacto de las reformas
Las tres primeras décadas del siglo XX fueron periodos ricos en conlictos
de todo tipo, políticos, sociales, diplomáticos. Ante los severos problemas
que vivía el país en las zonas urbanas y rurales, los gobiernos sucesivos,
sea cual fuese su orientación política, no pudieron ignorar estas tensiones
cada vez más vivas, y tuvieron que proponer reformas en el campo social en
particular. Acabamos de mencionar la ley sobre el inquilinato, pero hubo otras
particularmente en el campo laboral. Estas reformas no son mencionadas sino
de manera muy puntual en el transcurso de una canción, generalmente para
dudar de su beneicio o de su eicacia. Pero en el corpus al que hemos tenido
acceso, una ley provoca un comentario inusual: la que instaura el divorcio y
el matrimonio civil.
220
Esta fue propuesta en 1918 por dos senadores, aprobada por esta cámara,
validada y promulgada por los diputados el 30 de setiembre de 1920. Pero
Leguía hizo uso de su derecho de veto y no fue verdaderamente promulgada
sino en 1930 por la junta presidida por Sánchez Cerro. Imaginamos
fácilmente las reacciones y los debates que semejante ley pudo suscitar en
un país donde la religión representaba todavía una fuerza considerable y
donde las mentalidades estaban todavía marcadas por la moral religiosa. Por
cierto, hay indicios que muestran que comenzaban a aparecer resistencias
Canciones, cancioneros, poder y política
y que la religión había perdido una parte de su inluencia17. Pero seguía
siendo una pieza maestra de la sociedad peruana. Este debate entre «pro»
y «anti» lo pretenden retomar y presentar dos de tres canciones. La técnica
experimentada del recurso a lo cómico da un tono supericial a las canciones/
diálogos entre el hombre y la mujer. Estamos cerca de la farsa y muchos
intercambios, particularmente los insultos, entre ambos protagonistas
recuerdan los diálogos del «género chico»18. Pero la mayoría de los argumentos
están bien enunciados. En ambos textos, El Divorcio y Más sobre el divorcio19
los roles están claramente deinidos entre una esposa/compañera anti divorcio
y un marido/compañero resueltamente a favor de la ley, como para validar
mejor el lugar común según el cual las mujeres serían más conservadoras y
piadosas que los hombres20. El debate rápidamente encrespado entre uno y
otro podría no ser sino una bufonería donde vuelan platos y otros utensilios
(el inevitable bacín…). A pesar de todo, a través de lo escrito y de la canción,
lleva a la plaza pública un tema que debió hacer mucho ruido en todas las
capas de la población. En los sectores generalmente populares donde, como
lo recalca Basadre, el Cancionero tenía una gran difusión, esto no podía
dejar de alimentar más los debates. El Divorcio, el primero en ser publicado,
presenta en las cuatro primeras estrofas una caricatura del hombre liberado
de la cortapisa del matrimonio religioso y que expresa sin rodeos las ventajas
que él percibe en ello.
¡Ay que dicha! ¡qué alegría!
gozar de tantos placeres!
tener más de mil mujeres!
una mujer cada día.
Por eso, aplauso febril
merece como tributo:
¡Viva el Divorcio absoluto
y el Matrimonio Civil!
Los actos de violencia que tuvieron lugar el 23 de mayo de 1923 con ocasión de la
consagración del Perú al «Corazón de Jesús», muestran que una parte signiicativa de la
población se había liberado de la tutela moral de la Iglesia Católica. Aquel día, después
de debates públicos muy críticos en los cuales participaron el cotidiano La Crónica y la
revista semanal Variedades, una manifestación encabezada por V. R. Haya de la Torre fue
reprimida por la gendarmería. Hubo varios muertos.
18 «Borrico», repetido en los dos «diálogos», es un eco inmediato del célebre diálogo entre
Catalina y Damián de la zarzuela La del Soto del Parral.
19 Textos completos, pp. 343 y 344.
20 Es lo que airma además Salazar Bondy en Lima la horrible: «ha sido y continúa siendo
el más sólido bastión del conservadurismo» (S. Salazar Bondy, 2002 [1964]: 82).
17
221
Gérard Borras
A su contradictor no le queda sino indignarse frente a este exceso, indignación
que justiica la moral religiosa y únicamente esta moral: no hay argumento
«razonado» y la octava estrofa no es sino el ejemplo perfecto de una conducta
obediente a este orden:
¿No sabe, por San Antonio,
que está bajo excomunión,
quien dijera una expresión
contra el santo matrimonio?
En su respuesta, Josecito abandona en parte el tono de broma para por un
lado, desechar el argumento de Mariquita y la moral que lo subtiende (a pesar
de todo/eso que aduce usted/esta ley se necesita) y por otro lado, colocar la ley
de los hombres, lo político por encima de lo religioso. El verso la ha aprobado
el Congreso parece muy importante pues tiene valor de información. La ley
no es un proyecto: es un estado de hecho. Josecito va más lejos y abandona
la bufonada del comienzo para proponer de manera razonada y argumentada
(Primero, segundo, tercero, cuarto) las razones objetivas que pueden justiicar la
ley. A in de cuentas la que parece ganar es la civilización frente al oscurantismo,
que el orbe civilizado/ha dado esta ley con harto/provecho del mismo Estado. Si
el insulto de la última estrofa sella la incomprensión entre ambas personas,
la posición «oicial» es la que sale vencedora del debate e instila en el tejido
social una cierta visión de las relaciones entre individuos y de las relaciones
con la moral religiosa.
La semana siguiente El Cancionero de Lima publica Más sobre el divorcio entre
marido y mujer21, mostrando así que el tema tenía bastante eco en la sociedad
limeña. La farsa se intensiica en este texto, pero el letrista supo escribir bien
entre líneas. Respalda la decisión del Congreso y denuncia de manera hábil
las prórrogas del presidente Leguía que opone su veto a la promulgación
deinitiva de la ley:
¿Por qué tildar a un Congreso
que lo forman hombres sabios
que no se muerden los labios
y hablan con el corazón
en la mano (no en la pata),
sin interés de la plata.
Que promulgarán la ley
que el Presidente la esquiva
222
21
Texto completo, p. 344.
Canciones, cancioneros, poder y política
porque la cree lasciva
o que no ha de dar buen fruto?
María solo está allí para defender la santa cristiandad y atacar en varias
ocasiones la tolerancia. Una vez más, el defensor del orden moral y religioso
pone mucha sal a la farsa pero pierde en el terreno de la ética social.
La última canción que evoca el divorcio22 deliberadamente toma partido a
favor. Cosa rara, no es anónima. Se ve que la decisión política no es todavía
deinitiva: Espero con ansia loca/la irma gubernativa. Pero se siente que una
etapa ya ha sido superada: Que me río de los curas de esos tíos y otros mil. Estos
textos y estas canciones relejan de manera luminosa los debates en curso en
la sociedad de la capital y sin duda en otras grandes ciudades del país. Pero
se constata fácilmente que no pretenden ser solamente testigos pasivos de un
debate de ideas.
1. 3. Felipe Pinglo El cantor de los humildes
Para gran número de peruanos Felipe Pinglo es
el gran representante del vals criollo de inicios
de siglo. También es el cantante que innovó
componiendo canciones que eran el eco del
desamparo de los sectores populares de la capital.
Esta imagen no es falsa. Recordemos la frase de
Basadre:
«no sólo abrió una nueva etapa de la canción
criolla sino, además, una leyenda» (Basadre, 1964,
tomo X: 4619).
Felipe Pinglo pertenecía a los medios modestos
de la capital y vivía diariamente las diicultades
de la existencia. Los costos exorbitantes de la
vivienda, de la alimentación, los conlictos
sociales y la represión, el nacimiento de los
Figura 21 – La Lira Limeña
grandes movimientos de masas no podían sino
Felipe Pinglo Alva cuyo recuerdo en el tiempo se
marcar el espíritu de un individuo que en otras
agiganta más
composiciones había desvelado su extrema
sensibilidad. Pero será uno de los pocos compositores criollos que integren
estos dramas de la existencia a su repertorio.
22
El Divorcio, texto completo, p. 343.
223
Gérard Borras
De los 168 textos de canciones a los que hemos accedido, 8 tienen una
temática que avaliza el sobrenombre dado a Pinglo, el cantor de los humildes:
El Canillita, El Plebeyo, Jacobo el leñador, Pobre Obrerita, La ley de la igualdad,
El Inclusero, Mendicidad, La oración del labriego.
La lectura de estos textos nos permite ver que el sobrenombre es juicioso. Al
contrario de una imagen frecuentemente difundida23, propiamente hablando
no hay letras en las que se expresaría una reivindicación social o política muy
comprometida como algunos compositores de los medios obreros sí pudieron
escribir24. Se trata de creaciones en las cuales los pobres, los desclasados,
aparecen como personajes principales.
Parece ser que aquí hay una primera ruptura con la canción criolla tal como
era escrita en aquella época. Ninguna, excepto algunas canciones de amor,
individualiza el tema como lo hace la canción de Pinglo. Él toma al individuo
como centro de su canción, lo observa, lo pone en escena, comenta su situación
y su existencia. El Inclusero, Luis Enrique el plebeyo, Pobre obrerita, etc., son
trozos de vida, estas canciones dicen su historia, a menudo su desamparo y la
que toma una dimensión colectiva es su experiencia individual. Todas estas
canciones fueron escritas en los últimos años de su vida, cuando ya estaba
aquejado por la enfermedad25 y están marcadas por un tono grave y por
preocupaciones que se acercan a lo metafísico. Porque si el cantante es testigo
de los dramas de la existencia, del trabajo infantil, de la soledad, de la pobreza,
de la injusticia, de la desigualdad social, no busca una respuesta en lo político
sino en lo espiritual: «Señor, ¿porqué los seres no son de igual valor?»26. En este
Cito el comentario del historiador Daniel Parodi: «La reivindicación social es entonces
la más difundida de las voces de Felipe Pinglo» http://cutltura.rcp.net.pe
24 Basta con leer algunos versos de una canción que lleva el mismo título que uno de los
valses de Pinglo: La obrera: Que cante ya la obrerita anhelante/las fuertes notas de los
himnos rojos/que pregone su dolor sangrante/borrando el llanto de sus ojos//Que altiva,
agite el rojinegro trapo…etc. (C. Leyva Arroyo, 1999: 43).
25 Se ignora lo que provocó la muerte prematura de Pinglo a los 37 años. Algunos hablan
de tuberculosis. Lo que sí es seguro, es que estuvo seriamente disminuido durante ocho
años de su vida antes de sucumbir el 13 de mayo de 1936.
26 El Plebeyo, texto completo, p. 438.
23
224
Canciones, cancioneros, poder y política
universo donde los valores superiores superan al hombre y a su existencia27, el
destino es el que puede eventualmente aliviar la miseria humana:
Jacobo el leñador28
Destino, ley de los humanos
ablanda los rigores de tu sino
da paso a la templanza y busca
que diga él su invocación divina.
Muéstrate alguna vez gentil y noble
olvida tu misión de carcelero permite
que el dolor muestre la cara
y ante Dios alce la frente en humilde imploración.
Quizás esto es lo que explique que las canciones estén marcadas por una
suerte de fatalismo pesimista frente a la dura realidad de la vida, y ninguna
acción humana parece capaz de detenerlo.
La ley de la igualdad
La vida es cruel y hay que saberla comprender
es un compendio de dolor, de vanidad, de placer.
El oropel impuso ya su majestad
por más que ansiamos no encontramos nunca la igualdad.
Estamos lejos de una sociedad en la cual la lucha sindical o política puede
cambiar el curso de las cosas y mejorar la existencia de los individuos. Las
canciones «sociales» de Pinglo dibujan más bien un mundo que ya no obedece
a los valores supremos, el verdadero amor, el respeto del ser humano. La
mentira, la ingratitud, la supericialidad, son desde ya reglas de conducta:
Jacobo el leñador (1933)
(…) Sus amigos hoy no son los que ayer fueron
y explotaron ese noble corazón,
los que antes disfrutaron de larguezas
no conocen a Jacobo, el leñador.
Solamente la vieja hacha
le es iel en su mudo amor.
27 Idea que encontramos en La Ley de la Igualdad : «Si amar con fervor impusiera el
Creador/¿porqué truncamos esta ley?»
28 Texto completo, p. 439.
225
Gérard Borras
Mendicidad
(…)
Camina encorvado cual árbol añoso
es prueba viviente de tanta crueldad
con que el mundo azota a distintos seres
para la ignominia de su bacanal.
(…)
Mendigo sin nombre, tu tragedia afrenta
a este mundo vano, artero y falaz;
Pobre obrerita (1932)
(…)
En esta bacanal la virtud es un mal el oro es amo y rey
y no hay poder igual que lo pueda enfrentar
ni menos humillar ostentando honradez.
Percibimos aquí los ecos de lo que expresan otras canciones en la misma
época y en otros lugares. Con un lenguaje muy diferente, Cambalache de
Discépolo (1934) no dice cosas muy alejadas. Los valores que deberían
modelar el comportamiento de los individuos en la sociedad han desparecido
y el hombre está triturado por esta falta de referencias. En estos comienzos
de los años treinta se puede leer en ellas, en Lima como en Buenos aires,
las consecuencias de esta mutación social producida por la aceleración de
la modernización, la misma que conocen todas las grandes ciudades en
particular las más abiertas a los intercambios comerciales.
¿Existe un rayo de esperanza? En Pinglo, en su mundo de huérfanos, de
abandonados, de pobres y de víctimas de las diferencias de clases, dos elementos
parecen devolver una existencia a los individuos frente a este torbellino de
un mundo sin virtud. Primero, la tragedia, el drama del sufrimiento que
trasciende a los seres y les da una dimensión que les permite acceder a una
condición superior:
Mendigo sin nombre, tu tragedia afrenta
a este mundo vano, artero y falaz;
tú con tus miserias y con tus harapos
vales más que el oro, que el mundo te da29.
todo releja en él hondo martirio
y a su paso me descubro respetuoso ante el dolor30.
226
29
30
Mendicidad.
Jacobo el leñador.
Canciones, cancioneros, poder y política
El esfuerzo, el trabajo, el comportamiento moral después. Tanto el canillita
como la joven obrerita (¿dos jóvenes aún no «contaminados»?) superan las
perversiones del mundo por su esfuerzo y su constancia.
Más tarde cuando corres pregonando los diarios,
te muestras todo un hombre que lucha por el pan
y al llevar las ganancias a tus padres o hermanos,
tu pequeñez gigante, tu grandeza de niño,
humilla a la crueldad31.
Pero se constatará que no hay perspectiva de cambio frente a la miseria y a
la explotación. Los individuos adquieren «ilosóicamente» otra estatura pero
permanecen socialmente en su desasosiego. Incluso Luis Enrique el plebeyo
quien rechaza su situación y será un rebelde (el plebeyo de ayer es el rebelde de
hoy) no ve que su situación cambia. Por cierto, proclama la igualdad en el
amor pero no estamos seguros que esta igualdad pueda abolir las distancias
sociales que dibuja la canción.
2. Perú con «P» de Patria32
2. 1. La llaga abierta de la Guerra del Pacíico
Desde la fecha de la irma del Tratado de Ancón en 1883 hasta la irma del
tratado del 3 de junio de 1929 que arreglaba oicialmente el litigio, la cuestión
de las regiones de Tacna y de Arica fue uno de los temas inevitables de la
vida política del Perú. Esta lo era en el plano diplomático desde luego, pero
también formaba parte de las cuestiones extremadamente sensibles que tenían
una inluencia considerable sobre el desarrollo de los debates políticos internos.
Es difícil captar la magnitud de esta permanente movilización si no se señala
cierto número de hechos que marcaron la memoria colectiva peruana. La
guerra llamada del Pacíico, es la prolongación del conlicto entre Chile y
Bolivia que estalla el 14 de febrero de 1879 en los territorios bolivianos del
Departamento del Litoral cuya capital era Antofagasta. Rápidamente, los
bolivianos pidieron a su vecino que sea iel al tratado secreto de ayuda mutua
irmado en 1873, que estipulaba la intervención de uno de los signatarios en
el caso de ser víctimas de una agresión. Después del fracaso de un intento
31
32
El canillita, texto completo, p. 436.
Título tomado a la letra del vals de Augusto Polo Campos, Y se llama Perú.
227
Gérard Borras
de mediación por parte del diplomático peruano José Antonio de Lavalle,
Chile declaró la guerra el 5 de abril de 1879. El ejército boliviano fue incapaz
de oponer una resistencia seria y fue derrotado en el mes de mayo de 1880
durante la batalla del Alto de la Alianza y las tropas se retiraron penosamente
hacia La Paz. En adelante los peruanos asumieron solos un conlicto del cual
no eran responsables.
Este fue esencialmente marítimo primero. Miguel Grau al mando de su célebre
«monitor Huáscar» escribió las páginas más heroicas de la marina peruana.
Pero a pesar de todo fue vencido el 8 de octubre de 1879. La guerra continuó
por tierra y, de nuevo, a pesar de la derrota, otros peruanos se convirtieron en
verdaderas iguras de leyenda. Fue el caso en particular de los defensores del
Morro de Arica comandados por el coronel Bolognesi.
Después de su victoria, los chilenos organizaron la campaña de Lima, y la
ciudad fue ocupada en enero de 1881. La ocupación de la capital ha dejado
terribles recuerdos en la memoria peruana. Algunas obras hablan de más
de 10 000 muertos durante la Batalla de Lima (Pons Muzzo, 1961: 213) y
de la resistencia de los municipios de Chorrillos y de Miralores (cada uno
lleva ahora el título de «Ciudad Heroica», el mismo que igura en todos
los emblemas municipales). Varios monumentos fueron destruidos por los
combates, la Biblioteca Nacional fue pillada, etc.
Las condiciones del Tratado de Ancón fueron particularmente duras33 pues
el país perdía de manera deinitiva una parte importante de su territorio
más meridional. La recuperación de Tacna y de Arica al cabo de diez años
de ocupación chilena era sin embargo un objetivo que atenuaba en algo las
condiciones del tratado. Pero al término de los diez años, los chilenos, seguros
de su fuerza temporizaron y rechazaron la organización del plebiscito que
debía decidir la nacionalidad deinitiva de ambas ciudades. Para los peruanos
comenzaba un largo combate, la recuperación «de las cautivas»34. Tenían que
recuperar cueste lo que cueste su Alsacia y su Lorena, habiendo sido frecuente
la comparación con la situación francesa.
Las tensiones no cesaron de ampliicarse porque los peruanos reprochaban
(no sin algunas razones) a Chile por efectuar una política de «chilenización»
de los territorios para asegurarse la victoria del plebiscito cuando este fuese
228
33
34
Cf. capítulo 1, p. 34.
Algunos autores no dudan en hablar de Vía Crucis.
Canciones, cancioneros, poder y política
organizado. La ibra patriótica de los habitantes de las zonas anexadas no
hacía sino más lancinante la necesaria resolución del problema.
Hoy en día disponemos de muchos elementos para constatar la magnitud
que este tema había alcanzado en la vida interior del país. Ninguno de los
mandatos de los presidentes sucesivos pudo desarrollarse sin otorgar un lugar
esencial al tema de las «cautivas» en su programa político. Paralelamente, la
nación en ruinas necesitaba aferrarse a símbolos fuertes: durante un largo
periodo hubo una política que buscaba gloriicar a los peruanos que se habían
ilustrado, sacriicado, en los combates. Mientras los bolivianos solo tenían al
modesto Avaroa y la intervención de los Colorados para curar las heridas de
su orgullo nacional (Borras, 2003), los peruanos disponían de una galería
impresionante de hechos de armas y de héroes. Estos fueron ampliamente
utilizados para mantener y alimentar la ibra patriótica de la nación.
La arquitectura, el uso de los monumentos, el trazado de las avenidas, están
entre los elementos que ilustran mejor esta voluntad de inscribir la vida
nacional a la sombra de los héroes condescendientes de la Guerra del Pacíico
para recuperar mejor las dos ciudades prisioneras. Bajo la presidencia de Pardo
(1904-1908) se inauguran varios monumentos cuyo proyecto había animado
la vida de la ciudad durante años: en 1906, la inmensa Plaza Bolognesi en
medio de la cual destaca el «Monumento a los héroes de Arica» y en 1908 la
«Cripta de los Héroes» situada en el Cementerio General. Luego vienen los
trazados de las avenidas Miguel Grau, Alfonso Ugarte y Arica que dibujan el
espacio simbólico del centro de la capital peruana (Borras, 2003).
La canción, la música es sin duda mucho menos palpable pero fue también
un elemento importante de esta escenografía de conjunto. Los discos revelan
ser valiosos auxiliares de este trabajo de memoria que esbozamos aquí. Las
joyas de la Colección Estremadoyro y la búsqueda paciente en el medio de
los escasos coleccionistas peruanos35 permitió localizar piezas muy raras que
muestran que el disco, desde su aparición, fue puesto al servicio de la causa
patriótica.
35
Gracias nuevamente a Marcos César Pereira por su gentileza y su generosidad.
229
Gérard Borras
Cuadro 18 – Títulos de algunas composiciones grabadas entre 1910 y 1925
Editor
N.°
Título
Intérprete
VTM
69909
Himno Nacional del Perú
Con orquesta
VTM
73627
Himno Nacional del Perú
Dueño R. Viñatea
VTM
77041
Himno Nacional del Perú
Banda de la escuela Correccional de Lima
VTM
69904
Himno Peruano
Coro de la Sociedad
Verdi
VTM
77483
Himno del Perú
Banda del Batallón de
Gendarmes n.° 1
VTM
78983A
Himno Nacional del Perú
Coro de hombres
Solo: A. Utrera
VTM
78983B
Marcha Nacional Peruana
Banda Internacional
Col.
P1
Himno Nacional del Perú
Banda del Reg. De
Gendarmes de Inf.
Odeon
A41252
Himno de Perú
Con ac. de Orquesta
Victor
77131
Ataque de Uchumayo
Banda Federal de
Arequipa
Las grabaciones arriba señaladas forman parte evidentemente del arsenal de
los símbolos nacionales. Grabar en disco los himnos, las marchas militares, es
duplicar su capacidad «patriótica» y al mismo tiempo, en una época en la que
el disco es un objeto raro, es darles alto prestigio.
Sin embargo es bastante sorprendente observar que no hay alusiones directas
a la cuestión de las «cautivas» en estas grabaciones «oiciales» hechas en
general por bandas militares. Es casi igualmente sorprendente notar que esto
fue como un rol atribuido a la canción cuyos valiosos testigos son los discos.
230
Canciones, cancioneros, poder y política
Cuadro 19 – Canciones que evocan la Guerra del Pacífico
Editor
N.°
Título
Intérprete
Asalto de Arica
VTM
69006
Soto
Episodio de la Guerra del
Pacíico
-Cobián
VTM
77140
Batalla de Huamachuco
Soto y Marini
VTM
77140
Batalla de Miralores
Soto y Marini
VTM
65991
Batalla de San Juan
Soto y Cobián
VTM
69905
Batalla de Tarapacá
Soto y Marini
Respuesta de Bolognesi
Soto Cobián
VTM
69006
VTM
77833
Tacna (Fox incaico)
Orquesta Internacional
VTM
77833
Arica (Bolero)
Orquesta Internacional
VTM
72092
Recuerdos de Arica
Almenerio y Saez
VTM
69905
Episodio de la Guerra del
Pacíico
Batalla de Tarapacá
Soto y Marini
Escena de la Guerra
Col
Huáscar
Montes y Manrique
Col
Arica
Montes y Manrique
Col
Asalto de Arica (2 partes)
Pieza imitativa
Montes y Manrique
Las canciones tienen una ventaja sobre la música de fanfarria, tienen letra y
pueden en este sentido ser más explícitas a nivel del discurso. Además, tienen
un vínculo con lo real, la voz, que en aquella época conservaba un aspecto
totalmente mágico. De ahí sin duda el uso repetido de las reconstituciones
de batallas grabadas por Montes y Manrique y Soto-Cobián. Hacen revivir
a los héroes, los inscriben en lo real presente y dan aun más fuerza a su valor
simbólico y a su sacriicio como se puede observar en la «Pieza imitativa»
Asalto en Arica36. Con medios irrisorios, una caja clara, una corneta y sus
voces, Montes y Manrique graban una reconstitución sonora de la entrevista
del parlamentario y del gobernador de la plaza de Arica, el coronel Francisco
Bolognesi, y de la batalla que sigue al ser rechazada la capitulación. El
36
Texto completo, p. 456 y grabaciones 17 y 18 en el CD.
231
Gérard Borras
resultado es verdaderamente asombroso. Los personajes hablan, llueven las
órdenes, la corneta acompasa la escena. Los cañonazos, el tiroteo, los gritos
de los heridos: todo está hecho para hacer vívida la escena, actual, de tal
manera que haga irrupción en el «tiempo de la escucha» borrando los treinta
años que separan la escena original de la reconstitución37. El otro objetivo
es teatralizar el heroísmo de los oiciales, encontrándose en el primer rango
de ellos Francisco Bolognesi, viejo militar retirado (tenía 64 años) que se
reincorporó al servicio en el momento del conlicto. Rechazó elegantemente
la oferta de rendición y pronunció una de las frases que será repetida por
generaciones de pequeños escolares peruanos: «¡Tengo deberes sagrados que
cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho!». La declaración de
Alfonso Ugarte, otro héroe de la batalla, no es menos punzante porque en su
sacriicio inal (con su caballo, y la bandera peruana se arrojó desde lo alto
de los acantilados que dominan el Pacíico) se lee también la conciencia y la
confesión de la derrota.
Los dos célebres cantantes consagran así 4 caras de discos al tema de la Guerra
del Pacíico grabando además del título precedente el vals Arica y el tondero
Huáscar38. Es una prueba de que a comienzos de los años 1911, el tema de la
guerra seguía estando extremadamente presente en la vida pública peruana y
que la no resolución del plebiscito no cesaba de avivar las tensiones. Desde
luego estas canciones cantan alabanzas de los héroes ya estatuizados pero no
señalan —muy al contario— voluntad de sosiego. El tondero Huáscar pide
el rescate del barco del Almirante Grau como para reiniciar mejor la guerra,
renovar sus hazañas y lanza este grito:
La escucha del fonógrafo «el parlanchín autómata» tenía en sus inicios un toque de
magia negra y de atracción ferial. Por prueba este extracto del diario El Nacional de La
Paz (22/09/1892): «El fonógrafo es un mueble pequeño cargado de baterías eléctricas y
con botones imperceptibles manejados hábilmente por el señor Heaton. De pronto se
escucha una banda de música militar tan sonora y clara que no se pierde absolutamente
una nota, luego se oyen voces de señoritas que cantan melodiosamente acompañadas
de un piano suave. Tocado otro botón se oye hablar a unos de los grandes hombres del
mundo así como el discurso de un orador en voz fuerte y no se pierde una sola sílaba
ni la entonación y se nota hasta la respiración. Es algo que asombra». Aunque ya no se
esté en 1911 en el primer comienzo de la reproducción sonora, el sistema sigue siendo
rudimentario y sin duda misterioso. Lima conocerá la célebre Victrola después de la
Primera Guerra Mundial.
38 Arica, texto completo, p. 443. Ambas canciones están en las grabaciones 15 y 16 del CD.
37
232
Canciones, cancioneros, poder y política
Adentro, matar, batir
Al enemigo y hasta morir.
En aquel momento la canción es pues un soporte de la memoria y una fuerte
incitación a la acción. Y lo hará con más fuerza aún a medida que la cuestión
de Tacna y Arica no encuentre solución satisfactoria.
Si todas las canciones gloriican a los héroes y reclaman el retorno de las
dos cautivas al regazo materno (la imagen será usada varias veces), algunas
expresan a pesar de todo un sentimiento de gran amargura, de gran tristeza. A
través de las letras se siente bien que a pesar del tono patriótico, el desaliento
parece a veces ganar a imagen de esta primera estrofa del vals A Tacna39:
Adiós Tacna, bella palma
Adiós Arica Laurel;
ya se va tu hijo querido
no lo volverás a ver
También es el desconcierto frente a la actitud del vecino boliviano cuyo poca
valentía y a veces cobardía destacan algunos:
En el cerro de San Francisco
el peruano se batió
mas Bolivia por la espalda
al peruano victimó.
En el Campo de la Alianza
se alzaron los bolivianos;
los cobardes ya corrieron
quedaron solo los peruanos.
Recuerdos de Arica40 expresa el mismo sentimiento de pesadumbre y inalmente
es una confesión de impotencia:
Triste recuerdo de Arica
yo les voy a mencionar,
de esa tierra que hoy cautiva
no podemos rescatar.
Texto completo, p. 442.
Texto completo, p. 443. Publicada en 1916 en el número 250 de El Cancionero de
Lima, la canción es una creación de Nicanor Casas, según varios autores. Montes y
Manrique la graban con algunas variantes años antes sin señalar autor pero con el título
Arica. Cf. Grabación CD n.o 15.
39
40
233
Gérard Borras
La última estrofa varía ligeramente entre las versiones de Casas y la de Montes
y Manrique. En ella se percibe esta técnica del compositor que encuentra la
fórmula para cerrar su narración pero a pesar de todo estas dejan asomar ese
sentimiento de tristeza que indudablemente debió marcar durante a años a
muchos peruanos.
Llora llora pobre corazón
llora por esos seres queridos
que en la batalla de Arica murieron
por defender su gloriosa nación.
Llora, triste corazón
llora por esos seres queridos
que entre nubes de gloria han subido
a la eterna y gloriosa mansión.
La llegada al poder de Leguía en 1919 va a dar una nueva dimensión al
problema. Después de su exilio londinense el ex presidente realizaba un
sorprendente retorno en gracia luego de un in de mandato muy agitado en
191241. Contra todo pronóstico recibió el apoyo de los sectores populares e
incluso de los universitarios (sin embargo duramente reprimidos en 1911)
que no dudaron en designarlo «Maestro de la Juventud».
Se asistía sin duda a un cambio político y Leguía fue quien supo encarnarlo42.
Este apoyo político fue tanto más fuerte por cuanto supo sacar provecho de
la cuestión de los territorios todavía en posesión de los chilenos:
«Leguía hizo audazmente un arma electoral de la reivindicacón de
Tacna, Arica y Tarapacá. En el discurso que, como candidato pronunció
desde un balcón del Club de la Unión el 22 de febrero de 1919,
declaró que la fórmula para reivindicar las tres provincias las tenía
“aquí” (señalando el corazón; para dar fe de su palabra dio un beso en
la frente del entonces general Cáceres y agregó que éste no moriría sin
234
41 Fue exiliado por Billinghurst. Al inal de su mandato su situación no fue muy brillante.
Basadre recuerda los hechos siguientes: No podía haberse olvidado los signos y las
muestras de impopularidad que recibiera. Silbidos y denuestos lo acompañaron durante
la ceremonia en que leyó su último mensaje presidencial en 1912 y a través del recorrido
que hizo por las calles ese día, en el cual, más de una vez, pareció la muchedumbre se iba
a abalanzar contra él (Basadre, 1968, tomo XIII: 8).
42 La gran guerra de 1914-1918 con sus consecuencias económicas y sociales, había dado
lugar a que se acentuara la signiicación de dichas clases. Estaba en sus postrimerías la era
patriarcal y señorial de la vida peruana y pugnaba por emerger una época mesocrática.
Estudiantes, empleados de comercio, empleados públicos, militares de mediana o baja
graduación, artesanos y obreros contáronse entre los más entusiastas partidarios de
Leguía (Basadre, 1968, tomo XIII: 9).
Canciones, cancioneros, poder y política
antes ver volver a esas provincias en el seno de la Patria. La Asamblea
Nacional de 1919 declaró por unanimidad el 27 de diciembre de aquel
año, la caducidad del Tratado de Ancón por incumplimiento de una de
sus cláusulas esenciales» (Basadre, 1968, tomo XIII: 105).
Las canciones compuestas en esta época evocan directamente la posición de
Leguía sobre la cuestión lo que visiblemente provoca el entusiasmo de la
población.
Triunfo de Leguía43
(…)
Vuestra excelencia peruano nacional
dijo al traidor yo defenderé
las provincias que hay que rescatar
Patria nueva queremos sin demorar.
Nosotros el Pueblo agradecemos
las promesas de vuestra excelencia
pero al in las cautivas rescataremos.
¡Viva el Perú! Consuelo y paciencia.
Con increíble fervor patriótico, las canciones van a sucederse en las páginas
de El Cancionero de Lima por lo que podemos seguir casi cronológicamente
los altibajos de la negociación entre peruanos y chilenos.
Desde la llegada al poder de Leguía el tono de las canciones se hace más
irme y dibuja un mañana lleno de promesas. Estamos en la línea recta de la
exaltación provocada por las tomas de posición del nuevo presidente:
Canción patriótica44
Tristes cautivas pa dónde están
que las llamamos con tanto afán?
Tacna y Arica, Tarapacá
todos clamamos su libertad.
No lloren tanto, hermanas mías,
que ya se vienen gloriosos días:
Tacna y Arica y Tarapacá
que las tengamos en libertad.
En este mismo número 320 El Cancionero de Lima publica otras dos canciones
El Repatriado45 y La Garrapata46. Su número es revelador de la intensidad del
tema tratado. La primera lleva como subtítulo Canción infantil. Aparece pues
El Cancionero de Lima, sin número, pero sin duda de la serie 300.
El Cancionero de Lima, nº 320 (1919). Texto completo.
45 Texto completo, p. 447.
46 Texto completo, p. 448.
43
44
235
Gérard Borras
como el clásico modelo de canción escolar encargada de construir una imagen
del muy negativa enemigo y de mantener presente en el cuerpo social que será
el futuro de la nación la imagen de los héroes y el retorno de los territorios
perdidos47. Basta una lectura rápida para comprender la construcción de la
canción, pero esta presenta sin embargo una originalidad, es el discurso de
un habitante de las zonas en litigio que vivía «en carne propia» el hecho de
ser peruano en territorio administrado por chilenos. La primera estrofa, de
manera muy pedagógica recuerda lo esencial: la unanimidad de los habitantes
de los territorios (todos); las dos ciudades son bien nombradas y el territorio
de Tarapacá, su estatuto (cautiverio) y la necesaria exigencia (libertad). Las
cuatro estrofas siguientes se encargan de dibujar la imagen del enemigo.
Transcribo solo algunos elementos del campo léxico: tirano, enemigo opresor,
su odio, rigor, invasor, terror, conquistador, su tremenda vileza, etc. El enemigo
es claramente designado así como su comportamiento. La última palabra de
la canción resuena indudablemente fuerte en esta melodía: usurpado, de tal
manera que quede bien grabado en la memoria de los peruanitos.
La Garrapata pone en escena a un apacible durmiente víctima, en su sueño,
de la fea picadura (en la rabadilla) de un animal no muy cordial (garrapata).
La imagen del parásito que sobrevive succionando la energía de su anitrión
es en sí una representación elocuente del vecino del sur. La imagen siguiente
no es más halagadora pues los chilenos son víctimas de una severa indigestión
de nefastas consecuencias. La indigestión es la metáfora del Tratado de
Ancón cuyas cláusulas no respetan los chilenos. La evocación del presidente
W. Wilson como médico que prescribe lavativas al enfermo que sufre de
indigestión es de un efecto cómico que debió encantar a más de un lector
o de un oyente. Más seriamente, esta subtiende que el problema de derecho
se plantea a los chilenos y no a los peruanos. Desde luego, se trata de una
alusión a la actualidad. En 1920, durante la primera asamblea de la Sociedad
de Naciones, Perú y Bolivia presentaron una demanda de revisión de las
cláusulas del tratado irmado en 1883, haciendo valer, del lado peruano, el
no respeto «de varias estipulaciones del Tratado de Ancón»48.
¡Cuántas similitudes también con el caso francés! J. M. Arguedas integra esta dimensión
del conlicto en Los ríos profundos. Los alumnos del colegio de Abancay juegan a la guerra
entre chilenos y peruanos.
48 Frase del negociador peruano Alberto Salomón (Basadre, 1968, tomo XIII: 106).
47
236
Canciones, cancioneros, poder y política
El trabajo de «conciencia y de memoria» continúa en la sociedad limeña. Dos
semanas más tarde, en el número 322, se publica un largo poema/canción
en dos partes: A mis hijas y la respuesta A mi madre. La relación sagrada e
indestructible entre madre e hijo es utilizada aquí para ilustrar la situación de
los territorios. La elección de la identidad, del género, no está dictada solamente
por razones semánticas. Por cierto Tacna y Arica son ciudades que implican
el uso del femenino, pero aquí se
trata de hacer vibrar el amor ilial
entre dos entidades que encarnan
la vida, que es otro elemento contra
el que uno no tiene derecho de
atentar. La imagen de las dos hijas
permite también insistir sobre su
pureza, su aspecto virginal (estrofa
n.o 3) y así en cierta medida poner
en evidencia el comportamiento
monstruoso de aquel que las ha
raptado y que ha aprovechado de
su fuerza frente a seres sin defensa.
El chileno ya no es un cóndor
(imagen frecuente para designarlo)
sino un buitre que arranca a los
hijos del regazo materno. También
es un vecino codicioso/y egoísta,
que actúa con criminal osadía. Se
trata de consolidar una imagen
de serenidad frente al futuro, el
patriotismo de las dos hijas es la
mejor garantía de su retorno al Figura 22 – El Cancionero de Lima n.o 334
espacio nacional.
Pero la situación seguía siendo tensa entre las diferentes partes y el número
334 de El Cancionero de Lima publica una primera página que no deja dudas
sobre el estado de ánimo de ciertos sectores de la sociedad peruana.
En su interior están impresas cuatro canciones cuyo tono patriótico y guerrero
es difícil ignorar: ¡Mi Patria! ¡Mi bandera! – Himno a la Patria – Canción de
la bandera – Cornetas y tambores. La primera fue escrita por el célebre poeta
y periodista Federico Barreto, oriundo de Tacna y quien a todo lo largo de su
237
Gérard Borras
vida fue un ardiente defensor de su ciudad natal. Los dos últimos versos se
bastan por sí solos:
Hay que evitar la afrenta sobre todo
Lodo? Eso nunca! Sangre antes que todo49.
Himno a la Patria50 está irmado por Manuel Ayllón. Su contenido es el
arquetipo de las canciones belicistas:
Adelante peruanos valientes
A lavar de la patria el honor,
No humillemos jamás nuestras frentes
Ante el yugo del torpe invasor
Si las hordas de un pueblo salvaje
Nos quisiera un día humillar
Castiguemos con brío este ultraje
En la tierra, la costa y el mar
(…)
Que al reptil que nos muerda iracundo
Lo destruye el Perú con los pies
(…)
Guerra a muerte es la voz q’ se escucha..
La violencia de las imágenes sorprende y se percibe un odio apenas contenido.
La canción hace eco a la imagen del soldado que ilustra la primera página del
cancionero y con ello pretende movilizar los ardores patrióticos de todos los
peruanos. Además las dos últimas canciones no se olvidan de los más jóvenes
pues Canción de la bandera y Cornetas y tambores son para un público escolar.
Pero las tensiones no existían solamente con Chile. Bolivia, por su lado,
intentaba también recobrar una parte de soberanía sobre el litoral perdido.
Incluso hizo una demanda ante la Sociedad de Naciones para recuperar el
puerto de Arica. No faltaba más para desencadenar la cólera peruana cuyo
rastro encontramos inmediatamente en las canciones. La primera página del
número 351 de El Cancionero de Lima da el tono presentando dos viñetas con
los siguientes comentarios:
1/ Una patada en el cu…tis
Mereces, cuico bandido
238
49
50
Texto completo, p. 455.
Texto completo, p. 446.
2/ Por la razón o por la fuerza
vamos a tomar… Mollendo
Canciones, cancioneros, poder y política
Que, traicionando al Perú
Al chileno te has vendido.
que al mirarnos los peruanos
salen toditos corriendo.
Si las palabras son particularmente duras en la primera
leyenda, la segunda escarnece su inconciencia pues
Mollendo es el puerto que está a la altura de la ciudad
de Arequipa, es decir mucho más al norte que los
territorios perdidos por el Perú.
El texto Las pretensiones de Bolivia51 hace claramente
alusión a la demanda formulada por Bolivia ante la
SDN. Para el autor es una ocasión de burlarse de esta
demanda que privaría al Perú de uno de sus puertos,
mientras el presidente Montes no reclama nada a
Chile que lo ha desposeído.
Querer un puerto peruano
Sin pedir Antofagasta
Es occurencia que basta
Para darles… medio oceano!
Figura 23 – El Cancionero de Lima
n.o 351
La carga contra el primer mandatario boliviano es
particularmente dura:
La Liga de las Naciones
no puede escuchar sandeces,
ni oir las estupideces
de tinterillos ramplones.
La canción que sigue, Marinera Montes52, abandona el tono polémico por el
de la mofa. El título es en sí una primera puya con la cual muchos peruanos
debieron divertirse. Se trata en seguida de mostrar el lado incomprensible
de la demanda pues los bolivianos reclaman un puerto en territorio peruano
y se abstienen de reclamar su antigua propiedad, Antofagasta. Incluso en
tono de broma, el argumento da en el blanco. La seguidilla se canta con el
ritmo rápido de la marinera pero no es menos acerba. El letrista hace recaer
la responsabilidad histórica del conlicto y del drama peruano sobre Bolivia,
que no solamente no tiene ningún reconocimiento sino además traiciona a
su antiguo aliado. Deja entender claramente que Montes estaría manipulado
51
52
Texto completo, p. 449.
Texto completo, p. 454.
239
Gérard Borras
por su antiguo adversario y denuncia la falta de clarividencia política y de
valentía de los bolivianos:
Si quieres que tu patria
bien se aniquile
sigue iel los consejos
que te da Chile.
Si tu país al nuestro
se hubiera unido,
conseguiría pronto
lo que ha perdido.
Pero la cuestión de las cautivas seguía sin solucionarse. La llegada al poder
del nuevo presidente Alessandri abrió una nueva perspectiva estableciendo
nuevas negociaciones sometidas al arbitraje del presidente de los Estados
Unidos. Después del fracaso de las negociaciones de Washington (15 de
mayo-20 de julio de 1922), las delegaciones resolvieron someterse al arbitraje
convenido. El 4 de marzo de 1925, el presidente Calvin Coolidge emitió
su fallo: un plebiscito debía decidir la suerte de los territorios en juego. Fue
un estruendo para los peruanos quienes pensaban que no tenían ninguna
posibilidad de ganar la elección habida cuenta de las relaciones de fuerza que
paulatinamente se habían modiicado en el transcurso de estos largos años. La
reacción popular fue inmediata:
«La opinión pública peruana se conmovió intensamente: Hubo
impresionantes manifestaciones multitudinarias de protesta. Una de
ellas estuvo compuesta sólo por mujeres»53.
La canción traduce inmediatamente esta crisis y parece tan precisa como la
descripción del historiador Basadre. El tango Las Cautivas54 comienza con la
emoción que provoca el arbitraje:
Un frío glacial mi pecho llenó
el día que vi el aludo fatal;
y luego da cuenta de las manifestaciones que agitaron la ciudad, sin olvidar
de recalcar, como lo hace el historiador, el rol desempeñado por las mujeres:
El pueblo al saber el laudo
de patriotismo estalló
y en imponente protesta
toda Lima recorrió.
(…)
240
53
54
Jorge Basadre, 1968, tomo XIII: 144.
Texto completo, p. 450.
Canciones, cancioneros, poder y política
Y nuestras bellas mujeres
demostrando su dolor
ante el héroe Bolognesi
protestan llenas de ardor.
El letrista parece aceptar la situación y extrae de ella una lección: coniemos
tan sólo en nosotros nomás. Pero no se resigna por tanto. Este sentimiento no
aparece en el vals «de actualidad» El llanto de las cautivas55 publicado en el
mismo número de El Cancionero de Lima. Encontramos la alusión al arbitraje
(el laudo nos condena a que vivamos/eternamente en cautiverio atroz) pero la
reacción es muy viva como lo demuestra el campo léxico: cadenas, yugo,
torturas, penas, ruin, pérido caín, malvados, lo que desde luego implica una
respuesta a la altura de la situación:
No permitáis, carísimos hermanos,
que tanto crimen queden sin sanción;
la sangre derramada de peruanos
pide venganza: ¡La ley del Talión!
La situación alcanza tal grado de tensión que El Cancionero de Lima publica en
su número 539 una composición fechada en 1892, Apóstrofes a Chile56, cuyo
exceso es increíble. Ninguno de los textos que hemos tenido la oportunidad
de recoger llega a tal grado de violencia: Chile es un pueblo envilecido… cuyo
aliento inmundo la atmósfera ha corrompido… ultraja con saña artera… el
pueblo más criminal con instinto de chacal y corazón de pantera… Chile, nación
prostituida… con arrogancia escarneces… porque tu gloria es el crimen… tu
pueblo insulta y hiere… con su baba asquerosa, etc.
Algunos meses más tarde se instala la comisión que debía organizar el plebiscito.
El ataque en la ciudad de Arica a Miguel Rotalde, comandante del Ucayali,
que transportaba a la delegación peruana, fue otro episodio extremadamente
comentado. Pero el acontecimiento de ines de 1925 fue la restitución por
parte de los chilenos de la pequeña ciudad de Tarata, saludada como de debe
con un vals, ¡Tarata!57 que se cantó en el teatro, dice el subtítulo. El estilo
recuerda muchas composiciones y el nombre del autor es del mayor interés
pues se trata del Marqués de Lema, seudónimo muy conocido del propietario
Texto completo, p. 445.
Texto completo, p. 442.
57 Texto completo, p. 455.
55
56
241
Gérard Borras
de El Cancionero de Lima. Se comprende mejor ahora la concentración de
textos sobre el tema. La posición política del Cancionero comienza a dibujarse.
Cuatro años después, luego de arduas negociaciones, el 3 de junio de 1929,
Chile y Perú llegaban a un acuerdo deinitivo. Arica seguía siendo chilena
y Tacna regresaba al Perú. A pesar de la importancia del asunto, la tensión
parece aplacarse y los textos de canciones se vuelven más escasos y son
remplazados sobre todo por un nuevo problema fronterizo que va a abrasar
durante semanas a la opinión pública peruana: Leticia.
2. 2. El increíble ejemplo de Leticia
El estrecho vínculo entre la canción y la vida social y política peruana
encuentra una ilustración adicional con el «nuevo» problema fronterizo que
el Perú debía enfrentar en este difícil inicio de los años treinta, mientras el
in de la década precedente había resuelto el espinoso problema de Tacna y
Arica. Cuando en el transcurso del mes de setiembre de 1932 llega a Lima
la noticia de la ocupación del puerto «colombiano» de Leticia, el nombre
del poblado no es desconocido para muchos peruanos. Aunque de tamaño
extremadamente modesto (Basadre decía que: «Leticia no venía a ser sino
una ranchería de 40 o 50 chozas habitadas por salvajes (Basadre, 1968,
tomo XIII: 166)» y situada cerca de la frontera más remota del territorio,
algunos años antes había estado en el corazón de una negociación que había
dejado recuerdos ambiguos a buen número de peruanos muy sensibles a las
cuestiones de límites territoriales.
En 1922, los colombianos negociaron con el canciller Alberto Salomón un
tratado que les permitía un acceso al Amazonas. Los peruanos cedieron el famoso
trapecio amazónico incluyendo el puerto de Leticia y recibieron a cambio un
territorio que los ecuatorianos habían cedido a Colombia en 1916. El tratado
conocido bajo el nombre de Salomón-Lozano originó serias polémicas. Los
ecuatorianos se oponían a la cesión del territorio de 1916 a un país con el
cual tenían diferendos, los brasileños no apreciaban la llegada de un nuevo
país sobre el curso del Amazonas: lo hicieron saber oicialmente al gobierno
peruano en 1924. Finalmente, la oposición al gobierno de Leguía consideraba
el tratado como una engañifa, y algunos incluso como una traición58.
242
«En su maniiesto como candidato a la presidencia de la República, Germán Leguía y
Martínez en 1923 llamó traidores a la Patria a quienes lo aprobaran» (Basadre, 1968: 257).
58
Canciones, cancioneros, poder y política
Seguro de su poder, Leguía hizo aprobar el tratado por el Congreso el 20
de diciembre de 1927. La retrocesión de los territorios tuvo lugar el 17 de
agosto de 1930, algunos días antes de la sublevación de Arequipa que llevaría
a Sánchez Cerro al poder. La cuestión de los territorios amazónicos no era
un tema desconocido en la vida política peruana. ¿Qué ocurrió ese primero
de setiembre de 1932? Gustavo Pons Muzzo, historiador de posiciones
nacionalistas comprobadas, hace la siguiente descripción de ello:
«El incidente se originó cuando, el 1º de septiembre de 1932, un grupo de
civiles peruanos residentes de la población de Leticia, ubicada dentro del
“Trapecio Amazónico”, que el Perú había cedido a Colombia por
el tratado “Salomón-Lozano” depusieron sin mayor violencia a las
autoridades colombianas de dicha población, dominaron a la policía
local y la hicieron embarcarse rumbo a Brasil apoderándose del lugar»
(Pons Muzzo, 1961: 257).
Basadre, en su muy seria obra sobre la historia de la república da informaciones
similares59. ¿Por qué tomaron Leticia los peruanos de la zona? Indudablemente
es difícil determinar con exactitud todas las motivaciones. Desde la irma
de los acuerdos y la retrocesión de las tierras, existían escaramuzas regulares
entre colombianos y peruanos. Varios habitantes habían vivido difícilmente
la aplicación del tratado. Uno de los actores de la operación fue Enrique A.
Vigil, propietario de una plantación en la zona y a quien el acuerdo había
duramente afectado. Sin duda él deseaba invertir la aplicación de un acuerdo
sobre el cual pesaban numerosas críticas. En un primer momento, Sánchez
Cerro no dio mayor importancia al incidente, temiendo incluso que fuese una
maniobra del APRA para desestabilizar a su gobierno. Pero los acontecimientos
tomaron bastante rápidamente otro giro. El 4 de setiembre los militares de
la zona de Iquitos apoyaron un maniiesto que preveía la modiicación del
«En la madrugada del 1º de septiembre de 1932, 48 personas, principalmente
residentes de Caballo-Cocha y Chimbote y también según se dijo, sin que faltara gente
vinculada a Enrique A. Vigil, se apoderaron primero de la hacienda Victoria y luego del
puerto de Leticia en el río Amazonas, cedido a Colombia desde agosto de 1930 en virtud
del tratado de límites con dicho país. (…) No sólo no hubo derramamiento de sangre,
sino que no se registró el más leve incidente. Los fondos encontrados fueron entregados
escrupulosamente. La guarnición de Chimbote apoyó a los autores de este acto de fuerza,
que estuvieron armados de carabinas viejas y casi inservibles y con 30 tiros mientras los
colombianos disponían de fusiles Mauser y de regular cantidad de munición» (Basadre,
1968, tomo XIII: 352).
59
243
Gérard Borras
tratado y la recuperación de Leticia. Esta decisión recibió un increíble apoyo
popular en la región. El gobierno no podía ignorarlo60. Sánchez Cerro dio
media vuelta y también se mostró favorable a una renegociación del tratado.
El asunto de Leticia cobraba entonces una verdadera dimensión nacional,
como si se tratara de tomarse la revancha sobre la mala suerte que había
impedido recuperar Arica.
Desde luego, la canción fue la valiosa aliada de estas movilizaciones con acentos
patrióticos y rápidamente guerreros. Pero El Cancionero de Lima, tan prolijo y
tan comprometido en la crisis de Tacna y Arica se va a ilustrar nuevamente en
esta. Va a ser el iel transcriptor de las canciones que se difunden en el espacio
de la ciudad o en el espacio nacional, pero va a ser también el promotor de
una campaña patriótica y nacionalista de sorprendente magnitud. La serie
927/936 es la ilustración elocuente de este trabajo efectuado por el modesto
semanario de ocho páginas. Salvo el número 931, todos los números de
la serie consagran su primera página al acontecimiento publicando mapa,
fotografía de los lugares, de los navíos de guerra, etc.
Lo visual será un aspecto importante de la campaña del Cancionero. Variando
el color de las tintas, el editor impresor da mayor atractivo a estas primeras
páginas y al tiempo intenta seguir lo mejor posible la actualidad y hacer
obra de pedagogía para dar más presencia a este conlicto que se sitúa en los
conines del territorio nacional. Se presenta un mapa de los lugares donde hay
combates, un «panorama de Leticia» que es en realidad la fotografía de un
aserradero. Pero la leyenda nos permite comprender la intención:
«Los aserraderos de madera que aparecen adelante, muestran las ingentes
riquezas del Oriente peruano donde se alza una lora excepcionalmente
bella y productiva»61.
Implícitamente se trata de mostrar que estos territorios «perdidos» son en
realidad un El Dorado nacional que merece una movilización sin isuras.
Pero lo esencial de la campaña está representado por las canciones y las
composiciones poéticas que pueden ser musicalizadas: El Cancionero publicará
unas treinta en diez semanas.
«Hombres, mujeres y niños se confundieron allí en lo que alguién llamó un fanatismo
patriótico» (Basadre, 1968, tomo XIII: 355).
61 El Cancionero de Lima, n.o 935.
60
244
Canciones, cancioneros, poder y política
Se podría decir que el editor/propietario del periódico «hizo sus pinitos»
con la campaña precedente y ya está bien preparado para afrontar una nueva
crisis cuyas temáticas son muy cercanas: un territorio en disputa, un tratado
impugnado, dos naciones en conlicto, todo sazonado con una buena dosis
de nacionalismo, de patriotismo. Efectivamente hemos tenido la impresión
de revivir las mismas sensaciones y la expresión de Basadre nos ha parecido
luminosa:
«[…] el conlicto con Colombia 1932-1933 (en cuyas páginas hay
algunas que parecen arrancadas de la guerra 1879-1883)».
La matriz de las canciones está lista, basta con modiicar algunos de sus
términos para adaptarla a la nueva situación, dejando incluso los nombres de
los héroes de la Guerra del Pacíico que en adelante sirven de ejemplo para los
futuros combatientes. Su rastro se percibe en varias composiciones.
¡Ay!, Leticia62
(…)
Los peruanos son valientes,
no saben correr jamás,
y en la lucha se agigantan
como Bolognesi y Grau…
Guerra63
(…)
Pero hoy lo mismo con entereza
repeleremos al invasor,
pues Bolognesi con su grandeza
supo enseñarnos lo que es valor…
La guapeza colombiana64
(…)
Cuidado no más, Colombia,
que vuelvan a resultar
Grau, Bolognesi y más héroes…
Texto completo, p. 460.
Texto completo, p. 465.
64 Texto completo, p. 468.
62
63
245
Gérard Borras
Patria65
(…)
Al ejemplo de Grau y Bolognesi
aquí estamos nosotros alertas
y hoy más que nunca, diremos
que el Perú se hará respetar…
No asombrará la pobreza de la mayoría de estas canciones. A imagen de esta
última se puede encontrar versos que encienden a los combatientes contra
«el feroz enemigo» que será algunas medidas más tarde un cobarde enemigo/que no
sabe como ha de luchar. El objetivo de estas canciones belicistas no es construir
un discurso complejo: forman parte de este arsenal sonoro donde resuenan
siempre las mismas palabras (a menudo también los mismos ritmos y las
mismas estructuras musicales) y donde aparecen las mismas imágenes: honor,
deber, valor, amor, bandera, pendón, justicia, fama, triunfo, esperanza, etc. El
letrista dispone de un campo léxico bastante bien identiicado y usa y abusa
de él; poco importa, esto forma parte de los cánones del género. Sin embargo
sorprende la fuerza de algunas canciones que evocan esta idea de sacriicio
por la patria, yo os ofrezco morir o vencer, Morir debemos bajo el pendón; unidos
todos marchemos/resueltos a vencer y a morir, que parecen casi desfasadas en
este inicio de los años treinta.
Muchas otras canciones han sido menos «abstractas» y fueron como en la
crisis anterior las herramientas de un verdadero trabajo de propaganda e
incluso, si la palabra no es muy fuerte, de reclutamiento. Estas hacen un
comentario de la actualidad, y dan a entender «una» verdad al tiempo que
movilizan las energías nacionales.
Los primeros números hacen alusión al litigio, hacen un real trabajo de
información y de pedagogía explicando los hechos y justiicando la reacción
de los peruanos:
A defender Leticia66
Son los colombianos muy empaladitos,
pues la tiranía los favoreció,
cambiándole a ellos el puerto Leticia
por otro terreno que no lo entregó.
Y hoy al darse cuenta de la canallada
246
65
66
Texto completo, p. 473.
Texto completo, p. 459.
Canciones, cancioneros, poder y política
un grupo de bravos Leticia tomó
y se han enojado aquellos señores
viendo que nosotros tenemos razón.
La primera sorpresa viene del uso de la palabra «tiranía», alusión directa a
Leguía y al pacto Salomón-Lozano. El Cancionero fue en efecto, sobre todo en
sus inicios, ya lo veremos, uno de los más ieles apoyos del régimen antes de
convertirse al aprismo. La explicación que justiica la anexión de Leticia es muy
frágil, porque los colombianos sí habían entregado los territorios designados
por el pacto. El argumento de la razón o del derecho es aquí extremadamente
débil lo que explica sin duda que en otra canción la justiicación no sea sino
de orden sentimental:
Viva Leticia peruana 267
Fue en una acción henchida de amor patrio
unos civiles, hombres del Perú
que se expusieron al peligro
en la jornada de la restauración.
Esta última canción está además dedicada a los abnegados civiles hijos de
Loreto, que consagraron su patriotismo reincorporando Leticia a su nacionalidad
netamente peruana. Y a pesar de las palabras que hacen alusión al derecho, era
muy difícil hacerlo valer porque era inexistente:
No fue un movimiento agresivo
ni el deseo de alterar la paz,
fue el derecho del oriente altivo
de conservar su amplia integridad..
El tratado fue sin duda mal aceptado por la población pero había sido
ratiicado y el Consejo de la SDN aprobó por unanimidad la resolución
pidiendo a los peruanos que respeten sus compromisos68.
La ocupación de Leticia provocó una muy viva reacción en la opinión pública
colombiana y la fuerza militar no tardó en manifestarse. La tensión y la
movilización subieron en las calles de Lima, ¡si los colombianos querían guerra
la tendrían! Las canciones que circulan en ese momento son reveladoras de
lo que pensaban amplios sectores de la población. Los vecinos del norte eran
Texto completo, p. 474.
Resolución del 18 de marzo de 1933. El delegado peruano votó contra esta resolución
y abandonó el lugar.
67
68
247
Gérard Borras
bastante mal conocidos y las imágenes que circulaban eran mucho menos
guerreras que las de los chilenos. Los colombianos solo son galantes, guapos,
trovadores y con seguridad militares no. Las canciones insisten mucho sobre
esta imagen de frivolidad, de supericialidad del enemigo que ni siquiera sabe
usar un arma: Ese instrumentito que llevas al hombro se llama fusil69, que en
realidad es un fanfarrón70 o un perro bullanguero71. De ahí la idea que este
conlicto, si se declaraba, sería un paseíto sin riesgos:
Si los dejasen solitos
A Colombia y el Perú
el Perú knock-out pondría
a Colombia al primer round72.
Pues un cholito valiente
Con su chicote en las manos
Hará correr en Oriente
A todos los colombianos73.
Luciendo tremenda jeta
Toditos los colombianos,
Nos pedirán pronto «chepa»74.
La burla es a veces dura y no duda en recurrir a imágenes racistas como la que
transmite la canción «de actualidad» Los colombianos:
En Colombia se han formado
con los negros, regimientos,
que en unos palos montados
hacen muchos movimientos.
Verlos marchar es de reír;
llevando escobas en vez de fusil.
Parece que los sentimientos traducidos por la canción correspondían
al estado de ánimo de una parte signiicativa de la opinión75. Las fuerzas
A defender Leticia.
¡Ay!, Leticia. Texto completo, p. 460.
71 Los mercenarios. Texto completo, p. 470.
72 Los mercenarios. Texto completo, p. 470.
73 El adiós de un voluntario. Texto completo, p. 462.
74 Los colombianos. Texto completo, p. 469.
75 «No faltaron los que creyeron que los gobernantes colombianos, carentes de fuerza
militar, trepidarían en llegar hasta la ruptura de hostilidades al convencerse de que Perú
como estado y como nación, respaldaba enérgicamente los acontecimientos ocurridos
69
70
248
Canciones, cancioneros, poder y política
militares colombianas no eran tomadas en serio. De hecho, los colombianos
no disponían de fuerzas importantes capaces de asumir un conlicto en la
zona y tuvieron que recurrir a mercenarios para llevar a cabo raids aéreos o
para equipar sus navíos. La información parece haber tenido gran resonancia
en la opinión pública peruana y encontramos inmediatamente su rastro en
las canciones publicadas por El Cancionero de Lima. En A defender Leticia,
el letrista participa la información con precisión pues los mercenarios sí
pertenecían a la aviación y a la marina:
Dicen que han salido con rumbo a Leticia
por mar y por aire
esos mercenarios que van contratados
para combatir;
pero el autor de La guapeza colombiana, hace un comentario inapelable:
Han comprado mercenarios
para infundirnos temor,
sin ver que se compran hombres,
mas no se compra valor.
La canción Los mercenarios denuncia las motivaciones que los animan (los
lleva la ambición) y no vislumbra otra salida sino la victoria fácil:
Con el rile y estandarte
contentos regresaremos
y al desilar por las calles
nuestro triunfo entonaremos.
Pero rápidamente los acontecimientos tomaron un giro más complicado en
la medida en que los colombianos no estaban absolutamente dispuestos a
ceder sobre la cuestión de Leticia. Luego de intentos de mediación de Brasil,
el asunto llegó a la SDN y varios países de América Latina tomaron contacto
con el Perú para que aplique los principios del pacto Briand-Kellog. Las
primeras escaramuzas en la zona dieron una nueva dimensión a los debates, se
rompieron relaciones diplomáticas y se saqueó la representación colombiana
en uno de los barrios de Lima.
El 20 de febrero de 1933, el alcalde de la capital peruana organizó una
manifestación patriótica que reunió a una muchedumbre considerable. El 24
en Leticia. En bastante gente no bien informada existió la subestimación del adversario»
(Basadre, 1968, tomo XIV: 359).
249
Gérard Borras
se presentó una moción en el Congreso para declarar traidores a la nación
a quienes habían participado en la irma del Tratado Salomón-Lozano. El
gobierno de Sánchez Cerro beneiciaba de una situación bastante favorable;
disponía de un apoyo popular en un contexto nacional extremadamente frágil
como lo habían mostrado los sucesos de Trujillo76. Estaba dispuesto a continuar
el conlicto y en ese sentido se tomaron una serie de decisiones económicas. Se
trataba de un verdadero sobresalto nacional para inanciar la crisis de Leticia77.
La movilización de la población fue la continuación lógica de esta escalada.
Miles de jóvenes se enrolaron para ir al combate. Once de las canciones del
corpus Leticia atañen directamente a los movilizables o a la muchachada
presta para el combate. El número 933 de El Cancionero les consagraba
su primera página con dos fotografías enmarcadas por eslóganes (¡Vivan
los movilizables! Los movilizables son muchachos de corazón; la muchachada
valiente está deseando ir al frente) y un pasodoble. En las fotografías aparecen
jóvenes de civil desilando. La elección de la imagen es mucho menos
anodina de lo que parece. Estos jóvenes de civil que espontáneamente desean
enrolarse e ir al combate, son la señal misma del entusiasmo y del fervor de
la «Nación» peruana. Es el pueblo que reacciona y que marca así su apoyo
fuerte a lo político. Los desiles de los jóvenes mencionados por la canción
Los movilizables78 sirven evidentemente al poder que pretende mostrar a la
opinión internacional y a la SDN y a Colombia en particular que la cuestión
de Leticia tiene el apoyo de toda la nación y que batallones enteros de jóvenes
están listos para sacriicarse:
Huaynito del norte79
Si la Liga de Naciones
no nos quiere hacer justicia
irán los movilizables
en defensa de Leticia.
El apoyo no era unánime. Algunos sectores de la población pensaban que el costo del
conlicto no tenía relación con los beneicios que habría podido traer el retorno de Leticia
al regazo nacional.
77 Se levantó un Empréstito Patriótico, se aumentó la producción de guano, se organizó
una colecta nacional, se ordenó una contribución «por una sóla vez» a toda una serie de
ingresos, se decretó un impuesto sobre la exportación del algodón, sobre los boletos de
entrada a los espectáculos. Se acuñó una «Insignia de Defensa Nacional» y se la puso en
venta pública, etc.
78 Texto completo, p. 471.
79 Texto completo, p. 466.
76
250
Canciones, cancioneros, poder y política
El 30 de abril de 1933, el presidente general Sánchez Cerro decide presidir
un desile de movilizables, prueba de la importancia que revestía este tipo de
ceremonia para el poder. Al término de la ceremonia, fue víctima del atentado
que le costó la vida. Con este in trágico, la cuestión de Leticia pasaba a un
segundo plano y el nuevo jefe de Estado, el general Benavides, se ocupó de
poner un término a las hostilidades. El Cancionero de Lima, desde su número
941, algunas semanas después sus números más encendidos, titulaba: La Paz
Perú-colombiana. Dos fotografías ilustran la primera página: la del general
Benavides y la del delegado colombiano Alfonso López. Todo, acompañado
de una composición en versos:
Ha iniciado su periodo
el general Benavides
dando prueba que anhela
la externa e interna paz
pues ya con los colombianos
han terminado las lides
ni tampoco aquí entre hermanos
no lucharemos jamás.
De un modo deinitivo
y además muy decoroso
se ha arreglado con Colombia
pues ya no habrá guerra más.
Por eso el pueblo peruano
hoy contento y victorioso
aclama sus presidente
que anhela el bien y la paz
La situación interna claramente evocada aquí pesó fuertemente sobre
las decisiones de Benavides quien no deseaba un atasco del conlicto.
Evidentemente el Cancionero canta victoria… cuando era un duro revés tanto
en el plano militar como en el diplomático, pues el Perú pasaba de la imagen de
víctima de la intransigencia chilena a la de agresor que no respeta los tratados.
Este episodio muestra una vez más la importancia que puede tener la
oralidad, la canción, en sociedades donde estas funcionan como elementos
de comunicación social, de interpretación o reinterpretación de los
acontecimientos. Estos últimos ejemplos ponen en evidencia el rol de un
soporte impreso que difunde canciones y que en el caso presente funciona
como un órgano de prensa y se convierte en un actor del debate político. Las
páginas que siguen son una ilustración aun más evidente de ello.
251
Gérard Borras
3. Los cancioneros: testigos y actores de lo político
Las páginas que preceden han permitido poner en evidencia las estrechas
relaciones entre los sucesos de toda orden y la canción. Esta dice los hechos,
los transmite, los comenta, les da una forma que permite su inserción en el
medio social. A la luz de las observaciones hechas, incluso podemos adelantar
que el cuerpo social, en particular aquel más marcado por la tradición oral,
espera la canción, requiere su presencia como mediación que permite integrar
una realidad.
Los roles desempeñados por estas canciones en las crisis sociales, en los
episodios de Tacna, Arica, Leticia, han mostrado que estas son también un
elemento importante de la vida política del país pero sin que estas impliquen
una posición clara sobre el tablero político interno. La carestía de las
subsistencias, o la cuestión de las cautivas podía concernir a un amplio público
de diversas posiciones políticas.
Pero en una época marcada por disturbios sociales importantes, que vive
golpes de estado y el oncenio, que ve el surgimiento del socialismo, del APRA
y su represión, la llegada al poder de Sánchez Cerro y después su desaparición,
la canción no podía permanecer al margen de estos acontecimientos y no
tomar parte en esta intensa vida política interna. En un periodo que no era
conocido por su gran tolerancia respecto a las ideas políticas contrarias a los
poderes establecidos, aprovechando sin duda de su estatus de cosa de poca
importancia, esta se va a convertir en una herramienta del comentario, del
debate, de la vida política nacional.
3. 1. El cancionero «escondido»
252
El título escogido por Edmundo Lévano para evocar este cancionero es muy
revelador de las situaciones que vivían los movimientos obreros militantes
durante la época del oncenio. Sin estar sistemáticamente prohibidas, las
actividades de los centros culturales obreros estaban condenadas a una
extrema discreción y en algunos casos a la clandestinidad cuando el umbral de
tolerancia del poder había sido alcanzado. Es así como funcionaron de manera
pública bibliotecas populares hasta que la policía de la Patria Nueva decide
cerrarlas o saquearlas. Existía, en las páginas anteriores lo hemos mencionado,
una prensa obrera muy marcada por la inluencia anarcosindicalista que
permanece fuerte en esos periodos de intensas luchas obreras a ines de los
años veinte.
Canciones, cancioneros, poder y política
La cultura es un elemento esencial del proceder de los grupos
anarcosindicalistas. A sus ojos, la ignorancia es uno de los instrumentos que
garantiza mejor la diferencia de clase y la dominación social. Todo intento
de emancipación y de lucha pasa por la erradicación del «mal mayor», la
ignorancia, la falta de cultura. Pero esta no es solamente entendida como
el acceso a los conocimientos básicos como la lectura y la escritura. Estas
representan sin duda alguna una ruptura considerable en las relaciones de
dominación pero no son suicientes. La realización del individuo pasa por
los placeres que brindan la literatura, la poesía, el teatro, la música, que son
percibidas por muchos como propiedad exclusiva de las clases dominantes.
Las organizaciones obreras consagrarán mucha energía a este aspecto de su
actividad militante que en realidad no era concebida como un actividad
«más» sino como parte integrante de un proyecto global.
El cancionero publicado por Edmundo Lévano es diferente de las publicaciones
periódicas. No es como El Cancionero de Lima una publicación regular que
hace del comentario de la actualidad una de sus especiicidades. Estamos en
presencia de un documento que agrupa textos de canciones y partituras que
constituyen el repertorio del Centro Musical Obrero de Lima cuya existencia
fue muy breve (1922-1924). Víctimas de la represión policial del régimen de
Leguía, varios miembros fueron detenidos, apresados, torturados, y el Centro
Musical debió cesar sus actividades (Lévano La Rosa, 1998). A pesar de un
corpus relativamente modesto (9 textos y 35 partituras) este permite una
notable inmersión en el universo de las canciones y de las músicas que podían
animar las iestas, los acontecimientos marcantes del mundo obrero limeño en
este comienzo de siglo. Siempre es delicado manejar un corpus tan reducido.
La personalidad, los gustos, las habilidades de un solo músico pueden marcar
de manera importante las opciones de un grupo. Quizás este sea el caso,
con la fuerte presencia de Andrés Rivadeneira (músico del Centro) que irma
varias composiciones. Pero siendo prudentes, el análisis de este cancionero
permite poner en evidencia tendencias absolutamente interesantes.
Cuadro 20 – Repertorio del Centro Musical Obrero de Lima
Título
Género
Compositor
Triunfaré
Marcha
Rivadeneira
Germinal
Himno
Perpetum Mobile
Marcha
El condor pasa
Franz Blvu
Alomía Robles
253
Gérard Borras
Antofagasta
Vals Boston
Armando Herrera
Del Perú al oriente
Vals
Rivadeneira
Huerfanito soy
Vals
Rivadeneira
Desde el alma
Vals Boston
Rosita Melo
Pablo y Viginia
Vals
Streablog
Soy del Rímac
Vals
Rivadeneira
Tiranía
Vals
Rivadeneira
Amigos míos
Pasodoble
Rivadeneira
El Huérfano
Tango
Anselmo Aieta
La copa del olvido
Tango
E. Delino
La Maleva
Tango
A. Buglione
¡Loca !
Tango
Manuel Torres
¡Madre !
Tango
F. Pracánico
Ta Ti Tu
Tango
La Danza de las libélulas
Tuya es la culpa
Rivadeneira
Franz Lehár
Habanera
Rivadeneira
All for you
Fox trot
Arnold Johnson
he american romantic
Fox trot
Y.P.J. Villadomat
Como se pide
One step
C. Jarleque
Esta noche beberé Champagne
One step
El Pibe
José Hernández
Herodias Respuestas a Salomé
Jazz
Hong kong
One step
Ja Ja Ja
One step
Rivadeneira
O ma Gaby
Fox Trot
M. Maurice Heremite
Non jamais les hommes
One step
Maurice Ivain
Smiles
Fox
L.S. Roberts
he sheik of Araby
Jazz
A. Brengola
he violet song
Shimmy fox
Yo te llevo aquí
Shimmy jazz
Ivain
Este repertorio es el de un centro obrero, su existencia misma es el fruto de un
comportamiento comprometido. No es sorprendente descubrir en sus páginas
los grandes temas del repertorio militante obrero: La Marsellesa, Himno
Germinal, Anarco, etc.80. Las letras de estas canciones son extremadamente
254
80
Textos completos, pp. 412, 411, 409.
Canciones, cancioneros, poder y política
duras, son llamados al combate político, llamados a la sublevación, a la
revolución. A través de ellas se descubre la violencia de las relaciones sociales
y las reacciones no menos violentas que provoca. Leyendo el texto e incluso
las partituras se percibe el fervor del combate militante al que se libraban
estos obreros cuyo estandarte era el anarquismo. Canto del trabajo es un
himno «Allegro marcial» como lo precisa la partitura, y la letra es efectivamente
una verdadera declaración de guerra a la miseria y a la explotación.
Venid todos, compañeros,
a la lucha que hoy se empeña;
la encarnada y libre enseña
luce al sol del porvenir.
(…)
¡Guerra al reino de la guerra!
¡Muerte a la reina de la muerte!
El derecho del más fuerte
necesario es abolir.
Esta idea de combate sin merced está presente en otros textos como Himno
Germinal:
¡Vamos en masa
ya, compañeros,
como guerreros
del porvenir!
Vamos sin tara
matando fueros,
bravos, ligeros.
La Marsellesa ve incluso despuntar el día del gran cambio:
A la revuelta, proletarios,
ya brilla el día de redención
que el sublime ideal, libertario
sea el norte de la rebelión. (bis)
Obreros a luchar
a la revolución,
con decisión a conquistar
nuestra emancipación.
Estas canciones restituyen un estado de ánimo, un ambiente y cómo no sentir
a su lectura las vibraciones que debieron marcar las grandes luchas de los
obreros del Callao y de Lima a lo largo de estas primeras décadas del siglo.
255
Gérard Borras
La otra parte del cancionero contiene piezas más directamente ligadas a la
diversión aun cuando no están exentas de un proceder militante. El cuadro
anterior conirma las tendencias que ya hemos observado en las páginas
precedentes. El universo musical de inicios de los años veinte está muy
marcado por las modas internacionales y las mezclas musicales que permite
particularmente la difusión masiva de los discos de 78 rpm.
El vals no está ausente del repertorio. Lo contrario hubiera sido una sorpresa.
Encontramos en él temas muy vinculados a las realidades locales y nacionales:
Antofagasta, Soy del Rímac, pero uno se percata inmediatamente del deseo
de no quedarse en el género rígido de las realidades locales que cerrarían
los horizontes y sofocarían a los individuos. El vals criollo no es sino una
parte modesta del repertorio. Esta apertura a las realidades exteriores es muy
perceptible en la importancia otorgada a los géneros en boga. No es cuestión
de estar el margen de estos movimientos y de replegarse, muy al contario.
Los músicos del Centro ofrecen a su público las músicas de moda. El fox y
sus variantes están ampliamente representados con 13 temas, un tercio del
repertorio. Allí encontramos músicas de Maurice Ivain cuyo título está en
francés, Non, non, jamais les hommes, y jazz y fox con títulos en inglés. Estamos
en la tendencia que marca el consumo musical de toda América y una buena
parte de Europa. Desde el dominio de la grabación eléctrica en 1917, la
industria del disco puede producir en masa una música que es el símbolo de
estos «años locos». Sin embrago quedamos sorprendidos de la rapidez con la
cual estos músicos integraron piezas de jazz a su repertorio. La otra tendencia
clara es aquella representada por el tango (seis temas) que en esta época
comienza a reducir la inluencia del fox al que destronará deinitivamente
en los años treinta. El centro ofrecía pues a sus oyentes, pero también a los
jóvenes músicos que formaba, un repertorio muy variado, abierto al mundo,
propio para satisfacer los gustos de moda. Pero es interesante constatar que
el comportamiento militante se deslizaba también en este repertorio. Es así
como se puede interpretar la presencia de temas cuyos títulos no pueden sino
llamar la atención: Pablo y Virginia, Herodias, Respuestas a Salomé, La danza
de las libélulas de F. Lehár o también El Cóndor pasa de Daniel Alomía Robles.
Tantos títulos que a priori uno no se los imagina en las iestas populares.
Encontramos este deseo de aportar elementos de cultura para combatir,
incluso gracias a la música supuestamente de diversión, el mal mayor, esta
ignorancia que aliena a las masas proletarias.
256
Canciones, cancioneros, poder y política
3. 2. El Cancionero de Lima: un periódico comprometido
A comienzos de los años 1910, El Cancionero de Lima encontró su fórmula
editorial. Ahora es un «Semanario», «festivo», «popular» cuyo modesto
precio (2 centavos) lo hace accesible a amplios sectores de la población.
Su periodicidad es evidentemente una ventaja. De una semana a otra
puede proponer canciones que son a la vez el relejo y el comentario de la
actualidad. Ahí hay un cambio claro en relación a la antigua fórmula mensual
que agrupaba esencialmente zarzuelas cuyo vínculo con la vida local no
estaba siempre comprobado. La mención «popular» era, en cuanto a ella,
prácticamente el signo de una posición política. Prevalerse del pueblo para
el pueblo si se puede decir, designaba un contenido y un lectorado, algo
que tenía un sentido fuerte en plena época de la República Aristocrática. La
mención «festivo» es por cierto una alusión al tono cómico que supuestamente
privilegiaba el Cancionero y no está desvinculada de esta estrategia que invoca a la
supericialidad para expresar mejor los problemas de fondo. En una época en la que
la censura era vigilante, aquello tenía indudablemente sentido.
Las primeras señales del compromiso político de El Cancionero de Lima no
van a tardar en expresarse. Los acontecimientos le procuran ampliamente
la ocasión de demostrarlo. En 1912, Guillermo Billinghurst del Partido
Demócrata es candidato a la elección presidencial. No es un desconocido para
los limeños pues su gestión de alcalde de Lima había tenido orientaciones
sociales que seducían a las capas populares. Cuenta con apoyarse sobre
este sector social, rompiendo con ello (por lo menos en el discurso) con el
civilismo. Su emblema electoral era un pan grande, este pan que había que
garantizar a las capas populares. Ya elegido, su gestión atropelló las prácticas
bien aceitadas del civilismo y cuando propuso renovar el Congreso, el ejército
bien trabajado por los opositores depuso al presidente. Esto no se hizo sin
enfrentamientos. La sublevación militar de Santa Catalina provocó la muerte
de una igura legendaria, el general Enrique Varela, gloria de la Guerra del
Pacíico y jefe del gabinete del presidente.
El Cancionero de Lima apoyaba la política de Billinghurst que rompía con
las prácticas de la famosa república oligárquica. La orientación social de las
intenciones no podía sino convenir a un periódico que mostraba su postura
«popular». Pero la situación no le permitía criticar demasiado abiertamente al
poder militar del general Benavides. Esta era extremadamente tensa y se mide
su magnitud al leer el número 310 de la revista Variedades que presentaba
sobre su primera página una imagen de Benavides con el siguiente título:
257
Gérard Borras
«El triunfo de la constitucionalidad», singular manera de festejar un golpe
de estado. En su rúbrica «Jueves a jueves» consagrada al comentario de la
actualidad semanal un periodista escribía:
«Sea hoy nuestra primera palabra de efusiva y sincera felicitación
al ejército y a uno de sus jefes más distinguidos, coronel Oscar R.
Benavides, por la obra tan hermosa como urgente de salvación nacional
que ha realizado al derrocar una dictadura que se había iniciado con
los caracteres más amenazadores y odiosos: la dictadura de un espíritu
desequilibrado y agresivo, henchido de vanidad y de odio, y sostenida
y secundada por el hampa más innoble»81.
A la lectura del comentario uno siente la tensión social extremadamente viva.
Para las elites que esta revista podía representar, el poder depuesto era una
amenaza sobre todo porque estaba apoyado por ese «populacho» peligroso.
La capital vivía una situación de polarizaciones sociales muy fuertes ilustradas
casi cotidianamente por los múltiples conlictos sociales. El Cancionero de
Lima no hizo ninguna alusión a Benavides, o a Billinghurst, algo que sin duda
era demasiado arriesgado pero consagró lo que se podría llamar un número
temático al general Varela asesinado durante la sublevación. La táctica fue
hábil porque Varela gozaba de una imagen que nadie podía aventurarse a
criticar. Incluso los más feroces opositores al régimen depuesto reconocían
su estatura de héroe. La revista Variedades, tan dura respecto a Billinghurst82,
hacía el siguiente comentario a su respecto:
Variedades, n.o 310, 7 de febrero de 1914.
82 La misma revista se mostró mucho menos violenta al anuncio del deceso del ex
presidente apenas un año más tarde:
«Profunda sensación ha causado en Lima la noticia del fallecimiento del ex presidente
del Perú señor don Guillermo Billinghurst. Apenas se conoció en Lima el hecho hubo un
sentimiento de estupor, y entre el elemento obrero y las clases populares en las que tenía
hondo arraigo, las manifestaciones de dolor han sido tan sinceras como numerosas. Don
Guillermo Billinghurst había logrado despertar entre las clases proletarias del Perú, y
especialmente en las de Lima, un profundo sentimiento de adhesión, justiicado porque
siempre se preocupó por ellas, trabajando ya como alcalde, ya como simple ciudadano,
ya como presidente por mejorarlas y enaltecerlas. En 1910 fue elegido alcalde de Lima
cargo en que dió pruebas de gran energía y de ejecutiva actividad destruyendo algunos
focos de infección como el Lazareto de las Maravillas y el callejón de Otaiza. En este
cargo se concitó las simpatías de las clases populares por sus tendencias socialistas y sus
trabajos a favor del abaratamiento de las subsistencias. En estas circunstancias fue llevado
81
258
Canciones, cancioneros, poder y política
«Al ejército nacional debe hoy el país el restablecimiento del orden
y la tranquilidad. Ha corrido la sangre porque no pudo evitarse que
corriera. Entre las víctimas ha caído el bravo militar a quién el enemigo
de 1879 comparaba con un león por la indómita iereza con que luchara
en defensa de la patria. El general Varela tuvo el concepto antiguo de
la disciplina militar que se fundaba más en la adhesión a los hombres
que a las cosas, y cometió el error de acompañar lealmente al señor
Billinghurst en el extraviado camino que siguió. El león se equivocó
y ha pagado con la vida, valientemente su error. Paz en la tumba del
equivocado general, sobre la cual la patria, a pesar de todo, deshojará
las rosas del recuerdo y de la gratitud»83.
En el número 96, El Cancionero de Lima publica tres canciones que rinden
homenaje al difunto general. Vals Varela84 irmado por Alberto Aguilar
aparece como una composición de circunstancia. Salvo la fecha, «el cuatro
de febrero» y el nombre del personaje, podría convenir a cualquier difunto
importante. No es el caso de las otras dos canciones que deslizan en sus letras
algunos versos cuyo contenido no es anodino:
Vals Varela85
La traición supo quitar
del Perú al militar;
los pagados lo mataron,
sin piedad lo asesinaron
al valiente militar.
(…)
Un día que traicionando
a un gobierno nacional,
los soldados se marcharon
a tomar el arsenal.
El ataque está apenas velado. Dos veces utiliza la canción la palabra traición, el
traicionado es un gobierno legítimo (gobierno nacional) y el héroe es asesinado
por soldados sin ningún valor moral: el general es atacado en su cama de
manera indigna (un culatazo le dio) y abatido cobardemente (el teniente que
por una verdadera ola popular a la presidencia de la república…» (Variedades, n.o 383, 3
de julio de 1915).
83 Variedades, n.o 310, 7 février 1914.
84 Texto completo, p. 433.
85 Texto completo, p. 433.
259
Gérard Borras
mandaba de un balazo lo mató). De manera bastante ina, la canción teje así
una serie de comportamientos, de valores morales de los cuales están muy
desprovistos los autores de la sublevación. La última canción Enrique Varela86
va sin duda más lejos en la medida en que recalca las virtudes del guerrero
en tiempos de la Guerra del Pacíico. En aquel momento es él quien encarna
los valores patrióticos de la nación, de la nación legítima se podría añadir. La
última estrofa no puede dejar indiferente al lector o al oyente atento:
Siempre te hemos de llorar
al recordarte tu nombre
porque tú, sí, fuiste un hombre
un valiente militar
Las dos letras del sí son de un alcance tremendo dejando entender que ese
no es el caso de todo el mundo comenzando por el jefe de la sublevación, el
general Benavides. El semanario festivo muestra desde sus primeras semanas de
existencia una singular capacidad de participar en la vida política de la ciudad.
Benavides permaneció poco tiempo a la cabeza del Estado y facilitó el
retorno al poder de los civilistas. La República Aristocrática iba a poder
sobrevivir algunos años más. Al término del mandato de Pardo la cuestión
de la sucesión se planteaba con insistencia y las fuerzas políticas mayoritarias
tuvieron diicultades para entenderse. Contra todo pronóstico, fue A. B.
Leguía, presidente de 1908 a 1912, quien vino a encarnar las expectativas
populares prometiendo al tiempo el retorno de las cautivas al espacio
nacional. Frente a la letargia del civilismo, él proponía su proyecto de «Patria
Nueva». Las elecciones de 1919 se desarrollaron en la confusión y, ante las
tergiversaciones del Tribunal Supremo que había anulado miles de sufragios
a favor de Leguía, en la noche del 3 al 4 de julio de 1919, el presidente
Pardo fue depuesto sin mayor violencia. Leguía fue proclamado presidente
electo en una capital alborozada87. Fue una oportunidad inesperada para El
Cancionero de Lima porque con ello tenía la ocasión de tomar una linda
revancha respecto a un civilismo con el cual no simpatizaba, es lo menos
que se puede decir. La candidatura de Leguía estaba revestida de las garantías
populares que no podían sino ir en el sentido de lo que el propietario editor
Texto completo, p. 433.
«Grupos numerosos de pasajeros recorrieron las calles en camiones y automóviles
colmados de pasajeros dando vivas a Leguía» (Basadre, 1968, tomo XIII: 19).
86
260
87
Canciones, cancioneros, poder y política
ya había manifestado. El Cancionero abrió sus páginas a las canciones que
cantaban alabanzas a Leguía y a su proyecto.
Como ya hemos tenido ocasión de verlo en las páginas que preceden, la
posición de Leguía respecto a las «cautivas» fue un argumento decisivo.
Existía un verdadero patriotismo popular sobre la cuestión y él supo hacer de
ello un hábil argumento de campaña. Igualmente, sus promesas en el campo
económico no podían sino seducir a los sectores que vivían todavía los efectos
de la crisis provocada por la guerra mundial: él aparecía como el salvador que
iba, casi por encantamiento, a cambiar el curso de las cosas:
4 de julio88
4 de Julio, por ti
bajarán más cada día.
las subsistencias. Leguía
quiere que suceda así.
Triunfo de Leguía89
Ha triunfado la Presidencia Leguía
Elegido por el pueblo nacional,
Nos promete bajar la carestía
Ahora que hay la paz universal.
Cantares90
Con la paz viene el trabajo
y el bienestar general,
surgen rayos de esperanza
que nos preservan del mal.
Varias canciones gloriican pues este famoso 4 de julio y la llegada al poder de
Leguía. La primera en ser publicada en El Cancionero aparece en el número
333 con el título La caída de Pardo y el triunfo de Leguía91. En una serie de
cinco décimas, el autor hace el relato de los sucesos, señala el rol determinante
del ejército (estrofa II y III), precisa cómo tuvo lugar la rendición del
presidente Pardo y destaca inalmente el júbilo y el clamor popular. A través
de la narración la canción restituye muchos elementos de actualidad y pone
Texto completo, p. 477.
Texto completo, p. 482.
90 Texto completo, p. 477.
91 Texto completo, p. 478.
88
89
261
Gérard Borras
en evidencia la magnanimidad de los insurgentes y sobre todo la victoria,
según la canción, de la voluntad popular:
La voluntad popular
resultó «como se pide»
y que esto nunca se olvide,
lo debemos recordar…
Esta importancia del pueblo en tanto que actor y apoyo entusiasta al nuevo
presidente es un elemento que es retomado por varias canciones. Se puede
percibir dos lógicas en ello. Por un lado, se trata de traducir elementos de la
realidad como lo hace habitualmente la canción narrativa. Es lo que propone
La transmisión del mando92:
El pueblo se enloquecía
de júbilo y de contento,
y tras el coche siguió
vivando a cada momento.
Los balcones se llenaron
también teatros y cinema,
y todos pues celebraron
esa exaltación suprema.
Con atronadores vivas
manifestaba la gente,
su más grandes simpatías
por el nuevo presidente.
La mayoría de los cambios de poder generan alegría en el campo de los
ganadores, esto no es un fenómeno original. Pero no hay duda que la llegada
al poder de Leguía suscitó un verdadero fervor popular. Retomando estos
elementos de lo real e inscribiéndolos en la canción, el autor sabe que los graba
en un presente colectivo, que él les da todavía más presencia social… y poder
de convencimiento. Es además el otro objetivo de estas alusiones repetidas
al alborozo popular. Con una retórica que roza a veces con lo ridículo por
tanto énfasis y grandilocuencia, las canciones repiten el mismo mensaje y se
transforman, no en instrumento de propaganda, el término sería sin duda
muy fuerte, sino en instrumento y transmisor de lo político.
262
92
Texto completo, p. 479.
Canciones, cancioneros, poder y política
4 de Julio
Cantares
4 de Julio glorioso,
4 de Julio bendito,
te saludo y felicito
lleno de indecible gozo.
4 de Julio, en tu día
el Pueblo te felicita,
y con entusiasmo
grita vivando al señor Leguía.
Un ciudadano eminente,
un patriota sin rival,
es el nuevo Presidente
por el voto nacional.
Honradez e ilustración,
es todo lo necesario
y estas bellas dotes son
las del nuevo mandatario.
Esta posición resuelta frente a lo popular es el signo de las exasperaciones
políticas que había producido el sistema del civilismo y su funcionamiento
político. Si El Cancionero celebra al actor popular, también abre sus páginas a
canciones que son severos zarpazos al poder destituido:
4 de julio
Fue cuatro de Julio el día
de la gloriosa jornada,
fue por siempre exterminada
la nefanda oligarquía.
Patria Nueva93
Todo el pueblo peruano
de él está coniado,
porque de su patriotismo
mucho tiene que esperar.
Fecha gloriosa ha de ser
el día que se extermine
la nefanda oligarquía
que tantos daños causó.
La llegada al poder de Leguía no es un momento como otros en la vida
política peruana. Aun cuando la segunda estrofa es más prudente, los autores
comprendieron bien y pretenden proclamar alto y fuerte que la accesión al
poder del nuevo presidente representaba el in de un ciclo político: el del
civilismo y de las grandes orientaciones que encarnaba. Y sí, Patria Nueva
implica un orden social diferente:
93
Texto completo, p. 481-482.
263
Gérard Borras
La constituyente94
Por esta vez se han caído
jóvenes y veteranos,
que eran siempre reelegidos
y legislaban treinta años.
(…)
-Don Vicente, es la manera
de salvar a la Nación,
quitando la mamadera
a tanto insigne mamón
En el espíritu de los partidarios de Leguía, de lo que se trata es de ir hacia «el
orden más perfecto95» aunque se tengan que reproducir (pero por una buena causa)
las dudosas prácticas de la gestión anterior:
Prisiones y deportaciones,
justas y sin abuso
pues los malos elementos
deben de ser desterrados.
Peruanos de buen criterio
jamás serán engañados96…
Estamos en 1919, el oncenio apenas comenzaba. Muy pronto las esperanzas
serán defraudadas. El nepotismo, los acentos populistas del régimen
arruinarán rápidamente las esperanzas populares que serán asumidas por
otros movimientos. El internacionalismo proletario no podía convenir al
muy patriota propietario del Cancionero. Pero el APRA lograba la proeza de
ser nacional, americana, proletaria, popular sin ser comunista. Se convirtió en
el nuevo credo, el caballo de batalla del Cancionero.
La documentación a la que hemos tenido acceso no integra sino una
decena de números de la serie 800 que cubre los años 1931/1932. Por
consiguiente, es difícil saber si El Cancionero abrió ampliamente sus páginas
a canciones a favor del APRA en un periodo donde su acción política
estaba ya largamente airmada97. En el número 869 que corresponde a
Texto completo, p. 479.
Las elecciones, p. 480.
96 Patria Nueva, p. 481-482.
97 En 1926 se constituyen las primeras secciones apristas. En 1930, el APRA se convierte
en partido político. En 1931, Haya de la Torre retorna al Perú y prepara las elecciones
del mes de octubre. El 23 de agosto, reúne a miles de partidarios en la Plaza de Acho;
94
95
264
Canciones, cancioneros, poder y política
inicios del año 193298, El Cancionero publica bajo el título Los constituyentes
un tango parodia intitulado ¡Chismosos!99 Ahí se cita al APRA pero sin que
se pueda percibir una muy clara posición a su favor. La canción critica más
bien los interminables debates entre miembros de la constituyente instalada
tras las elecciones de octubre de 1931 en las que se conoció la victoria de
Sánchez Cerro. Nadie duda que a pesar de las precauciones que implicaba
la vigilancia de la censura, El Cancionero debió deslizar algunos couplets
comentando la actualidad que en ese entonces era candente. En efecto, los
apristas impugnaron estas elecciones a bombo y platillo, denunciando el
fraude y en particular la anulación de los resultados de Cajamarca.
La crisis de Leticia ya presentada movilizó la
energía patriótica del Cancionero y, a todo lo
largo de los números que comentan el conlicto
peruano colombiano, se asiste más bien a la unión
sagrada que implica los intereses superiores de la
nación. El tono cambia después del asesinato de
Sánchez Cerro el 30 de abril de 1933. Los números
938 (edición extraordinaria) y 939 le rinden un
obsequioso homenaje publicando varios retratos
del presidente difunto y un «clásico» vals que al
tiempo narra el drama y deplora el trágico in del
general-presidente100.
Figura 24 – La muerte de Sánchez Cerro
Pero en el número 950 se publica Lágrimas de
sangre, un vals canción que hace claramente
alusión a la masacre de Trujillo durante la
cual cientos incluso miles de personas fueron
ejecutadas101; nuevamente este será publicado en
los números 951, 952 y 954.
en febrero de 1932, desde la clandestinidad hace público su maniiesto a la nación. Es
detenido en mayo de 1932.
98 En este es donde aparece Canción de año nuevo, p. 414.
99 Texto completo, p. 479.
100 El asesinato de Sánchez Cerro, texto completo, p. 427.
101 En el maniiesto de V. R. Haya de la Torre de fecha 12 de noviembre de 1933 se puede
leer: «A las inmolaciones del peñón siniestro (San Lorenzo) se suman más de cuatro mil
caídos en la gloriosa tierra de La Libertad».
265
Gérard Borras
Lágrimas de sangre102
Lágrimas de sangre mis ojos vertieron
el día que supe la horrenda verdad.
Que en Trujillo muchas personas murieron
el fusilamento que hubo sin piedad.
A partir de la edición 956, el número de textos pro-APRA va a multiplicarse.
Es difícil saber exactamente qué produjo este cambio bastante nítido en la
edición de textos muy comprometidos en su mayoría. La tensión social no
era nueva. Pero es posible que la desaparición de Sánchez Cerro y la llegada
a la presidencia de Benavides hayan creado un relajamiento institucional que
abrió espacios hasta entonces bien controlados por el poder. La ley del 4 de
diciembre de 1930 que controlaba a la prensa incitó quizás a muchos periódicos
a la prudencia y a las formulaciones sutiles. La canción ¡Ay, Trujillo!, parodia
de ¡Ay, Candela! forma parte verosímilmente de este lenguaje codiicado que
permitía decir las cosas de manera indirecta. No cabe duda que el lector o el
oyente sabía perfectamente lo que decía realmente la canción:
¡Ay, Trujillo!103
Soy trujillano señores
hijo de la Libertad
cuando me siento oprimido
grito con toda mi ansiedad.
¡Ay, Trujillo, ay Trujillo, ay Trujillo !
¡Ay, Trujillo, ay Trujillo, ay Trujillo!
Me dicen el trujillano
y yo me siento feliz
haciendo temblar a muchos
cuando les canto así:
Cómo no entender el verso haciendo temblar a muchos como la conciencia de
la fuerza política que representa el movimiento aprista.
266
J. Basadre hace el siguiente comentario: «A esto se agregaron los centenares o miles
de ejecuciones sin proceso. Pareció que predominaba la política no sólo de castigo o
represalia sino con miras al exterminio del adversario que, al in y al cabo, también era
peruano» (Basadre, 1968, tomo XIV: 238).
102 Texto completo, p. 405.
103 Texto completo, p. 400.
Canciones, cancioneros, poder y política
A pesar de una muy incompleta documentación
hemos encontrado en la serie 950/1000, varios
textos que muestran el compromiso resuelto del
Cancionero en el combate político a favor del APRA.
El pequeño semanario dedicó varias primeras o
últimas páginas a fotografías de Haya de la Torre, lo
que irmaba inmediatamente una identidad política
en los puestos donde era vendido. El Cancionero
era aprista y era necesario que esto se sepa, como
un aiche de propaganda, que esto se vea. En un
contexto de tensión política y social que bordeaba
la guerra civil uno imagina lo que podía signiicar
para un público limeño (incluso no alfabetizado)
esta primera página: ¡El Cancionero era aprista!
Nadie duda que esta posición política debió tener
un eco en sectores de la población donde circulaba
El Cancionero. Había abrazado ardientemente la
Figura 25 – Haya de la Torre en primera
causa del leguiísmo y de su Patria Nueva porque
página de El Cancionero de Lima
en él veía a un defensor de los intereses nacionales
frente al vecino chileno. Ahí, el compromiso es mucho más político en la
medida en que el aprismo se autodeine como una ideología, una doctrina y
las páginas del Cancionero van a esforzarse en difundir sus grandes principios a
través de cierto número de canciones entre las cuales los himnos y las marchas
ocupan un buen lugar: La Marsellesa aprista, La Santa Alianza, Nueva marcha
aprista, Gran asamblea aprista en Acho, Marcha aprista, Himno de los búfalos,
Himno fajista.
Estas canciones son de alguna manera «concentrados» de aprismo y su lectura
global permite percatarse de un cierto número de constantes. La Alianza se
deine varias veces como un fenómeno político resueltamente nuevo que se
opone a un orden antiguo:
La Marsellesa104
Contra el pasado vergonzante
Nueva doctrina insuge ya
(…) Peruanos abrazad la nueva religión.
104
Texto completo, p. 412.
267
Gérard Borras
Se luchará hasta morir,
Hasta que surja un nuevo Perú.
No se podía dejar de hacer la comparación con el eslogan del leguiísmo, el
mismo que se presentaba como «nuevo» en su proyecto de Patria Nueva.
Pero hábilmente, el APRA se deine varias veces como movimiento que
desea terminar con el civilismo, como si el leguiísmo hubiese sido una
continuidad de este orden político. El APRA es pues una Revolución, una
Gran Transformación que termina con este pasado traidor:
Himno fajista105
Q’ en esta Santa Obra sean nuestras manos
Las q’ al pueblo arranquen Civilista Cruz.
Acción de juventud106
Los estudiantes y los obreros
serán los guías de este gran Perú,
que pronto surge de entre las ruinas
en que la hundiera el Partido Civil.
(…)
Los que calumnian a los apristas
son despechados que no pueden más...
Son los caciques, los gamonales
del civilismo que no pueden más..
Qué viva el Apra que es verdad,
Qué viva el Apra que es verdad
y el civilismo se ha de acabar.
Nos sorprende enseguida la importancia del campo léxico relacionado con
la religión. Ya hemos percibido alusiones a ello en los ejemplos precedentes
(Santa Obra, nueva religión) pero esto va más allá y las múltiples referencias
pretenden efectivamente deinir al APRA como una nueva creencia en la
sociedad peruana. El APRA es sacrosanto, una Santa Alianza, una lucha
sacrosanta de Justicia que quiere conquistar sagrados derechos. Se trata de una
obra redentora, una ansiada redención que lucha por la santa igualdad, y la
bandera del partido es el manto sacrosanto. Ahí encontramos incluso la idea
268
105
106
Texto completo, p. 403.
Texto completo, p. 400.
Canciones, cancioneros, poder y política
del martirio cristiano y del sacriicio como se puede leerlo en Lágrimas de
sangre107 (mártires benditos) y El sacriicio aprista108:
el aprismo es sacriicio
y hacerlo es un honor
La noción de fe y de luz que trae el movimiento y su jefe (luz eres que ilumina
el sendero) completan esta panoplia que viene a darle a este movimiento un
aire casi sectario (el día de nuestra Gran Transformación) que pretende vencer
el mal109:
Digno ejemplo de acción contra el mal (Marsellesa)
Tropel bravío que triunfa del mal (Himno fajista)
En este sentido, este combate político que se consolida en los años treinta
parece marcado por las grandes corrientes de la historia y bastante rápidamente
constatamos que hay muchas alusiones que traen a recordación los fascismos
europeos de la época. La primera es desde luego la que señala el título del
Himno fajista110. Las juventudes están organizadas en grupos de intervención:
las juventudes apristas o los Búfalos, variante americana de los camisas negras,
de las juventudes hitlerianas o de las juventudes falangistas. Las imágenes
hablan por sí solas:
irmes las pisadas, y altivas las frentes111
Himno de los Búfalos112
Marchemos cantando nuestro himno triunfante
irme la pisada, viril la expresión.≠
Marchemos unidos erguida la frente
total rebeldía, toda decisión.
Texto completo, p. 405.
Texto completo, p. 402.
109 Los comentarios de Jorge Basadre acerca del «espíritu» aprista encuentran un eco
sorprendente en las canciones que hemos recogido: «la fraternidad del partido cuyos
miembros se llamaron entre ellos compañeros como en las organizaciones socialistas y
sindicales y así él resultó una entidad impregnada de mística, creadores de deberes y
entusiasmos similares a los que suelen inspirar la Patria, la Iglesia, el club, el colegio, la
familia o el sindicato. Sus adversarios lo llamaron «secta» y suelen llamarlo todavía. Haya
de la Torre ha escrito a este respecto: «Si la palabra secta alude a la fe profunda de los
apristas, se aplica perfectamente a nosotros (…)» (Basadre, 1968, tomo XIV: 137).
110 Unamuno propuso lo de fajista (fasces= haces, fajos), pero no tuvo adeptos.
111 Himno fajista.
112 Texto completo, p. 403.
107
108
269
Gérard Borras
Juventud aprista, juventud valiente
toda disciplina, toda corazón.
Esto va acompañado de un discurso muy resuelto, muy combativo: se trata
de conquistar, luchar, vencer, arrancar, destruir, imponer, forjar, derrumbar…
tantos términos que muestran bien que el aprismo está comprometido desde
muy temprano en un combate político en el sentido propio del término. Se
comprende mejor por qué los adversarios del APRA señalaron con el dedo esta
desviación fascista que los actores apristas siempre han tratado de negar113.
De ahí las tensiones extremadamente vivas, violentas, con las fuerzas políticas
opuestas. La canción El sacriicio aprista114 las teatraliza de manera ejemplar.
Mientras el aprismo se muestra como un movimiento de convicciones
políticas (por razón de sus ideas) los opositores (partidarios de Sánchez Cerro)
mantienen las prácticas de otra época:
los sanchistas al contrario
por el pisco y el favor
Esta posición política resueltamente combativa tendrá consecuencias muy
duras para sus partidarios quienes serán perseguidos, encarcelados, torturados,
deportados, ejecutados, sobre todo después del cruento episodio de Trujillo que
marca una ruptura deinitiva de ciertos sectores (particularmente el ejército)
respecto a los apristas. El jefe del partido sufrirá muy pronto los rigores de los
regímenes políticos. Sánchez Cerro lo hará encarcelar; permanecerá detenido
hasta que Benavides promulgue la ley de amnistía del 9 de agosto de 1933115.
El Cancionero marcará a su manera el suceso publicando dos canciones
que celebran, y la liberación del jefe carismático, y la «sabiduría» del nuevo
presidente Benavides:
Silencio116
y un himno a la patria los apristan cantan
porque se halla libre con toda conianza
Haya de la Torre que casí lo matan.
No olvidemos que existía un saludo aprista, el brazo izquierdo en alto con la mano
extendida.
114 Texto completo, p. 402.
115 La ley lleva el número 7782. Es la continuación de la política de «apaciguamiento y
concordia» del gabinete Jorge Prado que pretendía hacer tabla rasa de todos los problemas
políticos a in de paciicar una vida política interna cercana a la guerra civil.
116 Texto completo, p. 408.
113
270
Canciones, cancioneros, poder y política
La amnistía
Los que estaban aherrojados
sin mirar el cielo azul
ya son libres inclusive
nuestro gran Víctor Raúl. (…)
El general Benavides
ha salvado a la nación
que se hundía en el abismo
sin ninguna compasión.
Por eso un deber sagrado
nos obliga a acompañar
al buen jefe del estado
que se ha hecho popular.
Pero más allá de los satisfecit se percibe nítidamente en las canciones las
tensiones que afectaban al Perú de la época así como las sensaciones y la
lectura que tenían de ello los propios actores.
Por intermedio de un soporte semanal, la canción está en el corazón del combate
político en un periodo de tensiones extremadamente fuertes. El compromiso
resuelto del Cancionero en el movimiento aprista no podía sino provocar
reacciones y no es quizás un azar si aparece un nuevo semanario cancionero en
1929. Está a favor de Sánchez Cerro y es resueltamente anti-aprista.
3. 3. La Lira Limeña: pro Sánchez Cerro y anti-APRA
No se puede airmar con certeza que el nacimiento del nuevo cancionero en
1929 se deba fundamentalmente a razones políticas. Pero se constata muy
pronto que el nuevo semanario no se contenta con imprimir canciones sin
relación con lo cotidiano, comenta, emite juicios, toma partido. Pretende
participar así plenamente en la vida pública y política de la ciudad.
La Lira Limeña airma muy pronto una posición opuesta de la de su competidor
directo, como si la canción se hubiese convertido, conscientemente, para
algunos, en herramienta de lo político. Indudablemente en ello hay la voluntad
de llenar un vacío en el campo de la comunicación. El Cancionero apoyaba
resueltamente y con eicacia al aprismo, nada similar existía en el oicialismo
sanchezcerrista. En esta situación inédita, La Lira Limeña aparece como un
contrapeso a una oposición que disponía de un órgano de difusión semanal y
muy popular. En los primeros números a los cuales hemos tenido acceso, La
Lira muestra su apoyo a Sánchez Cerro, lo que de manera explícita lo oponía
271
Gérard Borras
al aprismo y a su competidor en el mercado de la prensa. El levantamiento
de Arequipa que pone in al oncenio es celebrado como se debe en las páginas
del nuevo cancionero. Desde el número 71 La Lira publica una canción de
bienvenida al militar insurgente y canta su valentía, su bravura:
Bienvenida Sánchez Cerro117
A tu llegada te aplaudo
por tu arrojo y valor,
¡oh, militar valeroso!
que te hemos visto
en el campo de honor.
Eres el alma del pueblo
por tu genio sin rival,
porque así lo has demostrado
¡ayá! en el Misti triunfar.
¡Viva la gloria paisano!
¡Viva nuestra patria peruana!
que ya estamos libertados
del subyugo de un tirano.
Esta alabanza continúa en el número 72 pues La Lira publica un Himno
Sanchezcerrista118 que gloriica de nuevo la acción del militar:
Un día crudo del mes de agosto
entre los hierros se oyó la voz
de aquel heroico que como ninguno
del leguiísmo nos libertó.
Sánchez Cerro triunfará
y al Perú salvará
su espada brillando quedará
nadie su brillo apagará.
Se trata de un verdadero movimiento de liberación que pone in a un periodo
vivido como un verdadero suplicio:
Fueron once años de cruel martirio
los que oprimieron todo el Perú.
En el número siguiente, La Lira publica un acróstico alabando a su vez el
gesto del militar:
272
117
118
Texto completo, p. 432.
Texto completo, p. 430.
Canciones, cancioneros, poder y política
Excelentísimo señor Luis Sánchez Cerro119
Acróstico
compuesto a su llegada de la gloriosa tierra del Misti120
el 22 de agosto de 1930
Como conviene al género, los enemigos vencidos eran traidores y tiranos, en
cuanto a Sánchez Cerro, este está revestido de todas las virtudes particularmente
las de la irmeza y del coraje. Con estas sucesivas publicaciones, La Lira
irmaba muy claramente su posición sobre el tablero político y ninguno
duda que para los clientes ávidos de canciones y bastante poco tentados por
el proyecto aprista, este criterio debía pesar fuertemente. La Lira Limeña
no dudará en ir más allá de la estricta función del cancionero que es la de
publicar canciones y composiciones en versos capaces de ser musicalizadas.
En efecto comprobamos que esta integra en sus páginas comentarios de tipo
netamente periodístico. En este sentido se diferencia de nuevo del Cancionero
que no publicará nunca textos en prosa salvo breves leyendas de fotografías121.
Tras el derrocamiento de Leguía, Sánchez Cerro es jefe de la Junta, pero sus
apetitos presidenciales fueron sin duda precipitados. Cuando en 1931, él
decide ser candidato a la presidencia de la República siendo al mismo tiempo
jefe de la Junta, esto provoca serios revuelos en la opinión y en el ejército122.
Como lo señala Basadre, el texto del levantamiento de Arequipa había
prometido una ruptura clara con las prácticas anteriores123. Al presentarse
como candidato, Sánchez Cerro reproducía comportamientos de siniestra
recordación. Y Basadre concluye: «aquí Sánchez Cerro cometió un error»
(Basadre, 1968, tomo XIV: 53). Es sorprendente constatar que en el mismo
momento, La Lira Limeña emitirá el mismo juicio respecto a su candidato
preferido. Comentará el suceso «en directo» como lo haría un cotidiano de
Texto completo, p. 428.
Misti: volcán que domina la ciudad de Arequipa donde tuvo lugar el levantamiento.
121 Es tal vez lo que le permitió atravesar periodos difíciles. El comentario en canción
«eufemizaba» el discurso, la crítica, dejándole así espacios de libertad.
122 «La opinión pública, aunque hostil a una posible restauración leguiísta, tampoco
quería la auto-elección de Sánchez Cerro» (Basadre, 1968, tomo XIV: 57).
123 «La decisión del jefe de la Junta de gobierno de ser, al mismo tiempo, candidato
presidencial, provocó intensa oposición. En el maniiesto de Arequipa había prometido:
1convocaremos también a elecciones generales dando para ello las más amplias garantías,
como no hay antecedentes en nuestra vida republicana» (Basadre, 1968, tomo XIV: 52).
119
120
273
Gérard Borras
actualidad. Publicará una fotografía del presidente en primera página con este
comentario:
«Es patriótico recordar que el comandante Sánchez Cerro es un héroe que
fue el que derribó la maldita tiranía del Leguiísmo, que ha tenido errores
después. ¿Quién no los tiene? Recordemos las palabras del divino
maestro: que no nos ensañemos con los caídos, no mires la paja en el
ojo ajeno mires la viga en el tuyo. No hablemos más. Esa grandiosa
igura del héroe del 22 de agosto de 1930 conviene conservarla íntegra
para la historia, pues ha sido un nuevo libertador. ¿Y quién sabe desde
lejos con prestigio que tiene, con la luz que imana su grandiosa acción,
con ese espíritu revolucionario que encarna, nos cuide en que caigamos
en manos de los civilistas. Él ha dicho, si Leguía sale soy capaz de hacer
una segunda revolución para volverlo a derrocar, porque sepan todos
que Leguía sólo representa en el país el complemento del civilismo que
ha hecho trizas al Perú»124.
Este texto cercano a un «editorial» es hábil. No pretende colocar al presidente
candidato por encima de las leyes y hace de él un personaje muy «humano».
Este gesto, lejos de perjudicar a Sánchez Cerro le dará aún más popularidad.
En el número siguiente, La Lira publica una nueva fotografía y un breve
comentario:
«Sánchez Cerro. Héroe de la revolución de Arequipa que derrocara
la tiranía que imperó durante once años y que ha renunciado a la
presidencia de la junta de gobierno para no ver a su patria sumida en
la guerra civil125».
Este compromiso al lado del mocho126 será sin isuras y esto implicaba, una
lucha abierta con sus enemigos más encarnizados: los apristas. Las elecciones
de 1931 darán a los diferentes actores la ocasión de posicionarse aún más
claramente. En un número publicado en esta época, La Lira hace publicar
una canción muy interesante que nos permite entrever las prácticas en uso en
esa época en el campo de las elecciones y la lectura que hacían de ellas algunos
sectores sociales:
La Lira Limeña, n.o 71.
125 La Lira Limeña, n.o 72.
126 Sobrenombre dado a Sánchez Cerro, afectuoso para algunos, un poco menos para
otros.
124
274
Canciones, cancioneros, poder y política
Queremos elecciones127
Hoy queremos todos votación
pero que sea bien legal
nada de dinero butifarras ni aguardiente
porque caro nos saben después cobrar.
Por eso al dar uno su voto,
primero de pensar
que si le dan por él dos libras
dos mil de nuestros lomos han de sacar.
Y cuando quieran protestar
de respuesta nos saben mandar
cañones y ametralladoras
y nos mandan a descansar.(…)
Aspiran a la presidencia
porque hay donde «sacar»
millones para palacio
Chalet y autos bien blindados
Esta sátira habría podido ser publicada sin problemas en las páginas de El
Cancionero de Lima. Pero encontramos en las páginas de La Lira textos que
están en el lado puesto de los que publica el cancionero-semanario aprista. El
ataque más severo estará dirigido contra el APRA con la publicación de Himno
Aprista cuyo título es ya una parodia ácida de las prácticas del partido de Haya
de la Torre el mismo que, lo hemos visto, gustaba de este género políticomusical. El contenido, con tono de burla, es extremadamente mordaz:
Himno aprista128
Música de Mamá Inés
Este himno debe ser cantado en todas las manifestaciones
El Apra es, el Apra es
un caudillaje con coro inglés
Texto completo, p. 432.
Texto completo, p. 429. Me gustaría añadir en guisa de anécdota que me encontraba
en Lima en el mes de abril de 2006 en plena (y virulenta) campaña electoral. Varios
colegas bastante poco simpatizantes de Alan García estuvieron maravillados por este
texto y querían grabarlo para hacer de él un elemento de campaña anti-APRA. ¿Era
necesaria una prueba más de las relaciones posibles entre canción y política?
127
128
275
Gérard Borras
el Apra es, el Apra es
un amarillo peligro burgués
El Apra no es comunista
el Apra no puede ser;
siempre ha sido oportunista
el demagogo burgués.
Los apristas delatores
vendidos al oro inglés
(…)
El apra es un instrumento
para subir al poder.
Los apristas del momento
son los fascistas después.
Esta letra merece atención en la medida en que detrás de la mofa muestra, a
pesar de todo, una visión del aprismo que existía de hecho en sectores de la
población peruana. No hay que perder de vista que el sanchezcerrismo, así
como el aprismo, es un movimiento de masas. Pero Sánchez Cerro mordía
sobre un sector mucho más mestizo, andino del centro y del sur del país y
en este sentido representaba a sectores «más populares», algo que no hacía el
APRA muy implantada en el sólido norte y en sectores sociales más intermedios.
La personalidad misma de Sánchez Cerro desempeñaba un rol importante en
este campo. Sus orígenes, su apariencia de mestizo andino, hasta su apellido
(¡Cerro!) hacen de él un representante «natural» de los sectores populares y en
particular donde los serranos de la costa.
«… ayudaba entre mucha gente sencilla, a Sánchez Cerro el hecho de
que aparecía como hombre común, mestizo de raza como mezcla de
blanco de indio y de negro, en contraste con Haya de la Torre, blanco
puro cuyos blasones trujillanos remontan al siglo XVI: En 1930, 1931,
1932 y 1933 muchos se sintieron hermanos por el origen y el aspecto
del jefe de la sublevación de Arequipa cuya exaltación al primer puesto
de la República era como una compensación para sus vidas oscuras.
Las mujeres de los mercados, sobre todo, lo idolatraron» (Basadre,
1968, tomo XIV: 156)129.
276
129 Este mismo autor hace referencia al comentario de Ricardo Martínez de la Torre publicado
en noviembre de 1931: «Su propaganda [la del aprismo] no ha podido penetrar al bajo
pueblo, a las capas inferiores del artesanado y del comercio modesto. Sus mitos, sus arengas,
su prédica nacionalista, su mesianismo se han estrellado contra el esplendor de la espada
“libertadora” de Sánchez Cerro que hiere más directamente el primitivismo popular».
Canciones, cancioneros, poder y política
Por eso las críticas insistentes por el lado burgués que encarnaría el APRA, en
ello percibimos claramente la expresión de una división social y política. Es
interesante constatar que las canciones parecen validar esta lectura. En uno de
sus números, acercándose las elecciones, La Lira publica un Huayno de gran
éxito, con el subtítulo siguiente cantado por una pareja típica sanchezcerrista.
La canción es un breve diálogo entre esposos:
Por Sanchis Cirros daré la veda
Por Sanchis Cirros yo he de vota
porque me gosta so valentea
y es candedato moy popolar
pasa me la mola para hecé gretar
¡Veva Sanchis Cirros bravo meletar!
Dame la sí, dame la no
qui el trionfo quiro istijar yo.
Hasta me veda por Sanchis Cirro
con MUCHO gosto darea yo
y sos contrarios son como pirros
que sólo ladran... ¡Veva el Perú!
La elección del género musical (el huayno) y el discurso imitando el castellano
«motoso» permiten identiicar inmediatamente el sector social que proclama
su apoyo a Sánchez Cerro: los indios y los mestizos, los «serranos». El adjetivo
típica que caliica a la pareja muestra que se trataría allí de apoyos privilegiados
del futuro presidente. A pesar de la caricatura y del tono bastante poco serio
de la canción, el tipo de discurso, las imágenes empleadas tienen sentido en
este Perú de los años treinta donde las distancias sociales y culturales son
tan fuertes. Estas hacen de los sectores que se creía al margen del debate
nacional un actor político y nadie duda que La Lira «Limeña» sabía que ponía
en representación a una parte de los habitantes de la capital, hasta entonces
ausentes del espacio político.
La elección de la canción no es evidentemente anodina para expresar estas
posiciones, estos compromisos respecto a un candidato. Los andinos no
tienen en esta época ningún medio de expresión que les sea propio. La
canción cuya fuerza y dinámica se conoce en el mundo mestizo e indígena
puede al contrario desempeñar este rol e indudablemente esta dimensión es la
que ha querido ilustrar el creador de la canción. Ninguno duda que debieron
circular «verdaderas» composiciones a favor de Sánchez Cerro. Su lectura y su
escucha aportarían sin duda una comprensión más ina y más completa de la
participación de los migrantes andinos en la vida de la ciudad y de la nación
en este comienzo de los años treinta.
277
Conclusión
Conclusión
La sentencia cae como una cuchilla:
[el vals] Requiere para ser entendido y sentido un oído y un gusto muy
particulares. No se lo comprende ni se lo aprecia sino perteneciendo a
Lima porque es a la postre, una comunicación secreta de melancolías
propias (…)» (Salazar Bondy, 2002 [1964]: 117).
«
A pesar de nuestros esfuerzos, siempre seremos unos excluidos, incapaces de
captar la esencia ontológica, casi divina del vals criollo. A sabiendas de que
nuestra búsqueda no sería nunca sino la versión modesta y moderna del tonel
de las Danaides, hemos intentado sin embargo acercarnos a lo que, sea lo que
hagamos, en in de cuentas, siempre escaparía de nosotros. El lector limeño
privilegiado revestido del saber del cual estamos deinitivamente privados, dirá
si lo hemos conseguido. Bromas aparte, a falta de haber percibido lo que sería
la quintaesencia del vals criollo, hemos tratado aquí de manera totalmente
concreta y material de captar algunos de sus aspectos, algunas funciones, en un
área urbana que vive un momento particular, el de las mutaciones tecnológicas,
sociales y culturales de la «vuelta del siglo» y de los años siguientes. Las
diferentes vertientes del estudio que se han referido al contexto, a las formas, a
las representaciones y a las acciones entregan informaciones que seguramente
están muy lejos de agotar el tema, pero nos acercan al objeto y a los individuos
con los que aparece en permanente interacción.
279
Gérard Borras
Al término del estudio, la primera impresión que nos viene a la mente es la
de haber asistido al desgarramiento de un velo que deja aparecer un hervidero
de imágenes, deja resonar cantidades de sonidos en el espacio de la capital
limeña. Es como si, a través de las decenas y decenas de canciones leídas o
escuchadas, por la magia de los textos impresos, de las imágenes que iguran en
los cancioneros o las revistas, fuésemos capaces de ser testigos directos de una
parte de lo que fue la cotidianidad, la vivencia de miles y de miles de peruanos.
En esta ciudad que vive una época bisagra, el estudio de los soportes muestra
que la oralidad es todavía un elemento esencial de la vida social y la canciónrelato, la canción-crónica que sabe estructurar y divulgar las informaciones,
conservarlas en memoria eventualmente, es mucho más que un simple
instante de placer de escucha. Esta puede, obedeciendo a los códigos de
comunicaciones del género, ijar el acontecimiento y darle una existencia
en el cuerpo social. La noticia de un asesinato, las luchas entre maleantes,
la muerte de los bandoleros, de los aviadores, etc., la canción lo dice, y la
canción capta lo inesperado, la sorpresa, le da una forma y un estatus, una
dimensión especíica. Permite su recepción por el grupo para el cual se le ha
dado este aspecto. La canción es pues ya, desde este instante, representación
y acción. Lo es a veces doblemente, por que iel a los cánones de la oralidad
hispánica marcada por las inluencias del exemplum, no duda en entregar una
visión normativa del comportamiento social.
280
Esta comunicación entre el emisor-compositor y el oyente-receptor reposa
frecuentemente sobre una puesta en forma poética muy cercana de aquella que
marcó partes enteras de la historia cultural de España, el romance. Aunque a
veces se percibe algunas distancias con el patrón clásico, el octosílabo marca
muy fuertemente la canción de la costa peruana y el vals en particular. Este
estrecho parentesco es si duda otro aspecto que revelan la recolección y el
análisis de las canciones. Se percibe mejor la estructura de un género popular
íntimamente ligado a una forma heredada y que, paulatinamente, en función
de las inluencias y de las mutaciones sociales, se aleja de ella sin perder
completamente su rastro. Este vigor de la oralidad que declinará rápidamente
a mediados de los años 1920, consolida la sorprendente hispanidad de la
ciudad que parece haber merecido siempre su nombre de Ciudad de los Reyes.
La omnipresencia de la zarzuela en los teatros, con sus cohortes de artistas
y compañías madrileñas o barcelonesas, el lugar importante de la corrida
en el corazón de los limeños con Belmonte, Gallito, y las blancas mantillas,
las decenas de coplas y tonadillas impresas, la forma misma de la poesía
popular, hacen de la capital del Perú una ciudad en la cual frecuentemente es
Conclusión
difícil captar la dimensión andina del país donde todavía vive sin embargo la
mayoría de la población. En este sentido, la canción criolla y el vals participan
claramente en la gravosa dicotomía sierra/costa que vive el país.
Pero al tiempo que tiene valor de crónica, la canción es también discurso
sobre lo cotidiano, sobre las diicultades de la existencia y ella llega a ocupar
ahí un rol social aún más amplio. Gracias a este canal (uno de los raros a
nuestra disposición hoy en día) nos llega un discurso generalmente anónimo
que nos acerca quizá lo más a las representaciones de los sectores populares de
la capital. ¿Cuáles eran sus opiniones sobre la crisis de la vivienda, la carestía
de los alimentos, las huelgas y los conlictos sociales? Percibimos también, de
qué manera, inalmente, la canción devenía una herramienta de la relación
con el poder. Sin entrar dentro de la categoría de la canción militante, esta
dice a menudo indirectamente el sentir de un grupo y funciona como un
indicador de las tensiones sociales en la ciudad. Varias veces hemos podido
observar la mirada justa y aguzada de los letristas sobre los sucesos que ellos
vivían. El paralelo regular establecido con el otro «cronista», el reconocido
historiador, Jorge Basadre, fue una elección deliberada. El lector habrá podido
medir hasta qué punto eran a veces sobrecogedoras las convergencias entre el
análisis académico y la canción popular.
El rol de la canción popular limeña en la vida política es sin duda el más
estimulante de los descubrimientos para el investigador que se interesa
por las relaciones entre canciones y sociedad. La política concebida como
participación en la vida de la ciudad-nación es lo que aparece primero. Las
canciones del «cancionero popular» muestran hasta qué punto el país vivía
todavía el traumatismo que representó la Guerra del Pacíico. La abundancia
(según los criterios de la época) de discos grabados sobre el tema conirma que
se trata de un tópico esencial en torno al cual se organizó una parte importante
de la vida política nacional. La virulencia de los ataques, la exageración de las
imágenes, son pues el testimonio de la fuerza de las emociones que afectaban
a los diferentes estratos de la sociedad peruana. Uno se percata claramente que
los sectores modestos, lectores y oyentes de estas canciones, estaban lejos de
ser elementos pasivos, insensibles a la imagen y al destino de la nación. Años
más tarde, el ejemplo del eco encontrado en torno al conlicto por la posesión
de la ciudad de Leticia conirma esta importancia de lo «nacional» por no
decir del nacionalismo en la vida del país. Las canciones participan también
en la animación de la vida política interior, son incluso un componente
importante de ella en una población donde la canción fue concebida como
un soporte que tenía algo «que decir» y donde por mucho tiempo fue un
281
Gérard Borras
vector privilegiado de informaciones. Cantos militantes, revolucionarios,
canciones satíricas, la paleta es amplia y acompaña los diferentes momentos
sobresalientes de la intensa y caótica historia del Perú en este inicio de siglo.
Todas estas canciones, todos estos textos, muestran a porfía que los autores
eran muy conscientes de su función, de su potencial eicacia en la vida política
de la ciudad y de la nación. Aun cuando nuestro estudio está frecuentemente
del lado del «mensaje emitido», a pesar de todo este nos permite percibir,
como una imagen en negativo, la recepción que podían hacer de él los
oyentes. La naturaleza de los temas, de las imágenes y de las formulaciones
escogidos dibujan los contornos bastante claros de los destinatarios que son
de hecho ciudadanos en la ciudad, en la nación, conscientes de ser los actores
de un destino colectivo. En este sentido, la canción, las canciones, pierden
aquí, y felizmente, una parte de la imagen frívola que se les ha atribuido
demasiado a menudo. Estas aparecen como un elemento indispensable de
la vida social de los individuos, elemento por el cual llegan a expresar sus
dolores, las diicultades de lo cotidiano, pero también sus expectativas, sus
esperanzas. Los autores y los compositores, por su trabajo sobre la forma
textual y musical, les dan un estatus diferente que permite a la canción
integrar poco a poco todos los lugares de sociabilidad.
«Toda investigación conlleva en sus diferentes etapas, una enseñanza
metodológica (…)» escribía Nathan Wachtel (1971: 305) en la conclusión de
La vision des vaincus. La que hemos tratado de poner en práctica aquí merece
sin duda alguna muchos ajustes y herramientas de análisis complementarias.
Le debe mucho, ya lo dijimos, a este procedimiento que privilegia el estudio
del objeto musical dentro del contexto de su sociedad. Este enfoque, válido
para un etnomusicólogo, testigo directo de la producción musical cuyo
estudio busca, no puede funcionar de manera idéntica cuando los fenómenos
estudiados tienen decenas de años de existencia. Cabe entonces acercarse a
los métodos de la historia cultural. Lo hemos hecho sin perder el punto de
referencia de las relaciones entre la música y su contexto. Para lograrlo hemos
otorgado un lugar esencial a los rastros visuales y sonoros que tienen un nexo
con el tema abordado. Los objetos: discos, cancioneros, partituras1, son en
sí, primero por su forma y su aspecto material y después por sus contenidos,
La lista es desde luego incompleta. Las fundas de los discos de 78 rpm y sobre todo el estudio de
las cintas perforadas de pianola serían herramientas muy valiosas para comprender otros aspectos
de la estética y de las funciones de lo musical en la sociedad limeña… y en otros lugares sin duda.
1
282
Conclusión
documentos que informan de manera admirable sobre las prácticas y las
representaciones de una época.
Aun cuando no debemos bajar la guardia y estar siempre atentos a las
intenciones que guían siempre la producción de un objeto, nosotros las
consideramos como hitos, puntos de referencia irremplazables de la realidad
que deseamos estudiar. Las grabaciones del CD que acompañan este estudio
son la reproducción exacta del sonido que emiten los discos de 78 rpm que
escuchaban los limeños en 1912, y las páginas reproducidas de los cancioneros,
copia de aquellas que ellos leían. Estamos lo más cerca de los objetos y de las
informaciones que estos están en medida de comunicarnos. Nuestro estudio
debe mucho, desde luego, al análisis de los textos literarios. La forma poética,
la métrica, el estudio de las representaciones son herramientas indispensables.
Aun cuando existen valses exclusivamente instrumentales, en la inmensa
mayoría de los casos están acompañados de textos cuyo estudio es la columna
vertebral del procedimiento.
Reconozcámoslo, hubiese sido necesario ahondar en el estudio de las
formas musicales. No proponemos sino un bosquejo que permite situar la
variedad rítmica del vals criollo. Pero resta hacer todo el análisis propiamente
musicológico del cual se podría obtener el mayor provecho. El estudio del
corpus Montes y Manrique y de los artistas de la misma época y la comparación
con las composiciones de los años treinta es un objetivo muy estimulante.
Sin embargo nuestro enfoque del vals está marcado por una gran laguna. Si
intentamos varias veces aprehender nuestro objeto de estudio a través de sus
diferentes expresiones, hemos dejado de lado deliberadamente el estudio de la
coreografía del vals que es un elemento constitutivo esencial del género. Sin
duda alguna, se trata de un elemento que deberán integrar las investigaciones
futuras. Esta elección estuvo dictada por las limitaciones del investigador que
ha conducido este estudio, consciente de que el análisis de los movimientos de
los cuerpos en el espacio requiere aptitudes que no son las suyas. Una prueba
adicional que muestra que el enfoque de los géneros de música popular, por
su riqueza, por la complejidad de sus formas y de sus mensajes nos empuja
incesantemente hacia un enfoque que necesita varias competencias. Vemos
en ello la promesa de futuras investigaciones efectuadas por equipos donde
trabajarían investigadores provenientes de distintos campos disciplinarios.
Esperamos por último que el lector iniciado evocado por Salazar Bondy
encontrará en estas páginas —si no una revelación de las magias del vals— la
expresión de una memoria, de una vida social y cultural enterrada durante
283
Gérard Borras
mucho tiempo en las páginas de los cancioneros y los surcos de polvorientos
discos. A él le corresponde ahora saber lo que desea hacer de ello para, quizás,
volver a visitar cierto número de representaciones que, como un mil hojas
de imágenes y un mosaico sonoro, contribuyen a la elaboración siempre
renovada de la identidad de la ciudad.
284
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: La Guardia Vieja
FUENTES
LETRAS DE LOS CAPÍTULOS
1, 2 Y 3
285
Gérard Borras
286
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: La Guardia Vieja
1. LA GUARDIA VIEJA
Adela
Vals
Hoy que es un día para mí tan bello
quisiera relexionar lo del pasado
y si hubiera perdido su destello
sería muy infeliz muy desgraciado.
Pero si el destino ha querido el gusto darme
al realizar los sueños de mi vida,
pero si el destino ha querido el gusto darme
de realizar en mí una ilusión perdida.
Entre nubes de gloria y hermosura
rodeada de halagos y querubines
pintaría tu bellísima igura
del cielo a los últimos conines.
Quisiera ser, Adela querida
pintor insigne como fue Murillo
para pintar tu imagen con más gracia
y tu inefable rostro con más brillo.
Así es mi amor
Vals
Suave como el arrullo de la paloma,
dulce como el trinar del ruiseñor,
fresca como las gotas del rocío,
así es mi amor, así es mi amor.
Me has convencido
que no tienes cualidades
que has pretendido
engañarme como a un chiquillo.
Como el arroyuelo,
como el huracán,
como la noche oscura y tenebrosa,
como el rugido de un león,
así mis celos son
así mis celos son.
Cuántas veces te he llamado
y no me has oído,
me has engañado como has querido;
ahora que me ves enfermo
me abandonas
así eres tú, así eres tú.
287
Gérard Borras
Aurora1
Vals
Federico Barreto
Me has entregado, Aurora, al abandono,
y yo que tanto y tanto te he querido.
Ni tu negra traición echo al olvido
ni disculpo tu error, ni te perdono.
No intentes, pues, recuperar el trono
que en mi pecho tuviste y has perdido.
En el fondo del alma me has herido
en el fondo de mi alma está mi encono.
Mas yo no podía aunque quisiera,
castigar como debo tu falsía.
Castígala, Señor, con toda tu energía;
que sufra mucho, pero que nunca muera.
¡Ay, Aurora, te adoro todavía...!
Celaje
Vals
Vengo a tus pies nevados
cual las rugientes olas,
en el inmenso vago
y eterno murmurar,
para mirarte a solas
y verte en torno mío
luchando sin cesar.
Adoro tu belleza
ensalzo tu hermosura
como la blanca espuma
que el suelo va a lamer;
adoro tu grandeza
tus encantos tu misterio
tu mágico poder.
288
1
Enregistré par Gardel et Razzano en 1919.
Huyendo las olas
el murmurar constante,
debajo de tus alas
quisiera yo vivir,
para mirarte a cada instante
bajo el sol esplandente,
para por ti morir.
El mar, el mar, el mar,
con su incansable oleaje,
tranquilo, transparente,
voluble, embriagador,
de múltiples celajes,
de formas caprichosas,
de límpido color.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: La Guardia Vieja
Cenizas
Vals
Ábreme y no me cierres
la puerta de oro
del cofre de la ventana
que hay en tu pecho,
sabiendo que eres
el único tesoro
donde guardo mi pecho
trecho a trecho.
Dame luz de tu amor
y no me engañes,
escucha la canción
del que agoniza;
mátame con el fuego
de tu mirada;
hazme polvo
y vuélveme cenizas.
Claro de luna2
Negra del alma
Vals
Estaba la noche como el claro día.
la luna en el cielo se veía brillar
y muy a lo lejos, a lo lejos, se oía
leve murmullo del agua del mar.
Las huellas de mi pobre corazón
ya no están en el lugar donde la vi
y sólo me quedó ¡Hay de mí !
Recuerdos de pesar y de dolor.
Y entonces, sin poderlo remediar
y viéndose burlada mi pasión,
me arranqué el corazón,
lancé un suspiro y me eché a llorar.
Pero vagando quedó mi pensamiento
me parece mirarte, mi bien, y no es así.
Version proposée par César Santa Cruz qui précise: «quiero presentar al lector una antigua pieza
que fuera grabada por el legendario dúo Montes y Manrique. Unos lo conocen como Claro de luna
otros como «Negra del alma». (…) La letra de la tercera copla la he recompuesto; yo la olvidé y pese
a mi intensa búsqueda no encontré quién la recordara (Santa Cruz, 1989: 46).
2
289
Gérard Borras
Sentí, cruzaste como sombra,
en misteriosa rapidez,
y, hubo un eco melodioso que hacia mí
tus palabras de ternura repitió.
Si tú me quieres negra del alma,
regálame tu cariño, dame la calma !
que tan sólo ya por verte
he llegado hasta ti ;
para ver si tú me amas, palomita mía,
con delirio y frenesí
dime que sí.
Comarca
Vals
Cada comarca en la tierra tiene
un rasgo prominente
el Brasil su sol ardiente
minas de plata el Perú,
Montevideo su cerro
sus pampas tienen los dos.
Si quieres venir conmigo,
Chinita linda, vente conmigo a gozar
olé salero
que en mi bergantín velero
nunca temas de naufragar...
A recorrer medio mundo, mañana me voy
A recorrer medio mundo, mañana me voy
a gozar las caricias, mamacita...
sólo tuyo, tuyo soy...
a gozar de tu eminencia negrita,
sólo contigo me voy..
Uva, zambita, también moyadita
plátano de seda, también de la Isla,
la guayaba verde, para la terciana
las de mil para mañana3.
290
3
Var. Las diez mil para mañana.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: La Guardia Vieja
Como la rosa en botón
Polca
Como la rosa en botón,
como la rosa en botón,
me miraron alegres tus ojos;
hoy miran con gran enojo
a mi sensible corazón
como la rosa en botón,
como la rosa en botón.
Se cansaron tus ojos de mirarme
y para ellos soy marchitada lor.
Esperaré que vengan a consolarme
ojos de un nuevo amor.
Cuando yo salgo a pescar,
cuando yo salgo a pescar,
todo un mundo de ternura,
en medio del inmenso mar
se me releja en tu bella hermosura.
Tus miradas de ternura
han sido falsas para mí.
Ya no me des amarguras,
quiero olvidarme de ti.
El capulí
Vals
A tu ventana
una mañana llegué
y me enamoré
de tu bella hermosura;
pero, tirana
con cuánta ternura
mi corazón
al momento te entregué.
Me juraste tu amor,
no, negrita, no por Dios;
me juraste un día tu amor
y al momento te di un capulí.
Dime, mujer, si tu amor
ha de ser el verdadero
para entregarte primero
una lor del capulí.
Ay, una lor del capulí
ay, una lor del capulí....
291
Gérard Borras
El guardián
Yo te pido guardián, que cuando muera
borres los rastros de mi humilde fosa,
no permitas que nazca enredadera
ni que coloquen funeraria losa.
Una vez muerto me echan al olvido,
y mi existencia queda terminada;
es por eso, guardián, yo te lo pido
que sobre mi tumba no permitas nada.
Desyerba mi sepulcro día a día,
arroja lejos el montón de tierra
y si viene a llorar la amada mía,
hazle salir y el cementerio cierra.
No dejes nada allí, destruye todo,
despedaza coronas y tarjetas,
porque un montón de cenizas y de lodo
no merece perfumes ni violetas.
El manantial
Vals
Desde que supe amar, adiviné
que Dios te había creado para mí
desde que yo pisé por donde fui
seguro de encontrarte, te busqué.
Delante de tus plantas contemplé
qui mi alma se encontraba junto a ti
te amé desde el momento en que te vi
¡Ay! ¡te amo y mientras viva te amaré!
El agua del manantial no faltará
los peces de la mar nunca saldrán
así, pues nuestras almas podrán
faltar al destino que Dios les dio.
El ocaso
Vals
292
Ante el drama sangriento del ocaso,
se unió tu pensamiento con el mío;
cual niño que sintiera frío,
el sol se ha ocultado en su regazo.
Ante el idioma melodioso y tierno,
las sombras vacilaban indecisas
y en grandes conidencias con las brisas
la tarde se ha quejado del invierno.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: La Guardia Vieja
Qué me importan tus quejidos inocentes;
no hallarás la paz dentro de mi alma;
cuando a mí llegue tu clamor ferviente,
remedio no hallarás,
ni encontrarás la calma.
El odio
Vals
Ahora te odio
conforme antes te adoraba,
con esa ciega pasión
y en vez de llorar
como lloraba
humilde yo te amaba
con todo el corazón.
Mi corazón no tiene dueño,
mi corazón ya descansó
de esos crueles y amargos sufrimientos
y abatido por la pena
de tu infame y cruel traición.
Tú me juraste amarme con delirio,
yo te juré amor y frenesí;
ahora que ves que salí de ese martirio
me ruegas y me juras amarme hasta morir.
El pajarillo
Polca
Un lindo pajarillo, cierto día,
herido, refugióse en mi ventana,
y yo, compadecida del pajarillo
le di el calor que le faltaba.
Lo puse en una jaula primorosa,
cuídelo con afán, de noche y día,
y al ver que el pajarillo se moría,
le di la libertad que me pedía.
Pajarillo, pajarillo,
que vuelas por el mundo entero
llévale esta carta a mi adorado
y dile que por él me muero.
293
Gérard Borras
El parisién
Carlos Gamarra
En Francia hay un París
Y en él se rinde culto al dios Amor
Ésa es la tierra del placer
Donde reina la mujer
Con todo su esplendor.
En el salón, en el café
Cuando se oye las notas de un vals
Al parisién ahí se le ve
Seguir el ritmo con voluptuosidad.
Cuando el ritmo bridándole embeleso
Del vals al embriagador compás,
El francés desechará un beso
Por seguir el mismo ritmo
Que le gusta mucho más.
Bellas mujeres hay en París,
Tienen sus ojos sonrisas de amor,
Fugaz se pasa la vida en París
Entre paseos, mujeres, teatros
Ahí se disipan las penas y el dolor.
El pirata
vals
294
Yo no quiero una tumba
ni una cruz, ni corona,
ni tampoco una lágrima
me aburre oír llorar.
Ni tampoco me recen
sólo pido una cosa,
para el día en que me muera
que me arrojen al mar.
Los faros de los barcos
me alumbraran cual cirios
las boyas cual campanas
se pondrán a doblar.
En la penumbra vaga
de mi capilla ardiente,
he de sentir saloble
todo el llanto del mar.
Así como he vivido al azar
al azar quiero irme,
a otras playas mecido
en la hamaca de la mar.
Quiero dejar anclado
mi corazón vació,
en un lejano puerto
y muerto aún viajar.
No quiero que me entierren
no quiero estar inmóvil
¡oh, qué angustia tendría
dentro de un ataúd!
Más que los tiburones
me espantan los gusanos,
quiero como un velero
irme a la eternidad.
Mis manos en cruz amén
que sean como dos velas,
un barco sin cadáver
que ambule por el mar.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: La Guardia Vieja
Yo volveré quién sabe
a ver aquellos puertos
que en mi vida vi y donde
no pude retornar.
Que si temo a la muerte
más que a ella misma,
es por esa parálisis
de la inmovildad.
Que en mis últimos sueños
los arrullen las olas,
quiero morir tranquilo
y sentir la quietud.
Así como he vivido al azar
al azar quiero irme,
a otras playas mecido
en la hamaca de la mar.
Quiero dejar anclado
en un lejano puerto
mi corazón vacío
y muerto aún viajar.
El ruiseñor
Vals
Víctor Correa Márquez
Si fuera un ruiseñor
de fantástico erguir,
en aras del amor
volara yo hacia ti.
Cantando una canción,
te dijera al pasar:
mi humilde corazón
siente por ti, latir.
Cruzando el ancho mar,
de una gran latitud,
pusiera con mi amor
en tu pelo tisú,
la más hermosa lor
que hallara en el pensil,
bañada con las lágrimas
de ininito amor.
Osando el ideal,
amar no es sonreír,
tu pecho angelical
oyera yo latir.
Así tu corazón,
lleno de amor y fe,
muriera de pasión
con venturoso afán.
El título
Vals
Me llaman por el título ¡Oh Dios ! ídolo mío
que responder no quieres al eco de mi voz
está desierta mi alma, mi corazón vacío
conviértese mi frente, conviértese en estío
y esquiva tu presencia burlando mi dolor.
Mas yo quisiera amarte pero todo es en vano,
no sé si es para siempre, abandonado estoy,
por eso me retiro con el dolor ufano,
y puesta sobre puesta con inquietud la mano
mi eterna despedida con lágrimas te doy.
En una hermosa playa de arena,
de arena reluciente de peña,
295
Gérard Borras
de peña nacarada, de diamantes de luz,
estaban dos amantes, se abrazan,
se abrazan y se besan
se besan y se abrazan a a la orilla del mar.
Por in nació la luna, la luna
iluminando al mundo, al mundo
con su faja risueña de diamante corral
entonces mi adorada me dijo, me dijo dulcemente:
¡qué barca tan hermosa para navegar los dos!
Las barcas en las olas a la merced del viento
navegan en sus agua con límpido cristal
partidas de gaviotas, se lanzan al despacio
y la marina garza con sus plumas de azahar.
El trasnochador
Vals
Tu alma perdida tan indolente
Ya nada piensa
De noche y día
Mientras no olvides el aguardiente.
Tú vives borracho, tú nunca sufres,
No vas los lunes a trabajar;
Pasas tu vida en bebederos,
Duermes de noche en el Tajamar.
-Abre la puerta, chinito
-¿Quí cosa laa?
-Dame un pan con pesca’o frito.
-No hay ¡Tiú niá má!
-Abre la puerta, chinito.
¡Por compasión!
Mira que soy tu casero
del té con ron.
Si mañana vas preso
No te reciben en el cuartel,
porque tú le has robado
los pantalones al coronel;
y te vas de nuevo a emborrachar
hasta que llegues a reventar.
A los Descalzos
Tú siempre vas,
Con tu latita
Para almorzar.
Con esa vida…
¿A dónde irás?
¡A las Barracas
Tendrás que dar!
El zorzal
Vals
296
Cuando era joven, nunca lo olvido
viví en un rancho bajo un sauzal
y entre sus ramas colgaba un nido,
allí cantaba siempre un zorzal.
La linda criolla, que allí vivía
enamorada de aquel zorzal
llorando mucho, siempre decía:
¿cuándo tendremos un nido igual?
Mas pasó el tiempo, cual todo pasa
como las glorias que ayer soñé
vino la guerra, dejé mi casa
y con los míos también marché.
Mas, ¡ay! un día mi triste estrella
hacia otros lares se encaminó
no estaba el nido, no estaba ella
solo en el mundo quedaba yo.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: La Guardia Vieja
Embeleso
Vals
¡Cuántas veces, a la imagen que yo adoro,
le he entregado mi amor con embeleso!
¡Cuántas veces, mi dicha y mi tesoro,
le he entregado a mi amor en cada beso!
Quiero estar a tu lado y contemplarte
y sentir de tus pechos los latidos.
Quiero vivir, quiero morir, y siempre amarte,
y bajar a la tumba siempre unidos.
Tú bien sabes que sin ti mi vida es nada,
ya no puedo resistir más los rigores.
Me hacen falta los besos que me dabas,
me hace falta el calor de tus amores.
Envenenada
Vals
y bajando la cabeza,
sin penar en la inquietud.
Al ronco son de mi gastada lira
vengo a cantar, vengo a cantar,
no sólo lo que mi amada mira
en alta mar, en alta mar.
Mis tristes ilusiones están perdidas
y deshojadas y desdeñadas
fueron por ti, mujer, de mis heridas,
envenenada...envenenada.
La luna estaba oculta
por los negros nubarrones,
que en las altas regiones van
pasando sin cesar.
En alta mar se levanta
sobre sus olas de plata,
parece que desbarata
alguna inmensidad.
Los grandes ojos divisan
el ansia y la tristeza,
Frou Frou
vals
Una dama del café Santré (sic)
Se enamoró de un gracioso español
Con aquel entusiasmo febril
Que nos da la primera ilusión.
La siguió por espacio de un mes
Y a su casa, por in, logró entrar.
Una noche juntitos los dos
Entonaban bailando este vals:
«Frou-Frou, Frou- Frou, la bella cupletista,
Yo soy Frou-Frou perdida por tu amor».
Y el español – le contestó muy ino:
«Perdón, Madam, ¡No sé parlar francés!
No sabiendo decir en francés
Una sola palabra de amor,
El valiente y audaz español
Le pidió…no sé qué, por favor;
Porque desde los tiempos de Adán,
Desde el uno hasta el otro confín
Todo el mundo ha hecho el amor
En francés en inglés y en latín.
Frou-Frou, Frou-Frou, yo soy
muy caprichosa
Pensé pasar mi vida en un café
Y el español le contestó muy ino:
«Perdón, Madam, ¡No sé parlar francés
297
Gérard Borras
Ídolo
Vals
Nicanor Casas
Braulio Sanchez Dávila
Un día en perfecta paz,
llenos de armonía dos,
díganme si existe amor
donde hay tanta vanidad.
¿Por qué, mujer, ¡oh, ídolo!
quieres martirizarme?
Deja que yo muera
y que en paz descanse;
anota que soy el hombre
que con tu amor mataste.
Idolo, tú eres mi amor;
préstame tus agonías
que aunque fueran de dolor
no serán como las mías.
La Alondra
Vals
Pedro Bocanegra
Anuncian las dos de la mañana,
es la hora de partir, mi dulce amor.
No es la alondra, la aurora está lejana,
es el dulce cantar del ruiseñor.
Todas las noches en aquel ramado
me viene con sus trinos a arrullar,
canta la alondra, mi bien amada,
la luz de la mañana ya va a brillar.
Se aparece la aurora muy ufana,
todas las penas serán para mí,
yo aborrezco la luz de la mañana
porque me viene a separar de ti.
La bóveda azulada
En tu día
Serenata
Pedro Bocanegra ( ?)
298
La bóveda azulada que baña de ambrosía
un iris mensajero de gran ostentación
anuncia placentera la fecha de tu día
que todo es galanura que todo es loración.
De lores primorosas, de místicas beldades,
bañando los ensueños de la felicidad.
Sobre alfombrados pasos suspiran las deidades,
es día de ventura, de paz y de amistad.
Yo vengo con la lira de mis idealidades
en el vagar incierto, por esta inmensidad.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: La Guardia Vieja
La contrabandista
Vals
Yo soy la contrabandista
que ando haciendo tanto ruido
yo soy la contrabandista
que ando haciendo tanto ruido.
Que habiendo nacido libre
que habiendo nacido pobre,
yo soy la contrabandista,
la justicia me persigue.
En la casa de María la loca,
tralalalá, pin, pon,
todos los pollitos
los más chiquititos
tocan al pistón, pin, pon.
Pío, pío, pollo
salgan todos a picar,
pío, pío, pollo
salgan todos a picar.
En la casa de María la loca,
qué barbaridad, ja, ja.
las contrabandistas
salen ligeritas
para regresar, zig zag.
La fe verdadera
Vals
Con la fe verdadera
del alma noble y pura,
con íntima ternura
mi amor te consagré;
te dije que era tuyo,
te dije que te amaba
que sólo en ti pensaba
y así lo cumpliré.
Porque en verdad te quiero
y te amo con pasión,
a Dios en mi oración
imploro tu bondad;
porque eres mi esperanza
el ídolo de mi alma
la virgen a quien clama
mi corazón piedad.
Vengamos, ángel mío,
oh, tierno ángel querido,
como aves en su nido,
los dos con mi ilusión;
tú siendo mi alegría
para que Dios del Cielo
bendiga nuestra unión.
Quiéreme como te quiero
ámame como te amo;
a ti tan sólo,
prenda del alma,
siempre te amaré;
yo te he visto
en el cielo rodeada
de querubines;
con la fe verdadera
te amaré.
La lor marchita
El viejo cementerio
Tenía la faz marchita y la mirada incierta
su rostro relejaba una angustia mortal
junto a la humilde puerta de un viejo cementerio
estaba desmayada, como muriendo ya.
Qué tienes? pregúntele con ardoroso empeño
qué tienes, niña hermosa? Y contestome así:
299
Gérard Borras
Yo aguardo al que custodia los muertos en su sueño,
que me abran el camposanto para dormir allí.
Yo temo separarme del lecho en que reposa
mi idolatrado amante que ayer me dijo adiós;
al lado de su tumba está la de una hermosa,
y temo que en mi ausencia de amor hablen los dos.
La Losa
Vals
Manuel Covarrubias
Sobre la losa, blanca y fría,
que guarda, imborrable, tu nombre,
grabado está el juramento
que hicimos en buena armonía.
Loca de pasión dijiste:
«Feliz sería yo a tu lado»
Voluble, ingrata, has traicionado
el amor que un día te brindé.
Satisfecho en la venganza,
hoy me encuentro encarcelado,
porque tú lo merecías;
tu inmoralidad te ha castigado.
Es la negra mancha
que has puesto en nuestra historia...
Y nunca, nunca serás
la que guardo en mi memoria....
La oruga
Vals
Abelardo Gamarra
300
Cual humilde y bella oruga
transformada en mariposa
que abandona presurosa
la prisión de su capullo ;
sin saber que va a quemarse,
muy feliz revolotea
alrededor de hermosa luz.
Así mi alma al ver tu rostro
de belleza peregrina,
presurosa se encamina
a adorarte con fervor.
Despertó para mí el cariño
a la luz de tu mirada ;
hoy la tiene hipnotizada
con tan divino fulgor.
Que se extinga mi existencia
al calor de nuestros lazos,
que el morir entre tus brazos,
vida mía no es morir.
Vuela, vuela mariposa,
cruza el fuego jugueteando,
sigue, sigue fantaseando,
busca tu felicidad.
Mi deseo es acercarme
a esa llama seductora
que me abraza y me devora
y sé que al in me quemará.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: La Guardia Vieja
¡Qué me importa que padezca !
¡Qué me importa que padezca !
¡Qué me importa que fallezca !
Si te puedo conseguir !
La Palizada
Vals
Alejandro Ayarza
Somos los niños más conocidos
de esta bella y noble ciudad,
somos los niños más engreídos
por nuestra gracia y sagacidad.
De la jarana, somos señores
y hacemos lores con el cajón,
y si se ofrece tirar trompadas
también tenemos disposición.
Pásame la agüilla,la agüilla, la agüilla
la agüilla,la agüilla,
yo no te la paso, morenita,
ni de raspadilla.
Pásame la agüilla,la agüilla, la agüilla
la agüilla,
que así las educa
a la muchachada de Karamanduka
Vengan copitas de licor sano,
vengan copitas sin dilación.
venga ese rico coñac peruano
que vulgarmente le llaman ron.
Así pasamos horas contentos
con la guitarra, con el cajón,
y así olvidamos los sufrimientos
con los vapores del rico ron.
Para nosotros no hay trabajo,
sino jaranas y diversión
y siempre andamos de ariba abajo,
cantando coplas por aición.
Nosotros somos la Palizada
muy conocida de la ciudad,
somos la gente más renombrada
por nuestra gracia y sagacidad.
Esta versión ha sido extraída de la edición de Carlos Serrano y Eleazar
Valverde. En los discos que acompañan a su libro ellos proponen la excelente
versión de Morochucos. Es de lamentar que la versión impresa «olvide» una de
las estrofas cantada por el célebre trío :
Vivan los hombres de gran valía
viva el dinero, viva el amor
vivan las hembras, la pulpería
y el aguardiente que da valor.
Aurelio Collantes presenta nuevas coplas y deja entender que estas pueden
existir hasta el ininito según los lugares y las situaciones en donde estas son
cantadas: «Las letrillas maliciosamente eran cambiadas según el sitio de la ¿o
juerga, algunas son impublicables4».
4
Aurelio Collantes, 1972: 45.
301
Gérard Borras
De las Chacritas todas las tardes
a Puerto Arturo voy a parar,
a deleitarnos con el buen puro
que don Silverio nos suele dar.
Vengan las ollas del buen ajiaco
del olluquito y el charquicán,
venga ese rico y buen chivato
q’ en las jaranas siempre nos dan.
La Pasionaria
Vals
Aquí está la Pasionaria
lor que cantan los poetas;
los poetas cuando cantan
cantan penas y tristezas.
Vengo a que todos me desengañen
aunque me cueste luego morir;
vengo a arrancarte
¡ay! de otros brazos,
vengo por lo que es mío,
vengo por ti.
Me dicen que no me quieres
a mí que tanto te amaba;
me dicen que me abandonas
y yo no les creo nada.
Mujer adorada
Vals
302
Ven, adorada mujer,
que mis ojos vierten
lágrimas de amor.
Un abrazo quiero darte
porque el adorarte ha sido mi ilusión.
Si es que tienes corazón,
compadécete de mí,
que mis sentimientos, ay, ay, ay,
son muy buenos para ti.
Vuelve el amor a tu ser,
no desdeñes la pasión,
que mi alma enamorada
tan sólo piensa en ti.
Así, así me gusta a mí,
que vivas contenta,
dichosa y feliz;
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: La Guardia Vieja
que yo jamás te olvidaré,
¡amor como el tuyo
jamás encontraré!
Mujer Ingrata
Vals
Mujer ingrata, sin corazón,
me has engañado sin tenerme compasión;
yo te quería y fuiste iniel,
pero nunca olvides que me las pagarás,
ingrata mujer.
Tú me decías que me querías,
lo cual mentías horriblemente,
hasta que un día me convencí
que me engañabas, ¡ay! pobre de mí!
Tú cantarás, yo lloraré,
pero nunca olvides que me las pagarás
ingrata mujer, périda e iniel.
Tú me decías que me querías.
Ocarinas
Vals
Manuel Covarrubias
Son tus risas cristalinas
cual un coro de ocarinas,
cual un trémulo de violas;
tus acordes son muy suaves
como el canto de las aves,
como el arrulo de las olas;
nacen tenues, pronto ascienden
en escalas paulatinas;
ya se apagan, ya se encienden,
raudas crecen y declinan.
Las alegres vibraciones
de tus locas carcajadas,
anidando van pasiones
que en mi pecho hay encerradas.
Me regalan alegrías,
mis tristezas ahuyentando.
No te rías, no te rías
mientras que yo voy sufriendo;
no te rías, no te rías
mientras que yo voy llorando.
Y tus locas carcajadas,
carcajadas juveniles,
traen dulces alboradas,
traen aromas y pensiles;
traen alegres tintineos,
de campanas los gorjeos,
los gorjeos de campanas
de tu risa fresca y sana,
de campanas los gorjeos
de tu risa fresca y sana.
303
Gérard Borras
Pasión de inojos
Vals
Una pasión de hinojos
borrará nuestros encantos;
al hombre que amas tanto,
perjura, no has de olvidar,
Ya ves, ya ves, ya ves que tu amor me mata
jamás, jamás, jamás será mujer buena
la que insensible me trata.
Llegó una hermosa tarde
en que los brazos me abría,
y llorando me decía
con la mano al corazón:
¿Por qué, por qué, por qué no calmas mis penas?
Jamás, jamás, jamás será mujer buena
la que insensible me trata!
Pepita
Polca
Víctor Correa
¡Pero qué bello es tu talle mujer,
y qué lindo es tu rostro gracial!
Se releja en tus miradas el placer,
eres tú, bella Pepita, angelical.
Ven a mis brazos, bella mujer
que sólo ansío el delirar,
ya que a tu lado no sufriré
porque tan sólo quiero de tu amor gozar.
Dame una sola mirada
para poder yo vivir,
porque tan sólo yo quiero
alimentar mi existir.
Perdón
Vals
304
¡De la casa de mis padres me ausenté
verdad un día fatal pobre de mí!
a los brazos de una ingrata me entregué
y el cariño de mis padres lo perdí.
Pobres padres míos, los abandoné
tal vez en mi ausencia llorarán por mí.
Cual ave errante por el mundo voy,
buscando a la amante que me traicionó;
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: La Guardia Vieja
ese es mi destino, qué desgraciado soy,
ese es mi camino no sé a dónde voy.
¡Cansado de rodar en mi camino pobre de mí!
a la casa de mis padres regresé
y al verme desgraciado me dijeron:
¿por qué tanto nos haces padecer?
ven acá hijo mí, pídenos perdón
que sólo en los padres existe amor.
Pescadorita
Vals
Pescadorita de ojos azules,
grandes y hondos como es el mar,
son tus pupilas como dos faros,
que alumbran siempre la inmensidad.
En cuántas noches, buscando puerto,
vi el horizonte resplandecer,
eran tus ojos, que me guiaban
y me indicaban nunca temer.
Hoy en la playa, pescadorita,
ansioso esperaba tu pescador,
con su barquita y su blanca casita
que será el nido de nuestro amor:
un patiecito de mil colores,
una enramada de alhelí
y un jardincito lleno de lores,
cuyos perfumes son para ti,
son para ti, son para ti.
A los murmullos suaves del viento,
mis dulces trovas sabré cantar,
para que sepan mis pensamientos
y los secretos que brinda el mar.
Lindos corales y ricas perlas
sabrá ofrecerte tu pescador,
y en tu boquita, sedosa y freca,
pondrán sus besos llenos de amor.
¡Qué bonito es ser soldado!
Polca
Pedro Bocanegra
¡Qué bonito es ser soldado
En la puerta del cuartel,
Con su rile sobre el hombro
Saludando al coronel!
Tra la la la la la lá,
¡qué vivan los voluntarios!
Tra la la la la la lá,
¡Son valientes y son soldados!
Tra la la la la la lá,
¡Viva la Patria, viva el poder!
¡Vivan los hombres de gran valor!
¡Viva el coronel Soyer!
En cuatro años de soldado
Mire usted lo que he sacado:
Un triste galón de cabo
305
Gérard Borras
Y un capote remendado!
Estribillo
Tra la la…………..
Unos van muy bien montados,
Otros van muy bien a pie;
Bien comidos y mal bebidos,
Pero la patria es la mamá.
La Reina de España
Vals
Si la reina de España muriera
Carlos V quisiera reinar,
correría la sangre española,
como corren las olas del mar.
Pero ven, pero ven,
te daré, te daré mi ilusión.
Te daré, te daré prenda mía,
los latidos de mi corazón.
Vente conmigo, amor, a gozar,
que el la playa yo tengo un bajel;
bogaremos juntitos en él
y la reina del mar tu serás.
Talavera
Polca
306
Talavera de la Reina, Ciudad vieja,
patria chica de Gabriano y de Gabriel
tu recuerdo quedará como una queja
de la sangre que manchó tu redondel.
De la sangre que manchó la torería,
la cornada de aquel toro bailador,
su silueta se mostró en la enfermería,
un palacio de tristeza y de dolor.
Bella ciudad, bella ciudad,
rumbo a España, de la América imperial;
también ha sido, también ha sido,
latumba del torero más genial.
Ya no existe aquel torero sevillano
que a su patria causó gran admiración,
más valiente que su padre y que su hermano,
era el diestro que adoraba la aición.
José Gómez, “Joselito”, se llamaba
y en el cielo, y en la gloria debe estar;
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: La Guardia Vieja
el torero más famoso que extasiaba
cuando al toro con denuedo iba a matar.
Tu ojitos
Vals
Tus ojitos que contemplo con delirio
a ellos los adoro con empeño
tienen la palidez de mi martirio
y la dulce mirada del ensueño
¡Ay! y la dulce mirada del ensueño.
Es por eso que siempre me enamoran
en el fondo del alma me embelesan
me hacen llorar de pena cuando lloran
y me llenan de amor cuando me miran.
¡Ay! y me llenan de amor cuando me miran.
Bendito es el amor, bendito sea
¡Oh! imagen adorada de mi ensueño
deja que con mi canto tu alma sepa
como yo te adoro con empeño.
¡Ay! bendito es el amor, bendito sea.
Es por eso que siempre me enamoran
en el fondo del alma me embelesan
me hacen llorar de pena cuando lloran
y me llenan de amor cuando me miran.
¡Ay! y me llenan de amor cuando me miran.
307
Gérard Borras
2. EROS
Crepúsculo de amor
Felipe Pinglo
Vals
Silencio dije al corazón un día,
y al instante sumiso enmudeció
transcurrió el tiempo y luego le decía
que por qué se calló.
Amar sin ser amado es osadía,
me dijo sentencioso el corazón
creer que la mujer ame algún día
es fruto de la insánica visión.
No alcanza la miseria de lo humano
a ver el más allá de una ilusión,
nace un afecto y al ser acariciado
se transforma en ardorosa pasión
en la risa y en el mirar de la adorada,
o en sus palabras de artística icción
se desliza el veneno que nos troca
en esclavos que mendigan un engaño al corazón.
Sedientos de caricias y de halagos,
en el mundo las mujeres triunfan siempre en el amor.
Serena, y grave la voz de la experiencia
alguna vez domina al corazón
más antes fue la amable consejera
que en vano quiso dejar oir su voz
usando siempre del sufrimiento humano
la realidad nos muestra del querer
cruel y muy triste el sino es inhumano
sufrir por el amor de una mujer.
Abril de 1934
Crisálida1
Vals
Flor de la luz de los campos siderales
que su cáliz asoma en el poniente
relejando en las sombras de mi mente
un mundo de fantasías ideales.
308
1
El Cancionero de Lima, n.°113.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Eros
Sé tú la amada en tardes solitarias
de tu añoranza en el ideal concierto,
desgranarán tus labios cual plegarias
estas estrofas que del alma vierto.
¡Oh! mujer, abandona el egoísmo
y juntos penetremos los arcanos
nuestras almas unidas de las manos
vagarán para siempre en el abismo.
Este es el ideal que germina en mi mente
exhala nuestro ser en el mismo grito:
estasiarnos(sic) y vagar eternamente
nuestra alma confundir en lo ininito.
El castigo del perdón
Felipe Pinglo
Vals
Cual paria en la estancia de la vida
nada logra llamarme la atención
ni el alma llora ni mi corazón ríe
ni mis facciones relejan el dolor.
Veo pasar las cosas indolente
parece que mi ser es abstracción
nada me arredra y buscando la muerte
la invoco y la suplico con sereno valor.
Ven ¡oh ! señora, acude a mi llamada
que estoy dispuesto a negociar con vos
mi vida entera sin titubear ofresco
y sólo exijo lo que a deciros voy:
Has de ir en busca de la que fue mi amada
vuestra guadaña usaréis con rencor
y con su sangre le pondréis en la frente
a esta mujer perjura la castigó el señor.
Mundo tan falso, tan lleno de mentiras
cieno maligno que enlodas todo ser
tu fango alcanza salpicando veneno
inmunda mezcla del buen y mal querer.
De tu gran circo en el tablado humano
danzan grotescos el amor y el dolor
la farsa es vida y así por parodiarla
a Dios pedir pudiera el castigo del perdón.
309
Gérard Borras
El huerto de mi amada
Felipe Pinglo
Vals
Si pasas por la vera del huerto de mi amada
al expandir la vista hacia el fondo verás
un lorestal que pone tonos primaverales
en la quietud amable que los arbustos dan.
Allí es donde he dejado lo mejor de mi vida
allí mis juramentos vagando han de lotar,
porque ese ha sido el nido de amargos sufrimientos
y allí la infame supo de mi amor renegar.
Quien quiera con el alma, el corazón, no mande,
quien busque amores que deje de soñar
el corazón y el alma son dos fuerzas humanas
que emprenden una senda para no regresar.
Sus afectos son leyes que gobiernan y mandan
labrando así la dicha como también el mal
y reciben y cumplen las voces del destino
que tan pronto nos ríe o nos hace llorar.
No sé por qué recuerdo con algo de tristeza
las hieles que el destino me supo deparar
y el afecto mentido de quien yo idolatraba
ha convertido en odio mi férvido adorar.
No sé por qué me apena hablar de aquellos días
Que el engaño me atrajo en forma de mujer
no sé si es algo bello vivir de desengaños
porque es más halagüeño reírse del querer.
Gemidos del alma
Vals
310
El llanto del alma se vierte en quejidos
hondísimos ayes de oculto dolor
que siempre sus penas traducen gemidos
el alma que sufre pesares de amor.
Las lágrimas puras que vierten los ojos
no son tan amargas, no tienen más hiel,
porque ellas son sólo los tristes despojos
que deja el recuerdo de un bien que se fue.
Si a veces el fuego ardiente nos quema
cual vivida chispa de loca pasión,
de agudo tormento no son el emblema
sino el desahogo de acerba alicción.
Gemidos del alma los vierten los labios
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Eros
en hondos suspiros que abrazan también,
que hierben adentro secretos agravios,
pesares que bogan (sic) en mares de hiel.
La adúltera
Felipe Pinglo
Vals
Por el amor de mi madre adorada
hube de darle mi nombre a tu hijo
pero mujer tu conciencia manchada
desde el alma grita: adúltera es
humilla tu frente doblega tu ser.
Un hijo sin madre con padre ignorado
es pobre legado para subsistir
un hijo de madre que merca su cuerpo
es un desdichado, no será feliz.
La madre que vive vendiendo placeres,
y olvida que el hijo es ser de su ser
es baldón que llena de eterna vergüenza
al que llamar pueden fruto del placer.
Padre me llama aquel que no es mi hijo
por no angustiarlo hijo le diré
hijo sin madre porque tu apellido
de la faz del mundo el crimen borró
infame traidora vendiste tu honor.
La extranjera2
Letra de Ruino Salazar
música de Mi despedida
En vano, melancólica extranjera
buscas aquí tus lores y tu sol,
luz de otro sol y lor de otra tierra
no tienen fuego, aroma y color.
Te preguntan qu’tienes,
pero bajas tristísima la sien;
y desdichada nadie te conoce
nadie sabrá tu pena adormecer.
Infeliz,¡ni un suspiro! ¡ni una lágrima!
¡cuánto dice en silencio tu dolor!
2
El Cancionero de Lima, n.° 96.
acaso entre sombra de tu rostro
el beso de un amante resbaló.
Sonríes es acerba tu sonrisa,
hablas y es triste el eco de tu voz;
y si alzas la mirada, tus pupilas
brillan como el sol en un cristal.
Misterio del pasar, niña intranquila,
¡oh, si pudiera consolarte yo!
¿te falta amor? ¿mi corazón no basta?
dicha y amor te dará mi corazón.
311
Gérard Borras
La que fue
Felipe Pinglo
Vals
Mujer angelical
de rostro encantador
en tu mirar traidor
hay fuego de pasión
y luces de maldad.
Creí que reír
no albergaba crueldad
hoy puedo comprender
que en ti no hay corazón
no existe la piedad.
La voz de la alicción
que brota de mi ser pronto ya cesará
porque he pensado bien
que es necio penar por un falso querer.
Las dudas que sufrí
en las horas de insomnio que por tí pasé
has pagado con creces
viéndote humillada y en cruel padecer.
El falso pedestal
que el mundo te formó
de barro y de cristal
tuvo un fulgor fugaz
que el tiempo destruyó.
Hoy Venus de arrabal
tu ocaso es un dolor
y huérfana de amor
sólo eres el despojo
de un tiempo mejor.
Lima, 26 de noviembre de 1935
Las Limeñas3
Vals de moda
Letra de Serafín Olivares
Música de La Princesa del dólar
I
Las limeñas son mujeres
de carácter muy sensual
son alegres y coquetas
y de encantos sin igual.
En sus labios están presas
las sonrisas del amor,
son sus ojos hechizeros
brilladores como el sol.
Son las mujeres de aquí
como una encantada lor
de madrigales de amor
y de ensueños de rubí.
312
3
El Cancionero de Lima, n.° 100.
II
Bienvenidas e insinuantes
que luciendo el talle van,
todo Lima las admira
y las sigue con afán.
Son muy inas y arrogantes
de un semblante embriagador
con perfumes excitantes
como una encendida lor.
Son las mujeres de aquí....
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Eros
Las vienesas4
Vals de moda
música de Parisino.
Son las mujeres vienesas
arrogantes y hermosas,
amables y cariñosas
el rival de las francesas;
en sus ojos centellea
el amor más encarnado
y son lor de primavera
y sus labios sonrosados.
En el vals son un encanto
danzan cual mariposa,
y arrulan con dulces cantos
con sus notas harmoniosas.
Son amantes de la lira
la poesía y el amor
y son las damas vienesas
puras y fragante lor.
Leonor5
Triste
Con la música de El destino
Por Carlos A. Godoy Bardelini
Ya me lleva tu amor a la tumba,
a esa tumba tan triste y helada,
donde irá a llorarme mi amada
y a dejarme su iel corazón.
En tu pecho grabé mi cariño,
mi cariño leal y sincero,
desde niño un amor verdadero
le brindé a tu iel corazón.
4
5
El Cancionero de Lima, n.° 95.
El Cancionero de Lima, n.° 284.
Ya mi pecho no tiene esperanza,
ya mi vida perdió la alegría,
se acabó toda mi idolatría,
ya mi amor de tu pecho salió.
Paso a paso me voy a la tumba
al compás de una triste campana,
y verás de tu humilde ventana,
el cadáver de tu amor pasar.
313
Gérard Borras
Lides de amor6
Vals de moda
cantado en Los Cisnes
por los señores Bocanegra y Guerrero
Prepararse los batallones
a formar la guerrilla de amor
alístense los escuadrones
a pelear con todo valor.
El enemigo es poderoso
tiene fuerza y poder,
es un ángel que con sus alas
tiene forma de una mujer.
Esta es la lid de amor
gloria al guerrero
que lucha con todo valor
crueles penurias que hay
en las lides del dolor.
Por qué me martirizas
y me declaras la guerra
sabiendo que eres mi vida
de mí, amor tú la primera.
No temas niña hermosa
a esa ninfa angelical
mira que llevas tú la ventaja
por ser diosa sin igual.
Marquesita7
Vals en toda moda
Sublime creación de los cantores nacionales
Alberto Cassaretto y Alejandro Q Rivera
Divina marquesita...yo que soy un romancero
que vive acariciando complacer una ilusión
Hoy vine para alzar un gran valor bajo tu alero
la triste serenata que me ordena el corazón.
Yo quiero que salgas al claro de la luna
para que dulcemente mi voz sentimental
envuelva tu silhueta tan bella cual ninguna
y aliente un instante mi sueño pasmanal.
Para tu imagen iel quiero formar una guirnalda
de perfumadas lores y tus cienes adornar
deseo contemplar en tus ojos de esmeralda
y en un quemante beso mi delirio apaciguar.
Oh, marquesita buena, mi lira se estremece
con vibradoras quejas henchidas de dolor
quisiera que me digas si es que me pertenece
la dicha de soñarte con lágrimas de amor.
314
6
7
El Cancionero de Lima, n.° 95.
La Lira Limeña, n.° 109.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Eros
Si con febril pasión, mujer ideal llegas a amarme
te juro por mi honor que me harías feliz
bien sé que has de saber con tus caricias consolarme
y en pago de tu cariño con fervor me haré feliz.
Ven... dame tus relejos cual sol de la mañana
que la plateada luna se ve languidecer
asómate sonríete que al pie de tu ventana
yo volcaré mis lores hasta el amanecer.
Medianoche
Felipe Pinglo
Vals
A medianoche cuando van buscando alrededor
buscando van amor y la felicidad
oh cuántas bocas que desean tan sólo besar
y no pueden hallar su encanto de verdad.
Por más ingenua y fría que parezca la mujer
siempre suele tener la idea de pecar
¡oh! nunca fue pecado cosa bella que anhelar
aquella que al soñar jura amor.
Nena, la medianoche, ya soñando está
nena, pero esta noche acaso no se oirá
que nos sorprenda el alba con su arrullo embriagador
nena, pero esta noche sólo pides... amor.
La gente seria quiere irse a reposar
siempre tranquila estar, de casa no salir
amigos, quien ha dicho que los ámbulos
y los noctámbulos puedan amar.
Por más ingenua y fría que parezca la mujer
siempre suele tener la idea de pecar
pues nunca fue pecado cosa bella que anhelar
aquella que al soñar jura amor.
Lima, noviembre de 1928
315
Gérard Borras
Mi tormento8
Vals de moda
Por Alfredo Villar
y Alfredo Velazquez
Para padecer por ti
me parece que he nacido
según lo que he padecido
desde el día en que te vi.
Tú a tratarme con crueldad
yo a amarte con amor;
tú a aumentar tu rigor
yo a tenerte voluntad.
Al in sigue tu impiedad
que son penas para mí,
que si me tratas así,
serán glorias mis tormentos.
Mientras que me quedan alientos
para poder ser por ti
yo no sé qué estrella es ésta
que buscándote va a morir
de mí procuras huir
porque mi amor te molesta,
quererte mucho me cuesta.
Mis quejas9
Vals
cantado en Los Cisnes
por Bocanegra y Guerrero
En silencio me quejo y suspiro
pero a nadie le digo mi mal,
yo reprimo este cruel sufrimiento
y me canso de tanto llorar.
Anda ingrata mal agradecida
que amor noble no sabes pagar,
si es verdad que mi amor te fastidia
no me vuelvas jamás a mirar.
Mis amigos, el sol y la luna,
son testigos de lo que pasé,
y en prueba de tal sufrimiento
condeno a tu cruel padecer.
Anda ingrata...
Tú te fuiste a gozar de otro dueño
goza, goza con tranquilidad,
goza pero nunca olvides
a este hombre que te supo amar.
Anda ingrata mal agradecida
que amor no me lo sabes pagar
si es verdad que mi amor te fastida
no me vuelvas jamás a mirar.
Pecadora
Vals
Felipe Pinglo
Dama de rostro altivo y mirar altanero
de gesto aristocrático y pose señorial
retrocede un instante el pensar de tu mente
y haz memoria al recuerdo de un pecado mortal
316
8
9
El Cancionero de Lima, n.° 42.
El Cancionero de Lima, n.° 96.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Eros
al añorar contempla que tu orgullo mundano
no puede en mi presencia su altivez demostrar
tu sangre azul de cuna y mi obscuro linaje
hace años, una tarde se unieron con afán.
Mujer tal vez un día el destino tirano
nos ponga frente a frente para reir mejor
no osarás tú mirarme, y yo, muy indolente
cruzaré por tu lado cual maligna visión
desde el mullido asiento de tu legante coche
vivirás un instante de eterna maldición
pero fuiste la amante de este incógnito obrero
que te besó mil veces y gozó tu pasión.
Recuerda yo era un hombre como tantos del pueblo
por mi trabajo diario tu hogar me daba el pan,
tú eras la princesita de aquel bello palacio
hija de potentados y un bocadito real.
Fuiste la culpable del pecado que adeudas
Soy hombre, y tu belleza ofuscó mi pensar
más nunca por ese acto he de bajar la frente
que bien alta la llevo, pues no soy criminal.
Lima, 15 de octubre de 1935
Polka de moda10
Letra y música de Cisto Osorio
dedicada a su amigo Lazo
Al pasar por el puente
vi a una chiquilla,
la enamoré, la tomé de la mano
y a su casa la llevé.
La dije niña ven
vente conmigo a gozar,
las caricias de mi corazón
que seremos dichosos y felices.
Si quieres que te coja
la linda lor del jardín,
marchemos juntitos a buscarla
y no volveremos hasta morir.
La dije niña ven....
10
El Cancionero de Lima, n.° 42.
317
Gérard Borras
Sarah11
Vals
Letra y música
de Mauro Márquez
Oye Sarah de mi alma linda
no me hagas padecer
niña que pierdo la calma
por tu beldad bella mujer.
Ten presente los desvelos
que por ti los he pasado
no desdeñes los anhelos
de mi corazón amado.
Hoy mi pobre corazón
nunca en sus versos lograba
decir lo que me inspiraba
de mi corazón amado.
Ardió inlamada mi mente
cuando tu hermosura vi,
decirte quisiera elocuente
lo que entonces yo sentí.
Separación12
Vals
Letra de Pedro Bocanegra
música de Lorenzo Marchena
De ti quiero separarme
y me obligo a padecer,
aunque quisiera olvidarte
no me puedo contener.
Ya tus ojos un momento
no me miran con pasión
para mí es un cruel tormento
y me agita el corazón.
Si el amarte ha sido mi delirio
porque tu me has hecho padecer
o has deseado tenerme en martirio
périda y cruel mujer.
Ya pasaron horas de tormenta
que aumentaba en mi pecho el dolor
mi alma llora y siempre lamenta
tu injusto y horrendo rigor.
Si dos con el alma
Triste nacional
grabado en disco
Si dos con el alma se amaron en vida
y al in el destino separa a los dos,
saben que es tan honda la pena sentida
y nada hay más triste que el último adiós.
En esa palabra que leve murmuran
y en ese gemido que exalan los dos,
ni ver se prometen, ni amarse se juran
318
11
12
El Cancionero de Lima, n.° 41.
El Cancionero de Lima, n.° 42.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Eros
y en ella se dicen para siempre adiós.
No hay queja más honda, suspiro más largo
que aquella palabra que dicen los dos;
el alma se entrega a horrible letargo
la vida se acaba diciendo adiós.
Al in ha llegado la muerte en la vida
y al in para entre ambos murieron los dos
y al in ha llegado la hora cumplida
la hora cumplida del último adiós.
Adiós, adorada mi iel compañera
ya no volveremos a vernos los dos
Por eso es tan honda la pena sentida
y nada hay más triste que el último adiós.
Traición
Vals de ruidoso éxito
De nuevo a tu ventana con mi guitarra llego
mas no para cantar como antes te canté
recordarte vengo tus juramentos vanos
y a reprocharte, falsa, tu ingrato proceder.
Te quiero tanto, tanto te adoro
que no podría vivir sin ti
eso jurabas cuando en mis brazos
te prodigaba mi frenesí.
Una mujer
Felipe Pinglo
Vals
Entre viejos papeles que conservo
porque me hablan de amores que dejé
he encontrado la carta en que me dices
ha terminado todo hoy y tu también
tal vez cuando escribistes aquella carta
olvidaste tu sexo de mujer
y orgullosa de ti no meditaste
que quizá algún día tendrías que volver.
Cartas de mujeres tan sólo son cartas
cual la de los naipes que hay para jugar
las frases que encierran son falsas promesas
y sus juramentos un juego de azar
donde dice, te amo, te entrego mi vida
debía leerse te voy a matar
319
Gérard Borras
porque en las mujeres no existe el cariño
todo es capricho mundano y banal.
Es inútil que pretendas ser la amante
del que antes despreciaste altiva y cruel
el tiempo que estaña las más hondas heridas
ha borrado esa pena con un nuevo querer
ya no siento la nostalgia de esos días
que angustiado vi llorar a mi pasión
hoy la vida me ha mirado con cariño
tengo una linda nena, para qué quiero
tu amor.
Lima, 10 de marzo de 1936
Venus
Vals
Letra de M. C. Arnau
Música de La Primavera
Es la rosa iel imagen
de la bella a quien adoro,
de esa ingrata por quien lloro
porque lloro sin cesar.
Es más ingrato el puro aliento
de su boca primorosa,
que el perfume de la rosa,
de la rosa de Bagdad.
Quiero sentir tus caricias
las delicias del amor,
que mi espíritu embriagado
dulce ensueño sentirá.
Mas ufana con tus gracias
tus encantos sólo aprecias
mi ardiente fe desprecias,
y desprecias mi dolor.
Si recuerdas tus desdenes
y mi amor y mi ternura,
sin remedio tu locura
tu locura llorarás.
320
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Eros
Quiero ver por mi ventana
linda Venus tu hermosura,
para ceñir a tu sien
coronas de rosa y jasmín.
Whas you Baby
Ésta eres tú, mi niña
Fox blue
Letra del celebrado cantor nacional
L.Huambachano
Música de Biustok
Dame un poquito de miel
de tus labios de coral
quiero gozar de tu amor
y dame una sonrisa
de tu belleza sin par.
......
Ésta eres tú mi niña
lor de rosa tempranera
es tu sonrisa hechizera
mi ideal.
Son tus ojos de morena
y tus labios coralinos
que son toda mi ilusón y mi afán,
y después de relexionar
digo yo así:
Whas you baby
my sweet lobe (sic)
ésta eres tú mi niña…
321
Gérard Borras
3. TÁNATOS
El cementerio1
Canción triste
Cuando vayas de visita al cementerio
por el letrero dirígete a mi tumba,
y encontrarás en esa fosa humilde
quien te responda con una voz profunda.
Yo no dejaré de amarte,¡hay ! bien lo sabes
que para amarte nació mi corazón
y que tan sólo dejaré de amarte
cuando parta mi cadaver al panteón.
Regresa risueña y placentera
conversando y riendo con quien vayas,
sin recordar que en esa tumba dejas
mi pobre alma triste, atribulada.
Voy a ausentarme ingrata de tu vista
me olvidarás mujer de tu memoria
pero que Dios y el cielo lo permita
que tu nombre lo lleven a la gloria.
El huérfano y el sepulturero
Por
Juan M. Pombo el poeta
Lira Limeña, n.° 77.
A pedido de varios admiradores del popular y humanísimo poeta Juan M.
Pombo volvemos a publicar estos sentidos y humanos versos que vienen
a ser así como un reproche para los déspotas y bálsamo de alivio para los
parias y los humildes hijos del trabajo y del dolor.
Estaba muerto de frío
el huérfano que aquél día
en los portones pedía
del cementerio sombrío
Pobrecito! Entró el gentío
mientras su mano alargaba
con voz trémula exclamaba
una limosna señores
es para un ramo de lores
322
1
El Cancionero de Lima, n.° 329.
para quien tanto me amaba!
La gente entraba y salía
sorda a la voz penitente
de aquel despojo doliente
que en nombre de Dios pedía;
el pobre también quería
en su nostalgia ininita
entrar a la chacarita
y adornar de cualquier modo
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Tánatos
que el sueño eterno dormía.
Pero todo había cambiado
pues donde su madre estaba
un panteón se levantaba
quizas de algún potentado
y el niño desesperado
por el cambio que encontró
llorando le preguntó
a un viejo sepulturero
¿dígame, señor,
quién a mi madre llevó?
Y el viejo sepulturero
al niño triste le dijo
no me hagas preguntas hijo
que hacerte llorar no quiero
Los ricos están primero
por eso el lugar le damos
mal hacemos si lloramos
por una simple pavada
los pobres no somos nada
y hasta en la muerte estorbamos.
la tumba llena de lodo
de su pobre madrecita.
¡Pobre niño! en su orfandad
al ver que nadie le daba
y la noche se acercaba
con su lechosa oscuridad
empezó con ansiedad
a recoger unas lores
que por estar sin colores
y por el sol marchitadas
fueron al suelo tiradas
por manos de unos señores.
Después que un ramo formó
con varias lores del suelo;
les dio las gracias al cielo
y en el cementerio entró.
Muy pronto el niño llegó
con el ramo que oprimía
al lugar donde sabía
que se encontraba la fosa
de la madre cariñosa
El pobre2
Vals
Hambre mi madre tenía
y salía a robar el pan,
y mi madre sonreía
al comerlo con afán.
Breve fue su regocijo
y entraba poco después
en una prisión el hijo
y en ella estuvo un mes.
Cuando salió del encierro
a su hogar se encaminó
y el vio a su paso un entierro
pensó en su madre y lloró.
Cerrada encontró la puerta
de su solitario hogar.
-¿Y la madre? Era la muerta
que llevaban a enterrar.
2
El Cancionero de Lima, n.° 96.
323
Gérard Borras
En la paz del sepulcro
Felipe Pinglo
Vals
Por el sendero amable del viejo cementerio
sombreado por cipreses de la época ancestral
camina cabizbaja y tal vez presurosa
una dama enlutada de desnuda faz.
A orillas del arroyo que bordea el sendero
un viejo octogenario se ha puesto a descansar
renovando las fuerzas para entrar al recinto
donde el hijo querido duerme el sueño eternal.
Cruzó por su delante la dama presurosa
y al anciano al instante le llamó el corazón
y le dijo eres padre, esa fue la perjura
que al matar un cariño a tu hijo muerte dió.
Al impulso de esas frases de idiomas sobrehumanos
se levantó el anciano y al cementerio entró
y al llegar a la tumba de su hijo idolatrado
pudo ver a la infame rezando una oración.
Mujer falsa e innoble, soy padre de ese hombre
que pagó con la muerte tu desamor
tus labios siempre impuros de mujer libertina
cometen sacrilegios al ingir devoción
que en la paz del sepulcro profana tu oración
vete nunca más vengas que ese hijo fue mi vida
y mis labios tremolantes piden por él a Dios.
Lima, noviembre de 1929
Fatalidad
Vals sentimental
por el compositor nacional
David A. Suárez.
324
Cuando bajes a la cumbre helada
y preguntes por mi alma inocente
abre mi ataúd, da un beso a mi frente
y maldice esta vida desgraciada
Ruégale siempre al sepulturero
no conscienta lores con perfumes
que sólo la lluvia del aguacero
embriague mi fosa los días lunes.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Tánatos
Si renace alguna planta con perene calma
deja que la embriague el ruiseñor
que quien viene es mi pobre alma
recordando de quien fue un trovador.
Y cuando tú entones esta canción
será para mí como una plegaria
al recordar que un amado corazón
consuela a una alma triste y solitaria.
La Losa
Manuel Covarrubias
Sobre la losa, blanca y fría,
que guarda, imborrable, tu nombre,
grabado está el juramento
que hicimos en buena armonía.
Loca de pasión dijiste:
“Feliz sería yo a tu lado”
Voluble, ingrata, has traicionado
el amor que un día te brindé.
Satisfecho en la venganza,
hoy me encuentro encarcelado,
porque tú lo merecías;
tu inmoralidad te ha castigado.
Es la negra mancha
que has puesto en nuestra historia...
Y nunca, nunca serás
la que guardo en mi memoria...
Mi madre lloraba3
Vals cantado en el Edén Cine del Callao
Por los cantores Tomás Correa y Augusto Barrientos
I
Con el triste llanto
que una madre lloraba
por su tierno hijo
que Dios se lo quitaba;
y el pobre niño
que el la tumba descansaba
mientras la pobre madre
que a solas lloraba
¿en dónde está mi hijo ?
a Dios le reclamaba.
II
Y Dios les respondía
tu hijo ya no existe,
la muerte se lo lleva
3
El cancionero de Lima, n.° 349.
a la paz de los sepultureros;
y tú como una madre
lo llevas en el alma;
¡ay ! déjalo que duerma
con las aves del cielo,
déjalo tranquilo
y no turbes su alma.
III
Y la pobre madre
agónica ha quedado
escuchando esa voz
rara y fervorosa;
y llamando a la muerte
la madre tierna hermosa
325
Gérard Borras
ha formado un lazo
de dolor y llanto,
y a Dios le dijo
cayendo de rodillas :
la muerte yo quiero
junto con mi hijo.
Sepulturero4
Vals en toda moda
Tenía la faz marchita y la mirada incierta
la angustia relejaba un desengaño ya
junto a la humilde puerta de un viejo cementerio
estaba desmayada como muriendo ya.
¿Qué tiene? Preguntéle con amoroso acento: qué tiene
hermosa ¿y respóndiome así: yo espero
al que custioda a los muertos en sus sueños
y que habre el camposanto para dormir allí.
Cuando la aurora vino a despertarlos muertos
aquella enamorada allí la halló también
tenía la faz marchita y la mirada incierta
sumida en la tristeza, allí murió también.
326
Bautizado de nuevo «El viejo cementerio» y publicado numerosas veces en el El Cancionero de
Lima.
4
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Yo persigo una forma
4. YO PERSIGO UNA FORMA
Abuelito
Felipe Pinglo
Abuelito dijeron los nietos
El jardín baña luna estival
ya que estamos doblando la infancia
dinos algo de la pubertad.
Y el anciano de cabellos blancos
apoyado en nudoso bastón
va al jardín para hablarle a los nietos
lo que el mundo ha escrito en su corazón.
Es la infancia una eterna alegría
feliz lapso de diario gozar
todo cambia al correr de los años
y así, entramos a la pubertad.
Amoríos, crueldad de mujeres
drogas, farras, noches de banal
son ensueño de eterna quimera
y una sola y penosa verdad.
A la pálida luz de la luna
se estrecharon los nietos a él
Abuelito dijeron a una sola voz
dinos algo de la gran vejez
y el abuelo que un sillón sustenta
con acento calmado y con fe
una a una sus frases pronunció
y sus nietos se inspiran en él.
Un anciano es un libro viviente
donde se hallan consejos de bien
la experiencia que por sí atesora
dan a sus palabras verdad y saber.
Un anciano es el in de la vida
es la antorcha que se va a extinguir
es el reto del dolor humano
que llama a la muerte para no sufrir.
Lima, 13 de marzo de 1936
327
Gérard Borras
Ana Pavlowa
La danza de los esdrújulos
Siguiendo de la música el movimiento armónico
las ideales sílides de condición elástica
anímanse al unísono bajo el poder sinfónico
en loración cromática como visión fantástica.
No existe en lo pictórico un cuadro más poético,
ni habrá un ensueño célico
que encierre mejor mímica;
la persuasión es gráica,
el lineamiento estético
la evocación histórica, la volición anímica…
A veces tiene un vértice emocional, patético,
que con intuición rítmica en una acción deíica
traduce su habla típica y adquiere un in estético.
Tal es, entre esa cátedra selvática, esotérica;
Pavlowa la Tersícore angelical, miríica,
en el papel de alígera libélula quimérica.
Juan Vallés Vargas
¿De qué sirve la jeta?
Felipe Pardo y Aliaga
328
La Jeta climatérica
de arquitectura dórica
que hay quien juzgue quimérica
se ha hecho ya jeta histórica
y espanta hoy a la América.
No deja de ser poética
por rara e hiperbólica
y también por patética
pues es jeta simbólica
de una ambición frenética.
Pero más es despótica
pues que de dos Repúblicas
sofoca a usanza gótica
las libertades públicas
bajo su mole exótica.
Cierta gente maniática
créela doble en vez de única,
y asegura fanática
no es jeta sino túnica
casulla y aún dalmática.
De poder y metálico
vive tras este sólido
y de placer idálico
ansioso, un indio estólido
que aspira a prócer gálico.
Y esta jeta fantástica,
hoy de un partido brújula,
jeta enorme y elástica
que canta en rima esdrújula
mi cítara encomiástica.
Sirve, según de un geólogo
cálculos exactísimos,
(no lo creas apólogo)
a los Andes altísimos
de apéndice o de prólogo.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Yo persigo una forma
Lastenia
Felipe Pinglo
Vals
Hija de Venus tú eres Lastenia
con tu hermosura y tu candor
lor fraganciosa diosa Minerva
encantadora de su amador.
La pureza de tu ser y tu hermosura
se asemejan a las lores fraganciosas
y tu rostro de mujer encantadora
que seduce al ser acariciado.
Y tus ojos seductores que enloquecen,
que fascinan al más ciego enamorado
porque liba de la natural idea
al ser del trovador amado.
Palabras esdrújulas / Latín
Felipe Pinglo
Polca
Soñando en el hipótesis de aquel país idílico
los organismos psíquicos de espíritu ancestral
resuenan en mis oídos melódicas romanzas
y puedo el luido etéreo exótico aspirar.
Y llegan del espacio sonidos atmosféricos
por las hondas hertziánicas traidos hacia acá
simbólico el mensaje en lenguaje políglota
jeroglíicos signos que no acierto a descifrar.
Indescifrables signos de un incógnito enigma
teoremas suigenéricos de vocalización
simbólica y omnímoda otrora espiritística
axiomáticos, bíblicos, inásicos (sic) melódicos
pindáricas dicciones anatematizadas
por el lagrante estigma de la involucración.
329
Gérard Borras
Rizos de oro
Felipe Pinglo
Vals
Cual cúpula de aquel dosel
que enmarca tu prístina beldad
tus cabellos hilos de oro son
en conjunto un dorado sedal.
Si un rizo me das de tu hilado de sol
mi amuleto será, mi recuerdo de amor.
Ni el sol con tanta majestad
ha podido opacar
ese oro de ley, que en tus rizos está
y que ayer con ternura besé
y el recuerdo feliz me mata de placer.
Al besar con mis labios profanos
tus cabellos de oro de sol
en las noches de argentada luna
fuiste niña divina visión.
Añorando tan dulce recuerdo
he creído,volver a tener
el regalo que enviaron los cielos
a la tierra en forma de mujer.
Sueños de opio
Vals
330
Sobre regios almohadones recostada
incitante me sonríe bella hurí
cual la reina de que hablan
los cuentos de hadas
deslumbrante se presenta para mí.
Sus miradas son de fuego me enloquecen
ella me ama y me ofrece frenesí
en su rostro de querube o de nereida
se adivinan deseos de goces mil.
Droga divina, bálsamo eterno,
opio y ensueño, dan vida al ser;
aspiro el humo que da grandezas
y cuando sueño vuelvo a nacer.
Me vuelvo dueño de mil riquezas
lindas mujeres forman mi harem
y en medio de ellas yo adormitado
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Yo persigo una forma
libando dichas, bebiendo halagos
entre los labios de una mujer.
Primorosas odaliscas en mi torno
obedecen mis caprichos de Rajá
y sus mimos y cariños amorosos
son tributos de esclavas a su sultán.
Una y otra me suplican que las ame
y les brinde mi cariño más sensual.
¡Oh! delicias que duraron tan sólo
lo que el opio en mi ilusión pudo forjar.
331
Gérard Borras
5. LIMA
AMOR A LIMA1
Felipe Buendía
Todo el que quiera llegar
del placer hasta la cima,
no tiene más que pisar
esta capital de Lima.
Lima, ciudad de los reyes,
perla del mayor océano,
tu poder es soberano
inexorables tus leyes.
Lima, bella y seductora,
depósito de delicias,
do se sueña con caricias,
ignoradas hasta ahora.
Deber de cada peruano
pero deber especial
de venir tarde o temprano
a esta hermosa capital
y contemplar sus portentos,
adivinar sus placeres,
adoradas sus mujeres
y ver tantos instrumentos.
Ver la calle la Unión
y la plaza principal,
los parques, la catedral
el paseo Colón.
conversar en las banquitas,
con Irene, con Carlota...
y ver a tantas niñitas
que juegan a la pelota.
Pues para que el mundo viera
que es bello lo que Dios hizo
dispuso que Lima fuera
un segundo paraíso....
La exposición de animales,
el museo de pintura,
la escuela de agricultura,
las máquinas industriales.
332
Las fábricas de vapor,
do, en una colmena,
trabajan en la faena
desde mayor a menor.
Ver la hora más colosal,
obra casi imaginaria,
o la línea ferroviarria
del ferrocarril central.
Obra de talento y arte,
cuya audacia estremece
el pensamiento y merece
una descrición aparte.
Volviendo a la capital,
y pensando en algo serio,
visitar el cementerio
que en sí, no tiene rival.
Penetrar en el mercado,
donde las frutas y lores
se disputan los honores
del gusto más delicado.
Y viajar en los tranvías,
viajar en ferrocarriles,
ir por las huertas pensiles
y sus excusadas vías.
Tener habitación buena,
concurrir siempre al teatro,
al regresar entre 3 a 4
concurrir alguna verbena.
Comer regaladamente,
“esto quiero,esto no quiero”
y si sobra algún dinero
dar de propina al sirviente.
En la estación de calores
o bien de los amorcillos
ir a bañarse a Chorillos
a Barrancos o a Miralores.
El Cancionero de Lima, n.° 41. Publicado de nuevo en el n.° 303 bajo el título Lima por
fuera y sin nombre de autor.
1
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Lima
Y en un momento perdido
o en un lugar reservado,
decirle a su bien amado,
en lenguaje enternecido:
Ah! no es cierto ángel de amor
que en esta risueña orilla,
se dilata....dame la mejilla
y se respira un olor...
“Esta aura que vaga, llena
del perfume del marisco,
o de besugo, ya olisco,
que a aspirarlo nos condena;
los sentidos enajena
y extingue todo pudor.
Este excesivo calor
que a los placeres incita:
Dime: “¿no es verdad perlita
que están respirando amor?”
Por eso dice la gente
y no por hacer el bu:
Lima es ciudad eminente
y vale más que el Perú.
Y como el placer se junta
con otro placer también,
ir a buscarse otro Edén
en los baños de la Punta.
El serrano que a su prima
algo quisiera pedirle,
no tiene más que decirle
te voy a llevar a Lima.
“Y por Lima...¡como no!
lloran y se desesperan
y por ver a Lima, dieran
todo lo que Dios les dio.
¿Y las Limeñas? Preguntar
si beldad mayor se encierra
en el cielo, o en la tierra,
o en otra parte o lugar.
Asistir a las corridas de toros:
eso es deleito, probar
del “doctor Panchito”
la chicha y otras bebidas.
Y en unos de esos cartuchos
tomar cerveza, o jamón,
butifarras, anticuchos,
y seviche y camarón..
Ver, o más bien, recordar
(porque se han visto unas cosas)
tres o cuatro buenas musas
con los trastos de matar.
Te colocan banderillas,
dos tres;y en un toma y daca
atisan “un mete y saca”
en la misma palomilla.
Abandonar lo español,
dando de mano a los cuernos,
ir a los sport modernos,
como “criket o football”
no olvidar la bicicleta,
de esas en que caben dos,
y...en esos trigos de Dios
dar alguna una voltereta.
Por último en el Cercado
de unas bandurrias al eco
con ellas volverse leco
hasta quedar deslecado.
.......................................
¡Juega limpio no hay que darse!
una y otra, y otra vez!
¡ arriba!¡de cinco de tres!
y de nuevo acomodarse.
333
Gérard Borras
Barrio Bajopontino
Vals
Luciano Huambachano
Barrio bajopontino
de locas mocedades,
de El Peral, El Molino,
de lejanas edades.
Viejo barrio de vergel,
de poetas y cantores,
de pintorel al pastel
y de guapos bebedores.
De Malambo, Las Leonas,
Pedregal, La Condesa,
de regias comilonas,
de santos y de sorpresas.
Del San Cristóbal, la Cruz,
Cabrera y Cantagallo,
del hogar –con mucha luzde María Eugenia Cayo.
De Vivela, el fondero
de baños, Piedra Liza,
del cholo guarapero
y de campanas a misa.
Barrio mío, de velorios,
de juerga y sana alegría,
de los alegres casorios
y de la iesta bravía.
Barrio de mocedades
que y no volverán,
de morenas beldades
que nunca te olvidarán.
Con esta pobre canción,
viejo barrio querido,
este tu humilde cantor
te entrega su corazón.
De Malambo, Las leonas,
Pedregal, La condesa, etc.
De vuelta al barrio
Vals
Felipe Pinglo
334
De nuevo al retornar al barrio que dejé,
la Guardia vieja son los muchachos de ayer
no existe ya el café ni el criollo restaurant,
ni el italiano está donde era su vender.
Ha muerto doña Cruz que juntito al solar solía poner
a realizar su venta al atarceder, de picantes y té.
Ya no hay los picarones de la buena Isabel
todo, todo se ha ido los años al correr.
Barrio de mi ilusión, de ti me alejé,
pensando que al rodar no fuera el mundo cruel
la gloria de otro tiempo procuro al retornar
y el pendón de tu nombre orgulloso paseé.
Hoy de nuevo al llegar cansado de la lid,
a los nuevos bohemios entrego mi pendón
para que lo conserven y siempre hagan lamear
celosos de su barrio y de su tradición.
Rompiendo la quietud del barrio al dormitar,
el viento al rezongar ha traido hasta mí
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Lima
notas de un cantador melódico y que así
con su bello cantar invitaba a bailar.
Nostalgias de bohemio que en mí han surgido
y lleno de afán añoro con delirio
aquellos laureles de tiempos atrás.
La vida en su misterio me ha dado una verdad
los tiempos que se fueron esos no volverán.
El eléctrico nacional2
Vals
Letra de Lucas Colvi
Música de El vals tarapaqueño
Ya por in se estrenó el Nacional
con muchísimas innovaciones
y ya corren por la capital
sus lujosos y ricos vagones.
Hoy sólo hay que viajar,
hay que viajar en los carros
de esta gran empresa
que ha llegado por in a triunfar.
Con un troley que nunca se escapa
y con una velocidad colosal,
en primera cuesta una peseta
y en segunda vale más de un real.
Hay que bello es viajar,
hay que bello es montar
en los carros que
hoy nos ofrecen
toda clase de comodidad.
En primera sillones forrados
de una felpa color cardenal
en segunda cada asiento lleva
un espejo de rico cristal.
Son toditos los carros cerrados
y pintados color de nogal
los viajeros van bien resguardados
de la tierra que es lo principal.
Hay que bello es viajar, etc.
son los carros por demás aseados
y de acero todo el material
motoristas bien informados
y bastante sonoro el tantan.
Una vez que ya todos conozcan
las ventajas de la Nacional
se han de ver que en los otros tan
sólo los macacos no más viajarán.
El volante
Polca
En Hudson turismo de máquina ideal
o en Limousine Cadillac me deleita ir
cuando de paseo salgo en la, ciudad
o sus avenidas quiero recorrer.
Si me lleva al minimum el señor chaufer
puedo en Mercaderes muy bien admirar
2
El Cancionero de Lima, n.°41.
335
Gérard Borras
los rostros angélicos de cada mujer
hija de esta Lima bella y colonial.
En Chandler, Ford, Overland,
Chevrolet o Fiat,
Willis, Night, Mercedes, Minerva o Durant,
Dodge, Lincoln, Pizarro o. Rolls Royce,
Stultz, Buick y Lancia, Packard o Renault
en Hispano Suizo, Paige, Studebaker
Apperson y Crisley, Moon Reo y Premier
Isota Franchini, Cole, Alfa Romeo
Marmon o Delage Scribans o Spa
Oakland, Oldsmobile, Pathinder o Cleveland
en King o en un Mercer siento yo el placer
que nos proporciona la grata emoción
de pasear en auto con bella mujer.
Pontiac, Austin, Murray
Vaulvas, Bugatti, Wacha Case,
Courburn, Citroen Dustro,
Fhungaro y Wright Seret, La Salle,
Morris, Mac Farland, Peugeot
Fhummobile y Duwo bondadosos son.
Todos son muy buenos cuando es menester
darse un colorido de persona bien,
burlando al traviezo cupido de amor,
al dejar el auto cesa mi pasión.
Felipe Pinglo
Lima, mayo de 1933
Extranjeritis3
Algunos criollos necios
que a Europa a pasear han ido,
al venir sólo han traido
pericadas y adefecios.
No han bastado los sombreros
no han bastado los collazos,
ni los gruesos zapatazos
con música bullangueros.
Nos metieron corbatitas
chillonas y ajustaditas,
336
3
El Cancionero de Lima, n.°41.
chalecos de mil colores
que hoy nos meten palabritas
que claman por traductores.
Si no se van a mil cuernos
no os dé ese estranjis tan tonto
con seguridad que pronto
ya no vamos a entendernos.
Al que persista en su de a clock clock
tea
al que tontería hable, grande table;
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Lima
a la que en los bailes planche
dinner blanche.
Hay que salir de esos tacos,
llamando desde mañana
a jarana jarana
y a los bellacos bellacos!
Hablar así de ese modo
tan feo y extrafalario,
cuando en nuestro diccionario
hay palabras para todo?
Por qué tanto extranjerismo
y por qué tanta simpleza
pudiendo con más llaneza
quizá expresar lo mismo.
Salen a cada momento
con garden party y ginkana
que no es sino una jarana en forma
y a todo viento.
El criollismo ultrajado
explica de mil maneras
esas frases extranjeras
de pobre signiicado.
Por ejemplo: clock tea
quiere decir vieja fea;
y garden party y ginkana
muchacha frívola y vana.
Si es que llegan a vencernos
los de ese estranjis tan tonto
con seguridad que pronto
ya no vamos a entendernos.
zafe nos pues de esos tacos
llamando desde mañana
a la jarana jarana
y a los bellacos bellacos.
Fui a agasajar con un beso
ayer a una enamorada
y la hallé tan gimkanada
que me dejó patitieso.
No dijo sino simplezas
como buena imitadora
y metió en media hora
más de cien frases inglesas.
Un jife life que pase
por que divierte y enrrolla
pero que hable una criolla
de picnic y paper chasse...!
Lo que es muy llano, me hechiza
y seduce y me encanta;
pero hay la simpleza es tanta
que oir hablar horroriza.
Toda la huachafería
y todos los revisteros
ya se las dan de extranjeros
hasta en su fraseología.
Aquel que abrigue
el deseo natural de enamorarse,
debe en el acto comprarse
un Ollendorf europeo.
si es que llegan a vencernos
los de ese extranjis tan tonto,
con seguridad que pronto
ya no vamos a entendernos.
Guerra implacable a esos tacos
y a llamar desde mañana
a la jarana jarana
y a los bellacos bellacos.
Para que esas palabrotas
y porque tanto eufelismo
si signiican lo mismo
pelotaris y pelota.
A que hablar de esa manera
babilónica y bellaca,
que de sus casilla saca
a mi abuelo y a cualquiera?
Si hay palabras más bonitas?
porque esta moda tan fea?
No es mejor que clock tea
te chino con galletitas?
Pues traduzcamos ginkana
por mujer frívola y vana
garden party por pedante
dinner blanché y otras cosas
bien por tortas mantecosas
o bien por cacao, picante.
337
Gérard Borras
Mas no venga ningún necio
porque en Europa a estado,
a dar un signiicado
que resulte un adefecio.
Con que al que simplezas hable,
grande table
a la que en los bailes planche
dinner blanché.
En in afuera esos tacos
con su picnic y gimkana,
y a la jarana jarana
y a los bellacos bellacos.
Monsiur «Trevillle».
La conlagración4
Vals
Música de Lides de amor
Prepárense los franceses
los alemanes atacarán
ya se aprestan los ingleses
pues que unidos pelearán;
Sí, Alemania es poderosa
quiere a Europa dominar;
con su artillería colosal
a la Austria se unirá.
En esta guerra mundial
los belgas como titanes,
palmo a palmo pelearán
contra los alemanes.
Vivan los Belgas de honor.
La Rusia se ve ofendida
por la águila imperial,
y en esta lucha colosal
también entra decidida;
y luchan estas naciones
del uno al otro confín,
y quieren llevar a Berlín
la paz a todos los hombres
En esta guerra...
El Kaiser se hace admirar
por su valor y irmeza,
y en la tierra y en el mar
lleva adelante su empresa,
y en esta conlagración
mueren hombres sin cesar
y no hay alguna nación
que se empeñe en terminar.
En esta guerra ...
Las calles de Lima
Polca
Guardia Vieja
Señoritas, las calles conoced
porque en la vida es muy esencial,
donde se encuentren las hermosuras
de esta noble y bella ciudad;
y de ellas les voy a conceder
338
4
El Cancionero de Lima, n.° 42.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: Lima
las principales de la capital,
desde Tipuani, que es el barrio
del buen cantor.
Hay Pericotes en Carrera de Gatos
y en Los Naranjos, Burros aligidos,
también hay Huevo junto a los Patos
Y El Suspiro de San Andrés.
La Victoria también tiene a Grau,
Santa Teresa también Ya Parió
Siete Jeringas y un Pejerrey
en la calle del Capón
y San Pedro le aconsejó
que los bañara en el Marañón
y le sacuda Polvos Azules
en El Acequión.
El Tigre, Bravo y mañoso
se comió a los Gallos pelados,
y hay unchivato Barbón
que está envuelto en Mantas de vapor
y en su cabeza de piedra
se metió a la Cueva de las Leonas
y Santa Clara se hizo la Cruz.
El Serrano, Chillón, Corcovado
toma la Coca en el Boquerón
y doña Elvira que ha Quemado
Trapitos en el Lechugal
de Juan Pablo, que come Pacae,
que se ha encontrado
en la Alameda Gaspar
y el la Amargura
su Noviciado pagará.
Los motoristas
Letra de Belisario Suárez
Música de La Trapera
Ya se ha formado una empresa
Que reemplazará al Urbano.
Los caballos y cocheros,
Tendrán que parar la mano.
Pobrecitos conductores,
Ya no tendrán que empujar.
Con este nuevo sistema,
Ya todo se va acabar.
No hay para nosotros
Nunca más gateo,
Y los motoristas
Se queman los dedos;
Y si acaso un carro
No quiere partir,
339
Gérard Borras
Se meten ¡seis puntos!
Y vuelve a salir.
La cuestión es reír
La cuestión es pasear
En los nuevos carros
Que vanse a estrenar.
En habiendo de aquí,
En habiendo de allá,
Venga la electricidad,
340
Que es lo que me gusta a mí.
-Tú, con tu automóvil.
-Yo, con mi tranvía
Recorro las calles
De noche y de día.
Y esto yo lo canto
Porque ya me voy,
Que el último carro
¡lo jala Godoy!
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: lo cómico
6. LO CÓMICO
Amores de un Japonés1
Polka de moda
música de El Pobre Valbuena
Limeñita si, sí, si consigo
que me llegues a querer,
yo seré el nipón más feliz
que ha venido del imperio japonés.
Dame tu corazón
que yo el mío te daré
y verás como es el amor
el amor al estilo japonés.
Yo soy un peluquero
de lo más especial
afeito y corto el pelo
a la moda imperial.
Conmigo buena vida
del todo pasarás,
tuyas serán mis libras
y el[….] tu mandarás.
Limeñita si, sí, dame tu amor
que yo te daré entero el corazón,
tin, tin,tin, tin...
¡Ay! Tiunimani Caytonga2
Polka Japonesa
Por Manuel Gómez
Ha llegado del Japón
don Cirilo Muruchuca
primo hermano de Machuca
también de Pepe Machuca.
El referido señor
es un músico especial,
toca la mar de instrumentos
y los toca sin igual.
Toca con la mano izquierda
la bandurria y el acordeón,
y con la mano derecha
clarinete y saxofón.
1
2
Cancionero de Lima, n.° 95.
El Cancionero de Lima, n.° 40.
Toca con la pata izquierda
la guitarra y el cajón,
y con la pata derecha
dos violines y un violón.
Ay, Tiunimani caytonga
ay Tiunimani jaitausi,
congoloya con majoinete
tiunimani manoli.
Si quieres negrita
que te compre manta a vapor
vámonos al Japón
que las hay de lo mejor.
341
Gérard Borras
¡Calor! ¡Calor!3
(couplest)
Recibí yo anoche una carta
conteniendo propuesta formal
de casarme cualquier noche de estas
sin tener que a la iglesia pasar.
Desde luego aquel novio ha venido
y se encuentra allí al lado de usted
y le digo que para casarse
ese anillo no tiene por qué.
Estribillo
Si esto sucede señor
hay que reír ja, ja,ja
porque estas cosas
sólo a los tontos pueden pasar.
Discutía con una muchacha
sobre tópicos de actualidad
pretendiendo probarle que no hay nada
más hermoso que la libertad;
y al tocar el asunto del día
muy rabioso me dio un bofetón
y me dijo poniéndose roja,
no me toque usted el cul..to señor.
Si esto sucede señor...
Los cinemas se llenan de gente
que no temen a la oscuridad
unos van por las vistas del lienzo
y otros van por el piano no más.
La aición musical me la explico,
pasa igual en el norte y el sur
y es que a obscuras los buenos y maestros
tocan más y mejor que la luz.
Si esto sucede...
Una niña subióse a un tranvía
por huir de un galán seductor
y el muchacho siguiendo,
por delante al tranvía subió.
Una gente le dijo enfadado
señorita vuelva usted a bajar
no se puede ya entrar por delante
pues la entrada ahora está por detrás.
Si esto sucede señor...
¿Cuál de las dos?4
Cierto día dos hermosas
en el Rímac se bañaban,
y en la onda se columpiaban,
descuidadas y gozosas.
Pues contra ojos atrevidos
elijieron un recodo
del río, circuido todo
de matorrales tupidos
En las espumas sutiles
estaban a solas riendo
retozando y zambuyendo
como néridas gentiles.
342
3
4
El Cancionero de Lima, n.° 95.
El Cancionero de Lima, n.° 97.
Cuando yo acerté a pasar
curioso de me oír
el rumor de su reír
y el que hacían al nadar.
Con cauto paso a la orilla
fuime acercando y miré
a la pareja de pie
con el agua a la rodilla.
Libres de ajenos adornos
se me mostraron aquellos
cuerpos tan blancos y bellos
y de tan puros contornos.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: lo cómico
No pude tener grito
aparté las verdes ramas
y me presenté a las damas
mirándolas de hito en hito.
La una entonces con rara
con increíble presteza
para ocultar su belleza,
hundió en sus manos la cara.
Mientras la otra, no atendiendo
a encubrirme su semblante
bajó las suyas delante
algo secreto escondiendo.
Y ahora pregunto yo:
¿cuál más púdica sería?
¿la que su rostro cubría
o la que no lo cubría?
El ciclista
Polca
Una mañana, en mala hora
estaba sentada una señora
en un banquito de esos de plaza
sin presumir de lo que pasa.
En eso viene, a los lejos,
un ciclista
que se perdía casi de vista;
vino a estrellarse contra la reja
y ¡cataplun! cayó la vieja.
¡Qué tal lisura, qué tal reposo!
¡qué desvergüenza, la de este mozo!
Si me levanto, lo desbarato
¡y...hasta le rompo el aparato!
El Divorcio5
Dialogo de actualidad
Josecito -Ahora sí que me caso
con una mujer de gala
por que si resulta mala
al momento la traspaso.
Y así me vendré a quedar
como era antes: solterito
y en pos de otro buen palmito
para volverme a casar.
¡Ay que dicha! ¡qué alegría!
gozar de tantos placeres!
tener más de mil mujeres!
una mujer cada día.
5
El Cancionero de Lima, n.° 364.
Por eso, aplauso febril
merece como tributo:
¡Viva el Divorcio absoluto
y el Matrimonio Civil!
Mariquita.- Miserable y herejote,
inmoral y excomulgado,
no sé como he tolerado
sin apretarle el gañote.
¡Cuánto siento no ser hombre
Para romperla hasta el alma!
pero ¡ho! Dios. Dios, dame la calma,
y lo perdono en tu nombre.
343
Gérard Borras
Ay, no vuelva usted por Dios
a hablar tanto desatino,
que errando así su camino
va usted del inierno en pos.
¿No sabe, por San Antonio,
que está bajo excomunión,
quien dijera una expresión
contra el santo matrimonio?
Josecito-Pero a pesar de todo eso
que aduce usted, señorita,
esta ley se necesita
y la ha aprobado el Congreso.
Teniendo en cuenta, primero:
que hay bastantes matrimonios
que viven como demonios,
dando un escándalo entero.
Teniendo en cuenta, segundo:
que hay muchos seres malvados
que a pesar de ser casados,
se guardan rencor profundo.
Teniendo en cuenta, tercero:
que hay muchos desvergonzados
que viven amansebados,(sic)
como casi el mundo entero.
Y considerando, cuarto;
que el orbe civilizado
ha dado esta ley con harto
provecho del mismo Estado.
Mariquita-Por lo d icho, bi en
me explico
convencida, cual se ve,
que solamente es usted
un soberano borrico.
Más sobre el divorcio
Entre marido y mujer6
-¿Y qué opinas tu María
sobre el divorcio, en verdad?
-Que es una barbaridad
lo que han hecho el otro día,
esos herejes, salvajes,
maldecidos, renegados
que merecen ser ahorcados
sin compasión, por impos…
-Calla mujer, nunca ultrajes
a esos hombres sin razón.
-Sin razón? ¿Serás masón
o protestante o ateo,
para que no veas tú
que es obra de Belcebú
lo que han hecho en aquel día?
-Basta de ofender María,
porque me está dando gana
de poner punto en tu hocico .
344
6
El Cancionero de Lima, n.° 365.
-Hocico? tendrás, borrico!
pero en mí se llama boca.
-Lo mismo es Chana que Juana
mas ahora no trato de eso
sino de que eres muy loca:
¿Por qué tildar a un Congreso
que lo forman hombres sabios
que no se muerden los labios
y hablan con el corazón
en la mano (no en la pata),
sin interés de la plata.
Que promulgarán la ley
que el Presidente la esquiva
porque la cree lasciva
o que no ha de dar buen fruto?
-Calla, necio; eres más bruto
que un cuadrúpedo, que un buey...
Te convendrá aquella ley
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: lo cómico
y la libertad de cultos,
para tener libertad
tus vicios y tus insultos,
a la santa cristiandad;
para darle rienda suelta
a tus orgías, placeres
y tener varias mujeres
sin encontrar valla o dique,
sin que el mundo te critique,
sin temor al que dirán
puesto que la tolerancia
se tolera en el Perú .
Pues me has convencido tú!
-Claro está y esa fue mi ansia;
ya lo había presumido.
-Digo que me has convencido
de que hay burras de dos patas
y que ya no has de morir,
(pues antes, mueren mil gatas
hablando con claridades)
porque acaban de salir
todas las barbaridades
que estaban en tu cerebro
por lo que iba a reventar;
y lo cual yo lo celebro.
Concretando tus insultos
¿qué me quieres decir tú,
engendro de Belcebú? . . ,;
-Que la libertad de cultos
y el Divorcio yo bendigo,
y que eres un animal
-Qué dices? .hombre infernal!
detestable! ¡Oh! Te maldigo!
A ti y a esa tolerancia
endemoniada que en Francia
encontrará su castigo…
Y por último, me voy,
me da asco vivir contigo,
voy en busca de un amigo
católico cual yo soy .
-Atrás!...dé usted media vuelta
si no le rompo el bautismo.
..............
(Aquí se abre en hondo abismo)
Una trompada él le suelta
a ella que es de armas tomar,
Y hubo la de San Quintín
pues vuelan botellas, platos,
las copas y hasta el bacín;
gritan los perros, los gatos
y los muchachos; la mar
de cosas que hacen temblar,
Un torbellino infernal
que imposible describir,
al que sólo pone in
un valiente policial,
quien los llega a conducir
para que vivan en paz
siquiera por ese día
él a la comisaría
y ella a Santo Tomás.
El divorcio7
Polka de actualidad
Letra y música
De Antonio Salas
I
Será el día más grandioso
cuando el cúmplase le den
al tan deseado Divorcio
7
El Cancionero de Lima, n.° 366.
345
Gérard Borras
que será un parabien.
Y me lanzo muy fecundo
al Matrimonio Civil
para gozar muy febril
lo que quise en este mundo.
II
Para gozar de las dichas
el Matrimonio Civil
que me río de los curas
de esos tíos y otros mil.
III
Espero con ansia loca
la irma gubernativa
para dar mi alternativa
a mi niña que es preciosa.
Viva el Divorcio absoluto
y el Matrimonio Civil,
pues que el mundo juvenil
le dará debido culto.
El grano en la nariz8
Couplets cantados con gran éxito en los teatros y cinemas
Como soy tan infeliz
tengo un grano en la nariz
uy uy uy la la la la ;
este grano me emborracha
y de mi huyen las muchachas
uy uy uy tri li la la la la.
Un mancebo de farmacia
dice que el grano me engracia
uy uy uy tri li la la la la
y él se cree que yo lo creo,
pero yo sé que estoy feo
uy uy uy tri li la la la la.
Esa niña que me mira
al ver el grano suspira
uy uy uy tri li la la la la;
y le dice a su mamá:
346
8
El Cancionero de Lima, n.° 106.
ay Jesús qué feo está
uy uy uy tri li la la la.
Al pasar por Esparaderos
tropecé con un pulpero
uy uy uy tri li la la la
y un puñete me pegó,
pero el grano me lo tiró
uy uy uy tri li la la la.
Mi madre quiere casarme
y se sonríe al mirarme
uy uy uy tri li la la la la
cuando salgo a pasear
me lo tengo que tapar
uy uy uy tri li la la la la.
Al bailar una danzita
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: lo cómico
se me pone mi carita
uy uy uy tri li la la la la.
que ya no le cabe más
por santo Tomás
uy uy uy tri li la la la la.
Tengo un cheque circular
que no me quieren cambiar
uy uy uy tri li la la la;
Saben usted porqué?
Porque el grano se me ve
uy uy uy tri li la la la.
Está p’al Gato9
Vals del día
I
Ha abandonado a una niña
su novio que es un ingrato
porque está la pobrecita
¡ay,ay,ay !
¡mamita ! como pal gato
II
Yo conozco a un jovencito
Que por más señas es ñato,
Que se ha prendado de una
¡ay,ay,ay !
que ya está como p’al gato.
III
Ayer se batió don Juan
Con un jovencito beato
Por una hermosa mujer
¡ay,ay,ay !
que ya está como p’al gato.
IV
Los carniceros engañan
Al público mentecato
Vendiéndonos por primera
¡ay,ay,ay !
la carne que está p’al gato.
V
Perdonen esos cantares
Que harán pasar un mal rato
A los hombres y mujeres
¡ay,ay,ay !
que ya están como p’al gato.
9
El Cancionero de Lima, n.° 362.
347
Gérard Borras
El Trío de los Borrachitos10
Música de Los ratas de La Gran vía
1° Soy el doctor Panchito
2° Yo, agua de berros
3° Yo, chinquirito
Cuando hemos ocupado la pulpería,
es para que bebamos todo el día
a muchos les parece
peneque o boedo
quien levanta el brazo
y empina el codo.
Pero oigan ustedes
lo que yo me sé
para ser cronista
cronista sin C.
para pasar un buen día
hay que estar calamocano
yendo a la comisaría
pasado de mano en mano.
Porque así tan sólo
se puede saber
si al día siguiente
se puede beber.
Por más que en saliendo
siempre diga yo
«no probaré vino
ni pisco ni ron.»
II
1° Nuestra fe de bautismo
2° fue la jarana
3° del tío Noé.
Mientras aquella gente
se arrodillaba
el pobre viejito
se encachinaba.
Entre «me voy y no te vas»
entre traguito y traguito,
queda uno, sin más ni más,
derrepente borrachito.
Y el se ajusta a una mona
pero mona de Fernet,
no le tiene miedo a nadie,
ni tampoco a Revollé.
Pero cuando pasa,
adiós la intención
«de no chupar vino,
ni pisco ni ron.»
El tronkino11
Polca
Cuando yo me paseaba
Por el parque inglés,
Tu amor me despreciaba
Por un japonés.
A mí no me engaña nadie,
Ni nadie me engañará,
Desde Tronkín me voy a Palanquín.
No es vida la que yo paso,
348
10
11
El Cancionero de Lima, n.° 362.
El Cancionero de Lima, n.° 284.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: lo cómico
No es vida la que me doy,
Yo tengo el alma enferma,
Herida de tanto amor.
A mí no me engaña nadie,
Ni nadie me engañará,
Desde Tronkín me voy a Palanquín.
Será para ti más cómodo,
Más cómodo, más cómodo.
Japonesa sí,
Te quiero con amor y frenesí,
Tú serás dentro de un mes
La envidiada del imperio japonés.
El zepelín12
Chistosa danza de moda
Señores voy a contarles
antes de echarlo al olvido
del hombre más mentiroso
que en el mundo he conocido.
Se llama Manuel Francisco
Pedro Pablo Salazar
Pedro Martín Bonifaz
de apellido Catalán.
Del buche de una perdiz
sale un zepelín volando
y si ustedes quieren creer
un ciego estaba mirando.
Una casase estaba quemando
un mudo llamaba gente
un sordo que lo escuchaba
y un manco cargaba el agua.
También he visto un concierto
en la Escala de Milán,
un chinche tocando lauta
y un león cantando alemán.
12
El Cancionero de Lima, n.° 96.
El burro le hacía bajo
y un piojo que le escuchaba
la zorra bailaba el tango
con la señora gallina.
Ahora todo es al revés,
las aguas suben los cerros
las pulgas muerden al perro,
el perro dueño de casa.
El ratón se come al gato
el piojo a la golondrina,
el piano está en la cocina
los frejoles tocando en él.
Los chinos en el Japón
son hombres más sinvergüeza
espulgándose sus trenzas
comiéndose el salchichón.
También los japoneses
son hombres de gran talento
se alimentan con el viento
treinta y dos días al mes.
349
Gérard Borras
La carne de perro
en la fonda china13
En vez de carne de vaca
De cabrito y de becerro
Las fondas chinas cocinan
Con carne de gato y perro.
Sí señores, hace poco
Los diarios se han ocupado
De un caso muy alarmante
Que en el Callao ha pasado.
Estaban los parroquianos
Almorzando ricamente
En una fonda de chinos,
Cuando sale de repente
Como alma que diablo lleva
Un perro de la cocina,
Robándose un rabo de
Can…¡Qué gente tan cochina!
Todos se alarman, protestan
Se forma una algarabia,
Hasta que por in penetra
Al fondín policía.
¿Y vio? Cabezas y rabos
De perros quizá sarnosos,
Con cuya carne los chinos
Hacen sus guisos sabrosos.
Y ese salchichón que venden
a precio un poco barato
en las encomenderías
¿será de perro o de gato?
Esta no es la vez primera,
Si francamente no yerro,
De que los chinos cocinan
Con carne de gato y perro.
La japonesa14
Letra M. O. Lozano
Música de Bocanegra
Con cuidado y atención
que la polka japonesa
está de moda en el Japón.
Japonesa, sí sí sí
si consigo tus amores
con ardiente frenesí
y seré dentro de un mes
el impulso que requiere
el imperio japonés.
Como ha de ser palanquín
todo el mundo se pasea
con un entusiasmo vil
y ha de ser luchinkong
brindáremosle palmadas
a mi amor.
350
13
14
El Cancionero de Lima, n.° 820.
El Cancionero de Lima, n°109.
Japonesa tú no lloras por mi amor,
Sentirás que yo no lloro por tu amor
cuanto más libre estoy mucho mejor
si has de sufrir dame tu corazón
que es más feo que un ilón
quiéreme, quiéreme, no.
A he de ser con mucha ainación
se ha de cantar que llame la atención
bailo yo el japonesito con tal cuidado
tan especial de no fallar
más yo he de ver
si tienes buenos humos
para cantar la polka del Japón
si quieres buscarte un amante
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: lo cómico
que tenga expeditos
los goces esenciales para amar.
Prenda de...inanimados corazones
tu llenarás el seno de mi amor,
tu has de ver la brisa de un amante
que se rinde al seno del amor
Las negras huelen a ruda15
Y su contestación.
Tondero
Negro yo, negra mi suerte
¡paisana!
negra la prenda que adoro
¡sí cómo no!
y negra la mina de oro,
¡paisana!
que hallaré tras de la muerte,
¡sí como no.!
Oreja pestaña y ceja
dice una vieja
dice una vieja
oreja, pestaña y ceja
dice una vieja
dice una vieja:
Que toditas las mujeres
tienen abajo el sobaco
un olor a carapulca
revuelto con el ajiaco16.
Negro yo, negra mi suerte
¡paisana!
negra la prenda que adoro
¡sí cómo no!
y negra la mina de oro,
¡caramba!
que hallaré tras de la muerte,
¡sí como no!
Oreja pestaña y ceja
que las negras huelen a ruda
las zambas a cocolón,
las cholas a queso fresco,
las blancas a requesón
las chinas y las injertas
a chalona y a chicharrón
y toditos los hombres
a pura malva de olor.
Los negros huelen a grajo
Contestación de las mujeres a los hombres
Negro yo, negra mi suerte
¡paisana!
negra la prenda que adoro
¡sí cómo no!
y negra la mina de oro,
¡paisana!
que hallaré tras de la muerte,
¡sí como no.!
Oreja pestaña y ceja
dice una vieja
15
16
El Cancionero de Lima, n.° 831.
Variante taco-taco
dice una vieja
oreja, pestaña y ceja
dice una vieja
dice una vieja
Que toditos los hombres
tienen abajo el sobaco
un olor a vinagrillo
revuelto con amoniaco.
Oreja pestaña y ceja
dice una vieja
351
Gérard Borras
dice una vieja
oreja, pestaña y ceja
dice una vieja
dice una vieja
Los negros huelen a diablos
los zambos a salchichón,
los cholos a chicha fuerte
y los blancos a jamón.
Los gringos a …valeriana
los macacos a ratón…
y todos los borrachitos
a puro tabaco y ron.
Las suegras17
Las suegras en la familia
se parecen mucho al mar
por un día de bonanza
tienen cien de tempestad.
Ya me voy, ya me voy,chinita,
ya me voy lejos de ti
a llorar mis amarguras
sin que te rías de mí.
La mujer es el piloto
y el marido el capitán
los hijos los mimados vientos
y la suegra el huracán
Las suegras en la familia...
Un buque se hundió en los mares
y se ahogó mi pobre suegra,
por eso los calamares
tienen la sangre tan negra.
352
17
El Cancionero de Lima, n.° 114.
Las suegras en la familia...
Las suegras son unos bichos
que no cesan de picar
el bosillo y los yernos
hasta hacerlos delirar.
Las suegras en la familia...
Cuando una suegra se muere
y la llevan a enterrar,
el yerno baila de gusto
porque al in va a descansar.
Las suegras en la familia...
Si alguna suegra me escucha
al oirme así cantar
cómo no estará diciendo
quién te pudiera apalear.
Las suegras en la familia...
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: lo cómico
Necesito una mujer !18
Me contemplo de hito en hito
y me digo mi facha al ver
¡Una mujer necesito
necesito una mujer!
Tengo las botas tan rotas
que pienso al verlas así,
debo comprarme unas botas
que no se rían de mí.
Y aún deseo mucho más
un pantalón elegante
por delante y por detrás
por detrás y por delante.
Un chaleco también quiero
y por no ser ir de risa
me hace falta un buen sombrero
y si quiera una camisa.
Quiero brillar, quiero ser
una esposa solicito,
¡necesito una mujer
una mujer necesito!
Que me de un corazón
que me ofrecezca su dinero
que me limpie el pantalón
que me cepille el sombrero.
Que por cuidarme afanosa
a mi lado siempre esté,
que la levita me cosa
y me remiende el chaquet.
18
El Cancionero de Lima, n.° 101.
Que me haga un frac de etiqueta
de tela buena y barata
que me lave mi camiseta
y me compre una corbata.
Son trabajos muy sencillos
para bellos seraines
repasar los calzoncillos
y surcir los calcetines.
Sí, señoras los señores
no viven nunca a sus anchas,
pues de tanta bellas labores
hacemos sólo domi [XX ]las
planchas.
Quiero una chica hacendosa
para tener de este modo
quien me planche quien me cosa
y en in, quien me lo haga todo.
Pues hoy al irme acostar
digo mis prendas al ver
yo no puedo prosperar
si no tengo una mujer.
Ya en la cama instalado
mis paños menores veo
y exclamo desconsolado:
¡sólo una mujer deseo!
Y hasta dormir me repito
mi estado al reconocer
una mujer necesito
¡necesito una mujer!
353
Gérard Borras
El zapatero celoso19
Vals
Guardia Vieja
Un zapatero celoso
le dijo a su mujer
cuando te vea con otro
yo te tiro con el tirapié.
Te tiro la horma te tiro el martillo
la pata de cabra también el cepillo.
Esto te lo digo y te lo vuelvo a repetir
y hasta te tiro con el aprendiz.
Mala ya tu suerte mala ya la mía
que se vaya al diablo la zapatería
que los mil demonios te lleven a ti
y ojalá te vea en la punta de un fusil.
354
19
Transcription de la version enregistrée par Los Troveros criollos. Sonoradio n°1076-B
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: la plaza de Acho
7. LA PLAZA DE ACHO
A Juan Belmonte1
Letra Alberto Aguilar
Música : La Gitanilla
I
Cuando Belmonte se presenta en ruedo
con sus hechuras, su arte y valentía,
aloca a todo Lima su maestría
porque nunca a los toros tiene miedo.
II
Él con sus faenas enloquece
al público que extasiado admira,
cita a matar los toros en los medios
y con una estocada un bravo bicho desaparece.
III
Con la muleta y el estoque en la diestra
el gran Belmonte se mete hasta la cara,
ningún peligro ni las astas repara
pues su grande saber siempre demuestra.
Él, con sus faenas...
La Llegada de Joselito2
Polka
Letra y música del compositor
Marcelino L. Guerrero
La llegada de Joselito
ha causado admiración,
vamos a la plaza
con gran entusiasmo,
verlo hacer un pase
al torero de la emoción ¡Olé!
Salen a la Plaza toda la cuadrilla
se distingue a Gallito con mucha alegría
bendita sea la aición limeña,
que viva España la madre torera.
Sale Gallito con Martín Flores,
cogen el capote empieza la corrida,
1
2
El Cancionero de Lima, n.° 371.
El Cancionero de Lima, n.° 33 ?
355
Gérard Borras
qué viva el Gallito y la aición torera,
cantan los mozos, que cantan con escuela.
Ángel Fernández
y Curro Vásquez
se alistan pronto
para torear :
la dirige Gallito
y dice ¡olé !
¡qué viva Lima
pueblo sin igual !
La muerte de Joselito3
Gran vals del día
Letra y música de Alberto Aguilar
I
Hoy se encuentra España enlutada
muy penosa y con gran consternación,
por Joselito, el rey de la aición
que ha sido muerto de una feroz cornada.
II
Ese as torero, quien lo creyera
que ha sido en Lima tan aclamado,
allá en la plaza de Talavera
un bravo toro lo ha victimado.
III
Joselito, la gloria del arte
el torero de más lujo y verdad.
que supiste con derecho conquistarte
grande fama en toda la sociedad.
IV
Hoy España con justa razón
llora tu muerte valiente torero,
porque supiste como el primero
ganar aplausos en la aición.
V
¡Joselito! has muerte y tu memoria
vivirá eternamente en la aición,
porque has sabido conquistar la gloria
con tu faena de lujo y emoción.
356
3
El Cancionero de Lima, n.° 356.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: la plaza de Acho
La Trágica muerte del as del toreo4
José Gómez Ortega
«Gallito»
Que actuó con gran éxito en nuestra plaza de Acho últimamente y que acaba de ser
cogido por un toro en la plaza de Talavera (España) por salvarle la vida a otro torero.
Vals Joselito
Música de El viejo Cementerio
Causando un sentimiento
tan grande y tan profundo
en casi todo el mundo:
España y el Perú;
caíste por salvarle
la vida a otro torero
¡cuál todo un caballero
has sucumbido tú!
Maldito sea el bruto
que te arrancó la vida,
tu vida tan querida
por toda la aición;
muriendo al mismo
tiempo
en ese infausto día
la gloria, la alegría
y toda la ilusión.
Tus arriesgados lances
y tus lindas faenas
que hacías por docenas
ya no veremos más ;
Y siempre extrañaremos
(así pues queda escrito)
al bravo Joselito
Marinera Belmonte5
Asómate a la ventana
chinita y verás pasar
al gran Belmonte de Triana
y su cuadrilla ja, ja,
ay sí, ay no,
que es un torero de gran valor.
De los toreros de España
es lo mejor que ha venido,
tiene ganada su fama
y en el matar muy lucido
ay sí, ay no,
el Terremoto es superior.
4
5
El Cancionero de Lima, n.° 356.
El Cancionero de Lima, n.° 371.
Cuando sale el redondel
Belmonte con su cuadrilla,
los ojos de mi chiquilla,
se quedan pendientes de él,
ay sí, ay no
el gran Belmonte me fascinó.
Si quieres ver cosa buena
vámonos a la corrida,
y ahí veras vida mía
al Terremoto en la arena
ja ja, ja ja
ese es torero de calidá.
357
Gérard Borras
¡Olé Joselito!
Polka de moda
El « As» de los toreros,
sin rival matador.
el que hace con los cuernos
proezas de valor.
Ya entra al redondel
con capa de paseo,
El diestro de cartel
el astro en el toreo.
Al público limeño
saluda su montera,
y erguido y muy sereno
se apresta «pa» la brega.
El ruido de las palmas
con que es ovacionado,
da mérito a su fama
en todo aicionada.
En cuarto y galerías
se admiran las proezas,
entre blancas mantillas
que cubren mil cabezas.
¡Olé! los picadores,
¡Olé! las banderillas;
¡Olé ! los matadores
imán de las chiquillas.
Lima va de gala
al circo tauromáquico,
y aclama al gran espada
Joselito el simpático.
Polca torera6
Letra y música : Pedro A. Bocanegra
Dedicada al matador nacional Atilio Cerruti.
Introducción
Ovación se oirá
cuando salga a torear;
un ¡olé!sonará
al arrojarse a matar.
Mil hurras ya
que su aición
lo hará maestro
de verdad.
I
Cerruti con gallardía
luce su traje marcial,
es joven de valentía
un torero singular.
II
Le vimos una faena
se mostró el muy ufano,
358
6
El Cancionero de Lima, n.° 202.
con prosa pisó la arena
como torero peruano.
III
Todos los diestros al contemplar
de algunos chicos la aición,
se hacen nulos por enseñar
lo que es toreo, lo que es toreo
sin pretensión.
Mil hurras ya, ¡olé!
Todos los amigos al felicitar
a Atilio Cerruti joven matador,
quieren que prospere en lo que es torear
que alternando con otro, resulte mejor.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: serenatas y despedidas
8. SERENATAS Y DESPEDIDAS
A la memoria de Artemio Prada
Felipe Pinglo
Vals
Quiero hermano que hasta aquella fosa
donde tu descansas en sueño de paz
lleguen envueltos en mi sufrido acento
los versos del alma que mi alma te da
y al cantarlos en fúnebres ecos
por todo el ambiente mi pena dirán.
Porque sordo a las súplicas nuestras
te has ido por siempre dejando el hogar,
tu hermanita muere de tristeza
y tu pobre vieja llora sin cesar.
Si hay justicia en los actos del cielo
si todo es divino por qué esa crueldad
de arrancarte a nosotros por siempre
trayéndonos luto y fatalidad.
Quiero hermano que vengas muy pronto
a ver a tu hermanita, tu vieja también
que les digas frases de consuelo
y en besos muy yerto, tu adiós les des
que yo sé donde duermes tu sueño
y hasta el cementerio a la letra E
en la zona de Santa Lucía, Rebeca al 58 yo te llevaré.
A la memoria de Carlos Saco
Bohemia de luto
Felipe Pinglo
Vals
De luto viste la bohemia criolla
un alto ha hecho en su diaria inquietud
y los vasallos de la eterna alegría
avanzan en cortejo al pie de un ataúd
es que apenados marchan al camposanto
a balbucearle su postrer adiós
a ese gran bohemio que fue Carlos Saco
un criollo completo, noble corazón.
Muchas lores mucha gente en el cortejo
muchos rostros que denotan alicción
muchos pechos que albergarán el recuerdo
del artista que fue bueno que fue grande y que venció.
359
Gérard Borras
Yacen sepultos en inal morada
restos queridos del que logró triunfar
por que vivía en el tinglado humano
respirando el ambiente del alma popular.
Tú, noble amigo, que fuiste noble y grande
iel exponente del folklore nacional
que hasta el silencio de tu tumba llegue
mi humilde homenaje de leal amistad.
En tu día1
Nueva letra
Serenata cantada por Ricardo Revilla
Despierta bella niña
de tu adorado sueño
que ha venido tu amante
sus cantos a entonar ;
dispensa que perturbe
tu sueño y tu reposo
que soy tu iel amante
que te vengo a cantar
De bellas clavelinas
y de fragantes rosas,
voy a formar un ramo
de humildes mariposas
para adornar tu frente
con mi ilial plegaria.
Escucha bella niña,
escucha mi canción,
que ya yo me retiro,
te doy mi corazón.
Gran serenata
Pedro Bocanegra
Despierta, ya se asoma
La aurora del feliz día
En que cumples tus natales
Paloma del alma mía.
Quisiera ser un jilguero
Y penetrar a tu estancia,
Entonándote altanero
Mi canción con elegancia.
Ya que Dios ha permitido
Darme salud y poder,
Amiguita, yo he venido,
A cantarte con placer.
360
1
El Cancionero de Lima, n.° 305.
Siendo la hora oportuna
De que escuches mi canción,
Te saludo por fortuna,
Amiga del corazón.
Al son de mi triste viola
Tu sueño vengo a quitar,
Ofrendándote esta aureola
Con dulcísimo cantar.
Continúa en el sendero
De dicha y tranquilidad,
Deseando que el venidero
Goces de felicidad.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: serenatas y despedidas
José Santos Chocano2
De duelo está la Patria, todo el pueblo peruano
que la desgracia inmensa deplora con dolor
porque ha muerto el poeta José Santos Chocano
de América el más grande, formidable cantor.
De duelo están las letras, de duelo los cantores
de todo el continente ¡hay! porq’has muerto tú
José Santos Chocano, que de los trovadores
Eras el Rey querido y gloria del Perú.
La bóveda azulada
En tu día
Serenata
Pedro Bocanegra ( ?)
La bóveda azulada que baña de ambrosía
un iris mensajero de gran ostentación
anuncia placentera la fecha de tu día
que todo es galanura que todo es loración.
De lores primorosas, de místicas beldades,
bañando los ensueños de la felicidad.
Sobre alfombrados pasos suspiran las deidades,
es día de ventura, de paz y de amistad.
Yo vengo con la lira de mis idealidades
en el vagar incierto, por esta inmensidad.
La noche placentera3
(Felicitación)
Serenata-vals
(Composición del autor César A. Castillo
Y música de En tu día (La bóveda azulada)
I
La noche placentera me guía a saludarte,
el cielo luminoso ya anuncia tu natal;
por ser tu feliz día vengo a felicitarte
con esta serenata del álbum musical.
2
3
El Cancionero de Lima, n.° 1023.
El Cancionero de Lima, n.° 831.
361
Gérard Borras
II
De todos los cumpleaños
que hay en este mundo
el tuyo sin engaños,
es grato y sin igual.
Por eso es que mi alma
siente inmensa alegría
y con humilde calma
te felicita hoy día.
Se acerca la aurora
con el iel ruiseñor,
la brisa seductora
te trae este cantor.
I(bis)
La calle está desierta y sólo yo te canto
de pie yo en tu morada entono esta canción
y al recordar el día de tu dichoso santo
me apresuro a ofrecerte mi triste corazón.
Leonidas Yeroví
Felipe Pinglo
Vals
Se recuerda tu genial igura
¡oh! poeta noble y generoso
se recuerda que fuiste un coloso
de tu patria en la literatura.
En los teatros se hacen paladines
la muestra de tu sombra ¡oh artista!
genial igualaste a la América Latina
de ese viejo continente intelectual.
Tú quisiste que tu nombre reposara
del elogio en el mundo poeta
con ironía tu venganza se comenta
la desgracia que con tu vida pagaras.
Lima, junio de 1919
362
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: serenatas y despedidas
Nueva serenata4
Letra y música
de Marcelino L. Guerrero
Hoy anuncia un feliz día
y en el momento que venimos a cantar
te alegramos por ser tu día
en el grandioso día de tu natal
despierta querida amiga
que la serenata te viene a saludar.
Estando tú en dulce sueño
te venimos a saludar
y en el momento que tú despiertas
saludamos tu natal.
Ya que despiertas de tu dulce sueño
quiero que vengas a presenciar
la serenata que está de moda
que los amigos van a cantar,
despierta querida amiga
que la serenata te va a alegrar.
Radiante el corazón de gozo
Con el alma en los labios vengo a ti
radiante el corazón de gozo está
con la emoción más grata que mi ser
venera la fecha de tu natal.
Tengo en misión muy grata de cumplir
dar paso a mis eluvios de amistad
mi deseo ferviente
es que goces de bienestar.
La fecha con que hoy
cumples en tu existir un año más
es día de jolgorio
es día de ansiedad.
Y para que el futuro no te dé
amargas decepciones, ni pesar
al Hacedor mis frases ruego oir
con fraternal bondad.
Y en pago de mi férvido desear
que de mi corazón lenguaje es
4
El Cancionero de Lima, n.° 329.
363
Gérard Borras
sólo quiero por siempre poseer
tan preciada amistad.
Serenata
Vals
Dedicado a
la Sra. Eloísa Vda. de Rivera
El irmamento inmenso
con sus mejores galas
parece que este instante
gozara de inmensa dicha.
El viento nos susurra
con suave diapasón
al recordar tu día
te traigo felicitación.
Bellas y felices
estas horas de grata alegría
más tarde al rayar el alba
al venir auroras de ensueño
serán para ti,
para que el ángel audaz de la esperanza
ciña tu frente de hermosos laureles
y el porvenir que aparece en lontananza
sea feliz y te sonría siempre.
Recuerda madre mía con anhelo
el afecto que siempre te he guardado
y en esta noche de vuestro natalicio
vuelvo a cifrarte mi afecto de hijo.
Lima, 31 de diciembre de 1934
Serenata a una amiga
Felipe Pinglo
Vals
364
Mientras el barrio duerme en quietud y reposo
a ti amiga querida vengo a saludar
rompiendo este silencio cual popular trovero
y lleno de alegría y sincero es mi anhelo
a desearte ventura dicha y felicidad.
Recordarás amiga que lleno de alborozo
te ofrezco por tu día mi más grande amistad
del campo de la belleza, de los prados las lores
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: serenatas y despedidas
rodearán la grandeza de tu feliz natal
y mientras que extasiado observe tu hermosura
gozando con la dicha de tanto bienestar
una voz muy bajita susurrará a tu oído
el que canta estas trovas ese es tu iel amigo
salga mi buena amiga ; ¡qué viva tu natal !
Serenata acróstico
Felipe Pinglo
Vals
Especialmente para
el «gato» Juan Bulnes
Vengo a entonarte estos mis versos
y a saludarte con gran fervor
vengo a decirte que en este día
alegre vive mi corazón.
Juan es el nombre que hoy celebramos
uno y mil años vivas feliz
al recordar que es tu cumpleaños
nuestro alborozo no tiene in.
Buscando amigos nobles y buenos
un peregrino llegó a tu hogar
le has ofrecido tu leal amistad
nada ha empañado nuestra amistad
es por todo esto que la alegría
surge espontánea en tu natal.
365
Gérard Borras
9. LA MUERTE DE FELIPE PINGLO
A la memoria de Felipe Pinglo1
Vals nacional
por el conocido compositor
Alberto Condemarín
Hoy duelo ostenta la bohemia criolla
crespón de luto nuestra Lima virreynal
porque ha pagado a la tierra su tributo
el más grande folklorista nacional.
Que fue bueno como hijo y noble esposo
como padre, cariñoso y ejemplar,
en la música Felipe Pinglo fue un coloso
y en la letra fue discípulo de Mariano Melgar.
Cumpliendo su misión hay un rosario
orando la muerte con devoción
así dispersa sus sagrados misterios
por el alma del artista que venció.
Aquel bohemio que por su patria querida
su vida íntegra con entereza sacriicó
para enriquecer maestramente su lira
del gran Perú que el maestro tanto idolatró.
Ha empezado la marcha funeraria
la multitud comienza a sollozar,
se multiplican los aparatos lorales
en desile imponente avanza el ataúd.
Apoteósico homenaje necrológico
fue el que Lima a su ídolo rindió
al más típico de sus autores limenses
Felipe Pinglo el criollo
que a Lima siempre cantó.
366
1
El Cancionero de Lima, n.° 1118.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: la muerte de Felipe Pinglo
Adiós Felipe Pinglo2
Vals
letra de José Consilleri
Música Julio Sarmiento
Tocado y cantado por el Trio Sucre
De nuevo viste luto
nuestra bohema criolla,
el gran compositor
Felipe Pinglo ha fallecido
dejándonos recuerdos
que son inolvidables
y su arte entre los valses
nadie lo igualará.
Lloran los valses
junto a ellos las guitarras
lloran las cuerdas
y no quieren ya soñar
Ni valses criollos
se sienten moribundos
sus notas se pasan
como marcha fúnebre
Solo que ...
Descansa en Paz Felipe Pinglo3
Vals
Letra de Humberto Rodríguez
Música de Bouquet
Dolor sentimos todos al pensar
que la parca por siempre extendió
nuevamente su manto tan fatal
dándonos llanto, angustia y dolor.
Como esta música te iluminó
en una noche de felicidad
Felipe Pinglo te canto hoy,
pero cómo llorar.
Tus notas criollas perduran
jamás se olvidarán,
¡oh, amigo, con ellas te canto
2
El Cancionero de Lima, n.° 1097.
3
El Cancionero de Lima, n.° 1097.
367
Gérard Borras
palabras de sinceridad!
Ahora que ya fue quien alegró
aquellas farras de nuestra ciudad,
a las guitarras se une otro crespón
y al corazón otra ansiedad.
Guardemos todos llenos de emoción
el nombre del criollo de arrabal
y acompañémosle en la evocación
descansa en paz, Felipe Pinglo.
Dos reliquias criollas
Vals de moda
Una de las últimas producciones del destacado y aplaudido autor y compositor
Pedro Espinel como póstumo homenaje a sus amigos Felipe Pinglo y Carlos
A. Saco máximos exponentes del folklore nacional. Brillante interpretación
del aplaudido estilista Filiberto Hidalgo. Envío especial para El Cancionero de
Lima por nuestro colaborador Elías Castro.
I
El tiempo transcurrió
y no pudo lograr borrar
el gran dolor de esta bohemia iel
que siempre aquilató
y que nunca olvidó
a lo que nuestro ideal la musicalidad
de nuestro amado suelo;
en vano es pretender
querer aparentar
que ya todo pasó.
La siniestra visión
nos dejó la expresión
de lo que es la crueldad.
A dos vidas segó
con increíble afán;
sin tenerles piedad
la muerte se ufanó
gozó con la elección
de tan innoble hazaña,
eterno duelo dio
al canto y al trinar
de esta bohemia iel.
368
II
Pinglo y Saco,
dos joyas sin par,
que hermanados
en la gloria están,
desde allí orgullosos irradiarán
criollismo y musicalidad
para que la canción
del alma popular
no se llegue a olvidar
y nos brinde el sabor
que otrora nos brindara
tan magna inspiración.
III
Hoy tal vez
se llegue a humedecer
con el llanto de la sinceridad
el sentir de este pobre cantor,
que cual muchos gime sin cesar,
porque todo ha sido en vano;
Nadie pudo detenerlos
la gloria los reclamaba
y el destino los llevó.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: la muerte de Felipe Pinglo
El in de semana4
Vals popular de gran éxito
Letra y música de Pedro Espinel
del Centro Musical Felipe Pinglo
cantado por el conjunto Pinglo
integrado por José. Díaz, S. Joya, L. Pérez y E. Soto.
Transcrito por Elías Castro
para El Cancionero de Lima.
Llegó el in de semana
la gente que trabaja
sudorosa y jadeante
avanza al parador
a recibir el premio
de seis días de lucha
de constantes afanes
y de ruda labor.
Luis Alberto el herrero,
el hombre que en su alma
oculta una tragedia,
un contínuo dolor;
contempla de una esquina
el gran desile obrero
que avanza presuroso
llevando en sus manos
sustento y amor.
También como ellos
yo quiero llevar
dice angustiado
sustento a mi hogar,
pero no puedo yo
porque imposible me es,
pues sin trabajo
qué puedo lograr.
En mi existencia cruel
desocupado soy,
4
El Cancionero de Lima, n.° 1103.
pues en ningún taller
encuentro ocupación.
Mi hogar es el albergue
de mi serie ininita,
en él solo palpita la deseperación.
Mis hijos, tiernos niños
de vestir harrapiento
no tienen ni alimento
con qué poder vivir.
La esposa noble y buena
y sacrosanta madre,
que la cruz del martirio
me acompaña a llevar.
Anoche entre sollozos
me dijo: no te alarmes
que ha venido el casero
a querernos echar.
No hay que desesperarse
con lo que es nuestra suerte,
tal vez sean mejores
los tiempos por venir;
ya encontrarás trabajo
como antes lo tenías
y puedas como entonces
pelear con empeño
por el bien del hogar.
369
Gérard Borras
Felipe Pinglo
«El maestro»
Vals criollo
creación de Elías Castro
del conjunto Chorillanos Santa Rita
en homenaje al malogrado compositor.
Artista gigante, amigo de verdad,
que ni cruel enfermedad amilanó
debatiéndose entre la vida y la muerte
a la musa criolla hasta exhalar el último suspiro, le cantó.
Felipe Pinglo, incomparable compositor
símbolo de nobleza e inspiración
amó tanto lo de su terruño
como buen peruano todo corazón;
y antes de terminar en un nosocomio
cumplir lo inevitable lo de la providencia
pidió ser llevado a su barrio querido
cofre de imborrables recuerdos, la calle Penitencia.
Porque él quiso morir rodeado de los suyos
ver al plebeyo, al mendigo de la canción,
contemplar al canillita que con bouquet de lores
rezaba y lo ofrecía a la inmaculada Concepción.
Y después de retratarse en el espejo de su vida,
el 13 de mayo voló a la eternidad
dejando en el alma de la muchachada
insondable vacío imposible de llenar.
Muchedumbre con los rostros aligidos
almas transidas por el dolor
avanzan en fúnebre cortejo
escoltando como lo más preciado un ataúd.
Hacia el campo santo con los despojos queridos
portan lores hombres que no supieron llorar,
en tanto que la pena que embarga sus almas
que sinceras lágrimas no pueden ocultar.
Hoy negros crespones ostentan las guitarras
voces apagadas que apenas pueden musitar
cánticos de añoranzas, de recuerdos
al inmortal maestro, orgullo nacional.
370
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: la muerte de Felipe Pinglo
La muerte de Felipe Pinglo5
Yaraví
Música de Chongoyapana
o Paloma Blanca
Enmudecieron los «paliadores»
y las guitarras
porque la parca Felipe Pinglo
clavó sus garras.
Los que a Felipe Pinglo quisimos
y lo admiramos,
hoy por su muerte que es tan sentida
de duelo estamos.
Hasta la tumba donde hoy reposan
sus restos fueron
acompañados por miles de hombres
que lo quisieron.
Hoy nos parece que su guitarra
aún retumba
y ante la fosa nos inclinamos
paz en su tumba.
Murió el maestro
Sentimental vals
Letra y música de Pedro Espinel
dedicado a Felipe Pinglo
cantado con ruidoso éxito en los teatros y radios por el aplaudido conjunto los Mercedarios integrado por Augusto Vásquez, Manuel Olivo, Nicolás Enriquéz y Alberto Pérez
I
Cubierto por crespones
inclinan sus guitarras
los bohemios de hoy
y con profunda pena
ahogan sus acordes
los de ayer también;
es que no puedan ya
no crean que es ingir,
de que vale ocultar
que es muy grande el dolor
que agita el interior
5
El Cancionero de Lima, n.° 1067.
del humano sentir.
Los fúnebres heraldos
dan a conocer la desaparición
del que fuera en otrora
el genial intérprete
de nuestras canciones
de meritorio saber,
de fecunda inspiración
su capacidad, enorgullece ya
al folklore nacional.
371
Gérard Borras
II
Murió el maestro sin par,
hoy por tí ha de llorar,
la bohemia criolla;
de luto están las guitarras
todo es tristezas y dolor,
A la necrópolis van
en sentida expresión,
numero cortejo;
dispútanse el ataúd,
todo quieren cargar
al amigo que fue.
III
La ciencia fue impotente
por salvar la vida
desde ser genial,
la muerte injustamente
lo eligió para ella
372
haciéndolo inmortal,
pues la consagración
que en vida tuvo él
por su gran actuación
le conquistó un sitial
rodeado de esplendor
en la inmortalidad.
Felipe Pinglo Alva,
el genial criollo
de nuestra XXX
que otrora nos brindara
el caudal inmenso
de sus producciones,
con su muerte nos dejó
gran vacío porque es
imposible de hallar
otro Felipe igual
al maestro sin par.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: los aviadores
10. LOS AVIADORES
A Espinoza1
(autor Malezo)
I
Quiero dejar una lor
en la tumba do reposa
el denodado Espinoza
el intrépido aviador;
quiero dejar una lor que
y escribirte en ese templo:
tu muerte sirva de ejemplo
por tu arrojo y tu valor.
II
Una honda pena mortal
nos invade, nos asiste
pues todo el Perú está triste
por la tal tragedia fatal;
una tristeza mortal
hoy toda la Patria siente,
porque ha perdido al valiente
al aviador nacional.
III
Tú inpusiste esa misión
tan patriótica y bendita
porque el Perú necesita
establecer la aviación;
tú impusiste esa misión
para ofrendarle tu vida
a la Patria tan querida
en la primera ocasión.
1
El Cancionero de Lima, n.° 349.
373
Gérard Borras
Al aviador Espinoza2
Vals
Música de Blanca Paloma
y letra de T.F.
¡Ay! cruel destino
el de mi Patria
que te ha perdido,
gran aviador;
tú que en el caso
de que haya guerra
harás gran falta
por tu valor.
En tu aeroplano
ibas dichoso
ibas glorioso,
ibas coniado;
Mas ¡ ay ! la muerte
vino a tu lado
pues fue tu suerte
ser derribado.
Ya no veremos más
la silueta de tu aeroplano
surcando el mar,
como ave blanca
de la esperanza
que simboliza
la eternidad.
Alas peruanas3
Vals
Letra y música: Samuel Herrera
Llega a mi mente
triste recuerdo
de la desgracia
que enlutó el Perú
Canga, Icaza
dos aviadores
que hoy recordamos
con triste dolor.
Fue la esperanza de los peruanos
la férrea mano del destino las segó
pero qué importa si Dios lo quiso
que con sus vidas ejemplo dio.
374
2
3
El Cancionero de Lima, n.° 350.
Señalado por A. Zanutelli (1999b: 113).
De Roma a Lima
salió la nave
y en Casablanca aterrizó
y en aquél sitio
quiso el destino
ser el testigo
de aquella acción.
«Alas peruanas» a ti te pido
dar aliento
a la Aviación Nacional.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: los aviadores
El accidente de Oquendo4
Letra de Alberto Aguilar
Música de La despedida de abarca
I
Una tarde que volaron
Espinoza y Walker Pack
describiendo allá en los aires
un arriesgado zig zag
Los aparatos chocaron
con estrépito infernal
y cayeron los pilotos
que en un instante murieron
víctimas que sucumbieron
de su destino fatal.
III
Todo el Perú que ha rendido
tributo de admiración,
dolor intenso ha sentido
de pena y consternación;
pues han sido en la aviación
valientes iniciadores;
su ida en crueles dolores
y en la más triste orfandad
dejan a la sociedad
esos grandes aviadores.
II
Qué desgracia tan horrible
que en la vida han perdido
los aviadores que han sido
una gloria inmarcesible;
pilotos que tan sin rival
que con arrojo y denuedo
jamás demostraron miedo
y en sus vuelos sin igual
propagaron su entusiasmo
por la aviación nacional.
IV
Walker Pack con Espinoza
Andrés Alta y Rovaretto
que fueron siempre el objeto
de distincción cariñosa
una impresión dolorosa
dejan en los corazones
de todas las poblaciones
donde hace poco volaron
todos con pena lloraron
su muerte tan desastrosa.
Espinoza y Pack5
Nuevo Vals
cantado por Juan Chávez Sánchez
Gran impresión en el Perú ha causado
el fatal accidente de aviación,
en el que la vida les ha costado
al célebre Espinoza y al gran Pack.
Era Espinoza el aviador peruano
que a todos nos causaba admiración
cuando intrépidamente en su aeroplano
voló en el cielo de la población.
4
5
El Cancionero de Lima, n.° 349. Número temático dedicado al accidente.
El Cancionero de Lima, n.° 350.
375
Gérard Borras
Fue Pack gran aviador americano
que no pocas simpatías conquistó
y el que en sus vuelos al público peruano
gran práctica y valor las demostró.
Limeños y chalacos admiraron
los vuelos de estos grandes aviadores
que con su valentía demostraron
ser en la aviación de los mejores.
El 14 de febrero fatal día
los dos vuelan en opuesta dirección;
Walht Pack en el Oriol de Juan Leguía
y Espinoza voló en su propio avión.
Fue el destino fatal que así lo quiso
que en Oquendo llegáranse a encontrar
y por una maniobra que Pack hizo
los aviones llegaron a chocar.
El choque ocasiona la caída
de los ya celebrados aviadores
¡hay! y su muerte ha sido muy sentida
por todos, todos sus admiradores.
Los cadáveres fueron trasladados
de Oquendo a la ciudad en un camión
y a Santa Catalina son llevados
en medio de una gran consternación.
Allí en el cuartel fueron velados
los restos de los grandes aviadores
a los que les han sido tributados
unos merecidísimos honores.
***
-Chávez, Tenaud, Espinoza
Ruiz García Calderón
que cuya muerte gloriosa
sirva de honra a la aviación.
376
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: los aviadores
Jorge Chávez 6
R. Morín R.
música de La despedida de Manuel Abarca
Jorge Chávez se llamaba
el héroe tan decidido,
que hoy ha quedado sumido
y la gloria nos legara;
era sereno y honrado
como todo buen peruano;
su nombre no morirá
porque quedará en la historia
de los hombres que a la gloria
han subido a descansar.
En su aeroplano sentado
él volaba a todo escape
y a su paso abandonaba
la montaña de los Alpes;
y cuando descencía
y su alma sonreía,
la muerte le sorprendió
para quitarle la vida;
deja a su patria sumida
en el más hondo dolor.
En Blakpool él obtenía
el premio más colosal,
por ascender más altura
obtuvo el récord mundial;
todas sus glorias quedaron
como recuerdo triunfal,
de aquel aviador sagaz
que hoy gloriicarlo es poco,
y como postrer honor
dejad que descanse en paz.
6
El Cancionero de Lima, n.° 119.
377
Gérard Borras
La muerte de Espinoza7
Triste de moda
Sumisos en gran dolor
y al cielo los ojos ijos
llora una madre y sus hijos
la muerte de un aviador
Madre-dice un pequeño
dónde estará mi papá?
De los justos duerme el sueño
pues voló a la eternidad.
Emprendió el más alto vuelo
y de allí volverá;
pues nos espera en el cielo
mirándonos está.
Venid, hijos de mi amor,
en Dios busquemos la calma,
e imploremos por el alma
del intrépido aviador.
La muerte de los aviadores8
Gran vals del día
cantado en el teatro y los fonógrafos
Música de El viejo cementerio
I
Dos grandes aviadores
llegados hace poco
para fundar en Lima
la escuela de aviación
debido a un accidente fatal,
han sucumbido
ha causado esta desgracia
dolor en la Nación.
II
Surcaban el espacio
con tanta gallardía
haciendo, con las aves
evoluciones mil;
378
7
8
El Cancionero de Lima, n.° 350.
El Cancionero de Lima, n.° 349.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: los aviadores
pues fueron el encanto
de Lima que los viera
volar con entusiasmo
tan grande y tan febril.
III
Parece que la suerte fatal
nos persiguiera
la Parca nos acecha
como una maldición:
ayer fue Jorge Chávez
Tenaud y hoy
dos franceses que estaban
enseñando el arte de aviación.
La tragedia9
letra del compositor
Marcelino L. Guerrero
Música de La fe guerrera
I
La otra desgracia ha habido
el quince de febrero
no hace un mes cumplido
otro caso sucedió.
Dos aviadores mueren
con sus ayudantes
haciendo sus loop-piees
en Oquendo se cayó.
II
El intrépido Espinoza
y el piloto mister Pack
hombres de grandeza
han dado a demostrar
lo que es ser muy valiente
volando por los aires
y haciendo sus virages
para orgullo de la Nación.
9
El Cancionero de Lima, n.° 349.
379
Gérard Borras
III
Ahora pues peruanos
no debemos humillarnos
porque si no fracasa
el entusiasmo de la aviación
debemos impulsarnos
los unos a los otros,
para que le casquemos
algún día a los retos.
La trágica muerte de los aviadores10
Muy sensible y deplorable
es la desgracia ocurrida,
en la que cuatro pilotos
sacriicaron su vida.
Dos valientes aviadores
con sus mecánicos buenos,
han rendido su tributo
a la aviación, muy serenos.
El tal acontecimiento
es un duelo nacional,
porque enluta el Perú entero
esta tragedia fatal.
Pues el desastre se debe
a esa trágica maniobra
que ejecutara el gran Pack
con entusiasmo de sobra.
En la tarde de aquel día
que era una tarde de lores
contemplaban entusiastas
volar a los aviadores.
A las alturas de Oquendo
que es fundo inmediato a Lima,
se encuentran estos pilotos
de mutua afecto y estima.
El intrépido aviador
señor Octavio Espinoza
regresaba ya de Ancón
en su navecilla hermosa.
380
10
El Cancionero de Lima, n.° 349.
Pocos instantes después
y con dirección opuesta
(es decir de Lima a Ancón)
Llega Pack hecho una iesta.
Al divisar a Espinoza
se dirigió hacia él,
a él, alegre por el encuentro
como compañero iel.
Practicó por varias veces
bonitas evoluciones,
que contemplaban asombrados
los peones y yanaconas.
Dicen que pasó tres veces
por encima y por debajo
del aparato Espinoza
sin costarle ni un trabajo.
Pero al intentar la cuarta
casi inesperadamente
se estrechan los aeroplanos
y caen horriblemente.
El aparato de Pack
cae en dirección al mar
y el del piloto Espinoza
en un campo de sembrar.
El aviador Pack cayó
amarrado en su biplano
siendo por varios sacado
de las aguas del océano.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: los aviadores
Una vez llevado a tierra
se pudo allí contemplar
la aeronave destrozada
y el piloto sin hablar.
Se le hizo arrojar el agua
que en su caida tragó,
después de desatado
al poco rato murió.
El mecánico de Pack
huyendo del hado ingrato,
en un valiente zig zag
se arrojó del aparato.
El aviador Espinoza
ya muerto y desigurado
fue encontrado en un potrero
del fundo ya mencionado.
Magullada horriblemente
tenía toda la cara
pues era inconocible
y de una manera rara.
Y muy cerca de él
estaba su mecánico tendido
dentro de un charco de sangre
todo el cráneo partido.
Puestos cuidadosamente
los muertos en un camión
se organizó un gran desile
con debida precaución.
De Puentepiedra hasta Guía
esperaban la llegada
millares de hombres y niños
con expresión consternada.
A las dos de la mañana
llegó el cortejo ese día
siguiendo su recorrido
al Cuartel de Artillería.
Allí fueron colocados
en una capilla ardiente
donde han sido venerados
por gran multitud de gente.
Solemne y bien merecida
ha sido la traslación
de los restos de las víctimas
últimas de la aviación.
Profundo recogimiento
embargaba al corazón!!!
a cuatro aviadores juntos
enterrar en el panteón.
El pueblo desenganchó
a los caballos que halaban
las carrozas en donde iban
los retos que veneraban.
Disputándose el honor
en tan solemne ovación
de conducirlos en hombros
hasta llegar al panteón.
Muchos miles de personas
una extensión de color
siguían este cortejo
sumidas en el dolor.
Finalmente fueron todos
aprehendidos de alegría
al ver volar sobre Lima
al piloto Juan Leguía.
Que magestuoso (sic) paseaba
por toda la población
renaciendo así en el alma
el ideal de la aviación.
Pues levantaba el espíritu muerto
por cruel accidente
como otra de rocío
que embalsama nuestro ambiente.
El intrépido aviador
volando nudo tras nudo
fue donde sus compañeros
a dar el postrero saludo.
A pesar de que el destino
se opone a nuestra aviación,
seguiremos impertérrimos
con más brillo y decisión.
381
Gérard Borras
Los aviadores11
música de Pobre mi madre querida
Murieron los aviadores
de más aprecio y estima
que conquistaron loores,
que bajo el cielo de Lima
hicieron miles de lores.
Murieron los aviadores
que por el Perú volaron
tanto y tanto asombraron
cosechando miles de honores
por los raids que realizaron.
La muerte tan desastrosa,
tan desgraciada y fatal
del aviador nacional,
querido Octavio Espinoza,
nos causa angustia mortal.
Qué golpe tan rudo y fuerte
ha sufrido la aviación
con la tristísima muerte
de los que fueron ¡oh suerte!
orgullo de la Nación.
A despecho del destino
y del pérido vecino
que nos acecha constante
seguiremos el camino
¡adelante, adelante!
Hombres tiene felizmente
denodados el Perú
que imitándote ielmente
¡oh, Espinoza tan valiente!
serán lo que fuiste tú.
Octavio Espinoza12
Vals
letra y música de Tomás Correa
Intrépido Octavio Espinoza
tu has sido el gran aviador
que mueres con todas tus glorias
por tu coraje y valor.
Imborrable 14 de febrero
la muerte te arrebató
de todos nuestros corazones
de la patria y de toda la Nación.
Chávez, Ruiz, y Calderón
Tenod, Espinoza y otros más
son mártires aviadores
por dominar los aires y la aviación.
Llora, llora, Patria querida
por ese tu hijo tan amado
que era Octavio Espinoza
valiente peruano y gran aviador.
382
11
12
El Cancionero de Lima, n° 349.
El Cancionero de Lima, n° 349.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: tango
11. TANGO
La muerte de Gardel1
Tango de actualidad
Música de Gardel
Cuesta abajo
De duelo está todo el mundo
porque ha muerto
el tan querido cantante
Carlos Gardel,
quien a todos deleitaba
con su canto melodioso
y del tango quejumbroso
fue el intérprete iel.
Si sentida fue la muerte
de Rodolfo Valentino
que no era sino un actor;
de Gardel la triste muerte
es mucho más lamentable,
porque éste fue un formidable
cantante compositor.
Era...Gardel para el mundo entero
el exponente sincero
del tango y de la canción
todas... las mujeres lo querían
y por eso lo veían
siempre en toda su función.
Ahora ...cuesta abajo,
en su rodada
tan trágica, ya no es nada,
carbonizado quedó.
Pero... sus tangos y sus canciones
en todos los corazones
vivirán...no ha muerto no.
¡Oh Carlitos!2
Tango
Letra de Elías Morales
y música de Cuesta abajo
Has dejado en este mundo
con el alma quebrantada
a toda la humanidad.
Cuántas veces te imploraban
te querían, te alababan,
tan fatal fue tu destino
que ya en pena se trocó.
Hoy ya tu alma está vagando
por senderos y caminos
por toda la eternidad.
¡Oh! Carlitos, Rey del Tango
has muerto tú para siempre,
1
2
El Cancionero de Lima, n.° 1050.
El Cancionero de Lima, n.° 1052.
tus canciones han quedado
por tu imagen que grabó.
Siempre …tú triunfaste en el tango
y es por eso que te aclaman
con cariño y con pasión.
Sabían… que ninguno en este mundo
no podrían (sic) igualarte
ni tu voz ni tu canción.
Ahora… por tu alma tan divina
este mundo se ha quedado
todo huérfano de ti.
Gratos…recuerdos nos ha dejado
383
Gérard Borras
Por ser el de los primeros
Que en el tango cultivó.
Oh! Carlitos ya te has ido
y el mundo se ha enlutado
por tu muerte tan fatal.
Has dejado a tu viejita
junto al lecho en que naciste
llorando sola en la vida
por el ser que ella sufrió.
En la vida se han quedado
las canciones populares
que Carlos Gardel creó.
¡Oh! Carlitos, Rey del Tango
has muerto tú para siempre
tus canciones han quedado
por tu imagen que grabó.
Mi noche triste3
Chiquita que me dejaste
en lo mejor de mi vida
dejándome el alma herida
y espinas en el corazón.
Tú sabes que te quería
que tu eras mi única alegría
y mi sueño encantador;
para mí ya no hay consuelo
y por eso me desvelo
por la ausencia de tu amor.
Cuando voy a mi casita
la encuentro desarreglada,
toda triste abandonada,
me dan ganas de llorar.
Siempre llevo bizcochitos
p’a tomar matecitos
como si estuvieras vos;
si vieras a la chusquita
como llora y como grita
al no vernos a los dos.
La guitarra está en el ropero
todavía está colgada
y en ella nadie ha tocado
sus cuerdas nadie ha vibrado;
y la lámpara del cuarto
también tu ausencia ha sentido
y por eso entristecido
mi noche triste ha alumbrado.
El espejo está empañado
parece que ha llovido
por la ausencia de tu amor
De noche cuando me acuesto
no puedo cerrar la puerta
porque dejándola abierta
me ilusiono, has de venir.
La Parodia del Tango4
Por Teresita Arce
Desde hace poco
en las cocinas de la corte
nuestras criadas
que no hay Dios que las soporte
dan a los platos
muy malos tratos
y no los friegan
porque a los tangos se entretengan;
384
3
4
en un rincón las amas
gritan con locura
y aunque no tengan
ni palmito ni igura
como la Eufemia
se van a la academia,
aprenden este tango
y hacen polvo el escobón,
El Cancionero de Lima, n.° 354. Adaptación peruana de la célebre canción argentina.
El Cancionero de Lima, n.° 327.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: tango
dicen q’ Víctor Emanuel aprobó
este tango argentino
que bailo yo.
Ay! Víctor, Víctor Emanuel
si a ti no te duele
a mi me jorobó,
pues con tu regia manera de aprobar
hoy sin servicio
nos vamos a quedar;
queriendo ser estrellas
sin ser doncellas
no hay que pensar
al oir los sones
de este tango popular
sueltan la escoba
y se ponen a bailar;
ya las señoras
ya maldicen la acción que aleja
a las muchachas del fogón.
La Tangomania5
Tango de moda
Cantado en los cines del Callao y arreglado
por J. Chávez Sánchez
Es de reírse que los negros de Malambo
En lugar de marinera bailan tango,
Que, en vez de gracia, con gran lisura
Lo han convertido en movimientos de cintura.
En un rincón la negra vieja cuchuchea
Con un zambo que bailando balancea
Porque admirada y entusiasmada
Con el zambo ella quiere balancear.
Dicen que el negro «Taco-Taco» se cayó
Sobre una negra tamalera que gritó:
«Oiga don Tilo, tenga usted educación
Y aprenda a bailar con moderación.
Cuentan que el hijo de la negra Chicharrón
Ha transformado en academia un callejón
Para enseñar a bailar tango
Al son del canto y del cajón.
Te amo, Clorinda querida,
Con todo mi corazón
Esta tonada que es de un tango popular
Los negros cantan y se ponen a bailar.
Tralaralá, tralaralá…
5
El Cancionero de Lima, n.° 320.
385
Gérard Borras
La hora del hé6
Tango
Cantado y bailado en los teatros
por Teresita Arce
Desde hace poco
en los salones elegantes,
nuestras damitas
y los pollos más pimpantes,
hacen locuras
las criaturas
bailando un tango
que más bien es un fandango;
en un rincón
las carentonas cuchichean
y mientras tanto
las parejas se tanguean,
es una cosa muy dulce
y muy sabrosa
entrar en los salones
y bailar un tango hé.
Dicen que el baile
da una gran languidez
y que por eso
386
6
El Cancionero de Lima, n.° 327.
lo prohibió Pío Diez;
y a los creyentes
con fervor condenara
si llegan á bailar
tan gran ordinariez;
este es el baile de moda
allá en París
y que lo baila sólo
la gente chic.
Es el Tango Argentino
lo más divino
que se conoce,
este estribillo es
de un tanguillo popular;
zusurran todos
y se ponen a bailar,
pero hay parejas
que se mueren de ilusión
y piden en seguida confesión.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: crónica roja
12. CRÓNICA ROJA
Alejandrino Montes1
Vals
Letra y música : Pedro Arzola
Alejandrino Montes
el joven criminal
que mató a sus patrones
haciéndose fatal;
él lo hizo por venganza,
según lo declaró,
al repetir el crimen
cómo los victimó.
Los grandes magistrados
no pueden comprender
que la infeliz Fabiana
no se pudo oponer:
sólo un deber de hermana
la obliga a callar;
si no, Alejandrino
la iba a victimar.
Siendo tan criatura
a todos admiró,
al repetir la escena
con cinismo y valor;
pero la pobre hermana
no pudo resistir;
rompiendo en un sollozo
cual si fuera a morir.
Declaraciones de Montes a Onofrof2
El célebre Onofrof
visitó a Alejandrino
y con experiencia y tino
al punto, lo hipnotizó.
-Responda, usted a mi palabra
¿-ne oye usted Alejandrino
fué usted el asesino
de los esposos Ibarra?
-Sí señor, yo los maté,
por envidia a su riqueza.
-¿qué esperaba de esa vileza?
-ser rico me iguré,
yo envidiaba a mi patrón,
yo me quería igualar
y cambiar de condición
para pasearme y mandar.
-¿Y no le causó horror
su crímen premitado?
1
2
El Cancionero de Lima, n.° 262.
El Cancionero de Lima, n.° 249
-lo sé, pero yo había tomado
una copa de licor.
-¿Su hermana en qué lo ayudó
cuando el crimen realizara ?
-Ella no lo presenció
yo la tenía encerrada.
Cuando solo me quedé
y sin abrigar temores,
la caja de ierro forcé
y me sustraje valores.
Don Onofrof en su presencia
Montes allí repitió,
la escena reconstruyó,
¡a su sabor y conciencia !
Por lo que he experimentado
dice el gran Onofrof
Montes es un alienado
lo he sospechado así yo.
387
Gérard Borras
Porque rico se soñó
Asesinó a sus patrones
Le sed de oro lo llevó
Al crimen con sus horrores.
No se puede aún apreciar
Su crimen tan horroroso
Y cree que es victorioso
Y volvería a matar.
Es un chico degenerado,
Ambicioso y sin temor
Es un desequilibrado
Digno de justo temor.
Entrevista de Alejandrino
y su padre3
En su triste calabozo
hallábase Alejandrino
buscando calma y reposo
para su fatal destino.
Meditaba su conciencia
el crimen de que fue autor
y en la terrible sentencia
a que ha sido merecedor.
Ni el más liviano suspiro
le auguró ser sorprendido,
en su tristeza y retiro,
por el autor de sus días.
De pronto oye los cerrojos
que aseguran su prisión,
y se le nublan los ojos
a impulsos del corazón.
-Mi padre-dice entre sí.
y dando un lento paso,
estrecha en fuerte abrazo
a su padre, el infeliz.
-Hijo mío! ¿qué has hecho
eres tú el criminal?
descubre tu pecho
y háblame con verdad.
-Del crímen soy el autor,
yo, esa falta cometí,
y por eso estoy aquí;
ésta es la verdad señor.
388
3
El Cancionero de Lima, n. ° 249.
Luego el silencio reinó
y los dos enmudecieron
y en voz baja se dijeron
algo que nadie escuchó.
Ni una lágrima vertió
ese hijo desventurado,
al recuerdo del pasado
ni menos se conmovió.
-Me estraña-dijo don Justo
seas tú el asesino.
pues no diste muestra de niño
de soberbio ni impulsivo.
Es contraria mi opinión,
mas lo dispuso el destino
que fueras el asesino
y se ofuscara tu razón.
Aunque soy un hombre honrado
que vivo de mi trabajo
también fui calumniado
y tratado como estropajo.
……………………………
Don Justo se alejó
con el corazón partido
y trémulo y aligido
lloró por Alejandrino.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: crónica roja
Montes y su padre4
Música de La despedida de Arciniega
Aquí me tienes padre querido
entre estas rejas encarcelado,
aquí mi crimen audaz expío
yo a quince años soy condenado.
La suerte iera me echó sus garras
y en asesino me convirtió,
mis horas padre, son muy amargas
pero esta culpa la tengo yo.
De Dios espero sólo el perdón
también el tuyo padre querido,
mientras que viva en la prisión
¡ay ! no me eche en el olvido.
Yo de ese crimen soy el culpable
y si me castigan es con razón
no llores por tu hijo, querido padre,
que mucho sufre mi corazón.
Cuando regreses a mi terruño
dile a mi madre que ruegue a Dios,
por ese hijo que el infortunio
quizá por siempre lo separó.
Hijo de mi alma, hijo querido
me voy llorando tu desventura,
yo te perdono si arrepentido
llegas un día a ser sufrido.
La muerte
de
Alejandrino Montes5
Vals del día
I
Alejandrino Montes
que al mundo sorprendió
cuando a sus dos patrones
horrenda muerte dio
purgando su delito
acaba de morir,
en una oscura celda
dejó ya de existir.
II
De la Condesa el crimen
que tan horrible fue
bien claro se recuerda
como si fuera ayer.
¿sera cierto que él solo,
4
5
El Cancionero de Lima, n.° 249.
El Cancionero de Lima, n.° 356.
que él solo los mató?
nadie en conciencia puede
decir que SÍ ni NO.
III
Alejandrino Montes
pasó a la eternidad
dejando en el misterio
quién sabe, la verdad.
también la pobre hermana
Fabiana sucumbió,
porque a ella la justicia
también la condenó.
389
Gérard Borras
El Crimen del Callao6
Un crimen en el Callao
se contempla con horror,
del que ha resultado muerto
un hombre trabajador.
Por celos con la «Chanchita »
su conviviente vividor
quiso vengarse del hombre
que arrebataba su amor.
Bascando para este caso
a seis cómpinches maleantes
amados de revólveres
y de instrumentos, cortantes.
Con este complot armado
buscaron al contendor,
Rodriguez, a quien golpearon
y atacaron con furor.
A unos hombres que salieron
defendiendo al agredido,
los atacaron a tiros
quedando uno mal herido.
Otros hay con contusiones,
heridas y raspetones
que en la lucha sostenida
les hicieron los matones.
Después de estas villanías
tratando perder la pista,
los maleantes van en fuga
camino de Bellavista.
En el trayecto encontraron
al letero Juan A. Rojas,
y a tiros por pura maldad
lo amenazan con las « hojas».
Lo derribaron en tierra,
con crueldad lo maltrataron,
y a tiros de revolver
por último lo mataron
El nuevo Caín7
Otro crimen nos deja
este terrible verano :
un malvado que por celos
apuñalea a su hermano.
El caso es que un Palomino
con su hermano que es Medina
reñían a las puñadas
del Camal en una esquina.
Y boxiaban nada menos
sin dar su brazo a torcer,
por estar enamorados
de una misma mujer.
En el curso de la lucha
Palomino algo entendido
le dio feroz puntapié
que lo dejó sin sentido.
390
6
7
El Cancionero de Lima, n.° 326.
El Cancionero de Lima, n.° 301.
Creyéndolo casi muerto
se dio a la fuga el bandido
pensando escapar así
de poder ser aprehendido
La policía que es lista
en casos como el presente
cumpliendo con sus deberes
le dio caza al delincuente.
Al sitio de la pelea
condujeron al malvado,
donde todavía estaba
su pobre hermano, privado.
Palomino al verlo así
muy lejos de arrepentirse
y sin que los policiales
pudieran apercibirse,
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: crónica roja
Sacó un puñal que tenía
muy oculto de antemano
se avalanzó(sic) y se le hundió
en el cuerpo de su hermano.
Luego blandiendo el puñal
acometió a los guardianes,
llenándolos de improperios
y llamándolos ruianes.
Después de algunos esfuerzos
fue reducido el matón,
llevado cual merecía
a purgar en la prisión.
La captura de «Cata»
Vals
J. Chávez Sánchez
Es Alberto Benavides
un famoso criminal,
que ahora días realizó
un crimen sensacional.
Del barranco el comisario
de este hecho se enteró
y con activas pesquisas
bien pronto lo capturó.
Cata que es un gran malvado
a una pobre anciana
en barranco estranguló,
y por no ser denunciado
a la infeliz muchacha
también él la hirió.
Ya encerrado está
entre rejas el bandido,
que pronto recibirá
el castigo merecido.
Hoy toda la sociedad
da un voto de aplauso
a esta gran autoridad,
que con su sagacidad
descubrió al criminal.
Ya en el Callao capturado
este feroz criminal,
a Lima fue trasladado
con un parte policial.
De la Intendencia sacado
fue llevado al hospital
donde es allí acusado
como al autor principal.
El Crimen de la
calle de Espaderos8
Declaración de los asesinos
Ya conocen los lectores
el crimen sensacional,
con sus misterios y horrores
que alarmó a la capital,
La Yolanda y el Durán
son los dos protagonistas,
personas ambas muy listas
que combinaron el plan.
Ella fue amante de Goldz
8
El Cancionero de Lima, n.° 320.
y su dinero le dió;
disgustáronse los dos
y la venganza surgió.
Los celos la hicieron presa
de un desprecio que sufrió,
revestida de maleza
por asesinarlo optó,
Buscó cómplice, a Castillo
que de Goldz fue su empleado,
391
Gérard Borras
y que por ser algo pillo
de la casa fue expulsado.
Durán guardaba rencor
por el que fue su patrón,
y aprovechó la ocasión
al demostrar su valor.
Como lo es de suponer,
tuvieron una entrevista
entre el hombre y la mujer,
quedó la venganza lista.
Ella para apoderarse
de la persona de Goldz,
simuló reconciliarse
y en paz quedaron los dos.
Para practicar su infamia
ésta a Durán ocultó
por debajo de la cama
donde el momento esperó.
Muy pronto Goldz se durmió
cansado de sus labores,
y entonces, pues,comenzó
el crimen con sus horrores.
Yolanda una icha empuñó
que una tal Cruz le llevara,
y el primer golpe asestó
a Goldz que estaba en la cama.
Ella al punto se aterró
y el hacha pasó a Durán
con la que a Goldz victimó
coronando el negro plan.
Durán las joyas robó
del Dueño de la pensión,
presto a la fuga se dio
392
después de su ínicua acción.
El crimen fue descubierto
se hicieron varias prisiones,
se dió sepultura al muerto
y siguieron las gestiones.
Durán fugarse intentó
pero su mala ventura,
fue encontrarse con Portura
quien de hecho lo descubrió.
Un gran brillante ofreció
al señor Portura en venta,
y éste en el acto pensó
que era un cómplice de cuenta.
Con la joya se quedó
y dejó pasar el día,
llamando a la policía
y ante ella lo delató.
Ahí mismo lo hiciero preso
y ante Yolanda llevado,
después de haberse careado
quedó convicto y confeso.
Yolanda al ver a Durán
de pronto palideció
y con malicioso afán
reconocerlo negó.
Durán, pues la descubrió
después de largo careo,
y Yolanda declaró
ser la cómplice del reo.
Yolanda es joven y hermosa,
chilena y de alma muy mala,
de vida -dicen-dudosa
y vistió siempre con gala
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: crónica roja
El Crimen9
De la calle de Espíritu Santo
Por entonar una canción
(La canción fatal)
Ya se acabó la dicha para mí
mis ojos se cansaron de llorar
cuando de ti me ausente viejo amor,
inutilmente habíasme de buscar.
A una mujer por cantar
esta copla del olvido
su celoso y mal marido
la ha llegado a asesinar.
esto se acaba de pasar,
causando a todos espanto,
en el Espíritu Santo
que es la calle mas pacíica,
una mañana magníica,
solamente por un canto.
Pues se le ocurió entonar,
preparando el desayuno
esa canción que a ninguno
mal le podría sonar.
ella quiso amenizar
así su trabajo, pero
al marido majadero
no le cuadra la canción…
y le hunde en el corazón
puñal grande de acero…
El criminal que es un taita
peor que el del arrabal;
padece de un grave mal
y diz que se llama Isaac Maita
a las mujeres engaita,
como también engaitó
a esa infeliz que mató
llamada María Lara,
porque ¡cosa rara!
una canción le cantó.
El asalto al tren de la Oroya10
Pues nunca se había visto
en Perú cosa igual:
¡un asalto a la europea
por pandilla criminal!
Que parodiando al cinema
actúan con grande horror,
como «La mano que aprieta
los misterios de Nueva York».
Ladrones a la alta escuela
que no hay en la capital,
son pues protagonistas
del drama sensacional.
En in la justicia pronto
descubrirá quienes son
los autores de este asalto
que ha llamado la atención.
9
10
-En las alturas de Ticlio
que está a gran elevación
es donde se ha cometido
esa criminal acción.
De pronto, un encaretado
grita con potente voz:
-«¡Nadie se mueva! que todo,
todo el mundo obedeció.
Sacan inmediatamente
el revólver y puñal,
toditos los que formaban
aquella banda infernal.
De todos los pasajeros
un miedo se apoderó,
tan inmenso que mas de uno
me dicen,se desmayó.
El Cancionero de Lima, sin número, pero probablemente perteneciendo a la serie 300.
El Cancionero de Lima, n.° 114.
393
Gérard Borras
«¡Las manos arriba todos!
vuelve a gritar con furror
despojando los viajeros
de sus prendas de valor.
Sin que nadie se atreviera
del ultraje a protestar
obedecen al infame
y se dejan desnudar.
Otros matan al sargento
que custodiaba el caudal
amarran a dos soldados
y a otro lo hieren mal.
Cometen mil fechorías
que causan mucho pavor,
a tantos hombres que había,
que no han tenido valor
Para levantarse todos
y el ataque repeler
con energía y coraje
y sin estar como mujer...
Si cuatro mozos valientes
hubieran estado allí,
seguro que arde Troya
y no se burlan así.
Pues para esto,
es necesario tener en toda ocasión,
un puñal y un buen revólver
y amarrado el pantalón.
Se llevan con este asalto
soles seiscientos y dos mil
que iban para Morococha
por este ferrocarril.
Y tantos otros objetos
lleváronse ellos también,
¡Milagro que no cargaron
hasta con el mismo tren!
Y después de esta obra infame
de matar y de robar
se marcharon los bandidos
disparando sin cesar.
El Canto de Luis Pardo11
Ven aca mi compañera;
ven tú, mi dulce andarita,
tú sola, sola, solita,
que me traes la quimera
de aquella mi edad primera,
que en el campo deslizada,
junto a mi madre amada
y de mi padre querido,
era semejante al nido
que hace el ave en la enramada.
Ven, consuela al solitario
que por jalcas y oconales,
sin hallar in a sus males,
va arrastrando su calvario.
Fue el destino temerario
al empujarme inclemente,
394
como por rauda pendiente,
desde lo alto del peñón
se desgaja algún pedrón
que rueda y cae inconsciente.
A mi padre lo mataron,
mi madre murió de pena;
ella, tan buena, ¡tan buena!
¡Ellos que tanto me amaron!
Con ambos me arrebataron
lo más que en el mundo quise.
Pero aún la suerte me dice:
“Ama, adora a una mujer”,
que hube también de perder…
pues nací para infelice.
De entonces, ¿qué hube de hacer?
Odiar a los que me odiaron;
11 Esta canción ha sido grabada por la Victor T M. Está mencionada en el catálogo de 1925 bajo el
n.° 73633. Presentamos acá el texto completo, pero el vals Luis Pardo solo reproduce la primera,
quinta, novena y última estrofa.
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: crónica roja
matar a los que mataron
lo que era el ser de mi ser;
en torno mío no ver
sino la maldad humana;
esa maldad cruel, insana,
que con el débil se estrella,
que al desvalido atropella
y de su crimen se ufana.
Por eso yo quiero al niño;
por eso yo amo al anciano;
y al pobre indio, que es mi hermano,
le doy todo mi cariño.
No tengo el alma de armiño
cuando sé que se le explota;
toda mi cólera brota
para su opresor, me indigna
como la araña maligna
que sé aplastar con mi bota.
Yo aborrezco la injusticia;
yo quiero al que es desgraciado,
al que vive abandonado
sólo por torpe malicia;
yo maldigo la estulticia
de tanta gente menguada,
porque al in de la jornada,
puesto que la vida es corta,
la vida a mí qué me importa
porque ¿qué es la vida? ¡Nada!
De mi provincia las peñas
y el viento de mis quebradas,
me delatan las pisadas
del que me busca en las breñas;
hasta las ramas son señas
que de la suerte merezco;
ni me asusta ni padezco
si alguien me mira altanero;
yo soy como el aguacero,
que al soplo del viento crezco.
Brama, brama, tempestad;
ruge, trueno, en el espacio,
¡Bendito sea el palacio
de la augusta Libertad!
Cielo, con tu inmensidad
vas mis pasos amparando.
El rayo me va alumbrando
si viene la noche oscura,
en medio de su negrura
para seguir caminando…
Llega la noche. En el cielo
salta la luna serena;
dentro del pecho mi pena
parece hallar un consuelo;
sobre el campo, blanco velo
se extiende, y como visión,
detrás de cada peñón
parece ver a mi amada,
que viene como escapada
a buscar mi corazón.
Cae la noche, en el cielo
surge la argentada luna,
triste como mi fortuna,
sola cual mi desconsuelo.
A su luz beso el pañuelo
que me dio a la despedida,
que en su llanto humedecida
besó ella con pasión loca
y que guarda de su boca
la huella siempre querida.
Y me persiguen, ¡traidores!
siempre fueron sin entrañas,
les espanta mis hazañas
que no son sino rencores.
¿Dónde están mis defensores?
Para mí, nadie es clemente;
nadie piensa, nadie siente,
¿Quieren matarme?, ¡en buena hora!
Que me maten si es la hora,
¡pero mátenme de frente!
395
Gérard Borras
La captura del bandolero12
Andrés Ramos el famoso bandolero y los bravos que le hicieron prisionero. El
guardia civil Eusebio Yañes y el bandolero Andrés Ramos y el chófer Manuel
Canales momentos después de la tremenda lucha que sostuvieron. A pesar de
ser pequeño ese bandido en la lucha casi vence el forajido.
La canción del bandolero
Música Changoyapana
El bandolero que a los viajeros
«desvalijaba»
que enseguida su propinita
les obsequiaba.
El que a dos carros de pasajeros
solo asaltara
y a las personas que fueron trece
él dominara.
Mil fechorías ha cometido
el basilisco,
en la quebrada de Caracoles
en Ica y Pisco.
A sus custodios les ha pedido
el bandolero:
«¡Por favor les ruego que me fusilen
que morir quiero!..»
La muerte de TIRIFILO13
Vals de actualidad
música del vals Varela
Era Cipriano Moreno
de carácter singular
por sus múltiples hazañas
notable en el Tajamar;
sus instintos depravados
bien pronto dio a conocer
con los pobres desgraciados
que en los barrios apartados
396
12
13
El Cancionero de Lima, n.° 956.
El Cancionero de Lima, n.° 99.
cayeron en su poder.
¡Oh! famoso Tiriilo
que la vida te ha costado
ese lance inesperado
donde fuiste muy tranquilo.
Una noche que bebiendo
estaban varios matones
con las copas fue subiendo
de punto las discusiones;
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: crónica roja
Tiriilo apareció
en el café donde estaban
pues tranquilo disputaban
y sus hazañas contaban
cuando Wilman lo retó.
Oh, famoso Tiriilo..
Ya en el sitio designado
la pelea comenzó
Wilman casi desmayado
varios cortes recibió;
acosado Tiriilo
con un riel se tropezó
tras Wilman le asestó
una feroz puñalada
que el pulmón le atravesó.
Oh, famoso Tiriilo...
Así terminó su vida
el infeliz Tiriilo
que ha dejado sorprendida
a la sociedad;
pues por sus malas hazañas
seguro la causa ha sido
de la muerte que ha tenido,
llegando a ser muy temido
por su terrible actuación.
Quién a cuchillo mata
a cuchillo muere.
La muerte de Tiriilo 2
Dos maestros en chabeta(sic)
un reto a muerte se dan
el uno es un gran titán
el otro es un gran atleta.
Concertado el desafío
por cuentas que hubo pendientes
abrevian los incidentes
y vanse a un lado del río.
Cerca siguen los testigos
de la lucha ya empeñada
que a presencia la jornada
van como buenos amigos.
Llegan al sitio elegido
se despojan de atributos
y cual ieras o cual brutos
se arremeten de seguidos.
Tiriilo más potente
en la chabeta avezado
cual iera, desesperado
le acomete fuertemente.
La lucha se hace sangrienta
como sierpes retorcidas
que rujen enfurecidas
con coraje que amedrenta.
Carita va pues perdiendo
en la lucha fratricida
y de una y otra herida
mucha sangre va virtiendo.
Llega un momento fatal
suena última la hora
Carita se reincorpora
y asesta un golpe mortal.
Rueda al suelo Tiriilo
exánime y ya sin vida
y termina la partida
que cortó de su vida el hilo.
Ni siquiera un leve acento
de dolor se oye cercano.
Todos dicen: fue un villano
que vivió para tormento.
Es un enemigo menos
de la pobre humanidad
que lleva a la eternidad
el estigma que sabemos.
Este es el in que ha tenido
el mentado Tiriilo
sin exhaler un gemido
quedó en el campo tendido.
397
Gérard Borras
Sangre Criolla
Con música de vals
Luis Pardo
«También los hijos del pueblo
tienen su corazoncito»
que el valor no es patrimonio
sólo de los señoritos.
Dos guapos han dado prueba
sin actas y sin padrinos,
que aquí tienen los criollos
el corazón en su sitio.
Sin loretes ni pistolas,
sin médico y sin testigos,
sino con unas chavetas
puntiagudas y con ilo
en el montón se citaron
el CARITA y TIRIFILO.
La gente los conocía
como matones de oicio,
pues sabía que los dos
eran mozos divertidos
y le paraban los machos
a todo hijo de vecino.
Faitemanes como nadie,
valientes y decididos
mozos chuchos, ¡pura yema!
la lor de lo mejorcito.
Se enojaron una noche
y se dijeron sus dichos
y se fueron de palabras
y casi cambian un quiño,
pero entre ambos convinieron
mejor en un desafío.
Como los dos se insultaron
los dos eran ofendidos,
y hay cosas que solamente
pueden ponerse en su sitio
arreglando los disturbios
con la punta del cuchillo.
(Con la música de Luis Pardo)
En el montón se encontraron
y allí se batieron
398
cual cumple al honor
el uno al otro se hirieron
y mucho admiraron
su saña y valor.
TIRIFILO era más diestro
y seis puñaladas
certero le dio;
y con las carnes cortadas
CARITA sereno
su sangre vertió.
Todos los que los miraron
suspensos quedaron
de ver su valor,
el CARITA no cedía
y más bien crecía
su audacia y furor.
TIRIFILO hizo sus quimbos
pero en una de esas
pegó un resbalón
y el CARITA en el momento
le hundió la chaveta
en el corazón.
A la morgue lo llevaron
y allí lo dejaron
porque eso es legal
y al CARITA lo cargaron
y lo trasladaron
hasta el hospital.
El pobre allí está,
dicen que a la cárcel
pronto pasará,
pero no será
pues como a valiente
se le juzgará.
(Con música de vals)
El CARITA será absuelto,
pues sólo van a presidio
los que roban o asesinan,
para purgar su delito,
Letras de las canciones, capítulos 1 y 2: crónica roja
no un hombre que mata a otro hombre
por honor en desafío;
porque hay que tener en cuenta
lo que dijo aquel que dijo:
“También los hijos del pueblo
tienen su corazoncito”.
Publicado en la revista Variedades n.° 376 de mayo de1915.
Carita el Criminal14
Bailando alegre el jazz Hilo
ha cometido ¡qué horror!
otra muerte el matador
del famoso «Tiriilo».
Carita es un delincuente,
un asesino sin par,
y tiene para matar,
según dicen, su patente.
El barrio bajopontino,
donde él sentara sus reales,
ha sufrido muchos males
de este famoso asesino.
Dicen de él que no es un maleta,
maleta como matón,
y que hoy día es el campeón,
el campeón de la chaveta.
14
El Cancionero de Lima, sin número pero perteneciendo a la serie anterior a 500.
399
Gérard Borras
1. APRA
¡Ay, Trujillo!1
Rumba,
Parodia de ¡Ay, Candela !
Cuando salí de Trujillo
de nadie me despedí
así son los trujillanos
siempre se acuerdan de mí.
¡Ay, Trujillo, ay Trujillo, ay Trujillo !
¡Ay, Trujillo, ay Trujillo, ay Trujillo !
Soy trujillano señores
hijo de la Libertad
cuando me siento oprimido
grito con toda mi ansiedad.
¡Ay, Trujillo, …
Me dicen el trujillano
y yo me siento feliz
haciendo temblar a muchos
cuando les canto así:
¡Ay, Trujillo, …
Me gustan los trujillanos
porque muy valientes son
y cuando les hacen bromas
entonan esta canción.
Acción de juventud2
A la conquista vamos, apristas,
a derrumbar el pasado traidor.
Siempre delante irmes, constantes
¡a destruir la traición servil!
Se luchará hasta vencer
se luchará hasta morir,
hasta que surja un nuevo Perú!
Los estudiantes y los obreros
serán los guías de este gran Perú,
que pronto surge de entre las ruinas
en que la hundiera el Partido Civil.
¡Será la acción de juventud
será la acción de juventud
la que ha de hacer un nuevo Perú.
Los que calumnian a los apristas
son despechados que no pueden más...
Son los caciques, los gamonales
del civilismo que no pueden más..
¡Qué viva el Apra que es verdad,
Qué viva el Apra que es verdad
y el civilismo se ha de acabar.
400
1
2
El Cancionero de Lima, n.° 956.
El Cancionero de Lima, n.° 967.
Letras de las canciones, capítulos 3: APRA
Acróstico dedicado al jefe del PAP3
Música de Pueblo peruano
y letra de Roberto Souza Martínez
especial para El Cancionero de Lima
Valiente defensor del pueblo oprimido
Invencible paladín de justicia y democracia
Ciudadano mundialmente aplaudido
Todos reconocen tu nombre y ejemplar audacia
Oh! jefe del partido Aprista Peruano,
Renombre eres del continente americano.
Repúblicas, imperios, el mundo en in
Admiran tu obra redemptora y heroica,
Único genio reconocido de uno a otro confín
Líder por excelencia de la doctrina estoica.
Hombre eximio de espartana gesta guerrera
Al Perú le pertenece tu merecida fama
Ya nada ni nadie te tendrá tu triunfal carrera
Al sitial de honor..tu pueblo lo proclama.
Digno jefe, respetado compañero,
El pueblo peruano te ha inmortalizado.
Luz eres que ilumina el sendero
Antes oscuro de este país tan explotado.
Todos los que aún sugestionados
Ocupan el hogar de sus explotadores,
Recuerden ya sus derechos vulnerados
Recurran aquí al partido de sus salvadores
El aprismo va sólo contra los traidores.
3
El Cancionero de Lima, n.° 967, presentado con una foto de Víctor Raúl Haya de la Torre.
401
Gérard Borras
El sacriicio aprista4
Parodia de
Dios te salve mi hijo
Adaptado por Alex Tor
Era estrecha aquella calle
para tanto electores
que venían a las mesas
a votar con gran ardor;
arrengaban los apristas
por razón de sus ideas;
los sanchistas, al contrario,
por el pisco y el favor.
Al instante que cruzaban
desilando los sanchistas
un aprista gritó¡Viva !
y el partido mencionó;
y los otros respondieron
sepultando sus puñales
en el pecho valeroso
del aprista que gritó.
Un viejito lentamente,
se quitó el sombrero negro,
estiró las piernas tibias
del paisano que cayó ;
lo besó con toda su alma,
puso un Christo entre sus dedos
y goteando lagrimones
entre dientes murmuró :
Pobre mi hijo, quien diría
q’ por noble y por valiente
pagaría con su vida
el sostén de una opinión ;
por valiente este mi hijo,
se lo dije tantas veces,
el Aprismo es sacriicio
y el hacerlo es un honor.
402
4
El Cancionero de Lima, n.° 1010.
Hace frío, verdad, mi hijo ?
ya se está poniendo duro…
y el viejito una bandera
del partido colocó ;
es el manto sacrosanto
que llevándolo consigo
mucha gloria hijo mío
mucha gloria le ha de dar…
Y yo al […] a sus compañeros
le diré que con los suyos
que murieron por apristas
valerosos debe estar.
Y a su pobre madrecita
le diré que usted se ha ido
y que pronto se va a tornar.
A las doce de la noche
llegó el viejo a su ranchito
y con mucho disimulo
y la vieja acarició
y le dijo tiernamente :
« Su cachorro se ha ido lejos
se arregló con una tropa
le di el poncho y me besó.
Y ahora, vieja por las dudas,
como el viaje es algo largo,
préndale unas cuantas velas
por si acaso y nada más ;
arrodíllese y le reza
pa q Dios no lo abandone…
y suplique por las almas
que precisan luz y paz. »
Letras de las canciones, capítulos 3: APRA
Gran asamblea aprista en Acho5
Marcha aprista
Hombres que sufren cruento dolor
a formar del Apra la legión.
Marchar, marchar
hermanos todos del dolor,
luchar, luchar,
la bandera del amor,
con fe y unión
la alianza obrera vencerá.
Marchar, marchar
que siempre el Apra siempre,
siempre vencerá.
El general Benavides
ha salvado a la nación
que se hundía en el abismo
sin ninguna compasión.
Por eso un seber sagrado
nos obliga a acompañar
al buen jefe del estado
que se ha hecho popular.
Himno de los búfalos6
Letra de
Julio Noriega Pasos
Marchemos unidos, marchemos delante
la vanguardia aprista los búfalos son.
Marchemos cantando nuestro himno triunfante
irme la pisada, viril la expresión.
Marchemos unidos erguida la frente
total rebeldía, toda decisión.
Juventud aprista, juventud valiente
toda disciplina, toda corazón.
Himno fajista7
Muchachos fajistas, marchemos sonrientes
hacia la conquista de nuestro ideal
irmes las pisadas, y altivas las frentes
cual tropel bravío que tiunfa del mal.
Que ante nuestro paso caigan los tiranos,
los déspotas giman y se haga la luz ;
q’ en esta Santa Obra sean nuestras manos,
las q’ al pueblo arranquen Civilista Cruz.
El Cancionero de Lima, n.° 965.
El Cancionero de Lima. n.° 965.
7 El Cancionero de Lima, n.° 997.
5
6
403
Gérard Borras
Adelante siempre la vanguardia aprista,
con fe, disciplina, trabajo y unión,
para que la gloria la encuentre ya lista
el día de nuestra Gran Transformación.
La amnistía8
Paso Doble
Música de Canta guitarra
Toda la ciudadanía
hoy de gozo henchida está
porque la ley de amnistía
felizmente se dio ya.
Los que estaban aherrojados
sin mirar el cielo azul
ya son libres inclusive
nuestro gran Víctor Raúl.
Canta guitarra
canta guitarra hoy día
canta guitarra peruana
canta guitarra todavía
canta guitarra
celebrando la amnistía
canta que paz y concordia
reina en mi patria con alegría.
La Santa Alianza
Nueva marcha aprista9
De pie, pueblo peruano,
al llamado del Apra
irme, noble, valiente
al clarín de la lucha
marcha a la conquista
de sagrados derechos
justicia, luz y Libertad
en el trabajo, en la conciencia
cultura, prosperidad.
En el progreso, en la fraternidad.
404
8
9
El Cancionero de Lima, n.° 958.
El Cancionero de Lima, n.° 966.
Letras de las canciones, capítulos 3: APRA
Pueblo peruano
no más dolor proletario
todos unidos en ideal verdadero,
por la belleza de igualdad de la vida.
Apristas, a destruír
todo dolor, explotaciones.
Apristas a imponer con noble valor
La JUSTICIA SOCIAL
en Santa Alianza
los pueblos americanos
daremos al mundo
Nuevo ideal de belleza.
Por la Justicia, la libertad y trabajo
forjemos un porvenir
un solo hogar de la humanidad.
Lágrimas de Sangre10
Vals canción
triste de moda
cantado con música de El último adiós
Lágrimas de sangre mis ojos vertieron
el día que supe la horrenda verdad.
Que en Trujillo muchas personas murieron
el fusilamento que hubo sin piedad.
Lágrimas de sangre mis ojos vertieron
que son desprendidas de mi corazón,
al saber que muchos muertos hubieron
inocentemente y hay! sin compasión.
Lágrimas de sangre mis ojos vertieron
cuando en tantos muertos me puse a pensar...
¡mártires benditos que al cielo se fueron!
Mártires benditos de la libertad.
10
El Cancionero de Lima, n.° 950.
405
Gérard Borras
Los constituyentes
¡Chismosos!11
Parodia
Tango cantado con todo éxito por un hombre en la calle.
Ya nos tienen locos los constituyentes
Con su chismorreo para discutir
Sobre si el mosquillo zumba o canta coplas
Y las zanahorias se pueden partir.
Si un aprista ronca « Consoplodadito »
Le mete un resuello como un huracán ;
Si un fuelle resopla, lo chanca un aprista
Y todos discuten hasta reventar.
¡Chismosos !
Que tomáis como Jarana
La epopeya ciudadana
De « ponerse » a legislar.
¡Chismosos !
Que lucháis como comadres
En lugar de ser los padres
De esta Patria ya inmortal.
Fulano dijo que no era aprista
Tal cual proyecto de bien social
Y se arma un lío de la madona
Entre los Fuelles y el Sacristán.
Zutano pide para la barra
Sanción, cultura y circunspección
Y – en la que se arma – de hastío muere
La pobrecita Constitución…
¡Chismosos ! etc.
406
11
El Cancionero de Lima, n.° 868.
Letras de las canciones, capítulos 3: APRA
Marcha a los caídos12
canción fúnebre
Paso a paso a los caídos
por la justicia
y la libertad.
Paso a paso a los valientes
que derramaron
sangre y valor.
Soldados del Apra sacrosanto,
juremos luchar hasta vencer,
hasta morir,
lucha sacrosanta de justicia,
lucha por la santa libertad
hasta vencer.
Por la gran Revolución
todos los apristas a luchar
hasta vencer.
Por la santa igualdad
todos los apristas a luchar
hasta vencer.
MARSELLESA
«APRISTA»13
Contra el pasado vergonzante
nueva doctrina insurge ya
es ideal realidad liberante
que ha fundido en crisol la verdad.
Tatuaremos con sangre en la historia
nuestra huella pujante y triunfal
que dará a los que luchen mañana
digno ejemplo de acción contra el mal.
Peruanos abrazad
la nueva religión
la Alianza Popular conquistará
la ansiada redención.
¡Que viva el APRA compañeros!
Viva la Alianza Popular,
militantes puros y sinceros
prometamos jamás desertar.
Reairmemos la fe en el aprismo
12
13
El Cancionero de Lima, n.° 967.
El Cancionero de Lima, n.° 965.
407
Gérard Borras
que es deber sin descanso luchar
la amenaza del imperialismo
que a los pueblos quiere conquistar.
Apristas a luchar
unidos a vencer
fervor, acción, hasta triunfar
nuestra revolución.
Silencio14
Nueva letra de actualidad de este gran tango en toda moda, cantado en
teatros, cines, radios, casas,calles, plazas y plazuelas.
(Para El Cancionero de Lima)
Silencio muchachos ya todo está en calma,
ya no hay tiranía, la maldad descansa…
Ya a nadie se apresa, ni a nadie se mata,
todo es armonía, todo es bienandanza,
por eso contenta se encuentra la Patria.
La ciudadanía satisfecha se halla
porque todos gozan de libertad santa
y un himno a la patria los apristan cantan
porque se halla libre con toda conianza
Haya de la Torre que casi lo matan.
Silencio, muchachos ya todo está en calma
ya no hay tiranía la maldad descansa…
La ley de la amnistía que se ambicionaba
ha sido por todos harto celebrada
y así un bien muy grande se ha hecho a la Patria.
Por eso al Gobierno todos hoy alaban,
que nos ha librado de horas muy amargas;
también ha salvado de hundirse a la Patria
en el hondo abismo que abriéndole estaban
sus hijos perversos con maldita saña.
Silencio muchachos, ya todo está en calma,
ya no hay tiranía, la maldad descansa…
Por eso entonamos con toda nuestra alma
un himno a la vida y a la paz tan santa
q’hoy reina y q’ grande hará a nuestra Patria.
408
El Cancionero de Lima, n.° 956. Se trata de una parodia del tango Silencio canado por Carlos
Gardel en la película Melodía de arrabal: «Silencio en la noche! Ya todo está en calma!»... etc.
14
Letras de las canciones, capítulo 3: un cancionero escondido
2. UN CANCIONERO ESCONDIDO
ANARCO
Yaraví
música de Gentil Gaviota
Escucha, hermano, las rojas notas
que a mis cantares haré vibrar.
Canto a la vida. Muerte a la muerte.
Canto al amor.
Voy por el mundo sembrando lores
del pensamiento de amor y verdad.
Es mi Doctrina el anarquismo libertador.
Yo soy el verbo que se levanta
en la noche obscura de la humanidad.
Yo soy la antorcha que va incendiando todo dolor
Hermana mía, sonó la hora
que te levantes a ver el Sol
que besa, besa
nuestro dolor.
Escuche el mundo el grito airado
que arrancó mi pecho esta canción.
Canto a la vida. Muerte a la muerte.
Canto al amor.
CANTO DEL TRABAJO
Venid todos, compañeros,
a la lucha que hoy se empeña;
la encarnada y libre enseña
luce al sol del porvenir.
Mutuo pacto, en nuestras penas
nos resulte un acicate;
la gran causa del rescate
no halle nunca traidor vil.
El rescate del trabajo
de sus hijos provendrá
o al trabajo darán honra
o en la lucha caerán.
En los campos y talleres
nos explotan a destajo
como a bestias de trabajo
nos revienta el capital.
Nuestros amos y señores
prometieron aliviarnos
pero en vez de mejorarnos
nos mezquinan hasta el pan.
El rescate del trabajo, etc.
Desunidos, plebes somos,
pero fuertes cuando unidos;
sólo triunfan los fornidos,
los que tienen corazón.
Sudor nuestro es cuanto existe;
deshacer, rehacer podemos;
la consigna sea: ¡luchemos!
desmentido fue el dolor.
El rescate del trabajo, etc.
Maldigamos al que goza
de festines regalado;
409
Gérard Borras
mientras haya un desgraciado
que no tenga paz ni amor.
Maldigamos al que vea
los tormentos del hermano
y a la tregua llama en vano
bajo el pie del opresor.
El rescate del trabajo, etc.
Suprimamos las fronteras
que a los pueblos hace arteros:
enemigos y extranjeros
no están fuera, están aquí.
¡Guerra al reino de la guerra!
¡Muerte a la reina de la muerte!
El derecho del más fuerte
necesario es abolir.
El rescate del trabajo, etc.
EL PARIA
Vals
Música del vals El Parisién
410
[ilegible]...en mi país,y en él
no tengo dicha, pan ni hogar;
esa es la patria del burgués
donde vive la mujer
prostituída en el placer.
En el taller yo trabajé,
y cuando los años mi fuerza agotó,
mi explotador de él me arrojó,
y sigo viviendo de mendicidad.
Así es la vida del pobre infeliz
que nace en el hambre y en el dolor;
para él no hay patria, placeres ni amor,
sino miserias, prisiones y llantos,
sin que a los ricos les inspire compasión.
Cuando el pobre pide se le aumente
su jornal al vil explotador,
éste, sí, le arroja un hueso
de su báquico festín,
mientras otros comen mal.
No más pedir, no más rogar,
el que produce no debe implorar,
sino exigir con altivez
pletórica vida de felicidad.
Por eso yo anhelo un bello país
sin amos ni esclavos, tugurios ni cuartel,
donde la tierra, en frondoso vergel,
brinde alegría a mujeres, y hombres
en el trabajo asaz liberatriz.
Letras de las canciones, capítulo 3: un cancionero escondido
EL SOLDADO
Yaraví
música de El Sudario
Soldado que eres hermano
de nosotros los obreros.
Déjate ya de servir
de guardián de los tiranos.
Esclavo de los cuarteles
tus hermanos los obreros.
Te dicen que no los mates
y que vengas a sus ilas.
El pueblo te está esperando
para que entres en la lucha.
Lucha contra los tiranos
con el pueblo que es tu hermano.
HIMNO GERMINAL
¡Oh proletarios! alzad vuestras frentes
hacia la parte do despunta el Sol,
y ved escritas en oro candente
estas estrofas del nuevo crisol.
Hora es que acabe el vil despotismo
autor de un mundo de infelicidad,
la hipocresía y el ruin servilismo,
y al in se armonice la Humanidad.
Coro
¡Vamos en masa
ya, compañeros,
como guerreros
del porvenir!
Vamos sin tara
matando fueros,
bravos, ligeros.
Vamos, que es hora
que el pueblo goce
en dulce roce
de bienestar,
la nueva aurora
que lo remoce
cuando destroce
su yugo y pesar.
411
Gérard Borras
Caiga rodando de tan alta cumbre
con la malicia que allí lo elevó,
el vil tirano, y en su pesadumbre
mate la idea que así lo inspiró.
Sírvale el yugo que servil lo encumbra
con el ejemplo de un iero extertor
de hórrida muerte y en igual penumbra
que ha muerto al plebeyo, febril dolor.
LA MARSELLESA
A la revuelta, proletarios,
ya brilla el día de redención
que el sublime ideal, libertario
sea el norte de la rebelión. (bis)
Digniicar del hombre la vida
en un nuevo organismo social
destruyendo la causa del mal
de esta vil sociedad maldecida.
Obreros a luchar
a la revolución,
con decisión a conquistar
nuestra emancipación.
No más al amo gobernante
por vil salario más servir;
ya no más la limosna humillante
ya no más suplicar ni pedir. (bis)
Que al pedir pan por hambre acosado,
el proletario con imponente voz
le contesta mortífero y feroz.
Obreros a luchar... (bis)
412
Letras de las canciones, capítulo 3: un cancionero escondido
NUEVO CANTO
Danza
música de Las Cautivas
Ya se acabaron aquellos tiempos
a los obreros de la esclavitud
la explotación de la burguesía
no se conocerá en el Perú.
Los Conductores y Motoristas
Ante Conciglio al frente están
también Murúa y el tal Suárez
los federados van a expulsar.
Qué vivan los obreros, viva la unión,
viva la buena organización
todos los gremios vamos a unirnos
para acabar con todo traidor.
413
Gérard Borras
3. LAS CRISIS SOCIALES
Canción de año nuevo1
Música de Mamá Inés
El año mil novecientos
Treinta y uno, tan fatal
Ya se ausenta para siempre
Dejándonos mucho mal.
Ay papá Luis,
Ay papá Luis,
Todos deseamos un año feliz.
Vete, año infame y canalla
Vete y no vuelva jamás
Porque has sido desgraciado
Y malo cual Satanás.
Ay papá Luis, etc.
Ojalá que el año mil
Novecientos treinta y dos
Sea bueno pa los pobres
Cual lo pedimos a Dios.
Ay papá Luis, etc.
Si es que realmente a los pobres
Quieres, año, hacer un bien,
Que bajen las subsistencias
Y los arriendos también.
Ay papá Luis, etc.
Lo demás es engañifa,
Cual dice el moreno Antón:
«Para engañar a los negros
Cosa de blancos son.»
Ay papá Luis, etc.
Si sigue la carestía
Y sigue nuestro mal
Seguiremos los peruanos
Cantando: Todo está igual.
Ay papá Luis, etc.
Los artículos de lujo
Que indispensables no son
Pueden subir hasta el cielo
Para el bien de la Nación.
Ay papá Luis, etc.
Año: si tus intenciones
Son hacernos más fatal,
¡Con la música a otra parte
Vete, espíritu del mal!
Crisis de la carne2
Preciosa Composición
de Gran Actualidad
La carne, cada día
se encuentra más escasa,
los puestos del mercado
no tienen que vender,
y todas las personas,
que van de plaza en plaza,
después de inútil gira,
retornan a su casa,
sin un solo pedazo
de carne que comer:
414
1
2
El Cancionero de Lima, n.° 868.
El Cancionero de Lima, n.° 371.
Y no es sólo la falta
de carne lo que, hoy día,
sofoca a los vecinos
y agita a la ciudad;
sino que, cuando se halla,
es tal su carestía
que el público preiere
dejar tanta porfía
y ser vegetariano
por una eternidad.
Letras de las canciones, capítulo 3: las crisis sociales
Y en Lima, fatalmente,
se ven los resultados
del mal irremediable
sin pronta solución;
por eso las señoras,
con ines bien mirados,
buscan para sus hijas,
muchachos bien plantados
y que tengan buenos «lomos»,
y mucho «corazón».
Y en tanto, las pollitas,
y formas y maneras,
nos muestran las terribles
consecuencias del mal,
usando «faldas» cortas
y estrechas las «caderas»
y andan por esos trigos
menudas y ligeras
desechando la «aguja»
como cosa banal.
Por eso hay tanta gente
que ambula «despechada»
mostrando únicamente
los «huesos» y la «piel»,
y hay gente que sin «hígados»
y «descorazonada»,
andan buscando «cuartos»,
labor algo pesada;
pues «cuartos» no hay ahora
ni aún en el hotel.
Y sólo hay malas «lenguas»,
muy malas, y por eso,
no hay un hombre que el vínculo;
desee contraer;
porque hoy el matrimonio
demuestra poco «seso»
y la «costilla» puede
resultarle algún «hueso»
y un «hueso de costilla»
es duro de roer.
EL PAN3
Décimas de actualidad
Nada hay más triste en la vida
que escuchar la voz doliente,
que alza en torno el indigente
con la esperanza perdida.
Aquella voz conmovida
llena de insólito afán,
muy pocos escucharán
en su culpable egosímo,
que es la miseria un abismo
y es duro pedir un PAN!
Hay seres en este mundo
Que para sufrir nacieron,
Y nunca, nunca sintieron
El goce de un bien fecundo.
En su malestar profundo
Sólo el cielo clamarán,
No sólo con loco afán
Sino transidos de espanto,
3
El Cancionero de Lima, n.° 306.
Ese manantial de llanto
Con que compramos el PAN.
Hoy igualmente, como antes,
de la vista en el proscenio,
mendiga su pan el genio
como Colón y Cervantes;
entre tan crueles instantes
la redención fundarán;
mas, ¿qué importa el qué dirán
después de muerto el gran hombre
si para alcanzar renombre
tuvo que pedir un PAN?
Hoy, en el siglo presente,
no hay talento sin riqueza,
y es un baldón la pobreza,
pues el pobre no es decente.
El oro, atrae a la gente,
como portentoso imán;
los hombres se inclinarán
415
Gérard Borras
al que tenga más dinero,
y es la razón porque iniero
que es triste vivir sin PAN.
Dicen que es un mal la guerra
los escritores de hogaño,
y yo digo sin engaño,
¡el hambre es peor, pues aterra!
Es un suplicio la tierra
para los pobres que van
buscando algo ¡y por San Juan!
Nada encuentran en su duelo,
Que a veces nos niega el cielo
Hasta un pedazo de PAN.
Bendito, bendito sea
El que a un pobre un pan le dio
Pues en este mundo alcanzó
Honrar de Jesús la idea.
Que en esta humana pelea
En que los hombres están
A los cielos entrarán
Los que a los Lázaros dieron
Cuando angustiados pidieron
Con que alimentarse un PAN.
Himno de don Lunes4
CORO
Somos pobres y estamos calatos,
no tenemos ni un mísero sol,
y a pesar de promesas solemnes
cada día nos vemos peor.
I
Largo tiempo el peruano exprimido
sudó el quilo por tanto rigor
y algún día anhelando salvarse
esperó y esperó y esperó.
Hasta el solio subió uno tras otro
prometiendo salvar la nación,
gobernando tan bien que el peruano
exprimido por siempre quedó.
II
En los tiempos de entonces costaba
un centavo una pieza de pan;
se podía comer porque era
de un tamaño más que regular.
Luego, un tiempo comimos pan negro
que llamábase pan integral,
y hoy tenemos por cinco centavos
una cosa que es negra y no es pan.
III
Hace siglos teníamos ropa
por tres libras o cuatro a lo más,
pero luego la guerra de Europa
416
4
El Cancionero de Lima, n.° 373.
Letras de las canciones, capítulo 3: las crisis sociales
nos la hizo valer un platal;
hoy los pobres no pueden vestirse
y si sigue la cosa cual va,
o se mete la gente en su cama
o camina vestido de Adán.
IV
Hace tiempo la plata corría
y podía la gente comer,
porque nunca fue objeto de lujo
como es hoy el arroz y el bisté.
Hoy no hay plata, tenemos papeles
que a la gente no son menester,
pues pensamos que aquel que no come
¿para qué le hace falta el papel?
La Carestía5
Aumenta la carestía
Como las olas del mar
Cada hora y cada día
Sin poderlo remediar.
Los chinos en su elemento,
Lo mismo que las placeras
A todo ponen aumento
Entre las ventas caseras.
Todo el que pisa el mercado
en busca de provisiones,
da vueltas como atontado
y sufre mil privaciones.
El abuso es por demás
en la carne y los cereales,
5
El Cancionero de Lima, n.° 362.
todo se vende por reales
y se sisa sin disfraz.
Nunca ponen las balanzas
en legal lo tales pillos,
y así roban esos lanzas
capándonos en los kilos.
Y como los compradores
muchos no entienden de números,
toditos los vendedores
roban como energúmenos.
Y pobre del que reclama
que el peso no está cabal,
le mientan hasta la «mama»
y tiene un rato fatal.
417
Gérard Borras
La carestía de subsistencias6
One-step de combinación
Música de El Zorzal
y
de una antigua zarzuela cómica
I
Tanto han subido las subsistencias
Bárbaramente, de un modo atroz,
Que ya los pobres comer no pueden
Ni alimentarse con pan y arroz.
«¡Señor alcalde, señor alcalde
Necesitamos por caridad,
Que nos proteja, señor alcalde,
Que nos proteja su autoridad!»
II
La carne se halla también muy cara
Y hoy para colmo de nuestro mal,
En vez de vaca creo que se mata
perros y burros en el camal.
“Señor alcalde, etc.
III
Hasta el azúcar y demás cosas
Que tanto abundan en el Perú
Suben y suben más cada día
Y hasta escasean por Belcebú.
«Señor alcalde, etc.
IV
Hoy imploramos, si es que no quieren
Vernos muy pronto desfallecer
Que bajen todas las subsistencias
Y de las casas el alquiler.
“Señor alcalde, etc.
V
Muchas familias que son decentes
Y que trabajan con honradez
Con la pobreza más franciscana
Comen al día sólo una vez.
“Señor alcalde, etc.
418
6
El Cancionero de Lima, n.° 205.
Letras de las canciones, capítulo 3: las crisis sociales
La huelga de empleados7
Tenemos días de iesta
con el comercio cerrado,
porque todos los empleados
en huelga se han declarado.
Y razón que no les falta
por la inmensa carestía,
pues lo que hoy día se gana
no alcanza no para el día.
¿Dónde vamos a parar
con esa crisis tan fuerte?
Esto sí ya no es vivir
sino en pos de la muerte.
Todo cuesta un dineral,
ya no hay como acomodarse,
y si los recursos faltan
¿qué haremos? Hay que aguantarse.
Que hoy vendrá la reacción
en esta mi patria nueva,
pues todo no han de ser penas
porque esto nadie lo aprueba.
Y la huelga sigue recia
haciendo cerrar puertas,
sin que quede en el comercio
nada de puertas abiertas.
La Huelga de Inquilinos8
Carta de actualidad
de un inquilino a su casero
Se me vence mes a mes
el pago de inquilinato
y más furioso que un gato
me encuentro hoy don Andrés.
Muy lejos de mí el trabajo,
como así la subsistencia,
a nada le pongo atajo
se me agota la paciencia.
Desde el primero de junio
Perdóneme usted la deuda
Porque no soy ningún tuno
Y me declaro en huelga.
No piense usted en demandarme
Por deuda en alquiler,
Porque puedo desgraciarme
Como lo puede usted ver.
Mas si algún papeluchero
se presenta en mí aposento
de seguro lo reviento
o lo estrello como un huevo.
7
8
El Cancionero de Lima, n.° 338.
El Cancionero de Lima, n.° 330.
Si me viene el alguacil
con segunda papeleta,
le doy una de baqueta
y se saca «la de a mil».
No es posible don Andrés
que sea puntal la paga,
al vernos más de una vez
sin barrido, luz ni agua.
No hay que embargar enseres
que puedan valer un cobre,
pues hoy me encuentro tan pobre
que duermo sobre papeles.
¿Cómo le podré pagar
Al casero su alquiler
Si lo que hoy día ganamos
No alcanza para comer ?
Pues me resigno a la huelga
A la huelga de inquilinos
Que va a remediar a muchos
De nuestros pobres vecinos.
419
Gérard Borras
Con que mi abur mi don Andrés
Le escribo en castellano
Corte mejor por lo sano
Y le pagaré mes a mes
Pepe Tranquilo.K
Contestación de don Andrés
Signore Pepe Tranquilo
Cuesta carta no importa,
Si non me abona lu que alquilo
Pongo candato in la porta.
Io paco contribuzione
Sirenazgo e alumbrato
Io lo boto in el acto
Per cuesto sinvergonzone.
Muy presto le haco ver
Que sonno io dun Andrés
Si nun me paca il alquiler
Lu demandato il juez.
E li embargo il canzoncillo
Il capelo e la camisa
De mi nun se ride un pillo
Lu boto con suo paliza.
Quien no tiene per pagare
Vallase presto a la via
E viva in el muladare
Alcuna coumesaria.
Los dueños de casa9
DE ACTUALIDAD
El casero es casi un rey
un poder, una eminencia
para él no se hizo la ley
ni tampoco la conciencia.
Para él no hay situación cruenta
no hay pesares ni alicciones
ni hambre ni revoluciones
que disminuyan su renta.
El sólo recibe y ata
y cuando el tiempo está malo,
replica: « yo no regalo
lo que me cuesta mi plata. »
Si el tiempo es bueno, apercolla
y como hay algún dinero:
el pagar es lo primero,
dice, y lo segundo a la olla.
Como no se ha de vivir
en plazuela ni portales,
420
9
El Cancionero de Lima, n.° 330
hay que ver a estos charcales
para dejarse exprimir.
Y lo gracioso del cuento
es que en cuartos de alquiler
solamente hay que saber
lo que manda el Reglamento.
1.La puerta se cerrará
a las once de la noche
y aunque a uno de soroche
a nadie se le abrirá.
2. Le prohibe reuniones
lo mismo que el retozar,
de las nueve para arriba
todo vecino a roncar.
3.Cuando el desagüe no pasa,
con buenos o malos modos,
han de componerlo todos
los vecinos de la casa.
Letras de las canciones, capítulo 3: las crisis sociales
Y las del Crédito Urbano
con gran generosidad,
nos hace la caridad
de ajustarnos más la mano.
Por que puso dos faroles
O los colocó al revés,
ha de cobrar cada mes
por lo menos doce soles.
Y vean que no exagero,
a una zamba le oí decir,
¡vamos ! el sol por salir
de su dichoso casero.
El domingo lo verás
venir a tocar la puerta,
y enseñar la boca abierta .
como pico de alcatrás.
Llama como un Napoleón
nunca da los buenos días
porque en guardar cortesías
él se cree una excepción.
Hace un mes que de rondón
a mi cuarto se introdujo,
díciéndome.- Es mucho lujo !
(por mi catre y mi colchón.)
Juana, no debes tener
lo que no has de aprovechar,
hija debes pagar
ante todo, el alquiler.
¿Qué pobre va a conseguir
igualarse a ningún dueño?
«a Dios se le pide sueño
y no cama en qué dormir.»
Anteanoche, este inhumano
vino a decirme - orgullosa
quiero que me des la mano.
(Estando viva su esposa.)
Y como hiciera una plancha
Se dijo : ésta es la ocasión
de meterla en cartabón
y tomarse la revancha.
Y apenas amaneció,
el bandido, como he dicho
para vengarse ese bicho
al acto me demandó.
Dijo que me divertía,
que no quería pagar
y que he de desocupar
la vivienda al tercer día.
El juez es del mismo estuche
Y aunque razones le sobre
Cuando se trata del pobre
No hay que esperar que le escuche.
Y me botaron las mesas
Ollas, frascos de botica,
La cama…la bacinica.
Y en in todas mis pobrezas.
Si haces la cuenta verás
Que en diez años se ha pagado
Todo lo que hubo costado
El cartucho y mucho más.
Y si logras entenderte
Con otros no tan avaros
Verás que son casos raros
Como sacarse una suerte.
Por eso decía un mudo
En su manera de hablar,
Que esta ley se ha de llamar
La del rico o del embudo.
421
Gérard Borras
La Luz eléctrica10
Tango de actualidad
(Letra de Cucho Fleta)
I
Padre nuestro, que estás en los cielos,
Que todo lo puedes, que todo lo ves tú,
¿por qué permites que la Empresa Eléctrica
Haga lo que quiera, nos quite la luz?
Y quién ha autorizado este abuso
Que hasta ahora no tiene ninguna sanción
Pues quiere pedirnos una exhuberancia
Si es que le pedimos la reinstalación.
Padre nuestro…
No podemos abonar
Lo que piden las empresas
Que es una barbaridad.
Padre nuestro
Nos llevará Belcebú
Si es que nadie nos deiende
Para que tengamos luz.
II
Es lisura que exija la Empresa
Que paguemos tanto por reinstalación,
Porque nos ha puesto por su conveniencia,
Destrozando todo, su gran medidor.
Padre Nuestro que estás en los cielos,
Que todo lo puedes, que todo ves tú
¿por qué tú permites que la Empresa Eléctrica
Haga lo que quiera, nos quite la luz ?
Padre Nuestro, etc.
422
El Cancionero de Lima, sin número; sin embargo las características tipografícas permiten ubicarlo
en la serie 200/300.
10
Letras de las canciones, capítulo 3: las crisis sociales
La situación11
¡Qué situación
tan infernal,
estamos mal
muy mal!
y sin comer
y sin fumar
y sin beber
y sin vestir,
y si esto sigue así
nos vamos a poner
hechos un aliler,
eso no puede ser.
Pues la tal guerra de Europa
hoy nos tiene divertidos,
sin trabajo, mal comidos
y muchos faltos de ropa.
Las cosas van cada día subiendo
que es un contento
el pobre gime y porfía
para buscar el sustento.
Ya no es tan solo la guerra
lo que todo paraliza,
pues las lluvias de la sierra
hoy también nos hostiliza.
El río rompe canales
inundando el terraplén,
y lo pone fuga al tren
causándonos grandes males.
No hay trenes al interior
y comestibles no vienen
y los que en Lima los tienen
cosechan ya sin pudor.
Las papas y la chalona,
y los huevos, padre santo,
han subido hoy tanto
que no habrá quien los coma.
El pan es cosa de verse,
que nos valga san Benito,
11
El Cancionero de Lima, n.° 97.
de mal gusto, chiquitito
e imposible de comerse.
Las siete plagas de Egipto
hoy se vienen repitiendo,
con el maldito conlicto
y lo que estamos sufriendo.
Pues continúan las lluvias,
los huaycos y los derrumbes
dejando a muchos desnudos
sin pan, hogar y sin lumbre.
Esta es también otra plaga
que se ha visto pocas veces
arrastrando a su paso el agua
casas, siembrío y reses.
Válganos san Bernardino
con lo que hoy pasa en la tierra,
obstruído el trasandino
para viajar a la sierra.
Cada huayco es una bomba
peor que en los Dardanelos,
con correntadas de hielos
que al observador asombra.
En Lima los industriales
usan otra artillería,
haciendo la carestía
en las raíces y cereales.
Una papa vale un real,
una corvina diez soles,
y en la carne ¡caracoles
hay que gastar un caudal!
Se acabó el tiempo de antes
de gastar muchos realitos,
ahora muchos elegantes
van pidiendo cigarritos.
Están muy mal los correos
y viciosos en fumar
si no se fuma los dedos
tendrán que el vicio olvidar.
423
Gérard Borras
Hasta los dueños de casa
no se quieren aguantar
pues de dos meses no pasa
que lo hacen a usted mudar.
Es desgracia verdadera
ocuparse en cocinar
decía sin vacilar
una pobre cocinera.
Pues con uno o con dos soles
que nos dan para el mercado
hay que poner sancochado
huevo fritos y ravioles.
Con la plaza tan subida
la patrona nos arrenga
hay que pasar desasones
porque ya no hay quien dé yapa,
ajos, pimienta y chancaca
y un gordo de chicharrones.
¿Dónde vamos a parar
con tan mala situación?
el diablo nos va a llevar
al galope y sin cuestión.
Las huelgas12
A la orden del día
Todo está paralizado:
no hay negocios, no hay tranvía,
no hay voltage, no hay corriente
ni de noche ni de día.
Una semana sin pan
la pasan las criaturas,
entre angustias y gemidos
que causan mil amarguras,
Y cuando uno ha creído
solucionado un conlicto,
se presentan nuevas huelgas
que nos dejan más que frito.
No hay luz para continuar
el trabajo que se alista,
porque se encuentra en huelga
la sección electricista.
Y tiene usted que marcharse
del taller, muy en seguida,
dejando así de ganar
el sustento de la vida.
Al pasear la calle oscura
y solitaria al azar
expuesto a mil aventuras
que uno pudiera encontrar.
424
12
El Cancionero de Lima, n.° 367.
También los ferrocarriles
han estado en la colada
factoría y carrilanos
reclaman también tajada.
Los vapores que en el Callao
llegan con mercadería
no la pueden descargar
por la huelga en la bahía.
Y tienen que regresarse
llevándose el cargamento,
perjudicando al comercio
que sufre gran detrimento.
Pues las huelguas continúan
sin que esto se normalice,
dando con esto lugar
a que todo paralice.
Y en discusión y promesas
se pierde el tiempo importante
sin que el árbitrio deina
esta situación tirante.
Y por último, se dice
para colmo de este mal,
que todo va a terminar
con un paro general.
Letras de las canciones, capítulo 3: las crisis sociales
LOS PROPIETARIOS13
y la escasez de casas
Hay propietarios que son
con sus pobres inquilinos,
peores que los asesinos
sin piedad ni corazón.
Y como hoy la habitación
está sumamente escasa,
han aumentado sin tasa
el arriendo de tal modo,
que habrá que comerse el codo
para poder pagar casa.
¡Que no se puede subir
el arriendo es tontería!
Tan es así que hasta el día
nadie lo puede impedir.
La ley que se iba a expedir
y que pende en el Senado
la ha impedido el potenciado
con gran maña y estulticia;
¡para el pobre no hay justicia!
¡todo lo mismo ha quedado!
Pobre de aquel que no paga
con tanta puntualidad!
Lo lanzan sin caridad
por más que suplique y haga.
Dios me libre de esa plaga,
de esos seres sin conciencia
que tratan con insolencia
y de un modo temerario
a su pobre locatario
que no accede a su exigencia.
Tanta escasez hay de casas
que no sé que irá a pasar;
tendremos que ir a parar
en las plazuelas y plazas.
Como también son escasas
para gentes que a millares
vendrán de muchos lugares
del Centenario en las iestas,
dormirán toditas éstas
en los mismos muladares.
No hay sencillo14
Con un cheque en el bolsillo
nada se puede comprar;
el diablo nos va a llevar
por la falta de sencillo.
Por más que grito y que chillo
de un cheque no me dan vuelto,
todos me dicen: No hay suelto,
págueme usted en sencillo.
Si llevo un sol en la mano
al ir a desayunar,
siempre me han de contestar:
No hay vuelto, perdone hermano.
Si a comer una chanfaina
Voy a la fonda del chino
13
14
El Cancionero de Lima, n.° 371.
El cancionero de Lima, n.° 362.
425
Gérard Borras
Siempre me sale el indino
Con la mismísima vaina.
Ni a la guapa mozalbete,
el chinito carnicero,
pulpero ni encomendero
le da vuelto de un billete.
¡Ni para qué trabajar
ni que remedio poner,
si no se puede comer
teniendo con que pagar!
Con este no sufre el rico
sino el pobre o el pobrete,
a quien no sirve el billete
ni pa limpiarse el... hocico.
426
Letras de las canciones, capítulo 3: canción y política
4. CANCIÓN Y POLÍTICA
Canción Gay suarista1
Música de Somos los marineritos
Dedicado al doctor Gay Suárez candidato
popular independiente a una cural
parlamentaria por el Departamento de Lima
Somos todos gaysuaristas
que vamos a cooperar
por nuestro candidato
que queremos hacer triunfar.
Nuestra Patria nos ha legado
su cariño singular
y esta tierra que adoramos
es que queremos salvar.
Hoy en esta lucha vamos a triunfar
pues el doctor Suárez
digno es de ganar.
Hoy al parlamento queremos llevar
al hombre honrado
que han de respetar
¡Viva Suárez!
El asesinato del general Sánchez Cerro2
Vals
Música de la Despedida de Abarca
El General Sánchez Cerro
del Hipódromo al salir
fue vilmente asesinado
sin podérsele impedir.
Pues un hombre q’esperaba
en la puerta al general,
ahí lo hiere mortalmente
disparando su revólver
con destreza sin igual.
Este crimen alevoso
en todita la Nación
ha encontrado la más franca
protesta y condenación
y por eso ante los restos
1
2
La Lira Limeña, n.° 99.
El Cancionero de Lima, n.° 938 y 939.
han llegado a desilar
varios miles de personas
que han querido este homenaje
póstumo manifestar.
En su carruaje de gala
se encontraba el general
a la hora que recibiera
ese balazo mortal.
el día del atentado,
caliicado de vil,
siempre se tendrá presente
en que murió el presidente
¡Domingo 30 de Abril !
427
Gérard Borras
Excelentísimo señor Luís Sanchez Cerro3
Acróstico
compuesto a su llegada de la gloriosa tierra del Misti
el 22 de agosto de 1930
letra de F. Gosbur
La voz de sus hermanos oprimidos
un día hizo sufrir a un buen peruano
y con la espada y la certera mano
sintió dentro de su ser la voz de guerra.
Sin trepidar ante el deber sagrado,
aquel hombre, varón de alma guerrera
no quiso ver a su adorada patria
con el maldito yugo, en la miseria.
Habilmente trazó con mano férrea
el plan para atacar a la tiranía,
zamarreóla con toda valentía,
consiguiendo vencer a los tiranos,
en un arranque de justa simpatía
recibimos con vivas al soldado,
resuelto a castigar a los traidores
ordena que éstos sean enjuiciados,
joven aún lleno de esperanzas,
estricto cumplidor de sus deberes,
fue siempre Sánchez un titán honrado
empeñado en ganar muchos laureles,
sufrió deportación y castigo,
ultimarle querían los tiranos,
pero noble, bizarro y caballero
resolvió libertar a sus hermanos:
el tiempo transcurrió y al in triunfante
miran hoy gozosos realizar su anhelo
ofreciendo coniscar los bienes.
De toda esa porción de tiranuelos
el tribunal procederá en justicia,
la labor es muy fuerte y de gran celo.
Pero en cambio servirá de ejemplo
en el Perú para los venideros
resolverse a ayudarle en esta empresa
un deber imperioso yo lo creo.
428
3
La Lira Limeña, n.° 112.
Letras de las canciones, capítulo 3: canción y política
Himno aprista4
Música de Mamá Inés
Este himno debe ser cantado en todas las manifestaciones.
Coro I
El Apra es, el Apra es
un caudillaje con coro inglés
el Apra es, el Apra es
un amarillo peligro burgués
I
El Apra no es comunista
el Apra no puede ser;
siempre ha sido oportunista
el demagogo burgués.
Coro I
II
Los apristas delatores
vendidos al oro inglés
denuncian a Sánchez Cerro
que el PLENUM es de temer.
CoroII
¡Ay! Serafín, ¡Ay! Querubín
tocar el arpa con spelucín.
¡Ay! Serafín, ¡Ay! Querubín
tu arpa sin cuerdas parece lautín.
III
El apra es un instrumento
para subir al poder.
Los apristas del momento
son los fascistas después.
Coro II
IV
El Apra es de Raúl Haya
que espera para regresar,
que lo llamen los obreros...
Entonces nos va a llegar.
se repiten los coros.
Canción nacional5
¡Viva el Perú
Somos libres, seámoslo siempre
y antes niegue sus luces el sol
que faltemos al voto solemne
que la Patria al eterno elevó.
Largo tiempo el peruano oprimido
la ominosa cadena arrastró,
condenado a cruel servidumbre
largo tiempo en silencio gimió.
Mas apenas el grito sagrado
Libertad en sus costas se oyó,
la indolencia de esclavos sacude
la humillada cerniz levantó.
4
5
La Lira Limeña, n.° 70.
El Cancionero de Lima, n.° 950.
Ya el estruendo de broncas cadenas
que escuchamos tres siglos de horror,
de los libres al grito sagrado
que oyó atónito al mundo, cesó.
Libertad, libertad pronunció
y meciendo su base Los Andes
la enunciaron también una voz.
A su inlujo los pueblos despiertan
y cual rayo corrió la opinión,
desde el ismo a la tierra de fuego
desde el fuego a la helada región.
429
Gérard Borras
Todos juran romper el enlace
que natura a ambos pueblos negó
a quebrar ese cetro que España
reclinaba orgullosa en los dos.
En sus cimas los Andes sostengan
la bandera o pendón bicolor
que a los siglos anuncie el esfuerzo
que a ser libre por siempre nos dió.
por doquier San Martín inlamado
A su sombra vivamos tranquilos
y al nacer por sus cumbres el sol
renovemos el gran juramento
que rendimos al Dios de Jacob.
coros
Nos libres hoy nuevamente
satisfechos podemos cantar
porque hoy sí nos sentimos ya libres
porque ahora sí hay libertad.
Hoy después de un eclipse
muy larga en tu cielo
¡oh Perú! alumbra ya
ese sol tan ansiado y bendito
que se llama de la Libertad.
entonemos tu magna canción
con el júbilo inmenso ininito
que hoy anima nuestra razón.
con el júbilo inmenso ininito
que hoy anima nuestro corazón.
No más odio ni lucha entre hermanos
no imitar al malvado Caín
te juramos ¡oh patria! en tu día
anhelar un mejor porvenir
Olvidemos triste pasado
de vergüenza de duelo y maldad
bendiciendo a nuestro presidente
que dará la unión y la paz.
Himno sanchezcerrista6
Música de ¿Dónde estás corazón ?
Letra de Enoe Ramírez
Son muy valientes los que a él aman
y están bien listos para luchar,
por él su vida entregarían
y su pecho ardiente para triunfar.
Un día crudo del mes de agosto
entre los hierros se oyó la voz
de aquel heroico que como ninguno
del leguiísmo nos libertó.
Sánchez Cerro triunfará
y al Perú salvará
su espada brillando quedará
nadie su brillo apagará
los leguías llorarán
sin encontrar consuelo
sólo hallarán Sánchez Cerro
y la voz... de glorias a él.
430
6
La Lira Limeña, n.° 111.
Fueron once años de cruel martirio
los que oprimieron todo el Perú
pero como él ama tanto a su patria
no quiso dejarla más padecer
sólo la muerte podrá arrancarle
aquel amor tan puro ideal
que en su corazón lleva siempre
para su Patria que es el Perú.
Letras de las canciones, capítulo 3: canción y política
En la losa7
Huaynito de gran éxito
cantado por una pareja
típica sanchezcerrista
Música Por las mujeres
Por Sanchis Cirros daré la veda
Por Sanchis Cirros yo he de vota
porque me gosta so valentea
y es candedato moy popolar
pasa me la mola para hecé gretar
¡Veva Sanchis Cirros bravo meletar!
Dame la sí, dame la no
qui el trionfo quiro istijar yo.
Hasta me veda por Sanchis Cirro
con MUCHO gosto darea yo
y sos contrarios son como pirros
que sólo ladran... ¡Veva el Perú!
La Reacción8
Cayó el régimen tirano
que tanto al pueblo oprimía,
y hoy reboza de alegría
en todo pueblo peruano.
La tiranía intentaba
con su más vil autocracia,
llevarnos a la desgracia
con sus planes que tramaba.
En sus laureles dormía
como el Atila tirano,
y burlaba día a día
la esperanza del peruano.
7
8
La Lira Limeña, n.° 110.
El Cancionero de Lima, n.° 333.
Militares y paisanos
trabajaban noche y día,
en contra la tiranía
y sus actos tan nefandos.
El patriotismo humillado
del letargo despertó,
y al gobierno entronizado
de un golpe lo derribó.
431
Gérard Borras
Queremos elecciones9
Letra de Juan Saria
Música de La Mujer Divina
Hoy queremos todos votación
pero que sea bien legal
nada de dinero butifarras ni aguardiente
porque caro nos saben después cobrar.
Por eso al dar uno su voto,
primero de pensar
que si le dan por él dos libras
dos mil de nuestros lomos han de sacar.
Y cuando quieran protestar
de respuesta nos saben mandar
cañones y ametralladoras
y nos mandan a descansar.
Hoy en Lima puede uno decir que,
no nos van a engañar
con promesas falsas dineros y macanas
porque nada de cierto hay.
Aspiran a la presidencia
porque hay donde «sacar»
millones para palacio
Chalet y autos bien blindados
y si hoy se pone uno un terno
mañana qué se pondrá,
loneta para que sirva
de bueyes para trabajar.
Bienvenida Sánchez Cerro10
Letra y Música
del chansonnier peruano A. Barrenechea
A tu llegada te aplaudo
por tu arrojo y valor,
¡oh, militar valeroso!
que te hemos visto
en el campo de honor.
Eres el alma del pueblo
por tu genio sin rival,
porque así lo has demostrado
¡ayá! en el Misti triunfar.
¡Viva la gloria paisano!
¡Viva nuestra patria peruana!
que ya estamos libertados
del subyugo de un tirano.
432
9
La Lira Limeña, n.° 84.
La Lira Limeña, n.° 110.
10
¡Viva tu espada sagrada!
sacrosanta y bendecida
que al derrocar a un villano
has salvado, muchas vidas.
Eres el heroico soldado
que has grabado en la historia
Yo, como peruano
te tendré en mi memoria.
Todos queremos la paz
con ese amor patrio que tienes
¡oh, valiente militar!
supremo, gobierno nacional.
Letras de las canciones, capítulo 3: canción y política
Vals Varela11
(inédito)
I
Inmortal será tu nombre
desgraciado general,
desde el día en que el baldón
al ejército manchó.
La traición supo quitar
del Perú al militar;
los pagados lo mataron,
sin piedad lo asesinaron
al valiente militar.
¡Oh! Glorioso general!
a quien hoy la patria llora;
glorioso Enrique Varela,
como tú no hay otro igual.
II
Un día que traicionando
a un gobierno nacional,
los soldados se marcharon
a tomar el arsenal.
A lo lejos divisaron
en su lecho al general
y dormido lo mataron,
sin piedad lo asesinaron
al valiente militar.
¡Oh! glorioso general.
III
Un sargento desalmado
un culatazo lo dio,
y el teniente que mandaba
de un balazo lo mató.
Lo llevaron enseguida
a la casa de su amor,
y ella dijo: miserables,
por qué matan a ese hombre
que hace falta la la Nación?
Enrique Varela12
Triste
Música de La suerte de los casados
El pueblo la tumba vela
del querido militar,
del que en la pasada guerra (¡hay!)
su valor hizo admirar.
No más se hará resonar
su timbre de voz guerrera,
que daba vida al valor.(¡hay!)
La voz de Enrique Varela.
La muerte lo arrebató
dejando a la patria herida
y sólo nos concedió
hay, hay
los recuerdos de su vida.
Ejemplo de honra y valor
demostraba a cada instante
y por su genio arrogante
hay, hay
lo admiraba el invasor.
En las horas de la prueba
supo luchar como león
y siempre estuvo Varela
sereno al pie del cañón .
Su nombre será inmortal
Publicado en el número 96 de El Cancionero de Lima. En realidad se trata de un verdadero
número temático dedicado a la muerte de Enrique Varela.
12 El Cancionero de Lima, n.° 96.
11
433
Gérard Borras
esculpido en letras de oro,
del Perú será el decoro
malogrado general.
Tu alma hacia el cielo voló
en busca de mayor gloria
y el Hacedor concedió
esa grandiosa victoria.
Siempre te hemos de llorar
al recordarte tu nombre,
porque tú, sí, fuiste un hombre
un valiente militar.
Vals Varela13
Alberto Aguilar
Inmortal será tu nombre
desde el cuatro de febrero
que el destino cruel y iero
quitó la vida a un gran hombre.
¡Oh!, glorioso general
a quien hoy la Patria llora
que en la guerra destructora
no se encuentra otro igual.
Murió como todo bueno
militar de gran escuela,
fuiste terror del chileno
glorioso Enrique Varela.
respetuosa tu memoria
recordará la Nación
pues tu brillante actuación
te hizo digno de gloria.
434
13
El Cancionero de Lima, n.° 96.
Letras de las canciones, capítulo 3: canciones sociales
5. CANCIONES SOCIALES
Al proletariado1
Marcha canción dedicada a la Confederación de Artesanos Unión Universal
en sus bodas de Oro
Cantado en Radio Grelhaut por la señorita Guzmán García.
Letra de Marquez de Lema (Director del Cancionero)
Ensalcemos a los proletarios
que con honra se ganan el pan,
que sin tregua ni descanso bregan
con denuedo y valor de titán.
A vos pueblo viril, laborista,
os dedico esta marcha canción
que ha brotado del fondo de mi alma
que ha brotado de mi corazón.
Proletarios alzad vuestra frente
con orgullo que es timbre de honor
trabajar y ganarse la vida
cual vosotros, con vuestro sudor.
Compañeros en el infortunio
vuestras fuerzas siempre unid
que la unión hace grande a los pueblos
y a los hombres vencer en la lid.
¡Gloria y prez a los trabajadores
que son dignos de suerte mejor!
Propugnemos su mejoramiento
Propugnando aliviar su dolor.
Canción de fábrica
Poema escrito especialmente para los trabajadores del Perú
por
Enrique Ramírez Pérez
Fábricas: canción de máquinas
con músicos de hueso y aceros
donde la fuerza dice: yo no muero
porque me cantan los obreros.
Canta tu canción, obrero
esa que se llama fábrica,
esa que tiene notas de acero
1
El Cancionero de Lima, n.° 1100.
435
Gérard Borras
y que se entona con el músculo.
Cantan tu canción las poleas
y la repiten los yunques
cuando los martillos golpean
entonando la sinfonía del pan
Canta tu canción el lunes
cántala tenor de hierro
que tu “yo” ya sólo tiene
la canción de huesos y aceros
Fábrica: con los cipreses de cementerio
tú piteas al corazón de los obreros
con tu canción que es el misterio
de las horas explotadas en los aceros.
Canta tu canción obrero,
el lunes y toda la semana
que con las notas de tus músculos de hierro
harás tu canto de mañana.
Fábrica: frente de ametralladoras
que con salario matas a los obreros
tan sólo una colección de muertos
serás al inal el amor de los tiempos.
El canillita
Felipe Pinglo
Vals
436
Anunciando los diarios que a la venta lleva
cruza el canillita sudoroso y fugaz
corriendo fuerte por ser de los primeros
en vender los diarios y ganar el jornal.
Acaso mis ojos tal vez hayan mirado
a un muchacho que lucha por el pan de su hogar
o también es posible que me haya inspirado
en un huérfano humilde en un desamparado
sin padres que adorar.
El Comercio, vocea con afán el pequeño
La Crónica interesante, en seguida dirá
El Callao, Suplemento, La Tribuna y La Noche.
La Sanción y El Heraldo, le oiremos pregonar.
Si muchos de nosotros auscultar pudiéramos
la verdad cruel y triste de este diario luchar
viviendo en un instante tan mortal desengaño
con el dolor humano compráramos los diarios
para otorgarle el pan.
Letras de las canciones, capítulo 3: canciones sociales
Canillita travieso, juguetón, bullanguero
de alma que ayer fue buena y siempre lo será
si cruzas muy temprano las calles de tu pueblo
semejas a un obrero con rumbo a trabajar.
Más tarde cuando corres pregonando los diarios,
te muestras todo un hombre que lucha por el pan
y al llevar las ganancias a tus padres o hermanos,
tu pequeñez gigante, tu grandeza de niño,
humilla a la crueldad.
El Inclusero
Felipe Pinglo
Vals
No tiene padres es hijo de la inclusa
son sus madres las madres que lo criaron
hoy ya un hombre en la ruta de la vida
camina siempre mohino y cabizbajo
piensa que ostenta nombres y apellidos
todos ajenos y ninguno heredado
no sabe ni conoce las caricias
del hijo por su madre idolatrado.
Por eso de continuo va abstraído
pensando en tan irónico sarcasmo
más tarde será padre y a sus hijos
legará un nombre que para él robaron
y en el silencio de la noche escucha
desde su lecho que en la pieza contigua
una madre acaricia a su pequeño
y entonces llora con amargo desconsuelo.
Esas lágrimas vertidas por un hombre
forjado bajo el trágico infortunio
son gotas del cáliz de amargura
cristalizan la pena y la tristura
también aquellas gotas cristalinas
serán del corazón protesta muda
del acerbo dolor que siempre invade
al que no es hijo y pronto será padre.
Mañana que papá puedan llamarle
y, aún cuando nazca el pequeñuelo
dirá como jamás a él le dijeron
tú tienes padre, tú no eres inclusero
mimos y mil de caricias ha de hacerle
al hijo propio de apellido ajeno
437
Gérard Borras
y ese pedazo de su alma y de su vida
será la absolución del Juez Supremo.
Lima 15 de agosto de 1935
El Plebeyo
Felipe Pinglo
Vals
La noche cubre ya con su negro crespón
de la ciudad las calles que cruzan las gentes
con pausada acción la luz artiicial con débil proyección
propicia la penumbra que esconde en sus sombras
venganza y traición.
Después de laborar llega a su humilde hogar
Luis Enrique, el plebeyo, el hijo de pueblo,
el hombre que supo amar
y que sufriendo está esa infamante ley
de amar a una aristócrata siendo plebeyo él.
Trémulo de emoción, dice así en su canción:
El amor siendo humano tiene algo de divino
amar no es un delito porque hasta Dios amó
y si el cariño es puro y el deseo sincero
por qué robarme quieren la fe del corazón.
Mi sangre aunque plebeya también tiñe de rojo
el alma en que se anida incomparable amor
ella de noble cuna y yo humilde plebeyo
ni es distinta la sangre ni es otro el corazón.
Señor ¿por qué los seres no son de igual valor?
Así en duelo mortal abolengo y pasión
en silenciosa lucha condenarnos suelen
a grande dolor al ver que un querer porque plebeyo es
delinque si pretende la enguantada mano de noble mujer.
El corazón que ve destruido su ideal
reacciona y se releja en franca rebeldía
que cambia su humilde faz
y el plebeyo de ayer es el rebelde de hoy
que por doquier pregona la igualdad en el amor.
438
Letras de las canciones, capítulo 3: canciones sociales
Jacobo, el leñador
Felipe Pinglo
Vals
Rendido por el infortunio
al pueblo avanza el leñatero
el peso del añoso leño
aumenta su sufrir tan cruento.
Su frente con profundos surcos
color de plata sus cabellos
todo releja en él hondo martirio
y a su paso me descubro respetuoso ante el dolor.
Sus amigos hoy no son los que ayer fueron
y explotaron ese noble corazón,
los que antes disfrutaron de larguezas
no conocen a Jacobo, el leñador.
Solamente la vieja hacha
le es iel en su mudo amor
hoy ni el palo que consumen sus fogones
permiten que se lo compren
a Jacobo, el leñador.
Destino, ley de los humanos
ablanda los rigores de tu sino
da paso a la templanza y busca
que diga él su invocación divina.
Muéstrate alguna vez gentil y noble
olvida tu misión de carcelero permite
que el dolor muestre la cara
y ante Dios alce la frente en humilde imploración.
La ley de la igualdad
Felipe Pinglo
Vals
La brisa sin igual de esta noche invernal el recuerdo me trae de la mujer que amé con
íntima fruición y fervoroso amor.
Momentos de pasión renacen en mi ser tan sólo al evocar
pasajes que grabó y que nunca borró mi romántico ayer.
Sus manos de mujer las siento sobre mí en tierno acariciar
el dulzor de sus besos siento entre mis labios calmar la insaciable sed
el aroma sin igual de su cuerpo sensual encuentro al aspirar
la brisa de esta noche tan galana y tan gentil.
Hoy como aquel tiempo feliz, quisiera yo
enajenarme de placer con las caricias
439
Gérard Borras
que su amor siempre brindó con frenesí a mi querer
en explosiones de ternura y de pasión voraz comprendo
que es irrealizable mi ambición
ya sé de sobra hoy que tu afecto mío no es pero con todo
me atormenta tu recuerdo
me subyuga y me cautiva en nostálgica prisión.
Si es un pecado amar no se debe culpar al que incurriera
pues nuestro corazón sediento de pasión no piensa que hay error
al pretender querer con todo nuestro amor, sin antes comprender
que en todo hay distinción, pues la ley de la igualdad jamás se conoció. Tal vez cometí
una equivocación al creer que tu amor
sería eternamente todo mi consuelo, todo mi albedrío
no contemplé tu rol, no vi mi situación ni cuan distintos somos forjé mis
ilusiones por forjar y nada más.
La vida es cruel y hay que saberla comprender
es un compendio de dolor, de vanidad, de placer.
El oropel impuso ya su majestad
por más que ansiamos no encontramos nunca la igualdad.
Si amar con fervor impusiera el Creador
¿cómo es posible que trunquemos esa ley?
demos tributo a tan noble mandamiento
sin pensar en la opulencia, abolengo o distinción.
Lima, setiembre de 1931
Mendicidad
Felipe Pinglo
Vals
440
Cubiertos de harapos, la faz macilenta
el pobre mendigo limosnea un pan
implorando siempre la bondad ajena
a todos les pide una caridad.
Camina encorvado cual árbol añoso
es prueba viviente de tanta crueldad
con que el mundo azota a distintos seres
para la ignominia de su bacanal.
¿Quién es? no se sabe su ayer es misterio.
¿De dónde ha venido? jamás lo dirá.
Rayando la aurora sale diariamente
a implorar que el mundo le prodigue el pan.
Señor, señorita, niño, una limosna
pide con voz llena de angustia mortal
que un «Dios se lo pague» que llega hasta el alma
es el mejor fruto de vuestra bondad.
Letras de las canciones, capítulo 3: canciones sociales
Tal vez en su infancia gozó de grandezas,
quizá vivió alegre en la pubertad
hoy, que ya declina su triste existencia
vive, porque vive de la caridad.
Mendigo sin nombre, tu tragedia afrenta
a este mundo vano, artero y falaz;
tú con tus miserias y con tus harapos
vales más que el oro, que el mundo te da.
Pobre obrerita
Felipe Pinglo
Vals
Pobrecita la obrerita que trabaja
día y noche por salvar de la tragedia
y no tiene más cariño ni otro amparo
que su buena madrecita a quien mima con fervor.
Sumergida en sus sueños de pobreza
su casita es un palacio, la máquina es su pasión
y cuando alguien le promete mil grandezas
responde que con su Singer tiene en el banco un millón.
Quien fuera así también y pudiera decir
como la niña aquella no me llama ilusión
dinero ni placer sólo quiero vivir si bello el mundo es.
En esta bacanal la virtud es un mal el oro es amo y rey
y no hay poder igual que lo pueda enfrentar
ni menos humillar ostentando honradez.
Tan rara es la virtud que al mundo mercader
se le hace duro creer que una pobre mujer
pueda ostentar la faz libre de la acción del vicio y la maldad.
Febrero de 1932
441
Gérard Borras
6. TACNA Y ARICA
A Tacna1
Vals
Adiós Tacna, bella palma
Adiós Arica Laurel;
ya se va tu hijo querido
no lo volverás a ver.
Si en Lima por mí preguntan
les dirás que preso estoy,
el que quiera rescatarme
en Santiago, Chile, estoy.
En el cerro de San Francisco
el peruano se batió
mas Bolivia por la espalda
al peruano victimó.
En el Campo de la Alianza
se alzaron los bolivianos;
los cobardes ya corrieron
quedaron solo los peruanos.
En el combate de Tacna
un estandarte tomaron
con su arrojo y bizarría
los peruanos lo quitaron.
Y sí, en el Morro de Arica
Bolognesi fue muy ducho
batiéndose como bueno
quemó el último cartucho.
Apóstrofes a Chile2
Composición escrita con motivo del Baltimore y declamada en la Sociedad
literaria en 1892 por el Sr. Ernesto C. Boza, que por razón de los actuales
acontecimientos ha traído para publicarse en este semanario el Sr. Federico
Burgos Céspedes.
Hay un pueblo envilecido
que deshonra al nuevo mundo,
pueblo cuyo aliento inmundo
la atmósfera ha corrompido
pueblo que a quien ve rendido
lo ultraja con saña artera,
la nación más torpe y iera,
el pueblo más criminal
con instinto de chacal
y corazón de pantera.
¡Chile! nación prostituída
oprobio de un continente,
tienes grabada en la frente
el baldón del fratricida.
Aún brota sangre la herida
442
1
2
La Lira del Misti.
El cancionero de Lima, n.° 539.
que le inferiste a un hermano,
aún alijen al hermano
de la esclavitud las penas,
aún hay ruidos de cadenas
en el mundo americano.
¡Chile! infame te envañeces
con tu papel de verdugo
y a quien impones el yugo
con arrogancia encarneces.
Oyes y no te estremeces
¡oh carcelero maldito!
el amenazante grito
de aquellos que por ti gimen,
porque tu gloria es el crimen;
porque es tu ley el delito.
Letras de las canciones, capítulo 3: Tacna y Arica
Hoy tu pueblo insulta y hiere
a una nación poderosa
hoy con su baba asquerosa
salpicar su escudo quiere.
Pero el agravio que iniere
Chile, ha de ser castigado;
tu pueblo ruin, ¡humillado
será por sus actos viles,
con la planta a los reptiles
y con la infamia al malvado!
Tú te humillas ante el fuerte
y con el débil te ensañas,
con sangre pura te bañas
y te gozas en la muerte;
ante el que puede vencerte
tu iera altivez depones;
recuerda que tus blasones
rendistes a España un día
y a sus pies por cobardía
fuiste a poner tus cañones.
(CONTINUARÁ)
ARICA3
Vals
Un día siete de junio
de un año tan desgraciado
un parlamento coniado
vino a intimarnos rendición.
Eran las seis de la mañana
cuando un capitán se presentó
a pedir la rendición de Arica
pero Bolognesi no la aceptó.
«Tengo deberes sagrados
-repuso el gobernadorque cumpliré con honor
es el deber de un soldado.
Bolognesi y Ugarte
Moore, Sáenz Peña e Inclán,
y otros más patriotas que van
a todos se les oye su voz
con bizarro poder:
soldados no hay que temer!
Ya salieron al combate
como unos leones sedientos
a defender la bandera
con regocijo y con tesón.
Ya resuenan los clarines
la corneta y el tambor
yo deiendo mi bandera
con valor en el campo de honor.
Llora llora pobre corazón
llora por esos seres queridos
que en la batalla de Arica
murieron por defender su
gloriosa nación.
Recuerdos de Arica4
Vals
Nicanor Casas
Triste recuerdo de Arica
yo les voy a mencionar,
de esa tierra que hoy cautiva
no podemos rescatar.
3
4
El Cancionero de Lima, n.° 47.
El cancionero de Lima, n.° 250.
El día siete de junio
de un año tan desdichado,
un parlamento coniado
fue a intimar su rendición.
443
Gérard Borras
«Tengo deberes sagrados
-repuso el gobernadorque cumpliré con ardor
como un deber de soldados».
Mírenle, mírenle
ese genio y valor,
imitad, queridos soldados,
con fuerza de amor.
Todos salen al combate
como leones sedientos,
a defender a su patria
con regocijo y contentos.
Bolognesi y Ugarte,
Moore, Sáenz e Inclán,
Arias y más patriotas que van;
a todos se les oye su voz
y con bizarro poder:
«¡soldados no hay que temer!»
Ya suenan los clarines,
la corneta y el tambor,
yo deiendo mi bandera
con gusto en el campo de honor.
Llora, triste corazón,
llora por esos seres queridos,
que entre nubes de gloria han subido,
a la eterna y gloriosa mansión.
Canción patriótica5
I
Tristes cautivas pa dónde están
que las llamamos con tanto afán?
Tacna y Arica, Tarapacá
todos clamamos su libertad.
III
Esas angustias que habéis pasado
y de lo tanto que habéis llorado;
Tacna y Arica Tarapacá
todos deseamos tu libertad.
II
No lloren tanto, hermanas mías,
que ya se vienen gloriosos días:
Tacna y Arica y Tarapacá
que las tengamos en libertad.
IV
Si pensó el cóndor en retenerte
y va otro Wilson a recojerte
Tacna y Arica y Tarapacá
pide al Perú tu libertad.
Canto a mi Patria6
Aunque no se acaban aquellos tiempos
de los peruanos la esclavitud,
hasta ahora gimen entre cadenas
nuestros hermanos de allá del sur.
¡Viva Tacna! ¡Viva mi patria,
vivan los seres de grande honor!
Una corona a Bolognesi
otra corona a Guillermo Moro.
Al estallido de la metralla,
pecho peruano jamás tembló,
El Cancionero de Lima, n.° 320.
Presentado por Zanutelli como publicado en el El cancionero de Lima n.° 97. Sin embargo se
publica desde el n.° 47, número temático titulado «Canto a mi Patria».
5
444
allá en los mares, nuestro almirante
en Punta Angamos lo demostró.
¡Viva Tacna! Viva mi Patria
vivan lo seres de grande honor,
una corona a esos peruanos
que allá murieron con gran valor.
Allá en la cumbre de una montaña,
cóndor chileno rabiando está,
al ver que Tacna, esa cautiva,
aún no es chilena , ni lo será.
6
Letras de las canciones, capítulo 3: Tacna y Arica
¡Viva Tacna! Viva mi patria
vivan los seres de grande honor;
una corona a esos tacneños:
todo lo sufre con gran valor.
Allá en la quinta de las palmeras,
Máxima Lira rabiando está
al ver que Tacna no chileniza
y por más que haga no lo podrá.
¡Viva Tacna! Viva mi Patria
vivan los seres que con afán
una corona a Alfonso Ugarte
otra corona a Joaquín Inclán.
Allá en la cumbre de un morro ierro
dos estandartes yo vi lamear;
uno peruano otro argentino
que a nuestra patria vino a ayudar.
¡Viva Tacna! Viva mi Patria
vivan lo seres de gran virtud:
una corona a Sáenz Peña
otra corona para el Perú.
El Gólgota de Arica7
Vals de moda
El Morro hacia el océano se adelanta
Como un león que acecha lo ininito…
Ruje el mar, y parece que su grito
Lo hace estallar la iera en su garganta.
El Morro asombra y a la vez espanta;
Finje, si se le mira de hito en hito,
Un gigantesco puño de granito
Que amenazando al cielo se levanta !
Sobre ese monte inmenso y solitario,
Bolognesi, el guerrero de renombre
Murió como Jesús en el calvario…
Por eso es inmortal este gran hombre.
El llanto de las Cautivas8
Vals de actualidad,
en toda moda,
con música de Desavenencia
El laudo nos condena a que vivamos
eternamente en cautiverio atroz,
en vez de habernos dado, cual deseamos
la libertad como lo manda Dios.
No podemos vivir entre cadenas
bajo el yugo del Cóndor que es muy ruín
7
8
El Cancionero de Lima, n.° 322.
El Cancionero de Lima, n.° 517.
445
Gérard Borras
sufriendo las torturas y las penas
que nos impone el pérido Caín
Nos alimenta el único consuelo
aunque está en contra del laudo arbitral
que algún día tal vez permita el cielo
tornemos al regazo maternal.
No permitáis, carísimos hermanos,
que tanto crimen queden sin sanción;
la sangre derramada de peruanos
pide venganza: ¡La ley del Talión!
Pidámosle a1 Eterno que termine
esta cruel y humillante esclavitud,
para que el odio a Chile no germine
más en nuestra alma, y que salve al Perú.
Himno a la Patria9
Por
Manuel Ayllón
Adelante peruanos valientes
A lavar de la patria el honor,
No humillemos jamás nuestras frentes
Ante el yugo del torpe invasor.
I
Si las hordas de un pueblo salvaje
Nos quisiera un día humillar
Castiguemos con brío este ultraje
En la tierra, la costa y el mar
Revelemos volar ante el mundo
Y también que nos sobra altivez,
Que al reptil que nos muerda iracundo
Lo destruye el Perú con los pies.
II.
Guerra a muerte es la voz q’ se escucha
Desde la una hasta la otra región;
Ya comienza terrible la lucha,
Pues retumba muy cerca el cañón.
Levantemos la enseña querida,
Que la patria lamea en su honor;
Y por ella rindamos la vida
446
9
El Cancionero de Lima, n.° 334.
Letras de las canciones, capítulo 3: Tacna y Arica
Demostrando civismo y valor.
Adelante, etc.
III
Si la aurora de un día glorioso
Nos sorprende en tan noble misión,
No halle tregua en la lid ni reposo
Del peruano audaz corazón.
Conquistemos la fama bendita
Que los héroes pudieron lograr,
Y que el pueblo con ansia ininita
Corra unido a morir o a triunfar.
Adelante, etc.
El Repatriado10
Canción infantil de Los cautivos
Todos los hijos de Arica
de Tacna y Tarapacá,
nuestro suelo cautiverio
pedimos su libertad.
Porque el chileno tirano,
nuestro enemigo opresor,
su odio contra el peruano
lo ha puesto en todo rigor.
De nuestra tierra querida
nos arroja el invasor,
abriendo la honda herida
con ese inícuo terror.
No se harta el conquistador
con tener nuestra riqueza,
10
El Cancionero de Lima, n.° 320.
con tremenda vileza
nos despoja su rencor.
Es tan terrible su odio
y temiendo a la justicia
nos echan del territorio
que conquistó su malicia.
Saludemos la bandera
de Junín y Ayacucho,
que Bolognesi en Arica
«quemó el último cartucho».
El cóndor su vuelo ha alzado
cuando ha oído el clarín,
que le depara su in
de lo que tiene usurpado.
447
Gérard Borras
LA GARRAPATA11
Canción chiclayana
de
Campos Pizarro
A las dos de la mañana
cuando tranquila, dormía,
una sucia garrapata
me picó la rabadilla.
Y saltos di tan tremendos
y tan furibundos gritos,
que se rompieron las sábanas
y hasta el catre dió crujidos.
La almohada voló al techo,
el colchón en trozos largos
y el vaso de noche hirviendo
cual boca del Chimborazo.
Hecho a ver: Nada sucede,
todo en orden, y yo mismo,
sólo con graves eruptos
de residuos indigestos.
Esto ocurre a los chilenos
con el tratado de Ancón,
que hoy les relaja el estómago,
los ojos y la razón.
Pero Wilson, si es de ciencia,
recetará lavativas
que les serenen el juicio,
el epigastro y las tripas.
De modo que ya no suene
otra aguda tempestad,
tan luego como vomiten
con Tacna.... Tarapacá.
Boga, boga, buen remero,
con dignidad y valor, recordando
que fue Grau de este mar el semidiós.
Hurra! hurra! por la Patria
de Bolognesi inmortal,
que nos dejara en el Morro
el mango de su puñal.
La Paz de Versalles12
Por in se irmó la paz,
esa paz tan anhelada;
ya no hay temores de nada
porque guerras no habrá más.
No volverá Satanás,
Satanás que tanto aterra,
a prender sobre esta tierra
de la discordia la tea........
ay! quiera Dios que así sea
y no vuelva a haber más guerra.
II
Después de una lucha iera
tan terrible y espantosa,
se irmó la paz gloriosa
448
11
12
El Cancionero de Lima, n.° 320.
El Cancionero de Lima, n.° 333.
Letras de las canciones, capítulo 3: Tacna y Arica
que abre al mundo feliz era.
Esta paz, no pasajera,
que imponen los vencedores,
pone in a los temores
de nuevas conlagraciones
entre las grandes naciones
que causan tantos horrores.
III
Aquel tratado de paz
que se ha irmado en Versalles,
se celebra hasta en las calles
con júbilo por demás;
mediante él, ya no habrá más
guerras, como bien se explica;
si la Liga dedica
hacia el Perú su atención,
habrá reivindicación
de nuestras Tacna y Arica.
Las pretenciones de Bolivia13
Una salida al Océano
Bolivia anhela ¡pardiez!
pero lo curioso es
que exige un puerto peruano;
no pide nada araucano
ni su antiguo litoral,
sino un puerto nacional,
ya sea Arica o Mollendo
según lo están ya pidiendo
de una manera formal.
El famoso boliviano
en nombre de su país,
ha declarado en París
que exige un puerto peruano;
pues ha dicho muy ufano
con grande desfachatez,
ante el Gobierno Francés;
¡que el Perú tendrá que dar
la ansiada salida al mar
a Bolivia, en esta vez!!
13
El Cancionero de Lima, n.° 351.
¿Qué derecho ni razón
puede en conciencia alegar,
para intentarnos quitar
un puerto casi a traición?
¡Qué insensata pretensión
abriga el mal boliviano!
¡Querer un puerto peruano
sin pedir Antofagasta,
es ocurrencia que basta
para darles.... medio océano!
La Liga de las Naciones
no puede escuchar sandeces,
ni oir las estupideces
de tinterillos ramplones.
Por sus necias pretensiones
que son torpes por demás,
quieren turbar nuestra paz
de acuerdo con los chilenos
y atacarnos cuando menos
se piense, ¡por Barrabás!
449
Gérard Borras
Las cautivas14
Tango
con música de Perdón
letra de Roberto S. Archimbaud
Un frío glacial mi pecho llenó
el día que vi el laudo fatal;
mas qué se va a hacer, el falto es así,
pues al justo hundió,
mas pronto saldrá.
Muy alegre está la zona del sur;
que siga riendo, mientras el Perú
muy pronto verá
por la razón lotando
en el morro su pabellón.
El pueblo al saber el laudo
de patriotismo estalló
y en imponente protesta
toda Lima recorrió.
Ante la injusticia tan grande
que encierra el fallo arbitral,
se sublevó el sentimiento,
sentimiento nacional.
Mi noble país, deseando la paz,
Ante una nación
Su causa llevó
Justicia pidió
contra el vil ladrón
Y el Juez se cegó
Motivo no vió.
Como una lección debemos tomar
Coniemos tan sólo en nosotros no más;
Hay trabajar
Por Tacna y Arica y…por lo demás.
Y nuestras bellas mujeres
Demostranto su dolor
Ante el héroe Bolognesi
Protestan llenas de ardor.
La bella canción de Alcedo
entre lágrimas brotó
de todo pecho peruano
que emocionado entonó.
450
14
El Cancionero de Lima, n.° 517.
Letras de las canciones, capítulo 3: Tacna y Arica
Las dos Cartas
A MIS HIJAS15
Arica y Tacna, hijas mías,
pedazos de mi ser mismo,
cuánto tiempo en el abismo
sumidas estáis las dos.
¡Cuánto tiempo que mi llanto
riega los campos y lores,
al eco de los clamores
que ambas eleváis á Dios!
Cuánto tiempo bajo el yugo
del opresor enemigo
sin sentir el dulce abrigo
del sol de la libertad.
Con vigor luchando siempre
por vuestra noble bandera,
con el alma toda entera
transformada en voluntad.
Como a la tierna paloma
los polluelos de su nido
el buitre arranca, atrevido,
me quitaron con ardor
de entre mis brazos amantes,
dos hijas puras y bellas
que eran fulgentes estrellas,
del porvenir seductor.
Deliro con veros libres
y devueltas a mi seno,
con el corazón sereno
y el bicolor a mis pies.
15
El Cancionero de Lima, n.° 322.
Mas, ¡ay! ¡qué ilusión tan vana!
vuelan veloces los argos
y los tristes desengaños
vuelven al alma otra vez.
Mas al tornar la mirada
hacia el sur, hijas del alma,
vuelve a mi pecho la calma
como si fuera feliz.
Porque sé que vuestra frente
límpida está, por fortuna,
que en ella, una por una
mis lágrimas recibís.
A través de mis dolores
soy dichosa, al contemplaros
como dos brillantes faros
de patriotismo y amor;
ijos los ojos queridos
en la madre desgraciada,
que no fue nunca humillada
ni perdió jamás su honor.
Esta carta que os escribo
con la sangre de mis venas,
de vuestras toscas cadenas
vaya el peso a minorar;
y en alas del aura inquieta
y arruyos de mansas olas,
recibid las dos, á solas,
mis besos, al despertar!
451
Gérard Borras
A MI MADRE
Madre del alma: tu carta
hoy recibieron tus hijas,
que siempre tiernas, prolijas,
viven por ti, nada más.
¿Qué fuera del prisionero
si en los tétricos momentos
no atenuara sus tormentos
con la esperanza jamás?
Que había, cuenta la historia,
un hortelano dichoso,
al que sino caprichoso
dos bellas lores le dió;
y un vecino codicioso
y egoísta, cierto día,
con criminal osadía
del jardín se las robó.
Y esas lores arrancadas
por el ansioso vecino,
marchitó el cáliz divino,
lloraban su hondo dolor,
extrañando las caricias,
de la mano que cuidólas
y en sus graciosas corolas
cifró su anhelo mayor.
Como esas lores vivimos,
cautivas en nuestro suelo,
mientras se descorre el velo
que oculta la realidad;
esperando que el mañana
desate los rudos lazos
que nos privan de tus brazos
desde tan temprana edad.
No llores, madre querida,
que nuestro cruel sacriicio
siempre tendrá el beneicio
de acrecentar tu pasión;
porque pruebas te brindamos
de patriotismo sincero,
grato, dulce y lisonjero
que alimenta el corazón.
Nosotras aquí, abrumadas
por cadenas opresoras
lloramos cuando tú lloras
nuestro incierto porvenir;
y cantamos cuando cantas;
y reímos con tus risas
cuyos ecos en las brisas
nos sabes tú transmitir.
Recibe, pues, madre tierna,
ardientes besos de amores,
en las hojas de las lores
y entre las brisas del mar;
¡Tacna y Arica son dignas
de tu nombre bendecido,
cuyo recuerdo querido
nunca habremos de olvidar!
Los atropellos de Bolivia contra el Perú16
I
El atropello inconsciente
de tal deseal nación,
nuestro escudo y legación
atacó villanamente.
después de sa inicua gente
con Montes su capataz,
ha cometido, además
atropellos inhumanos
contra todos los peruanos
residentes en La Paz.
452
16
El Cancionero de Lima, n.°351.
II
Por eso la indignación
crece en todos los peruanos
contra aquellos bolivianos
que han perdido la razón.
todos, en esta ocasión
Ante la Patria juramos
defenderla, pues deseamos
morir con gloria muy rica :
¡cual Bolognesi en Arica
y Miguel Grau en Angamos !
Letras de las canciones, capítulo 3: Tacna y Arica
LOS ESPIAS CHILENOS17
Probado y bien comprobado
está que el roto nefando
derrocha el oro en espías
que nos están atisbando.
Oro que nos lo quitó
en lucha muy desigual
y que a costa de nosotros
tiene ese inmenso caudal.
Pues el desgraciado Khol,
un jefe del espionaje,
de plano lo ha confesado,
sin dilación, sin ambaje.
Al in, pues, se descubrió
esta diabólica trama,
personajes y comparsas
que toman parte en el drama.
Uno de los personajes
de iguración serena,
subyugado en su ruindad
ha caído muerto en la escena.
Al compás que el decorado
vaya cambiando paisajes,
17
El Cancionero de Lima, n.° 357.
irán luego apareciendo
otros nuevos personajes.
Horrible papel han hecho
en la obra mencionada
los ruines y los traidores
que juegan en la jornada.
Descubierto este pastel
que es para Chile un fantasma,
tiene el valor de negarlo
con un cinismo que pasma.
Cuando están allí tangibles
las pruebas de lo ya actuado,
y que no hay como excusarse
de este asunto tan sonado.
La justicia militar
a la que están sometidos,
sabrá dar cuenta de ellos
en Consejo reunidos.
Y esto ha de escarmentar
a los que la acción pretendan,
y los ruines y cobardes
que de esta lección aprendan.
453
Gérard Borras
Los mártires de la guerra18
Cuando en busca de gloria y de honra
el valiente peruano peleó,
el chileno eclipsó la victoria
que la suerte fatal nos negó
El bloqueo rompió una mañana
y en Arica fondeó nuestra “Unión”
animado por hurras peruanos
que al chileno llamó la atención.
Si Leonidas el bravo espartano
en defensa de su patria murió,
Miguel Grau, el valiente peruano,
con su «Huascar» se inmortalizó.
En Arica pelearon cual héroes
defendiendo su patria y honor,
los peruanos que fueron campeones
de heroismo que el mundo admiró.
Héroes son Bolognesi, Ugarte
Grau, Inclán y también Espinoza,
Moor y Reyes que en recio combate
se inmolaron por la libertad.
Mas sus almas al cielo volaron
entre nubes de pólvora y fuego,
y justicia y justicia imploraron
por su patria ante el Dios Sempiterno.
MARINERA MONTES19
Los cuicos quieren puerto,
y están diciendo
que pronto tendrán Arica,
Ilo o Mollendo.
¡Ay! Montes, no te remontes
ay, ay, ay, por esos montes.
Pero en vez de estos puertos,
los de tu casta
¿por qué no recuperan
Antofagasta?
¡Ay! Montes, etc.
El Perú por tu patria
quedó arruinado,
y en vez de agradecerle
lo has traicionado.
¡Ay! Montes, etc.
Tú estás seguramente
sugestionado
por tu Onofrof [Don Chile]
que es un malvado.
¡Ay! Montes, etc.
Los que cual tú así piensan
son unos pocos
454
18
19
El Cancionero de Lima, n.° 8, 1897.
El Cancionero de Lima, n.° 351.
bolivianos ingratos,
torpes y locos.
¡Ay! Montes, etc.
Si quieres saber, cuico
Lo que es canela
Acércate a Mollendo
Con tu vihuela.
¡Ay! Montes, etc.
Si quieres que tu patria
bien se aniquile
sigue iel los consejos
que te da Chile.
¡Ay! Montes, etc.
Si tu país al nuestro
se hubiera unido,
conseguiría pronto
lo que ha perdido.
¡Ay! Montes, etc.
Con haberte aferrado
en tu desvío,
has probado ser bruto
como Pan frío.
¡Ay! Montes, etc.
Letras de las canciones, capítulo 3: Tacna y Arica
¡Mi Patria! ¡Mi bandera!20
Letra de
Federico Barreto
Desde que vi la luz mi pecho anida
Dos amores : mi patria y mi bandera ;
Por mi patria, el Perú, doy yo la vida,
Por mi bandera el alma, el alma entera.
Yo quiero que mi patria bien querida
Vuelva a ser en América lo que era,
Y que mi enseña blanca y encendida
Flote muy muy alto…sea la primera !
¡Mi patria ! ¡Mi bandera ! Desde niño
Fueron mi encanto, fueron mi cariño…
Ni la sangre que deja horribles huellas
Ni el lodo q’ es baldón caigan sobre ella.
Hay que evitar la afrenta sobre todo
¿Lodo ? ¡eso nunca ! Sangre antes que todo.
¡TARATA!21
Vals Patriótico sentimental,
que se cantará en el Teatro
Letra del Marqués de Lema
música de «Desavenencia»
20
21
I
Después de un humillante cautiverio
en que sufriste lo indecible tú,
vuelves, Tarata, al maternal regazo
y ostentas la bandera del Perú.
III
Por in cesó ya tu dolor, Tarata,
pues eres libre nuevamente tú,
y de este regocijo participan
todos los hijos, todos, del Perú.
II
Si aherrojada viviste cuarenta años,
cuarenta años de horrenda esclavitud,
tu dicha será eterna al verte libre
desde hoy día que vuelves al Perú.
IV
Así cual tú, Tarata, has regresado,
conforme a la justicia y rectitud.
así también Tacna y Arica deben
restituír los malvados al Perú.
El Cancionero de Lima, n.° 334.
El Cancionero de Lima, n.° 539.
455
Gérard Borras
Asalto en Arica22
Pieza imitativa
Montes y Manrique.
Disco Columbia P4 grabado en 1911
Matrices 21438-2-3(A) y 21443-1-5 (B)
Primera parte :
Toca la Corneta :
- ¡Alto ! ¿ Quién vive ?
- Parlamento.
- Al alto parlamento, media vuelta, rodilla en tierra.
¡Vamos, a las armas !
[La tropa contesta sin ganas] : ¡A las armas !
- Mi coronel, en la gran guardia se encuentra parlamentario enemigo que espera
hablar con su señoría.
- Con las órdenes de su ordenanza conducidlo en mi presencia.
- Señor jefe de la plaza, buenos días.
- Buenos días Mayor, tomad asiento.
- El señor Baquedano, general en jefe del ejército de Chile, deseoso de evitar un
derramamiento de sangre después de haber vencido en Tacna al grueso del ejército
aliado, me envía a pedir la rendición de esta plaza cuyos recursos en hombres, víveres
y municiones conocemos.
- Señor mayor, tengo apenas un grupo de soldados ; y a la vez el deber sagrado de
cumplir en defensa de mi Patria y moriré quemando el último cartucho.
- Entonces está cumplida mi misión, coronel.
- Lo que digo a usted es mi opinión personal. Pero debo consultar a los jefes de mi
estado mayor y a las dos de la tarde mandaré mi respuesta al cuartel general chileno.
- No, señor coronel, esta demora está revista porque la situación en que nos hallamos
en una hora puede decidir de la suerte de la plaza. Me retiro.
- ¡Dígnese usted aguardar un instante !
- Voy a consultar a mi estado mayor en su presencia. Aguardar.
- Ayudante !
- ¡Presente !
- Ordenad que toquen llamada de honor.
- Corneta, ¡tocad llamada de honor !
- [toca la corneta]
- Señores comandantes de división y jefes de cuerpo. Tenemos en nuestra presencia al
parlamentario enemigo que intima la rendición de la plaza. La ordenanza me obliga
a que consulte con vuestra opinión, que la mía es defender hasta quemar el último
cartucho.
456
22 A pesar de todos nuestros cuidados y esfuerzos no ha sido posible retranscribir la
totalidad del texto. Las voces apenas son audibles y el soporte físico está muy dañado.
Las partes que faltan están indicadas entre corchetes.
Letras de las canciones, capítulo 3: Tacna y Arica
-
Gritos : quemaremos…
[Voz lejana] : quemaremos el último cartucho…
Lo siento mi coronel.
Ya lo veis Arica no se rinde.
Pero aún sí es tiempo de evitar una carnicería. Si capituláis, tendréis los honores de
la guerra. Saldréis con estandarte en mano y a tambor batiente…
- Os repito que quemaremos el último cartucho, y hemos cumplido. Le di un arma
a la Patria, le di un puesto. Vencer o morir es mi divisa. Si me arrebata el triunfo
la fortuna y si me sigue por doquier a lo funesto morir me toca en buena lid. Y
muriendo como bueno no habrá para el Perú ni triunfo ni gloria. Pero sí tendrá una
brillante página su historia. ¡Viva el Perú !
¡Viva !
- Buenos días, señor coronel.
- Buenos días, Mayor.
- [in de la primera parte]
- ===============================================================
============
- Segunda parte :
- Señores jefes y oiciales, la hora de prueba ha llegado. He despedido al parlamentario
enemigo cual corresponde al honor militar y a vuestro patriotismo herido. Confío
en vosotros y no dudo que por vuestra parte haréis esfuerzos por sacar honrosa y
libre de toda mancha esta bandera entre cuyos ieles, el más infortunado tendremos
cabida a los qué como nosotros la defendemos con orgullo y valor.
- Señores jefes y oiciales, cada cual a cumplir con vuestro deber y a sus puestos. ¡Viva
el Perú !
- ¡Viva !
- Corneta toque generala.
- [toque de clarín]
- Mi coronel ha llegado un parte de inicio y avanzada.
- Vanguardia n°1
- Comandante del cuerpo al comandante general, patrullas enemigas alistadas a la
derecha del morro.
- ¡Ayudante !
- ¡Presente !
- Comunique inmediatamente al jefe del batallón Iquique, comandante Sáenz Peña
que ocupe el costado izquierdo del morro.
- Muy bien.
- Al jefe del batallón Tarapacá coronel Alfonso Ugarte que ocupe el costado derecho.
- Perfectamente.
- Dé orden del comandante en jefe de las fuerzas que ocupen el costado izquierdo y
derecho del morro.
- Muy bien.
- Batería, Primera pieza : ¡apunten ! ¡Fuego !
- Segunda pieza : ¡apunten ! ¡Fuego !
457
Gérard Borras
-
-
458
Tercera pieza : ¡apunten ! ¡Fuego ! [cada vez un tambor imita el disparo de los
cañones]
Corneta, ¡toque fuego !
[toca la corneta]
Fuego por descargas a ochocientos metros al enemigo. ¡Fuego !
¡Viva el Perú !
¡Viva !
[una caja imita el disparo de los riles]
¡Adentro muchachos no hay que temer !
Ay !…Ay ![gritos de los heridos]
¡Fuego, fuego !
Corneta, ¡toque ataque !
¡Fuego !
[toca la corneta cuya música se superpone a los disparos y a los gritos]
¡Alto muchachos !
¡Viva el Perú !
¡Viva !
¡Ay ! ¡Ay !… ¡Fuego !
¡Fuego !
¡Fuego !
¡Morir por su Patria ! Eso es glorioso !
Alfonso Ugarte soy. A mí, chilenos, ni mi caballo tocaréis os lo juro. Herido por
mí mismo miradme a rodar hacia un abismo. A mengua tendría morir en vuestras
manos.
Patria mía, todo por ti sacriiqué. Todo perdido está. La derrota sin una tumba es el
mar para un patriota.
¡Viva el Perú !
¡Viva !
Fin
Letras de las canciones, capítulo 3: Leticia
7. LETICIA
A Bogotá y Leticia1
Carlos de Lima
La muchachada limeña
Hoy marcha con gran pericia
Y tiene su santo y seña:
«A Bogotá y a Leticia».
Hay fervor y patriotismo,
Pues ella no se empequeña,
Probando su gran civismo
La muchachada limeña.
A DEFENDER LETICIA2
Vals
Letra de Ceangal
Música de Celosa
Son los colombianos muy empaladitos,
pues la tiranía los favoreció,
cambiándole a ellos el puerto Leticia
por otro terreno que no lo entregó.
Y hoy al darse cuenta de la canallada
un grupo de bravos Leticia tomó
y se han enojado aquellos señores
viendo que nosotros tenemos razón.
Dicen que han salido con rumbo a Leticia
por mar y por aire
esos mercenarios que van contratados
para combatir;
que no se han ijado que nos favorece
estar en Iquitos
y que todos ellos como un solo hombre
van a sucumbir.
Muchas pretensiones son de esos señores
para con nosotros,
viendo que un peruano en tiempo de guerra
es un polvorín,
que no necesita que los extranjeros
1
2
El Cancionero de Lima, n.° 932.
El Cancionero de Lima, n ° 927.
459
Gérard Borras
le estén machacando:
«Ese instrumentito que llevas al hombro
se llama fusil»
El puerto Leticia ha sido peruano,
es ahora peruano y también lo será;
es el maniiesto de los loretanos
q’ hasta este momento cumpliéndolo están
Deber de nosotros también es seguirlos
para de ese modo llegar a evitar
que nuestra república quede reducida
así de este modo a Lima y Callao.
AY, LETICIA3
Rumba-Fox
música de ¡Ay, candela!
En nuestra querida tierra
del uno al otro confín,
se oyen clamores de guerra
y llamadas de clarín.
¡Ay Leticia, ay Leticia, ay Leticia,
del Perú serás siempre en justicia!
Los peruanos son valientes,
no saben correr jamás,
y en la lucha se agigantan
como Bolognesi y Grau.
¡Ay Leticia, etc.
Porque creen que el apoyo
de otras naciones, tendrán,
vemos que los colombianos
muy guapos ahora están.
¡Ay Leticia, etc.
460
3
El Cancionero de Lima, n ° 928 y 929.
Si el Perú marcha a la guerra
unido, cual debe ser,
obtendremos la victoria,
llegaremos a vencer.
¡Ay Leticia, etc.
Para valiente el peruano
cuando llega la ocasión,
y tan sólo el colombiano
sirve para fanfarrón.
¡Ay Leticia, etc.
Si los dejasen solitos
a Colombia, y el Perú,
el Perú knock-out pondría
a Colombia al primer round.
¡Ay Leticia, etc.
Letras de las canciones, capítulo 3: Leticia
¡Ay, Leticia!4
Rumba. Letra de Humberto Negrete
Y música de ¡Ay ! Candela!
Cuando yo vaya a Leticia
con honor defenderé
y lleno de regocijo
peleando yo venceré.
¡Ay Leticia, ay, Leticia, ay, Leticia!
¡Ay Leticia, ay, Leticia, ay, Leticia!
Está muy guapa Colombia
Y dice que ganará
y nosostros contestamos
que en el campo se verá..
¡Ay Leticia, ay, Leticia, ay, Leticia!
¡Ay Leticia, ay, Leticia, ay, Leticia!
Si la Liga de Naciones
no nos quiere hacer justicia
con nuestro valor nosotros
rescataremos Leticia.
¡Ay Leticia, ay, Leticia, ay, Leticia!
¡Ay Leticia, ay, Leticia, ay, Leticia!
Si nadie quiere apoyarnos
defendiendo la justicia
nosotros como peruanos
rescataremos Leticia.
Defensores de Leticia5
Marcha guerrera
Letra de Leonardo Salvador Zavallos
Y música de Manuel Uele
(Envío para El Cancionero de Lima)
El clarín ha sonado y anuncia
que Leticia hay que recuperar
si Colombia no entrega o renuncia
esta guerra pronto va a empezar.
Pues Leticia aunque no lo quieran
en sus manos no ha de continuar…
¡Loretano, tendrás vuestra tierra
tus hermanos te hemos de ayudar !
No me asusta el cañon enemigo
no la muerte en oriente me espanta
nuestra causa es muy noble y muy santa
y por ella voy a combatir.
Y mi brazo no tendrá reposo
disparando siempre mi fusil
exponiendo mi pecho orgulloso
y como él habrá sí ! más de mil.
Si invasores audaces asoman
intentando humillar nuestro suelo
4
5
El Cancionero de Lima, n.° 934.
El Cancionero de Lima, n.° 937.
461
Gérard Borras
los peruanos con férvido anhelo
resolvemos a la guerra ir.
Ingresaremos a los cuarteles
aparender a manejar el fusil
y juramos conquistar laureles,
en Leticia vencer o morir.
El adiós de un voluntario6
Vals Música de « Madre querida »
y letra de A. Aguilar
Adiós, ¡oh madre querida!
Pronto te voy a dejar
porque me voy a pelear
por mi patria hoy ofendida
pues ahora los colombianos
con estudiada malicia
quieren botar de Leticia
a todos nuestros hermanos.
Colombia con su farfulla
nos ha querido engañar,
pero no debe pensar
en Leticia que no es suya.
¡Pobrecitos colombianos
si nos quieren arreglar
todas las van a pagar
si hay guerra con los peruanos!
Pues un cholito valiente
con su chicote en las manos
hará correr en Oriente
a todos los colombianos.
Adiós, madre, ya me voy
rogando no llores mucho,
y como peruano soy
quemaré el postrer cartucho.
El conlicto Peruano Colombiano7
Rumba de actualidad
Con música de ¡Ay candela!
Los colombianos nos quieren
a cruenta guerra arrastrar
a pesar de que nosotros
la deseamos evitar.
¡Ay, Leticia, ay Leticia, ay Leticia,
del Perú serás siempre, en justicia!
Pues hasta han roto los fuegos
en el Amazonas ya.
Con cinco buques de guerra
atacan Tarapacá.
¡Ay Leticia, etc.
«a paso de vencedores»
dicen que van a venir
462
6
7
El Cancionero de Lima, n.° 934.
El Cancionero de Lima, n.° 927.
el tiro por la culata
les llegaría al salir.
¡Ay Leticia, etc.
Los colombianos nos quieren
los colombianos hacer;
por eso hay que estar alerta
no dejarnos sorprender.
¡Ay Leticia, etc.
Si Colombia tanto anhela
la guerra por Belcebú
iremos a ella, gritando:
¡Muchachos viva el Perú!
¡Ay Leticia, etc.!
Letras de las canciones, capítulo 3: Leticia
El destino8
Ya me voy a unas tierras lejanas
defendiendo a mi Patria querida,
y si me muero te ruego mi vida,
que te acuerdes¡ay! Siempre de mí!
Ay, qué lejos me lleva el destino,
como una hoja que el viento arrebata;
¡Ay de mí! Tu nos sabes, ingrata,
lo que sufro al dejarte yo a ti.
Al dejarte yo siento en el alma
una pena profunda, indicible
mas quedarme ya eso es imposible,
pues me llama mi Patria el Perú.
Tengo que ir a cumplir mis deberes
allá al frente, en el campo de guerra
y te juro que pronto a mi tierra
volveré, si por mí ruegas tú.
El rescate de Leticia9
Marcha cantada por los loretanos
en la última gran manifestación patriótica.
Música de Próspero Nigro, natural de Iquitos y músico mayor del
regimiento 17 actualmente en la región de Oriente.
Resucitando glorias del ayer
de nuestros Incas, hijos del Sol,
seamos bravos como un león,
por nuestra tierra, por nuestra ley.
Morir debemos bajo el pendón,
seamos bravos como un león,
porque Leticia es nuestra tierra
por nuestro Dios, por nuestra ley.
8
9
El Cancionero de Lima, n ° 936.
El Cancionero de Lima, n.° 928.
Ya marcha el batallón
de acero el corazón;
sonríen al pasar
los que en Leticia vencerán.
Las novias con amor
y nuestras madres con honor,
dicen: ¡Valientes! la patria os llama.
Leticia es nuestra y nuestra será.
463
Gérard Borras
El triunfo10
Pasodoble
Letra de Orlando Bravo A.
Y música de Currito de la Cruz
La corona de laureles
con orgullo ha de llevar
nuestra gran nación peruana
la juventud al triunfar.
En las páginas gloriosas
de la historia se verá
el ejemplar patriotismo
con que Perú luchará.
Palpitantes están
nuestros corazones de ir a sucumbir
bajo nuestro pendón
tan querido y respetado pabellón.
Descendientes de aguerridas
razas incaicas, nosotros somos
y por eso nuestros pechos
nunca temen la muerte ni el plomo.
Con acento corto y férreo
nuestros triunfos tendrán que entonar
y esas glorias conquistadas
a nuestra historia han de pasar.
Galanteadores de la Muerte11
Poema sinfónico, epopéyico y ortofónico, que recita en el primer acto de:
«Los Galanteadores de la Muerte»
el poeta oicial del regimiento
Ya vibra el clarín
con su retintín,
llamando a los bravos
guerreros, valientes y ieros,
q’ con Vásquez Cobos
irán como lobos
a saciar el hambre
de venganza cruenta
y a saldar la cuenta
que los colombianos,
héroes soberanos,
grandes trovadores
y galanteadores
tienen en oriente
con aquella gente ..
Vayan vencedores,
que está su camino,
por sino divino,
464
10
11
El Cancionero de Lima, n.° 935.
El Cancionero de Lima, n.° 932.
cubierto de lores
y... de otros olores..
Ya siento en el cielo
rasgando su velo,
el ruido potente,
de las aeronaves
que cual ieras aves,
monstruosas, ligeras,
van por las riberas
de los Putumayos,
luciendo a los «gallos»
de muchas naciones,
que cual colecciones
podemos con gloria
mostrar a la historia.
Vayan a la selva
y que nadie vuelva
Letras de las canciones, capítulo 3: Leticia
sin dejar su nombre
como todo un hombre.
Ruja la metralla
contra esa «canalla»,
para que los leones
de aquellas regiones,
y los alacranes
y hasta los caimanes,
moscas, lagartijas,
ranas, sabandijas
huyan espantados
de nuestros soldados
que son descendientes
de seres valientes.
Asombren al mundo
con su furibundo
valor espartano.
Que ningún peruano
libre su pellejo
en este cotejo...
Si en el encontrón
y por nuestro mal,
nos sale el rival
algo respondón,
cumplan su deber,
no le asusten bultos,
q’ aunque sea a insultos
hemos de vencer…
Guerra12
Tango
Letra de Octavio Santa Cruz y música
de Danza Maligna.
Para El Cancionero de Lima
Se cierne cual la tiniebla en lontananza
la tenebrosa guerra que avecina,
los corazones llenos de esperanza
marchan, y nuestro triunfo se aproxima.
Cruel desdicha ¡oh Belona sangrienta!
Asolas hoy al Nuevo Mundo Hispano
en el Chaco la hoguera la acrecentas
Colombia nos ofende por tu mano.
Mas si Colombia nos ha retado
porque sin duda ya se olvidó
la cruel derrota que en la Pedrera
con el alma iera se le inligió.
Pero hoy lo mismo con entereza
repeleremos al invasor,
pues Bolognesi con su grandeza
supo enseñarnos lo que es valor.
12
El Cancionero de Lima, n.° 934.
465
Gérard Borras
Hermanos a luchar13
Marcha
Letra de Enrique Carrasco
Y música conocida
Compatriotas, marchar juntos
bajo nuestro gran pabellón
con la vista en el pecho de frente
de Leticia a su rendición.
Ver brillar a los rayos del Sol
nuestro acero y los pechos viriles
y llevar por doquier el pendón
de las glorias de ayer conquistadas
por los hombres de gran corazón.
Hermanos
unidos a vencer
heroísmo y valor
a demostar
al cobarde agresor.
Que viva Leticia peruana
nuestra tierra y nuestro Sol !
Es el grito del alma peruana
de justicia un espejo, un crisol
que sintiendo en sus venas hervir
la sangre de los hijos del sol
quieren hoy por su patria morir
y bajo nuestro amado pendón
como héroes quieren sucumbir.
Huaynito del norte14
Por Manuel G. Mezarina
Si la Liga de Naciones
no nos quiere hacer justicia
irán los movilizables
en defensa de Leticia.
Cuando doblen las campanas
no preguntes quién murió,
466
13
14
El Cancionero de Lima, n.° 933.
El Cancionero de Lima, n.° 936.
porque ausente de tu vista
quien podrá ser sino yo.
Cuanto te quise, ingrata
tú no me quisiste a mí
y ahora que tú me quieres
yo ya no te quiero a ti.
Letras de las canciones, capítulo 3: Leticia
La Colombiana15
Canción
Música de La cucaracha
Los Negritos colombianos
se imaginan que son leones,
pero a la hora de la lucha,
se les caen los calzones.
La colombiana, la colombiana
nos quiere Colombia hacer,
y necesita de mercenarios
que la quieran defender.
Los colombianos se creen
que son los leones más ieros,
pero frente a los peruanos
se vuelven todos corderos.
La colombiana, etc.
Nos tiene miedo Colombia,
pero un terror verdadero;
por eso es que está buscando
la ayuda del mundo entero.
La colombiana, etc.
Los colombianos parecen
Maricas o niñas bellas
que quieren que todo el mundo
a pelear salga por «ellas».
La colombiana, etc.
Los colombianos no pasan
de ser sólo fanfarones;
se les ha metido ahora
que son más bravos que leones.
La colombiana, etc.
Para estos leones nosotros
sus domadores seremos
que con sólo el chicotillo
a nuestros pies los tendremos
La colombiana, etc.
La despedida de un movilizable16
(Adiós, Adiós)
Gran vals de actualidad y en toda moda
Letra de Cucho Fleta
Adiós, Adiós, me voy para Leticia
a combatir como hombre como león;
no puedo permitir ni una injusticia
contra mi amada Patria, mi Nación.
Pelearé como sabe pelear
el peruano valiente sin temor,
dando prueba que sé a mi Patria amar
y ejemplo de bravura, de valor.
Volveré como ha de suceder,
contento y victorioso porque Dios
nos dará el triunfo, tendremos que vencer.
15
16
El Cancionero de Lima, n.° 930.
El Cancionero de Lima, n.° 934.
467
Gérard Borras
Adiós, Adiós mi prenda idolatrada
ya se acerca el momento de partir,
y tu imagen que en mi alma está grabada
era mi compañera hasta morir.
Pelearé como sabe pelear, etc.
Adiós, adios, me voy contento al frente
a matar enemigos sin piedad,
y si me llega la hora, cual valiente
matando marcharé a la eternidad.
Pelearé como sabe pelear…
La Guapeza colombiana17
Rumba-Fox,
letra de Enrique Carrasco
y música de ¡Ay, Mama Inés!
Han comprado mercenarios
para infundirnos temor,
sin ver que se compran hombres,
mas no se compra valor.
¡Don Sebastián, don Sebastián,
los colombianos qué guapos están!
Sonando cobres en lata
Colombia no más está,
diciendo que tiene plata
para poderse armar más.
¡Don Sebastián, etc.
Poriados de celuloide
parecen los colombianos...
entran a aguas brasileñas
y atacan a los peruanos.
¡Don Sebastián, etc.
Cuidado no más, Colombia,
que vuelvan a resultar
Grau, Bolognesi y más héroes
Pa su guapeza acabar.
¡Don Sebastián, etc.
468
17
El Cancionero de Lima, n.° 928 y 929.
Letras de las canciones, capítulo 3: Leticia
La Partida18
A la guerra me llama el honor
A la guerra me llama el deber
Es preciso acudir con furor
Y os ofrezco morir o vencer.
Abandono mi tierra querida
El Destino me lo exige así
Y me dice con voz atronante:
Parte, parte bien pronto de aquí.
¡¡LETICIA !!19
Soneto - Canción,
con música de Mi Patria y mi Bandera
Es nombre que en los labios hoy lorece
como cárdena rosa perfumada,
cuyo aroma las almas estremece
anunciando una próxima alborada.
LETICIA, la querida y adorada,
con la cual el Perú se enorgullece,
al calor del hogar hoy se embellece
y es una joya por demás preciada.
En ella no ha de ondear jamás bandera
que el blanco y rojo del pendón bendito,
enseña de grandezas y de gloria;
Que si algún día colocar pudiera
en lo alto, en lo más alto, en lo ininito,
sería para honra de la Historia.
Los Colombianos20
Canción de Actualidad,
con música de «Ay Mama Inés»
En Colombia se han formado
con los negros, regimientos,
que en unos palos montados
hacen muchos movimientos.
El Cancionero de Lima, n.° 934.
El Cancionero de Lima, n.° 930.
20 El Cancionero de Lima, n.° 930.
18
19
469
Gérard Borras
Verlos marchar es de reír;
llevando escobas en vez de fusil.
Hay cien negros macheteros
encastados, con los leones,
que les cortaran las alas
a nuestros bravos aviones.
Verlos marchar, etc.
Con la tanda que le ha dado
El Perú a los colombianos
huyen todos disparados
cuando ven a los peruanos.
Verlos marchar, etc.
Luciendo tremenda jeta
Toditos los colombianos,
nos pedirán pronto «chepa»,
diciendo: ¡Somos hermanos!
Verlos marchar, etc.
Los mercenarios21
Canción parodia de La Cucaracha
Y letra de Orlando Bravo A.
Los cobardes mercenarios
se creen de gran corazón
pues muchas pruebas han dado
que los lleva la ambición.
Los mercenarios, los mercenarios
también tiemblan al pensar
que los peruanos son muy valientes
a la hora de pelear.
Los colombianos parecen
unos perros bullangueros
pues se dan ellos gran fama
de ser hombres muy guerreros.
Los mercenarios, los mercenarios, etc.
Con el rile y estandarte
contentos regresaremos
y al desilar por las calles
nuestro triunfo entonaremos.
470
21
El Cancionero de Lima, n.° 936.
Letras de las canciones, capítulo 3: Leticia
LOS MOVILIZABLES22
Pasodoble de actualidad,
Con música de Currito de la Cruz
I
Si la Liga de Naciones
no nos puede hacer justicia,
irán los movilizables
en defensa de Leticia.
¿Quiénes son los más valientes
muchachos de corazón
que nos darán la victoria?
¡Los movilizables son!
II
Va a la lucha el Perú
provocada por Colombia y Belcebú
que pretende usurpar
territorios que tenemos que amparar.
La valiente muchachada
se prepara para la pelea
y por eso diariamente
va a marchar, pues así lo desea.
Y las niñas los aclaman
cuando los movilizables ven
y les dice muy entusiasmadas
dulces palabras de amor también.
MARCHA, MARCHA23
Marcha Patriótica,
cantada por
los Movilizables de Lima y el Callao
Marcha, marcha, soldado valiente,
y no temas fatiga ni sed,
que a tu frente la Patria algún día
ceñirá cariñoso laurel.
Al rigor del calor y del trío
sobreponte con férreo tesón
y acostumbra tu cuerpo a la lucha
que sin hacha no hay triunfo ni honor.
Tan tarán, tan tarán, tan taraaaán.
Bajo el cielo o la carpa, tranquilo
piensa siempre que el hombre es mortal
y que hallar por la Patria la tumba
es lo más que se puede alcanzar.
Marcha, marcha, etc.
Del clarín el metálico acento
que resuena en la guerra o la paz,
es el himno que entona la Patria
y que enseña al soldado a triunfar.
Tan tarán, tan tarán, tan taraaán.
No abandones jamás tu bandera
si es que quieres con honra vivir,
que para eso la Patria ha coniado
a tus manos soberbio fusil.
Marcha, marcha, etc.
22
El Cancionero de Lima, n.° 933.
23
El Cancionero de Lima n.° 934, con el subtítulo «El desbande colombiano».
471
Gérard Borras
Marcha soldado24
Pasodoble
letra de M.E. Carrasco
Y música de «Canta Guitarra»
En el espacio retumba
el sonar de los tambores
y tan sólo de los labios
se escuchan los clamores:
Leticia nuestra será
puesto que siempre lo fue
porque el Dios de la justicia
nuestra causa amparará
Marcha, marcha soldado
marcha, soldado al frente
marcha soldado querido
marcha soldado valiente.
Sigue tú el digno ejemplo
de los héroes queridos
que en la lucha preirieron
sucumbir antes que ser vencidos.
El buen soldado peruano
cuando llega la ocasión
pruebas grandes nos ha dado
de su espartano valor.
Su fama se halla extendida
por todito el mundo ya
y por eso es respetado
y querido de verdad.
MUJER PERUANA25
Vals Patriótico de Gran Éxito,
Con música de Flores de Otoño
Tu patriotismo, mujer peruana,
es acendrado y es ejemplar,
sobresaliendo la loretana
que hasta las armas quiere tomar.
Mujer peruana, tú la injusticia
ni los abusos no puedes ver;
por eso quieres ir a Leticia
a defenderla, siendo mujer.
La loretana, que una corona
hoy en sus sienes ha de ostentar,
pelear desea, como amazona,
porque a su Patria la sabe amar.
Mujer peruana, yo te bendigo
con toda el alma y el corazón,
y si te marchas, me voy contigo
aunque yo sea ya sesentón.
472
24
25
El Cancionero de Lima, n.° 935.
El Cancionero de Lima, n.° 931.
Letras de las canciones, capítulo 3: Leticia
PATRIA26
Himno del 2° Bat. de Movilizables
Letra y Música
de
Melitón Carrasco Limas
I
Juventud, juventud triunfadora,
id valientes al campo de honor
y no temáis al feroz enemigo
que en tus manos ha de caer.
El peruano es hombre de gloria
que deiende el pendón bicolor,
con que miles de soldados inmolaron
dando muestras de gran valor.
II
Ya llegó el momento de prueba
que el Perú en sus hijos confía
y unidos todos marcharemos
resueltos a vencer o morir.
Nada existe que nos detenga;
siempre iremos de frente, adelante,
porque Dios es nuestro guía
y será nuestro justo defensor.
I (bis)
El segundo batallón se engrandece
cuando sabe que va a combatir
al imperioso y cobarde enemigo
que no sabe cómo ha de luchar.
Al ejemplo de Grau y Bolognesi
aquí estamos nosotros alertas
y hoy más que nunca, diremos
que el Perú se hará respetar.
N de la D. -Se publica conforme
al original
¡Peruanos de Pie !27
Décimas patrióticas
¡Valiente pueblo peruano !
¿No oyes el grito guerrero
de aquel pueblo pendenciero
que ayer se llamaba hermano ?
Da al fanfarrón colombiano
su merecido castigo ;
si te ofende el enemigo
dudando de tu valor,
¡enséñale que es error
querer medirse contigo!
Testigo es toda la tierra
que hemos buscado la paz :
sí el colombiano tenaz
26
27
El Cancionero de Lima, n.° 936.
El Cancionero de Lima, n.° 933.
empújanos a la guerra.
Desde la costa a la sierra
no se escucha otro clamor :
Que escarmiente al agresor
que de incultura hace gala.
Contesta, pueblo, con bala,
que es la respuesta mejor.
¡Pueblo peruano valiente !
Formemos todos unidos
de soldados aguerridos
un sólo invencible frente !
De tus acciones pendiente
está la América entera…
473
Gérard Borras
La Patria herida, altanera
convoca a todos sus hijos
teniendo los ojos ijos
en su línea de frontera.
¿No hace vuestra sangre arder
el colombiano zaherir ?
Peruanos : ¡a combatir !
que es lo mismo que ¡a vencer !
hasta hacerle enmudecer
castigar su furia insana ;
que a la histeria colombiana
responda un sólo clamor :
¡Viva el Perú triunfador !
¡Viva Leticia peruana !
Viva Leticia peruana28
Fox-trot
Música de Lloro por Carolina
Y letra de Orlando Bravo
Exclusivo para El Cancionero de Lima
En defensa
de mi Leticia
yo tendré
que morir.
Yo soy pues peruano
así es que ufano
sucumbiré en su defensa.
Por mi Leticia
yo moriré,
por la justicia
yo iré
y al verme en el campo
yo gritaré:
¡VIVA LETICIA PERUANA!
Compañeros, compañeros
a defender Leticia
compañeros, compañeros
a morir por la justicia.
474
28
El Cancionero de Lima, n.° 928.
Letras de las canciones, capítulo 3: Leticia
Viva Leticia peruana29
Pasodoble,
corregido por su autor
Letra y música de
Carlos Cavero Egús
quizá, dedicado a los abnegados civiles,
hijos de Loreto, que consagraron su patriotismo
reincorporando Leticia a su nacionalidad
netamente peruana.
Al comenzar la aurora de Setiembre
día del Sol, Loreto celebró;
y de una vez laureles señaló
al devolver Leticia a la Nación.
Fue en una acción henchida de amor patrio
unos civiles, hombres del Perú
que se expusieron al peligro
en la jornada de la restauración.
No fue un movimiento agresivo
ni el deseo de alterar la paz,
fue el derecho del oriente altivo
de conservar su amplia integridad.
Mas, ahora, el pueblo enardecido
clama al país que ha de cumplir con él
y defender la Patria, hoy en peligro
¡Leticia Peruana! ¡Peruana hasta morir!
(Música impresa en la Casa Maldonado)
29
El Cancionero de Lima, n.° 930.
475
Gérard Borras
8. LEGUÍA
A Leguía1
Tu patriotismo ejemplar
varias veces ya probado
a la Nación ha salvado
cuando ya iba a naufragar.
Pues la has venido a salvar
del abismo en que se hundía
y por eso desde el día
4 DE JULIO glorioso
todo el pueblo con gran gozo
exclama: ¡Viva Leguía!
Todo corazón peruano
te ama con mucha razón
porque tú eres el blasón
de nuestro orgullo no vano;
solamente algún villano
podrá dejar de quererte;
pero el pueblo que es tan fuerte
te venera con fervor
porque eres su protector
pues te amará hasta la muerte.
4 de Julio
Vals2
letra de Juan Chávez
música de
El guardián de la marina
Al actual Presidente
que formó Patria Nueva,
ahora no habrá imprudente
que del Gobierno lo mueva.
Todo el pueblo peruano
de él está coniado,
porque de su patriotismo
mucho tiene que esperar.
Fue proclamado por toda la nación
476
1
2
el Presidente que gobernando está,
todo el pueblo peruano
de este patriota agradecido quedará.
Fue cuatro de Julio el día
de la gloriosa jornada,
fue por siempre exterminada
la nefanda oligarquía.
Don Augusto B Leguía
que es hoy digno mandatario,
El Cancionero de Lima, n.° 359.
Presentado con variantes importantes como one step en el n.° 349.
Letras de las canciones, capítulo 3: Leguía
al Perú le devolvía
orden y prosperidad.
Prisiones, deportaciones,
no implican ningún abuso,
pues los malos elementos
deben de ser desterrados.
Peruanos de buen criterio
jamás serán engañados
con artículos y datos
de la actual oposición.
4 de Julio3
4 de Julio glorioso,
4 de Julio bendito,
te saludo y felicito
lleno de indecible gozo.
4 de Julio, en tu día
el Pueblo te felicita,
y con entusiasmo
grita vivando al señor Leguía.
4 de Julio, por ti
se salvó la Patria amada
en tu feliz alborada
que aplaudo con frenesí.
4 de Julio es el día
más grande de la Nación,
porque acabó la opresión
subiendo al mando Leguía.
4 de Julio, grabado
está en el peruano pecho,
y lo lleva satisfecho
como su bien más preciado.
4 de Julio feliz,
por ti hay un buen Presidente
que trabaja diligente
en bien de nuestro país.
4 de Julio, por ti
bajarán más cada día.
las subsistencias. Leguía
quiere que suceda así.
4 de Julio glorioso,
te saludamos ufanos
todos los buenos peruanos
este día venturoso.
Cantares4
Un ciudadano eminente,
un patriota sin rival,
es el nuevo Presidente
por el voto nacional.
Honradez e ilustración,
es todo lo necesario
y estas bellas dotes son
las del nuevo mandatario.
El pueblo está delirante
en palpitante alegría,
porque ha salido triunfante
el Presidente Leguía.
3
4
El Cancionero de Lima, n.° 359.
El Cancionero de Lima, n.° 359
¡Viva la constituyente
que ha cumplido su deber!
¡Viva el nuevo Presidente
que al Perú va a defender!
Con la paz viene el trabajo
y el bienestar general,
surgen rayos de esperanza
que nos preservan del mal.
Por eso el pueblo ferviente
con singular simpatía,
saluda a su Presidente
Señor Augusto Leguía.
477
Gérard Borras
La caída de Pardo
y el triunfo de Leguía5
I
El total derrumbamiento
de Pardo y de su gobierno,
causará al Perú un eterno
y merecido contento.
Con tal acontecimiento
realizado en un gran día,
termina la tiranía,
el abuso y el cohecho
porque ha triunfado el derecho
subiendo al mando Leguía.
II
La voluntad popular
que a don Augusto eligió,
el ejército juzgó
justo hacerla respetar;
porque querían falsear
la verdad de la elección,
violar la Constitución
con demasiada estulticia,
y el ejército en justicia
ha salvado a la Nación.
III
Del 4 en la madrugada
se efectuó este movimiento,
con el general contento
de la tropa entusiasmada.
Así ha sido derrocada
478
5
El Cancionero de Lima, n.° 333.
la aciaga administración
de Pardo, que sin razón
tan vilmente se oponía
a que subiera Leguía
a gobernar la nación,
IV
Sin oponer resistencia
diz que Pardo se entregó
al grupo que penetró
en su augusta residencia.
Con muchísima clemencia
al Presidente se trata,
pues a ninguno se mata
en esta revolución:
de sangre no hay efusión
y ésta es la nota más grata.
V
La voluntad popular
resultó «como se pide»
y que esto nunca se olvide,
lo debemos recordar....
Y el pueblo al manifestar
su patriótica alegría,
grita por calles hoy día
con entusiasmo ferviente:
¡Viva la Constituyente
y viva el señor Leguía!
Letras de las canciones, capítulo 3: Leguía
La Constituyente6
Diálogo de Actualidad
- Oiga, amigo don Vicente .
dónde va usted tan de prisa?
- Voy pensando en la noticia
de que habrá Constituyente.
Dicen, señor don Antonio
que están «aquellos» que trinan!
porque se lleva el demonio
toda la antigua rutina.»
Por esta vez se han caído
jóvenes y veteranos,
que eran siempre reelegidos
y legislaban treinta años.
Pero vino la reacción
de julio, un clásico día,
subió al mando Leguía
por la pública opinión.
Dijo el nuevo Presidente;
«basta de tantos errores,
venga la Constituyente
y haremos patria, señores.
-Don Vicente, es la manera
de salvar a la Nación,
quitando la mamadera
a tanto insigne mamón.
-Con esa Constitución
el Perú se salvará,
con hombres de corazón
que la patria premiara.
-Muy bien amigo Vicente,
es usted de mi opinión;
viva el nuevo Presidente
que gobierna a la Nación.
La transmisión del mando7
Por in llegó el momento
De prestar juramento
Y el presidente marchaba
En medio de gran contento.
La Asamblea reunida
Esperaba al presidente
Para ungirlo con el oleo
Del mando constituyente.
Grandes oleadas de gente
las calles las inundaban,
y allí el momento esperaban
de iesta tan atrayente.
Ya se anuncia fuertemente
con la marcha de «Bandera»,
el paso del Presidente
que el pueblo con ansia espera.
6
7
El Cancionero de Lima, n.° 334.
El Cancionero de Lima, n.° 340.
Y a la Asamblea entró
donde todos lo esperaban,
y a su paso lo aclamaban
aquel que el pueblo eligió.
Fue momento de alegría
cuando en lujoso carruaje,
de diplomático traje
se viera al señor Leguía.
La banda presidencial
que sobre el pecho llevaba,
a todo el mundo inspiraba
entusiasmo sin igual.
El pueblo se enloquecía
de júbilo y de contento,
y tras el coche siguió
vivando a cada momento.
479
Gérard Borras
Los balcones se llenaron
también teatros y cinema,
y todos pues celebraron
esa exaltación suprema.
Con atronadores vivas
manifestaba la gente,
su más grandes simpatías
por el nuevo presidente.
Las elecciones8
Vals de última moda con música de
Pobre mi madre querida
Pasaron las elecciones
y el miedo también pasó,
porque ya todo acabó,
ya no habrán revoluciones
porque Leguía triunfó.
Perdió la lucha don Ante
y el oro también perdió,
pero la esperanza no,
porque dice que triunfante
y victorioso salió.
¡Pobre señor tan querido!
¡cuánto dinero ha gastado
en la elección que ha perdido!
¡cuántos disgustos le han dado!
¡que mal pago ha recibido!
Ya van dos veces con ésta
que quiero ser presidente,
pero hablando francamente
mucho trabajo me cuesta
el ir contra la corriente.
480
8
El Cancionero de Lima, n.° 330 (agosto de 1919).
¡Viva el orden más perfecto!
¡viva la Constitución!
¡viva el Presidente electo
que ha conquistado el afecto
de la peruana nación!
El Ejército que vio
practicar las elecciones,
del público recibió
afectuosas ovaciones,
porque así lo mereció.
¡Ay mamita! yo no quiero
lanzarme de candidato,
por no pasar un mal rato,
ni que me dejen «calato»,
quiero decir sin dinero.
Pobre mi madre querida
que pasó días de susto,
hoy vive con mucho gusto
gozando de buena vida,
porque triunfó don Augusto.
Letras de las canciones, capítulo 3: Leguía
Patria Nueva9
Vals del día
Letra y música
Agustín R. Vilches.
Cantado por A. López y A. Luna
Todo peruano patriota
Hoy siente gran regocijo
Por el triunfo que ha obtenido
La Asamblea Nacional.
Seamos todos unidos
Ayudando al gran patriota
Que hoy rige los destinos
De nuestro amado Perú.
Es don Augusto Leguía
Sol radiante del nuevo Perú,
Que dará a nuestra Patria
Días de eterna prosperidad.
Así pronto volverán
A nuestro seno
Las cautivas Tacna y Arica
Retenidas injustamente
Por el araucano del Sur.
Patria nueva10
One step
letra de Juan Chávez
música de
El guardián de la marina
El actual presidente
que formó Patria Nueva,
y ahora no hay imprudente
que el gobierno lo mueva.
Todo el pueblo peruano
de el está coniado,
porque de su patriotismo
mucho tiene que esperar.
9
El Cancionero de Lima, n.° 339 ( 5/10/1919).
El Cancionero de Lima, n.° 349.
10
481
Gérard Borras
Prisiones, deportaciones,
justas y sin abuso
pues los malos elementos
deben de ser desterrados.
Peruanos de buen criterio
jamás serán engañados
con artículos y datos
de la actual oposición.
Fecha gloriosa ha de ser
el día que se extermine
la nefanda oligarquía
que tantos daños causó.
Triunfo de Leguía11
Vals de moda
letra y música del compositor
Nacional Marcelino R. Guerrero.
Ha triunfado la Presidencia Leguía
elegido por el pueblo nacional,
nos promete bajar la carestía
ahora que hay ya la paz universal.
Vuestra excelencia peruano nacional
dijo al traidor yo defenderé
las provincias que hay que rescatar
Patria nueva queremos sin demorar.
Nosotros el Pueblo agradecemos
las promesas de vuestra excelencia
pero al in las cautivas rescataremos
¡Viva el Perú! Consuelo y paciencia.
482
11
El Cancionero de Lima, sin número, probablemente de la serie n.° 300.
Serie Leticia
SERIE LETICIA
483
Gérard Borras
484
Serie Leticia
El Cancionero de Lima
ConfliCto peruano-Colombiano
485
Gérard Borras
486
Serie Leticia
487
Gérard Borras
488
Serie Leticia
489
Gérard Borras
490
Serie Leticia
491
Gérard Borras
492
Serie Leticia
493
Gérard Borras
494
Bibliografía
Bibliografía
Periódicos
La Crónica, 31 octobre 1960
La Lira Limeña, 1929-1936
Variedades 1910-1930
El Comercio 1905-1925
El obrero textil, 1921
ALEGRÍA, C., 1965 ± Duelo de caballeros, 117 pp. ; Lima: editorial Losada.
ANSART, P., 1977 ± Idéologie, conlit et pouvoir, 275 pp.; París: Presses
Universitaires de France.
ATTALI, J., 1977 ± Bruits, essai sur l’économie politique de la musique; París:
Presses universitaires de France.
AUBERT, L., 1993 ± Musiques traditionnelles et sociétés contemporaines.
L’aquarium, 11/12: 13-15.
BALANDIER, G., 1985 ± Anthropo-logiques, 319 pp.; París: Le livre de
Poche. Segunda edición, revisada y corregida.
BARBERO, J. M., 2002 ± Des medias aux médiations. Communication,
culture et hégémonie, 224 pp.; París: ed. CNRS.
495
Gérard Borras
BASADRE, J., 1964 ± Historia de la República del Perú (1822-1933), Tome
X; Lima: ed. Historia.
BASADRE, J., 1968 ± Historia de la República del Perú (1822-1933).
Tomos XIII ± X IV; Lima: Editorial Universitaria.
BASSO, A., 1972 ± Selección de valses criollos. Lima: ed. Díaz,
BAUDOUIN, J., 1947 ± Folklore de Lima. Visión y síntesis, 73 pp.; Lima:
Ediciones biblioteca peruanología.
BEDOYA, R., 1992 ± 100 años de cine en el Perú: una historia crítica, 447 pp.;
Lima: Universidad de Lima.
BEDOYA, R., 1997 ± Un cine reencontrado. Diccionario ilustrado de las
películas peruanas, 343 pp.; Lima: Universidad de Lima.
BEYAUT, G. & BEYAUT, H., 1973 ± América latina? De la Independencia
A la la Segunda Guerra mundial, 296 pp.; México: Siglo XXI.
BLACKING, J., 1980 ± Le sens musical, 144 pp.; París: ed. de Minuit.
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Grabaciones del CD
1. La japonesa. Polca (3’17) - Montes y Manrique. Columbia-P38
2. La Palizada. Vals (3’12) - Montes y Manrique. Columbia-P17
3. Idolo. (3’16) Salerno y Gamarra – Víctor TM 81807-B
4. Aurora. Vals (3’13). (F. Barreto)- Señorita Moro - Víctor TM 69655
5. Jorge Chávez. Vals (3’01) - Montes y Manrique. Columbia-P24
6. Entre las lores. Mazurca (2’53). (Libornio) – Montes y Manrique
Columbia-P40
7. El Guardián. Vals (3’05). (Flórez- Peña) - Los Dávalos
8. La Picaronera. Pregón (3’02) (recop. R.M. Ayarza) - Cecilia Barraza
9. La Cabaña. Vals (3’57). (A. Sáez) - Las Limeñitas
10. Luis Enrique. Vals (2’34). El Plebeyo (F. Pinglo) - Jesús Vásquez
11. Ole Gaona. Marcha (3’13) (Ayllón) - Banda del Batallón de gendarmes
n.° 1. Víctor TM 72095-B
12. Alejandrino Montés. (3’35) Rodríguez y Vargas - Víctor TM 73634-B
13. Sepulturero (3’09) Salerno y Gamarra – Víctor TM 81318-A
14. Luis Pardo. Vals (3’29) - Medina y Carrillo. Víctor TM. 81559-B
15. Arica. Vals (3’15) - Montes y Manrique. Columbia-P15
16. Huáscar. Tondero (3’19) - Montes y Manrique. Columbia-P15
17. Asalto de Arica I. Pieza imitativa (3’07) - Montes y Manrique.
Columbia-P4
18. Asalto de Arica II. Pieza imitativa (3’07) - Montes y Manrique.
Columbia-P4
503
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TAREA ASOCIACIÓN GRÁFICA EDUCATIVA
Pasaje María Auxiliadora 156 - Breña
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Teléf. 332-3229 Fax: 424-1582
Junio 2012 Lima - Perú
El vals criollo peruano sigue siendo asociado hasta hoy con los grandes artistas que le
dieron fama internacional a mediados del siglo XX. En un contexto de migración masiva
de los habitantes de los Andes hacia la costa en general, y hacia la capital en particular,
este boom de los años cincuenta instala al vals como la expresión insoslayable de la
identidad criolla limeña. Pero tiene otro efecto: tiende una cortina de humo y de sonidos
que opaca o impide el conocimiento y la comprensión de lo que fue realmente este
fenómeno musical durante las primeras décadas del siglo XX en la vida cotidiana
de la Ciudad de los Reyes.
La investigación presentada aquí propone una nueva lectura de esta época, poniendo
en evidencia las estrechas relaciones entre el vals y los habitantes de la ciudad. Con
una serie de objetos musicales el autor reconstruye una memoria distante. Los discos
de 78 rpm y las partituras vuelven a dar vida a melodías y canciones hoy en gran parte
olvidadas. Pero, sin duda alguna, son los cancioneros que circulaban en las capas
populares los que permiten entender la importancia del vals en la sociedad limeña.
Cada semana, durante décadas, cantidades de canciones, en su mayoría anónimas,
cantaban al amor, a sus felicidades y a sus tormentos. Pero relataban también en
sus versos las crisis sociales y políticas, los cambios urbanos y la irrupción de la
modernidad tecnológica, la importancia de las corridas de toros, los asaltos de
bandoleros, los duelos entre maleantes. Tantos temas que hacen del vals una
herramienta excepcional que permite componer una historia “a ras del suelo”
de los sectores populares de la capital peruana.
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