Ignacio Alzaga/Milenio
CIUDAD DE MÉXICO.- "Murió haciendo lo que más quería", dijo la pareja del militar asesinado con otros cuatro compañeros de armas durante la emboscada que perpetraron criminales el viernes pasado en Culiacán, Sinaloa, para rescatar a un líder delincuencial. 

La tristeza no la abandona al igual que a las familias de las víctimas, entre ellas Cristian, cabo de sanidad que ayudó a salvar la vida de un delincuente herido —presuntamente Julio Óscar Ortiz Vega, El Kevin, pero personal de la Sedena reiteró a Milenio que “es un nombre falso para encubrir la identidad de Aureliano Guzmán, hermano de El Chapo—, pues lo atendió de las lesiones de bala que recibió durante un enfrentamiento previo con soldados.

Tenía 26 años y era originario de Mazatlán. Causó alta en el Ejército en 2011, a la edad de 21. “Era de gran calidad humana y su interés por preservar la salud de sus compañeros lo motivó a clasificarse en el servicio de sanidad”, destacó uno de sus comandantes.

Estuvo cinco años y siete meses como militar al servicio de la patria; causó alta con el rango de soldado de infantería en la 24 Compañía no Encuadrada, con sede en San Ignacio, Sinaloa.

Colaboró para estabilizar al criminal herido, quien posteriormente fue rescatado por criminales que atacaron con armamento de alto poder al grupo de militares que lo trasladaban a un hospital de Culiacán.

El 30 de septiembre pasado, un grupo de elementos del Ejército regresaba de realizar operativos de erradicación de plantíos de droga en la zona serrana de Sinaloa cuando se encontraron con delincuentes.

Los criminales comenzaron a disparar desatándose un enfrentamiento, dijeron a Milenio mandos de la institución.

Un agresor fue herido de bala y para salvarle la vida los soldados intentaron —con base en el respeto a los derechos humanos y en protocolos establecidos en el Manual de Uso de la Fuerza— que fuera internado en un hospital de Badiraguato, donde no lo atendieron adecuadamente.

Por eso enfilaron a Culiacán, zona en la que se les atacó a traición. “Se dividió la fuerza, ya que mientras una parte de los militares se quedó para resguardar el perímetro del primer enfrentamiento para garantizar una adecuada investigación y evitar falsas acusaciones de violaciones a derechos humanos, otro grupo intentó salvar la vida del sospechoso lesionado”, agregó un mando.

De estos “héroes de la actualidad”, como los consideró el secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, el más joven tenía 20 años y solo uno de servicio en el Ejército; era originario de Mazatlán y le sobreviven sus padres.

Otro era un sargento segundo de infantería que nació en Orizaba, Veracruz, y causó alta en las fuerzas armadas hace 11 años y cuatro meses; tenía 34 años y dejó a su pareja, hijas y padres.

También murió un cabo conductor de 46 años originario de Zamora, Veracruz, de los cuales 24 años y seis meses los dedicó al servicio de las armas; durante su trayectoria fue recompensado con diversas condecoraciones.

Además falleció otro cabo conductor, nacido en Oaxaca, de 40 años, de los cuales 20 fue militar; les hace falta a su esposa, hijos y padres. Recibió condecoraciones de perseverancia  de cuarta y quinta clase por prestar servicios de manera destacada durante 10 y 15 años.