La inapetencia de los niños es un hecho tan frecuente, que se ha convertido en el 45 a 50 % de los motivos por los que los padres visitan al pediatra. ¿Tu niño no come? No te alarmes Te contamos qué hacer y qué no para remediarlo.

 

Muchas veces los padres se sienten angustiados cuando ven que su hijo no quiere comer, y comienza una batalla en la que abundan los castigos, recompensas y en ocasiones, el sufrimiento de ambas partes.

La inapetencia de los niños puede deberse a varios factores, generalmente suelen ser situaciones normales, pero para los padres el hecho de sentir que su hijo no se está alimentando bien puede ser verdaderamente frustrante y causarles una gran preocupación.

De acuerdo a algunos pediatras, existen tres tipos de inapetencias:

a) Fisiológica. Al cumplir su primer año de vida, los niños sufren una desaceleración en cuanto a subida de peso y de estatura, a diferencia de como venía ocurriendo en los meses anteriores. En esta nueva etapa, no crecen tan rápido, pero van adquiriendo nuevas habilidades. Empiezan a caminar, por lo tanto se interesan más por explorar el mundo que está a su alrededor y a jugar, que por la propia comida.

Al no necesitar subir de peso o aumentar de talla como antes, su cuerpo no presenta una gran necesidad calórica. Durante los primeros 12 meses, el niño requiere de 100 a 120 calorías por kilo, mientras que cuando inicia la etapa preescolar, necesitará entre 80 a 100 calorías por kilo.

b) Orgánica. Se produce cuando surge alguna enfermedad de tipo gastrointestinal, a nivel de los riñones o pulmonar. Es necesario que en los primeros 12 meses de vida, el niño se alimente correctamente. Si en esta etapa no desea recibir leche materna y ningún otro alimento, lo recomendable será acudir al pediatra.

c) Malos hábitos. En muchas ocasiones, la inapetencia del niño surge por los malos hábitos en la alimentación. Ofrecerles dulces o comidas procesadas o en paquete (en exceso), no establecer un horario preestablecido para comer (por lo que terminan comiendo a cualquier hora), consumir líquidos antes de las comidas, no variarles el menú, etc; terminan por ser algunas de las causas principales por las que los niños dejan de comer.

Una vez que se ha detectado cuáles son los factores que provocan la inapetencia en el niño, toca poner manos a la obra e idear estrategias que le incentiven a comer de forma saludable y en la cantidad necesaria para su sano desarrollo y crecimiento.

Cosas que se pueden hacer para que el niño coma…

1.- En primer lugar los padres deberán visitar al pediatra para descartar algún desajuste fisiológico, orgánico o emocional en el infante.

2.- Los padres deberán ser organizados con los horarios de las comidas de su hijo, que deberá contar por lo menos de dos comidas abundantes, más las meriendas. No se le deberán ofrecer bebidas antes de comer y el tiempo para esta actividad no deberá sobrepasar los 30 a 40 minutos.

3.- El lugar para la alimentación, siempre deberá ser el comedor y en familia, para poder enseñarle a comer de manera saludable. Los platos deberán ser llamativos, compuestos de comida variada y muy colorida.

4.- La actitud ante el rechazo del niño a la comida, deberá ser en todo momento positiva, se deberán evitar los regaños, los castigos, los premios, evitando (al mismo tiempo) ser muy permisivos con los berrinches y los chantajes.

5.- Los niños no comen las mismas porciones que los adultos, por lo que se debe prestar atención al servirlas, puesto que deberán estar adecuadas a su edad. Se podrá comenzar sirviendo poca cantidad, para luego ir aumentándolas progresivamente, a medida que el niño las vaya aceptando.

6.- Se podrá recurrir a la negociación, en donde si no come una cosa, podrá comer más de la otra, pero no se deberá premiar con dulces o con comida “chatarra”, ni tampoco es aconsejable que existan los chantajes.

7.- El niño deberá estar concentrado en el acto de comer, por lo que el televisor, los juegos o cualquier otro elemento, serán elementos distractores que se deberán evitar a la hora de la comida.

8.- Al servir el plato, si el niño no come en los próximos 20 minutos, se levantará el alimento y se le dirá al niño que solo volverá a haber alimentos en la próxima comida. Si la situación es normal, el infante tendrá hambre en algún momento.

9.- Con relación a los alimentos suministrados entre las comidas fuertes, se deberá optar por las frutas y los carbohidratos complejos. Se deberán evitar las gaseosas, los paquetes, dulces y cualquier comida que pueda ser catalogada como “chatarra”.

10.- Para evitar que el niño rechace el momento de la comida y no se convierta en un sinónimo de sufrimiento, los padres deberán intentar que éste sea un rato agradable y los más placentero posible, ausente de tensiones, regaños o gritos.

Cosas que se deben evitar…

1.- Los padres al ver que sus hijos no comen, pueden verse tentados a, por ejemplo, reemplazar las comidas elaboradas, por otros alimentos y bebidas que les gustan más a los niños (galletas, tortitas, etc), o por yogures o teteros, por lo que se deberá evitar caer en esta tentación.

2.- Se deberá evitar también convertir las comidas en un momento de “menú a la carta”, en el que el niño no come lo que está hecho, sino que pide otra cosa y se le ofrece. El niño deberá comer lo que se ha preparado para ese momento.

3.- No convertir las comidas en batallas campales y evitar alterarse por el rechazo del niño hacia la comida. En estos casos, sólo será opción, mantener la calma.

4.- Evitar los premios y los castigos, pues el niño debe aprender la importancia de la comida en sí misma, sin la necesidad de asociarla con el primer o el segundo caso.

¿Cuáles son las consecuencias de obligar a un niño a comer?

a) Al obligar al niño a comer, pensando que se le está haciendo un bien, por lo general termina siendo una conducta que originará rechazo por ese alimento y muchos otros por parte del niño. Y si además, si le genera sufrimiento, acabará por asociar este sentimiento al momento de la comida, cuando en realidad, debería ser un momento placentero.

b) Así se le grite, amenace, chantajee, el niño comerá siempre lo mismo.

c) Forzar al niño a comer, le generará vómitos.

d) El chantaje, los premios y los castigos, son errores pedagógicos que deben evitarse por completo.

e) Si el niño es pequeño y aún no tiene capacidad de raciocinio, pensará que los padres, quienes debieran darle cariño, le gritan y lo atacan sin comprender muy bien la razón.

d) Puede que el niño rechace la comida porque quiere comer sólo y no que se la den. En tal sentido, se estará lesionando su sentimiento de autonomía e independencia.

f) Obligar un niño a comer cuando ya comió y no desea comer más, sólo porque se piensa que no ha comido lo suficiente, puede generar a la larga problemas de sobrepeso.

Los expertos coinciden en que no hay que obligar a los niños a comer. Como seres humanos ellos se dan cuenta de cuánto comer y cuándo parar. No se les debe insistir para que comen cuando no quieren, o que coman más rápido de lo esperado o más cantidad de la que desean. Si se insiste en hacer esto, sólo se lograrán resultados negativos.

Por lo tanto, si el niño no quiere comer, las premisas serán mucha paciencia y actitud positiva, y el refuerzo de los hábitos.

Si la actitud persiste y se comienza a observar que el niño no se encuentra bien, pierde peso de forma considerable, no crece, etc; se debe recurrir a la asistencia de un especialista.

Fuente:

Eroski Consumer 

Cadena Ser