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Estos son los sectores con más y con menos empleo formal en el país

El mayor nivel de formalidad en los trabajos lo tiene electricidad, gas y agua, con 96,8 por ciento.

ECONOMÍA Y NEGOCIOS
Con el 96,8 por ciento de sus trabajadores enganchados con un empleo formal, el sector de servicios de electricidad, gas y agua aparece como el mejor en materia laboral.
Entre tanto, pese a ser el que más nuevos puestos viene creando desde hace varios meses, el sector de comercio, hoteles y restaurantes es el que tiene la mayor tasa de informalidad en sus trabajadores.
Así lo muestra la Federación de Aseguradores de Colombia (Fasecolda) en su informe sobre indicadores de riesgos laborales por sectores económicos, que recoge y analiza cifras del Dane.
En el mismo informe, la intermediación financiera aparece en el segundo lugar con el 89,4 por ciento de empleos formales, seguida de cerca por el sector de explotación de minas y canteras, con el 87,8 por ciento.
Completan los primeros cinco puestos el área de actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler, con el 64,4 por ciento, y la industria manufacturera con una formalidad de 62,7 por ciento.
En el otro extremo, como ya se dijo, está comercio, hoteles y restaurantes, en donde la informalidad laboral llega al 65,8 por ciento, es decir, solo el 34,2 por ciento de sus trabajadores tiene un empleo formal.
No muy lejos se encuentra la construcción, donde a pesar de mantener cierta constante en su aporte al número de plazas que ofrece, está en ese informe con un 61,2 por ciento de informalidad.
Le siguen, en su orden, transporte, almacenamiento y comunicaciones, con el 57 por ciento, y agricultura, pesca, ganadería, caza y silvicultura con el 50,6 por ciento.
Cómo lo logran
Frente a lo que sucede en el sector que comprende acueducto, alcantarillado, aseo, energía eléctrica, gas natural y telecomunicaciones, el más destacado por sus cifras, Mauricio López González, vicepresidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), señaló que en este segmento la formalidad es una constante.
En el caso de energía eléctrica, según el directivo, en toda la cadena de generadores, transmisores, distribuidores y comercializadores es formal, y la ley lo exige para poder producir las facturas, lo que en consecuencia hace que toda su estructura laboral también lo sea. Algo similar ocurre con el gas natural.
Sin embargo, López advierte que donde está ese pequeño porcentaje de informalidad en el sector es en acueducto y alcantarillado y aseo que, pese a que la gran mayoría de las empresas que ofrecen el servicio a las grandes capitales y a muchos municipios son formales, podrá haber otras de acueductos veredales que lo presten de manera inadecuada, porque pueden ser manejados por juntas de vecinos en donde el fontanero o la secretaria no correspondan al empleo con todas las exigencias de ley, y que se convierten en ese 3,2 por ciento informal del segmento de servicios de electricidad, gas y agua.
“Todos los demás cumplen con su facturación con la Dian, el sistema de parafiscales y no hay forma de estar por fuera de esa formalidad”, recalcó López.
Si bien la rama de transporte, almacenamiento y comunicaciones está en los últimos lugares, López resalta lo que ocurre específicamente en el subsector de telecomunicaciones: “Quienes ofrecen los servicios de móvil, internet, telefonía fija, bases de datos, larga distancia y televisión por suscripción son compañías formales; de no ser así, no podrían prestar servicios”.
De otra parte, fuentes cercanas al sector de explotación de minas y canteras aseguran que hacer cualquier actividad petrolera tiene un grado de complejidad elevado y resulta costoso, por lo que no cualquier empresa se arriesga.
En ese sentido, la seriedad de las compañías hace que las contrataciones se hagan con todos los requerimientos de ley. Además se necesita mano de obra muy especializada, y en esas condiciones no se puede contratar a menos que sea con todas las prestaciones legales.
Javier García Granados, vicepresidente de Seguimiento, Control y Seguridad Minera, dice que la Agencia Nacional de Minería (ANM), dentro de su función como administrador del recurso minero de la Nación, debe realizar el seguimiento y control a los títulos mineros vigentes, lo que significa verificar el cumplimiento del contrato minero y de la ley.
“Dentro de los aspectos que se tienen en cuenta para esta revisión, está el aspecto laboral, que es bastante relevante. Dentro de este tema pedimos el número de personas que laboran en el título minero, planillas de afiliación al Sistema de Seguridad Social, incluyendo la ARL, informes de dotación al personal de acuerdo con la labor que realizan. Además verificamos el Manual de Funciones y el Reglamento de Seguridad e Higiene. Estos datos que se capturan título a título nos permiten, a su vez, mantener un número agregado de los empleos que genera la minería legal, o sea amparada en un título vigente”, señaló García.
Por su parte, de acuerdo con la Asociación Bancaria (Asobancaria), además del alto nivel de formalidad en el sector, “muchas de nuestras entidades afiliadas se consagran como las instituciones más apetecidas para trabajar, no solo por su reputación dentro de sus empleados, sino por la alta demanda por capital humano de calidad”.
El gremio subraya el esfuerzo por dar trabajo digno, estable, bien remuneradas y con múltiples beneficios. Además de empleo formal, hacen hincapié en ofrecer formación constante a los trabajadores.
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