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La actriz que dio el beso más largo del cine
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100 años del nacimiento de ingrid bergman

La actriz que dio el beso más largo del cine

La estrella sueca no sólo conquistó Hollywood sino que protagonizó en 'Encadenados', de Alfred Hitchcock, una de las escenas más sensuales de la historia del séptimo arte

Foto: Ingrid Bergman junto al director Alfred Hitchock
Ingrid Bergman junto al director Alfred Hitchock

Tres segundos. Ese era el máximo que podía durar un beso si el director quería que su película pasara el corte del censor. Entre los años treinta y cincuenta, Joseph Breen aplicó con mano férrea el llamado código Hays (en honor a su predecesor) de moral y censura. Esto implicaba nada de cuestiones éticas en las películas que pudieran inducir a la reflexión, nada de blasfemias, tacos, relaciones extramatrimoniales, interraciales, homosexuales ni tampoco insinuaciones, sexo, desnudos, camas revueltas o besos apasionados.

Pero siempre hay formas de burlar la censura. Ingrid Bergman, la cuarta actriz más importante del cine según el American Film Institute que cumpliría este sábado 100 años, fue la responsable de dar un apasionado y erótico beso que burló la censura. El beso más largo de la historia del cine. O, al menos, así publicitaron la rápida y erótica sucesión de besos que Bergman y Cary Grant se dieron por indicación de Alfred Hitchcock en Encadenados (1946).

Hoy puede parecer algo mojigato, pero Hitchcok consiguó que sus dos protagonistas estuvieran dos minutos y medio pegados y creó una de las escenas más míticas del cine clásico. El director no se saltó la censura porque todos los besos que se dan Bergman y Grant duran escrupulosamente tres segundos, pero alumbró uno de los momentos más sensuales del cine del Hollywood dorado. "Era un beso que, por así decirlo, se abría y se cerraba, pero los censores no podían cortar la escena porque en ningún momento nos besábamos más de tres segundos. Hacíamos otras cosas, eso sí. Nos mordisqueábamos la oreja y nos dábamos un beso en la mejilla, de modo que parecía interminable", aseguraba la propia actriz años más tarde en Mi Historia.

A pesar del éxito de esta escena, Bergman no las tenía todas consigo y se encaró con Hitchcock, quien tras imponer su visión le espetó el célebre "no es a mi manera. Es la manera correcta" y el "Ingrid, finge". La actriz sueca fue una de las primeras rubias de Hitchcock. De hecho,a pesar de que ya había triunfado en Hollywood con Casablanca (1942), Por quién doblan las campanas (1943) y Luz que agoniza (1944), filme con el que ganó el primero de sus tres premios Oscar, tuvo que teñirse el pelo para poder rodar con el director inglés. Fue, junto a Grace Kelly, la actriz que más trabajó con él: Recuerda (1945), Encadenados (1946) y Atormentada (1949).

Era esencial para ellos no separarse y no romper esta atracción; sentía también que la cámara, que representaba al público, debería ser admitida como una tercera persona que había que unir a ese largo beso

El beso de Encadenados dio mucho que hablar. François Truffaut, en su larga entrevistas con el maestro inglés, asegura que Hitchcok firma el ménage à trois más discreto de la historia del cine. "Creo que a partir de Encandenados ha sido usted considerado no sólo un especialista del suspense, sino también como un especialista del amor físico en el cine", le dice el francés en El cine según Hitchcock. "Evidentemente los actores detestaban hacerlo. Se sentían terriblemente incómodos y sufrían por la manera en que debían cogerse uno al otro. Entonces les dije: "Me importa poco que os encontréis cómodos o no, lo que importa es el efecto que se obtendrá en la pantalla", explicó refiriéndose a que este beso fue rodado en un primer plano mientras Bergman y Grant atravesaban todo el plató.

"Esta escena fue concebida para mostrar el deseo que tenían el uno del otro y había que evitar por encima de todo romper el tono, la atmósfera dramática (...) Yo sentí que era esencial para ellos no separarse y no romper esta atracción; sentía también que la cámara, que representaba al público, debería ser admitida como una tercera persona que había que unir a ese largo beso. Daba al público el gran privilegio de besar a Cary Grant y a Ingrid Bergman juntos. Era una especie de ménage à trois, de matrimonio triangular, aunque temporal", agregó.

placeholder Pinche en la imagen para ver la carrera de Ingrid Bergman en imágenes
Pinche en la imagen para ver la carrera de Ingrid Bergman en imágenes

Pero este beso no es lo único que ha pasado a la historia de Encadenados. Durante el rodaje de esta película, como años después se supo con la autobiografia de la actriz, Bergman estaba viviendo una intensa y fugaz historia de amor con Robert Capa. El fotógrafo estuvo durante el rodaje del filme haciendo un reportaje para la revista Life y parte de ese triángulo amoroso, de esas miradas que dicen más que las palabras y de esa interpretación tienen mucho de ese tridente Hitchcock-Bergman-Capa. No sólo eso, sino que este romance inspiró La ventana indiscreta. En los próximos años se convertirá además en película: Seducing Ingrid Bergman, basada en el libro del mismo nombre de Chris Greenhalgh, será su versión cinematográfica con guion de Arash Amel y James Mangold como director.

Homenajes

El MoMA homenajea a la actriz en el centenario de su nacimiento con una retrospectiva que repasará lo mejor de su filmografía con introducciones que harán sus propios hijos hasta el próximo 10 de septiembre. Entre las 14 películas que se verán se encuentran Casablanca, Viaggo in Italia, Sonata de otoño, Juana de Arco o Las campanas de Santa María. También la Filmoteca de Catalunya repasará la carrera de la actriz durante el mes de septiembre.

placeholder Los cuatro hijos de Bergman en la presentación de su documental en Estocolmo (Efe)
Los cuatro hijos de Bergman en la presentación de su documental en Estocolmo (Efe)

El 12 de septiembre, además, Isabella Rossellini y Jeremy Irons llevarán a la Brooklyn Academy of Music el montaje teatral The Ingrid Bergman Tribute. Sólo se podrá ver una vez este espectáculo en el que recorrerán la vida de la actriz leyendo fragmentos de sus memorias desde su comienzo en Suecia hasta su muerte en 1982 a causa de un cáncer de mama. La obra, escrita por Ludovica Damiani y Guido Torlonia, que también se encarga de la dirección, se apoyará en fragmentos de sus películas, fotografías de su vida y su correspondencia para trasladar al público el magnetismo de la actriz.

Ayer además sus cuatro hijos, Pia Lindstron y Roberto, Isabella e Isotta Rossellini, presentaron en Estocolmo el documental Ingrid Bergman, en sus propias palabras, dirigido por Stig Björkman que ya se pudo ver en el Festival de Cannes. Además, Isabella ha reeditado el libro Ingrid Bergman, una vida en imágenes, con 400 fotografías inéditas de la actriz. "No sólo es un retrato de una mujer, es también un recorrido por dos formas de arte que tienen un poco más de vida que un siglo: el cine y la fotografía", aseguró su hija.

Tres segundos. Ese era el máximo que podía durar un beso si el director quería que su película pasara el corte del censor. Entre los años treinta y cincuenta, Joseph Breen aplicó con mano férrea el llamado código Hays (en honor a su predecesor) de moral y censura. Esto implicaba nada de cuestiones éticas en las películas que pudieran inducir a la reflexión, nada de blasfemias, tacos, relaciones extramatrimoniales, interraciales, homosexuales ni tampoco insinuaciones, sexo, desnudos, camas revueltas o besos apasionados.

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