Rev. Cient. Cien. Nat. Ambien. 8(2):81-86
Enero 2015
ISSN: 1390-8413
Pernía et al. • Detección de cadmio y plomo en leche
de vaca comercializada en la ciudad de Guayaquil,
Ecuador
Detección de cadmio y plomo en leche de vaca
comercializada en la ciudad de Guayaquil, Ecuador
Cadmium and lead levels in cow´s milk
marketed in the city of Guayaquil, Ecuador
Beatriz Pernía1*, Mariuxi Mero2, Kenya Bravo3, Nelson Ramírez3,
David López3, Jorge Muñoz3 & Fidel Egas4
1
2
Prometeo SENESCYT, Facultad de Ciencias Naturales, Universidad de Guayaquil,
Guayaquil, Ecuador
Instituto de Investigaciones de Recursos Naturales de la Facultad de Ciencias Naturales,
Universidad de Guayaquil, Guayaquil, Ecuador
3
Facultad de Ciencias Naturales, Universidad de Guayaquil
4
Facultad de Economía, Universidad de Guayaquil, Ecuador
Recibido 18 de septiembre 2014; recibido en forma revisada 24 de octubre 2014, aceptado 6 de noviembre 2014
Disponible en línea 5 de enero 2015
Resumen
El cadmio (Cd) y el plomo (Pb) son metales pesados tóxicos capaces de generar enfermedades
en humanos. El objetivo del presente trabajo fue detectar la posible presencia de Cd y Pb
en leche de vaca ultrapasteurizada, pasteurizada y en polvo, comercializada en la ciudad de
Guayaquil, Ecuador. Para ello, se muestrearon distintas presentaciones de leches de varias marcas:
pasteurizadas (3 marcas), ultrapasteurizadas (8 marcas) y en polvo (5 marcas). Las muestras
fueron digeridas con ácido nítrico: peróxido de hidrógeno y la concentración del metal pesado
se detectó mediante un Espectrofotómetro de Absorción Atómica (Perkin-Elmer). En las leches
líquidas y ultrapasteurizadas no se hallaron los metales pesados. Sin embargo en la leche en polvo,
se detectó altas concentraciones de Pb (5,450±2,474 ppm) y Cd (0,333±0,176 ppm). Los valores de
Pb están 272 veces por encima del valor máximo permitido para leche según el Codex alimentarius
(0,02 ppm) y en el caso del Cd no existen valores máximos permisibles, por lo que se propone la
generación de una norma de valor máximo para Cd en leche para el Ecuador.
Palabras claves: cadmio, Ecuador, leche, plomo.
Abstract
The Cadmium (Cd) and lead (Pb) are toxic heavy metals able to cause diseases in humans. The
aim of this study was to detect the presence of Cd and Pb in ultra-pasteurized, pasteurized and
powdered cow milk marketed in the city of Guayaquil. For this purpose, different presentations
and brands of milk were sampled: pasteurized (three brands), ultra-pasteurized (eight brands)
and powdered milk (five brands). The samples were digested with nitric acid: hydrogen peroxide
and the heavy metal concentration was detected using an Atomic Absorption Spectrophotometer
(Perkin-Elmer). Heavy metals were not detected in liquid and ultra-pasteurized milk the. However,
in powdered milk, high concentrations of Pb (5.450 ± 2.474 ppm) and Cd (0.333 ± 0.176 ppm)
were detected. The Pb values are 272 times higher than the permitted maximum level for milk
according to Codex Alimentarius (0.02 ppm). As a permitted maximum level of Cd for milk does
not exist, the generation of a maximum allowed value is proposed in Ecuador.
Keywords: cadmium, Ecuador, lead, milk.
Introducción
La leche de vaca es un alimento completo para el
ser humano, ya que contiene proteínas, grasas,
carbohidratos, vitaminas y minerales y se ha
encontrado que ésta puede estar contaminada con
bacterias, pesticidas y metales pesados (Magariños,
2000; Alais, 2003; FAO y OMS, 2007). Dentro de los
metales pesados el cadmio (Cd) y el plomo (Pb) son
unos de los más tóxicos.
Se ha demostrado que el Cd es capaz de bioacumularse
y bioamplificarse en la cadena alimenticia (Pernía
et al., 2008). La exposición a Cd está asociada con
* Correspondencia del autor:
E-mail: beatrizpernia@gmail.com
2014 Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil. Este obra está bajo una licencia de Creative
Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional
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de vaca comercializada en la ciudad de Guayaquil,
Ecuador
un incremento en la incidencia de enfermedades
renales (Åkesson, 2012), hipertensión (Gallagher
& Meliker, 2010), anemia, osteoporosis (Järup &
Alfvén, 2004), osteomalacia (WHO, 2010), diabetes
(Schwartz et al., 2013), anosmia, rinitis crónica y
eosinofilia (Henson & Chedrese, 2004). Además, ha
sido considerado por la Agencia de Investigación en
Cáncer (IARC, siglas del inglés Agency for Reseach on
Cancer) como un compuesto cancerígeno, capaz de
generar leucemia (Henson & Chedrese, 2004) cáncer
de mama (McElroy et al., 2006), páncreas, pulmones
(Henson & Chedrese, 2004) y próstata (Julin et al.,
2012).
por Cd y Pb en agua, suelos, alimentos, y en leche
materna (IIRN, 2014). En leche materna se realizó un
estudio en la ciudad de Guayaquil, donde se hallaron
valores de 70±50,00 ppb de Cd, con valores máximos
de 159 ppb proveniente de la leche de una madre
en la ciudadela Kennedy en Guayaquil (IIRN, 2014).
Es por ello, que el objetivo del presente trabajo fue
detectar la posible presencia de Cd y Pb en leches de
vaca comercializadas en la ciudad de Guayaquil.
El uso generalizado del Pb en actividades humanas ha
traído como consecuencia la contaminación del medio
ambiente y graves problemas de salud pública (OMS,
2014). El Pb una vez ingerido, se distribuye en el
organismo acumulándose en diversos tejidos: cerebro,
hígado, riñones y huesos, generando 143.000 muertes
al año y 600.000 casos de discapacidad intelectual en
niños (OMS, 2014).
Son numerosos los efectos del Pb en la salud humana,
ya que inhibe la síntesis de hemoglobina, generando
anemia (ATSDR, 2007; Counter
et al., 2012)
incrementa la presión sanguínea, genera daño renal
(Batuman et al., 1981; Poma, 2008), perturbaciones
en el sistema nervioso central (ATSDR, 2007) y cáncer
de estómago y pulmones (Mushak, 2011). Además,
los niños son muy sensibles al Pb, el cual genera
retraso en el desarrollo mental e intelectual. Existen
estudios que demuestran que el plomo disminuye
el coeficiente intelectual (Poma, 2008). Además,
en niños la exposición al plomo se ha asociado con
ausentismo en las escuelas, menor rendimiento
escolar (American Academy of Pediatrics Committee
on Environmental Health, 1993), con agresividad y
tendencia a la violencia (Needleman et al., 2002).
Los posibles orígenes de la contaminación por Cd y Pb
en leche son: contaminación de los alimentos y agua
que ingiere la vaca, manipulación inapropiada durante
el ordeño, almacenamiento y transporte de la leche
(Magariños, 2000). Según González-Montaña (2009),
la aplicación de fertilizantes, estiércol de ganado,
agroquímicos y el riego con aguas contaminadas
son actividades que contaminan los suelos agrícolas
y de pastoreo, lo que trae como consecuencia la
transferencia de los metales pesados a las plantas y
de allí a las vacas y a la leche. Una vez que las vacas
ingieren los metales pesados, una porción de estos
pasa a la leche uniéndose a la grasa y a las proteínas
como la caseína y las proteínas del suero (Magariños,
2000; Alais, 2003).
En países como México, Egipto, Italia y Pakistán, se
han hallado valores elevados de Cd y Pb en leche
(Licata, 2004; Rodríguez et al., 2005; Enb et al.,
2009; Kazi et al., 2009). Sin embargo, en Ecuador no
existen publicaciones donde se registren los niveles
de estos metales pesados en leche. Sumado a ello,
en Ecuador existen evidencias de contaminación
82
Materiales y Métodos
Para este estudio se colectaron muestras de
leche de las 11 marcas más comercializadas en
la ciudad de Guayaquil, 3 pasteurizadas (n=30), 8
ultrapasteurizadas (n=80) y 5 en polvo (n=50). Las
leches se obtuvieron en tiendas departamentales y
abastos, con fecha de caducidad vigente, condiciones
de refrigeración apropiadas y sin detección de
alteraciones sobre el color, aspecto y olor. De cada
marca de leche según su presentación se procesaron
10 muestras provenientes de diferentes lotes, a fin
de verificar si existía alguna diferencia. Las muestras
fueron trasladadas al Instituto de Investigaciones de
la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de
Guayaquil, donde fueron procesadas.
Las leches fueron codificadas de L1 a L14 como se
muestra en la Tabla 1, junto con los contenidos de
proteínas, carbohidratos, grasas, calcio y sodio,
reportados por el comerciante.
Para la digestión de las muestras se utilizó la
metodología validada por D’Ilio et al., (2008). A
10 mL de leche se añadieron 5 mL de ácido nítrico
65% (Merck) y 1 mL de peróxido de hidrógeno 40%
(Merck), se realizó una digestión en calor, se filtró
con papel Whatman N°40 y se ajustó a un volumen de
50 mL con agua bidestilada. La cuantificación de los
metales se realizó por absorción atómica utilizando
un espectrofotómetro de llama Perkin Elmer modelo
AAnalyst100, según metodología interna del Instituto
de Investigaciones de Recursos Naturales. Las
muestras se leyeron a 228,8 nm para el Cd y 217,0 nm
para el Pb, con un límite de detección de 0,002 ppm y
0,045 ppm, respectivamente. Para generar las curvas
de calibración se utilizaron estándares comerciales de
Cd y Pb (AccuStandar).
Análisis estadísticos
Los resultados se muestran como medias ± desviación
estándar (n=10). Para determinar si existían diferencias
estadísticamente significativas en la concentración
de metales para las distintas marcas comerciales, se
realizó una comparación de medias utilizando una
prueba ANOVA de una vía, tomando p<0.05 como
valor significativo y un test a posteriori de Tukey.
Finalmente, para estudiar si existía una correlación
entre las propiedades de la leche y los metales
pesados se calcularon Coeficientes de Correlación de
Pearson. Todas las pruebas se realizaron utilizando el
Programa estadístico Minitab versión 17.
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de vaca comercializada en la ciudad de Guayaquil,
Ecuador
Tabla 1. Contenidos de proteínas, carbohidratos, grasas, calcio y sodio en 250 mL de leches enteras (reportadas por el
comerciante)
Código
Tipo
Proteínas
(g)
Carbohidratos
Totales
(g)
Grasa
total
(g)
Colesterol
(mg)
Grasa
saturada
(g)
Calcio
(%)
L1
Ultrapasteurizada
8
10
8
34
5
25
80
L2
Ultrapasteurizada
6
10
6
23
3
28
130
L3
Ultrapasteurizada
8
13.74
8
NR
NR
25
NR
L4
Ultrapasteurizada
6
11
8
31
5
25
125
L5
Ultrapasteurizada
7
11
8
30
5
30
95
L6
Ultrapasteurizada
6
10
6.2
NR
NR
NR
125
L7
Pasteurizada
8
11
8
35
6
30
120
L8
Pasteurizada
4
8
5
13
4
13
180
L9
Pasteurizada
8
8
8
22
5
NR
230
L10
Polvo
5
14
8
28
4
44
95
L11
Polvo
8
12
8
24
5
30
95
L12
Polvo
6
14
8
26
5
34
110
L13
Polvo
6
18
6
11
2
50
105
L14
Polvo
NR
NR
NR
NR
NR
NR
NR
Sodio
(mg)
NR= no reportan
Resultados
Las muestras de leches comercializadas en la ciudad
de Guayaquil fueron analizadas y no se detectaron
metales pesados en las leches líquidas, ni en las
ultrapasteurizadas, ni en las pasteurizadas (Tabla 2).
Por el contrario, en las leches en polvo se obtuvieron
altos niveles de Cd y Pb, en dos de las marcas
estudiadas: L10 y L11 (Figura 1). Por otro lado, las
leches en polvo L12, L13 y L14 no presentaron valores
detectables de metales pesados.
Tabla 2. Concentración de Cd y Pb en leches líquidas
comercializadas en la Ciudad de Guayaquil (n=3).
Código
Tipo
Cd
(ppm)
Pb
(ppm)
de 5,450±2,474 ppm de Pb y 0,333±0,176 ppm de
Cd, llegando a valores máximos de 7,77 ppm de Pb
y 0,46 ppm de Cd. La leche L11 presentó valores
aparentemente menores a L10 de 2,350±1,051 ppm
y 0,100±0,047 ppm, para Pb y Cd, respectivamente.
Sin embargo, no se observaron diferencias
estadísticamente significativas entre los valores de
metales pesados para las marcas L10 y L11 (p>0,05).
Es importante destacar que no todos los lotes de
ambas leches presentaron Cd y Pb. En el caso de
L10, 2 de 3 lotes presentaron contaminación con los
metales pesados, mientras que para L11 solo 1 de 3
lotes.
Con la finalidad de detectar si existía alguna
correlación entre los contenidos de metales y pesados
y los contenidos de proteínas, grasas y calcio, se
realizó un análisis de correlación de Pearson, donde
se observó correlación entre ambos metales pesados
(r2 = 0,989) y entre estos y el calcio, Pb vs Ca (r2
= 0.748) y Cd vs Ca (r2 = 0.838). Lo que indica que
probablemente a mayor concentración de Ca en la
leche, mayor concentración de metales pesados.
Por otro lado, no se observó correlación entre la
concentración de los metales y los contenidos de
proteína y grasas.
L1
Ultrapasteurizada
<0.002
<0.045
L2
Ultrapasteurizada
<0.002
<0.045
L3
Ultrapasteurizada
<0.002
<0.045
L4
Ultrapasteurizada
<0.002
<0.045
L5
Ultrapasteurizada
<0.002
<0.045
L6
Ultrapasteurizada
<0.002
<0.045
L7
Pasteurizada
<0.002
<0.045
Discusión
L8
Pasteurizada
<0.002
<0.045
L9
Pasteurizada
<0.002
<0.045
Luego de realizar los análisis de las leches
comercializadas en la ciudad de Guayaquil, se
determinó que en las líquidas tanto pasteurizadas
como ultrapasteurizadas, los niveles de metales
pesados no fueron detectables. Por el contrario, se
hallaron altas concentraciones de Cd y Pb en leches
La leche en polvo L10 fue la que presentó los mayores
valores de ambos metales (Figura 1), con un promedio
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Tabla 3. Análisis de correlación de Pearson entre el contenido de metales pesados en las leches en polvo y los contenidos de
proteínas, carbohidratos, grasas, colesterol, calcio y sodio.
Pb
Cd
Proteínas
Carbohidratos
Grasa total
Colesterol
Calcio
Sodio
Pb
1,000
0,989
-0,401
0,079
0,000
0,567
0,748
-0,824
Cd
0,989
1,000
-0,532
0,225
0,000
0,682
0,838
-0,731
Tabla 4.- Concentración máxima de Cd y Pb en ppm reportados para varios países y límites máximos permitidos (LMP) según
el Codex Alimentarius, la Norma de la Unión Europea, la Norma Técnica Ecuatoriana NTE INEN 9:2012 y la Norma de Rumania.
País
Ecuador
Egipto
Italia
México
Pakistán
LMP Codex Alimentarius
LMP NTE INEN 9:2012
LMP Unión Europea
LMP Rumania
Valor máximo reportado de
Cd (ppm)
0,46
0,11
0,02
0,29
0,06
0,01
Valor máximo reportado de Pb
(ppm)
7,77
0,960
1,32
0,74
0,058
0,02
0,02
0,02
Referencia
Presente trabajo
Enb et al., 2009
Licata et al., 2004
Rodríguez et al., 2005
Kazi et al., 2009
FAO y OMS, 2007
NTE INEN 0009, 2012
González-Montaña, 2009
Figura 1. Valores de metales pesados en tres marcas de leche en polvo comercializadas en la ciudad de Guayaquil (L10, L11
y L12). A. Cd, B. Pb. Los resultados se muestran como medias±desviación estándar (n=3). Letras iguales señalan que no hay
diferencias estadísticamente significativas entre las medias, según ANOVA de 1-vía (p<0.05) y test de Tukey. LMP: límite máximo
permitido según el Codex Alimentarius (FAO y OMS, 2007). LMPR: límite máximo permitido según la Norma de Rumania.
en polvo. Una posible explicación, es que en la leche
líquida los metales se encuentran diluidos y a bajas
concentraciones no logran ser detectados por el
equipo. Otra posible explicación, es que las leches en
polvo contienen aditivos tales como maltodextrina,
azúcar, carbonato de calcio, pirofosfato de hierro y
en algunos casos lecitina de soya, y de estos aditivos
podría provenir la contaminación.
Por otro lado, en el análisis de correlación, no se
observó una correspondencia entre los valores de
metales y los de proteínas y lípidos, que según
Magariños (2000) es a los que se unen los metales
pesados en la leche. Este hecho podría apoyar la
hipótesis de que la contaminación podría estar
asociada a los aditivos químicos añadidos a las leches
o podría proceder de los tanques de transporte de la
leche, ya que pudieran presentar soldaduras con Pb.
Al comparar los valores de metales pesados con
las con los límites máximos permitidos para leche
de bovino, en normas internacionales de la Unión
Europea, Rumania, el Codex Alimentarius (OMS/
FAO, 2007) y la Norma Técnica Ecuatoriana NTE INEN
84
9:2012, se observó que el Pb y el Cd se encuentran
muy por encima de los valores máximos permitidos.
Los valores de Pb están 272 veces por encima del
valor máximo permitido (0,02 ppm) para leche según
el Codex alimentarius y la Norma Técnica Ecuatoriana
NTE INEN 9:2012 y en el caso del Cd ni en el Codex
Alimentarius ni en las normas ecuatorianas existe un
límite máximo. Sin embargo, las Normas de Rumania
si consideran un valor máximo para Cd en leche de
0,01 ppm, lo que implica que los niveles de este
metal están 33 veces por encima del límite permitido.
Esta situación pone en riesgo a los consumidores, en
especial a los niños, que podrían ser más afectados.
Se ha documentado que el Pb en los niños afecta al
sistema nervioso central, generando una disminución
de las funciones cognitivas, en la atención y genera
impulsividad e hiperactividad (Lassiter et al., 2015).
Comparativamente, las concentraciones de metales
halladas en leche, fueron muy superiores a las
encontradas en otros países tales como Egipto, Italia,
México y Pakistán (Tabla 4). Por lo que se recomienda
realizar un estudio sobre el origen de la contaminación
por Cd y Pb en la leche en Ecuador, i) analizando los
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niveles de estos metales en el agua y alimento de
las vacas, así como ii) realizar una inspección en los
tanques de transporte de la leche, ya que pudieran
presentar soldaduras con Pb, iii) realizar un análisis
de metales a los aditivos de las leches en polvo iv)
realizar monitoreos permanentes de los niveles de
Pb y Cd en estiércol de ganado vacuno, fertilizantes,
agroquímicos y aguas contaminadas, en relación con
los suelos agrícolas y de pastoreo y, finalmente, v)
hacer un estudio o seguimiento con datos estadísticos
de la correlación de los consumidores de leche en polvo
en Ecuador con las concentraciones de Pb y Cd en sus
organismos versus las enfermedades relacionadas a las
excesivas concentraciones de Pb y Cd.
Si bien las cantidades de Cd que se acumulan en el
cuerpo humano son pequeñas, al ser su eliminación
del organismo muy lenta, deben restringirse la ingesta
diaria para no llegar a valores tóxicos que afecten la
salud de los seres humanos (FAO/WHO, 2000). Ni en el
Codex Alimentarius (FAO y OMS, 2007), ni en la Norma
Técnica Ecuatoriana NTE INEN 9:2012 existe un límite
máximo para Cd. Dados los resultados obtenidos en el
presente trabajo se sugiere a las autoridades de Salud
generar un límite máximo para este metal pesado en
leche en Ecuador.
Conclusiones
La concentración de metales pesados en leche
líquida no fue detectable, pero los valores para
leche en polvo, superan significativamente los límites
máximos permisibles por las normas nacionales e
internacionales, encontrándose valores superiores a
los hallados en otros países.
Agradecimientos
Los autores agradecen al Dr. Humberto Díaz y al Biól.
Xavier Cornejo por la revisión del manuscrito y al
Programa Prometeo de SENESCYT por el financiamiento
de los reactivos.
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