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Esta nota tiene más de un año

Energías renovables: la Argentina aún está lejos de cumplir con los compromisos internacionales asumidos

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • En 2021, las fuentes renovables generaron un 13% de la energía que demandó el sistema eléctrico argentino, por debajo del 16% que planteaba la Ley 27.191 para ese año.
  • En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), llevada a cabo en noviembre último, la Argentina se comprometió a “desarrollar el 30% de la matriz energética nacional con energías renovables”. 
  • Para poder lograr los compromisos asumidos deberían invertirse entre US$ 20 mil millones y US$ 27 mil millones hasta 2030 y sortear desafíos técnicos como la interconexión del sistema eléctrico.

En el marco de los acuerdos internacionales para frenar el impacto del cambio climático en el mundo, la Argentina asumió una serie de compromisos en materia ambiental y energética, entre los que se cuenta el incremento de la generación de energías renovables.

Sin embargo, las metas establecidas por el Gobierno nacional aún permanecen incumplidas en la actualidad, según datos oficiales y análisis realizados por organizaciones internacionales, y para poder lograr los compromisos asumidos deberían invertirse entre US$ 20 mil millones y US$ 27 mil millones hasta 2030.

Las metas establecidas

En la Cumbre de Líderes sobre el Clima, realizada de forma virtual el 22 de abril de 2021, el presidente de la Nación, Alberto Fernández (Frente de Todos), anunció que la Argentina se comprometía a “desarrollar el 30% de la matriz energética nacional con energías renovables”. 

En octubre último, el Gobierno nacional ratificó esa meta a través de la Resolución 1036/2021, que aprobó los “Lineamientos para un Plan de Transición Energética al 2030”, presentada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) que se desarrolló en Glasgow (Escocia) en noviembre último. 

En materia de energías renovables, este plan contiene 2 posibles metas: la más conservadora prevé que en 2030 el 20% de la generación eléctrica provenga de fuentes renovables (REN 20), mientras que un segundo escenario espera que la energía limpia represente el 30% del total (REN 30). 

Pero estos no fueron los únicos compromisos adoptados por el país en materia de energías renovables. La Ley 26.190, promulgada en diciembre de 2006 -durante la Presidencia de Néstor Kirchner (Frente para la Victoria)-, preveía que para 2016 las energías renovables satisficieran el 8% del consumo de energía eléctrica nacional. 

En tanto, la Ley 27.191 de 2015 -durante la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner (Frente para la Victoria)- modificó la legislación de 2006, postergó hasta 2017 la meta de cobertura de energías renovables y estableció nuevos objetivos: una cobertura del 12% en 2019; 16% en 2021; 18% en 2023; y 20% en 2025. 

Además, nuestro país también se comprometió a alcanzar, antes de 2030, la generación de 1.000 MW de potencia a través de generación eléctrica distribuida. Es decir, la generación hogareña de energía a partir de fuentes renovables, cuyo excedente se vuelca a la red general.

Metas incumplidas

En ningún momento se cumplieron las metas establecidas por las distintas leyes que se sancionaron sobre el tema. En 2021, la potencia instalada de generación de energía a través de fuentes renovables alcanzó un 12% del total, según los datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa). Además, las fuentes renovables generaron un 13% de la energía que demandó el sistema eléctrico argentino. Ambos porcentajes están muy por debajo del 16% que plantea la ley para ese año.

La potencia instalada de producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables aumentó en los últimos años. Pasó de representar el 2,1% del sistema eléctrico en 2017 a un 11,6% en 2021. En términos absolutos, esas fuentes suman 5002 MW a la potencia total, según los datos de Cammesa.

Para la ley argentina, las fuentes renovables de energía son todas aquellas fuentes no fósiles (o sea, que no sean petróleo, carbón o gas) y puedan renovarse ilimitadamente. 

Como contamos en esta nota, estas fuentes pueden agruparse de la siguiente manera: la energía eólica, la energía solar, el grupo de bios (biomasa, biogás y biocombustibles, que refiere a la utilización de residuos forestales, agrícolas y ganaderos) y los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos. Sobre este último grupo, la legislación es muy clara: sólo son consideradas fuentes renovables hidroeléctricas aquellas centrales cuya potencia sea menor a los 50 megavatios de potencia (MW).

El crecimiento de los últimos años tuvo como protagonista a la energía eólica. Según los datos de Cammesa, un 23% de la energía renovable provenía de esa fuente en 2017, mientras que ese porcentaje se triplicó en 5 años y alcanzó un 74% en 2021.

La solar también creció, pero mucho menos que la eólica. En 2021, 12,6% de la potencia instalada en fuentes renovables corresponde a la obtención de energía solar. 

¿Cuánto emite argentina respecto del mundo y cómo evolucionó la emisión?

El pico de emisiones de gases de efecto invernadero en la Argentina se registró en 2017, año en el que se emitieron 424.627 gigagramos de dióxido de carbono equivalente (GgCO₂ equivalente). Los datos corresponden a la estimación más reciente, realizada en 2021 por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en el “Cuarto informe bienal ante la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático”

Según ese documento oficial, en 2018 se emitió una cantidad similar de gases de efecto invernadero que en 2003, tras reducir un 11% de las emisiones en 5 años.

La emisión del sector energético argentino corresponde a un 0,5% del total emitido a nivel mundial, según los datos de Climate Watch citados por la Secretaría de Energía de la Nación. Es el 31° país del mundo con mayor emisión. China aporta el 27,2% del total; Estados Unidos otro 14,2%; India y Rusia aportan cerca del 6%.

La mitad de la emisión de gases de efecto invernadero en la Argentina son consecuencia de la generación de energía. “La energía es el foco principal de las estrategias de descarbonización. Esto implica tanto generar electricidad limpia como incentivar la electrificación”, dijeron ante la consulta de Chequeado representantes de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).

Qué inversiones se necesitan para cumplir con el REN 20 o 30. 

Como ya fue mencionado, hay 2 escenarios planteados para el futuro: 

  • El REN20, que plantea lograr una meta de generación de energía del 20% sobre el total en 2030 y
  • El REN30, cuya meta es del 30% para el 2030. 

Para cumplir con esas metas, haría falta conseguir un bien escaso para la economía argentina: dólares. 

Según los cálculos oficiales de la propia Secretaría de Energía, se necesitan US$ 20.628 millones para cumplir con el REN20, de los cuáles US$ 10.629 millones corresponden a importaciones. Para el escenario del REN30, la inversión total sería de US$ 27.374 millones, de los cuáles US$ 14.610 millones estarían dedicados a importar componentes extranjeros.

“Estas cifras son similares a los subsidios energéticos del Estado nacional: US$ 7339 millones en 2020 y US$ 11.000 millones en 2021. De ahí que la discusión sobre los subsidios es más compleja que sí o no, sino que debemos pensar a dónde se orientan y qué tipo de sistema energético queremos”, explicaron desde FARN.

Qué rol juegan las energías renovables en la Argentina

“No es imprescindible reemplazar toda la energía no renovable por otra renovable. Es necesario en la medida en que las cuotas de reducción de emisiones requieran mayor eficacia, que es la que proveen las renovables”, respondió ante la consulta de Chequeado la Mesa estratégica de Energía del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Y añadió: “No está planteado un reemplazo total, sino una transición hacia una matriz energética más sustentable”.

La generación de energía por fuentes renovables enfrenta desafíos financieros y técnicos. Desde FARN sostuvieron que “la coyuntura macroeconómica complicó el acceso al financiamiento internacional” y que “una vez cerrado el acuerdo con el FMI quedará ver si el financiamiento internacional alcanzará al sector renovable, algo que fue fundamental para el Plan RenovAr”.  

“De las tres fuentes renovables principales -eólica, solar e hidroeléctrica- sólo la última tiene lo que se denomina factores de capacidad que la pueden convertir en ‘energía de base’, es decir no pulsante, no interrumpible”, explicaron desde el INTI. “Muchos de los procesos productivos que lleva a cabo la humanidad son continuos. En esos casos, energías como la solar o la eólica pura enfrentan un desafío muy difícil de cumplir de manera económicamente eficiente con la tecnología existente”, agregaron.

El INTI sostuvo que la principal cuestión a resolver es la intermitencia asociada a las fuentes primarias renovables de energía: “Los países con alta penetración de energías renovables están dentro de sistemas eléctricos interconectados regionalmente que compensan las fluctuaciones de los recursos renovables”.

Desde FARN destacaron ese mismo punto: “Es fundamental que no se repitan los mismos errores, como una baja participación de la producción nacional y la falta de inversión en el desarrollo de líneas de transmisión para el transporte para garantizar la interconexión del sistema”.

 

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Comentarios

  • D. R. Iraola7 de enero de 2023 a las 10:15 pmImportantísima información para concientizar a la ciudadanía.

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