¿Vasconcelos traiciona a Pepe Yunes o intenta infiltrar a Morena?

Líder de los albañiles, Vicente Aparicio, se integra a los seguidores de Rocío Nahle; su hija fue regidora gracias al dirigente de la CTM 

Ya en la tercera edad, Carlos Vasconcelos da bandazos de novato. Anda con Pepe Yunes y su gente coquetea con Rocío Nahle.

Priista de palabra, negociante por vocación, el líder de la CTM persiste en lanzar señales cruzadas, encabezar el proyecto de la oposición, presumir su buena relación con la candidata de Morena, lo que sea para retener el poder.

Su alfil en el negocio de la construcción, Vicente Aparicio Rosario, líder de los albañiles de Coatzacoalcos, ya se alineó con Rocío Nahle García, precandidata de Morena al gobierno de Veracruz, sumado al coro del obrerismo charro, la nuevos Fideles de la Cuarta Transformación.

Su alfil, Vicente Aparicio, es una pieza útil. Con él, Vasconcelos no sólo se apropia de contratos de obra, suministrando el personal, sea en contratos del sector público o privado, o se avienten a la aventura intentando adueñarse de terrenos en la colonia Santa Maria, done no tardaron en salir por piernas.

Aparicio es un comodín muy cómodo. Así sea líder de un gremio históricamente depreciado, los albañiles, su hija ya fue regidora en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, el primero que tuvo Morena cuando Víctor Manuel Carranza Rosaldo venció a Vasconcelos en 2017.

Lenis Pauling Aparicio Ambrosio, la susodicha, fue regidora de deportes y qué jugo le sacó al cargo. No servía ni para concertarle una cita a Vasconcelos con Carranza cuando el ayuntamiento intentó que la CTM pagara por colocar biografías de próceres de la nación en las calles, pero sí para darle chamba a sus amigos y administrar la asignación de espacios deportivos.

Eran los días en que Vasconcelos decía ser opositor. Y eran los días en que presumía su amistad con Rocío Nahle García, entonces diputada federal.

Al año siguiente, 2018, Nahle se convirtió en secretaria de Energía y meses después arrancó el proyecto fallido de la refinería Olmeca, en Dos Bocas, municipio de Paraíso, en Tabasco. Y Vasconcelos ya estaba ahí.

Fluían los contratos para amigos y socios. Igual para los enemigos de Vasconcelos, la disidencia obrera, los no cetemistas, encabezados por Ramón Ortiz Cisneros, al que a la postre el gobierno morenista de Cuitláhuac García Jiménez, le fabricó delitos y lo envió a prisión hasta que logró su libertad y tácitamente vive oculto.

Vasconcelos, en cambio, es el dueño del PRI en Coatzacoalcos, así haya dicho en 2021 que dejaría su militancia e incluso la CTM según audio que INFORME ROJO reveló y que el cobarde negó pese a la evidencia irrefutable.

Dice ser pepista. Dice ser el operador número uno de Pepe Yunes Zorrilla, precandidato de la alianza PRI-PAN-PRD al gobierno de Veracruz. Dice ir construyendo la estructura para arrancarle votos a Morena en el sur y fracturar a Rocío Nahle.

Eso dice Vasconcelos.

En los hechos, comulga con Morena. Su alfil, Vicente Aparicio Rosario, acude al mitin de arranque de campaña de la zacatecana en Coatzacoalcos, el 2 de enero. Se codea con la Coalición Sindical del Sur, liderada por Carlos Soto, anteriormente ligado a Ramón Ortiz Cisneros, ambos en la órbita del senador Pedro Haces, dirigente real de la CATEM, central obrera morenista.

O sea, los reprimidos de Cuitláhuac García, hoy haciendo bulto en el show de Rocío Nahle.

A menos que Vasconcelos se haya puesto a construir un Caballo de Troya y en su interior haya colocado a Vicente Aparicio Rosario, simulando que los líderes cetemistas ya son obradoristas. Y luego golpear desde el interior.

A su edad, a su tercera edad, Vasconcelos parece novato.

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