Javier Valdez, el juicio sigue abierto

IMAGEN DE LA RECONSTRUCCIÓND EL CRIMEN.

A un año de que condenaron a Juan Francisco Picos Barrueto, el Quillo, por el asesinato de Javier Valdez, la sentencia sigue en apelación.

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El Quillo, jefe de la célula que mató al periodista fundador de Ríodoce y corresponsal de La Jornada, fue sentenciado el 17 de junio de 2021 a 32 años de prisión y su defensa y la Fiscalía Especializada para la Atención contra de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle), presentaron apelaciones.

Los abogados del Quillo buscan que el Tribunal revoque la sentencia condenatoria y la Feadle que se aumente la pena.

En el juicio oral en mayo del año pasado, la Feadle había pedido la pena máxima de 50 años, pero el juez no la impuso.

En la apelación de nueva cuenta la Fiscalía solicita al Tribunal subir la pena de 32 años a la máxima.

Hasta la fecha las apelaciones no ha sido resueltas y la presentada por la defensa está frenada en el Centro de Justicia Penal Federal de Culiacán.

El recurso no ha sido turnado a segunda instancia debido a que la asesoría victimal de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, no ha sido notificada.

Por la falta de esa notificación la apelación no se ha enviado al tribunal que resolverá.

El pasado 22 de febrero, la asesoría víctimal de la asociación Propuesta Cívica envió un oficio en el que solicitan resuelvan la notificación y hasta la fecha no han recibido respuesta.

El titular de la Feadle, Ricardo Sánchez Pérez del Pozo, dijo confiar en que el Tribunal resolverá a favor de la Fiscalía.

“Apelamos esa resolución pero nada más para los efectos de la pena, es decir para solicitar que se le imponga una pena más alta de la que se le impuso pero nada más eso es la apelación de la Fiscalía. No habría alguna razón para que cambiara el sentido de la sentencia a absolutoria, es más, confiamos en que la apelación de la fiscalía, es decir que se incrementen algunos años, tiene elementos para que la pena se incremente. Nosotros siempre hemos pedido la máxima pero dependerá del tribunal la resolución; desde el principio siempre se ha pedido la máxima”, señaló.

Manifestó que el Poder Judicial tiene sus tiempos para resolver y a la Fiscalía no le queda más que esperar a que resuelvan.

“Es un tema ya del tribunal el avanzar en ese proceso, normalmente se toman el tiempo que ellos consideran necesario, nosotros no tenemos algún recurso o algo para hacerlos resolver rápido, entonces es esperar a que resuelva el tribunal”, manifestó.

La sentencia de Heriberto Picos Barraza, el Koala, ya está en ejecución, indicó, debido a que fue en un procedimiento abreviado y no es posible apelarla o recurrir al amparo.

El Koala aceptó su responsabilidad y el 27 de febrero de 2020 obtuvo una sentencia reducida de 14 años ocho meses de prisión.

Como autor intelectual del asesinato, la Fiscalía acusa a Dámaso López Serrano, el Minilic, quien está preso en Estados Unidos.

RICARDO SÁNCHEZ. El proceso sigue, queda esperar.

Un juez federal con sede en Culiacán libró la orden de aprehensión en su contra el 21 de enero de 2020 y la Feadle solicitó al Gobierno de Estados Unidos la extradición a México para que sea juzgado por el asesinato de Javier.

El titular de la Feadle, manifestó que el proceso de extradición no ha avanzado debido a que primero se tienen que resolver los procesos que tiene en Estados Unidos.

“De parte de la Fiscalía se han entregado todas las solicitudes, se han entregado todos los requerimientos de las autoridades de Estados Unidos, únicamente, la ultima respuesta que tenemos de ellos es que cuando acaben los procesos que tiene pendientes en Estados Unidos se le da el seguimiento y se le da la atención a la solicitud del Gobierno Mexicano, que es la de la Fiscalía, es la extradición y estamos en espera de que Estados Unidos tome la decisión de ya extraditarlo y que concluya con sus procesos legales, es algo que está totalmente en manos del gobierno de Estados Unidos”, dijo.

Sánchez Pérez del Pozo comentó que la investigación para identificar a los autores materiales e intelectual fue un proceso muy largo y de mucho trabajo que resultó exitoso.

“Se recabaron muchísimas entrevistas, se realizaron muchos actos de investigación, fue un proceso complejo, se realizó el análisis de contexto, creo que el juicio fue un claro ejemplo del trabajo que se hizo y se pudo ver”.

Mencionó que los asesinatos de periodistas “son complejos porque hay que establecer de una manera muy clara el motivo por el cual se les agrede y eso es la complejidad para determinar si existe o no un vínculo de la libertad de expresión con los hechos, esa es la parte compleja pero que cada día hemos ido avanzando más en ir desarrollando herramientas positivas para ayudarnos a resolver ese tipo de cuestiones y cada vez es más y más operativa esa forma”.

Detalló que la investigación se complicó más porque los agresores se cuidaron para no ser identificados.

Abundó que usaron pasamontañas para esconder sus rostros, se deshicieron de los vehículos y las armas que utilizaron y quitaron las placas del automóvil para que no fuera identificado.

“Tomaron una serie de mecanismos de previsión para evitar ser identificados y a pesar de todo eso se logró su identificación y plenamente su responsabilidad a través del trabajo de la Fiscalía; entonces, evidentemente ese tipo de precauciones de parte de los agresores y de los homicidas complica el trabajo de la Fiscalía porque ellos tratan de esconder sus huellas, entonces eso siempre hace un reto más grande pero en el caso de Javier fue exitosa la posibilidad de identificación”, expresó.

En febrero del año pasado el Koala aceptó su responsabilidad y fue sentenciado en un procedimiento abreviado.

En la misma audiencia, la Feadle ofreció al Quillo una pena de 20 años de prisión a cambio de que aceptara la responsabilidad pero la rechazó y decidió enfrentar un juicio oral.

El tercer involucrado en el asesinato, Luis Ildefonso Sánchez, el Diablo, fue asesinado y calcinado en San Luis Río Colorado, Sonora, en 2017.

En el juicio contra el Quillo se estableció que el Quillo y el Diablo fueron quienes dispararon a Javier y el Koala quien conducía el automóvil Versa en el que viajaban los sicarios.

En mayo del año pasado, se llevó el juicio contra el Quillo, durante un mes, en el que declararon 32 testigos, peritos e investigadores.

Entre las testimoniales que presentó la Fiscalía esta la de un analista de contexto quien tras revisar las publicaciones de Ríodoce de febrero de 2017, estableció que el asesinato de Javier fue por la nota “Dámaso y la escuela del gran dador”.

En esa nota Javier describe al Minilic como pistolero de utilería, un narco de corridos por encargo y sin la capacidad de liderazgo que tenía su padre Dámaso López Núñez, el Licenciado.

La nota fue publicada cuando los Chapitos libraban una lucha contra Los Dámaso tras la detención de el Licenciado.

En el juicio también declararon testigos que señalaron directamente al Quillo, al Koala y al Diablo como responsables del asesinato.

Uno de los testigos dijo que el Quillo le confesó que habían asesinado al periodista y le mostró una pistola que recibió como pago, la cual tenía las imágenes del Licenciado y el Minilic, en las cachas.

A esa persona, con identidad reservada, el Quillo le dijo que habían asesinado al periodista porque publicó una nota que a la gente de Eldorado no le gustó.

También declararon dos personas a las que el Minilic ofreció dinero, armas y subir de rango en la organización por asesinar a Javier pero ambos se negaron y entones el Minilic les dijo que se lo pediría al Quillo.

En enero de 2020 después de que el juez libró la orden de aprehensión, por medio de su abogado el Minilic envió un comunicado en el que asegura que no tuvo participación en el asesinato.

“Estas acusaciones son infundadas y temerarias. Yo no tuve participación ni papel alguno en la muerte del periodista Javier Valdez Cárdenas. Estoy seguro de poder demostrar mi inocencia, más sin embargo, temo de que esa acusación está totalmente manipulada para afectarme y intentar extraditarme a México”, señaló.

El Quillo fue detenido en agosto de 2017 en Mexicali cuando circulaba en un vehículo con armas de fuego y en junio de 2018 la Feadle le ejecutó la orden de aprehensión por el asesinato de Javier.

El Koala fue detenido en abril de 2018 en Tijuana, donde se ocultaba después de cometer el asesinato.

Tanto el Koala como el Quillo están internados en el Centro Federal de Readaptación Social número 8 “Nor-poniente”, en Guasave.

Artículo publicado el 15 de mayo de 2022 en la edición 1007 del semanario Ríodoce.

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