Padre e hijo se proponen dominar al imponente pico Bolívar de Venezuela. En Colombia, un grupo de apicultores trabaja para preservar la flora andina de forma sostenible.
Desde el panorama culinario de Cuenca, Ecuador, hasta los sitios de kitesurf de Gallito Ciego, Perú, la vida en los Andes es tan rica y variada como sus paisajes.
El recorrido continúa con un viaje a La Rioja, Argentina, una visita a un pueblo boliviano congelado en el tiempo y un vistazo a un oasis en el desierto peruano.
¿Dónde empiezan los Andes? ¿Dónde terminan? No hay una respuesta exacta, pero lo cierto es que en Punta Arenas, Chile, prosiguen su travesía bajo el agua.
Todo comienza en Tierra del Fuego —el punto más austral del planeta— en Argentina y continúa a través del imponente Parque Nacional Torres del Paine en Chile.
Los Andes se extienden por Mendoza y penetran el desierto de Atacama, donde quizá se oculten las respuestas a las preguntas pendientes sobre el origen de la humanidad.
Llegamos a Bolivia: hogar del Salar de Uyuni, la salina más grande del mundo, y La Paz, cuyo teleférico permite apreciar panoramas íntimos del Altiplano andino.
Perú —cuyas grandes ciudades coexisten con símbolos del Imperio inca como Machu Picchu— conserva aún fuertes vínculos que enlazan tradiciones antiguas y modernidad.
En Ecuador, los aventureros intentan llegar a la cima del volcán activo Cotopaxi, mientras riesgosos caminos ondulantes unen los pueblos de montaña con las ciudades.
El trayecto de 8500 kilómetros a través de los Andes llega a su fin en Colombia y sus animadas ciudades enclavadas en las montañas, como Cali, Medellín y Bogotá.