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School Girls waiting for their turn for a health checkup as part of School Health Program in El-Obeid, North Kordofan state, Sudan 2017
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Tolerancia cero para la mutilación genital femenina en el Sudán

6 de febrero de 2018

Hace nueve años, una comunidad sudanesa de Tuti Island decidió seguir las recomendaciones de la OMS y abandonar la práctica de la mutilación genital femenina.

Desde entonces, esta comunidad de 21 000 habitantes situada en la confluencia del Nilo Blanco y el Nilo Azul es pionera en un movimiento que está creciendo y que persigue poner fin a la mutilación genital femenina.

Hoy, más de 1000 comunidades del Sudán han abandonado esta práctica, que no aporta beneficios para la salud y continúa representando una violación de los derechos humanos de las niñas y mujeres en África, Oriente Medio y Asia.

El Dr. Wisal Ahmed, jefe del equipo de la Unidad de Salud de la Mujer de la Oficina de la OMS en el Sudán, señala: «Tuti Island es un ejemplo brillante de cómo una comunidad puede atreverse a desafiar esta práctica y perseverar en estos esfuerzos por erradicarla. Esperamos que otras comunidades que en los últimos cuatro años han declarado que la abandonan persistan también en sus esfuerzos».

En el Sudán, uno de los países con las tasas más altas de mutilación genital femenina, la mayoría de las niñas de 5 y 9 años han sido víctimas de ella. Se ha practicado al 87% de las mujeres entre 15 y 49 años, en la mayoría de los casos en su forma más grave, la infibulación, que consiste en cortar y coser los genitales, dejando solamente una abertura estrecha para que pase la orina.

Sin embargo, el Dr. Ahmed explica que, según los indicios, cada vez se practica menos a las niñas más jóvenes: «Solo un tercio de las niñas de 0 a 14 años han sido víctimas de estas mutilaciones, mientras que 9 de cada 10 niñas y las mujeres de entre 15 y 49 años las han sufrido».

Un programa multisectorial para combatir la alta prevalencia de la mutilación genital femenina en el país

Hace 5 años, la OMS se unió al UNICEF y el UNFPA en un programa de ayuda al Gobierno del Sudán para poner fin a la mutilación genital femenina en el país. En el marco del programa, financiado por el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, la OMS ha tratado de reforzar la respuesta del sector de la salud a esta práctica luchando contra su «medicalización», es decir, su realización por parteras u otros trabajadores sanitarios.

La Dra. Naeema Al-Gaseer, Representante de la OMS en el Sudán, afirma: «La mutilación genital femenina es una violación de los derechos humanos que infringe el principio deontológico de la no maleficencia. La OMS y otros organismos del sistema de las Naciones Unidas se oponen a la medicalización de esta práctica».

Estudiantes en la Escuela de Partería de Bara, en el estado de Kordofán del Norte (Sudán) (2017).
Estudiantes en la Escuela de Partería de Bara, en el estado de Kordofán del Norte (Sudán) (2017).
OMS/M. Elamin

En colaboración con el Ministerio de Salud, las escuelas de partería, las asociaciones de profesionales sanitarios y los organismos reguladores del Sudán, la OMS vela por que estos profesionales cumplan con las recomendaciones establecidas en su estrategia mundial para evitar que el personal sanitario practique estas mutilaciones.

En la formación previa al ejercicio profesional, se advierte a todo el personal paramédico y de partería del país del daño causado por la mutilación genital femenina. Hasta el momento, casi 1000 profesionales han cursado la formación y más de 2700 médicos sudaneses se han comprometido a abandonar esta práctica y su medicalización.

El Sudán, al aplicar las directrices de la OMS sobre el manejo de las complicaciones de la mutilación genital femenina, se esfuerza también para que las víctimas reciban la atención, el tratamiento y el apoyo psicológico que necesitan y para que no se las dañe de nuevo cuando vuelvan a ser atendidas por personal sanitario, sobre todo después del parto.

Otro elemento del programa multisectorial consiste en informar a las niñas de los daños que causa la mutilación genital. La OMS, en colaboración con el Ministerio de Educación y el Ministerio de Salud, ha elaborado material educativo sobre esta práctica que se incorporó a los planes de estudios de las escuelas, a las que acuden más del 70% de las niñas. Ahora, estas niñas saben que la mutilación genital no es un ritual religioso y que tiene graves efectos negativos en la salud a corto y largo plazo.