El 2020 cerró con la menor incidencia de homicidios dolosos de los últimos 13 años.

Durante el año pasado en el estado se cometieron 803 asesinatos.

Desde 2007 la cifra de homicidios no era menor a 900 crímenes en la entidad.

En feminicidios la estadística también terminó como la más baja de los últimos cinco años con 26 asesinatos de mujeres por razón de género.

El feminicidio se tipificó como delito en 2012 y la cifra más alta se alcanzó en 2016 con 86 crímenes de mujeres, en 2018 bajó a 49 y al siguiente año a 40.

Para el Secretario Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública del Estado, Renato Ocampo Alcantar, la disminución se debe al trabajo coordinado entre las fuerzas de seguridad pública del estado y la federación y la sociedad.

“Esto no se puede entender sin la participación ciudadana y de todo el trabajo activo de las asociaciones no gubernamentales, colectivos de mujeres, de organismos de paz y todos los que trabajamos en conjunto para la prevención”, indicó.

Los homicidios en el estado se dispararon en 2008 con la ruptura entre Joaquín el Chapo Guzmán y Alfredo Beltrán Leyva el Mochomo, que desató una ola de enfrentamientos y homicidios que inició en la zona centro del estado y después se extendió al sur y al norte.

Además, ese año el gobierno del presidente Felipe Calderón desplegó a las fuerzas federales en las calles del estado que ocasionó otra lucha, entre el cártel y las fuerzas de seguridad.

En 2007 en el estado se habían cometido 742 crímenes, al año siguiente ya con la punga entre los grupos delincuenciales, repuntaron a mil 167.

A partir de 2008 los homicidios tuvieron un alza hasta llegar al máximo histórico de 2 mil 250 en 2010 en el sexenio de Jesús Aguilar Padilla.

En 2011 comenzaron una tendencia a la baja hasta llegar a 986 en 2015 pero al siguiente año volvieron a aumentar y a partir de 2018 de nueva cuenta empezaron a disminuir y el 2019 cerró con 936.

Desde finales de 2019 se avistaba una nueva lucha interna en el Cártel de Sinaloa entre las células de el Ruso y los Ninis y un repunte de homicidios.

A inicios de 2020 el pleito se recrudeció en la zona norte de Culiacán donde se desató una serie de enfrentamientos entre ambos grupos y contra elementos de los cuerpos de seguridad.

El punto álgido de la pelea se alcanzó el 24 de junio cuando asesinaron a 16 personas en dos poblados de Tepuche.

Ocho de las víctimas eran pobladores de Bagrecitos, masacrados por un grupo armado que ingresó a la comunidad y empezó a disparar a los hombres que encontraban a su paso.

Ese día fue el más violento del año en el estado.

Después de la masacre de Tepuche, los tiroteos entre las dos facciones del Cártel de Sinaloa se controlaron.

Entre el 24 de marzo y el 20 de junio en la zona de Tepuche se registraron 16 hechos violentos que dejaron un saldo de 26 personas asesinadas.

Ocampo Alcantar señaló que cuando empezó la ola de violencia en la zona norte de la entidad se encendieron los focos rojos y hubo un repunte en los homicidios, que parecía rompería con la tendencia a la baja.

“Cuando se dio eso fue uno de los meses que tuvimos un repunte en los homicidios dolosos pero la coordinación que se ha tenido con todas las fuerzas de seguridad logró pacificar la zona, se tuvo presencia del Ejército, Guardia Nacional, la Policía Estatal y se controló; entonces en su momento se habló de que era una cuestión más local y como caso aislado lo que estaba sucediendo, se atendió con inteligencia y con fuerza de operación y de contención”, dijo.

La pandemia ayudó

El titular del SESESP, Renato Ocampo Alcantar, reconoció que además de la coordinación entre fuerzas estales y federales y la sociedad, la pandemia de COVID-19 contribuyó a la disminución de la incidencia delictiva.

Con el confinamiento, indicó, se redujo la movilidad y con ello la comisión de delitos.

Señaló que mientras todos suponían que con la contingencia sanitaria habría un repunte en los delitos, en Sinaloa no lo hubo.

En la época más complicada de la contingencia, mencionó, hubo una baja en todos los delitos y conforme se fue abriendo la economía y se fue recuperando la movilidad se recuperaron también los índices que se tenían antes del confinamiento pero al hacer la sumatoria de todos los meses, la incidencia es menor al año pasado.

“Ahorita estamos en posición de tener un buen cierre del año particularmente en el tema de homicidios y feminicidios. El confinamiento ayudó en un momento determinado, sobre todo en delitos, digamos que de la vida cotidiana, en el tema de violencia familiar, robo a comercio, robo a domicilio, cuando tuvimos la contingencia sanitaria tuvimos una disminución en esos delitos importantes”, indicó.

Manifestó que “sin embargo, ahorita el homicidio es el tema que más nos pega todos los sinaloenses porque a través del homicidio y el feminicidio se tenía estigmatizado a Sinaloa como una tierra violenta, ese estigma lo hemos logrado contener, hemos logrado que pase a ser Sinaloa de un precedente de violencia a ser un precedente de seguridad”.

Indicó que la tendencia a la baja en los homicidios empezó hace dos años.

De 2017 al 2020 mientras que a nivel nacional se tiene un 23 por ciento más homicidios, en Sinaloa hubo un 47 por ciento menos y los feminicidios son 35 por ciento menos.

“La idea de todas las fuerzas de seguridad es seguir buscando que este índice de seguridad siga mejorando, el trabajo de coordinación es la base, es la forma en que lo hemos logrado, entre todas las fuerzas tanto la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, las municipales, la Guardia Nacional, el Ejército, la Marina y la Fiscalía y ahí están los resultados”, dijo.