La pandemia y los rezagos, el gran lastre de la administración estatal

La mañana del miércoles 18 de noviembre, Quirino Ordaz Coppel hizo la presentación oficial de su informe, decenas de trabajadores de salud una vez más se manifestaron. Su demanda es por las compensaciones salariales por sus más de ocho meses atendiendo la pandemia del Covid-19 que a la fecha no se han cumplido.

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En la glosa entregada al Congreso del Estado como parte de su cuarto informe, el gobernador destacó los logros en salud, rubro en donde presumió infraestructura y cobertura. Sin embargo, la realidad abarca un poco más que sus cuentas alegres.

En su mensaje durante la presentación de su cuarto informe, Ordaz Coppel agradece el esfuerzo del sector salud. Pero el adeudo sigue. El mandatario destaca que gracias al apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador se logró dar certeza laboral al personal del sector salud, pero son poco más de 2 mil trabajadores que siguen a la espera.

Informe dedicado a la pandemia

Las acciones del gobierno estatal han tratado de disminuir el impacto del Covid-19 y por ello, el tema de salud en el informe de Quirino titulado “Por un entorno y una sociedad saludables”, advierte desde su inicio que detallará “el impacto de la enfermedad, las acciones que se están realizando para enfrentar esta emergencia y sus consecuencias y la situación actual”.

Sinaloa lleva más de ocho meses en lucha contra el Covid-19. En el estado, el 28 de febrero, se presentó uno de los dos primeros casos en el país. A raíz de ahí comenzaron las movilizaciones para mitigar el virus, sin embargo, las medidas no han logrado ser del todo efectivas para prevenir decesos.

Estadísticamente el informe coloca a Sinaloa con corte al 2 de septiembre como la tercera entidad federativa con mayor tasa de mortalidad. En ese mismo periodo, en México se confirmaron 65 mil 241 defunciones por Covid-19, equivalente a una tasa de mortalidad de 51.3 por cada 100 mil habitantes mientras que en Sinaloa esta fue del 90.1 traducidos en 2 mil 838 defunciones por el coronavirus.

Las fuentes para llevar a cabo el cálculo impreso en el informe de Ordaz Coppel fueron el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades Respiratorias (SISVER), la Subdirección de Vigilancia Epidemiológica y los Servicios de Salud de Sinaloa.

Sin embargo, la cifra se queda corta. La misma Secretaría de Salud en reiteradas ocasiones ha admitido un rezago considerable en la contabilización de los fallecimientos por el virus, registrando incluso durante este mes decesos de septiembre y en algunos casos de mayo y agosto.

Menos de una semana más tarde de la fecha de corte del informe de Quirino Ordaz, este semanario publicó en su edición impresa el dato sobre el exceso de muertes consignado también por la Secretaría de Salud a nivel federal.

Además otro número que contempla en la glosa es el de muertes por confirmar. La cifra es sacada de las unidades médicas que tienen con retraso en la dictaminación o confirmación de defunciones sospechosas a Covid-19 en la plataforma del SISVER.

El boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud en Sinaloa revela que al corte del 2 de septiembre 437 decesos en esa categoría de las 2 mil 863 muertes que consignan en dicho informe.

Vacunas con tendencia a la baja

En el informe del gobernador Quirino Ordaz se presume que el programa de vacunación universal ha sido una de las estrategias en salud de más éxito, sin embargo en lo que va de 2020 se han aplicado 340 mil 782 contra 1 millón 2 mil 437 del año anterior.

La estadística viene alimentada desde 2017 y la que mayor diferencia presenta es la vacuna contra la influenza. En ese año, se aplicaron 417 mil 405 dosis y en 2018 bajó a 398 mil 554 para caer otra vez a 250 mil 927 en 2019 y en este año a 91 mil 15 dosis aplicadas.

Otra vacuna que presentó una tendencia notable a la baja fue la del hepatitis tipo A. Comenzando con poco más de 10 mil dosis en 2017 la cifra bajó mil 910 al año siguiente pero sube en 2019 a 3 mil 117 para volver a caer este año a 460.

Y aunque las dosis que se observan en 2020 corresponden al cierre del 2020, la baja en la aplicación de vacunas disminuyó considerablemente.

Los invisibles

Obligados a trabajar, cubren turnos y doblan jornadas por salarios precarios. La historia se repite año con año, pero en 2020 con el coronavirus, su situación se volvió aún más complicada: sin seguridad social ni prestaciones y exponiendo la salud propia en las diferentes unidades médicas, los trabajadores de contrato no aparecieron en la glosa del gobernador.

La reconversión hospitalaria a Covid-19 permitió contar con 2 mil 995 camas y 416 ventiladores destinados a la atención de pacientes hospitalizados. Para ello, se requirió echar mano de más personal médico debido a que cerca del 70 por ciento del personal de los Servicios de la Salud de Sinaloa era considerado población de riesgo.

Los denominados contratos “Covid” subieron de 605 a 819 entre abril y julio y durante ese lapso el trabajo en las áreas de riesgo se ha visto incrementado pero sin la remuneración prometida.

Y horas antes de que Ordaz Coppel presentara su informe, en las oficinas de Montebello de los Servicios de la Salud de Sinaloa, las mantas y los carteles otra vez salieron a relucir. Y no eran los trabajadores de contrato, sino esos que sí son parte de la Secretaría y a los que les prometieron el bono Covid-19, así como la categoría de “alto riesgo”.

El pago no había sido radicado al cierre de esta edición. La mayoría era personal del Hospital General de Culiacán.

Y por último, el informe deja invisibles también a los usuarios del Hospital Pediátrico, que durante todo el año han batallado por la falta de insumos, medicamentos y tratamientos contra el cáncer infantil.

Dedica un par de párrafos explicando que más de 50 niños son atendidos al día por alguna condición urgente y la expectativa de realizar más de 2 mil 200 cirugías este año. Pero nada graficado ni puesto en evidencia.