Crudo diagnóstico en el sector turismo
Pese a la bonanza que muestra la actividad con mayor movimiento de visitantes en la zona, el rubro exige un apoyo integral. En cuanto a puestos de trabajo se advierte que de los 600 mil que había en 2019 se llegaría a fines de este año a 305 mil. La desesperación se aprecia en la calle con hoteleros que ponen en la calzada camas y mesas vacías.
Miles de automóviles ingresaron el fin de semana a Región. Intenso tránsito en el camino costero, en la avenida Perú, y largas esperas a las puertas de muchos restoranes. Se restablecen los servicios de buses con buena demanda y cumpliendo, al menos en apariencia, los resguardos sanitarios. Signos alentadores para el rubro turístico de la zona después de un prolongado cierre que lo golpea duramente. Esta esperada bonanza se podría extender a las próximas semanas si es que la responsabilidad resulta tan contagiosa como la pandemia, materia que, al final del día, depende de la conducta de cada uno.
Pero mirando el rubro turístico hay que sea realista y atender a las estimaciones del propio gremio que ve muy lejana la recuperación. La vicepresidenta Ejecutiva de Fedetur, Helen Kouyoumdjian estima que la actividad solo al cabo de 51 meses logrará recuperar los niveles que tenía antes de la pandemia. En cuanto a puestos de trabajo advierte que de los 600 mil que había en 2019 se llegaría a fines de este año a 305 mil, cifra que podría seguir bajando en 2021 hasta 155.000. Esta realidad laboral y la desesperación de muchos empresarios se aprecia en la calle cuando hay garzones pidiendo ayuda a los transeúntes y cuando, como ocurre en Pucón, los hoteleros poner en la calzada camas y mesas vacías.
Pero el impacto no es únicamente sectorial. Castiga a todo el país. Indica la ejecutiva que en 2019 el turismo significó para la economía nacional US$ 9.000 millones, cifra que podría caer hasta US$ 3.000. Dentro de esa suma un componente decisivo es el aporte de visitantes extranjeros que en 2019 totalizó US$ 2.946 millones, cantidad reflejo de la presencia en el país 4,5 millones de personas procedentes de otros países. Esa cifra disminuiría a un millón. Tiene esperanzas el sector en la apertura de fronteras "como algo fundamental, que de alguna manera nos permitirá tener un flujo de turismo receptivo que de todas formas igual será débil", estima Helen Kouyoumdjian. En cuanto al turismo interno se proyecta para 2021 un gasto de US$ 2.100 millones, en circunstancias que en 2019 alcanzó a US$ 6.000.
Tras todas estas cifras, que en gran medida tocan a nuestra Región, hay desempleo, emprendimientos grandes y chicos que colapsan, demanda que no llega a proveedores de bienes y servicios y también ingresos tributarios diversos que se pierden. El crudo diagnóstico del sector, que con gran esfuerzo resiste, exige apoyo oficial, que siempre resulta insuficiente, y medidas administrativas de apoyo, pero también una conducta del sector privado de acuerdo a la gravedad de la crisis, especialmente en lo financiero. Mirando en perspectiva, los agentes económicos deben ver en la subsistencia del turismo y su tejido social algo más que un buen negocio.