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Las multinacionales españolas tienen 600 filiales en los 'paraísos fiscales' europeos, un tercio de ellas en Holanda

La cuarta parte de los grupos empresariales pagan al cabo del año un 5% o menos de sus beneficios como Impuesto de Sociedades y dos de cada cinco tributan por debajo del 15%, el mínimo global que plantean la OCDE y el G-20

La rentabilidad por empleado en Chipre y Luxemburgo multiplican por diez y por cuarenta la de España, a 6 de abril de 2017
La rentabilidad por empleado en Chipre y Luxemburgo multiplican por diez y por cuarenta la de España, a 6 de abril de 2017. PxHere (CCO)

"Al final se evidencia lo que ya sabíamos, que las multinacionales intentan maximizar sus beneficios reduciendo al mínimo posible el pago de impuestos y trasladando bases impositivas a países con menor presión fiscal", explica Ransés Pérez Boga, inspector tributario y expresidente de AIHE (Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado), tras conocerse este miércoles el contenido del Informe País por País, en el que la Agencia Tributaria desgrana, aunque solo con el grado de concreción que impone la UE, los grandes números de la actividad económica y tributaria de las 126 multinacionales españolas que facturan más de 750 millones anuales y de sus casi 15.000 filiales.

"Da la sensación de que siguen utilizando mucho las filiales en países de la UE para las operaciones intragrupo, es decir, para mover dinero y localizar beneficios donde más ventajoso les resulta", anota Susana Ruiz, responsable de Justicia Fiscal de Oxfam-Intermón.

¿Y eso cómo se hace? Básicamente, por la combinación de dos herramientas: los tinglados societarios y las ventajas fiscales que algunos países de tributación low cost, a los que la timorata, o quizás cómplice, actitud de las autoridades comunitarias se resiste a calificar como 'paraísos fiscales'.

La receta, conocida como 'elusión' y diferenciada de la 'evasión' por practicarse dentro de los marcos legales estatales, consiste en utilizar lo primero para ubicar en los segundos la mayor parte posible de los beneficios de las compañías con el fin de reducir la factura fiscal y, al mismo tiempo y con la misma finalidad, para cargar en los Estados de tributación estandarizada la mayor cantidad posible de costes.

¿Cuál es la estructura societaria de las multinacionales españolas?

El informe de Hacienda contabiliza un total de 14.854 filiales con la siguiente distribución continental: 4.906 en España, 2.515 en los otros 26 países de la UE y 1.048 en el resto de Europa, a las que se añaden 4.414 en América, 528 en África y 1.440 en Asia y Oceanía, sin mayor desagregación en los cuatro últimos grupos por no exigirlo la normativa comunitaria.

¿Cuáles son los países con mayor número de filiales?

Al margen de España, los cuatro Estados comunitarios con mayor número de compañías controladas por esas 126 multinacionales son los principales socios comerciales del país en ese ámbito geopolítico: Portugal (438), Alemania (331), Francia (313) e Italia (237), que suman 1.319, algo más de la mitad de las domiciliadas en la UE.

Sin embargo, llama la atención cómo inmediatamente detrás de ese bloque se sitúan otros dos países con sistemas tributarios low cost, o 'paradisíacos' (aunque no figuran en la lista oficial de estos), como Holanda (211) e Irlanda (136), con los que los flujos comerciales resultan netamente menores, tal y como indican las estadísticas de Comercio Exterior que elabora el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Holanda acumula algo más de un tercio de las filiales que las multinacionales españolas manejan en los siete países comunitarios considerados 'paradisíacos' por aplicar fórmulas tributarias low cost para los beneficios y dividendos generados tanto en ellos como en otros países.

Completan la lista Chipre, donde radican otras seis filiales de empresas españolas, Luxemburgo (94), Malta (34), Bélgica (91) y Hungría (35), con lo que suman 607, cerca de la cuarta parte de las 2.515 compañías distribuidas por la UE.

¿Qué son los sistemas tributarios ‘low cost’?

"No son paraísos fiscales, pero actúan de una manera muy parecida, atrayendo empresas y bases imponibles generadas en otros países a base de aplicarles una tributación reducida y de las que, de otro modo, no iban a llevarse nada", señala Pérez Boga, que anota cómo los sistemas financieros de Chipre, Holanda, Malta e Irlanda gravan con tributos escuetos los dividendos generados en otros territorios, mientras que "Luxemburgo y Malta tienen una tributación ridícula para las rentas procedentes del extranjero".

Esas ventajas fiscales, añade, "se utilizan por parte de las empresas para triangular beneficios" y acabar localizándolos en los territorios con sistemas más favorables para su destinatario.

Esa será una de las ventajas de las que se beneficiarán los accionistas de Ferrovial tras el polémico traslado de su matriz a Holanda, ejecutado con el argumento de que eso iba a permitir a la empresa comenzar a cotizar en Wall Street: los dividendos generados en el extranjero no tributan allí y, al ser territorio comunitario, dejarán de tener que hacerlo en España por un 5% del total (se paga menos del 1% en la práctica, el 19% del 5%).

"Está claro que utilizan los 'paraísos' y que los utilizan sobre todo para concentrar las actividades intragrupo. Esas filiales son a menudo centros superligeros en los que concentran la actividad interna de las multinacionales y la mayor parte posible de sus beneficios" mediante tinglados societarios, explica Ruiz, que añade que en ocasiones esas filiales registran "más actividad interna que con terceros".

Paralelamente, añade, "en España se cargan más costes, con lo que el resultado es de menores beneficios e incluso de pérdidas, mientras las ganancias se concentran en los 'paraísos'".

¿Qué dicen los indicadores económicos?

"La rentabilidad por empleado de las filiales ubicadas en los 'paraísos' llega a triplicar a la que esas empresas alcanzan en el conjunto de la UE", destaca Susana Ruiz.

Ese es, posiblemente, el indicador que con mayor claridad ilustra la operativa de elusión fiscal de las multinacionales españolas: la rentabilidad por empleado de esos grupos es de 20.280 euros anuales, un ratio que en España se desploma a 16.882, que alcanza registros espectaculares en Luxemburgo (620.571), Malta (214.651) y Chipre (160.817), tres microestados que no destacan precisamente por la potencia de su mercado interior", y que supera en los casos de Irlanda (44.360) y Holanda (62.274) a los que se dan en dos de las 'locomotoras' comunitarias como Alemania (27.240) e Italia (31.066).

"El informe ofrece elementos de juicio que permiten comparar rentabilidades e ingresos y ver qué está pasando", apunta el inspector, que destaca cómo en el ejercicio que analiza el informe (2020) "la rentabilidad de las empresas domiciliadas en España es negativa mientras resulta positiva en las filiales del extranjero" al mismo tiempo que "la productividad, que serían las ventas por empleado, fue mayor en España que en el extranjero".

"Eso indica que se están desviando bases positivas (impuestos a pagar) al extranjero", concluye.

¿Cuánto tributan las ganancias de los grandes grupos empresariales españoles?

"Todavía tenemos un 25% de los grupos con tipos efectivos por debajo del 5%", mientras "el 41% pagan menos del 15% de tipo efectivo", destaca la responsable de Justicia Fiscal de Oxfam-Intermón.

Eso significa que una de cada cuatro multinacionales españolas paga como Impuesto de Sociedades menos del 5% de los beneficios que obtiene en el conjunto de su actividad, mientras que dos de cada cinco aportan un porcentaje inferior al 15% que la OCDE y el G-20 quieren imponer a escala global para mantener el Estado de bienestar.

Esos porcentajes implican en la práctica que prácticamente el 90% y el 80% de las ganancias que esos dos grupos de multinacionales reparten como dividendo han eludido cualquier tipo de tributación una vez son repatriadas en España, porcentajes de exención que se sitúan por encima del 95% y del 85% si son dirigidas a alguno de los 'paraísos' comunitarios o circulan previamente por ellos.

¿Hay previsión de elevar la presión fiscal sobre ese dinero?

Sí, aunque lentamente. Mientras los proyectos de la OCDE y el G-20 encallan en debates y grupos de trabajo, España limita el año que viene al 20% de los beneficios la aplicación de bases fiscales negativas de ejercicios anteriores, es decir, que en caso de tener un buen resultado, los descuentos fiscales acumulados en años de crisis no podrán neutralizar más de la quinta parte de la cantidad por la que la empresa iba a tener que pagar.

"En tiempos de resultados positivos, las empresas activan muchos créditos fiscales para rebajar lo que les corresponde pagar, y cuando declaran pérdidas o malos resultados activan menos", explica Ruiz, mientras Pérez Boga anota que "en muchos casos esas bases fiscales negativas se arrastran desde la anterior crisis", tal y como ocurre con la banca española.

¿Cuánto pagan las empresas que menos pagan?

En el primer año de la pandemia, y pese al cortocircuito que los confinamientos y después el gripado de la cadena global de suministros supusieron para la actividad productiva y comercial a escala global, las 126 multinacionales españolas sumaron un volumen de negocio de 759.300 millones de euros, un 18,7% menos que el año anterior, con el que generaron unos beneficios totales de 50.471 (-43,7%) y pagaron 12.502 como Impuesto de Sociedades, lo que arroja una presión fiscal media del 24,6%.

Los 31 grupos que pagaron un tipo inferior al 5%, que en realidad soportaron una presión fiscal media del 1,8%, acumularon "un resultado antes de impuestos negativo de -2.502 millones de euros" aunque, al mismo tiempo, concentraron "el 10,0% del beneficio mundial del colectivo", es decir, algo más de 5.000 millones, ya que los resultados de sus empresas filiales resultaron positivos en algunos territorios.

Ese resultado refuerza la tesis de Ruiz y de Pérez Boga, compartida por la Agencia Tributaria, sobre el uso de los tinglados societarios para reducir las facturas fiscales dentro de los marcos legales: "contrasta la situación relativa de las filiales en España respecto a las radicadas en el resto del mundo en términos de rentabilidad y productividad", señala en una nota explicativa, en la que concluye que "las matrices soportan una mayor imputación de costes" mientras "las filiales tanto en el resto de la UE como fuera de la UE son más rentables".

Por último, añade, "en la distribución porcentual de las magnitudes declaradas por territorios, se aprecian desajustes" entre los que destaca que "las multinacionales españolas declaran en España el 53,6% de su facturación mundial y el 51,1% de sus activos totales, pero únicamente el 39,1% de su beneficio y el 34,4% del impuesto".

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