Valencia Basket sumó su décima victoria en diez jornadas y continúa disfrutando del gran momento de juego que le ha llevado a lo más alto de la clasificación en Liga Femenina Endesa. De nuevo el alto nivel defensivo taronja y la multitud de recursos en ataque, le valieron a las de Rubén Burgos una cómoda victoria en la Fonteta que alarga la racha.

El partido lo estrenaba Laura Gil, pero Christinaki anulaba su acierto con un triple. Ambos contendientes salían intensos, y era el acierto en el tiro lo que marcaba las primeras diferencias. Los triples de Allen y Leticia Romero y un gran 2+1 de Ouviña daban tranquilidad al equipo taronja, que poco a poco crecía en defensa e iba ampliando la diferencia. Dos tiros libres de Trahan-Davis dejaban en +9 la ventaja tras los diez primeros minutos (21-12).

El inicio del segundo tenía claro sabor lituano. Dos triples casi consecutivos de Juskaite y una buena acción entre Anna Gómez y Gülich provocaba el tiempo muerto visitante. La reacción no llegaba. Lo intentaba Fasoula en el poste, pero la respuesta de Allen y Gil era contundente. Un parcial de 8-0 con dos triples de la australiana provocaba un nuevo parón del partido. Los triples de Hittner y Christinaki, daban algo de esperanza a las cacereñas, pero Valencia Basket marcaba el ritmo, y al descanso el duelo tenía color taronja, gracias entre otras cosas, a los 8 aciertos desde el perímetro (47-30).

El huracán Allen volvió a golpear en la reanudación. Triple y 2+1 para empezar, con la respuesta desde el perímetro de Llorente. Alter Enersun había salido mejor, y se mantenía en partido, pero la diferencia no bajaba como para inquietar, gracias a la intensidad defensiva de las de Rubén Burgos. Un nuevo triple, esta vez de Queralt y la aparición en el poste de Trahan-Davis, incluso estiraron la ventaja taronja hacia el final del parcial, y al terminar este, el encuentro parecía decidido (66-41).

A pesar de tener la victoria en el bolsillo, como es característico en el equipo valenciano, no se bajó el nivel. Los triples de Carrera y Ouviña, los buenos movimientos de Celeste bajo el aro, y un Al-Qázeres que hacía lo que podía a través de Christanaki. La diferencia siguió creciendo para alegría de la afición taronja, que pudo disfrutar de un holgado décimo triunfo que permite seguir soñando con un equipo que esta temporada parece imbatible.