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Camila Miranda, candidata constitucional: “Me molestó expansión del proyecto Los Bronces»

Por: Mario Gutiérrez | Publicado: 22.04.2023
Actual presidenta de la Fundación Nodo XXI, la postulante por Unidad para Chile dice que espera que el debate constitucional sirva para «cambiar los estándares institucionales y proteger, sin dubitar, el agua».

La activista feminista ha participado en movimientos sociales desde el 2006, integrando, entre otras, la llamada Revolución Pingüina. Hace un tiempo estuvo presente en las conversaciones de su sector político para definir las próximas bases constitucionales y, ahora, es candidata al Consejo Constituyente por su partido, Comunes.

Entre medio de la intensa agenda en campaña, se hizo un alto para revisar, en el programa Manos Libres, las razones por las cuales fracasó el proceso anterior, analizar la relación entre el feminismo y Carabineros y delinear sus propuestas, que van desde ámbitos como el medioambiente hasta la seguridad y la justicia.

Los errores de la Convención

“Para mí algo fundamental del proceso anterior tuvo que ver con que hubo una desconexión de algo que comenzó con mucho apoyo social como parte de una transformación producto de la revuelta del 2019, y que generó expectativas en un órgano en el sentido de, ojalá, tener políticos y políticas distintas diferentes, por lo mismo hubo reglas distintas, se escogieron a otras personas, pero el trabajo mismo de diseño constitucional significó, en mi parecer, un distanciamiento muy grande de lo que estaba pasando en Chile. No era el mismo Chile del 2019, tuvimos una pandemia, estábamos enfrentando situaciones complejas, y en tal sentido, dejaron de estar en el centro de la conversación y en el diálogo de ese órgano con la ciudadanía los malestares centrales, que son muy básicos, que tienen que ver con cómo resolver los problemas de la salud, que no nos endeudemos más por estudiar, que tienen que ver con certezas esenciales. Yo creo que hubo un problema de desconexión profundo, para mí el problema no pasó porque (la propuesta rechazada) fuera muy extensa o muy profunda en algunas materias, sino que por ese ejercicio de desconexión. Por otro lado, había expectativas respecto a que sería un espacio político diferente, pero rápidamente para las personas se percibió como una institucionalidad más, que replicaba prácticas que generaron malestar, como lo que pasa en el Congreso hoy día, en que hay más espectáculo a veces que diálogo para dar respuestas concretas a las ciudadanas y ciudadanos, y en algunos casos, eso le hizo harto daño a la convención”.

Riesgos del nuevo proceso constituyente

“Yo tengo preocupación por el nuevo proceso porque también puede producirse lo mismo. Como el diseño es exclusivamente participación de los partidos políticos y hay poca participación ciudadana, también puede correr el riesgo de desconectarse por otro lado. Por ello, desde esta candidatura, hemos tratado, activamente, de hacer una labor de información y escucha, en general las campañas son muy de ´este es mi nombre y estas son nuestras propuestas´, pero para evitar todo lo que ocurrió anteriormente, nuestras conversaciones han sido mucho más de por qué es importante cambiar la Constitución aun después del fracaso previo, en qué consiste este nuevo proceso, por qué hay que creer en él, ha sido mucho de ese diálogo pedagógico y luego viene la conversación sobre las propuestas. Entonces, un aprendizaje del proceso de la convención apunta a preocuparse de que no haya desconexión y también tratar de interpretar lo que está hoy como prioridad ciudadana, lo que, en mi parecer, sigue siendo que los cambios no se han producido. Llevamos décadas planteando temas que siguen sin respuesta, ustedes hablaban antes de colusión…y eso sigue sucediendo, como sucedió con los pollos hace un tiempo, bueno, ahora ocurre en el caso de La Polar y todavía no tenemos herramientas para enfrentar estos temas”.

Una Constitución que sirva

“Yo creo que el indicador para medir un buen resultado tiene que ver con producir una Constitución que sirva. En sí mismas las negociaciones o transacciones (entre sectores políticos) no resuelven el problema de fondo, son herramientas y medios para llegar a un resultado. Y cuando me refiero a una Constitución que sirva hablo de que de respuestas a estos problemas que llevan décadas pospuestos y que no han tenido solución por distintas razones, y aquí traigo de nuevo a la memoria todas las veces que se dicho que los cambios son inconstitucionales, eso habla de un problema. Entonces, para mí el indicador tiene que ser ese, y si para que una Constitución sirva hay que dialogar, por supuesto que hay que hacerlo, pero eso en sí mismo no resuelve nada. En la experiencia pasada, si bien se hablaba de una izquierda atrincherada yo creo que también hubo una derecha muy atrincherada en que no hubiese cambios, hubo sectores activamente trabajando para que a la convención le fuera mal desde un inicio, eso es importante recordarlo, y por ello me parece que, en este nuevo proceso, si uno pone en el centro qué es lo que se necesita para que sea una buena Constitución, por ejemplo -que en el caso de la salud, que hayan mayores herramientas para que tengamos una salud pública de calidad-, eso amerita todas las discusiones, diálogos y acercamientos necesarios, pero tiene que verse en virtud de objetivos y no como un fin en sí mismo. Para mí es muy importante que esta nueva etapa implique que los distintos sectores lleguen a diálogos para que esto nos sirva, pero cuando miro la discusión de la Comisión Experta veo algo bastante distante, al menos en la primera etapa. Un sector de la derecha nos está hablando de que es compatible el Estado subsidiario -es decir el Estado que hoy tenemos-, con un cambio hacia un Estado social. Nos dicen ´es compatible´, y yo creo que eso es justamente atrincherarse en decir ´no queremos cambios´, porque lo que están planteando es ´quedémonos como estamos hoy´. Entonces, esa conversación hay que darla y en algunas materias es importante sostener posiciones y explicarlas claramente, porque si no se cambia la lógica subsidiaria, es difícil que haya soluciones distintas”.

Molestia por el proyecto Los Bronces

“Comparto la crítica (de sectores medioambientalistas), creo que es lamentable que se haya aprobado el proyecto Los Bronces y tampoco veo que queden claras las explicaciones de las razones (de la decisión del gobierno). Se dice que no va a afectar la salud de las personas y se habla de que la empresa va a levantar alertas cuando se puedan ver afectados los glaciares, eso habla del problema de la institucionalidad de hoy día tenemos y de que no tengamos la naturaleza protegida en la Constitución. Para quienes no conocen quizás el tema medioambiental, hoy existe una institucionalidad muy débil de fiscalización, en general son muy pocas y pocos los fiscalizadores medioambientales, y cuando se dice que será la empresa la responsable de levantar dichas alertas, ¿cuál va a ser el incentivo para que esa empresa diga que está afectando de forma perniciosa los glaciares? ¡No lo va a hacer! Entonces, me parece que es muy importante que -a propósito de esta misma situación, en que además tenemos estándares muy bajos de exigencia-, el marco constitucional resguarde las aguas como un bien nacional de uso público, lo que significa que es un bien común. Es decir, es de toda la sociedad, y algo que es de toda la sociedad no es apropiable por nadie en particular, ¡lo que es distinto a que pueda tener usos productivos!, pero es diferente el enfoque si es que lo primero que decimos es que hay que proteger los ecosistemas, en este caso las cuencas. Y como esta es la expansión de un proyecto, no es algo que parte de cero, ya ha habido afectaciones a los glaciares, y son desde éstos a través de los cuales directamente se proporciona agua para la Región Metropolitana. Por lo tanto, creo que el debate constitucional tiene que servir para cambiar los estándares institucionales y ¡proteger, sin dubitar, el agua!, porque de lo que estamos hablando no es solamente de unas ganancias de corto plazo para un grupo muy pequeño de la sociedad, ¡sino que estamos hablando de la vida! En definitiva, me molestó la expansión del proyecto Los Bronces”.

Violencia a carabineras y el feminismo

“Hay distintos tipos de feminismos, esto es bastante amplio. Yo comparto un feminismo que aboga por la igualdad, y me parece que respecto a las carabineras hay que hacer una distinción, porque primero, se ven expuestas a las mismas discriminaciones y violencia que a cualquiera de nosotras, pero también hay que distinguir cuando ellas actúan en su rol de ejercicio de la fuerza, porque son la institución que lo puede hacer, y a veces ha habido malas experiencias en las movilizaciones sociales, yo misma las he tenido con carabineras, pero eso no me hace perder de vista que experimentan los mismos problemas que nosotras porque viven en la misma sociedad. Yo creo que tiene que ver fundamentalmente con eso y también con volver a plantear que hay distintas miradas en torno al feminismo. Yo solidarizo (con los familiares de la carabinera asesinada Rita Olivares) …tengo un hermano carabineros, entonces comprendo la exposición y el temor, pero eso no lo mezclo necesariamente con las justas reivindicaciones feministas y tampoco con la crítica legítima cuando han hecho uso desproporcionado de la fuerza y ha habido vulneraciones a los derechos. Creo que no hay que perderse en asimilar una cosa con la otra”.

Propuestas en seguridad y justicia

“Hay que transparentes con la ciudadanía, hay cosas que una Constitución puede delimitar y otras que no son materia constitucional, y que tienen que ver más bien con políticas públicas y con decisiones legislativas. En cuanto a las primeras, a mí me parecen relevantes al menos tres aspectos. Primero, avanzar en tener definiciones claras respecto a qué vamos a entender por seguridad -y sobre todo en cuanto a la seguridad interior que no tiene que ver con la lógica de la defensa del país que la ven las Fuerzas Armadas-, que es donde, en general, actúan los carabineros y la Policía de Investigaciones. Una definición clara permitirá que no tengamos que tener solo Estados de Excepción para tener herramientas de coordinación institucional, es muy importante que saquemos de la excepcionalidad situaciones que hoy ocurren para que podamos contar con mayor articulación de las fuerzas de orden y seguridad, y también de la inteligencia del país. En segundo lugar, me parece importante que la definición de Carabineros incorpore la idea de que sean una fuerza profesional y eso no es baladi, no es un término solamente, sino que implica que después haya una exigencia institucional de una formación adecuada y pertinente a los desafíos y las obligaciones constitucionales que tiene la institución. Hoy hemos visto que faltan recursos, falta capacitación, y que es muy desigual la formación, si vamos a la Escuela de Suboficiales o si saliste recién del primer bloque (de instrucción), que ahora es de dos años, pero hace un tiempo era de seis meses a un año, vamos a ver que es sumamente desigual la formación y las condiciones laborales también son desiguales. Entonces, estas fuerzas profesionales tienen que ser institución mucho más democrática porque son todas personas que están expuestas por las obligaciones que cumplen y la vocación que tienen. Y hay una tercera definición, en mi parecer, que tiene que ver con la justicia. Lo primero es un Tribunal de Ejecución de Penas, para quienes no conocen los procedimientos, hoy día hay un juez que condena y luego, si la persona está detenida y condenada, pasa a un centro penitenciario donde depende de Gendarmería, quien hace el seguimiento al cumplimiento de la pena no es ningún tribunal. Entonces, hablamos de un tribunal que asuma, una vez que haya condena, y se preocupe del cumplimiento efectivo, pero también de que haya políticas de reinserción, eso sería muy importante para que no se siga reproduciendo el ciclo delictual. Lo otro tiene que ver con mayores atribuciones para el Ministerio Público, y lo tercero dimensión apunta a un acceso de calidad a la justicia. Creo que la sensación de impunidad que se empieza a normalizar en la ciudadanía no ayuda a reforzar los lazos de convivencia, sino que (genera) una desconfianza muy grande en las instituciones. Creo que, al menos esas tres dimensiones en una discusión constitucional podrían colaborar con la situación de seguridad actual”.

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