Discursos y otros documentos del Secretario General

DURANTE EL CONSEJO PERMANENTE EXTRAORDINARIO CONVOCADO PARA ESTUDIAR LA SITUACIÓN EN BOLIVIA

12 de noviembre de 2019 - Washington, DC

Gracias señora presidente

Golpe de Estado es una forma ilegítima de acceder al poder o ejercerlo, si viéramos el artículo 2 de la Carta Democrática Interamericana. En ese contexto, sí hubo un golpe de Estado en Bolivia: ocurrió el día 20 de octubre, cuando se cometió el fraude electoral que tenía como resultado el triunfo del expresidente Evo Morales en primera vuelta.

Que el Tribunal Electoral le adjudicara el triunfo en primera vuelta era pretender perpetuarlo en el poder de forma ilegítima e inconstitucional, era una afrentosa violación a la Carta Democrática Interamericana, era quedarse en el poder arrebatándolo de una de las peores formas: robándose una elección, era robarle la soberanía al pueblo, ese pueblo que le había dado más poder a Evo Morales que a nadie en la historia de Bolivia, ese pueblo que creía en sus reformas sociales. Ese pueblo no merecía ser engañado de manera tan afrentosa.

Esta forma de autogolpe no es algo nuevo. Ya lo había intentado Milosevic en Serbia, así como otros países en el continente africano y en éste. Debe continuar la investigación de las responsabilidades de este autogolpe, hoy claramente marcadas hacia el órgano electoral.

¿Quién de ustedes acá está a favor de los fraudes electorales?; ¿quién de ustedes acá está a favor de que se roben las elecciones?; ¿quién de ustedes acá está a favor de esta forma de auto golpes? Eso sí es volver a las peores épocas del Hemisferio. Eso sí es absolutamente condenable e inadmisible.

Es muy triste, es el horror de los horrores, es el despropósito de los despropósitos que se arroje el legado político del primer presidente indígena de Bolivia por la borda de un autogol. Duele en el alma.

He escuchado algunas críticas a nuestro trabajo, de un lado y del otro. Las mismas son bienvenidas generalmente, algunas no en este caso. La vergüenza no es de la OEA que descubre un fraude electoral, es de aquellos que lo cometieron; la vergüenza no es de la OEA que hace un informe técnico irrefutable, es de aquellos que quisieron burlar al pueblo.

La sangre en las manos es de aquellos que cometieron el fraude electoral. La OEA no dio un golpe Estado, dieron un golpe de Estado los que se robaron la elección, declarando un triunfo en primera vuelta, situación que se mantuvo aproximadamente por veinte días.

No se le puede pedir a un pueblo que se deje robar una elección, no se le puede pedir un pueblo que se deje robar la soberanía, no se le puede pedir a un pueblo que se deje robar el poder. Ese pueblo, hoy en busca de la soberanía perdida, comenzó a tratar de recuperar la institucionalidad y la democracia. La propia institucionalidad empezó a reaccionar fundamentalmente luego del informe de la OEA, especialmente con los propios partidarios del MAS con responsabilidades institucionales, la propia central de trabajadores, movimientos indígenas y campesinos,

Condenablemente, este proceso no estuvo exento de violencia, de la peor, de un lado y del otro, violencia absolutamente condenable. El odio y los discursos de odio deben ser erradicados, el odio y la violencia entre los bolivianos deben ser erradicados. No puede haber un proceso que le cueste el pueblo de Bolivia muertos y heridos y sufrimientos. El odio transformado en violencia tiene un costo muy alto para el pueblo y debe ser detenido inmediatamente.

Hacemos un llamado a garantizar a los congresistas y senadores su fuero, a garantizar libertad de movimientos a todos ellos, pero a todas y todos los bolivianos. Instituciones que están a cargo de resguardar el orden público también, con más o menos insistencia, pidieron la renuncia - nos llama la atención y debemos destacar, que el señor Evo Morales llame al golpe “cívico-policial”, a pesar de que alguna delegación acá, una delegación específicamente, le cambió el nombre por “golpe cívico-militar”. No es lo que dice la carta renuncia del Presidente Evo Morales, dice “golpe cívico-policial”, lo cual expresamente quiere dejar afuera al Ejército, quiere dejar claro que no fue la acción de esa fuerza lo determinante en su renuncia. Rescatamos el deseo de Evo Morales de contribuir a pacificar el país con su renuncia.

Debemos atenernos a los documentos y debemos ser consistentes al respecto. Cuando se dice otra cosa y se invoca una responsabilidad más allá de la propia carta de renuncia, no se está siendo claro, no se está siendo preciso, se procura distorsionar, no es admisible.

El Ejército, sin perjuicio de ello, debe actuar siempre conforme a su mandato constitucional. En cuanto a acceder al poder, nadie ha accedido al poder hasta ahora y nadie lo ejerce hasta ahora.

¿Había derecho de que quien era en definitiva el beneficiado principal del autogolpe perpetrado permaneciera en el poder hasta el 22 de enero?, ¿era eso lógico políticamente, eso era lógico jurídicamente?

Bolivia debe continuar su proceso institucional porque, como todas las acciones cívicas espontáneas, este poder no ha sido tomado por nadie. Son necesarias hoy instituciones con legitimidad; hoy, más que nunca, será lo que el proceso constitucional diga. Nada debe ser fuera del mismo.

Eso debe lograrse, obviamente, a través de un proceso de diálogo entre las partes, en que todas las partes tengan las máximas garantías para su participación, y los resultados del mismo deberán ser coherentes con la Constitución y con la Carta Democrática Interamericana. En ese sentido, por ser un actor plenamente respetado, hacemos un llamado a la Conferencia Episcopal boliviana para que llame a los principales actores políticos en torno a una mesa de negociación y diálogo. Eso es imprescindible para encaminar las principales acciones institucionales, así como para detener la violencia. Obviamente, ofrecemos nuestra colaboración al respecto.

Hay una cosa que particularmente considero irregular y son los gobiernos de notables, por más de transición que sean. En primer lugar, porque la palabra notable nos da la idea de que hay algunos mejores que otros y, en estas tierras de este Continente, de este hemisferio, nadie es más que nadie.

En segundo lugar, porque no está previsto en la Constitución. Es necesario que la institucionalidad sea firme, porque es necesario hacer una nueva elección, es necesario devolver a la soberanía del pueblo, es necesario que esta elección sea con las máximas garantías.

El país debe recorrer un camino hacia el futuro institucionalizándose, siendo todos los bolivianos y las bolivianas iguales, y que la palabra “Pueblo” sea una palabra respetada. En ese sentido, volvemos a ofrecer los servicios de la OEA para la conformación de un futuro órgano electoral y para apoyar los futuros trabajos de ese órgano electoral.

Una cosa más, tan importante como las anteriores: la reelección no es un derecho humano. Lo hemos repetido durante cuatro años. Sin embargo, tuvimos que terminar aplicando los nefastos precedentes al respecto, por ser la práctica hasta este momento. Nos hemos pronunciado en su contra y continuaremos haciéndolo. Hemos pedido informes a la Comisión de Venecia, hemos hablado todo este tiempo con la Corte y con la Comisión Interamericana Derechos Humanos. Hemos trasladado, a sus efectos, a estos órganos el informe de la Comisión de Venecia. Es hora de que hagan sus respectivos informes, su opinión consultiva, es ahora de terminar con esta lamentable práctica.

Mi saludo a la misión de auditoría, hicieron una excepcional trabajo profesional. Las negociaciones que encabezamos, que nos llevaron la interacción de la MOE, así como el envío de la auditoría, fueron revisadas por esta Secretaría General, procurando que la misma fuera vinculante e integral, una argumentación hasta ahora definitivamente irrefutable de los auditores en todos sus términos, que nos da la evidencia de un fraude generalizado, prácticamente en todas las etapas del proceso electoral.

Va a ser muy difícil que en el futuro me acepten la palabra vinculante, eso queda claro, el gobierno boliviano lo solicitó. Hubo mucha oposición a la instalación de esta misión, pero cumplió su trabajo. Debemos decir también, reiterar, un concepto básico del derecho internacional, derecho diplomático, respecto a la inviolabilidad de las misiones diplomáticas, eso es absolutamente imprescindible. Continuaremos actuando. Hemos sacado prácticamente un comunicado por día, hemos hecho públicos los informes respectivos, tal como fuera mandatado, hemos actuado con celeridad, pero, a la vez con prudencia, y hemos avanzado en la aplicación de los principios del Sistema Interamericano.

Gracias, señora presidente