Latinoamérica: la necesidad de una mirada unida y estratégica ante un escenario educativo complejo

Es el momento de ponernos de acuerdo en los próximos pasos de una educación inclusiva, revinculante, emocionalmente contenedora y especialmente con mirada a futuro

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 REUTERS/Agustin Marcarian
REUTERS/Agustin Marcarian

En un año convulsionado por la profundización de las problemáticas económicas y sociales preexistentes a la pandemia que nos viene afectando a nivel mundial desde marzo de 2020, resaltadas a partir de la visibilización de las graves secuelas en materia educativa, América Latina es de las regiones más afectadas. Por un lado, por la situación de desigualdad histórica frente a otros bloques. Por el otro, se ha sumado un contexto marcado fuertemente por procesos electorales en casi todos los países que la conformamos.

Este escenario, que obliga a los tomadores de decisión a gestionar en la emergencia y, al mismo tiempo, a planificar a fin de aprovechar las oportunidades que se abren para los cambios que la comunidad educativa en su conjunto viene reclamando hace mucho tiempo, llevó a la necesidad de compartir un espacio común de intercambio reflexivo, y a la vez propositivo, entre los responsables de la gestión de la educación en la región.

El Tercer encuentro de ministros de educación de América Latina organizado por la Red Latinoamericana por la Educación (REDUCA) se realizó a fines del pasado mes de abril, con la característica fundamental y necesaria para el actual contexto, de contar no solo con la presencia de los referentes del sector público, sino también sumar la mirada y la voz de las organizaciones de la sociedad civil latinoamericana y de los organismos multilaterales como el BID y la UNESCO.

Esto así atento a que, tanto para diseñar como para acompañar en la ejecución de las políticas públicas, especialmente aquellas vinculadas al presente y al futuro de nuestra educación, es unánime el consenso acerca de la necesidad del compromiso y la participación de todos los actores de la comunidad en su conjunto.

En este sentido, la propuesta fue la de conversar y trabajar en grupos multisectoriales sobre los puntos en común, compartir las problemáticas y preocupaciones, y también las decisiones tomadas y ejecutadas más allá de la coyuntura política y con una vocación de transformación estratégica regional.

¿Cómo hacemos para preservar la mirada a largo plazo que necesita la educación frente a coyunturas políticas emergentes? ¿La educación será puesta en la agenda presupuestaria como una prioridad ante el resto de las áreas gubernamentales? ¿Cuáles fueron las oportunidades de acciones concretas para la mejora educativa en el marco del regreso a clases presenciales en la emergencia sanitaria actual? ¿Cómo fortalecer el rol de las alianzas multisectoriales para asegurar el derecho de aprender de nuestros niños, niñas y jóvenes, especialmente teniendo en cuenta la situación de desvinculación de una enorme cantidad de ellos y el incremento de la desigualdad a partir de la pandemia? Esas fueron algunas de las preguntas que surgieron a lo largo de la jornada.

Es interesante entonces, a partir de las preguntas disparadoras antes comentadas y teniendo en cuenta que enfrentar las desigualdades implica ofrecer soluciones a nivel sistémico pero también a nivel de escuela y de la comunidad, compartir algunas reflexiones y conclusiones de lo conversado, las que pueden ser consultadas en https://educar2050.org.ar/tercer-encuentro-de-ministros-latinoamericanos/.

El encuentro cerró con una declaración conjunta que expone no solo la voluntad, sino especialmente la creencia que en nuestra América Latina está ese futuro que debemos aprender a aprovechar, a construir esa mirada estratégica más allá de cada país y como un conjunto, porque contamos con los recursos humanos y el conocimiento necesario, con pueblos con convicción y fortaleza a pesar de todos los obstáculos, porque compartimos una historia común, y por eso, es el momento de ponernos de acuerdo en los próximos pasos de una agenda educativa inclusiva, revinculante, emocionalmente contenedora y especialmente con mirada a futuro. Es aquí y ahora, juntos.

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