Brahim Basiri y El Uali, héroes eternos de la lucha del pueblo saharaui.
Sergio Rodríguez Gelfenstein.
Escritor,
analista internacional/ Addhhe. Ong
El escenario
internacional de luchas populares contra la lacra del colonialismo encontró
oídos receptivos en la, hasta entonces denominada “Provincia Española del
Sahara” en la que, a finales de los años 60, se fundó el primer movimiento de
corte nacionalista y anticolonial, el que tras su creación, preconizó la lucha
pacífica como medio para alcanzar la independencia nacional.
La nueva estructura
denominada “Movimiento de Liberación del Sáhara” (MLS) se propuso reivindicar
pacíficamente la independencia. En plazos muy cortos, la organización incorporó
a cientos de militantes entre los obreros y empleados de la industria,
funcionarios de la administración colonial, estudiantes, suboficiales y
soldados. Liderado por Mohamed Sid Brahim Basiri, padre del nacionalismo saharaui,
fue literalmente desmembrado por las fuerzas militares fascistas franquistas el
17 de junio de 1970, a raíz de la histórica manifestación de Zemla (barrio
popular de la capital saharaui), cuando militantes del movimiento
independentista y la población en general, salieron a la calle para rechazar
pacíficamente la presencia colonial española y exigir la puesta en práctica de
las resoluciones de la ONU, especialmente la 1514 (XV) de 1960, columna
vertebral de la doctrina internacional de descolonización, que recoge el
principio de la concesión de la independencia de los pueblos y países
coloniales a través del ejercicio de su derecho a la autodeterminación.
Esta gesta
histórica que costó innumerables vidas humanas de civiles indefensos, decenas
de heridos, encarcelados y la desaparición del máximo líder saharaui a manos
del ejército español sin que hasta hoy -51 años después- se conozca su destino,
marcó el primer paso en el largo camino del pueblo saharaui hacia la libertad.
Poco tiempo
después, este proceso desembocó en el surgimiento de un auténtico movimiento de
liberación nacional con un programa políticamente consolidado y la elección de
la lucha armada como única vía posible para erradicar el colonialismo español
del Sahara Occidental.
La fundación,
el 10 de mayo de 1973, por un grupo de jóvenes saharauis liderados por El Uali
Mustafa Sayed, del Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de
Oro (Frente Polisario), reconocido por la comunidad internacional como el único
representante legítimo del pueblo saharaui, constituye sin lugar a dudas, un
punto de inflexión en la historia reciente de este pueblo, en la medida en que
abre una nueva y superior etapa en su lucha hacia la emancipación definitiva.
El Uali
nació en 1948 en algún lugar del desierto mauritano. Su familia saharaui era
nómada y se dedicaba a la crianza de cabras y camellos. Su infancia transcurrió
en condiciones de extrema pobreza pero logró en medio de difíciles circunstancias,
acceder a la escuela primaria que pudo terminar gracias a una gran voluntad y
esfuerzo, lo cual le valió una beca para estudiar en Marruecos. Sin embargo,
fue expulsado del liceo donde cursaba su secundaria por lo que se vio obligado
a regresar a la comunidad donde estaba su familia, comenzando a trabajar como
obrero por muy poco tiempo, tras ser despedido.
En
esas condiciones, se desplazó a la ciudad de Taroudant, donde tuvo sus primeros
contactos con las ideas de independencia de su pueblo. Pudo continuar sus
estudios de bachillerato e ingresar a la universidad en 1970 para estudiar
derecho.
En la
universidad se transformó en activista por la causa del Pueblo Saharaui. A raíz
de los sucesos en Zemla, la brutal represión y la desaparición de Brahim Basiri
asume en 1971 una dedicación de tiempo completo a la liberación del Sahara
Occidental. Viajó a Europa y estableció contacto con organizaciones populares y
democráticas de ese continente y de Marruecos para buscar apoyo a la lucha anti
colonialista, sin embargo al no obtener mayor éxito, se convenció de que el
pueblo saharaui debía obtener su independencia a partir de los esfuerzos
propios. Fue detenido y torturado en dos ocasiones por su inveterada
participación en la lucha de su pueblo.
Así,
se vuelca a la creación de una organización política que agrupara a todo el Pueblo
Saharaui. Con este motivo recorrió Marruecos, Argelia y Mauritania además de
buena parte del territorio del Sahara, hasta que ese 10 de mayo de 1973 vio luz
el Frente Polisario que en su primer manifiesto señala que la organización “…nace
como la expresión única de la rebelión popular, que opta por la violencia
revolucionaria y la lucha armada como medio, para que el Pueblo Saharaui, árabe
y africano, pueda gozar de su libertad total y enfrentar las maniobras del
colonialismo español”.
Como
líder del Frente Polisario, El Uali encabezó las primeras acciones militares
contra el ejército español. Fueron años de avance y crecimiento de la actividad
organizativa mientras se desarrollaba la guerra de forma incipiente en el mismo
momento en que ésta finalizaba en buena parte de África, al tiempo que surgían
en el continente una gran cantidad de nuevos Estados independientes. De igual
manera, el pueblo saharaui comenzaba a identificarse con el Frente Polisario
como una organización que defendía su derecho a la autodeterminación. En ese
contexto, El Uali se consolidaba como el líder indiscutible no solo del Frente
Polisario, también de todo el pueblo saharaui.
La
debilidad del sistema colonial en África estuvo directamente relacionada con el
avance indetenible de la lucha de los movimientos de liberación nacional. En el
caso del Sahara, intervino además la fragilidad de la dictadura fascista franquista
asociada a la enfermedad de su mentor. En este contexto, la España profunda ,
fiel al histórico talante cobarde y ambiguo de su monarquía y clase política,
llegó a un acuerdo con Marruecos y Mauritania para permitir que los dos países africanos
se apropiaran del territorio saharaui. Marruecos invadió el Sahara ocupando por
la fuerza parte importante del país, mientras Mauritania hacía lo mismo desde
el sur.
Una
buena proporción de la población debió emigrar y refugiarse en países vecinos,
especialmente en Argelia que asumió desde ese momento y hasta ahora una
solidaridad de grandes proporciones con el pueblo saharaui y con el Frente
Polisario.
El 27
de febrero de 1976 se proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y
El Uali fue designado como su primer presidente. Con ello comenzó una nueva
etapa en el camino de la independencia, en la que se incrementó la lucha armada
contra los nuevos agresores.
En una
de esas acciones, realizada en territorio mauritano, el 9 de junio de 1976, El
Uali entregó su vida cuando al frente de un grupo de combatientes se retiraba
de una operación directa en la capital de ese país que había sido definido como
el eslabón más débil de la alianza colonial y a donde se volcaron la mayor
parte de los esfuerzos militares. Su ejemplo imperecedero, marcaría la impronta
de los combatientes saharauis por la libertad. En su homenaje, cada 9 de junio
se conmemora el Día de los Mártires como recuerdo y memoria de quien es
considerado el más grande héroe del Pueblo Saharaui.
Su
muerte no detuvo la lucha. En 1979 Mauritania se retiró derrotada del Sahara,
incapaz de resistir la ofensiva constante del Ejército de Liberación Saharaui.
En 1982, la RASD fue reconocido como miembro con plenitud de derechos en la
Organización para la Unidad Africana (OUA), hoy Unión Africana (UA).
La
guerra continuó hasta que en 1991 se produjo un acuerdo de alto al fuego con Marruecos
bajo auspicios de la ONU que debía organizar un referéndum de auto
determinación del Pueblo Saharaui. Sin
embargo, 30 años después la situación es la misma, Marruecos mantiene ocupado buena
parte del territorio del Sahara mientras su pueblo en condiciones muy difíciles
sigue resistiendo en procura de su independencia.
La ONU
envuelta en un manto de complicidades con Marruecos además de Europa, en
especial Francia y España se ha sometido al chantaje de la medieval y
putrefacta monarquía marroquí, para finalmente, en connivencia con ella
mantener un anacrónico status colonial inexplicable en el siglo XXI.
Mientras
tanto el Pueblo Saharaui y el Frente Polisario como su único representante, sin
ningún tipo de vacilación mantienen su inclaudicable sentimiento y voluntad de
independencia. En este acontecer, el recuerdo imborrable y los ejemplos de vida
y de entrega de Mohamed
Sid Brahim Basiri y de El Uali Mustafa Sayed seguirán señalando el
camino que conducirá a la victoria y a la independencia.
Lo subrayado/ interpolado es nuestro.
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