Cada vez queda menos para las elecciones y todavía hay tareas pendientes respecto al elemento más importante: los votantes.
Por Carmen Valle
En marzo de 2023 finalizará el plazo para empadronarse en Guatemala, requisito indispensable para votar en junio, cuando se realicen las elecciones generales. Para entonces, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) tiene como meta que 9.8 millones de ciudadanos hayan realizado el trámite, pero a dos meses de cerrar el plazo, aún no han ido 883 mil 854 de ellos.
Hasta el 8 de enero de 2022 se empadronaron 8 millones 916 mil 146 personas y 53 de cada 100 son mujeres. De estas, un cuarto no sabe leer ni escribir y el rango de edad con más personas que realizaron la gestión es el de 18 a 25 años (658 mil 218 mujeres). Le siguen las de 31 a 35 años (652 mil 319) y las de 26 a 30 años (637 mil 84).
En los hombres, mientras tanto, 86 de cada 100 sí saben leer y escribir. Quienes ocupan la mayor parte del padrón son los de 31 a 35 años (551 mil 80 ciudadanos), seguidos por los de 18 a 25 años (524 mil 616) y los de 26 a 30 años (515 mil 822).
“Nuestra estrategia para subir los números es acercar los sitios de empadronamiento a los centros comerciales o a las plazas públicas. En la capital ha sido un éxito porque la gente realiza el trámite en el mismo sitio donde hace sus mandados. Solo necesita llevar su DPI”, sostiene el director de comunicación del TSE.
Este mecanismo, sin embargo, no difiere de las actividades realizadas por el tribunal durante el último año para motivar a la población. También está activo el portal web de la entidad para realizar el procedimiento.
El esfuerzo no acaba aún
“No veo posible alcanzar la meta del padrón, porque al seguir las tendencias electorales a nivel mundial, vemos cómo quienes tienen menor ilusión por formar parte del proceso son los más jóvenes”, sostiene Francisco Quezada, investigador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN). De hecho, las estadísticas del tribunal reportan que a partir de los 36 años hay cada vez menos personas empadronadas, pero vuelve a haber un repunte de los 71 años en adelante.
Sin importar si la nueva generación realiza la gestión, para él no será suficiente, pues el padrón no garantiza que los ciudadanos acudan a las urnas. “Hay sitios donde el abstencionismo es enorme incluso aunque tengan cifras altas de empadronados. Aunque la apatía electoral es más común en las nuevas generaciones, el TSE debería poner atención a motivar a todos hasta el último momento antes de la votación”, agrega.
Un ejemplo de abstencionismo fue la segunda vuelta electoral de 2019. Alejandro Giammattei venció a Sandra Torres, pero en esos comicios solo participaron 42 de cada 100 personas.
El último día para empadronarse será el 25 de marzo. Si el TSE planea llegar a la meta propuesta de 9.8 millones de habitantes con capacidad de asistir a las urnas, cada día a partir de ahora deben realizar la gestión 11 mil 784 ciudadanos.
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